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Comentario de Joel 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Joel 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Tocad la corneta en Sion y gritad en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el día de Jehovah!

Tocad trompeta. Joe 2:15; Núm 10:3, Núm 10:8; Jer 4:5; Ose 8:1; 1Cr 15:28; Ose 5:8.

y dad alarma. Núm 10:5-7, Núm 10:9; Eze 33:3, Eze 33:6; Amó 3:6; Sof 1:16.

en mi santo monte. Joe 3:17; Sal 87:1; Dan 9:16, Dan 9:20; Sof 3:11; Zac 8:3.

tiemblen todos los moradores. Esd 9:3, Esd 9:4; Sal 119:120; Isa 66:2, Isa 66:5; Jer 5:22; Jer 16:7, Jer 16:10; Dan 6:26; Flp 2:12.

porque viene el día de Jehová. Joe 1:15; Isa 2:12; Eze 7:5-7, Eze 7:10, Eze 7:12; Eze 12:23; Amó 8:2; Abd 1:15; Mal 4:1; 1Ts 5:2; Stg 5:8; 1Pe 4:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Él le muestra a Sión el terror de Dios, Joe 2:1-11.

exhorta al arrepentimiento, Joe 2:12-14;

proclama ayuno, Joe 2:15-17;

promete bendiciones inmediatas, Joe 2:18-20.

Él consuela a Sión con bendiciones presentes, Joe 2:21-27,

y futuras, Joe 2:28-32.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La trompeta o bocina de Ramá se utilizaba en tiempos antiguos como señal de peligro o para avisar un ataque militar (Jer 6:17Amó 3:6). Dios demostró su gracia advirtiendo a su pueblo de antemano y proveyendo la oportunidad de arrepentirse antes que Él trajera su juicio sobre ellos.

Sion se refiere a Jerusalén (Sal 133:3).

viene … está cercano: La Biblia presenta el día de Jehová como una realidad inminente. No es algo hacia lo que nos movemos gradualmente; más bien, está siempre listo a irrumpir sobre nosotros. En cualquier momento, el día que está «cercano» puede hacerse presente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

TOCAD TROMPETA. Joel intensifica su advertencia al referirse a «tinieblas» y «oscuridad», símbolos de juicio y destrucción. La respuesta pertinente al día del juicio de Dios es temor y temblor.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

2. Exhortación a la Penitencia.

El día de Yahvé está cerca (1-11).
1 ¡Tocad la trompeta en Sión! ¡Dad en mi monte santo la voz de alarma! Tiemblen los habitantes todos de la tierra, que viene el día de Yahvé. 1 Ya está cerca. 2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublados y de densa niebla. Se extiende sobre los montes como la aurora ! un pueblo numeroso y robusto; i semejante a él no ha existido desde los siglos, ni después de él volverá a existir por generaciones de generaciones. 3 Delante de él va el fuego consumiendo, y detrás la llama abrasa. Delante de él es la tierra como el paraíso de Edén, detrás queda convertida en desolado desierto; ante él no hay quien escape. 4 Parecen caballos, y corren cual jinetes. 5 Como ruido de carros sobre las cimas de los montes, como crepitar de las ardientes llamas que devoran la paja, como pueblo robusto en orden de batalla. 6 Ante él las gentes se llenan de zozobra, todos los rostros se demudan. 7Corren como valientes, asaltan los muros como hombres de guerra, marchan cada uno por su senda y no confunden sus caminos. 8Ni aprieta ninguno a su vecino; va cada uno por su calzada, y aun atravesando por entre las armas se precipitan sin romperse. 9Asaltan la ciudad, corren por las murallas, escalan las casas y entran por las ventanas como ladrones. 10Ante ellos tiembla la tierra, se conmueven los cielos, se oscurecen el sol y la luna, y las estrellas extinguen su brillo. 11Yahvé hace sonar su voz ante su ejército. Su campamento es inmenso, pues es fuerte el ejecutor de sus palabras. Grande es el día de Yahvé, sobremanera terrible; ¿quién podrá, pues, soportarlo?

