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Comentario de Ezequiel 37:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Ezequiel 37:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

La mano de Jehovah vino sobre mí; me llevó fuera por el Espíritu de Jehovah y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

La mano de Jehová. Eze 1:3; Eze 3:14, Eze 3:22; Eze 33:22; Eze 40:1; Apo 1:10.

me llevó en el Espíritu. Eze 8:3; Eze 11:24; 1Re 18:12; 2Re 2:16; Luc 4:1; Hch 8:39.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Por la resurrección de los huesos secos, Eze 37:1-10,

la esperanza muerta de Israel es revivida, Eze 37:11-14.

Por la unión de dos palos, Eze 37:15-17,

se muestra la incorporación de Israel en Judá, Eze 37:18-20.

Las promesas del Mesías, Eze 37:21-28.

lleno de huesos. Eze 37:11; Sal 141:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En esta visión de los huesos secos Dios analiza el método y los medios de restaurar y reconstruir su nación en su tierra. La visión ilustra la bendición y seguridad prometida en el pacto de paz y el nuevo pacto. Dios presenta la visión e instruye al profeta; en los vv. Eze 37:7-10, Ezequiel obra recíprocamente con la visión, y en v. Eze 37:11-14 Dios interpreta la visión.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El texto recuerda las pasadas experiencias visionarias de Ezequiel (Eze 1:1, Eze 1:3; Eze 2:2; Eze 3:12, Eze 3:14; Eze 8:1, Eze 8:3, Eze 8:7) aunque la palabra visión no es empleada en estos versículos.

huesos: esta palabra no sólo habla de muerte, en realidad habla de muchas muertes, pero según la costumbre judía dejar los huesos al aire libre era indigno e indecente. Dejar los cuerpos sin sepultura hasta que los huesos quedaran al descubierto era inconcebible.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA MANO DE JEHOVÁ… HUESOS. Por medio del Espíritu Santo Ezequiel contempla en una visión un valle lleno de huesos. Los huesos representan a «la casa de Israel» (v. Eze 37:11), es decir, tanto Israel como Judá en el exilio, cuya esperanza había muerto cuando fueron esparcidos entre los paganos. Dios le mandó a Ezequiel que profetizara sobre los huesos (vv. Eze 37:4-6 ). Entonces se les dio vida a los huesos en dos etapas:

(1) un restablecimiento político en la tierra (vv. Eze 37:7-8) y

(2) una restauración espiritual de la fe (vv. Eze 37:9-10). Se dio esta visión para asegurarles a los exiliados que serían restablecidos por el poder de Dios y volverían a ser una comunidad activa en la tierra prometida, a pesar de sus circunstancias al parecer sin esperanza (vv. Eze 37:11-14 ). No se da el tiempo entre esas dos etapas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

37. Resurrección de la Nación Israelita.
Las afirmaciones precedentes de Ezequiel, sin duda que suscitaban en la mayor parte de los oyentes escepticismo. ¿Cómo Judá habrá de verse algún día restaurada en su patria con plena libertad? El imperio de Nabucodonosor parecía omnipotente, y, por tanto, su opresión habría de permanecer por siglos. El profeta, para realzar más sus promesas, les comunica una visión que ha tenido sobre la restauración de Israel. Cierto que el pueblo israelita había sido reducido a un estado esquelético, pero la omnipotencia divina puede de nuevo reanimar estos huesos disecados. Israel será restaurado como nación, y de nuevo todos los israelitas, dejando sus anteriores tradiciones cismáticas, se unirán para formar un solo reino futuro. El capítulo se divide netamente en dos partes: a) visión sobre la restauración de la comunidad israelita (1-14); b) acción simbólica sobre la unión de los dos reinos israelitas, Judá y Efraím (15-28).

