Comentario de Ezequiel 29:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En el día 12 del mes décimo del año 10 vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
Año 589 a.C. Eze 29:17; Eze 1:2; Eze 8:1; Eze 20:1; Eze 26:1; Eze 40:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El juicio de Faraón por su traición a Israel, Eze 29:1-7.
La desolación de Egipto, Eze 29:8-12.
Su restauración después de 40 años, Eze 29:13-16.
Egipto, la recompensa de Nabucodonosor, Eze 29:17-20.
Israel será restaurada, Eze 29:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
año décimo: mes décimo: Esto es diciembre del año 588 o enero del año 587 a.C. Esta introducción de otra fecha de Ezequiel (la sexta) es un corte cronológico, pero no un corte temático con Eze 26:1-21; Eze 27:1-36; Eze 28:1-26 (Eze 1:2; Eze 8:1; Eze 20:1; Eze 24:1; Eze 26:1).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PON TU ROSTRO HACIA. Estos capítulos incluyen profecías contra siete naciones que eran hostiles a Dios, sus mandamientos y su pueblo. Ezequiel revela en estos ocho capítulos que todas las naciones son en definitiva responsables ante Dios y que los poderes terrenales no destruirán nunca su plan de salvación. Aunque a veces las fuerzas perversas del mundo parecen victoriosas, viene el día en que Dios juzgará toda maldad, las naciones impías perecerán y su pueblo fiel recibirá plena salvación.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
EGIPTO. Estos capítulos dan siete profecías de juicio contra Egipto. Se juzgaba a Egipto porque era un poder mundial que adoraba muchos dioses y con arrogancia se jactaba de su poder.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
29. El Orgullo de Egipto.
En este capítulo se inauguran una serie de oráculos (siete en total) contra Egipto. El gran pecado de Egipto para el profeta es haber instigado a Judá a levantarse contra Babilonia, comprometiendo así su vida nacional. El c.29 puede dividirse en las siguientes secciones: a) oráculo contra el faraón (1-6a); b) anuncio de la devastación de Egipto (6b-12); c) promesa de restauración de Egipto (13-16); d) promesa a Nabucodonosor de que le será entregado Egipto (17-21).
Oráculo contra el faraón (1-12).
1 El año décimo, el décimo mes, a doce del mes, fue me dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra Egipto entero; 3 habla y di: Así dice el Señor, Yahvé: Heme aquí contra ti, ¡oh faraón! rey de Egipto. Cocodrilo gigantesco echado en medio de tus ríos, te dijiste: Míos son los ríos, yo mismo los he excavado. 4 Yo pondré un aro en tus quijadas, y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos con los peces de tus ríos adheridos a tus escamas, 5 y te arrojaré al desierto a ti y a todos los peces de tus ríos, y caerás en la superficie del campo; no serás recogido ni sepultado, y te daré en pasto a las fieras de la tierra y a las aves del cielo. 6 Y todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy Yahvé, por haber sido báculo de caña para la casa de Israel, 7 que te quebraste cuando te tomaron con la mano, traspasando su costado. Y cuando en ti se apoyaron te quebraste, deslomándolos enteramente. 8 Por eso así dice el Señor, Yahvé: Yo haré venir la espada sobre ti y exterminaré hombres y bestias, 9 y la tierra de Egipto se tornará soledad y desierto, y sabrán que yo soy Yahvé. Por haber dicho: Míos son los ríos, yo los he excavado, 10 por eso heme aquí contra ti y contra tus ríos, y yo haré de Egipto desierto y soledad desde Migdol hasta Siene, hasta las fronteras de Etiopía. 11 No pasará por él pie de hombre, ni pie de animal pasará por allí, y quedará por cuarenta años deshabitado. 12 Yo haré de Egipto tierra desierta entre las desiertas, y serán sus ciudades entre las ciudades desiertas durante cuarenta años, y diseminaré a los egipcios entre las naciones y los dispersaré por las tierras.