En este fragmento la perspectiva es distinta, pues la invasión de las langostas es inminente, pero aún no ha llegado. La descripción es altamente poética, y unas veces se presenta la invasión como futura y otras se dan detalles de su realización pasada. Los profetas juegan en sus oráculos con varias perspectivas, la histórica pasada y la futura, y muchas veces los dos planos se superponen o confunden. El estilo es nervioso y entrecortado, para reflejar la inquietud del momento.
Con toda celeridad se manda dar la señal de alarma ante el peligro, pues se acerca, inminente, el día de Yahvé. El profeta aparece, según es tradición en la literatura profética, como el centinela de Israel, que vela por sus intereses y da a tiempo la voz de alarma. El día de Yahvé es descrito como un día de confusión y de tinieblas *. Las langostas son tantas, que parecen oscurecer el sol, hecho que el mismo Plinio comprueba: “tanto volant pennarum stridore ut aliae alites credantur solemque obumbrare, sollicitis su-spectantibus populis ne suas operiant térras.”2
Esta invasión destructora de las langostas va acompañada del viento solano o jamshim, el terror de los beduinos, porque todo lo asóla y abrasa: delante de él (el ejército de langostas) va el fuego consumiendo (v.3). Los lugares más fértiles y frondosos, semejantes al paraíso de Edén, quedan arrasados y convertidos en desolado desierto 3. Las langostas son descritas como caballos, que arrogantemente avanzan en escuadrones en orden de batalla (v.4). El ruido que hacen al volar es comparable al de carros de guerra que avanzan sobre las cimas de los montes (v.6)4.
Ante su presencia devastadora, los habitantes de las ciudades se llenan de espanto (v.6), porque saben que no hay escondrijo donde guarecerse, porque como soldados de un ejército invasor asaltan los muros., escalan las casas y entran como ladrones por las ventanas (v.8). La descripción de Joel es literal, pues las langostas avanzan en escuadrones, siguiendo cada una su calzada. La alineación de la marcha es perfecta, sin que haya confusión ni desorden en el enjambre: marchan cada una por su senda, no confunden sus caminos, ni aprieta ninguna a su vecino. (v.7). La frase hiperbólica oscurecen el sol y la luna. (v.10) la encontramos en diversos profetas5, y llega a convertirse en una expresión estereotipada de la literatura apocalíptica, que tiene sus preferencias por las comparaciones cósmicas.
El profeta asocia aquí estas imágenes a la invasión de las langostas para destacar el carácter tenebroso del día de Yahvé, del que la invasión de éstas son el anuncio y su primera manifestación. El profeta ve en este castigo de la plaga de langostas un principio de otro castigo mayor que se desencadenará en el pleno día de Yahvé.
Por eso, el enjambre de langostas es considerado como el ejército de Yahvé y el ejecutor de sus palabras o sentencias de castigo sobre Israel (v.11). Y el ruido que hace el enjambre de langostas es la voz de Yahvé, porque ha utilizado a éstas como instrumento de su justicia vengadora. De ahí que nadie puede soportarle o hacer frente al destino señalado por Yahvé mismo.

Exhortación al arrepentimiento (12-17).
12 Por eso, pues, ahora dice aún Yahvé: Convertios a mí de todo corazón en ayuno, en llanto y en gemidos, 13 Rasgad vuestros corazones, no vuestras vestiduras, y convertios a Yahvé, vuestro Dios, que es clemente y misericordioso, tardo a la ira y rico en benignidad, y se arrepiente en castigar) 6. 14 ¿Quién sabe si se volverá y se apiadará, y dejará tras sí bendición, ofrenda y libación para Yahvé, vuestro Dios? 15 Tocad la trompeta en Sión, promulgad ayuno, convocad asamblea. 16 Reunid al pueblo, promulgad santa congregación, convocad a los ancianos, reunid a los niños, aun a los niños de pecho. Que deje el esposo su cámara, y su tálamo la esposa. 17 Entre el pórtico y el altar oren los sacerdotes, ministros de Yahvé, y digan: Perdona, ¡oh Yahvé! a tu pueblo y no des al oprobio tu heredad para que se enseñoreen de ella las gentes. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios”?

