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Comentario de Jeremías 12:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Jeremías 12:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

—Justo eres tú, oh Jehovah, para que yo contienda contigo. Sin embargo, hablaré contigo sobre cuestiones de derecho. ¿Por qué prospera el camino de los impíos? ¿Por qué tienen tranquilidad todos los que hacen traición?

Justo eres tú. Jer 11:20; Gén 18:25; Deu 32:4; Sal 51:4; Sal 119:75, Sal 119:137; Sal 145:17; Dan 9:7; Hab 1:13-17; Sof 3:5; Rom 3:5, Rom 3:6.

alegaré mi causa ante ti. Job 13:3; Isa 41:21.

Por qué es prosperado. Jer 5:28; Job 12:6; Job 21:7-15; Sal 37:1, Sal 37:35; Sal 73:3-28; Sal 92:7; Sal 94:3, Sal 94:4; Pro 1:32; Hab 1:4; Mal 3:15.

y tienen bien. Jer 12:6; Jer 5:11; Isa 48:8; Ose 6:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jeremías, se queja de la prosperidad de los malos, y por fe ve su ruina, Jer 12:1-4.

Dios le advierte de la traición de sus hermanos, Jer 12:5-6.

y lamenta su herencia, Jer 12:7-13.

Les promete un regreso de la cautividad, Jer 12:14-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En esta sección, Jeremías pregunta por qué prosperaba el malvado pueblo de Judá. Esta confesión del profeta revela su profunda lucha personal con una de las preguntas que enfrentan los sabios escritores del antiguo mundo. ¿Por qué prosperan los impíos? El soliloquio revela el pensamiento y sentimiento de Jeremías.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

alegaré quiere decir «contender legalmente». Aunque no se pueden plantear querellas legales contra Dios, Jeremías pudo hacer planteamientos legales al Juez justo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

¿POR QUÉ ES PROSPERADO EL CAMINO DE LOS IMPÍOS? Jeremías hizo contrastar su propio sufrimiento con la prosperidad de los impíos. Estaba confundido por la tardanza del juicio de Dios sobre tales personas. El éxito material de los impíos fue un problema incesante para los santos del AT, porque ellos pensaban principalmente desde el punto de vista de recompensas y castigos temporales (véanse Job 21:7-15; Sal 10:1-18; Sal 37:1-40; Sal 73:1-28; Sal 94:1-23; Hab 1:5-13; Mal 3:15).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

12. Prosperidad de los Impíos.
Juda es devastada. Los enemigos de Judá.
En tres partes se puede dividir este capítulo: a) diálogo del profeta con Yahvé, en el que se plantea el problema de la prosperidad de los impíos y su conciliación con la justicia de Dios (1-6); b) anuncio de la devastación de Judá (7-13); c) anuncio del destierro y restauración de las naciones vecinas (14-17).

La prosperidad de los impíos y la justicia divina (1.-6)
Las reflexiones de este diálogo del profeta son de tipo sapiencial. El problema de la prosperidad de los impíos ha sido un tema muy comentado en la literatura posterior, especialmente en el libro de Job. Las reflexiones del profeta son de tipo general y pueden adaptarse a diferentes situaciones de su vida; por tanto, no podemos determinar el momento en que fueron redactadas.

1 Justo eres tú, Yahvé, para que yo pueda contender contigo; pero voy a proponerte algunas demandas: ¿Por qué es próspero el camino de los impíos y son afortunados todos los perdidos? 2 Tú los plantas y echan raíces, crecen y fructifican. Te tienen a ti en la boca, pero está muy lejos de ti su corazón ! 3 Y tú, Señor, me conoces; tú me ves; tú has probado mi corazón en lo referente a ti. Sepáralos como rebaño destinado a la matanza, conságralos para el día de la mortandad. 4 ¿Hasta cuándo estará la tierra en duelo, se secarán las hierbas del campo? Por la maldad de los que habitan en ella, perecieron bestias y aves, pues dijeron: “Dios no verá nuestro fin.” 5 Si corriendo con los de a pie te has fatigado, ¿cómo competirás con los caballos? Y si en tierra de paz no te sientes seguro, ¿qué harás en los boscajes del Jordán? 6 Pues incluso tus hermanos, los de la casa de tu padre, esos mismos te son aún traidores y a espaldas tuyas gritan,No te fíes de ellos cuando te dicen bellas palabras.

