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Comentario de Génesis 49:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Génesis 49:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo: “Reuníos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días postreros.

Juntaos. Deu 31:12, Deu 31:28, Deu 31:29; Deu 33:1-29; Sal 25:14; Sal 105:15; Isa 22:14; Isa 53:1; Dan 2:47; Dan 10:1; Amó 3:7; Luc 2:26; Rom 1:17, Rom 1:18; Heb 10:24, Heb 10:25; Heb 13:1; Apo 4:1.

en los postreros días. Núm 24:14; Deu 4:30; Deu 31:29; Isa 2:2; Isa 39:6; Jer 23:20; Dan 2:28, Dan 2:29; Dan 10:14; Miq 4:1; Hch 2:17; 1Ti 4:1; 2Ti 3:1; Heb 1:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jacob llama a sus hijos para bendecirlos, Gén 49:1-2.

Su bendición en particular, Gén 49:3-28.

Les encarga su sepultura, Gén 49:29-32.

Muere, Gén 49:33.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

los días venideros: Esta expresión podría traducirse como «en el futuro glorioso». Jacob pasa a describir el futuro de sus descendientes.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LLAMÓ JACOB A SUS HIJOS. Al final de su vida, Jacob reunió a sus hijos y profetizó acerca de la vida de ellos y de su futuro en el propósito redentor de Dios. Las bendiciones y las maldiciones de este capítulo dependen de la relación de los descendientes con Dios (véase v. Gén 49:7, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

49. Bendición de Jacob.
A unque se suele hablar de bendiciones sobre los hijos de Jacob poco antes de morir, en realidad sólo José es bendito, Judá alabado, mientras que Rubén, Simeón y Leví son reprochados. Como se desprende del contenido, en realidad estas predicciones no afectan a los hijos de Jacob personalmente, sino a las tribus de las que son epónimos; así se alude a sus lugares de residencia tal como tendrá lugar después de la distribución de Canaán. “El tono profético está dominado a veces por la descripción de hechos cumplidos.”1
El relato está en forma poética y parece como “una composición originariamente independiente de su contexto, al que ha sido unido por el v.1 y por la conclusión del v.28. La unidad de la composición está avalada por la unidad de su forma.”2 Sustancialmente el poema parece compuesto en tiempo de los jueces, cuando las tribus ya se habían instalado en Canaán 3, aunque haya sido retocado posteriormente, sobre todo el v.10, donde se declara la preeminencia de Judá entre las demás tribus, lo que nos lleva a la época de la monarquía davídica y aun a los tiempos de la predicación de Isaías y Miqueas4. Encontramos en este relato poético arcaico de primer orden “una descripción extremadamente viva de la sociedad israelita en tiempo de los jueces. En algunos rasgos rápidos, el poeta evoca las circunstancias históricas y geográficas y los caracteres étnicos de las diferentes tribus. Una sociedad heroica y bárbara en sus orígenes: clanes campesinos, pero campesinos que no han renunciado a la libertad patriarcal, a la anarquía soberbia de los tiempos nómadas, y que, espléndidamente aislados en sus montañas, no conocen amo y no se encorvan bajo un yugo extranjero.”5 Es lo que se dice en Jue 21:25 : “En ese tiempo no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía bien.” Cada tribu llevaba su vida, y sólo circunstancialmente algunas se aliaban para la mutua defensa; pero esto esporádicamente y por poco tiempo. Esta situación político-social es la que se refleja en este maravilloso canto rimado puesto en boca del patriarca Jacob por el compilador, como Tucídides y Tito Livio colocan las arengas en labios de sus generales y héroes aunque hayan sido elaboradas por el historiador, procurando reflejar la situación histórica de su héroe.
El orden de los oráculos es, en general, el del nacimiento de cada hijo, según hemos visto en los capítulos anteriores6. Así, primero los seis hijos de Lía, los cuatro de las esclavas y, finalmente, los dos de Raquel. Los autores suelen destacar el carácter arcaico del poema; es un intermedio entre el canto de Débora 7 y las bendiciones de Moisés de Dt. 30. Hay frases enigmáticas y arcaísmos en el vocabulario.

Reproche de Rubén (1-4).
1Jacob llamó a sus hijos y les dijo: Reuníos, que voy a anunciar lo que os sucederá a lo último de los días.
2Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;
escuchad a Israel, vuestro padre:
3Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fuerza y el fruto de mi primer vigor,
cumbre de dignidad y cumbre de fuerza.
4Herviste como el agua; no tendrás la supremacía,
porque subiste al lecho de tu padre.
Cometiste entonces una profanación,
subiste a mi lecho.

El compilador-redactor definitivo presenta a Jacob llamando a sus hijos para anunciarles el futuro de cada una de las tribus salidas de ellos, y pone en boca de él un fragmento poético en el que se refleja la vida de las tribus en el tiempo anárquico de los jueces. Así, el v.1 en prosa es la introducción a la composición poética. Las palabras de Jacob son presentadas como una profecía que se cumplirá a lo último de los días, expresión empleada muchas veces en los escritos proféticos para designar los tiempos inmediatamente anteriores a la inauguración mesiánica o los tiempos mesiánicos. Aquí más bien tiene el sentido de un tiempo lejano y oscuro en la perspectiva histórico-profética del patriarca, alusivo al establecimiento de las tribus israelitas en Canaán, momento crucial de la historia del pueblo elegido.
El ritmo (un dístico con tres acentos) será el que prevalece en todo el poema. Como todos los fragmentos épico-líricos del A.T., empieza reclamando enfáticamente la atención de sus destinatarios: “Escuchad, hijos de Israel.”8
El primero de sus hijos es Rubén, al que se le reconoce como primogénito, y, por tanto, con derecho normal a la mejor parte de la bendición paterna. Pero ha cometido una falta imperdonable, que le priva de sus específicas prerrogativas. Es el fruto de mi primer vigor (v.3) y, por tanto, el hijo que debía llevar mejor la síntesis de la personalidad del padre9. Pero ha sido como un torrente impetuoso y devastador al no saber controlar su pasión, y ha profanado el lecho de su padre, uniéndose incestuosamente con la esposa-esclava de su progenitor10. El oráculo no alude para nada a la situación futura de la tribu de Rubén, aunque implica que no tendrá la dirección en las tribus, o la mejor parte, como correspondería al primogénito nato del patriarca. La tribu de Rubén se estableció en Transjordania al norte del Amón11, y no pudo prosperar porque fue constantemente hostigada y atacada por los moabitas y amonitas. En el canto de Débora se echa en cara a esta tribu el no haber participado en la lucha por la independencia nacional12. En la bendición de Moisés13 se desea que no disminuya esta tribu, lo que indica que se hallaba en una situación precaria próxima a extinguirse. Esta decadencia es atribuida en 1Cr 5:1 a la maldición paterna por su incesto14.