Bellísima invitación a la penitencia después de anunciar el castigo del día de Yahvé, iniciado con la invasión de las langostas. Todos los oráculos de Yahvé contra Israel suelen tener el carácter de conminatorios, porque siempre dejan la puerta abierta al arrepentimiento, a la misericordia y el perdón divinos. El profeta, pues, consciente de su misión de centinela de los intereses materiales y espirituales de su pueblo, le hace una última invitación al arrepentimiento y a la penitencia sincera: rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras (v.13). Yahvé quiere ahora sentimientos verdaderos y no mera farsa externa. El es el único modo de conjurar la ruina que se cierne sobre Israel.
Dios es siempre clemente y misericordioso y está más dispuesto a perdonar que a castigar (v.13); por eso no deben desesperar los israelitas en su situación de penuria actual, ya que Yahvé puede apiadarse de ellos y dejar tras de sí bendición de bienes materiales, con los que puedan volver a presentar oblación y libación al altar (v. 14). Ante esta posible alternativái ,el profeta invita a la penitencia a todas las clases sociales como signo de arrepentimiento, sincero (v.16); ni siquiera los niños de pecho deben estar ausentes de esta manifestación colectiva de duelo nacional por haber pecado contra Yahvé. Y al frente de todos, los sacerdotes, como ministros de Yahvé, deben dirigir las manifestaciones litúrgicas de penitencia entre el pórtico y el altar (v.17), es decir, entre la parte anterior del edificio del templo que da al oriente y el altar de los holocaustos, 6 Lit. “se arrepiente de (hacer) mal.” que se encontraba en el atrio interior, al que sólo tenían acceso los sacerdotes 7.
Pero hay que notar que la súplica de los sacerdotes ahora no es para que libre al pueblo de la invasión de las langostas y de la ruina del campo, sino para que los libre de caer entre las gentes, que es el oprobio de Israel, pues siendo la heredad de Dios, son objeto de irrisión entre los pueblos: ¿Dónde esta su Dios? (v.17) 8.

El perdón de Yahvé (18-20).
18 Entonces Yahvé, encendido en celo por su tierra, perdonó a su pueblo, 19 y respondió a su pueblo, diciendo: Os mando el trigo, el mosto y el aceite, y os saciaréis de ello, y no os expondré ya más al oprobio de las gentes. 20 Y alejaré de vosotros al norteño y le echaré a tierra desierta y árida, poniendo sus vanguardias hacia el mar oriental, y su retaguardia hacia el mar occidental; y subirá su hedor y exhalará hediondez, pues ha hecho Yahvé grandes cosas.

Aunque el profeta no dice expresamente que el pueblo hizo las manifestaciones sinceras de penitencia que había pedido, se sobrentiende por el cambio de tono y de perspectiva. Yahvé está aplacado, y, encendido en el celo por su tierra, perdonó a su pueblo (v.18). Por ello, les otorga en abundancia las cosas que habían perdido con la plaga de langostas, y, además, promete que no volverán a ser el oprobio o ludibrio entre las gentes. No volverá a desamparar a su pueblo, de forma que Israel vuelva a ser presa de las naciones paganas.
Y, por fin, añade que el enemigo norteño será alejado definitivamente hacia una zona desértica con su vanguardia hacia el mar oriental 9, y su retaguardia hacia el mar occidental 10. En esa zona entre el mar Muerto (oriental) y el Mediterráneo (occidental) se supone que se corrompe el ejército de ese norteño.
Pero ¿quién es este supuesto enemigo? Algunos autores creen que es el viento que empujó la plaga de langostas desde el norte (la inVasión de langostas en Palestina suele venir del desierto oriental o de la estepa sinaítica), que iban a morir entre el mar Muerto y el Mediterráneo. San Jerónimo se inclina por esta interpretación, y dice que, en su tiempo, nubes de langostas morían empujadas hacia el Mediterráneo y eran devueltas por las olas hacia las costas palestinenses, con el consiguiente hedor en la región afectada. Pero es un hecho que este v.20 tiene, por su.contenido, muchas analogías con algunos textos de Ezequiel u, en los que se habla de un enemigo (Gog y Magog) que es desbaratado entre el mar Muerto y el Mediterráneo.
El norte era el lugar tradicional de las invasiones asirías, babilonias y escitas. De ahí que, en la literatura profética, el norte es sinónimo de región enemiga, de donde vienen los castigos de Yahvé sobre su pueblo 12. Aquí, pues, Joel parece aludir al castigo que sufrirá un supuesto enemigo del pueblo israelita procedente del norte. En Joel, el elemento escatológico tiene gran importancia, y, como veremos, el profeta supone que antes de la inauguración de la era mesiánica habrá un castigo ejemplar sobre los enemigos del pueblo elegido. En esta perspectiva tenemos que colocarnos para comprender este pasaje, que es, sin duda, paralelo al de Eze-quiel sobre la invasión y derrota de Gog entre el templo de la nueva teocracia y el mar Mediterráneo.

