Comentario de Ezequiel 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y tú, oh hijo de hombre, toma una tableta de arcilla, ponla delante de ti y graba sobre ella una ciudad: Jerusalén.
tómate un adobe. Eze 5:1-17; Eze 12:3-16; 1Sa 15:27, 1Sa 15:28; 1Re 11:30, 1Re 11:31; Isa 20:2-4; Jer 13:1-14; Jer 18:2-12; Jer 19:1-15; Jer 25:15-38; Jer 27:2-22; Ose 1:2-9; Ose 3:1-5; Ose 12:10.
un adobe: לבנה [H3843], levainah generalmente denota un ladrillo, y Paladio nos informa que los ladrillos de uso com�n entre los antiguos eran «dos pies de largo, un pie de ancho y cuatro pulgadas de espesor»; y en una superficie así, todo el asedio podría ser fácilmente pintado. Sin embargo, quizás aquí denote una losa plana, como un ladrillo romano, que se usaba comúnmente para tabletas, como aprendemos de Plinio, Hist. Nat. 1. vii. do. 57.
la ciudad de Jerusalén. Jer 6:6; Jer 32:31; Amó 3:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En figura es presentado el tiempo desde la rebeldía de Jeroboam hasta la cautividad, Eze 4:1-8.
y por el tipo de comida la gravedad del hambre durante el sitio, Eze 4:9-17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Esta primera demostración simbólica sin hablar, hecha probablemente fuera de la casa del profeta (Eze 3:15, Eze 3:16), describe el éxito y seguridad del sitio venidero de Jerusalén por Babilonia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El adobe era barro sin cocer o arcilla lo bastante blanda como para ser escrita con un pincel. El término hebreo traducido diseña significa rayar o marcar el adobe.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
TÓMATE UN ADOBE. A Ezequiel se le ordenó que simbolizara el sitio de Jerusalén y el resultante exilio mediante acciones específicas. Él representó esos acontecimientos dando un pequeño modelo del sitio. La plancha de hierro (v. Eze 4:3) pudiera representar la fuerza indestructible de los babilonios. Mediante esa actuación, Ezequiel inculcaba en el pueblo la idea de que Dios mismo llevaría a los babilonios contra Jerusalén.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
4. Acciones simbólicas sobre el Asedio de Jerusalén.
Los exilados creían que Jerusalén nunca sería tomada por las tropas de Nabucodonosor, pues Yahvé habría de defenderla necesariamente por ser el lugar de su morada. Por otra parte, el prestigio de Yahvé parece exigirlo. Con estas ilusiones seguían en su perversa conducta, sin reconocer que sus pecados eran la causa de la ruina de la nación. La misión de Ezequiel es convencer a sus compatriotas desterrados que Yahvé entregará Jerusalén a sus enemigos y que no queda sino arrepentirse y volver a Yahvé para tener una esperanza de rehabilitación nacional. El profeta, pues, por orden divina, quiere hacer ver a los exilados con acciones simbólicas la futura destrucción de Jerusalén.
El plano de Jerusalén asediada (1-3).
1 Tú, hijo de hombre, toma una tableta de arcilla y póntela delante” Traza en la tableta el plano de una ciudad, Jerusalén. 2 Pon contra ella cerco, alza contra ella torres, haz vallado, asienta campamento delante de ella y pon contra ella arietes en derredor. 3 Toma luego una plancha de hierro y ponía como muro de hierro entre ti y la ciudad, y dirige a ella tus miradas. El cerco será estrecho, y lo estrecharás cada vez más. Es señal para la casa de Israel.
