Comentario de Oseas 2:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“¡Acusad a vuestra madre, acusadla! Porque ella ya no es mi mujer, ni yo soy su marido. Que quite sus fornicaciones de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos.
Contended con vuestra madre. Isa 58:1; Jer 2:2; Jer 19:3; Eze 20:4; Eze 23:45; Mat 23:37-39; Hch 7:51-53; 2Co 5:16.
porque ella no es mi mujer. Isa 50:1; Jer 3:6-8.
aparte, pues, sus fornicaciones. Ose 1:2; Jer 3:1, Jer 3:9, Jer 3:13; Eze 16:20, Eze 16:25; Eze 23:43.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los hechos de estos versículos resumen en forma muy condensada el resto de la profecía: lo que hizo Gomer y lo que hizo Israel. Lo que le sucede a Gomer le ocurrirá a Israel. Hay tres acontecimientos importantes:
(1) su reprobación (vv. Ose 2:2-5);
(2) su retribución (vv. Ose 2:6-13); y
(3) su restitución (vv. Ose 2:14-17). Estos sucesos constituyen el fundamento para los mensajes proféticos que aparecen en la próxima división principal con relación a:
(1) la reprobación de Israel (Ose 4:1-19; Ose 5:1-15; Ose 6:1-11; Ose 7:1-16);
(2) la retribución de Israel (Ose 8:1-14; Ose 9:1-17; Ose 10:1-15; Ose 11:1-12; Ose 12:1-14; Ose 13:1-16); y
(3) la restauración de Israel (Ose 14:1-8).
PERSPECTIVA
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¡No hay nada menor aquí!
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Resulta desafortunado que los últimos doce libros del AT. se conozcan hoy día como los profetas menores. El nombre tenía la intención de distinguirlos de los cuatro libros proféticos «mayores» (es decir, más extensos): Isaías. Jeremías, Ezequiel y Daniel. Pero en la cultura moderna, donde lo más grande se ve como mejor y donde la celebridad se confunde con importancia, cualquier cosa que se llame «menor» se interpreta sutilmente como menos importante. Es por esto que algunas veces se trata a los profetas menores como la «liga menor» de profetas, es decir, como si los que escribieron estos textos estuvieran en un equipo divino de «segunda clase». Esta sería una percepción bien equivocada. No hay nada menor en estos libros. Por el contrario, juegan un rol mayor en declarar la palabra de Dios no sólo a los israelitas y otras naciones del mundo antiguo sino también para nosotros. Por medio de sus escritos obtenemos una mejor perspectiva sobre los pecados que Dios aborrece y la fe que Él honra.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Contended: El Señor acusa formalmente a Israel por la infidelidad a su pacto.
vuestra madre se refiere a la pecaminosa nación de los tiempos de Oseas, simbolizada por Gomer (Ose 1:2, Ose 1:3).
ella no es mi mujer: Esto puede ser un anuncio formal de divorcio o una verdadera confesión de que el vínculo entre Dios e Israel perdió su vitalidad.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CONTENDED CON VUESTRA MADRE. Oseas vuelve de nuevo a las advertencias del juicio. «Contended» es un término jurídico empleado para presentar un pleito contra alguien con demandas, reprensiones y censuras. La nación es la esposa y madre; los israelitas son los hijos que se han vuelto a la idolatría. Ellos deben arrepentirse y apartarse de sus «amantes» (Ose 2:5), es decir, de los diversos dioses cananeos.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Contended con vuestra madre. Aunque el lenguaje se puede aplicar a Gomer, corresponde a una escena en un juzgado donde el Señor, como fiscal, presenta denuncias en contra del acusado. Los individuos del pueblo de Israel, identificados como hijos, reciben la orden de traer acusaciones contra su madre, la nación de Israel. La inmoralidad física de Gomer ilustra la idolatría espiritual de Israel.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— signos de prostitución… marcas de adulterio: Aunque faltan argumentos decisivos para interpretar Ose 2:2-13 como una simple alegoría, lo más probable es que estas expresiones tengan, no un significado físico de signos externos provocados por excesos de una prostitución cultual, sino más bien un sentido figurado-simbólico en línea con lo dicho en nota Ose 1:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Profecía de juicio: castigo para Israel, la esposa infiel
Los vv. 2 y 3 están dirigidos a los hijos de Oseas. Los imperativos forman un abrupto nuevo comienzo, y el contenido de la primera oración tiene el propósito de dar al lector u oyente una sacudida. Es la primera vez que nos encontramos con una referencia al desacuerdo entre Oseas y Gomer. Es claro, conforme continúa el discurso, que no es tanto Gomer la que está en mente, sino el pueblo de Israel, ahora rechazado como esposa de Dios. Esta audaz representación es muy extraordinaria cuando recordamos la religión de los vecinos de Israel, porque se pensaba que Baal tenía una diosa consorte, Asera. Oseas, en efecto, dice que Dios tiene una consorte, el pueblo de Israel. El matrimonio es metafórico, por supuesto.