La datación de este oráculo – tomando como punto de partida la deportación de Jeconías en 598 – nos lleva al año 587 (diciembre-enero). En esa época, las tropas de Nabucodonosor llevan ya asediando a Jerusalén durante un año largo. Sabemos por Jeremías que, durante este tiempo, las esperanzas de los habitantes de Jerusalén estaban puestas en el auxilio prometido de Egipto. Decepcionados en esta esperanza 2, los judíos creen que todo está perdido. En efecto, derrotado el faraón por Nabucodonosor, vuelve éste a reanudar el cerco de Jerusalén.
Los israelitas exilados en Mesopotamia tenían también las esperanzas puestas en Egipto. Por eso Ezequiel, que ha anunciado reiteradamente la suerte trágica que espera a Jerusalén, lanza ahora un oráculo amenazador contra Egipto por dar falsas esperanzas de liberación a los judíos de Jerusalén. Se encara con el faraón 3 y le llama despectivamente cocodrilo gigantesco. El cocodrilo aparece en las monedas de Egipto de la época de Augusto como símbolo de Egipto. La imagen buscada de cocodrilo por Ezequiel está en relación con el Nilo, la única riqueza de Egipto. Se representa al faraón como un cocodrilo echado en el Nilo en medio de los otros ríos o bifurcaciones-canales del Delta. En un himno a Tutmosis III se le llama a éste “cocodrilo.”4
Ezequiel le echa en cara su orgullo al considerar el Nilo con sus canales como obra suya: yo mismo los he excavado (v.3). En realidad, sabemos que el faraón Hofra (contra el que Ezequiel dirige el oráculo por ser su contemporáneo e instigador de la resistencia de Judá contra Babilonia) construyó nuevos canales en el Nilo y facilitó la navegación por éste. Herodoto nos dice de este faraón que se consideraba tan fuerte, que ni aun los mismos dioses podían derribarle 5. Ezequiel, despectivamente, dice que Dios le va a tratar como a un cocodrilo y sacar fuera de su río, sujetándole con anillos, como se cazaba al cocodrilo 6. Y con él, adheridos a sus escamas, saldrán sus peces, los habitantes de Egipto (v.4), o los soldados de su ejército. Yahvé los hará perecer a todos en el campo sin sepultura, expuestos sus cadáveres a las fieras de la tierra y a las aves del cielo (v.5). Era el castigo más temido de los antiguos, ya que, aparte del deshonor que esto suponía, el alma o substrato humano, que supervivía, no encontraba reposo fuera de la tumba7. Para un faraón, el quedar sin honores fúnebres era mayor castigo, pues, según la mentalidad egipcia, el cuerpo era el sustentáculo del alma, y por ello se debía procurar la no descomposición de aquél.
La razón del castigo, aparte del orgullo, está en haber dado falsas promesas de auxilio a Judá. Se ha ofrecido como un báculo de ayuda y ha resultado un báculo de caña frágil, que se quebró y se clavó en las manos de los que en él se apoyaron (v.7). Yahvé enviará la espada contra Egipto, que sembrará la devastación y la ruina. Todo se convertirá en soledad y desierto desde Migdol (frontera nororiental, junto al actual canal de Suez) hasta Siene, la actual Asuan, en la frontera sur con Etiopia, Sudán y Nubia 8. Durante una amplia generación no habrá señales de vida en todo el país: no pasara por él el pie de hombre, ni pie de animal.,, (v.11). La expresión es, naturalmente, hiperbólica para encarecer la gran devastación y soledad en que se hallará el país. Tampoco la cifra de cuarenta años se ha de tomar al pie de la letra, sino como un largo lapso de tiempo 9. Egipto sufrirá la misma suerte que Judá: será disperso entre las naciones (v.12). Nabucodonosor entró en Egipto en 568 a.C., y esto señaló un período de decadencia para la región del Nilo. Sustancialmente, pues, la profecía se cumplió.
Promesa de rehabilitación para Egipto (13-16).