La vida de Ezequiel es una continuada parábola en acción. Por orden divina tiene que llamar la atención de sus compatriotas con acciones simbólicas extrañas para traerlos al buen camino. Ya el aire pensativo y taciturno mostrado por el profeta después de su visión inaugural y, sobre todo, la misteriosa reclusión y mutismo en su casa debían dar que pensar a los exilados, que veían en Ezequiel un compatriota extraño con pretensiones de profeta. Su mismo carácter sacerdotal le daba cierto ascendiente sobre ellos. Por otra parte, los exilados vivían obsesionados por la idea de un pronto retorno a la patria, y así nada tiene de particular que espiaran los últimos detalles de un hombre extraño que tenía visos de pro feta, esperando oír de sus labios promesas de pronta repatriación. Teniendo en cuenta este ambiente de expectación, el profeta, por orden divina, realiza ciertas acciones simbólicas que debían ser anuncios concretos del futuro. Una de ellas es esta de trazar sobre una tableta de arcilla o ladrillo el plano de la ciudad de Jerusalén. Contra ella debía asentar torres, vallados y cerco (v.2), dando la impresión de que la ciudad iba a ser asediada militarmente. Además se le ordena interponer una plancha de hierro entre la ciudad y el profeta (v.3), para indicar el cerco del ejército de Nabucodonosor, instrumento de la justicia divina. Sobre la ciudad sitiada debe dirigir las miradas amenazadoras como las de un jefe de un ejército que asedia y no tiene otra ilusión que entrar en la ciudad. La acción simbólica de Ezequiel puede concebirse perfectamente suponiéndolo mudo e inmóvil en su casa, desplegando su brazo ante los exilados estupefactos, frente a un ladrillo en el que estaba dibujado el plano de la ciudad de Jerusalén. En su mutismo era el único modo de pronosticar el asedio de la Ciudad Santa por Nabucodonosor.
Inmovilidad del profeta (4-8).
4 échate después sobre tu lado izquierdo y pon sobre él las maldades de la casa de Israel. Tantos días como sobre él yazcas, expiarás en ti la iniquidad suya. 5 Los años de su expiación te los computo a ti por días: ciento noventa días 6 expiarás las iniquidades de la casa de Israel. 6 Acabados éstos, te echarás del lado derecho para expiar a su vez las iniquidades de la casa de Judá por cuarenta días, computándote cada día por un año. 7 Dirigirás tus miradas contra el muro de Jerusalén, tendiendo el brazo y profetizando contra ella. 8 Yo te ataré con cuerdas para que no puedas volverte de un lado al otro mientras no se cumplan los días de tu atadura.
Una nueva acción simbólica. La inmovilidad obligada tendrá un sentido nuevo para los exilados. El profeta, por orden divina, debe permanecer ciento noventa días echado sobre su lado izquierdo para expiar otros tantos años por las iniquidades de la casa de Israel, es decir, el reino del norte, con Samaría por capital. El mismo nombre izquierdo, que para los israelitas es el norte 7, parece aludir al reino del norte. Después debe estar echado cuarenta días sobre su lado derecho para expiar las iniquidades de la casa de Judá (v.6). Según lo antes apuntado, el lado derecho debe de aludir al reino del sur, pues para los israelitas el sur era la derecha.
Haciendo el cómputo de días en años, según se indica en el texto, tenemos que la cautividad de la casa de Israel será de ciento noventa años, y la de la casa de Judá de cuarenta años. La cautividad para los judíos terminó en el 538 con el decreto de Ciro. Tomando esta fecha como término “ad quem,” podemos llegar a la fecha del 721 (toma de Samaría por Sargón II y fecha de la deportación definitiva de los habitantes del reino del norte) y tenemos “grosso modo” los ciento noventa años del texto para la casa de Israel; y para la casa de Judá, partiendo de la misma fecha 538 y sumándole cuarenta años, llegamos al 578, que se aproxima a la fecha crucial del 586, en que tuvo lugar la definitiva deportación de Judá. Siempre hay un margen de inexactitud en las cifras, que no han de tomarse al pie de la letra, sino como números redondos. No faltan autores que niegan la realidad del hecho, suponiendo que todo ello es una alegoría. Partiendo del supuesto de que Ezequiel estuvo inmóvil por una enfermedad enviada por Dios, no tiene nada de inverosímil la realidad histórica de esta acción simbólica: yo te ataré con cuerdas. (v.8). Aquí las cuerdas parecen designar la voluntad de Yahvé de inmovilizarle hasta que se cumplan los días fijados por el mismo Dios.
El pan tasado e inmundo (9-17).
9 Toma también trigo, cebada, habas, lentejas, mijo, avena, y ponió en una misma vasija, y haz de ellos tu alimento durante los días que estés echado de este o del otro lado. 10 Lo que para comer tomes será de veinte siclos de peso por día, que es lo que comerás de un día al otro. H También el agua la beberás medida, un sexto de “hin,” que te servirá de bebida de un día a otro. 12 Comerás pan de cebada, que cocerás en rescoldo de excrementos humanos y a la vista de esas gentes. 13 Y me dijo Yahvé: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo en medio de las gentes a las cuales les arrojaré. 14 ¡Ah Señor! exclamé yo: mi alma no se ha contaminado nunca; desde mi adolescencia hasta hoy no comí mortecino ni despedazado, y jamás entró en mi boca carne inmunda. 15 El me respondió: Mira, te concedo que, en vez de estiércol humano, tomes estiércol de bueyes para cocer con él tu pan. 16 Y añadió: Hijo de hombre, yo voy a quebrantar en Jerusalén el sustento del pan; comerán el pan por peso y con angustia y beberán el agua tasada y con turbación, 17 para que, faltándoles el pan y el agua, desfallezcan los unos con los otros y se consuman en su iniquidad.