El autor sabe que Yahvé es justo, pero quiere pedir justificación de algunas cosas que no entiende: Voy a proponerte algunas demandas (v.1). Para los antiguos hebreos, sin luces sobre la vida de ultratumba, el problema era insoluble. Consideraban los bienes de esta vida como un premio a la virtud. La ecuación buena obra y premio, acción mala y castigo en este mundo, les parecía una exigencia de justicia elemental. Por eso se pregunta: ¿Por qué es próspero el camino de los impíos? (v.1b). Es un hecho que los que no tienen escrúpulos de conciencia triunfan en la vida, mientras que los timoratos y honrados muy frecuentemente fracasan en sus negocios. En el caso de Jeremías el problema revestía caracteres muy agudos, ya que a él, inocente, no le cupo en suerte sino sufrir, mientras que los que no tienen temor de Dios prosperan en la sociedad. Su sentido de justicia se rebela contra esta desigualdad. Y parece que Dios los favorece: Tú los plantas y echan raíces (v.2). Los bienes de que gozan provienen de Yahvé, pero ellos se aprovechan de las diversas vicisitudes de la vida para triunfar. A la sombra, pues, de la bondad y magnanimidad de Yahvé echan raíces. Yahvé, pues, parece también responsable. ¿No será que se deja engañar por las manifestaciones externas de culto?: Te tienen en la boca, pero está lejos su corazón (v.2b). Guardan culto formalístico, pero interiormente hacen caso omiso de los preceptos divinos 2. Es el reproche que Jesús lanzó a sus contemporáneos 3.
La situación de Jeremías es muy otra. Está entregado de lleno a Dios y a la propagación de sus enseñanzas: Tú, Señor, me conoces y has probado mi corazón (v.3). Tiene el sentido de justicia tan desarrollado, que pide a Dios aísle a los impíos para que no contaminen la sociedad: sepáralos como rebaño destinado a la matanza (v.3b). La frase es dura, pero es una expresión oriental radical para indicar la angustia de su alma. No debemos perder de vista que los orientales tienen preferencia por las frases exageradas, que resultan a veces para nosotros despiadadas. No olvidemos, por otra parte, que la caridad cristiana era aún una meta muy alta para los mejores justos del A.T. Aquí Jeremías se deja llevar de las exigencias de su corazón lacerado, que se rebela contra la injusticia reinante: conságralos para el día de la mortandad (v.3b). La palabra consagrar equivale a “separar” del común, destinándolos a un fin especial. Quizá aluda a la práctica del “anatema.” Declarar “anatema” una cosa equivalía a destinarla a la destrucción4, reservándola para Dios y separándola de todo uso profano. El día de la mortandad es el día de la manifestación de la cólera divina, tantas veces anunciado por los profetas 6.
La presencia de los impíos hace que esté la tierra en duelo (v.4a), porque sufre una prolongada sequía: ¿Hasta cuándo se secarán las hierbas del campo? (v.4a). Los malvados se burlan del profeta y dicen: no verá nuestro fin. Todas las predicciones de castigo anunciadas por Jeremías contra ellos son consideradas como alucinaciones, y por eso el profeta no será testigo del cumplimiento de ellas 7.
La respuesta de Yahvé a los requerimientos del profeta es un tanto irónica: Jeremías parece ser demasiado débil, pues se da por vencido cuando le esperan mayores contradicciones: Si corriendo con los de a pie te has fatigado, ¿cómo competirás con los caballos? (v.5a). Si se da por vencido en los primeros obstáculos y contrariedades, ¿qué hará cuando le vengan mayores? Hasta ahora su vida ha sido como una competición con peatones, pero llegará un momento en que tendrá que competir en una carrera con caballos. La frase parece ser proverbial adaptada al contexto. Hasta ahora sus opositores han sido extraños a su familia, pero tiempo vendrá en que sus hermanos mismos se le opongan. Esa idea es reforzada por otra imagen: si en tierra de paz no te sientes seguro, ¿qué harás en los boscajes del Jordán? (v.5b). La tierra de paz era la zona libre de peligros de incursiones de ñeras en la meseta palestiniana, y es contrapuesta aquí a la zona baja de la depresión del Jordán con sus boscajes o semiselva, en la que abundaban los animales peligrosos 8. Jeremías ahora está todavía a seguro, como en tierra de paz, en la altiplanicie de Judea; pero tiempo llegará en que tendrá que andar tembloroso como el viajero que se aventura a caminar por las riberas del Jordán. En el v.6 aclara la idea. Sus peores enemigos serán los más allegados, y entonces se sentirá desfallecer (v.6). Debe, pues, prepararse y aceptar callado los caminos de la Providencia. Dios permite que los impíos triunfen y que la copa de la injusticia se llena hasta rebosar de parte de los hombres, sabiendo esperar con magnanimidad. La hora de su intervención y del castigo de los malvados es cosa a El reservada. Entre tanto, da un consejo al profeta para el futuro: No te fíes de ellos cuando te dicen bellas palabras (v.6b). Lo demás son arcanos de su providencia.