13 Así dice el Señor, Yahvé: Al cabo de cuarenta años reuniré a Egipto entre los pueblos a que le había dispersado, 14 y mudaré la suerte de Egipto, y le llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de sus orígenes, y allí formará un modesto reino; 15 será el más humilde de los reinos y no volverá a lanzarse sobre las naciones. Le disminuiré para que no pueda enseñorearse de las gentes. 16 No será ya este reino para Israel apoyo de confianza, sugestión de iniquidad, a la cual se vuelva, y sabrán que yo soy Yahvé.
Después de haber anunciado la devastación y la ruina, se promete a Egipto un período de rehabilitación, si bien no en las proporciones del antiguo imperio dominador, sino en plan modesto, de forma que no vuelva a tener pretensiones de dominio sobre otros pueblos. Esta promesa de restauración no puede compararse con el grandioso horizonte que se ofrece a Israel 10. Para que no vuelvan a inquietar a Israel, Yahvé los llevará a Patros, en el Alto Egipto, con Tebas por capital n. Los egipcios se consideraban originarios de esta región 12, y a ella han de volver según la descripción convencional de Ezequiel. Para encarecer que Egipto no volverá a constituir peligro para Israel, coloca al nuevo reino lejos de las fronteras de éste. De hecho sabemos que en Egipto hubo siempre una lucha entre Tebas y Menfis por la hegemonía. El triunfo de aquélla suponía un descenso de la vida política y comercial en el Delta.
Dios entrega Egipto a Nabucodonosor (17-21).
17 El año veintisiete, el primer mes, en el primer día del mes, me fue dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 18 Hijo de hombre, el rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha hecho prestar a su ejército un largo servicio contra Tiro. Encalveciéronse todas las cabezas, todos los hombres quedaron molidos, y no hubo ni para él ni para su ejército paga de Tiro por el servicio prestado contra ella. 19 Por tanto, así dice el Señor, Yahvé: Doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; él tomará sus riquezas y tomará sus despojos. Pillará su botín, y ésta será la paga para su ejército. 20 En pago del servicio prestado contra Tiro, yo le doy Egipto, porque fue para mí para quien trabajaron, dice el Señor, Yahvé. 2l En ese día yo haré nacer un cuerno a la casa de Israel. Y abriré en medio de ellos tu boca, y sabrán que yo soy Yahvé.
Este oráculo es interesantísimo, porque en él se presenta al rey de Babilonia como bienhechor, como instrumento de la justicia divina contra Tiro. La datación del mismo nos lleva a marzo -abril del 571 a.C. (v.1). Es probablemente el último oráculo del profeta. Nabucodonosor, después de trece años de asedio (comenzado en 587), abandona el intento de tomar la isla de Tiro en 573 a.C. Ha sido un trabajo ímprobo, en el que encalveciéronse todas las cabezas, todos los hombres quedaron molidos, y no hubo para él ni para su ejército paga de Tiro (v.18). Los soldados babilonios no recibieron la compensación a sus trabajos ocupando la ciudad y su botín. Sin embargo, hay autores que dicen que Nabucodonosor tomó realmente la ciudad 13. En ese caso, quizá el largo asedio había acabado con todo lo que pudiera constituir botín para las tropas de Nabucodonosor. Es muy verosímil que los asediados, desesperados, hayan arrojado al mar todo su ajuar antes de dejarlo caer en manos del ejército invasor. En todo caso, el profeta constata aquí que los soldados de Nabucodonosor no recibieron un pago proporcionado a sus trabajos.
En compensación, Yahvé va a entregarles el gran país de Egipto (v.19). Es la gran presa anhelada. Hasta fines del siglo pasado no teníamos noticias de una expedición de Nabucodonosor contra Egipto. En 1878 se publicaba un fragmento de una inscripción babilónica en la que se hablaba de una expedición de Nabucodonosor a Egipto en el año 37 de su reinado, es decir, en el 568 a.C. No están concordes los orientalistas sobre la extensión de esta expedición, pues mientras unos dicen que Nabucodonosor llegó hasta Asuán, otros creen que sólo ocupó el Delta 14. La profecía, pues, de Ezequiel, análoga a la de Jer 43:8-13, se cumplió sustancialmente. Es interesante la afirmación puesta en boca de Dios de que Nabucodonosor trabajó para El (v.20), y por eso, en recompensa, le entrega la tierra de Egipto. Es la afirmación constante en los profetas de que Dios es el Señor de la historia de todos los pueblos y de que aun los grandes potentados paganos, como Nabucodonosor, son meros instrumentos de su justicia.