Reproches a Simeón y Leví (5-7).
5Simeón y Leví son hienas.
Instrumentos de violencia son sus armas15.
6No entre mi alma en sus designios
ni se una mi corazón a su asamblea16,
porque en su furor degollaron hombres
y caprichosamente desjarretaron toros.
7Maldita su cólera por violenta,
maldito, por cruel, su furor.
Yo los dividiré en Jacob
y los dispersaré en Israel.

También aquí se echa en cara a estos dos hijos de Jacob un crimen vengativo que clama justicia: la matanza dolosa de los siquemitas17. En eso se han portado como hienas, ansiosas de sangre (ν·5)18. Son violentos; por eso el corazón o alma del patriarca no puede aprobarlos en sus asambleas (v.6). No sólo degollaron hombres, sino que desjarretaron toros, haciendo gran matanza entre el ganado, como se solía hacer en las razzias beduinas sobre los territorios enemigos19.
Por eso serán malditos y no tendrán territorio fijo en la distribución de Canaán. Así, Simeón, teóricamente establecida en el sur de Palestina, es absorbida por Judá20, y sus ciudades son contadas como de Judá21. A Simeón no se le menciona en el canto de Débora22 ni en la bendición de Moisés23, lo que indica que la tribu estaba casi extinguida como colectividad en los tiempos de la composición de estos poemas24. Leví es una tribu dispersa por todo el territorio de Canaán (el texto no alude a sus privilegios sacerdotales, lo que es un indicio de antigüedad, pues los levitas tuvieron mucha preponderancia en tiempos de la monarquía). Así, los miembros de la tribu de Leví ejercían sus funciones religiosas dispersos por todo el territorio25. El levita es así confiado a la misericordia de los demás, como el pobre y la viuda26. Es curioso que, para el autor del poema, la carencia de territorio para la tribu de Leví no se funda en el hecho de que tenga por herencia (κλήρος) a Yahvé, sino que es un castigo por la violencia sanguinaria de Leví, maldito de su padre. En cambio, en la bendición de Moisés se insiste sobre el carácter privilegiado y sacerdotal de la tribu27.

Alabanza y Preeminencia de Judá (8-12).
8Tú en verdad eres Judá; te alabarán tus hermanos,
tu mano pesará sobre la cerviz de tus enemigos,
postraránse ante ti los hijos de tu padre.
9Cachorro de león, Judá,
de la presa subes, hijo mío;
posando te agachas como león,
como leona, ¿quién (la hostigará) para que se levante?
10No faltará de Judá el cetro,
ni de entre sus pies el báculo,
hasta que venga aquel cuyo es,
y a él darán obediencia los pueblos.
11Atará a la vid su pollino,
a la vid generosa el hijo de la asna;
lavará en vino sus vestidos,
y en la sangre de las uvas su manto.
12Brillan por el vino sus ojos,
y de la leche blanquean sus dientes.

En los hijos anteriores, Jacob no encuentra motivo de alabanza, y, en consecuencia, no les augura un porvenir brillante. Pero, al llegar a Judá, cambia la perspectiva, y el horizonte es más halagüeño. Este cambio de perspectiva aparece en el comienzo de la frase: “Pero tú (eres) Judá…” (v.8). Es el contraste con lo que antecede. Hay un juego de palabras entre Judá (Yehûdah) y “te alabarán” (yodûka). Sus hermanos le alabarán, reconociendo su superioridad al vencer a los enemigos, cogiéndolos por la cerviz en su huida28. Por eso postraránse ante él los hijos de su padre (v.8b), es decir, las otras tribus. La hegemonía de Judá sobre el resto de las tribus israelitas se cumplió en tiempos de David y de Salomón, de la tribu de Judá. Además, es entonces cuando se obtuvieron las victorias más resonantes sobre los enemigos, arameos, filisteos, edomitas, moabitas y amonitas. Por eso Judá es semejante a un león que ha hecho presa y sube tranquilamente a devorarla, sin que nadie se atreva a hostigarlo (v.9). Judá ha vencido a los enemigos y se repliega en sus montañas para disfrutar de su presa, sin que nadie se atreva a hostigarla. Es como una leona con sus cachorros, a la que nadie se atreve a acercarse y menos a hacerla frente29.
Judá, además, es figurado como un rey sentado que mantiene en sus manos el cetro y el báculo, o bastón de mando, entre sus pies hasta que venga aquel cuyo es, es decir, a quien le pertenece el cetro, símbolo del poder30. Aparte de esta preeminencia política de Judá sobre las demás tribus, su territorio será rico en viñas y en pastos, de forma que atará a la vid su pollino…, lavará en vino sus vestidos…, y de la leche blanquean sus dientes (v.11). Esta descripción hiperbólica encuentra su paralelo en las descripciones idealistas de los tiempos mesiánicos hechas por los profetas del siglo VIII a.C.31