Devastación de Jada (7-13).
7 He desamparado mi casa, he abandonado mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en manos de sus enemigos. 8 Fue mi heredad para mí como león en la selva; lanzó contra mí sus rugidos; por eso la aborrecí. 9 ¿Ha venido a ser mi heredad abigarrada ave de rapiña, para que las aves rapaces ronden en torno suyo? Venid, juntaos, fieras todas del campo, venid a devorarla. 10 Muchos pastores han entrado a saco en mi viña y pisotearon mi heredad, han convertido mi deleitosa posesión en desolado desierto. Hicieron de ella una desolación, y está ante mí triste y asolada; toda la tierra es desolación por no haber quien recapacite en su corazón. 12Por todas las colinas peladas del desierto irrumpieron los devastadores, pues la espada de Yahvé devora de un extremo al otro de la tierra, sin dar paz a ser viviente 9. 13 Sembraron trigo y han recogido cardos, se fatigaron trabajando sin provecho, quedaron confusos de su cosecha por la cólera encendida de Yahvé.

Este fragmento parece desconectado del anterior. Son oráculos y profecías reunidas al azar por redactores posteriores. Se habla de una devastación de Judá. Sabemos que en tiempos de Joa-quim (609-598) hubo varias incursiones de pueblos vecinos. Quizá se aluda a estas invasiones parciales. En los ν.7-11 es Yahvé el que habla. Judá ha sido entregada a sus enemigos por permisión de Yahvé: he abandonado mi casa., heredad (v.7). Las expresiones para con Judá son muy afectuosas: mi casa., heredad., lo que amaba mi alma (v.7). Con ello quiere indicar el sentimiento que le produce desamparar a su pueblo por imperativo de su justicia. Ë continuación da la explicación de su conducta: fue mi heredad para mí como león en la selva (v.8). Es una alusión al carácter insolente y agresivo que había revestido la apostasía general de su pueblo. Yahvé tuvo que apartarse como asustado por sus rugidos. Por eso le aborreció. Y la consecuencia ha sido el castigo de la invasión.
La situación de Judá invadida es como la de una abigarrada ave de rapiña puesta por el cazador como reclamo para que las otras aves ronden en torno suyo (v.9). En el hebreo está en forma interrogativa, pero quizá sea mejor entenderlo sin interrogación 10. Las naciones vecinas de Judá caen sobre Judá como las aves se acercan al ave de reclamo. Y es Yahvé mismo el que anima al ataque contra Judá: venid, fieras del campo, venid a devorarla (v.8b). Las fieras del campo son las naciones enemigas de Judá.
A continuación describe la invasión de los enemigos: muchos pastores han entrado a saco en mi viña (v.10). Los pastores son los jefes de los pueblos invasores. Sus ejércitos son como rebaños que devastan un campo ajeno. De nuevo se refleja el tono afectuoso de Yahvé, pues llama a Judá mi viña n, mi heredad, mi deleitosa posesión. A pesar del castigo, siente la predilección por su pueblo elegido, convertido ahora en desolado desierto (v.10b). Y la causa de esta desolación es el desconocimiento de los mandatos de Yahvé: por no haber quien recapacite en su corazón (v.11b). No hay quien piense en la Ley, en los reclamos de los profetas.
Los enemigos circunvecinos de Judá le asaltan por doquier: por todas las colinas del desierto (v.12); parece aludir a las incursiones de amonitas, moabitas y otras tribus de TransJordania que invadían el territorio de Judá por la zona desértica oriental frente al mar Muerto 12. Eran hordas que periódicamente asaltaban la tierra de Yahvé. Pero estos devastadores son instrumentos de la justicia divina: pues la espada de Yahvé devora (v.12b); e.d., su ira desencadenada es como una espada devastadora, que siembra la mortandad por doquier, sin dar paz a ningún ser viviente.
Esta devastación hace que la tierra no dé sus cosechas normales, sino que todo sean cardizales y yermos: sembraron trigo y han recogido cardos (v.13). Los israelitas se habían afanado en sembrar trigo, confiados en la paz, que creían permanente, y a la hora de la cosecha se han encontrado que sus campos habían sido saqueados y devastados 13. Por eso, sus fatigas han sido sin provecho, quedando avergonzados de su cosecha, es decir, burlados en sus esperanzas.