De nuevo una acción simbólica debe completar el significado de la anterior sobre el asedio de Jerusalén. Ahora se van a anunciar las penalidades del asedio, sobre todo el hambre y la sed de los habitantes cercados. El profeta debe mezclar en una vasija diversos cereales y legumbres. La Ley prohibía esta mezcla de trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y espelta, como estaba prohibido sembrar dos clases de grano en el mismo campo 8. Sin embargo, las circunstancias del asedio serán tan penosas, que los asediados se verán obligados a contravenir la Ley mosaica. Además, Ezequiel debe comer lo equivalente al peso de veinte siclos al día, es decir, unos 300 gramos, lo que es la mitad de la comida normal de una persona 9.
También tendrá tasada el agua, pues sólo podrá beber un sexto de hin, es decir, un litro cada día 10.
Para encarecer más la escasez y anormalidad de la situación, el profeta debe cocer el pan de cebada en rescoldo de excrementos humanos (v.12). El combustible ordinario aún hoy en las aldeas de Palestina que no tienen carbón ni leña es el excremento de los animales. Los habitantes, pues, de la Jerusalén asediada no tendrán siquiera esto, y se verán obligados a emplear lo más repugnante. Pero esto, aparte de la repugnancia natural, para el profeta resultaba inmundo ritualmente H. El profeta, de la clase sacerdotal, siempre había tenido un cuidado extremo en guardar las leyes de la pureza legal. Estaba prohibido comer carne de animales muertos o descuartizados por otros animales, porque no había sido derramada la sangre suficientemente 12. El profeta declara que nunca ha tomado mortecino o despedazado (v.14) ni carne inmunda, es decir, carne empleada en los sacrificios, pero que se conservaba varios días 13. Todo esto era abominación para su mentalidad ritualista y sacerdotal; por eso, el emplear combustible inmundo, prohibido por la Ley, le resultaba inaceptable. Dios le condona esto y le permite utilizar el combustible normal del excremento de animales (v.15). Todo esto se ordena a anunciar proféticamente las estrecheces que los habitantes de Jerusalén sufrirán en el próximo asedio: yo voy a quebrantar el sustento del pan (v.16), símbolo del alimento humano en general. Consecuencia de ello será que languidecerán de hambre los unos con los otros (v.17).
1 Cf. Esd 2:59 : “colina de la sal.” Algunos autores creen que Tel-Abib es una deformación del babilónico tel-abubi (colina de la inundación). – 2 Cf. Isa 52:8; Isa 56:10; Jer 6:17; Eze 33:2.6-7. – 3 Cf. Eze 8:4; Eze 8:37, is. – 4 Los comentaristas antiguos tomaban al pie de la letra las palabras del Dios, y así suponían que el profeta se hizo atar (Knab.). Muchos autores modernos ven aquí una alusión a la supuesta epilepsia de Ezequiel (Klosterm.). Cf. buzy, Les symboles de VA.T., p.212-218. – 5 Así San Jerónimo, Trochen, Knabenbauer y Fillion. – 6 Así según los LXX. Según el TM, son “trescientos noventa días.” – 7 Entre los orientales, el sistema de buscar los puntos cardinales es mirar hacia el oriente, donde nace el sol. De ahí que su izquierda es nuestro norte, y su derecha nuestro sur. – 8 Cf. Lev 19:19; Deu 22:9-11. – 9 El sido pesaba unos 13 gramos más o menos. – 10 El hin era la sexta parte del baíh, que equivalía a unos 39 litros; por tanto, unhin, 6:55 litros. – 11 Cf. Deu 23:135. – 12 Cf. Exo 22:30; Lev 17:15; Deu 14:21. – 13 Cf. Lev 7:18; Lev 19:7; Jos 65:4.