Interpretación Mesiánica del Vaticinio.
Como antes hemos indicado, aunque el poema parece reflejar la época histórica del tiempo de los jueces, este vaticinio relativo a Judá parece que ha sido retocado a la luz de su preeminencia en los tiempos de David y Salomón, y aun el v.10 parece encontrar su marco ideológico en la época de la predicación profética de Amós, Isaías y Miqueas. Por eso no pocos autores consideran este v.10 como glosa de un autor profético de los tiempos gloriosos de la monarquía de Judá.
La tradición rabínica, representada por las versiones de Onkelos, Targum hierosolimitano y Talmud, supone el sentido mesiánico del vaticinio. Los Santos Padres relacionaron esta profecía con la expresión de Rev 5:5 “león de Judá,” aplicada a Cristo victorioso. En el texto se habla de la obediencia que los pueblos prestarán a un personaje misterioso cuyo es el cetro. Y se supone que Judá conservará cierta preeminencia (“no faltará de Judá el cetro”) sobre las tribus hasta que llegue a quien de modo especial le pertenece el cetro. No se dice expresamente que el personaje cuyo es el cetro sea de la tribu de Judá, pero parece insinuarse, ya que, de lo contrario, se indicaría la procedencia del Mesías de otra tribu. Judá, pues, mantendrá su supremacía, simbolizada en el cetro, hasta que llegue el tiempo de entregarlo al Mesías, que continuará esta supremacía. En el ν.11 se habla de la abundancia de bienes materiales, lo que está en consonancia con las profecías mesiánicas de Amós e Isaías. La tribu de Judá mantuvo de hecho la supremacía durante la monarquía hasta el 586 a.C., y aun después del exilio, por ser la tribu a la que perteneció el gran rey David, y sobre todo porque en su territorio radicaba el templo de Jerusalén, centro espiritual de la nación. Vemos, pues, cómo las profecías mesiánicas empiezan a concretarse en una rama de los descendientes de Jacob. En Gen 3:15 se habla de un triunfo de la “descendencia” de la mujer sobre el principio del mal instigador. En Gen 9:26, la bendición de Noé, segundo padre de la humanidad, recae sobre los semitas. En Gen 12:3 se promete a Abraham (de raza semítica) la bendición de su descendencia. Esta bendición y promesa es heredada por Isaac y Jacob, y ahora se concreta, y se anuncia por primera vez una persona que encarne el ideal mesiánico en una de las tribus procedentes de éste. En 2Sa 7:11-17, la promesa se concreta en la familia davídica, de la tribu de Judá; y en Miq 5:3 se dice que nacerá en Belén. Así, la primera perspectiva general va adquiriendo contornos definidos 32.

La Suerte Futura de Zabulón (13).
13Zabulón habitará en la costa del mar, la costa de las naves,
y tendrá su flanco junto a Sidón.

A Zabulón se le sitúa en este vaticinio a la vera del mar, cerca de Sidón o Fenicia. Según Jos 19:10-16, su territorio estaba tierra adentro, entre Aser y Neftalí, en la zona media entre Haifa y el lago de Tiberíades. Quizá tuviera una franja de terreno que se acercara al litoral marítimo en la zona septentrional, lindando con Fenicia. En la bendición de Moisés se dice que “ocupará la abundancia de las naciones” juntamente con Isacar, lo que supone que está en zona cerca de las naciones gentílicas 33.

La Pereza de Isacar (14-15).
14Isacar es un robusto asno,
que descansa en sus establos.
15Vio que su lugar de reposo era bueno
y que era deleitosa la tierra,
y prestó los lomos a la carga,
y hubo de servir como tributario.

A Isacar le cupo el territorio rico del sur de Galilea, con la feraz llanura de Esdrelón o de Jezrael. Aquí se le compara a un asno robusto 34, pero es poco belicoso, y prefiere la tranquilidad de sus establos (v.14). En su indolencia, no tuvo inconveniente en prestar sus lomos a la carga y hacerse tributario de los cananeos. Quizá el autor juegue con la palabra Isacar (‘Is-sakar: “hombre de salario”) y aluda al hecho de que Isacar se dedicara a transportar mercancías por la ruta comercial que atravesaba su territorio. En la bendición de Moisés 35, Isacar y Zabulón se dedican a comerciar con las naciones: “chupan de la abundancia de las naciones.”

La Astucia Fraudulenta de Dan (16-17).
16Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.
17Es dan como serpiente en el camino,
como víbora en el sendero,
que, mordiendo los talones al caballo,
hace caer hacia atrás al caballero.
Tu salvación espero, ¡oh Yahvé!

De nuevo el autor juega con el nombre de Dan, relacionándolo con la raíz hebraica din (juzgar): “juzgara a su pueblo.” En 30:6 se explica el nombre: “Dios me ha hecho justicia.” Algunos autores suponen que el autor sagrado, en el poema de Jacob, alude a Sansón, de la tribu de Dan. Creemos que el “juzgará a su pueblo” es un simple juego de palabras con el nombre de Dan. A esta tribu le cupo un territorio muy exiguo, junto a los filisteos, entre las tribus de Judá, Efraím y Benjamín 36. Por ello no pudo desarrollarse como otras tribus que tenían más desahogo territorial. En compensación tuvo que recurrir a la astucia de la serpiente, hiriendo a traición, como la “víbora en el sendero” (v.17). La astucia es el arma del débil en fuerzas como la serpiente, que puede hacer frente con ella a un animal tan fuerte como el caballo. Quizá se aluda a las astucias de Sansón contra los filisteos o a otras pequeñas batallas o guerrillas mantenidas por los miembros de la minúscula Dan contra los insolentes y superiores filisteos. De hecho, acosados por éstos y los amorreos, los danitas se vieron obligados a emigrar hacia el norte de Palestina, estableciéndose en la zona superior al lago de Genesaret, junto a las fuentes del Jordán, y fundando una ciudad llamada Dan sobre las antiguas ruinas de Lais 37. Desde entonces se la considera como tribu del norte, aunque, por ser tan exigua, muchas veces falta en las tablas genealógicas 37.

