Comentario de Jeremías 25:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
La palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual era el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
Año 606 a.C.
en el año cuarto. Jer 36:1; Jer 46:2; 2Re 24:1, 2Re 24:2; Dan 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jeremías, reprueba la desobediencia de los judíos, Jer 25:1-7,
y predice los setenta años de cautividad, Jer 25:8-11,
y despues de eso, la destrucción de Babilonia, Jer 25:12-14.
De la copa de vino predice la destrucción de todas las naciones, Jer 25:15-33.
El aullar de los pastores, Jer 25:34-38.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En este punto comienza la segunda parte del Libro de Jeremías. En los capítulos Jer 2:1-37; Jer 3:1-25; Jer 4:1-31; Jer 5:1-31; Jer 6:1-30; Jer 7:1-34; Jer 8:1-22; Jer 9:1-26; Jer 10:1-25; Jer 11:1-23; Jer 12:1-17; Jer 13:1-27; Jer 14:1-22; Jer 15:1-21; Jer 16:1-21; Jer 17:1-27; Jer 18:1-23; Jer 19:1-15; Jer 20:1-18; Jer 21:1-14; Jer 22:1-30; Jer 23:1-40; Jer 24:1-10, Jeremías habla principalmente contra los pecados de Judá y Jerusalén. A partir del cap. Jer 25:1-38, no habla sólo a Judá y a Jerusalén, sino a las naciones de la tierra.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Todo el capítulo sirve como transición entre las dos principales colecciones de oráculos de Jeremías. Muchos especialistas ven este capítulo como un discurso resumido de la primera sección (caps. Jer 2:1-37; Jer 3:1-25; Jer 4:1-31; Jer 5:1-31; Jer 6:1-30; Jer 7:1-34; Jer 8:1-22; Jer 9:1-26; Jer 10:1-25; Jer 11:1-23; Jer 12:1-17; Jer 13:1-27; Jer 14:1-22; Jer 15:1-21; Jer 16:1-21; Jer 17:1-27; Jer 18:1-23; Jer 19:1-15; Jer 20:1-18; Jer 21:1-14; Jer 22:1-30; Jer 23:1-40; Jer 24:1-10) de oráculos de juicio contra Judá. Pero también introduce la segunda sección (caps. Jer 26:1-24; Jer 27:1-22; Jer 28:1-17; Jer 29:1-32; Jer 30:1-24; Jer 31:1-40; Jer 32:1-44; Jer 33:1-26; Jer 34:1-22; Jer 35:1-19; Jer 36:1-32; Jer 37:1-21; Jer 38:1-28; Jer 39:1-18; Jer 40:1-16; Jer 41:1-18; Jer 42:1-22; Jer 43:1-13; Jer 44:1-30; Jer 45:1-5; Jer 46:1-28; Jer 47:1-7; Jer 48:1-47; Jer 49:1-39; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64) de oráculos contra las naciones, comenzando con Judá. El capítulo Jer 25:1-38 tiene dos partes:
(1) el oráculo núcleo: juicio contra Judá y Babilonia (vv. Jer 25:1-14) y
(2) juicio sobre las naciones. (vv. Jer 25:15-38).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
En los caps. Jer 25:1-38; Jer 26:1-24; Jer 27:1-22; Jer 28:1-17; Jer 29:1-32; Jer 30:1-24; Jer 31:1-40; Jer 32:1-44; Jer 33:1-26; Jer 34:1-22; Jer 35:1-19; Jer 36:1-32; Jer 37:1-21; Jer 38:1-28; Jer 39:1-18; Jer 40:1-16; Jer 41:1-18; Jer 42:1-22; Jer 43:1-13; Jer 44:1-30; Jer 45:1-5; Jer 46:1-28; Jer 47:1-7; Jer 48:1-47; Jer 49:1-39; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64 se representa el juicio contra Judá y Babilonia en la misma manera que Jer 2:1-3 representa los caps. Jer 2:1-37; Jer 3:1-25; Jer 4:1-31; Jer 5:1-31; Jer 6:1-30; Jer 7:1-34; Jer 8:1-22; Jer 9:1-26; Jer 10:1-25; Jer 11:1-23; Jer 12:1-17; Jer 13:1-27; Jer 14:1-22; Jer 15:1-21; Jer 16:1-21; Jer 17:1-27; Jer 18:1-23; Jer 19:1-15; Jer 20:1-18; Jer 21:1-14; Jer 22:1-30; Jer 23:1-40; Jer 24:1-10, es decir, para proveer en forma de semilla de la esencia del contexto mayor. Los temas clave en forma seminal son:
(1) el juicio de Jehová contra Judá (vv. Jer 25:1-11), que anticipa los caps. Jer 26:1-24; Jer 27:1-22; Jer 28:1-17; Jer 29:1-32; Jer 30:1-24; Jer 31:1-40; Jer 32:1-44; Jer 33:1-26; Jer 34:1-22; Jer 35:1-19; Jer 36:1-32; Jer 37:1-21; Jer 38:1-28; Jer 39:1-18; Jer 40:1-16; Jer 41:1-18; Jer 42:1-22; Jer 43:1-13; Jer 44:1-30; Jer 45:1-5 y
