Comentario de Ezequiel 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció en el quinto día del mes sexto del sexto año, estando yo sentado en mi casa y los ancianos de Judá también sentados delante de mí, que descendió allí sobre mí la mano del Señor Jehovah.
en el sexto año. Eze 1:2; Eze 20:1; Eze 24:1; Eze 26:1; Eze 29:1, Eze 29:17; Eze 31:1; Eze 32:17; Eze 40:1.
y los ancianos de Judá. Eze 14:1, Eze 14:4; Eze 20:1; Eze 33:31; Mal 2:7; Hch 20:33.
se posó sobre mi la mano de Jehová. Eze 1:3; Eze 3:12, Eze 3:14, Eze 3:22; Eze 37:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Ezequiel, en una visión de Dios en Jerusalén, Eze 8:1-4,
se le muestra la imagen del celo, Eze 8:5-6;
las cámaras llenas de imágenes, Eze 8:7-12;
las mujeres endechando a Tamuz, Eze 8:13-15;
los adoradores del sol, Eze 8:16.
y la ira de Dios por su idolatría, Eze 8:17-18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el sexto año: Esta segunda fecha exacta dada en Ezequiel es 592 a.C cuando el profeta representó el sitio de Jerusalén (Eze 1:1; Eze 4:1-8).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA MANO DE JEHOVÁ EL SEÑOR. Ezequiel experimentó una imponente visitación de la presencia y del poder de Dios cuando fue llevado «en visiones de Dios a Jerusalén» (v. Eze 8:3; cf. 2Co 12:1-4). Los creyentes neotestamentarios también experimentaron la presencia y el poder de Dios cuando fueron llenos del Espíritu Santo (Hch 4:29-31) y recibieron visiones y sueños (Hch 2:16-18). Hoy los creyentes deben pedir, buscar y llamar para que el Espíritu Santo venga sobre ellos con poder (Luc 11:5-13) y les conceda sus dones espirituales, para que sean testigos de Cristo (Hch 1:8; Hch 2:4; Hch 2:16-18). De esa manera, la palabra de Dios saldrá a la casa de Dios y al mundo con denuedo, con su poder milagroso y convencedor (Hch 2:1-12; Hch 2:37-41; 1Ts 1:5; Heb 2:4).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
8. Los cultos idolátricos, practicados en el templo de Jerusalén.
Los exilados, a la vista de las extrañas acciones simbólicas de Ezequiel, llegaron a barruntar que un profeta había surgido ante ellos. Su misión era anunciar la triste suerte reservada a los judíos que aún permanecían en Palestina y la rehabilitación de los exilados. La suerte de la Ciudad Santa estaba echada, y Judá sólo volvería a recuperarse después de largos años de cautividad. Ante una concurrencia de exilados, encabezados por los ancianos de Judá, el profeta cayó en éxtasis, asistiendo mentalmente a unas escenas que se desarrollaban en el templo de Jerusalén. Esto tuvo lugar un año después de su visión inaugural junto al gran canal.
Los exilados creían que Yahvé debía necesariamente velar por Jerusalén y que no podía permitir que los caldeos entrasen en la Ciudad Santa, pues Yahvé habitaba allí, en su templo. Pero el profeta va a mostrar con una visión que precisamente el castigo destructor empezará por el santuario de Yahvé, porque en él se están cumpliendo actos de abominación idolátrica, y, en consecuencia, la justicia divina debe manifestarse dentro del recinto sagrado.
Nueva teofanía (1-4).
1 El año sexto, el día cinco del sexto mes, me hallaba yo en mi casa, y estaban delante de mí los ancianos de Judá, y allí se posó sobre mí la mano del Señor, Yahvé. 2 Miré y vi una figura con la apariencia de hombre1. De lo que aparecía, de cintura arriba era fuego, y de cintura abajo era como un esplendor luminoso, como bronce brillante. 3Tendió una a modo de mano y me tomó por los pelos de la cabeza. El espíritu me levantó entre la tierra y el cielo, y en visión divina me llevó a Jerusalén, a la entrada de la puerta del atrio interior, del lado del septentrión, donde estaba puesto el ídolo que provoca el celo. 4 Y allí estaba la gloria del Dios de Israel, semejante a la de la visión que tuve en el campo.