Anuncio de nueva prosperidad (21-27).
21 No ternas, suelo; alégrate y gózate, porque son muy grandes cosas las que Yahvé va a cumplir. 22 No temáis, animales del campo, que reverdecerán los pastizales del desierto, y darán fruto los árboles, y la higuera y la vid riqueza. 23 Alegraos y gózaos, hijos de Sión, en Yahvé, vuestro Dios, que os dará la lluvia a su tiempo y hará descender sobre vosotros la lluvia otoñal y primaveral como al principio. 24 Y rebosarán de trigo las eras, y de mosto y aceite los lagares. 25 Y os compensaré de los años en que lo comieron (todo) el “arbé,” el “yéleq,” el “jasil” y el “gazam,” mi gran ejército, que mandé contra vosotros. 26 Y comeréis hasta la saciedad y alabaréis el nombre de Yahvé, vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas, y jamás será confundido mi pueblo. 27 Sabréis que en medio de Israal estoy yo y que yo soy Yahvé, vuestro Dios, y no hay otro; y jamás será mi pueblo confundido.

Ha pasado la hora de temor y de la desolación, y por eso, una vez reconciliados con Yahvé, deben alegrarse todos, porque va a cambiar totalmente el panorama: son muy grandes las cosas que Yahvé va a cumplir (v.21). Con la bendición divina reverdecerán los pastizales, no faltará la lluvia, y de nuevo las cosechas ubérrimas alegrarán a los agricultores (v.24).

La efusión del espíritu de Yahvé (28-32).
28(31) Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros mozos verán visiones. 29/2 Aun sobre los siervos y las siervas ) derramaré mi espíritu en aquellos días, 30/3 y haré prodigios en el cielo, y en la tierra sangre y fuego y columnas de humo. 31/4 Y el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y terrible de Yahvé. 32/5 Y todo el que invocare el nombre de Yahvé será salvo, porque en el monte de Sión y en Jerusa-lén estará el resto de los salvados, como lo ha dicho Yahvé, y lo mismo será de los escapados, llamados por Yahvé.