(2) el juicio de Jehová contra Babilonia (en representación de las naciones, vv. Jer 25:12-14, Jer 25:15-38), los cuales anticipan los capítulos Jer 46:1-28; Jer 47:1-7; Jer 48:1-47; Jer 49:1-39; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64. Se da como fecha el cuarto año de Joacim (el primer año de Nabucodonosor), o 605-604 a.C.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
el año primero de Nabucodonosor: En el 605 a.C Nabucodonosor sucedió a su padre en el trono de Babilonia. Prontamente movió su ejército hacia Carquemis y derrotó a los egipcios y a algunos asirios. Las fuerzas de Nabucodonosor ganaron el control de toda Palestina el año siguiente, y llegaron hacia el sur hasta el arroyo de Egipto.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL AÑO PRIMERO DE NABUCODONOSOR. Este fue el año 605 a.C., una fecha importante porque el reinado de Nabucodonosor marca el inicio de cuatro reinos sucesivos que iban a tener el dominio del mundo (véase Dan 2:1-49 y Dan 7:1-28).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
25. Castigo de Judá. El Cáliz de la Ira Divina. Juicio sobre las naciones.
Este capítulo es una recapitulación de oráculos diversos contra los judíos y las naciones. El momento de esta proclamación sumaria de oráculos es en el 605, cuando Nabucodonosor venció a los egipcios definitivamente en Carquemis. Este capítulo parece cerrar el libro dictado por Jeremías a Baruc11. Comprende tres partes: a) oráculos contra Judá (v.1-14.); b) contra las naciones (15-29); c) desolación de todos los reinos de la tierra (30-38). En la primera y segunda parte, los LXX ponen oráculos contra las naciones que el TM pone al fin del libro. Indudablemente que este capítulo ha sufrido muchas manipulaciones redaccionales. Es como una introducción a los oráculos contra las naciones paganas.
Apoetasía de Jada (1-7).
1 Palabra de Yahvé que acerca del pueblo todo de Judá llegó a Jeremías el año cuarto de Joaquim, rey de Judá, es decir, al año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia, 2y que pronunció el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo: 3 Desde el año trece de Josías, hijo de Ammón, rey de Judá, hasta el día de hoy, veintitrés años ya, he recibido la palabra de Yahvé, y os la he predicado pronto y reiteradamente, y no habéis escuchado. 4Os envió Yahvé todos sus siervos los profetas una y otra vez, y tampoco escuchasteis, no les disteis oídos 5 cuando decía: Convertios de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras, y habitaréis la tierra que Yahvé os dio a vosotros y a vuestros padres por eternidad de eternidades. 6 No os vayáis tras de los dioses ajenos para servirles y adorarlos. No provoquéis mi cólera con las obras de vuestras manos, y no vendrá el mal sobre vosotros. 7 Pero no me escuchasteis – oráculo de Yahvé – , provocándome con las obras de vuestras manos para vuestro mal.
Es la primera vez que se da la fecha de la proclamación de un oráculo. Sabemos por el c.36 que Jeremías reunió los oráculos pronunciados desde su iniciación profética (627-605). El presente oráculo tuvo lugar el año cuarto de Joaquim, rey de Judá (v.1), es decir, el año 605. La frase el año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia, falta en el texto griego, y es considerada generalmente como glosa. Nabucodonosor sucedió a su padre, Nabopolasar, en el 605, que coincide, más o menos, con el año cuarto del rey Joaquim, que sucedió a su hermano Joacaz en el 609.