Gad, Aser y Neftalí (19-21).
19Gad: salteadores le asaltan, y él les pica los talones. 20Aser: su pan es suculento, hará las delicias de los reyes. 21Neftalí es una cierva en libertad, que da bellos cervatillos 39.

De nuevo un juego de palabras con el nombre de Gad. En Gen 30:11 se relaciona con la idea de “dicha” (gad: felicidad), mientras que aquí se le relaciona con gedûd (salteador, que “le asaltan”: yegûdennu, y Gad responde “picando” o “asaltando”: yagud). Establecida Gad en la parte septentrional de Transjordania, tuvo que luchar denodadamente por defenderse de los madianitas, amonitas y nómadas del desierto 40. En 1Cr 21:8-15 se dice que de esta tribu salían magníficos guerreros para el ejército de David adiestrados en toda clase de artimañas y ágiles como gacelas por las montañas. Estaban entrenados en hacer emboscadas contra sus enemigos tradicionales, hiriéndoles dolosamente “en los talones.” Sabemos que venció a los amonitas bajo Jefté 41.
Aser: significa felicidad, como Gad 42. Aparece este nombre en los textos de Ras Samra 43. El territorio de Aser, entre los filisteos y fenicios, es rico y feraz: Aser baña su pie en aceite 44. Exportaba cereales a Fenicia; por eso se dice que hará las delicias de los reyes (v.20)45; es decir, sus productos son dignos de las mesas reales. Así lo interpreta el Targum de Jerusalén: “Dichosa Aser, porque su tierra es feraz, y ¡cuántas delicias procurará a los reyes de los hijos de Israel!”
Neftalí: se la define como una “cierva en libertad,” ágil y graciosa. No se sabe por qué se le da esta calificación. Los LXX parecen leer otro texto original, pues traducen: “un tronco que echa ramas.”46 El territorio de Neftalí se extendía verticalmente, bordeando la orilla occidental del lago de Genesaret, hasta Fenicia 47. En la bendición de Moisés se dice de Neftalí que ha sido colmada de favores y bendiciones 48.

Bendición de José (22-26).
22José es un novillo, un novillo hacia la fuente 49
(sus hijas subieron sobre la muralla).
23Los arqueros le hostigan,
los tiradores de saetas le atacan.
24Pero la cuerda del arco se les rompe,
y su poderoso brazo se encoge,
por el poderío del Fuerte de Jacob,
por el nombre del Pastor de Israel 50.
25En el Dios de tu padre hallarás tu socorro,
en El-Saday, que te bendecirá
con bendiciones del cielo arriba,
bendiciones del abismo abajo,
bendiciones del seno y de la matriz.
26Las bendiciones de tu padre
sobrepasarán a las bendiciones de los montes eternos,
superarán la belleza de las eternas colinas,
que caigan sobre la cabeza de José,
sobre la frente del príncipe de sus hermanos 51.

A José se le concibe como un novillo vigoroso que hace frente a los arqueros y enemigos; en efecto, Efraím fue la tribu belicosa de Israel y la de mayor vigor nacional, siendo la impulsora de la defensa de las demás tribus contra los cananeos y madianitas 52. Protegido por el Fuerte de Jacob y el Pastor-Roca de Israel, es decir, el Dios de los patriarcas, desbarata a sus enemigos (v.24)53. Aparte de este vigor físico defensivo, Dios le otorga su bendición para que su territorio sea feraz con lluvias abundantes (bendiciones del cielo arriba) y numerosas fuentes (bendiciones del abismo abajo, subterráneo, del que proceden las fuentes y pozos de agua corriente). Además de la fertilidad de la tierra, Dios le dará muchos y prolíficos ganados (bendiciones del seno y de la matriz) y numerosa descendencia. Estas bendiciones otorgadas por Dios son muy superiores a la feracidad de las montañas y colinas eternas o antiguas. (v.26)54. El patriarca pide a Dios que todas estas bendiciones recaigan sobre la frente del príncipe de sus hermanos (v.27). José ha sido el elegido por Dios para salvar a su familia del hambre, y por ello es como el príncipe consagrado entre sus hermanos. El hagiógrafo parece aludir a una cierta supremacía de la tribu de Efraím, que durante mucho tiempo fue el centro nervioso de las demás tribus. Por su riqueza y prestigio logró imponerse al resto de las tribus en la época difícil de los jueces. Y más tarde, después de la escisión del reino, Efraím será el centro político-religioso del reino cismático septentrional. Todas estas ideas parecen insinuarse en esta bendición bellísima puesta en labios de Jacob poco antes de morir.

Rapacidad de Benjamín (27).
27Benjamín es lobo rapaz, que a la mañana devora la presa y a la tarde reparte los despojos.

Los benjaminitas se distinguieron por su ardor guerrero, luchando contra Moab 55, contra los cananeos, y, sobre todo, cuando lucharon contra las otras tribus. Eran famosos por su buen manejo de la honda y el arco 56. El juez Aod y el primer rey de Israel, Saúl, salieron de esta minúscula tribu 57. El poeta, pues, refleja bien el espíritu belicoso de ella al presentarlo como un lobo rapaz, que, no contento con devorar la presa en la mañana, deja para la tarde los despojos (v.27). Su rapacidad es tal, que siempre tiene a mano víctimas de qué alimentarse.

