Comentario de Amós 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Así ha dicho Jehovah: “Por tres pecados de Moab, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque quemaron los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos,
Por tres pecados. Amó 2:4, Amó 2:6; Amó 1:3, Amó 1:6, Amó 1:9, Amó 1:11, Amó 1:13; Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25; Núm 25:1-18; Deu 23:4, Deu 23:5; Sal 83:4-7; Miq 6:5.
de Moab. Isa 11:14; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 25:10; Jer 48:1-47; Eze 25:8, Eze 25:9; Sof 2:8, Sof 2:9.
porque quemó los huesos. 2Re 3:9, 2Re 3:26; Pro 15:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Profesía sobre Moab, Amó 2:1-3.
sobre Judá, Amó 2:4-5,
y sobre Israel, Amó 2:6-8.
Dios los acusa de ingratitud, Amó 2:9-16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Al igual que Amón (Amó 1:13), Moab (ubicado al sudeste de Israel) descendía de uno de los hijos de Lot.
quemó los huesos: Se creía que este acto profanaba los restos de una persona fallecida, un acto atroz en los tiempos antiguos y una gran deshonra a la memoria de la persona fallecida.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
POR TRES PECADOS… Y POR EL CUARTO. Amós comienza pronunciando el juicio sobre las siete naciones vecinas de Israel. Enumera los pecados particulares de cada nación, incluso los de Judá, poniéndolos todos bajo la misma fórmula: «Por tres pecados… y por el cuarto» (i.e., por sus muchos pecados, y sobre todo por el mencionado).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
2. Nuevos Vaticinios Conminatorios.
Oráculo contra Moab (1-3).
1 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Moab y por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber quemado los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos, 2 yo pondré fuego en Moab, que devorará los palacios de Queriyot, y Moab hallará la muerte en medio del estruendo, entre los clamores y los sonidos de la trompeta, 3 y extirparé de él a su juez, y con él haré morir a todos los príncipes, dice Yahvé.
El crimen especial imputado a los moabitas es haber extremado su crueldad, quemando los huesos del rey de Edom (v.1). Una vez más Yahvé castiga los crímenes cometidos contra naturaleza. No sabemos a qué hecho concreto alude el profeta, pero tampoco esta crueldad era insólita en la antigüedad 1. Yahvé vela por los postulados éticos primordiales de la sociedad humana, y por eso, en calidad de Juez supremo, envía el castigo merecido a los habitantes de Moab, que verán abrasados por el fuego los palacios de Queriyot (v.2). Esta localidad aparece citada en la famosa estela del rey moabita Mesa, aunque no ha logrado ser localizada con certeza. Moab desaparecerá como nación en el fragor de la guerra, siendo su juez o rey 2 extirpado, y sus príncipes entregados a la muerte.
Oráculo contra Jada (4-5).
4 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Judá y por cuatro no revocaré yo (mi decisión). Por haber menospreciado la Ley de Yahvé y no haber guardado sus mandamientos, descarriándose por las mentiras tras las cuales se fueron sus padres, 5 yo pondré fuego a Judá, que devorará los palacios de Jerusalén.
Los crímenes antes imputados a las naciones paganas eran transgresiones de la ley natural. Ahora la perspectiva de las acusaciones cambia al enfrentarse con las responsabilidades de Judá e Israel. Como pueblos elegidos que se han comprometido a cumplir las condiciones de un pacto, plasmado en la Ley, se les reprocha su infidelidad a lo pactado (no han guardado sus mandamientos, v.4). Dios tenía derecho a exigir más de ellos que de los otros pueblos, y por eso no los juzga conforme al código amplio del derecho natural, sino conforme a las estipulaciones positivas del Sinaí. Han abandonado a Yahvé, yéndose tras de las mentiras (v.6) ο ídolos, siguiendo la conducta extraviada de sus antepasados. Por eso Yahvé los castigará también como a las naciones gentiles. Su calidad de pueblo elegido, lejos de garantizar la impunidad, reclamará más severidad en el castigo divino.
Oráculo contra Israel (6-8).
6 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Israel y por cuatrono revocaré yo (mi fallo), por haber vendido al justo por dinero, y al pobre por un par de sandalias. 7 Aplastan sobre el polvo de la tierra la cabeza de los pobres, y estorban el camino de los humildes 3, y van padre e hijo a la doncella 4, profanando mi santo nombre. 8 Sobre ropas tomadas en prenda se echan junto a un altar cualquiera, y beben el vino de los multados en la casa de su dios.