El profeta nos da el año trece de oslas como principio de su misión profética, como en 1:2. En el tiempo en que redacta estos oráculos (605) lleva, pues, ya veintitrés años de ministerio profético, cifra que se obtiene partiendo del 627 (“año trece de Josías”) hasta el 605, contando dos veces el año 609, en que subió al trono Joaquim (es el último de Josías y el primero de Joaquim, y, por tanto, atribuible a ambos reyes, por lo que en el cómputo figura como duplicado).
La frase no habéis escuchado (v.3) falta en los LXX. El v.4 es una repetición literal Deu 7:25-26, y parece glosa explicativa, que interrumpe la ilación lógica.
En los v.5-6 se resume la sustancia de la predicación profética de Jeremías: recriminación por la apostasía e invitación a la conversión para ser digno de las promesas de Yahvé, sobre todo para volver a gozar de la pacífica posesión de la tierra de Canaán que les había dado.
Anuncio del castigo por la apostasía (8-11).
8 Por eso, así dice Yahvé de los ejércitos: Porque no habéis escuchado mis palabras, 9 he aquí que convocaré todas las tribus del aquilón – oráculo de Yahvé – , a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los haré venir contra esta tierra, y contra sus habitantes, y contra todas las naciones que la rodean, y los destruiré y los convertiré en desolación, objeto de burla y en ruinas eternas. 10 Haré desaparecer de ellos los cantos de alegría, las voces de gozo, el canto del esposo y el canto de la esposa, el ruido de la muela y el resplandor de las antorchas. 11 Y toda esta tierra será ruina y desolación, y servirán las gentes estas al rey de Babilonia setenta años.
Por esta obstinación en seguir los malos caminos, Yahvé va a hacer uso de su justicia vengadora. El castigo vendrá del norte, como en 1:15. Yahvé va a tomar como instrumentos de su furor a los babilonios: convocaré todas las tribus del aquilón (v.8). La frase Nabucodonosor, rey de Babilonia, falta en los LXX, y parece glosa explicativa. Las tribus son los diversos pueblos que formaban parte del ejército asirio, nutrido en gran parte de mercenarios de los pueblos vencidos. Si la expresión del TM mi siervo, aplicada a Nabucodonosor (falta en los LXX), es auténtica, tendría el sentido de instrumento de la justicia divina, como Ciro, al que se le llama en Isaías “mi ungido.”1 Ese ataque contra el pueblo elegido prevaricador adquiere el valor de una cruzada, y los invasores son considerados como “consagrados” para la guerra que trae la purificación de Israel. Siempre los profetas se mueven en los planes de la teología de la historia, y ven a través de las tramas históricas el hilo sutil de los planes misteriosos de Dios.
Pero este castigo no será sólo sobre Judá, sino que alcanzará a las naciones que la rodean (v.8b), que con sus influencias idolátricas y sus intromisiones políticas han inducido al pueblo escogido a orientarse por los caminos de la apostasía y del materialismo. La expresión los destruiré (v.10) tiene un sentido hiperbólico. El verbo hebreo utilizado está formado de la palabra jerem, término técnico en la Biblia para indicar la exterminación total 2. Aquí, sin embargo, ha de atenuarse a la luz de otras profecías, en las que se dice que se salvará un “resto” como núcleo futuro de restauración. El castigo para Israel tiene siempre en los profetas un sentido de “purificación,” no de exterminio. Pero de momento la desolación del país será general, sin que se oigan los tradicionales cantos nupciales del esposo y de la esposa y el ruido de la muela (v.10), símbolo de la paz tranquila en un país 3. En tiempos de guerra se añoran estos signos de vida que en épocas de paz resultan triviales. La mujer a la muela simboliza la paz y la abundancia.
Después de ser asolada la tierra de Judá, sus habitantes y las gentes servirán al rey de Babilonia setenta años (v.11)4. Si la lección del TM es auténtica, se anunciaría la sumisión de las naciones vecinas a Judá por un término de setenta años.
Anuncio de la caída y destrucción de Babilonia (12-14).