El año sexto de la deportación del rey Joaquín, de donde parece partir el profeta en sus cómputos, es el 592 2. El sexto mes es el de Ebul, correspondiente a agosto-septiembre. Esta visión, pues, tuvo lugar poco más de un año después de la primera inaugural 3. En su casa recibió a un grupo de exilados presididos por los ancianos de Judá. Sus acciones simbólicas desacostumbradas habían logrado despertar la atención de aquellas gentes. Unos iban a verle con espíritu de fe, considerándole como heredero del espíritu de los profetas, y otros por pura curiosidad. Estando, pues, Ezequiel en medio de ellos, se sintió poseído de una gracia carismática especial del Señor: se posó sobre mí la mano de Yahvé (v.1). La expresión indica la manifestación sensible o imaginaria de Dios al profeta4. La aparición (sensible o imaginaria) del Señor reviste las mismas características que la narrada en el capítulo 1. Yahvé se manifiesta en toda su majestad fulgurante y esplendente como el fuego o el bronce brillante (v.2). Ninguna otra descripción más expresiva para indicar el carácter santo y puro de Dios.
El profeta se siente transportado imaginariamente por el espíritu del Señor a Jerusalén. El “espíritu” de Dios en el A.T., actuando carismáticamente sobre los profetas, es la energía divina manifestándose de un modo especial como principio dinámico preternatural. Fuera del curso natural, Dios tiene intervenciones directas sobre sus siervos en orden a las manifestaciones especiales de su providencia. Todo esto que narra Ezequiel hay que entenderlo como ocurrido en visión imaginaria; como la tercera tentación de Jesús en el desierto, según la cual Jesucristo fue transportado por el diablo sobre el pináculo del templo de Jerusalén 5. Así Ezequiel es transportado a la puerta del atrio interior del templo (v.3), que estaba en el lado del septentrión, es decir, a la izquierda del altar de los holocaustos, que estaba en el centro del atrio interior. El templo de Jerusalén tenía un atrio exterior, o explanada amplísima, que rodeaba lo que propiamente era santuario, al que tenían acceso las mujeres. Después, franqueando una puerta, se entraba en el atrio interior, en el que estaba el altar de los holocaustos y al que tenían acceso sólo los varones.
Es allí donde el profeta asiste en visión a ciertas escenas idolátricas que va a describir minuciosamente. Allí está el ídolo que provoca el celo, probable alusión a la estatua de Astarté, la Istar asiría o Venus o la estela de Ashera que había erigido allí el impío rey Manases un siglo antes 6, y que, quitada en la reforma de Josías 7, debió de volver a ocupar su antiguo lugar bajo el ecléctico rey Sedecías, El ídolo es llamado provocador del celo, quizá aludiendo al celo que tiene Yahvé de su culto en el templo de Jerusalén, ya que Israel era considerada como esposa de Yahvé. Se dan otras explicaciones, pero parece que en la frase hay manipulaciones de un redactor posterior8. El profeta se siente escandalizado por la presencia de estos ídolos en el santuario, donde estaba la gloria del Dios de Israel (v.4), es decir, Yahvé, como protector de su pueblo, manifestándose en toda su gloria y esplendor.
Escenas idolátricas en el templo de Jerusalén (5-13).