Después de anunciar la abundancia de bienes materiales en compensación por la penuria sufrida, el profeta anuncia también la sobreabundancia de bienes espirituales, simbolizados en la efusión pródiga del espíritu profético. Hasta ahora los hombres que eran favorecidos con visiones y oráculos eran una minoría privilegiada. En el futuro (después de esto tiene un sentido amplio de proyección mesiánica), Yahvé se comunicará a los ciudadanos de la nueva teocracia en unas proporciones no soñadas. Zacarías anuncia la efusión de “un espíritu de gracia y de plegaria” sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén 13. Joel concreta más, y anuncia que todos los representantes de las distintas clases sociales participarán de la efusión del espíritu de Yahvé.
San Pedro, en su discurso el día de Pentecostés, vio el cumplimiento de la profecía en la comunicación sobreabundante del Espíritu Santo a los reunidos en el cenáculo 14. Joel concibe la inauguración de la era mesiánica como la eclosión plena del espíritu de Dios, que se comunica sobreabundantemente a todos los que formen parte de la nueva teocracia. Jeremías habla de un nuevo pacto entre Dios y su pueblo, basado en la entrega de los corazones 15; Joel se mantiene en esta línea espiritualista, suponiendo que lo esencial de la era mesiánica será la íntima comunicación entre Yahvé y los miembros de su pueblo elegido. Su profecía se cumplió plenamente en la Iglesia fundada por Cristo, donde abundaron los carismas de todo género, sobre todo en la primitiva generación apostólica.
Al lado del anuncio de la efusión universal del espíritu, el profeta proclama un juicio vindicativo sobre las naciones paganas para hacer justicia al pueblo elegido, por ellas perseguido. Será el día de Yahvé, en el que hasta la misma naturaleza se trastocará. Las frases que aquí se consignan sobre el oscurecimiento del sol y de la luna, que antes se aplicaron a la invasión de las langostas, no han de tomarse al pie de la letra, sino dentro del género literario del lenguaje apocalíptico, en el que siempre entran las convulsiones cósmicas como arte integrante del juicio de Dios sobre los hombres. El profeta intenta encarecer el terror y transformación universal que producirá la manifestación justiciera de Dios. En ese juicio terrorífico se salvará sólo el que invocare el nombre de Yahvé (v.32), es decir, los que pertenezcan a la comunidad teocrática hebrea, los invocadores y adoradores del nombre de Yahvé.

1 Cf. Amo 5:18.20; Sof 1:15; Eze 30:3. – 2 Plinio, Hist. Nat. XI 29. – 3 Sobre la expresión paraíso de Edén véase Eze 36:35; Isa 51:3; Gen 13:10; Gen 2:8. – 4 Hoonacker cita el testimonio de Fpskal (Descr. animal. p.81) para corroborar esta observación: “transeúntes grylli super verticem nostrum, sonó magnae catarrhactae fervebant.” – 5 Cf. Isa 13:10; Eze 32:7. – 7 Cf. Flavio Josefo, Cont. Ap. II 9. – 8 Cf. Jer 24:9. – 9 Lit. “mar anterior” (supuesta la orientación en dirección al este). – 10 Lit. “Mar posterior” (colocado a la espalda del que se orienta hacia el este). – 11 Cf. Eze 26:7; Joe 38:6.15; Eze 39:2. – 12 Cf. Jer 1:13-15; Jer 4:1.22; Joe 10:22. – 13 Cf. Zac 12:10. – 14 Cf. Hec 2:17; Hec 10:445. – 15 Cf. Jer 31:31

Fuente: Biblia Comentada

Tocad trompeta. En el mundo antiguo, se usaban instrumentos de viento para congregar al pueblo en ocasiones especiales o para hacer advertencias de peligro (Éxo 19:13; Éxo 19:16; Éxo 19:19; Éxo 20:18; Núm 10:1-10; Isa 27:13; Amó 3:6; Sof 1:14-16; Zac 9:14; 1Ts 4:16). El término se refiere aquí a un cuerno de carnero.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Joe 1:15.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Predicando por un veredicto

La presión emocional aumenta en preparación para la apelación divina del v. 12. De nuevo hay un llamado nacional, como en 1:2 y 14. La única esperanza del pueblo es volverse a Dios en servicio de lamentación. Para alentarlos a hacerlo, Joel suena sensacionalmente una alarma militar y luego describe las langostas como un enemigo nacional. Sugestiones siniestras que habían sido mezcladas en el mensaje anterior, en referencia a una “nación” invasora y al “día de Jehovah”, ahora son desarrolladas, conforme Joel entra en un tipo de predicación de pesadilla y de fuego del infierno. En ocasiones las apelaciones a la razón no son suficientes y solamente un temor íntimo de terribles consecuencias puede dar un sentido de la realidad de Dios (cf. Heb. 10:26-31).