12 Y al cabo de setenta años, yo pediré cuentas al rey de Babilonia y a la nación aquella – oráculo de Yahvé – de sus maldades, y a la tierra de los caldeos, y la convertiré en eterna desolación. 13 Y haré venir sobre aquella tierra todo lo que anuncié, todo lo que está escrito en este libro, lo que profetizó Jeremías contra todos los pueblos. 14 Porque también ellos serán sojuzgados por otros pueblos grandes y por reyes poderosos, y yo les retribuiré según su merecido, según las obras.
La cifra de setenta años corno término del imperio babilónico, y, en consecuencia, de la cautividad de los israelitas, no ha de entenderse de modo matemático, sino en números redondos, como equivalente a la vida de un hombre. Es inútil, pues, hacer cálculos buscando el término de partida (momento de este oráculo, 695) y la fecha tope de la desaparición del imperio babilónico bajo Ciro (538), que es la fecha de la liberación de los exilados hebreos 5.
El v.13 es considerado como una adición redaccional, pues se alude a los c.50-51. La frase lo que profetizó Jeremías contra los pueblos, en los LXX constituye el título de los oráculos contra las naciones (c.50-51 del TM), que intercala en este lugar.
La hora de la ruina del imperio babilónico está decidida en los designios divinos; otros pueblos grandes (v.14) lo sojuzgarán, alusión a la coalición medo-persa que caerá como una trompa sobre las llanuras mesopotámicas, extendiendo su imperio hasta Grecia y el Alto Egipto.
El cáliz de la cólera de Yahvé (15-29).
15 Porque así me dijo Yahvé, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa de espumoso vino 6 y házselo beber a todos los pueblos a los que yo te he enviado. 16 Que beban, que se tambaleen, que enloquezcan ante la espada que yo arrojaré en medio de ellos. 17Y tomé la copa de la mano de Yahvé y la di a beber a todas las naciones a las que me envió Yahvé: 18a Jerusalén y a todas las ciudades de Judá, a sus reyes, a sus príncipes, para hacer de ellos ruina, desolación, burla y maldición, como es hoy. 19Al faraón, rey de Egipto; a sus servidores y a sus príncipes y a todo su pueblo; 20a todos los advenedizos, a todos los reyes de la tierra de Us y a todos los reyes de la tierra de los filisteos: a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al resto de Asdod; 21a Edom, a Moab y a los hijos de Amón; 22a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las islas que están pasado el mar; 23a Dedán, a Tema, a Buz, a todos los que se rapan las sienes; 24a todos los reyes de Arabia y a todos los monarcas de occidente que habitan en el desierto; 25a todos los reyes de Zimrí, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media; 26a todos los reyes del norte, próximos y lejanos, y a todos los reinos de la tierra que habitan la superficie del suelo; y el rey de Sesac beberá después de ellos. 27Y les dirás: Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, embriagaos, vomitad y caed para no levantaros ante la espada que yo echaré entre vosotros. 28 Y si rehusaren tomar de tu mano la copa y beber de ella, les dirás: Así dice Yahvé de los ejércitos: Tendréis que beber, 29 porque si yo, al desatar el mal, he comenzado por la ciudad en que se invoca mi nombre, ¿ibais a quedar vosotros impunes? No quedaréis, pues que llamaré a la espada contra todos los moradores de la tierra – oráculo de Yahvé de los ejércitos.
Después de anunciar enfáticamente que también los babilonios recibirán su merecido, de un modo apocalíptico y arrebatador se describe la hora de la justicia divina sobre todas las naciones culpables. Dios mismo ofrece al profeta la copa rezumando ira para que se embriaguen de ella todos los pueblos (v. 15). Después se enumeran muchos de éstos. Sin duda que el texto ha sido muy retocado por redactores posteriores. De hecho, algunos de los nombres de naciones que después da el TM faltan en los LXX7. Ya hemos indicado que este c.25 es como una recapitulación de oráculos de Jeremías para cerrar la primera serie del libro actual y, a la vez, una introducción a los llamados oráculos conminatorios contra las naciones, expuestos en los 0.50-51. Después de hablar del castigo sobre Judá, se extiende al de sus naciones paganas circunvecinas, para dilatarse, en fin, su perspectiva a todos los pueblos. Es el procedimiento que hemos encontrado en el libro de Isaías 8. La profecía de Jeremías es menos espectacular, pues falta el elemento cósmico. No obstante, la doctrina teológica es la misma, ya que se trata de reinvidicar la justicia divina, conculcada por todos los pueblos. Todo se halla sometido al hilo de los misteriosos designios divinos, y las historias particulares de todas las naciones son sólo una parcela de esa inmensa perspectiva histórica teológica, según la cual las exigencias de la justicia y la santidad divina regulan la marcha de los pueblos.