5 Y me dijo: Hijo de hombre, alza tus ojos hacia el lado del septentrión. Y alzando mis ojos al lado del septentrión, vi al norte de la puerta el altar del ídolo del celo, a la entrada misma. 6 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos? ¿Ves las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí mismo para alejarme de mi santuario? Pero date la vuelta, y verás abominaciones todavía más grandes. 7 Y me llevó a la entrada del atrio, y, mirando, vi un agujero en la pared. 8 Y me dijo: Hijo de hombre, horada la pared. Horadé la pared, y apareció una puerta. 9 Entra, me dijo, y mira las pésimas abominaciones que éstos hacen. 10 Entré, miré y vi toda suerte de imágenes de reptiles y bestias abominables y todos los ídolos de la casa de Israel pintados en la pared en derredor. 11 Y setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, entre ellos Jezonías, hijo de Safan, estaban en pie ante ellos, cada uno con su incensario en la mano, de los que subía una nube de incienso. 12 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen los ancianos de Israel en secreto, cada uno en su cámara, llena de imágenes? Pues se dicen: Yahvé no nos ve, se ha alejado de la tierra. 13 Y me dijo: Pues verás abominaciones todavía mayores que éstos hacen.
El profeta ve en la parte norte el ídolo del celo, probablemente, como decíamos antes, la estatua o estela de Astarté, diosa fenicia, esposa de Baal, que era el trasunto de la Istar asiro-babilónica, diosa de la fecundidad y del amor, como la Venus de los griegos. Su culto iba normalmente acompañado de excesos sexuales en sus santuarios. Estas abominaciones debían de existir en el templo de Jerusalén, al que se había dado acceso el culto de Istar desde los tiempos de Manases, con el pequeño intervalo de la reforma de Josías. Todo ello era una invitación a Yahvé para que se alejase de su morada de Jerusalén (v.6). Yahvé no puede compartir el culto con dioses paganos.
Pero Yahvé mismo invita al profeta a que penetre en el santuario para ser testigo de mayores abominaciones; así, después de recorrer los corredores del atrio, el profeta, forzando una pequeña abertura, se encuentra con cámaras secretas, en las que hay imágenes de reptiles y bestias abominables (v.10). Las cámaras deben de ser las celdas de los sacerdotes, que estaban construidas a lo largo del muro que separaba el atrio interior del exterior. En ellas hay imágenes de reptiles. Probablemente son dioses egipcios: el cocodrilo, el buey Apis, etc. La influencia egipcia en la corte de Jerusalén era muy profunda a causa de las alianzas políticas, ya que Egipto era considerado como la nación protectora contra Babilonia bajo el rey Sedecías (598-586). Precisamente los que hacen actos de adoración a estas abominaciones de animales son los ancianos de la casa de Israel, la aristocracia judía. Uno de ellos es llamado Jezonías, que debía de ser conocido de los exilados, pero desconocido para nosotros 9. El profeta quiere hacer ver a sus compañeros de destierro que los judíos que han quedado en Jerusalén siguen ofendiendo a Dios con sus cultos idolátricos, y, por tanto, el castigo definitivo no se puede dejar esperar. Los ancianos de Israel se creían desamparados de Yahvé: Yahvé no nos ve, se ha alejado de la tierra (v.11). La deportación del 598 y las constantes incursiones de los babilonios, amenazando con entrar en la Ciudad Santa, les ha hecho pensar que habían perdido la gracia de su Dios, y por eso se volvían hacia las divinidades de otros pueblos, como las de Egipto. En su mentalidad sincretista creían poder conjurar los males que amenazaban con actos de acatamiento a los dioses de los otros pueblos; por eso, con incensarios en las manos, les ofrecían incienso según la costumbre del templo de Jerusalén.
Otras prácticas idolátricas (14-18).
14 Me condujo a la entrada de la puerta de la casa de Yahvé, del lado norte, y estaban allí dos mujeres sentadas, llorando a Tammuz, 15 y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Pues todavía verás abominaciones mucho más grandes que ésta. 16 Y me llevó al atrio interior de la casa de Yahvé, y allí, a la misma entrada del santuario de Yahvé, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres de espaldas al santuario de Yahvé y cara al oriente, que hacia el oriente se postraban. 17Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto? ¿Será cosa ligera para la casa de Judá hacer las abominaciones que en este lugar se hacen, que han llenado la tierra de violencias para irritarme? ¡Hasta se llevan el ramo a las narices!18 Pues también yo obraré con furor, no se apiadará mi ojo y no tendré compasión, y cuando griten a mis oídos en voz alta, los escucharé.