Algunos comentaristas interpretan el pasaje en términos de un ejército lit., pero esto es menos natural. El uso de símiles en los vv. 4, 5 y 7 implica que las declaraciones militares que los acompañan tienen el sentido de metáforas. Además, las referencias claras a las langostas y al daño hecho por ellas en los vv. 19-26 sugieren el desarrollo de un tema consistente a lo largo de 2:1-17. El profeta interpreta la plaga de langosta con un lenguaje bien conocido para su audiencia de conocimiento religioso: él le añade pavorosas figuras asociadas con el día de Jehovah. Las referencias temáticas a él en los vv. 1 y 11 y las citas relacionadas de Isa. 13:6 y 10 en los vv. 1 y 10 proveen el cuadro y el pensamiento clave del pasaje.

1, 2. El grito de advertencia en la primera oración del v. 1 evidentemente vino de Dios mismo (mi santo monte). El sonido de una alarma les advirtió que una fuerza enemiga estaba invadiendo (cf. Eze. 33:2-4). De hecho la corneta también era tocada para anunciar los servicios del templo (cf. Núm. 10:1-10), y hay un juego de ideas aquí, que finalmente aclarará el v. 15. Dios estaba realmente llamando por el cuidado del templo, no de los muros. Joel explica el peligro en términos del día de Jehovah, citando primero Isa. 13:6 una vez más. Aspectos diferentes de la intervención de Dios son presentados luego en términos de las langostas. La masa negra de millones de insectos que cubren las montañas es descrita en el pavoroso lenguaje de otro pasaje de los profetas en Sof. 1:15. Es mejor la traducción “alba” de RVR, puesto que el evidente intento es justificar la aplicación del lenguaje profético tradicional a las langostas. “Aurora” y “alba” presumiblemente se refieren al reflejo del sol en las alas de las langostas. Aquí estaba el día del juicio para el pueblo de Dios. Joel recoge de 1:6 las imágenes de un gigantesco ejército antes de desarrollarlo después en este pasaje. Luego, en una intensificación de 1:2, él toma del lenguaje de Exo. 10:14, que describía las langostas en las plagas de Egipto. Ahora, sin embargo, las víctimas eran los del pueblo de Dios.

3-5. El v. 3 contiene una hábil alusión al Sal. 97:3, que describe una teofanía, una aparición dramática del poderoso Dios en la tierra, envuelto en gloria ardiente. Las langostas eran los representantes de Dios, y el fuego consumidor era la aridez que ellas le causaron a la tierra. Con su “política de tierra agostada” la belleza verde (cf. Eze. 36:35) la convirtieron en un desierto desolado. Joel explota el raro parecido de la cabeza de una langosta a la de un caballo. Ellas eran la caballería de Dios lanzándose a atacar. El ruido que hacían mientras comían, que los observadores modernos han descrito como “el crepitar de un matorral ardiendo”, se describe con analogías militares y destructivas. Las langostas eran un verdadero ejército llevando a cabo una campaña de terror. Se usan metáforas y símiles para abrir un nuevo horizonte de comprensión, para revelar el significado subyacente de la plaga como la obra misma de Dios.

6-9. La figura del ejército atacante (v. 5) se desarrolla ahora, pero primero se hace otra alusión a la teofanía del juicio. El heb. para las expresiones Delante de él tiemblan … corresponde a “tiemble ante su presencia” del Sal. 96:9. Las langostas representaban el poder mismo de Dios contra su pueblo. El plural pueblos intensifica su impacto aterrador. Los profetas describían a menudo a los enemigos de Israel como los agentes providenciales de Dios a través de cuyos ataques él castigaba a un pueblo pecaminoso (p. ej. Isa. 10:5, 6; Amós 2:13-16). Joel aplica el concepto a las langostas. Ellas marchaban invenciblemente adelante, infiltrándose, sin freno, hasta Jerusalén y sus casas.