La metáfora de la copa del furor divino es corriente en la literatura bíblica. La cólera divina es concebida como un líquido embriagador que está llenando paulatinamente la copa hasta desbordarse sobre las naciones pecadoras. Bajo el efecto del castigo de la ira divina, el hombre sentirá los mismos efectos que el ebrio bajo el licor espumoso: aturdimiento, temblor y desvarío total de la mente 9. La metáfora es plástica, y no ha de entenderse a la letra la visión imaginativa. No es necesario suponer, al estilo de los libros apocalípticos, que Yahvé, como Juez sentado en un trono, ofrece la copa al profeta para que la entregue a las naciones allí reunidas. Es una simple metáfora para indicar que debe anunciar el inminente y terrible castigo divino: que beban, que se tambaleen, que enloquezcan ante la espada (v.16).
La primera nación que tendrá que apurar la copa de la cólera divina es Jerusalén, pueblo elegido, con sus reyes, príncipes (v.18). Su condición de pueblo escogido entre todos hace que sus transgresiones adquieran un carácter de ingratitud imperdonable. Por eso, la primera que se verá envuelta en la ruina, la desolación, será la tierra de Judá, de forma que venga a ser objeto de burla y de maldición para todas las otras naciones 10.
A continuación viene la amenaza contra Egipto (v.19), principal instigadora de la política de rebelión contra Babilonia. Egipto siempre había sostenido las ilusiones nacionalistas de muchos judíos, prometiéndoles una ayuda que nunca habría de ser eficaz 11. La expresión sus advenedizos (v.50) alude a la población flotante forastera que en todas las épocas se había sumado a Egipto 12, lugar de concentración de pueblos asiáticos en el alto Delta, por su feracidad. Todos éstos, pues, sufrirán la suerte del país del faraón y de sus principes. La tierra de Us falta en el texto griego. Parece que era una región al sudeste de Palestina, cerca de Edom, en los confines de Arabia 13. Después se enumeran cuatro de las ciudades de la pentápolis filistea: Ascalón, Gaza, Ecrón y el resto de Asdod, en la franja costera de Palestina. Falta sólo Gat, que había perdido su importancia por haber sido absorbida por los israelitas 14. La extraña expresión resto de Asdod parece aludir al estado de la ciudad después de la destrucción realizada por Psamético I, rey de Egipto (666-610 a.C.) 15. Edom, Moab y Amón constituyen la TransJordania actual, enumeradas de sur a norte 16. Eran los tradicionales enemigos de Judá, que vejaron sistemáticamente al pueblo israelita, sobre todo después de la catástrofe del 586 a.C.
Tiro y Sidón eran las dos grandes metrópolis fenicias, verdaderos emporios comerciales del Próximo Oriente, que habían creado muchas colonias comerciales en todas las costas del Mediterráneo. Los reyes de las islas son los soberanos de las ciudades de las costas del Mediterráneo, juntamente con las clásicas islas de Chipre y Greta. Se los cita junto a Tiro y Sidon por las íntimas relaciones comerciales que tenían con estas dos ciudades, de las que muchas ciudades mediterráneas eran filiales. La palabra islas tiene el sentido de ciudades costeras 17: son la colonias fenicias del Mediterráneo y los pueblos que con Sidón y Tiro tenían relaciones comerciales, dependiendo en cierto modo de los dos grandes emporios fenicios. Después el profeta enumera diversas localidades del desierto siró-arábigo: Dedán, identificado hoy con el-Ela, a 300 kilómetros de Medina 18. Tema, la actual Teima, a unos 150 kilómetros al nordeste del oasis de el-Ela mencionado, en la ruta de Damasco a la Meca.