La suerte de las naciones circunvecinas (14-17).
14 Así dice Yahvé acerca de mis malos vecinos, que asaltan la heredad que yo di en herencia a mi pueblo, Israel: He aquí que yo los arrancaré de sus tierras y arrancaré a la casa de Judá de en medio de ellos, 15 y sucederá que, después de haberlos arrancado, volveré a tener misericordia de ellos y los haré volver cada uno a su propiedad, cada uno a su tierra; 16 y cuando hayan aprendido los caminos de mi pueblo y juren en mi nombre: “¡Viva Yahvé!” como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, serán establecidos en medio de mi pueblo. 17 Pero, si no escucharen, arrancaré esa nación de raíz, y perecerán, oráculo de Yahvé.

Ahora se anuncia el castigo de estos pueblos devastadores de Judá. Han sido instrumentos de la justicia divina, pero a su vez van a ser castigados por sus desmanes. Isaías llama a Asiría “vara de su ira,” en cuanto que castiga al pueblo israelita pecador; pero después lanza profecías conminatorias contra ella por haberse excedido en su cometido 14. Jeremías en el c.2 dice que, después de haberse servido Yahvé de Babilonia como instrumento de castigo, se volverá contra ella para castigarla 15. La expresión mis malos vecinos 16 puede entenderse en boca de Dios, en cuanto que consideraba a Judá como su viña, su heredad, como aparece en los versos anteriores. Las naciones, pues, son vecinas de Yahvé, protector de su pueblo, su heredad: asaltan la heredad que yo di en herencia a mi pueblo (v.14). Esos pueblos sufrirían la misma suerte de la cautividad que sufrirá Judá: los arrancaré de sus tierras (v.14b). Más tarde hablará en concreto de la suerte de cada una de las naciones paganas 17. Y el pueblo de Yahvé, pecador, será el primero en sufrir la terrible suerte del exilio: arrancaré la casa de Judá. Después de la prueba, Yahvé volverá a tener misericordia de esos pueblos.
La profecía se abre hacia perspectivas mesiánicas universalistas 18. Habrá una reconciliación general, de tal forma que todos los pueblos puedan asociarse a la felicidad mesiánica del pueblo escogido. Sólo exige de las naciones la conversión y el reconocimiento de su soberanía: cuando hayan aprendido mis caminos y juren en mi nombre: “¡Viva Yahvé!” (v.16). Es un deber, por otra parte, de justicia ese reconocimiento solemne de la soberanía de Yahvé adhiriéndose a Judá, pues esos pueblos paganos fueron la causa de la defección del pueblo elegido, enseñándole a jurar por Baal. Además, deben seguir los caminos del pueblo elegido. Supuesto este cambio, serán incorporados a la nueva teocracia (v.17b). Podrán con ello participar de las promesas y bendiciones del pueblo elegido 19. Al contrario, si se obstinan en no reconocer a Yahvé como Dios supremo, serán desenraizados y perecerán (v.17).