Después de pasar revista a los pueblos de alrededor, Amos centra su predicación conminatoria en torno a Israel, o reino de Samaría. Y le echa en cara los atropellos sociales, cuya fustigación será la característica de este profeta, llamado el “profeta socialista del A.T.,” precisamente por sus reivindicaciones sociales en favor de los humildes y los desvalidos. Las clases dirigentes de Israel son tan inconsideradas con éstos, que venden al justo. por un par de sandalias (v.6), es decir, conculcan los derechos de los humildes por causas fútiles.
Estorban en lo que pueden el camino o proyectos de los humildes, haciéndoles la vida imposible, y tienen relaciones sexuales incestuosas el hijo y el padre con la misma doncella, quizá la esclava de servicio en la casa, conculcando de este modo las leyes elementales de Dios, con lo que estos actos adquieren el carácter de una profanación del nombre santo de Yahvé. Algunos autores ven en estas prácticas una alusión a las aberraciones sexuales que tenían lugar en los lugares de culto cananeo. En ese caso, la doncella sería la hieródula del templo que se ofrecía a los devotos, y entonces se comprende mejor que tal práctica, denunciada por Amos, tuviera el carácter de una profanación del nombre de Yahvé (v.7), ya que se le daba un carácter religioso, y, en consecuencia, el pecado revestía una mayor gravedad. El contexto del v.8 parece avalar esta interpretación, pues se supone que los abusos en los lugares de culto estaban a la orden del día.
Según la ley mosaica5, si un pobre había empeñado su manto por no poder cubrir una deuda, debía devolvérsele antes de la puesta del sol para que pudiera pasar la noche. Los ricos de Samaría, según Amos, en vez de cumplir esta ley, utilizaban las ropas tomadas en prenda como alfombras para sus orgías religiosas junto a un altar cualquiera (v.8), bebiendo el vino de los multados, es decir, el vino conseguido con las multas que imponían, en nombre de la supuesta justicia, a los pobres desvalidos que por necesidad tenían que vivir fuera de la ley. La frase la casa de su dios se refiere a los lugares de culto de los dioses cananeos.
Ingratitud de los israelitas (9-16).
9 Yo exterminé ante ellos a los amorreos,altos como cedros y fuertes como encinas; destruí su fruto arriba, y abajo sus raíces. 10 Yo os saqué de la tierra de Egipto y durante cuarenta años os conduje por el desierto para que ocuparais las tierras de los amorreos. 11 Yo suscité profetas de entre vuestros hijos, y nazarees entre vuestros mancebos, ¿no es así, hijos de Israel? dice Yahvé. 12 Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis. 13 He aquí que haré crujir (el suelo) bajo vuestros pies, como lo hace crujir el carro sobrecargado de gavillas 6, 14 y el ágil será incapaz de huir, y al fuerte no le servirá de nada su fuerza, y el valiente no escapará con vida; 15 el arquero no resistirá, el de ágiles pies no escapará, el jinete no se salvará, 16 y el de más esforzado corazón entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Yahvé.
La conducta infiel de Israel es incomprensible, puesto que Yahvé le ha protegido siempre de un modo particular cuando se afirmaba como nación, exterminando a los amorreos o cananeos, que se oponían a su penetración en Canaán7; y de nada les sirvió su vigor y desmesurada estatura 8. Son comparados a un árbol al que se le han quitado sus frutos y raíces, de modo que no puede volver a reverdecer 9. Yahvé los ha exterminado para entregar a los israelitas la tierra de Ganaán como culminación de la protección que los dispensó al sacarlos de Egipto y conducirlos paternalmente por el desierto.
Es más, en su voluntad de ayudarles suscitó profetas para que los adoctrinaran y fueran como los intérpretes de la voluntad divina en las vicisitudes difíciles de la vida 10, y escogió israelitas que se le consagraran con particulares votos como los nazareos (v.13), que debían abstenerse de bebidas alcohólicas 11; pero el pueblo israelita obligó a los nazareos a romper sus votos sagrados (v.13).
El voto de nazareato era como una consagración a Dios. El ser infiel a los votos suponía, pues, una ofensa contra El. De ahí la gravedad de los israelitas, que obligaron a los nazareas a no cumplir sus votos.
