Comentario de Lamentaciones 3:49 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Mis ojos vierten lágrimas y no cesan, porque no hay tregua,
mis ojos destilan y no cesan. Lam 1:16; Sal 77:2; Jer 14:17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La imagen de lamento continúa desde el v. Lam 3:48 (Lam 1:2; Lam 2:11).
las hijas de mi ciudad se refiere al pueblo de Jerusalén.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
“Has redimido mi vida”
El resto del poema es la respuesta del poeta a la queja del pueblo en los vv. precedentes. Aquí nuevamente su propia persecución representa en un sentido el sufrimiento del pueblo a manos de ene migos. Hay en el lamento, además, una cierta expectativa de que sus clamores serían oídos (56-60, 64-66). Entonces, si el poeta podía esperar liberación del Señor, quizá también el pueblo lo pudiera.
Las ideas de haber sido arrojado a una cisterna (53; cf. Sal. 88:6), ser cubierto por aguas y llamar al Señor pidiendo ayuda (54, 55; cf. Sal. 18:3-6) son bastante comunes en los lamentos. Sin embargo, las expresiones aquí recuerdan la experiencia de Jeremías en particular. El también fue arrojado a una cisterna (Jer. 38:6); supo de conspiraciones en contra de su vida (60; cf. Jer. 11:19; 18:18); y pidió al Señor que actuara contra sus enemigos personales (64-66; cf. Jer. 11:20; 18:19-23).
No es un accidente que la liberación del pueblo, prometida en los vv. 22-30, implicase el sufrimiento de uno que estuviera en el lugar de ellos. Hay algo muy conmovedor en el hecho de que el sufriente poeta (o profeta) llevase, por así decirlo, los dolores del pueblo, aun a sufrir a manos de ellos. Hay semejanzas obvias con el cántico acerca del Siervo Sufriente (Isa. 52:13-53:12). Y hay una prefiguración de los insultos y crueldad acumulados sobre Jesucristo por el pueblo que él vino a salvar, aun cuando mostraba en sí mismo las profundas “compasiones” de Dios por ellos.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
y 255 Jer 14:17; Lam 1:16