Ultimas Recomendaciones de Jacob (28-33).
28Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les habló su padre, bendiciéndolas a cada una con una bendición. 29Después les mandó: “Yo voy a reunirme con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la caverna que está en el campo de Efrón el jeteo, 30en la caverna del campo de Macpela, frente a Mambré, en tierra de Canaán, que es la caverna que compró Abraham a Efrón el jeteo, con su campo, para tener sepultura de su propiedad. 31Allí están sepultados Abraham, Sara, su mujer; Isaac y Rebeca, su mujer, y allí sepulté yo a Lía. 32El campo y la caverna que en él hay fueron comprados a los hijos de Jet. 33Cuando acabó Jacob de dar estas órdenes a sus hijos, juntó sus pies en el lecho y expiró, yendo a reunirse con su pueblo.

En el v.28a se hace notar que estos vaticinios no afectan a los hijos de Jacob personalmente, sino a sus descendientes o “tribus” salidas de ellos. Es un indicio más de que se trata de un poema adicional intercalado por el compilador-redactor del Génesis, creyendo reflejar las características e historia de cada tribu. Ya hemos dicho que estos oráculos no son todos bendiciones, sino dos sólo (el de Judá y el de José). El v.28b alude a una bendición personal a cada uno de los hijos, sin relacionarla con determinados vaticinios. Las instrucciones que siguen del patriarca relativas a su enterramiento están dentro del estilo y contenido histórico de este documento. Así, la mención de Macpela, del campo comprado a Efrón el jeteo, o hitita, y la designación de Mambré encuentra su paralelo en la narración del c.23, donde se habla de la compra de este campo a los hijos de Jet por Abraham. Jacob quiere ser enterrado en el panteón familiar, donde están Abraham, Isaac, Sara, Rebeca y Lía 58. Después de estas recomendaciones, el patriarca fue a reunirse con su pueblo a la región subterránea del seol, para llevar una vida mortecina y lánguida en estado de “sombra” con sus antepasados. Su muerte no es ya la triste que presentía al saber la pérdida de José, sino que muere en paz, colmado de años, rodeado de sus hijos, llena su alma de esperanzas en el cumplimiento de las promesas divinas, y esta alegre esperanza le acompañará en la región de los muertos. Prenda de ello es la presencia de José, encumbrado a la más alta dignidad en Egipto, el país del destierro. Dios, que ha sabido elevar a su hijo vendido a unos mercaderes, sabrá también sacar a sus descendientes y llevarlos a Canaán para ser dueños de la tierra de las promesas divinas 59.

