Comentario de Isaías 64:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Oh, si desgarraras los cielos y descendieras! Ante tu presencia temblarían los montes,
Oh si rompieses los cielos. Sal 18:7-15; Sal 144:5, Sal 144:6; Mar 1:10.
y descendieras. Isa 63:15; Éxo 3:8; Éxo 19:11, Éxo 19:18, Éxo 19:19; Miq 1:3, Miq 1:4; Hab 3:1-13.
se escurriesen los montes. Jue 5:4, Jue 5:5; Sal 46:6; Sal 68:8; Sal 114:4-7; Amó 9:5, Amó 9:13; Nah 1:5, Nah 1:6; 2Pe 3:10-12; Apo 20:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El pueblo suplica por una demostración del poder de Dios, Isa 64:1-3.
Al celebrar la misericordia de Dios, confiesa su propia corrupción, Isa 64:4-8.
Y se queja de sus aflicciones, Isa 64:9-12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Oh, si rompieses … descendieras: Esta apelación al Señor para que aparezca y cause terror en el enemigo se basa en sus apariciones en el monte Sinaí (Éxo 19:16-18) y para David (Sal 18:7-15). El fuego simboliza a menudo la presencia de Dios (Isa 10:17; Isa 31:9; Éxo 19:18; Heb 12:18), especialmente en el juicio (Heb 12:29).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
LAS MISERICORDIAS DE JEHOVÁ. Isaías alaba la bondad y la pasada misericordia de Dios, confiesa el pecado de Israel e intercede por su liberación del juicio y por la redención prometida de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
SI ROMPIESES LOS CIELOS, Y DESCENDIERAS. Como representante del pueblo de Dios, Isaías le suplica al Señor que intervenga en los asuntos del mundo, que derrote a sus enemigos y que salve a todos los que lo invocan. Los creyentes neotestamentarios deben hacer diariamente esa oración. Dios promete actuar en favor de los que esperan en Él (v. Isa 64:4).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
64. Ansias de la manifestación de Yahve.
Yahvé, obrador de prodigios (1-5).
1(19) ¡Oh si rasgaras los cielos y bajaras, de suerte que los montes se estremecieran ante ti, 2/1 como fuego abrasador que quema la leña seca, como fuego que hace hervir el agua! Para dar a conocer a tus enemigos tu nombre y hacer temblar a los pueblos gentiles ante ti 3/2 al hacer tus inesperados prodigios. (Descendiste y ante ti se tambalearon las montañas) 4/3 de que no se oyó jamás. Ni oyeron oídos, ni ojos vieron Dios, fuera de ti, que (así) obrara con los que en él confían. 5/4 Tú te adelantas a los que obran justicia 2 y se acuerdan de tus caminos.
Esa situación de abandono en que está el pueblo hace que el profeta sienta hasta ansias de que se rasguen los cielos (v.19/1), el único obstáculo físico que parece oponerse a sus relaciones con Yahvé. Para Yahvé es tan fácil rasgar los cielos como para el fuego quemar la leña seca (v.2/1), y hacer temblar los montes como al fuego hacer hervir el agua. El profeta quiere dar a conocer a los enemigos de Yahvé su nombre, su manifestación gloriosa, para que se extendiera su renombre entre los pueblos gentiles (v.2/1). Y todo ello con inesperados prodigios (v.3/2), como en el pasado contra los egipcios. Sería el mejor modo de fortalecer a los que en El confían (v. 4;3). Pues es un hecho que Dios es el primero en proteger a los que son justos: Tú te adelantas a los que obran justicia (v.5/4), saliéndoles al paso para acoger sus ansias y oraciones.
Confesión de los pecados del pueblo (5b-7 ).
5b/4 He aquí que te irritaste, pues hemos pecado, por nuestra infidelidad y nuestra defección 3. 6/5 Todos nosotros fuimos impuros, y toda nuestra justicia es como vestido inmundo, y nos marchitamos como hojas todos nosotros, y nuestras iniquidades como viento nos arrastran. 7/6 Y nadie invoca tu nombre ni despierta para unirse a ti. Porque has ocultado tu rostro de nosotros y nos has entregado a nuestras iniquidades.
Yahvé es bueno para los que obran justicia (v.5a/4), pero castiga a los pecadores. Si se irritó con Israel, es porque ha pecado (v.5b/4). El profeta confiesa ese estado de transgresión general: los israelitas son impuros (v.6/5), contaminados con muchos pecados 4. Son como un vestido inmundo, en el sentido levítico, 5 sus justicias o actos de virtud, pues iban acompañadas de miras materiales. Consecuencia de ello es una languidez espiritual: nos marchitamos como hojas (v.6/5), siendo arrastrados por sus iniquidades, como llevados de un fuerte viento.
La situación pecaminosa es tal, que han caído en una especie de letargo espiritual y no hay nadie que se preocupe de invocar su nombre (v.7/6), ni despierta para unirse a Yahvé. Es el peor síntoma, la atonía religiosa total. Y esto es consecuencia del abandono de Yahvé: has ocultado tu rostro de nosotros.
Paternidad de Yahvé sobre Israel (8/7-12/11).