Visión de los huesos secos (1-10).
1 Fue sobre mí la mano de Yahvé, y llevóme Yahvé fuera y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos. 2 Hízome pasar por cerca de ellos todo en derredor, y vi que eran sobremanera numerosos sobre la haz del campo y enteramente secos. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿revivirán estos huesos? Y yo respondí: Señor, Yahvé, tú lo sabes. 4 Y él me dijo: Hijo de hombre, profetiza sobre estos huesos y diles: Huesos secos, oíd la palabra de Yahvé. 5 Así dice el Señor, Yahvé, a estos huesos: Voy a hacer entrar en vosotros el espíritu y viviréis, 6 y pondré sobre vosotros nervios, y os cubriré de carne, y extenderé sobre vosotros piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y sabréis que yo soy Yahvé. 7 Entonces profeticé yo como me mandaba, y a mi profetizar se oyó un ruido, y hubo un agitarse y un acercarse huesos a huesos. 8 Miré y vi que vinieron nervios sobre ellos, y creció la carne y los cubrió la piel, pero no había en ellos espíritu. 9 Díjome entonces: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así habla el Señor, Yahvé: Ven, ¡oh espíritu! ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos, y vivirán. 10 Profeticé yo como se me mandaba, y entró en ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie, un ejército grande en extremo.

El cuadro que presenta el profeta es espeluznante: un campo lleno de huesos secos. En nombre de Dios proclama un nuevo oráculo a los exilados. La expresión fue sobre mí la mano de Yahvé indica en la literatura profética un influjo divino especial irresistible sobre el vidente ! La visión aparece perfectamente escenificada. El profeta da vueltas al campo apocalíptico de esqueletos humanos expuestos a la intemperie. Todo era impresión de muerte. De un lado, Ezequiel ve que estos huesos eran incalculables, y por otro sabe que están completamente secos, sin nervaduras ni carne. Ya hacía tiempo que el soplo vital había partido de ellos. El Señor le interroga sobre la posibilidad de que estos esqueletos sean de nuevo reanimados por la vida (v.3). El profeta no niega la posibilidad de la resurrección de estos huesos 2, pues sabe que Dios es omnipotente: Señor, tú lo sabes, es la respuesta prudente de Ezequiel (v.3).
Sin duda que en la visión el profeta nota que Yahvé quiere hacer algo excepcional. Por orden suya profetiza sobre los huesos secos. Ezequiel aparece como instrumento de esta resurrección, en cuanto que será el paladín de la esperanza de la resurrección nacional de Israel en el cautiverio. La palabra profetiza indica que Ezequiel debe conducirse como profeta, es decir, transmisor de un designio divino. La vivificación de los huesos aparece altamente dramatizada: primero se juntan los nervios, después se llenan de carne y, por fin, son vivificados por el hálito vital (v.6). Según la mentalidad popular, la vida venía directamente de Dios, quien infundía a cada ser el soplo vital 3.
Aquí este espíritu es lo último que sobreviene al esqueleto ya articulado con los nervios y la carne. En la formación del primer hombre se sigue el mismo orden, pues el hálito vital es infundido después que ha sido configurado el hombre en lo material externo. En la visión de Ezequiel, el hálito vital o espíritu (rúaj) ha de venir de los cuatro vientos (v.9), porque debía informar a todos los huesos que en el campo estaban esparcidos en las cuatro direcciones. Ninguno debe quedar sin ser vivificado. Como consecuencia de la invocación del profeta al espíritu sobre aquellos huesos secos, éstos se vivificaron, y ante los ojos atónitos del vidente había allí un ejército inmenso de hombres resucitados (v.10).

Explicación de la visión (11-14).
11 Díjome entonces: Hijo de hombre, esos huesos son la entera casa de Israel. Andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, ha fallado nuestra esperanza, estamos perdidos. 12 Por eso profetiza y diles: Así habla el Señor, Yahvé: Yo abriré vuestros sepulcros y os sacaré de vuestras sepulturas, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel, 13 y sabréis que yo soy Yahvé cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío, 14 y ponga en vosotros mi espíritu y viváis, y os dé reposo en vuestra tierra, y sabréis que yo soy Yahvé, lo dije y lo hice, oráculo de Yahvé.

La explicación de la apocalíptica visión es clara en el contexto y la declaración subsiguiente: los huesos resucitados son los exilados de Israel, que se creen ya sin esperanza de resurrección nacional: estamos perdidos. (v.11). La desesperación era la característica de los exilados después de la ruina definitiva de Jerusalén. Se creen totalmente abandonados de su Dios. Ezequiel quiere levantar los ánimos. La visión que acaba de exponer es el mejor símbolo de lo que va a suceder en el futuro, pues Israel será de nuevo reanimado, con la ayuda de Dios, y reintegrado a su patria. Los israelitas exilados están como muertos en sus sepulcros, pero Yahvé los va a sacar de este estado, vivificándoles para hacerlos volver a la tierra de Palestina (v.14). Nada en el contexto favorece la opinión de que aquí se trata de la resurrección de los muertos, aun limitada al pueblo israelita como en Dan 12:24.