10, 11. Este es el clímax. Si en el v. 6 el término “pueblos” intensificó la descripción que Joel hace de las langostas, ahora las referencias cósmicas lo hacen todavía más. De nuevo el profeta habla en términos de teofanía. En el AT un terremoto es una reacción normal del mundo a una visitación de Dios (cf. Sal. 18:7; 77:18). Las referencias cósmicas eran rasgos del día de Jehovah, como lo prueban Isa. 13:10 y 13, pasajes que los oyentes de Joel indudablemente asociaban. Cuando las olas de langostas se arrastraban sobre la tierra, ésta parecía estar sacudiéndose al ritmo de su movimiento ondu lante. Cuando las incontables miríadas alzaban el vuelo a pastos frescos, obscurecían el sol de día y la luna y las estrellas de noche.

A los ojos de Joel, sin embargo, esos fenómenos naturales eran eclipsados por su significado sobrenatural. Con visión profética él presenta al mismo Jehovah como comandante de las langostas, cuyas legiones marchaban a sus órdenes. Era Isa. 13:4 de nuevo, sin embargo, ahora los enemigos de Dios no eran extranjeros sino su propio pueblo. La pregunta final intenta evocar desesperación impotente. A través de la crisis Israel fue puesto frente a frente con su juez divino.

Deliberadamente Joel estaba forzando los sentimientos de sus oyentes al punto de romperse. El creó un sentido de completo presagio y de tensión intolerable. En tono e intención los vv. 1-11 pudie ran compararse a las malas noticias de Rom. 1:18-3:20 antes de las buenas noticias de 3:21-26.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

2.1ss Joel todavía estaba describiendo los efectos devastadores de la plaga de langostas (véase 2.25). La crisis era grave. Sin embargo, Joel dio a entender que la plaga de langostas era solo la precursora de una crisis mucho mayor si el pueblo no se volvía de sus pecados.2.3 El huerto del Edén fue el primer hogar de Adán y Eva (Gen 2:8). Aquí se dice que la tierra ahora es un edén comparada con la tierra después de la destrucción.2.12, 13 Dios dijo al pueblo que se volviera a El mientras todavía había tiempo. El tiempo corría y la destrucción pronto les vendría encima. El tiempo también corre para nosotros. Debido a que no sabemos cuándo nuestra vida llegará a su fin, debemos volvernos al Señor ahora mientras podemos. No permita que nada le impida volverse a Dios.2.13 Muchas veces la gente se desgarraba las ropas en demostración de profundo remordimiento. Sin embargo, Dios no quería una demostración exterior de penitencia sino un arrepentimiento interno (1Sa 16:7; Mat 23:1-36). Asegúrese de que su actitud hacia Dios sea correcta y no solo en lo externo.2.18 Aquí la profecía de Joel cambia dramáticamente, y pasa de profetizar castigo de Dios a anunciar derramamiento del perdón y bendición de Dios. Esto sucedería solo si el pueblo buscaba vivir de la manera que Dios quería que lo hiciera, renunciando a sus pecados. Donde hay arrepentimiento hay esperanza. Esta sección del libro alimenta esa esperanza. Sin esta esperanza la profecía de Joel solo nos traería desesperación. Esta promesa de perdón debió haber alentado al pueblo a arrepentirse.2.20 Joel predijo la invasión del norte por parte de los ejércitos enemigos de Asiria y Babilonia, simbolizados por las langostas.2.21 Joel contrasta el temor al castigo de Dios (2.1) con el gozo de la intervención de Dios (2.21). El pecado acarreará castigo en el Día del Señor, y solo el perdón de Dios brindará regocijo. A menos que usted se arrepienta, su pecado traerá como resultado el castigo. Permita que Dios intervenga en su vida y se podrá regocijar en ese día, ya que no tendrá nada que temer. Antes, hubo hambre, plagas y plañideras; luego, habrá fiesta, cosecha y canciones de alabanza. Cuando Dios gobierne, la restauración es completa. Mientras tanto, debemos recordar que dios promete prosperidad a todos sus seguidores. Cuando Dios persona, El restaura esa relación quebrantada, pero no nos garantiza la riqueza individual.Dios promete suplir toda necesidad a los que ama, perdona, restaura nuestra relación con El y cuida mediante la comunidad de creyentes.2.26, 27 Si los judíos nunca más experimentarían un desastre como la plaga de langostas, ¿cómo se puede explicar el cautiverio en Babilonia, la esclavitud de los judíos por los griegos y romanos, y su persecución bajo el gobierno de Hitler? Es importante no sacar este texto fuera del contexto. Este es parte de la sección de «bendición» de la profecía de Joel. Solo si el pueblo se arrepentía verdaderamente evitaría el desastre como el que Joel describió. Las bendiciones de Dios se prometen solo a los que sincera y fielmente lo siguen. Dios sí promete que después del día final de castigo, su pueblo nunca más experimentará esta clase de desastre (Zec 14:9-11. Apocalipsis 21).2.28-32 Pedro citó este pasaje en el día de Pentecostés (Act 2:16-21); el derramamiento del Espíritu predicho por Joel ocurrió en Pentecostés. Ezequiel también habló de un derramamiento del Espíritu (Eze 39:28-29) el cual, algunos piensan que vendrá después de que Cristo regrese. El Espíritu de Dios está ahora al alcance de todos los que claman al Señor (Eze 2:32).2.30 Estos prodigios podrían ser señales de la segunda venida.2.31, 32 El castigo y la misericordia van de la mano. Joel había dicho que si el pueblo se arrepentía, el Señor lo salvaría del juicio (2.12-14). En medio del juicio y la catástrofe, por lo tanto, algunos serían salvos. La intención de Dios no es destruir sino restaurar. Sin embargo, debemos aceptar su salvación o ciertamente pereceremos junto con los que no se arrepintieron.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “schofar”. Heb.: schoh·fár.