A continuación el profeta anuncia una época de resurgimiento para Israel: En ese día.; la expresión puede referirse simplemente al día del cumplimiento de la profecía anterior sobre la caída de Egipto; quizá mejor será la consabida fórmula para insertar un vaticinio mesiánico. En este caso, la expresión en ese día se referiría a la inauguración de la era mesiánica, en que Yahvé daría un cuerno a Israel, es decir, le haría resurgir con un poder especial. El cuerno en la literatura bíblica del A.T. simboliza la fuerza y el poder 15.
Se ha querido relacionar este texto de Ezequiel con el del Sal 132:17 : “Aquí haré crecer altamente el cuerno de David, y prepararé la lámpara a mi ungido,” dando un sentido personal a la palabra cuerno, como alusión a un personaje futuro, que pudiera ser Zorobabel16 o el mismo Mesías. En este caso, el texto sería paralelo al germen justo de Jer 23:5, o rey futuro que habría de instaurar un reinado de justicia 17, el Mesías.
El oráculo de Ezequiel se termina anunciando que Yahvé abrirá su boca ante los exilados, de modo que se pueda confirmar después del cumplimiento de los hechos la veracidad de sus antiguos vaticinios. El profeta entonces podrá con particular autoridad predicar a los exilados, puesto que todas sus profecías se han cumplido literalmente. Con ello desaparecerá la distancia que existía entre él y ellos y podrán dialogar en orden a las esperanzas futuras. La misión de Ezequiel en el destierro era precisamente mantener la conciencia religiosa de los desterrados como pueblo elegido, a pesar de la catástrofe de Jerusalén. De ellos habría de surgir el futuro núcleo de restauración nacional.
1 Esta última frase, con los peces. a tus escamas, falta en los LXX, y parece una repetición innecesaria. – 2 Jer 27:1-10; 30:32-34.37-39. – 3 Faraón es la traducción del hebreo par’oh, que a su vez es una adulteración del egipcio Par-O (“gran casa,” título del rey de Egipto, como el de “sublime puerta” lo era para el sultán turco). – 4 “Yo hago considerar tu majestad como un cocodrilo, el terrible dueño de las aguas, al que no se puede acercar” (J. H. Breasted-Ranke, Geschichte Aegiptiens 1910 267. Citado por Spadafora, o.c., p.225). – 5 Herodoto, II 169. – 6 Cf. Job 41:2; Herodoto, II 70. – 7 Cf. Deu 28:26; Jer 8:2; Jer 16:4; Jer 16:19, Jer 16:7; Jer 34:20. Véase M. J. lagrange, Eludes sur les religions sémitiques (París 1905) 325-335. – 8 Migdol es^el Magdali de las cartas de Tell-Amarna, hoy Tell-el-Cher. Cf. Mallon, Les hébreux en égypte 1675. Siene es el egipcio Swn, copto Suan, y en árabe actual Asuán, en la orilla oriental del Nilo, frente a Elefantina, en la frontera entre Egipto y Sudán. Sobre la imagen de la “caña” que se quiebra aplicada a Egipto cf. 2Re 18:21; Isa 36:6. – 9 Algunos quieren computar estos años a partir del 568, en que Nabucodonosor entró en Egipto, hasta el 538, decreto de Ciro. Pero no es necesario acudir a la aritmética. Aquí tenemos más bien una cifra simbólica. – 10 Cf. 16:53-63; 17:22, etc. – 1l Patros es la transcripción del egipcio P-to-res, que significa sur, y es el Alto Egipto, con Tebas por capital, en contraposición