8/7 Mas ahora, ¡oh Yahvé! tú eres nuestro Padre; nosotros somos la arcilla, y tú nuestro alfarero, todos somos obra de tus manos. 9/8 ¡Oh Yahvé! no te irrites demasiado, no estés siempre acordándote de la iniquidad. Ve, mira que todos nosotros somos tu pueblo. 10/9 Tus ciudades santas están hechas un desierto, Sión es una estepa, Jerusalén un lugar asolado. 11/10 Nuestro santo y magnífico templo, donde te alababan nuestros padres, ha sido presa del fuego. Todas nuestras cosas queridas están en ruinas. 12/11 Y ante todo esto, ¿vas a contenerte, ¡oh Yahvé! vas a callarte para humillarnos del todo?
Después de reconocer los pecados del pueblo, el profeta vuelve a Yahvé, apelando a su misericordia: Israel es su pueblo, y Yahvé no puede ser indiferente a sus calamidades. Yahvé es el alfarero de Israel, que es a su vez la arcilla (v.8/7), porque históricamente han sido elegidos y constituidos gratuitamente en pueblo por Yahvé: obra de sus manos. Israel históricamente no tuvo otra razón de ser que la elección de Yahvé6. No debe pensar Yahvé tanto en la iniquidad de Israel cuanto en sus designios misericordiosos, ya que Israel al fin es su pueblo. Los efectos de la ira divina han sido terribles: las ciudades santas hechas un desierto (v.10/9). Las ciudades de Israel son santas porque están en la tierra santa, elegida y santificada por la presencia de Yahvé. Hasta la residencia personal de Yahvé (donde te alababan nuestros padres) es presa del fuego. El profeta alude a la destrucción del templo por los soldados de Nabucodonosor; con él se arruinaron todas las cosas queridas.1 La tragedia nacional no pudo ser mayor. Y ante este espectáculo, ¿va a quedar Yahvé indiferente?: ante todo esto, ¿vas a contenerte, oh Yahvé? La elocuencia del profeta no puede ser más insinuante. Dios no puede abandonar al pueblo por más tiempo. La medida de los sufrimientos nacionales ha llegado a su colmo, y la intervención de Yahvé no puede tardar.
Fuente: Biblia Comentada
rompieses los cielos … a tu presencia se escurriesen. La respuesta de Israel a su propia queja (Isa 63:19) fue un ruego para que Dios se manifestara con la ejecución repentina de su venganza contra los enemigos de su pueblo (cp. Sal 18:7-9; Sal 144:5; Hab 3:5-6), y que irrumpiera en juicio como lo hizo en el Monte Sinaí (Éxo 19:18; Jue 5:5; Sal 68:8; Heb 12:18-20). Así como el nombre de Dios recibirá gloria a través de su redención de Israel (Isa 63:14), también tendrá el reconocimiento universal a causa de su juicio en contra de los enemigos de Israel (Sal 99:1).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Un ruego al Señor para que demuestre su poder como lo hizo en el pasado.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección describe la gloria futura para el pueblo de Dios, Israel.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Como uno de los atalayas de Israel, Isaías hace esta oración de confesión y penitencia en representación del remanente fiel y pide a Dios por la restauración de Israel (cp. Isa 62:6-7).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
64.1-6 La apariencia de Dios es tan intensa como un fuego abrasador que consume todo a su paso. Si somos tan impuros, ¿cómo podemos ser salvos? Solo por la misericordia de Dios. Los israelitas experimentaron la gloria de Dios en el monte Sinaí (Exo 19:16-19). Cuando Dios se presentó ante Moisés, hubo truenos, humo y un terremoto. Si Dios se presentara ante nosotros, su gloria nos aplastaría especialmente cuando miráramos nuestros «trapos de inmundicia» (Exo 64:6).64.6 El pecado nos hace impuros para que no podamos acercarnos más a Dios (6.5; Rom 3:23), más que un mendigo en harapos podría comer a la mesa del rey. Nuestros mejores esfuerzos siguen infectados de pecado. La única esperanza, por lo tanto, es la fe en Jesucristo, quien nos puede limpiar y llevar ante la presencia de Dios (léase Romanos 3).Este pasaje puede malinterpretarse con mucha facilidad. No significa que Dios nos rechace si vamos a El con fe, ni que El desprecia nuestros esfuerzos para agradarle. Significa que si vamos a Dios demandando su aceptación sobre la base de nuestra «buena» conducta, El señalará que nuestra bondad no es nada comparada con su justicia infinita. Este pasaje va dirigido sobre todo a los impenitentes, no para el verdadero seguidor de Dios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) En MLXX aquí termina el capítulo 63, con este v. como parte del v. 19.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 3293 Éxo 19:11; Miq 1:3
b 3294 Sal 18:7; Sal 68:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
descendieras. Como sigue el lamento, el profeta cambia, de una súplica para que Dios se dé cuenta de la situación en que se encuentra el pueblo (vers. 12), a una súplica pidiendo la presencia e intervención de Dios con la misma clase de prodigios que había caracterizado sus relaciones con su pueblo en el pasado.
Fuente: La Biblia de las Américas
Una oración pidiendo la intervención divina como la que aconteció en el monte Sinaí y la clase de oración que Israel elevará durante los días de la Tribulación. Cp. el v. Isa 64:4 con 1Co 2:9.
trapo de inmundicia (v. Isa 64:6). Lit., vestido de tiempos; se refiere al período de menstruación de la mujer e ilustra la naturaleza contaminante y despreciable del pecado.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
En el texto heb., cap. 63:19
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] Maravilloso poder de la presencia de Dios. Ex 19, 18.[4] 1 Cor 2, 9.[9] Sal 79 (78), 8.