Por otra parte, lejos de reconocer la gracia que suponía el que Yahvé les enviara profetas, no quieren oír su predicación y los rechazan como importunos: no profeticéis (v.12). En el fondo, pues, hay en estos recalcitrantes una rebeldía contra su Dios, ya que no quieren guiarse por sus preceptos y sus mensajeros los profetas. Por eso el castigo no tardará en llegar: he aquí que haré crujir (el suelo) bajo vuestros pies. (v.13), es decir, Yahvé va a intervenir como un terremoto enviando la espada y la guerra; y todos se verán envueltos en el torbellino, sin que nadie pueda sentirse seguro; y hasta el mismo suelo se tambaleará y crujirá como el carro sobrecargado de gavillas hace crujir (el suelo).
Nadie se librará cuando llegue la hora del castigo, pues hasta los más ágiles y fuertes caerán a la espada. Los mismos guerreros armados de arcos huirán despavoridos, dejando sus mantos (desnudos ) al enemigo.
1 Cf. 2Re 23:16. – 2 Cf. Ose 7:7; Ose 13:10, donde se llama jueces a los altos gobernantes de un país. – 3 Hoonacker prefiere corregir el texto y traduce: “Aplastan sobre el polvo del suelo y en las encrucijadas de los caminos a los pobres.” – 4 Lit. el TM: “un individuo y su padre.” – 5 Cf. Exo 22:25.26; Deu 24:12s. – 6 Hoonacker prefiere traducir (siguiendo una etimología árabe): “Yo haré que vuestros pies se estorben, como se embaraza el carro cargado de hierbas.” Leahy: “Yo haré que se balancee (el suelo) bajo vuestros pies, como se tambalea el carro sobrecargado de haces.” – 7 Cf. Gen 48:22; Deu 1:7; Jue 1:34; 2Sa 21:2. Los amorreos eran los habitantes de la zona sirio-fenicia (los Amuríu de las inscripciones cuneiformes). – 8 Cf. Num 13:33; Deu 1:28. – 9 En la inscripción del rey de Sidón Eschmunazar encontrarnos una frase similar: (el que viole la tumba) “que no tenga raíces abajo ni fruto en lo alto.” – 10 Cf. Deu 18:18. – 11 Cf. Num 6:1s; Jue 13; 1Sa 1:11.28.
Fuente: Biblia Comentada
Moab. Descendientes de Lot y su hija mayor (Gén 19:37). quemó los huesos. Este incidente en el que la venganza no se detuvo en la muerte, no se registra en otro lugar de las Escrituras.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Amós comenzó con los enemigos de Israel y de esa manera tuvo una buena recepción inicial, pero al profetizar acerca del juicio de Dios sobre Israel, los líderes trataron de silenciarlo (cp. Amó 7:10-17).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Ver Amó 2:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Jer 48:1-47; Eze 25:8-11 o Amó 2:8-11.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Moab. Un pueblo pagano y la violencia a un cadáver: todo esto interesa al Dios santo. Dondequiera que se cometan crímenes contra la humanidad en violación de la conciencia, por cualquier razón que sea, el Señor es enemigo implacable del culpable. 2 Rey. 3:26 alude a la particular animosidad entre Moab y Edom. La misma enemistad nacionalista probablemente encendió el ultraje descrito aquí, revelando un espíritu ven gativo. Lo que no pudo ser arreglado mientras los partidos estaban vivos siguió al rey hasta su tumba. ¿Podría alguna cosa exponer más claramente la irracionalidad insensible del odio alimentado que ver un cadáver ve nerable desenterrado para sufrir indignidades sin propósito? El odio es así: envenena el corazón del hacedor, invitando la ira de Dios. 2 Que el fuego de biera recompensar el fuego crematorio descrito en el v. 1 ejemplifica la ley de la igualdad entre el crimen y el castigo que ciñe la ley divina y que es elevada como norma para los tribunales humanos (Exo. 21:23; Lev. 24:19 s.; Deut. 19:21).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