1 Literalmente “sus ríñones.” – 2 Cf. Jer 7:4.8-10.21ss; Jer 8:8; Jer 11:15. – 3 Cf. Mat 15:8, – 5 Isa 29:17. – 4 Cf. Deu 7:26; Deu 13:17; Jos 6:17. – 6 Cf. Isa 29:13. – 7 Los LXX leen: “No ve Dios nuestros caminos.” En ese caso parece aludir al ateísmo práctico de los impíos, que no se preocupan de si existe Dios o no. – 8 Cf. Jer 49:19. – 9 Literalmente, en hebreo, “toda carne.” – 10 El sentido de “abigarrado” es oscuro. Los LXX traducen: “¿Se ha convertido mi heredad en caverna de hiena?” – 11 Cf. Jers.io; 6:9; Is 5:5- – 12 Cf. 2Re 24:2. – 13 Cf. Jue 6:3-4. – 14 Cf. Isa 10:5-27. – 15 Cf. Jer 25:71Jer 25:12. – 16 En LXX y Targ. falta mt’s, que aparece en el heb., Vg., Sir. – 17 Cf. Jer c.46-49- – 18 Cf. Jer 48:47; Jer 49:6. – 19 Cf. Jer 16:19; Jer 46:25; Isa 18:17; Isa 19:23; Sal 87:4.

Fuente: Biblia Comentada

¿Por qué … ? La pregunta acerca de por qué los malos escapan por un tiempo del sufrimiento ha sido planteada con frecuencia por el pueblo de Dios (cp. Sal 73:1-28; Hab 1:2-4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— ¿Por qué prospera la conducta del malvado?: Una pregunta que siempre torturó a los fieles israelitas. Es el problema de la retribución, que tanto preocupó a los salmistas y al autor del libro de Job.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Hab 1:13; Sal 51:4; Job 21:7-13; Job 21:30-33.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

12.1-6 Muchos han preguntado: «¿Por qué es prosperado el camino de los impíos?» (Véanse, por ejemplo Job 21:4-21; Hab 1:1-4.) Jeremías sabía que al final llegaría la justicia de Dios, pero El se impacientaba debido a que quería que la justicia llegara pronto. Dios no da una respuesta doctrinal, en vez de eso nos hace un desafío: Si Jeremías no pudo resolver esto, ¿cómo enfrentaría las injusticias venideras? Es natural que demandemos un juego justo y que clamemos por justicia en contra de los que se aprovechan de los demás. Pero cuando pidamos justicia, debemos darnos cuenta que nosotros mismos estaremos en grandes dificultades si Dios nos da a cada uno lo que realmente merecemos.12.5, 6 La vida fue sumamente difícil para Jeremías a pesar de su amor y obediencia a Dios. Cuando clamó a El para que le diera alivio, su respuesta en efecto fue: «Si tú crees que esto es malo, ¿cómo te las arreglarás cuando esto se vuelva realmente difícil?» No todas las respuestas de Dios a la oración son agradables ni fáciles de aceptar. Cualquier cristiano que ha experimentado una guerra, dolor o enfermedad seria lo sabe. Sin embargo, debemos estar comprometidos a Dios aun cuando los tiempos se vuelvan difíciles y cuando sus respuestas a nuestras oraciones no nos den un alivio inmediato.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 718 Gén 18:25; Sal 51:4; Sal 145:17; Sof 3:5

b 719 Job 12:6; Job 21:7; Sal 37:1; Sal 73:3; Jer 5:28; Mal 3:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

presento mi causa…asuntos de justicia…discutir. Jeremías reconoce que Dios es el juez justo del mundo (cp. Gn 18:25; Sal 51:4; Ro 3:4), pero quiere comprender la justicia de Dios, porque deja que los malvados salgan impunes (vers. 1a– 4).

¿Por qué prospera…los impíos…viven en paz…obran con perfidia? Estos sentimientos se expresan a menudo en el A.T. (cp. Job 9:13– 24; 21:7– 26; Sal 37; Mal 3:14), y reflejan la creencia de la gente de que la prosperidad indicaba el favor divino. Pero ni la prosperidad ni la falta de ella son indicadores absolutos de la justicia o el pecado de uno, o de la aprobación o desaprobación de Dios (pero cp. 18:7– 11).

Fuente: La Biblia de las Américas

Segunda confesión de Jeremías (v. coment. en 11:18– 20).

Fuente: La Biblia de las Américas

Jeremías formuló la pregunta milenaria: ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos…? La respuesta de Dios es advertirle que habría una oposición aún mayor de los habitantes de Jerusalén (caballos, v. Jer 12:5) que la que había experimentado de los de Anatot (los de a pie, v. Jer 12:5).

la espesura del Jordán. La rica tierra de la parte baja del Jordán habitada por las fieras (cp. Jer 49:19).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[1] Job 21, 7.

Fuente: Notas Torres Amat