Fuente: Biblia Comentada
diseña … Jerusalén. La lección gráfica de Ezequiel consistió en utilizar un pedazo de barro maleable para crear un esquema de la ciudad en miniatura, con murallas y otros elementos propios de un asedio militar para ilustrar la manera como Babilonia sitiaría a Jerusalén en el futuro (588-586 a.C.).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Aquí se presenta la primera serie de profecías dadas en el transcurso de un año, acerca de la conquista de Jerusalén por parte de los babilonios en 586 a.C.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— Jerusalén: Probable glosa explicativa.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
2Re 25:1-21.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
le dice que haga un pequeño modelo que representará a Jerusalén bajo sitio. Durante 390 días él estará acostado, atado, sobre su lado izquierdo. Durante este tiempo él llevará los pecados de Israel. Tendrá después que acostarse sobre su lado derecho por 40 días, llevando los pecados de Judá. Cada día representa un año.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
4.1ss Ezequiel dramatizó el sitio y la caída de Jerusalén que habrían de venir antes de que realmente sucedieran. Dios dio a Ezequiel instrucciones específicas acerca de lo que tenía que decir y la forma en la que lo debía decir. Cada detalle tenía un significado especial. A menudo ignoramos o pasamos por alto los detalles más pequeños de la Palabra de Dios, pensando que probablemente no tienen importancia para Dios. Al igual que Ezequiel, debemos querer obedecer a Dios por completo, incluso en los detalles.4.4-17 Las acciones poco usuales de Ezequiel describían simbólicamente el destino de Jerusalén. Se recostó sobre su costado izquierdo por 390 días para demostrar que Israel sería castigado sobre 390 años. Luego se acostó sobre su costado derecho por 40 días para mostrar que Judá sería castigado por 40 años. A Ezequiel no se le permitió moverse, simbolizando el hecho de que el pueblo de Jerusalén sería encerrado dentro de las murallas de la ciudad. Sabemos que Ezequiel no tuvo que permanecer sobre su costado todo el día, debido a que estos versículos nos hablan de otras tareas que Dios le pidió que realizara durante este tiempo. La pequeña cantidad de comida que se le permitía ingerir representaba la ración normal provista a aquellos que vivían en una ciudad sitiada por ejércitos enemigos. La comida cocinada sobre excremento humano era un símbolo de la impureza espiritual de Judá.Con certeza mucha gente fue a observar estos espectáculos y, en el proceso, escuchó los discursos ocasionales de Ezequiel (3.27). ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a ilustrar tan dramáticamente los pecados de nuestra nación? Debemos orar pidiendo mayor denuedo en nuestro testimonio.4.12-14 Ezequiel pidió a Dios que no lo obligara a usar excremento humano como combustible porque eso violaba las leyes de la pureza (Levítico 21, 22; Deu 23:12-14). Como sacerdote, Ezequiel debió haber sido cuidadoso en guardar todas estas leyes. Utilizar excremento humano como combustible sería una descripción dramática de ruina. Si no quedaba nada en la ciudad que pudiera ser quemado, sería imposible continuar con las leyes de Dios respecto a los sacrificios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 146 Jer 32:31
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
toma una tableta de barro. Un mapa o una línea del horizonte de Jerusalén se podía grabar fácilmente en el barro blando. Mensajes dados de esta manera eran llamados « hechos en parábolas» ; hoy sería como « teatro popular o en la calle» (cp. 5:1– 12; 12:1– 7, 18– 20). Más numerosas que las actividades semejantes de Isaías (Is 20:2) o de Jeremías (Jer 13:1, 11; 18:2– 4; 27:2– 22), las acciones simbólicas de Ezequiel demostraban vivamente el mensaje de Dios a un pueblo que no escuchaba.
Fuente: La Biblia de las Américas
Ezequiel recibió la orden de «dramatizar» el cercano sitio de Jerusalén (en 587; 2Re 24:20; 2Re 25:1-21; Jer 52:4-11). En un ladrillo de adobe Ezequiel dibujó un cuadro de la ciudad de Jerusalén, hizo una fortaleza (una torre), unió a ambas con un baluarte y puso delante de ella campamento (soldados) para cercarla. La fortaleza del ejército enemigo y la imposibilidad de escapar fue representada por el muro de hierro que Ezequiel puso (v. Eze 4:3).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[1] Tableta de arcilla.[10] El siclo pesa 11 gramos y se usa para medir metales preciosos.[11] El hin era algo más de 3,5 litros.[12] Por falta de otro combustible. Algunos opinan que todo lo dicho fue sólo una visión profética, con la cual el Señor quiso anunciar los sucesos futuros.[13] Esto denota el extremo de miseria a que llegarían los judíos durante el sitio, en castigo de sus crímenes.[14] Lev 11, 11-24; 17, 15.