Buz, tribu aramea-árabe según la Biblia, pero no localizada 19. Los que se rapan la cabeza (v.23): expresión genérica para designar a los árabes del Norte. El v.24 es una expresión general para indicar todas estas localidades: todos los reyes de Arabia. Zimrí es desconocido. Falta en el texto griego 20. Elam y Media, bien conocidos, aparecen ya asociados en la literatura profética anterior 21. Eran dos reinos contiguos al este de Mesopotamia y habían colaborado con los babilonios para aplastar el imperio asirio en el 612, fecha de la caída de Nínive. Los reyes del Norte (v.26) son los reinos de la zona de Elam en general. Asiría no es nombrada porque ya había sido destruida, y Babilonia será anunciada más tarde de un modo muy particular. Por otra parte, ahora es el instrumento de la ira vengadora de Yahvé sobre los otros pueblos. La frase y el rey Sesac beberá después de ellos (v.26) falta en los LXX y tiene todos los visos de ser una adición cabalística posterior. La palabra Sesac es considerdada como equivalente a Babilonia según las reglas cabalísticas del sistema de combinación de letras llamado atbash 22. Si la frase es auténtica, se anunciaría que Babilonia (Sesac) sufriría la suerte de los otros pueblos: beberá después de ellos del cáliz de la ira divina.
Los v.27-29 encuentran su lugar apropiado detrás del v.26. El v.27 reproduce sustancialmente el v.16. Quizá el profeta quiere destacar la firmeza indefectible del juicio futuro sobre los pueblos. Así, la expresión bebed, embriagaos., caed para no levantaros (v.28), tiene el carácter de anuncio enfático sobre el irremediable juicio punitivo sobre las naciones. El cáliz de la ira divina se ha colmado, y es preciso que todos los pueblos culpables experimenten los efectos de una embriaguez entontecedora, como consecuencia del castigo de Yahvé: tendréis que beber (v.28). No les toca elegir a las naciones, sino sufrir resignados la suerte que se les impone. Es una exigencia de la justicia divina ultrajada, que, si no ha perdonado a Jerusalén, la ciudad en que se invoca su nombre (v.29), objeto de sus complacencias, no iba a dejar impunes a las naciones paganas prevaricadoras.
Jerusalén, como capital de Judá, era la esposa de Yahvé, que le daba su nombre 23. Pero la santidad divina no podía permanecer indiferente a las transgresiones e ingratitudes de su pueblo 24, y mucho menos a las de pueblos que no están vinculados de un modo especial a El. Por eso llamará la espada contra todos los moradores de la tierra (v.29); es el anuncio de la devastación y la guerra como medio de castigo y de reivindicación de sus derechos.
El juicio de Yahvé sobre todos los pueblos (30-38).
30 Y tú les profetizarás todas estas palabras, diciéndoles: Ruge Yahvé desde lo alto, desde su santa morada lanza su voz, ruge fuertemente contra su pradería, lanza el grito de los lagareros contra todos los moradores de la tierra. 31 Llega su estrépito hasta los confines de la tierra, porque juzgará Yahvé a las gentes, y será este juicio contra toda carne; los malvados los entregó al filo de la espada, oráculo de Yahvé. 32 Así dice Yahvé de los ejércitos: He aquí que el mal pasará de nación en nación; un fortísimo huracán se desencadenará desde los extremos de la tierra, 33 y habrá heridos de Yahvé en ese día del uno al otro cabo de la tierra. No serán llorados, no serán recogidos ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra. 34 Ululad, pastores, y clamad, y encenizaos, mayorales de la grey, porque ha llegado el día de vuestra matanza y caeréis como carneros selectos25. 35No habrá posibilidad de huir para los pastores, ni salvación para los mayorales de la grey. 36Gritos de espanto de los pastores, clamores de los mayorales de la grey, porque ha devastado Yahvé sus pastizales. 37 Han enmudecido las pacíficas praderas ante el furor de la ira de Yahvé. 38 Ha abandonado como león joven su guarida, pues ha sido devastada su tierra ante la espada destructora, ante el furor de su ira.