(2) O: “el país”. Heb.: ha·’á·rets.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 44 Jer 4:5; Eze 33:3

b 45 Sof 1:16

c 46 Zac 8:3

d 47 Amó 3:6

e 48 Sof 1:14; Mal 4:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Tocad trompeta en Sión. Uno de los deberes de los sacerdotes era el de tocar las trompetas en ocasiones especiales (Nm 10:1– 2, 5, 9– 10). Joel probablemente desea que sus oyentes vean en la plaga de langostas una ilustración del día en que el S eñor traerá sus ejércitos para llevar a cabo su juicio. En 2:25 las langostas son llamadas mi gran ejército, que envié contra vosotros. Algunos piensan que la descripción del ejército en 2:3– 11 se refiere a una futura invasión de un ejército extranjero, y no a las langostas; y cuando Joel llama a las langostas el ejército del norte en 2:20, se refiere a un ejército real, y más cuando las langostas generalmente no vienen del norte, pero los ejércitos invasores casi siempre venían del norte.

porque está cercano. Es decir, si bien la plaga de langostas era una señal de la ira del S eñor contra su pueblo, también era signo precursor del gran juicio que vendría contra ellos si no se arrepentían. Esta plaga trae con ellas el juicio de Dios, así como lo traerán también los ejércitos invasores de Asiria y Babilonia.

Fuente: La Biblia de las Américas

shofar… Instrumento de viento hecho a partir de un cuerno de carnero; alarma… El verbo hebreo denota dar un grito o dar un toque de trompeta o de cuerno. Generalmente define un grito de guerra con que un ejército se lanzaba a la batalla, o al sonido con que se avisaba al pueblo de un posible peligro, o del inicio de una marcha.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Se trata de un instrumento de viento hecho a partir de un cuerno de carnero.

2.1 El verbo hebreo denota dar un grito o dar un toque de trompeta o de cuerno. Generalmente define un grito de guerra con que un ejército se lanzaba a la batalla, o al sonido con que se avisaba al pueblo de un posible peligro, o del inicio de una marcha.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[4] Entrando en batalla. Ap 9, 7.[6] Is 3, 8; Nah 2, 10.[10] Is 13, 10; Ez 32, 7.[13] Sal 86 (85), 5; Jon 4, 2.[15] Num 10, 7.[20] Jer 1, 14; 10, 22.[28] Is 44; Hech 2, 17; 2 Cor 14.[29] Sobre los hijos de las naciones gentiles.[32] Rom 10, 13.

Fuente: Notas Torres Amat