a Misrayim (todo Egipto) y Kush (Etiopía). En los textos cuneiformes se llama a Asaradón “rey de Μι/sur, Paturisi y Ktwsí.” Cf. Spadafora, o.c., p.22? – 12 Así lo afirma Herodoto, II 4.15. – 13 Así lo sostienen Albrigh: JBL (1932) p.9S; P. Cheminant, Les proph. d’Ez. Contre Tyr ni n.3. – 14 Sobre esta expedición cf. Keilinschriftliche Bibliothek III 2 p.140. Véase el artículo de plessis, Babylone et la Bible: DB I (1928) 797. – 15 Cf. Jer 48:25; Sal 75:11; Lam 2:3. – 16 Zac 6:12. – 17 Jer 33:5
Fuente: Biblia Comentada
el año décimo. 587 a.C. es el décimo año después de la deportación de Joaquín. Es un año y dos días después de la llegada de Nabucodonosor a Jerusalén (Eze 24:1-2; 2Re 25:1) y siete meses antes de su destrucción (2Re 25:3-8). Este es el primero de siete oráculos contra Egipto (cp. Eze 29:17; Eze 32:1; Eze 32:17).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— décimo mes: Nos encontramos entre diciembre del 588 y enero del 587 a. C.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Egipto: declinación y caída
Al comparar las fechas de los oráculos con los sucesos de la época, hallamos que los oráculos fueron dados contra un fondo de vacilación de Judá entre la dominación de los egipcios y los babilonios. El Estado de Judá se había aliado, voluntariamente o no, con una u otra de esas grandes potencias militares durante los últimos veinte años que precedieron a los terribles eventos de 588/87 a. de J.C.
La serie de oráculos de Ezequiel contra Egipto comienza durante la hora más oscura de Jerusalén. Las maniobras de Egipto para romper el sitio de Babilonia habían fracasado. Ezequiel ya había pronosticado la caída de la ciudad. El tiene ahora desastrosas noticias para el que quería ser su salvador. La dirección global de sus oráculos era que Egipto finalmente caería ante los babilonios, y que dejaría de ser la gran nación que una vez había sido.
Jerusalén ya había estado bajo sitio durante un año. Habían tenido un breve alivio cuando los babilonios fueron temporariamente desviados por un infructuoso asalto egipcio. El oráculo de Ezequiel refleja algo de la amargura que ha de haberse sentido en Jerusalén cuando se hizo evidente que el rescate por Egipto había fracasado: Egipto era como un bastón de caña (6); y ya no sería más una fuente de confianza para el pueblo de Israel (16). La confianza depositada en el poder militar o económico es siempre a la larga un error.
El oráculo significa que Egipto sufriría derrota y destrucción. La nación se recuperaría, pero nunca volvería a su pasada fortaleza (14, 15).
1-16 La palabra del Señor a faraón es, en otras palabras: “Por tu arrogancia, faraón, serás abatido. Entonces todo Egipto sabrá que yo soy Jehovah (3-6). Porque probaste ser una ayuda indigna de confianza a Israel, Egipto será destruida por la guerra. Entonces sabrán que yo soy Jehovah (6-8). Por tu arrogancia, Egipto será desolada, y los egipcios dispersados (9-12). No obstante, después de un tiempo los egipcios regresarán al Alto Egipto, pero su reino será modesto. Egipto será un recordatorio a Israel. Entonces sabrán que yo soy Jehovah (13-16).”