Un solo reino bajo el cetro único del nuevo David (15-28).
15 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 16 Hijo de hombre, toma un palo y escribe en él: “Judá y los hijos de Israel que le están unidos.” Toma luego otro y escribe en él: “José, el báculo de Efraím y de toda la casa de Israel que le está unida.” 17 Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y uno solo hagan en tu mano. 18 Y cuando te pregunten los hijos de Israel: ¿No nos enseñarás qué es eso? 19 Diles: Así habla el Señor, Yahvé: He aquí que yo tomaré el báculo de José, que está en manos de Efraím y de las tribus de Israel que le están unidas, y lo pondré sobre el báculo de Judá, haciendo un solo báculo, y será uno solo en mi mano. 20 Que estén a sus ojos los palos en que escribas, y diles: 21 Así dice el Señor, Yahvé: He aquí que yo tomaré a los hijos de Israel de entre las gentes a que han ido, juntándolos de todas las partes, y los traeré a su tierra. 22 Y haré de ellos en la tierra, en los montes de Israel, un solo pueblo, y todos tendrán un solo rey; nunca más serán dos naciones, nunca más estarán divididos en dos reinos, 23 nunca más se contaminarán con sus ídolos; los libraré de todas las rebeliones con que pecaron y los purificaré, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 24 Mi siervo David será su rey, y tendrán todos un solo pastor, y caminarán por las sendas de mis mandamientos, y guardarán mis preceptos, poniéndolos por obra. 25 Y habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en que habitaron vuestros padres. Ellos la habitarán y los hijos de sus hijos por los siglos de los siglos, y por los siglos será su príncipe David, mi siervo. 26 Estableceré con ellos un pacto de paz que será pacto eterno; los asentaré, los acrecentaré y pondré mi santuario en medio de ellos por los siglos. 27 Pondré en medio de ellos mi morada, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 28 Y sabrán las gentes que yo, Yahvé, santifico a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos por los siglos.

Después de anunciar solemnemente, en la explicación de la visión anterior, la repatriación de los exilados, el profeta anuncia que en el futuro desaparecerá la tradicional división de las diez tribus del norte, con Efraím a la cabeza, y las dos del sur, con Judá por capital. Esta unión de las doce tribus la expresa Ezequiel con una acción simbólica para llamar más la atención de los oyentes. Por orden divina, el profeta toma dos palos; en uno debe escribir: Judá y los israelitas que le están unidos; y en otro: José y la casa de Israel que le esta unida (v.16). El primer palo, pues, simbolizaba el reino del sur, y el segundo el reino del norte, en el que descollaba la tribu de Efraím, hijo de José. En efecto, por su belicosidad y los muchos caudillos que dio, Efraím se constituyó en cabeza moral de las tribus cismáticas del norte después de la muerte de Salomón 5. En lo futuro, las doce tribus volverán a reunirse bajo un solo rey. El profeta, para significar esto, junta un palo al otro (v.17). Días llegarán en que Yahvé reunirá a todos los componentes de todas las tribus dispersas entre las gentes y las volverá a su tierra (v.21). Juntas constituirán un solo pueblo, bajo un solo rey, al que se le llama mi siervo David (v.24). De nuevo se repite que la futura teocracia estará calcada sobre la añorada época de David. El profeta une siempre la repatriación de los exilados a la inauguración de los tiempos mesiánicos. De hecho, el retorno de los exilados fue el principio de la nueva comunidad nacional, en la que había de aparecer el Mesías. En los profetas suele faltar la perspectiva histórica, y viven de la esperanza mesiánica. En sus ansias de realización, la presentan como próxima para reavivar las esperanzas en el pueblo, decaído de ánimos. Es justamente lo que hace Ezequiel entre sus compañeros de destierro. Con estas ansias de levantar los ánimos, el profeta idealiza el futuro, y piensa en la nueva era, en que reinará la paz y equidad como consecuencia de una nueva alianza (v.26), que será definitiva por los siglos. Dios volverá a ser el centro de los corazones de los israelitas 6, pues volverá a establecer su morada entre ellos en su santuario cíe Jerusalén. Entonces sabrán las gentes que Yahvé ha santificado a Israel (v.28), es decir, lo ha separado de entre las naciones para ser pueblo suyo y entrar en la atmósfera de santidad e incontaminación que exige la presencia divina. El cumplimiento de este vaticinio se da en la Iglesia como Israel espiritual, heredero de las promesas del antiguo Israel histórico. El profeta, pues, entrevé la gran realización, si bien la condiciona a la mentalidad viejotestamentaria de su tiempo.