Yahvé se manifiesta terroríficamente, rugiendo desde lo alto, desde su mansión elevada en los cielos26. Es presentado, pues, como un león dispuesto a lanzarse sobre su presa, que es su pradería, la tierra santa de Yahvé, donde pasta su rebaño ingrato, Israel27. Yahvé se siente alegre al ver llegar el momento de la manifestación de su justicia, y por eso lanza el jubiloso grito de los lagareros (v.30c), proverbial como signo de alegría28. La alegría de los vendimiadores y lagareros simboliza aquí el grito victorioso de Yahvé, que ataca a su pueblo pecador y a todos los moradores de la tierra (v.30c). La perspectiva se extiende no sólo sobre Judá, sino que abarca a todos los reinos del universo. Todas las naciones son transgresoras; por eso el juicio de Yahvé sera sobre toda carne (v.31) 29.
La ira de Dios vengador se alza como fortísimo huracán (v.32). Es la guerra traída por el invasor babilónico, instrumento de Yahvé para hacer valer los derechos conculcados de su justicia, desde los extremos de la tierra. El flagelo de la guerra dejará el país sembrado de heridos de Yahvé (v.33), e.d., víctimas de la ira divina 30.
El profeta invita a los caudillos de los pueblos invadidos a hacer duelo por la devastación de su país: Ululad, pastores, gritad (v.34). Las expresiones pastores., mayorales de la grey, para designar a los jefes de los pueblos, son ya habituales en Jeremías 31. Los caudillos de los pueblos son los principales responsables de la catástrofe, por su influencia oficial y su mal ejemplo al llevar a sus pueblos respectivos por caminos opuestos a los de las leyes naturales. Se les llama carneros selectos, como víctimas escogidas de propiciación en el gran holocausto que Yahvé va a realizar. Por eso les invita a cubrirse de ceniza, como signo externo de duelo. Es una alusión irónica al cambio de perspectiva en su vida. Hechos a verse vestidos de sedas recamadas, tendrán que practicar el más humillante de los lutos 32. La consternación es general, y la misma naturaleza inanimada se asocia al duelo de los mayorales de la grey. Los países tranquilos, en los que la gente vivía en paz y prosperidad como rebaños en sus praderas ubérrimas, son reducidos a la ruina: han enmudecido las pacificas praderas (v.37). Ha pasado el furor de la ira divina (v.37), y todo son ruinas y devastaciones; las antes ubérrimas praderas, alegres con sus numerosos rebaños, han enmudecido, y todo es desolación. El ejército invasor, enviado por Yahvé, es como un león que ha abandonado su guarida (v.38) para llevar la devastación a su tierra, e.d., la tierra santa de Judá. De nuevo la perspectiva se centra particularmente en la heredad de Yahvé, la tierra de Israel. La justicia divina ha traído al invasor babilonio a su tierra como medio de purificación de sus habitantes culpables.
1 Cf. Isa 44:28. – 2 Cf. Deu 7:2; Jos 6:18; Jos 8:26; Jos 10:1; Jer 18:16; Jer 18:19, Jer 18:8. – 3 Cf. Jer 7:34; Jer 16:9. – 4 Los LXX leen: “Toda la tierra será una desolación, y servirán entre las naciones durante setenta años.” – 5 Cf. Isa 47:6-7; Jer 0.50-51; Isa 14:13; Isa 47:10; Bar 6:42. – 6 Así según el texto de los LXX. El TM lee: “copa de vino de la ira.” – 7 Faltan Us, Arabia, Zimri y no se alude al rey Sesac. – 8 Cf. Is c.13-14 y 24-27. – 9 Cf. Jer 49:12; Jer 51:7; Lam 4:21; Isa 51:17.21; Eze 23:31; Abd 1:2 :15.16; Sal 60:5; Sal 75:9; Rev 14:10. – 10 La frase como es hoy (v.18) falta en los LXX y es ciertamente una adición posterior. Cf. Jer 5:11; Jer 5:19, Jer 5:8; Jer 24:9; Jer 29:18. – 11 Cf. Jer 2:36; Is 31:3- – 12 Cf. la misma expresión en Exo 12:38. – 13 Cf. Job 1:1; Lam 4:21. – 14 Cf. Amo 1:7; Sof 2:4; Zac 9:5- – 15 Cf. Herod., II 157. – 16 Cf. Jer 49:7-22; Jer 48:1; Jer 49:1-6. – 17 Cf. Isa 20:6; Isa 23:2-5. – 18 Cf. RB (1910) p.521-531 – 19 Cf. Gen 22:21. – 20 Algunos quieren