Notas. 1 La fecha fue enero 587 a. de J.C. 3 Gran monstruo: un cocodrilo, o tal vez una criatura como el Leviatán (cf. Isa. 27:1). 6, 7 Bastón de caña: cf. Isa. 36:6. Así como un bastón de caña se quebraría y lastimaría a cualquiera que trata de apoyarse en él para sostenerse, así había fallado el pretendido apoyo de Egipto a Jerusalén, añadiendo a la desesperación de la ciudad. 10 Desde Migdol y Asuán: una expresión implicando toda la tierra, desde el norte hasta el sur. Etiopía: el país situado al sur de Egipto.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
29.1ss Hay siete profecías en los capítulos 29-32, todas relacionadas con el juicio sobre Egipto. Tal vez esta es la primera profecía que dio Ezequiel en 587 a.C. Ezequías, Joacim y Sedequías (reyes de Judá) buscaron ayuda de Egipto a pesar de las advertencias de Dios.Hay tres razones principales para esta profecía: (1) Egipto era un viejo enemigo de los judíos, ya que una vez los esclavizó durante cuatrocientos años; (2) Egipto adoraba muchos dioses; (3) la riqueza y el poder de Egipto hacían que pareciera un buen aliado. Egipto ofreció ayuda a Judá solo por los beneficios que esperaba recibir de dicha alianza. Cuando los egipcios no obtuvieron lo esperado, abandonaron el trato sin preocuparse por las promesas hechas.29.2ss Egipto tenía grandes tesoros artísticos, una civilización floreciente y un poder militar famoso en todo el mundo. Es lamentable, pero también era malvado, egoísta, idólatra y trataba a sus esclavos con crueldad. Y por esos pecados Dios condenó a Egipto. En la batalla de Carquemis en 605 a.C., Babilonia aplastó a Egipto junto con Asiria, sus rivales en la posesión del gobierno mundial.29.9, 10 El Nilo era el orgullo y el regocijo de Egipto, un río que daba vida, ya que cruzaba en medio del desierto. Sin embargo, en vez de dar gracias a Dios, Egipto declaró: «El Nilo es mío, y yo lo hice». Hacemos lo mismo cuando decimos: «Esta casa es mía; yo la construí» o «Gracias a mis esfuerzos he llegado al lugar donde ahora estoy» o «He construido esta iglesia, negocio o reputación desde los cimientos». Estas declaraciones revelan nuestra soberbia. A veces damos por concedido lo que Dios nos ha otorgado, pensando que lo hemos hecho solos. Por supuesto, hemos puesto mucho esfuerzo, pero Dios brindó los recursos, nos dio las habilidades y las oportunidades para lograrlo. En vez de proclamar nuestra grandeza, como los egipcios, debemos proclamar la grandeza de Dios y darle a El el mérito. (Migdol está al norte de Egipto y Sevene en el sur. Por lo tanto se refiere a todo Egipto.)29.13-16 Este período de desolación de cuarenta años en Egipto es difícil de fijar con precisión. Nabucodonosor atacó Egipto alrededor del 572 a.C. y se llevó a mucha gente a Babilonia, mientras que otros huyeron por seguridad a las naciones limítrofes. Alrededor de treinta y tres años más tarde, Ciro, rey del Imperio Persa, conquistó Babilonia y permitió que las naciones que Babilonia conquistó volvieran a sus ciudades natales. Si suponemos que pasó un período de siete años reagrupándose y viajando, este lapso de cuarenta años es factible. Desde ese entonces, Egipto nunca ha vuelto a ser una potencia mundial como antes fue.29.17, 18 Esta profecía se dio en 571 a.C. y realmente es la última que aparece en Ezequiel. Nabucodonosor conquistó finalmente Tiro después de un largo y costoso sitio de quince años (586-571 a.C.). No planeó tal costo, por lo que fue hacia el sur y conquistó Egipto para recuperar todo lo perdido al tomar Tiro. Ezequiel colocó esta profecía aquí para describir quién llevaría su juicio a Egipto. Dios utilizaba a Nabucodonosor, un hombre malvado, como un instrumento de su juicio sobre Tiro, Judá y Egipto, naciones de por sí malvadas. Cuando Babilonia no reconoció la ayuda de Dios, El la juzgó también.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
el décimo año. La fecha es el 5 de enero de 587 a.C. Los siete oráculos contra Egipto, menos uno (30:1), tienen fecha.
Fuente: La Biblia de las Américas
Esta profecía contra Egipto (hasta el v. Eze 29:17, inclusive) fue dada en enero del año 586, siete meses antes de la caída de Jerusalén.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[1] Del cautiverio de Jeconías.[3] Dragón significa el gran pez o cocodrilo, símbolo de Egipto, como se ve en muchas monedas antiguas, pues los egipcios lo adoraban como un dios.[10] Desde un extremo al otro de Egipto. Siene está bajo la línea equinoccial, limita con Etiopía y es la actual Asuán.