Conducido el profeta hacia la salida del atrio exterior en la parte norte, encontró a dos mujeres sentadas llorando a Tammuz (v.14). Es el clásico duelo de las mujeres a la divinidad asiro-babilónica Tammuz (as. tamuzu: derivado del sumerio Du-muz1), dios de la vegetación. En el solsticio de verano, al empezar a agostarse la vegetación y cuando las hoces empezaban a cortar las espigas (junio-julio), se celebraba en Babilonia un día de duelo en honor del dios de la vegetación, como pidiéndole perdón por la desaparición de la misma. En Fenicia había un rito similar dedicado a Adonis, que es la versión fenicia del Tammuz mesopotámico 10. También, pues, el culto sincretista de Tammuz había entrado en el templo de Jerusalén. Es una nueva abominación. A ésta se une la del culto solar precisamente en el atrio interior, frente al santuario (el Santo), por parte de 25 sujetos que de espaldas a la morada santa de Yahvé miran hacia el oriente postrados en adoración al sol. Es el culto al dios solar asirio Samash, introducido también por el impío rey Manases 11. Quizá estos adoradores pertenecieran a la clase sacerdotal, pues estaban entre el vestíbulo (entrada al Santo) y el altar (v.16) de los holocaustos.
El Señor añade a estas abominaciones el pecado de violencias contra los fieles yahvistas, que predicaban un retorno al culto puro y único de Yahvé (v.17). La última frase es enigmática: Hasta se llevan el ramo a las narices (v.17). Generalmente se suele explicar como alusión a una conocida costumbre de los persas, los cuales llevaban a las narices un ramo de dátiles para purificar el aliento y no contaminar la atmósfera y los rayos solares con él 12. Sin embargo, las versiones dan diversos sentidos, lo que prueba que la frase hebrea era oscura y enigmática, quizá por estar el texto corrompido. En todo caso se alude a ritos idolátricos que provocan la ira divina
1 Así según los LXX. El TM dice apariencia de fuego. El contexto pide la primera lectura. Por otra parte, la palabra hebrea que designa fuego C~esh) es muy semejante a la que iignifica hombre (‘enosh).sig – 2 Los LXX leen el quinto mes. – 3 Cf. Ez i.is. – 4 Cf. Eze 1:3; Eze 3:22. – 5 Cf. Mt 4:5- – 6 Cf. 2Re 21:7. – 7 Cf. 2Re 23:6. – 8 En los LXX falta “que provoca el celo,” que tiene visos de ser una glosa. – 9 Aparece como hijo de Safan. En tiempos anteriores aparece un secretario del rey Josías con este nombre.,Cf. 2Re 22:3”; Jer 29:3; Jer 29:36, ios. – 10 Cf. Lagrange, études sur les religions sémiliques (1905) 3065; A. Lemonyer, Le cuite des dieux étrangers en Israel. Tammouz-Adonis: RsPhT 4 (1910), 271-282. – 11 Cf. 2Re 23:11. – 12 A. Jeremías, Das A, T. im Lichte des Altens Orients (1930) 75o.