1 Cf. Eze 1:3; Eze 8:1. – 2 En la tradición bíblica hay casos de resurrecciones individuales (cf. 1Re 17:175; 2Re 4:18s). Pero se trataba de individuos recién fallecidos. Pero aquí se trata ya de huesos secos. Desde luego, no se plantea aquí el problema de la resurrección universal. En el contexto se trata de una visión simbólica sobre la resurrección colectiva de Israel como nación. – 3 Cf. Sal 104:2955; Job 32:45; Job 34:14s; Exo 15:8; 2Sa 22:16; Sal 18:16. Véase P. Van Imschoot, L’esprit de Yahvé, source de vie dans l’A.T.: RB 44 (193S) 481-501. – 4 Cf. D. Buzy, O.C., p.200-210. – 5 Cf. Sal 78:67; Ose 4:17; Ose 5:9; – 6 Cf. Jer 31:31-1:21 5:8.

Fuente: Biblia Comentada

me llevó en el Espíritu. Eze 37:1-14 incluye otra visión vívida. Dios no cambia a Ezequiel de lugar, sino que le da sensaciones reales en su interior de haber sido llevado a un valle «lleno de huesos» (otras visiones, cp. Eze 1:1-28; Eze 2:1-10; Eze 3:1-15; Eze 8:1-18; Eze 9:1-11; Eze 10:1-22; Eze 11:1-24; Eze 40:1-49; Eze 41:1-26; Eze 42:1-20; Eze 43:1-27; Eze 44:1-31; Eze 45:1-25; Eze 46:1-24; Eze 47:1-23; Eze 48:1-35). Este pasaje es parte de una serie de revelaciones recibidas durante la noche antes de que llegara el mensajero con la noticia de la destrucción de Jerusalén. Su propósito era consolar al pueblo que se sentía perdido. en medio de un valle. Sin duda alguna esto representa cualquier área del mundo donde hubieran sido esparcidos los israelitas (cp. v. Eze 37:12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Eze 37:1-14 : La llanura de los huesos secos: Este pasaje de la revivificación de los huesos secos constituye una de las cumbres de la teología del AT. Plasticidad, emoción y belleza literaria han hecho de esta perícopa paradigma de las reflexiones sobre la resurrección y el espíritu tanto en la teología judía como en la cristiana.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Eze 1:3+.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— mano… espíritu… llanura: La asociación de espíritu, mano y llanura está presente ya en Eze 3:22-24 y Eze 8:1-4. La función del espíritu es aquí decisiva: aparece en nueve ocasiones.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El valle de los huesos secos

Después de la caída de Jerusalén el pueblo habría estado disperso y desalentado. El oráculo tenía un mensaje sencillo: que la nación muerta de Israel sería reavivada un día, y regresaría a su propia tierra. Los huesos secos se transformaron en soldados vivientes. Una transformación igualmente poderosa sería aplicada a Israel un día.

El vigor de esta visión ha traído esperanza a muchos en el curso de los siglos. El poder de Dios puede cambiar aun las vidas y situaciones más desesperanzadas.

1-11 Ezequiel tiene una visión en la cual es transportado al centro de un valle lleno de huesos secos. El Señor le dice que profetice a los huesos y les diga que serán cubiertos con carne y vivirán. El lo hace, y mientras está profetizando los huesos haciendo ruido se juntan. Carne, nervios y piel los cubren, pero todavía están muertos (1-8). Se le dice que ordene al viento que sople sobre los cuerpos. Cuando lo hace, aliento entra en ellos y viven: un ejército inmenso (9, 10). El Señor le explica, en otras palabras: “Estos huesos representan a Israel, que dice que su esperanza se ha secado” (11).

12-14 Ezequiel ha de profetizar a todo el pueblo de Israel: “Os llevaré de vuestros sepulcros a la tierra de Israel. Entonces sabréis que yo soy Jehovah (12, 13), pondré mi espíritu en vosotros y os colocaré en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, Jehovah, lo dije y lo hice (14).”