La palabra que se traduce como acusad (2) es la usada en las demandas legales. Mucha de la descripción de Oseas refleja las disputas legales que tenían lugar en la puerta de la ciudad.
Que quite sus fornicaciones [lit. “prostituciones”] de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos bien puede referirse a formas específicas de ornamentos asociados con las prostitutas (cf. v. 13). El sentido es, entonces, “que se quite las señas de sus infidelidades, no sea que yo la desnude por completo” (2b, 3a).
El v. 3b implica que Israel regresaría al desierto, el tiempo antes que Dios hubiera cumplido su promesa de hacer de ellos su propio pueblo en su propia tierra. Sus hijos (4) son los miembros individuales del pueblo de Israel (véase también sobre 1:2).
Israel ha actuado como prostituta. La implicación es que ha tenido muchos amantes. Esto se refiere a la prostitución de Gomer con otros hombres, y también a los intentos de Israel por ganar el favor de otros dioses. En ambos casos asumió equivocadamente que las buenas cosas que disfrutaba venían de ellos. La respuesta de Dios a esto no es la de destruir a Israel inmediatamente, sino iniciar un programa de educación (6, 7a). Una serie de des cripciones la muestra experimentando barreras de varias clases (espinos, vallado), yendo tras ellos sin alcanzar a sus amantes, buscando, pero sin en contrarlos. Esto la lleva al punto crucial del procedimiento (7b): comprende que estaba mejor con su primer esposo Jehovah, y regresa a él. Por supuesto, la tribulación viene al justo y también al malvado (cf. Sal. 44:17-22; Juan 16:32, 33), pero una nación o individuo que experimenta desgracia y fracaso necesita preguntar si Dios puede estar tratando de decirles algo (cf. Amós 4:6-11).
De aquí en adelante encontramos un resumen de material mencionado antes. Ella no reconoció que era Dios el que proveía alimento y bebida, y hasta los metales preciosos que eran usados para hacer imágenes de Baal (8). Así pues, Dios le quitaría esos dones (cf. v. 5) y expondría su desnudez (cf. v. 3), y nadie podría librarla de su mano (10). En otras palabras, los otros dioses no pueden proveerle a Israel ni impedir que sea castigado por Jehovah.
Los vv. 11-13 se concentran en las fiestas religiosas de Israel y en los festivales que Dios hará cesar. Esto podría hacerse ya fuera por interrupción debida a la guerra o por escasez de alimento y bebida para el sacrificio y la celebración. Ambas son vislumbradas aquí (12). El v. 13 redondea esta sección de juicio con otra referencia a la prostitución espiritual y física (cf. vv. 2b, 7, 8).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “mi mujer”. Heb.: ’isch·tí.
(2) O: “su hombre”. Heb.: ’i·scháh.
REFERENCIAS CRUZADAS
c 30 Jer 2:2; Eze 20:4
d 31 Isa 50:1; Jer 3:8
e 32 Jer 3:1
f 33 Jer 3:9; Eze 16:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
yo no soy su marido. La fuerza emocional con que esta frase se dice no debe ser pasada por alto. El S eñor sí quería ser el marido del pueblo de Israel, pero éste había roto las relaciones con El. El pueblo, además de romper el pacto de servir a Dios, servía ahora a Baal. En el momento que ellos vuelvan a El, Dios los recibirá y restablecerá las relaciones del pacto.
Fuente: La Biblia de las Américas
adulterios… Esto es, figura de la adoración idolátrica.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
adulterios. Esto es, figura de la adoración idolátrica.