Biblia

Comentario de Lamentaciones 4:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lamentaciones 4:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El aliento de nuestra vida, el ungido de Jehovah, ha sido atrapado en sus fosas; aquel de quien habíamos dicho: “A su sombra viviremos entre las naciones.”

el aliento de nuestras vidas. Lam 2:9; Gén 2:7; Gén 44:30; 2Sa 18:3.

el ungido de Jehová. 1Sa 12:3, 1Sa 12:5; 1Sa 16:6; 1Sa 24:6, 1Sa 24:10; 1Sa 26:9, 1Sa 26:16; 2Sa 1:14, 2Sa 1:21; 2Sa 19:21; Sal 89:20, Sal 89:21.

fue apresado en sus lazos. Jer 39:5; Jer 52:8; Eze 12:13; Eze 17:18; Eze 19:4-8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El heredero de la línea davídica era el aliento de vida para la nación. Pero el rey Sedequías fue capturado mientras trataba de escapar, encadenado, y cegado después de ver sus hijos masacrados, se marchó a Babilonia a morir.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El aliento de nuestras vidas. Expresión que se refiere a Dios, el dador de la vida.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— al rey, que era nuestro aliento: Lit. al ungido del Señor, soplo de nuestras narices.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “espíritu (viento)”. Heb.: rú·aj; gr.: pnéu·ma; lat.: spí·ri·tus.

(2) “Ungido de.” Heb.: meschí·aj; gr.: kjri·stós; sir.: meschi·jeh; lat.: chrí·stus.

(3) “El Señor ungido”, LXXBagsterVg.

REFERENCIAS CRUZADAS

y 336 Gén 2:7

z 337 Sal 89:20; Jer 37:1

a 338 2Re 25:6; Jer 39:5; Jer 52:8; Eze 12:13

b 339 Jue 9:15; Dan 4:12

c 340 1Sa 9:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el ungido del S eñor . Es decir, el rey Sedequías (cp. 2 R 25:3– 7; Jer 39:1– 8; 52:6– 11). El término « ungido» (usado también para el Mesías) a menudo se aplica a los reyes de Israel.

A su sombra. Expresión común para expresar seguridad (cp. Gn 19:8; Sal 17:8; 91:1).

Fuente: La Biblia de las Américas

vida… Lit. de nuestras narices.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., narices

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. de nuestras narices.

Fuente: La Biblia Textual III Edición