Notas. 1 La mano de Jehovah: esta expresión indica que Ezequiel estaba por experimentar una visión intensa en vez del acostumbrado mensaje más “verbal”. 5, 14 Espíritu: esta palabra puede significar en heb. “espíritu” o “Espíritu”.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

37.1ss Esta visión ilustra la promesa del capítulo 36, una nueva vida y una nación restaurada, tanto física como espiritualmente. Los huesos secos ejemplifican el cautiverio judío: esparcidos y muertos. Los dos palos (37.15-17) representan la unión de la nación dividida de Israel, después de Salomón, en los reinos del norte y del sur. Los cautivos esparcidos de Israel y de Judá serían liberados de sus «sepulcros» de cautiverio y algún día se reunirían en su tierra natal, con el Mesías como líder. Esta visión aún no se ha cumplido. Ezequiel sintió que quizás hablaba a los muertos cuando predicaba a los cautivos porque casi no respondieron a su mensaje. ¡Pero estos huesos respondieron! Y de la misma forma en la que Dios vivificó los huesos secos, volverá a dar vida a su pueblo espiritualmente muerto.37.4, 5 Los huesos secos representaban la condición de muerte espiritual del pueblo. A lo mejor su iglesia le parezca un montón de huesos secos, espiritualmente muertos sin una esperanza de vitalidad. Pero de la misma manera que Dios prometió restaurar a su nación, puede restaurar cualquier iglesia, por seca o muerta que esté. En vez de rendirse, ore pidiendo una renovación, ya que Dios puede restaurarla a la vida. La esperanza y la oración de toda iglesia debe ser que Dios deposite su Espíritu en ella (37.14). En efecto, Dios está obrando al llamar a su pueblo para que vuelva a El, dando vida nueva a las iglesias muertas.37.16 El primer palo era para Judá, la tribu líder en el reino del sur. El otro era para José, por ser el padre de Efraín, la tribu líder del reino del norte.37.24, 25 Al Mesías se le llama a menudo David debido a que desciende de él. Este fue un buen rey, pero el Mesías será el Rey perfecto (Rev 17:14; Rev 19:16; Rev 21:1ss).37.26, 27 La promesa de Dios aquí va más allá de la restauración física y geográfica de Israel. Promete dar una nueva vida espiritual a su pueblo para que sus corazones y actitudes sean las correctas hacia El y unidas entre sí. Este mismo proceso se describe a través de la Palabra de Dios como la purificación de nuestros corazones mediante el Espíritu de Dios (Tit 3:4-6).

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “En el espíritu de.” Heb.: verú·aj. Véase Gén 1:2, n: “Activa”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2046 Eze 1:3

b 2047 Eze 3:14; Rev 21:10

c 2048 Rev 11:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

La mano del S eñor . Dios da ahora a Israel la visión de una nación restaurada y unificada.

en el Espíritu del S eñor . Esta experiencia en el Espíritu anticipa la provisión de Dios de su Espíritu (vers. 14).

valle. La misma palabra hebrea se traduce « llanura» en 3:22, 23, donde antes Ezequiel había tenido la visión de la gloria de Dios (cp. 8:4). La visión recuerda un antiguo campo de batalla lleno de los huesos de los muertos (v. vers. 9, 10).

lleno de huesos. Los huesos representan la nación entera de Israel, no sólo Judá (vers. 11). Los sacerdotes, de los cuales Ezequiel era uno (1:3), no debían tocar cadáveres ni huesos (v. Lv 21:1, 11).

Fuente: La Biblia de las Américas

un valle que estaba lleno de huesos… secos en gran manera. En el Cáp. Eze 37:1-28 Ezequiel predice el renacimiento político y espiritual de su nación (vv. Eze 37:1-14) y la reunificación de sus dos divisiones (vv. Eze 37:15-28). Los huesos secos indican a un ejército muerto en batalla, una descripción adecuada de la condición de desesperanza de Israel.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Otra traducción posible: y el Espíritu de YHVH me llevó.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, por

Fuente: La Biblia de las Américas

rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; N y el Espíritu de YHVH me llevó…

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[2] La resurrección de los muertos simboliza la vida o libertad que el Señor dará a su pueblo.[17] Después de la cautividad, todas las tribus se llamaron pueblo de Judá.[22] Jn 10, 16.[24] Is 40, 11; Jer 23, 5.[26] Sal 110 (109), 4; 117 (116), 2; Jn 12, 34.

Fuente: Notas Torres Amat