identificar Zimri con los cimerios de Gén 10:2, los gimirri de los textos cuneiformes. – 21 Cf. Isa 21:2. – 21 Cf. IS 21,2. – 22 Según este procedimiento cabalístico, las letras primeras del alefato debían coincidir con las ultimas; de ahí el nombre de atbash; es decir, α y í, primera y última letras, eran seguidas de la segunda, b, y penúltima, shin, y así sucesivamente. Por este procedimiento tenemos que Sheshac equivale a Babel. – 23 Cf. Jer 2:2.7; Jer 7:10; Jer 14:9; Jer 15:16. – 24 Cf. Eze 9:6; Abd 1:16; Luc 23:31; 1Pe 4:18. – 25 Así según los LXX. El TM dice “carneros de matanza.” – 26 Compárese Amo 1:2 y Joe 4:16. – 27 Cf. Jer 9:9; Jer 10:24; Jer 23:3. En 6:2, Judá es la “pradería de Yahvé.” – 28 Cf. Isa 16:10; Lam 1:15; Isa 63:1; Joe 4:13; Jer 48:33. – 29 Cf. Isa 3:13-14. – 30 Cf. Isa 66:16; Jer 8:2; Jer 9:22; Jer 12:12; Jer 16:4. – 31 Cf. Jer 10:21; Jer 22:22. – 32 Cf. Jer 6:26.
Fuente: Biblia Comentada
en el año cuarto. La fecha es entre 605 y 604 a.C. mientras Joacim reinaba en 609-598 a.C. el año primero. Nabucodonosor reinó entre 605 y 562 a.C.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— del reinado de Joaquín: Este año coincide con la victoria de Nabucodonosor sobre el faraón Necó en Carquemis (605 a. C.), victoria que significó el afianzamiento del imperio neobabilónico.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
25.1ss Jeremías dio este mensaje en 605 a.C., año en el que Nabucodonosor subió al poder. Desde el versículo 3 aprendemos que el comienzo del ministerio de Jeremías fue en 627 a.C. Predijo los setenta años de cautiverio veinte años antes de que comenzara.25.2-6 ¡Imagínese predicar el mismo mensaje durante veintitrés años y ser siempre rechazado! Jeremías se enfrentó a esto, pero debido a que entregó su vida a Dios, continuó proclamando el mensaje: «Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestra obras». A pesar de la respuesta del pueblo, Jeremías no se rindió. Dios nunca deja de amarnos, aun cuando lo rechazamos. Podemos agradecer a Dios que no nos ha dejado y, al igual que Jeremías, comprometernos a nunca renunciar a El. No importa cómo la gente responda cuando le hable de Dios, permanezca fiel a su gran llamado y continúe testificando para El.25.12 Este suceso se describe más adelante en Daniel 5. Las tropas de Ciro el Grande entraron a Babilonia en 539 a.C. y mataron a Belsasar, el último gobernante de Babilonia.25.15-38 Judá no sería la única nación que bebería la copa de la ira de Dios. Jeremías enumeró otras naciones malvadas que lo experimentarían a manos de Babilonia. Finalmente, la misma Babilonia sería destruida por sus pecados.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1362 2Re 24:1; Jer 36:1; Jer 46:2; Dan 1:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
año cuarto de Joacim…primer año de Nabucodonosor. Es decir, 605 a.C. (v. coments. en 1:3; 22:24.
Fuente: La Biblia de las Américas
el año cuarto de Joacim. I.e., 605. En la Palestina el año de acceso se contaba como el primer año del reinado, mientras que en Babilonia se contaba separadamente, de modo que el año siguiente era considerado como el primer año del reinado. Daniel, por lo tanto, da a este suceso la fecha desde el punto de vista babilónico, como el tercer año del reinado de Joacim (Dan 1:1).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Judá…TM añade año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia. Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
[4] A Joel, Habacuc, Sofonías, Holda y otros.[5] Jer 18, 11.[10] Pararse el molino o tahona y apagarse la lámpara o luces significa perecer. Jer 7, 34; 16, 9.[18] 2 Re 24, 1.[19] Ez 29, 12.[29] 1 Pe 4, 17.[30] Joel 3, 16; Am 11, 2.[31] Is 1, 18.[37] Las campiñas de Jerusalén, antes pobladas de cultivadores, quedarán hechas un desierto.