1 A. Clamer, o.c., p.494. – 2 Ibid. – 3 Véase R. De Vaux, La Genese (La Sainte Bible) 211. – 4 A. Clamer, o.c., p.494. – 5 A. Causse, Les plus vieux chants de la Bible (París 1926) 37. – 6 Gén c. 29-30. – 7 Jue c.5. – 8 Cf. Is 10:Isa 28:14; Isa 32:9; Isa 34:1; Jer 7:2. – 9 Cf. Deu 21:17; Sal 78:51; Sal 105:36. – 10 Cf. Gen 35:22. – 11 Cf. Jos 13:13-23. – 12 Jue 5:15-16. – 13 Deu 33:6. – 14 Algunos autores interpretan el incesto de Rubén como una anécdota atribuida al primer hijo de Jacob para explicar la práctica que existe en ciertas tribus beduinas, según la cual las concubinas del padre y sus bienes pasan al primogénito. Así suponen que esta costumbre existía en la tribu de Rubén, pero nada en la Biblia avala esta suposición. – 15 Traducimos “hienas” leyendo ‘ojim en vez del ‘ajim (hermanos) del TM. La Bib. de Jér. lee “hermanos.” Lo mismo Cantera y Clamer. El 5b es traducido por los LXX: “han cumplido la injusticia según su designio.” Vg.: “Consumiríaverunt iniquitatem adiventionis suae.” La Bib. de Jér.: “han llevado a cabo la violencia de sus intrigas.” Cantera: “instrumentos inicuos son sus armas.” Clamer: “(Astucia) y violencia son sus armas.” – 16 “Mi corazón” propiamente en heb. es “mi honor” (kebodí) ; vocalizando “kabdi,” tenemos “mi hígado,” asiento de ciertos sentimientos del alma. Así es el paralelo del asirio “kabittu” (disposición de alma”). La Bib de Jér.: “Que mi alma no entre en su consejo.” Cantera: “ni mi honor tome parte en su asamblea.” Clamer: “que mi corazón no se junte a su asamblea.” – 17 Gén c.34. – 18 Otros prefieren traducir “como buhos,” aludiendo al modo fraudulento con que en la oscuridad cometieron el crimen. – 19 Cf. Jos 11:6; Jos 11:9; 2Sa 8:4. – 20 Jos 14:6-16. – 21 Jos 15:26-32; 42. – 22 Jue c.5. – 23 Dtc.33. – 24 Cf. Num 1:23; Num 26:14. También aquí algunos autores creen que el episodio de la liberación violenta de Dina por los hijos de Jacob es una anécdota inventada para explicar los esfuerzos de Simeón y Leví por establecerse en territorio de Efraím, donde estaba Siquem, lugar de la escena. – 25 Véase el episodio del levita en Gabaón (Jue c. 17-18). – 26 Cf. Deu 12:12; Deu 12:18-19; Deu 14:27; Deu 14:29; Deu 16:11; Deu 16:14; Deu 26:11-13. – 27 Deu 33:8-11. – 28 Cf. Exo 23:27; Job 16:12; Sal 18:41. – 29 En la profecía atribuida a Balaam se emplean términos similares aplicados a Israel como pueblo (Num 24:9). – 30 Conocida es la versión de la Vg en este verso: “Non auferetur sceptrum de luda, et dux de femare eius, doñee veniat qui mif tendus est.” Los LXX: “al que han sido reservados” (τα άποκείμενα ούτω). Símaco: φ απόκειται. La versión siríaca y árabe: “de quien es esto.” Onkelos: “este de quien es el reino.” Todo depende del valor que se dé a la palabra hebrea siíoh. Algunos lo toman en el sentido de “paz” (salah: estar tranquilo, pacífico), y traducen: “no faltará el cetro de Judá hasta que venga la paz” (Heinisch, o.c., p.413)· Otros prefieren tomar siloh como nombre geográfico: Silo, donde estuvo el arca de la alianza en tiempo de los jueces. Así traducen: “no desaparecerá el cetro de Judá hasta que venga a Silo” a adorar a Yahvé (HrrzíG; Dt’e Psalmen II p.2). Pero en ninguna versión antigua aparece este sentido geográfico. Por otra parte, Judá nunca tuvo relación alguna con la localidad de Silo. La tradición rabínica vio en el nombre de Siloh una designación del Mesías como personaje pacífico. Así Onkelos, el Targum jerosolimitano y el Talmud. J. Nótscher relaciona Siíoh con el asirio selu (príncipe, dominador). Véase E. Dhorme, Poésie Biblique p.ioi 11.3). Hoy día está generalizada la interpretación basada en la versión de los LXX y Símaco, suponiendo que la palabra heb. siloh es una contracción de ‘aser lo (seloh) (esta grafía abreviada del relativo es corriente en hebreo; cf. Gen 6:3; Jue 5:7; Jue 6:17; Jue 7:12; Jue 8:26; 2Re 6:11, etc.). Así, pues, la traducción lit. es “que para él” (“cuyo es” el cetro: a quien pertenece). Supuesta esta versión, el sentido encaja perfectamente en el paralelismo: “hasta que venga aquel cuyo es (el cetro),” y “de él es el imperio de las gentes.” Véase geuppens, De Proph. Messianic. in A.T. p.yi. Así, el sentido es que el cetro o supremacía será tenido por Judá hasta que venga aquel a quien le pertenezca de derecho definitivamente, el Mesías, como lo interpretó la tradición judía. La Vg, al traducir “qui mittendus est” (toma siloh del v. salaj: enviar), lo aplica también al Mesías personalmente. Nuestra lectura “cuyo es” (selo) encuentra su paralelismo en el texto de Eze 21:34 : “hasta que venga aquel a quien pertenece (‘aser lo) el juicio.” – 31 Cf. Amo 9:13; Isa 25:6. – 32 Sobre esta profecía pueden verse los trabajos siguientes: L. Reinke, Der Segen Jakobs (1849); M. J. Lagrange, La prophétie de Jacob: RB 7 (1898) 525-540; E. Konig, Die mes-smmsehe Weissagungen (1923) 92-104; B. Santos Olivera, Non auferetur sceptrum de luda: VD 5 (1925) 16-19.52-57; F. Zorell, Vaticinium Lacob: VD 7 (1927) 65-70; L. Denne-Feld Messianisme: DTC 10 (1929) 1415-1418; M. de jonghe, Vaticinium Lacob de luda: “Lollat. Brugenses,” 30 (1930) 20-23; E. Dhorme, Poésie Biblique (1931) 99-104; A. BEA, De Entateucho (1933) 206-212; F. Ceuppens, De Prophetiis messianicis in Antiguo Testamento Koma 1935) 61-84; P. Heinisch, Das Buch Génesis (Bonn 1930) 410-421; A. Clamer, Genese (Sainte Bible) 493-507. – 33 Véase Abel, Géog. II 62-63. – 34 En la Ilíada (XI 558-570) se compara el gran Ayax a un asno por su fuerza y resistencia. – 35 Deu 33:18-19. – 36 Cf. Jos 19:41-46; Abel, Géog. II 62-63. – 37 Cf. Juec. 18. – 38 El v.18, por razones rítmicas, parece estar fuera de lugar y es considerado como glosa desconectada del contexto. Es un grito de confianza en Dios, al estilo de los salmistas: cf. Sal 119:81; Sal 119:123; Sal 119:166; Sal 119:174. – 39 El TM dice “bellas palabras” (‘imre); leyendo ‘immre tenemos “cervatillos,” lo que hace paralelo con el dístico anterior. Así A. Clamer y Bib de Jér. – 40 Cf. Jer 49:1. – 41 Jue 17:27-29. – 42 Gen 30:10-12. – 43 Cf. Dussaud, Les découvertes de Ras Shamra et Γ Ancien Testament (París 1941) 163-176. – 44 Deu 34:24. – 45 Cf. Eze 28:17; 1Re 5:9s. – 46 Sin duda que leyeron los LXX ‘eylah (terebinto) en vez de ‘ayyalah (cierva) del TM. – 47 Jos 19; 33S. – 48 Deu 33:23. – 49 Los LXX traducen: “José es un hijo que crece, tiene celo de mí.” La Vg: “Filius ac-crescens loseph, filius accrescens et decorus aspectu.” Lit. el TM dice: “José, retoño de (una planta) fecunda al borde de una fuente; sus hijas (¿sus ramas?) suben sobre la muralla.” Como no hace paralelismo con el sentido del v.23, donde se habla de “arqueros que le hostigan,” muchos autores leen, en vez de forah (fecunda), farah (vaca), y así ben farah (hijo de la vaca, novillo), lo que encaja bien en el contexto. La frase siguiente: “sus hijas subieron sobre la muralla” (Vg “filiae discurruerunt super murum”), es traducida por los LXX “hijo mío más joven, vuélvete a mí.” Lo que indica un texto hebraico muy distinto del masorético actual (“las hijas se pasearon sobre el muro”). La Bib, de ]ér. traduce todo el verso: “José es una planta fecunda cerca de la fuente, cuyos tallos salen sobre el muro.” – 50 Bib. de Jér.: “Pero su arco ha sido roto por un poderoso, los nervios de sus brazos han sido quebrados por las manos del Poderoso de Jacob, por el nombre de la Piedra de Israel.” – 51 Bib de Jér.: v.26: “bendiciones de espigas y flores, bendiciones de montañas antiguas, atracción de las colinas eternas, vengan sobre la cabeza de José, sobre la frente del consagrado entre sus hermanos.” Cantera: “Las bendiciones de tu padre fluyan más que las de mis padres recibidas y el bien de los collados eternales. En la cabeza de José se cumplan y en la frente del señor de sus hermanos.” – 52 Cf. Jos 17:14-18; Jue 6:2-6. – 53 Sobre este símil véase Isa 30:29; 2Re 23:3; Deu 32:4; Sal 132:2; Sal 132:5. – 54 La Vg traduce: “doñee veniret desiderium collium aeternorum”; de donde salió el Deseado de los collados eternos” como sinónimo del Mesías, Pero nada en el contexto avala este sentido personal rnesiánico. – 55 Jue 3:15-30; Jue 5:14. – 56 Cf· Jue c. 19-20. – 57 Cf. Jue 20:16; Jue 20:3, Jue 20:16s; 1Sa 9:1-2. – 58 No se había dicho antes que Isaac había sido suponer. Tampoco sabíamos que Rebeca y Lía estaban enterradas allí. – 59 Existen dos tradiciones sobre la duración de la documento yahvista, parece que permaneció poco allí (véanse 27:35; 42:38; 43:27-28; 44:22:29-31; 45:9;13). mientras que, según el sacerdotal, moro allí diecisiete años (47,28).