Fuente: Biblia Comentada
En el sexto año. 592 a.C. (cp. Eze 1:2) entre agosto y septiembre, un año y dos meses después de la primera visión (Eze 1:1). la mano de Jehová. Esto introduce al profeta en una serie de visiones (v. Eze 8:3) que llegan hasta el capítulo Eze 11:1-25.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— el año sexto: Estamos en el 592 a. C.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Eze 1:3+; Eze 14:1; Eze 20:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Ezequiel tiene una visión en la que es transportado al templo en Jerusalén. Allí ve la gloria de Dios, tal como lo había hecho en el valle. Luego se le muestran varios ejemplos de la idolatría que se practicaba. El ve un ídolo levantado a una entrada del altar (8:5, 6); setenta ancianos de Israel adorando figuras de animales grabadas en las paredes (8:7-13); mujeres llorando al dios Tamuz (8:14, 15); 24 hombres adorando el sol (8:16-18).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
8.1ss Esta profecía está fechada en 592 a.C. El mensaje de los capítulos 8 al 11 está dirigido específicamente a Jerusalén y a sus líderes. En el capítulo 8 se registra que Ezequiel es llevado en visiones desde Babilonia al templo de Jerusalén para ver la gran maldad que ahí se practicaba. Tanto el pueblo como sus líderes religiosos eran totalmente corruptos. Si bien la primera visión (capítulos 1-3) de Ezequiel mostraba que el castigo provenía de Dios, esta visión demostró que la razón de este castigo era el pecado de Israel.8.2 Esta persona pudo haber sido un ángel o una manifestación de Dios mismo. En la visión previa de Ezequiel, dicho hombre estaba descrito como Dios en su trono (1.26-28).8.3-5 Esta imagen «que provoca a celos» pude referirse a Asera, la diosa cananea de la fertilidad cuyo carácter alentaba la inmoralidad sexual y la gratificación personal. El rey Manasés había colocado un ídolo de estos en el templo (2Ki 21:7). El rey Josías lo quemó (2Ki 23:6), pero ciertamente había muchos otros ídolos alrededor.8.6ss Escena tras escena, Dios revela a Ezequiel el grado en el que el pueblo había abrazado la idolatría y la maldad. El Espíritu de Dios trabaja en nosotros en forma similar, revelando el pecado que está latente en nuestras vidas. ¿Se sentiría cómodo usted si Dios llevara a cabo una «clase abierta al público» en su vida ahora?8.14 Tamuz era el dios babilonio de la primavera. El esposo o amante de la diosa Istar. Los seguidores de este culto creían que la vegetación verde se marchitaba y moría en el ardiente verano debido a que Tamuz había muerto y descendido al otro mundo. Por lo tanto los adoradores lloraban y guardaban luto por su muerte. En la primavera, cuando aparecía la nueva vegetación se alegraban creyendo que había vuelto a la vida. Dios le estaba mostrando a Ezequiel que muchas personas ya no estaban adorando al verdadero Dios de la vida y la vegetación. También nosotros debemos tener cuidado de no pasar tanto tiempo pensando en los beneficios de la creación que perdamos de vista al Creador.8.17 «El ramo a sus narices» podría referirse tanto a la práctica de adoración idólatra o al hecho de que los pecados de Judá se habían vuelto un hedor para Dios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O léase: “hombres mayores”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 315 Eze 14:1; Eze 20:1
b 316 Eze 1:3; Eze 3:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el año sexto…del sexto mes. Es decir agosto/septiembre del 592 a.C., 14 meses después de la primera visión (1:2).
Fuente: La Biblia de las Américas
Esta visión tuvo lugar 14 meses después del llamado de Ezequiel (tiempo suficiente para que su cabello hubiera crecido otra vez, v. Eze 8:3; cp. Eze 5:1). En la visión, el profeta es transportado a Jerusalén para relatar a los exiliados en Babilonia la terrible degradación de Jerusalén para que entendieran por qué Dios juzgaría la ciudad tan severamente.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., cayó
Heb., YHWH, generalmente traducido {I SEÑOR}
Fuente: La Biblia de las Américas
[2] La visión es idéntica a otras, aparecen los ancianos, que van en busca de un oráculo del Señor. No hay indicación de que se encuentren en Babilonia. Ez 1, 27; 14, 1; 20, 1; 33, 31.[4] Ez 3, 23.[14] El ídolo Adonis o Tammuz estaba envuelto como los cadáveres al enterrarlos, en medio de un rito de fertilidad.[16] La última y peor de las idolatrías, según Ezequiel. Los veinticinco hombres representan los veinticuatro coros de sacerdotes presididos por el sumo sacerdote.[17] Este gesto no se ha logrado interpretar satisfactoriamente.