Fuente: Biblia Comentada

en los días venideros. La expresión clave que lleva al contenido poético de la predicción de Jacob para cada hijo se refiere a menudo a los últimos días en la literatura profética (Isa 2:2; Eze 38:16) o señala más generalmente a «los postreros días» (Deu 4:30; Deu 31:9), esto es, en el sentido de «en días posteriores».

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La bendición del padre, en la que Judá y José reciben la mayor atención (vv. Gén 49:8-12; Gén 49:22-26), desvela la historia futura de cada hijo, aparentemente en base de sus caracteres hasta aquel momento. La naturaleza críptica de la poesía exige un riguroso análisis para correlacionar la historia de las tribus con la última palabra y testamento de Jacob. Vea la bendición de Moisés sobre las tribus en Deu 33:1-29, ca. 1405 a.C.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La genealogía de Jacob (v. Gén 37:2)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Este es un poema profano-religioso compuesto de diversas coplas, en las que se evocan de manera anticipada hechos históricos de las doce tribus de Israel que tuvieron lugar en momentos posteriores. Estos breves, pero magníficos poemas, describen en un estilo semejante al de los refranes y dichos populares algún aspecto del carácter o del destino de cada tribu, comparándolas a veces con un animal (ver, por ejemplo, vv. Gén 49:9; Gén 49:14; Gén 49:17; Gén 49:21; Gén 49:27). Así como Isaac, antes de morir, había anunciado los destinos de Jacob y de Esaú (ver nota a Gén 27:4), así también Jacob se refiere proféticamente al futuro de sus doce hijos. Ver Deu 33:1-29; Jue 5:14-18; 2Sa 23:1-7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

49.3-28 Jacob bendijo a cada uno de sus hijos, luego dio una predicción acerca de su futuro. La forma en la que habían vivido en el pasado jugó una parte muy importante en la forma en la que Jacob bendijo y profetizó. Nuestro pasado también afecta nuestro presente y futuro. Cuando el sol salga mañana, nuestras acciones de hoy serán ya parte de nuestro pasado. Sin embargo, ya empezaron a forjar el futuro. ¿Qué acciones puede hoy llevar a cabo o evitar para forjar positivamente su futuro?49.4 El hijo mayor debía haber recibido dos porciones de la herencia. Pero Rubén perdió este honor especial. Impetuoso e incontrolable, especialmente en los días de su juventud, llegó muy lejos al dormir con una de las concubinas de su padre. Jacob no podía dar una bendición tan honorable a un hijo tan indigno.49.8-12 ¿Por qué Judá, el culpable de que vendieran a José como esclavo y el que trató de defraudar a su nuera, fue tan grandemente bendecido? Dios había elegido a Judá para que de sus descendientes surgiera el linaje real de Israel (este es el significado de «no será quitado el cetro de Judá»). Esto pudo haber sucedido debido al gran cambio que ocurrió en el carácter de Judá (44.33, 34). Del linaje de Judá saldría además el prometido Mesías, Jesucristo.49.10 «Hasta que venga Siloh» puede ser traducido «Hasta que venga aquel a quien corresponde». Este es un pasaje difícil de comprender y todavía se discute su significado. Siloh puede ser otro nombre del Mesías, ya que literalmente significa «enviado». Puede también referirse al tabernáculo que se levantó en la ciudad de Siloh (Jos 18:1).49.18 En la mitad de su profecía sobre Dan, Jacob exclamó: «Tu salvación esperé, oh Jehová». Estaba recalcando que Dan llegaría a ser un gran líder, pero sólo si ponía su confianza en Dios, no en su fuerza natural ni en sus capacidades. A los que son fuertes, atractivos o talentosos suele serles más fácil confiar en sí mismos que en Dios, el que les dio esos dones. No olvide agradecer a Dios lo que usted es y lo que tiene para que su confianza no se extravíe.49.22 Realmente José fue fructífero, con algunos descendientes heroicos. Entre ellos están Josué (el que llevaría a los israelitas a la tierra prometida, Jos 1:10-11); Débora y Gedeón, jueces de Israel, (Jdg 4:4; Jdg 6:11-12); y Samuel, un gran profeta, (1Sa 3:19).49.23, 24 Estos versículos son un canto a las veces en que Dios corrió al rescate de José cuando sus enemigos lo atacaron. A menudo luchamos y nos fatigamos sin pensar que Dios puede ayudarnos a pelear nuestras batallas, ya sea contra hombres armados o contra fuerzas espirituales. José se asía más de Dios conforme aumentaba la adversidad. Confiar en que Dios nos puede rescatar es señal de gran fe. ¿Puede confiar en El cuando la injuria y la persecución van dirigidas hacia usted? Tales batallas espirituales requieren un trabajo de equipo entre gente valiente y fiel y un Dios poderoso.PARALELOS ENTRE JOSE Y IESUJosé Semejanzas Jesús37.3 Sus padres los amaban entrañablemente Mat 3:1737.2 Pastores del rebaño de sus padres Joh 10:11, 2737.13, 14 Sus padres los enviaron a sus hermanos Heb 2:1137.4 Sus hermanos los odiaban Joh 7:537.20 Otros conspiraron para hacerles daño Joh 11:5339.7 Fueron tentados Mat 4:137.25 Fueron llevados a Egipto Mat 2:14, 1537.23 Les arrebataron sus túnicas Joh 19:2337.28 Fueron vendidos por precio de esclavo Mat 26:1539.20 Los ataron con cadenas Mat 27:239.16-18 Los acusaron falsamente Mat 26:59, 6040.2, 3 Los situaron junto a dos prisioneros, uno se salvó y otro se perdió Luk 23:3241.46 Ambos tenían 30 años al comienzo de su vida pública Luk 3:2341.41 Fueron exaltados después del sufrimiento Phi 2:9-1145.1-15 Perdonaron a los que les hicieron mal Luk 23:3445.7 Salvaron su nación Mat 1:2150.20 Lo que el hombre hizo para lastimarlos, Dios lo convirtió en bien 1Co 2:7, 8

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

lo que os ha de acontecer. El futuro de cada tribu está relacionado a menudo con el comportamiento y carácter del hijo.

Fuente: La Biblia de las Américas

en los días venideros se refiere al futuro de Israel desde una perspectiva doble: el período de la ocupación de la tierra de Canaán y el tiempo de la venida del Mesías. Algunas veces esa expresión se refiere a Israel al final de la tribulación (Deu 4:30; Eze 38:16), otras veces a la historia de las naciones gentiles (Dan 2:28), y a veces a la totalidad de la era presente de la iglesia (Heb 1:2) o a su conclusión (2Ti 3:1; Stg 5:3). La declaración de Jacob en Gén 49:1-33 incluía tanto profecía (v. Gén 49:1) como bendiciones (v. Gén 49:28).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., al final de los días

Fuente: La Biblia de las Américas

[.] Las bendiciones de Jacob se dirigen, no a sus hijos, sino a las doce tribus que llevarán sus nombres. Estas tribus tendrían en lo sucesivo suertes muy desiguales. La bendición de Jacob es como una manera de afirmar que esos destinos eran conocidos de Dios dEsd e antemano y eran parte de su plan de salvación, que beneficia a todos, pero no da lo mismo a todos. Las dos tribus de Judá y de José dominan el reparto. Al parecer esta antigua profecía quería decir que Judá iba a vivir aparte de los demás hasta que viniera aquel a quien los pueblos obedecerían. Pero este texto ha sido maltratado y es dudoso. ¿Se quería sólo celebrar la venida del rey David, o era el anuncio de un gran destino para el reino de Judá, o se trataba de la espera de un Rey Salvador? De hecho, los reyes del pueblo de Dios, y Jesús después de ellos, salieron de esa tribu. Judá es pues considerado aquí como el heredero de las promesas hechas a Abrahán y a Jacob. A José se le profetizan grandeza y prosperidad es que el reino de Israel fue más fuerte que el de Judá en el sur, a pesar de que no debía levantarse de su ruina.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[4] El primogénito tenía una autoridad similar a la de un príncipe sobre sus hermanos, pero aquí vemos transferidos estos derechos a José en razón de la falta de Rubén. Deut 33, 6; Gen 27, 29; 35, 22; 1 Cro 5, 1.[7] Gen 34, 25.Jos 19, 1; 21, 1.[8] De esta tribu nacieron David, Salomón y demás reyes, Zorobabel y finalmente Jesucristo.9. 1 Cro 5, 2.[10] En estas palabras hay una profecía del Mesías y una época infalible de su venida. Consta eso de la tradición, no sólo de la Iglesia cristiana, sino también de la Sinagoga. Así vemos que la tribu de Judá gozó siempre de especial preeminencia sobre las otras. Num 10, 14; – 11, 3; Jos 16. Después del retorno de la cautividad de Babilonia tuvo tal predominio, que dio nombre a toda la nación de los hebreos, pues los restos de las demás tribus se unieron e incorporaron en la de Judá. Sus magnates tuvieron la autoridad superior en el sanedrín, aunque limitada por los romamos. Así puede decirse siempre que el cetro, o autoridad suprema, quedó en Judá hasta que vino Jesucristo. Mat 2, 6; Juan 1, 45.[11] El Mesías atará con el vínculo de la fe al pueblo gentil (su pollino), a su Iglesia (la viña) y al pueblo judío, (su asna por la costumbre al yugo) a su propia persona, que es la vid verdadera reuniendo en su Iglesia al pueblo gentil y al judío, lavados en la sangre de Cristo. Jn 15, 1.[12] Expresiones que significan la soberana belleza de Jesucristo, especialmente después de la resurrección.[13] Doscientos años antes de la conquista de la tierra de Canaán predice Jacob el lugar que le tocará en suerte a sus descendientes.[14] Homero comparaba a uno de sus héroes con un asno, por su fortaleza y paciencia en los trabajos.[18] La salud que nos traerá tu Enviado.[22] Es decir, José crecerá y se multiplicará más y más. Jacob desahoga su afecto al bendecir a José, que es figura de Jesucristo en las penas y en las glorias. También profetiza el ardor con que las naciones irán en pos de Jesucristo. Sal 45 (44); 1. Cro 5, 1.[27] Se describe el natural indómito y fiero de la tribu de Benjamín.[30] Gen 23, 7.

Fuente: Notas Torres Amat