2.1-3 Los moabitas descendían de la relación incestuosa de Lot con su hija mayor (Gen 19:30-38). Balac, rey de Moab, trató de contratar a un vidente, Balaam, para maldecir a los israelitas para que pudieran ser derrotados (Números 22-24). Balaam se negó, sin embargo, algunos moabitas tuvieron éxito al hacer que Israel adorara a Baal (Num 25:1-3). Los moabitas eran conocidos por sus atrocidades (2Ki 3:26-27). Un hallazgo arqueológico, la piedra moabita, revela que Moab siempre estaba listo para aprovecharse de la caída de otros.2.4-6 Amós se ganó a su audiencia cuando proclamó el castigo de Dios en contra de las naciones malvadas que rodeaban a Israel. Incluso habló en contra de su propia nación, Judá, antes de enfocase al inminente castigo de Dios sobre Israel.2.4-6 Después del reinado de Salomón, el reino se dividió y las tribus de Judá y Benjamín constituyeron el reino del Sur (Judá) bajo el reinado de Roboam, hijo de Salomón. Las otras diez tribus constituyeron el reino del Norte (Israel), y siguieron a Jeroboam, que se había revelado en contra de Roboam.Dios juzgó severamente a otras naciones por sus malas acciones y atrocidades. Sin embargo, también prometió juzgar a Israel y a Judá debido a que pasaron por alto la Palabra revelada de Dios. Las otras naciones no la conocían, pero Judá e Israel, el pueblo de Dios, sabía lo que Dios quería. Aun así continuaron ignorándolo, y se unieron a las naciones paganas para adorar a sus ídolos.2.6ss Dios condenó a Israel por cinco pecados específicos: (1) vender a los pobres como esclavos (véanse Deu 15:7-11; Amo 8:6), (2) explotar a los pobres (véanse Exo 23:6; Deu 16:19), (3) participar en pervertidos pecados sexuales (véase Lev 20:11-12), (4) tomar garantías colaterales ilícitas para los préstamos (véanse Exo 22:26-27; Deu 24:6, Deu 24:12-13), y (5) adorar falsos dioses (véase Exo 20:3-5).2.6, 7 Amós habló a la clase alta. No había clase media en la nación, solo los muy ricos y los muy pobres. Los ricos observaban los rituales religiosos. Daban diezmos extras, asistían a los lugares de adoración y ofrecían sacrificios. Sin embargo, eran codiciosos e injustos, y se aprovechaban de los indefensos. Asegúrese de no olvidarse de los pobres mientras que asiste con fidelidad a la iglesia y lleva a cabo los rituales religiosos. Dios espera que vivamos por fe, y eso significa responder a las necesidades de los menos afortunados.2.9-11 Constantemente los profetas desafiaban al pueblo para que recordara ¡lo que Dios había hecho! Cuando leemos una lista como esta, nos sorprende la infidelidad de Israel. Pero, ¿qué dirían los profetas de nosotros? La fidelidad anterior de Dios debió haberles recordado a los israelitas que debían obedecerlo; de la misma forma, lo que Dios ha hecho por nosotros debe recordarnos que debemos vivir para El.2.11 Los nazareos hacían votos para abstenerse del vino y se dejaban crecer el cabello. Sin embargo, en vez de respetarlos por sus vidas disciplinadas y moderadas, los alentaban a romper sus votos. Si los nazareos caían en la corrupción, tendrían muy poca buena influencia sobre los israelitas.2.16 Aquel día se refiere al día en que Asiria atacaría Israel, destruiría Samaria y se llevaría al pueblo cautivo (722 a.C.). Esta derrota militar ocurrió unas cuantas décadas después de este anuncio.2.16 La televisión y el cine están llenos de imágenes de gente que parece no temer a nada. Muchas personas en la actualidad han buscado amoldar sus vidas según estas imágenes, quieren ser fuertes y valientes a cualquier precio. Sin embargo, Dios no se impresiona con nuestra fortaleza. Aun el más fuerte o valiente de los hombres correrá de miedo cuando llegue el castigo de Dios. ¿Puede recordar personas que se consideran lo suficientemente fuertes o valientes como para vivir sin Dios? No permita que su retórica de autosuficiencia lo cimbre. Tenga presente que Dios no teme a nadie, y que algún día todas las personas le temerán.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 40 Jer 48:29; Eze 25:8; Sof 2:8
b 41 Isa 33:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Moab. Los moabitas habitaban al este del Mar Muerto entre los ríos Zered y Arnón. Moab no formó parte del territorio asignado a las tribus de Israel.
Fuente: La Biblia de las Américas
Moab era la nación que descendía de Lot a través de su hijo con su hija mayor (Gén 19:37).
calcinarlos. Triturarlos.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., no haré que se vuelva; y así en el resto del cap.
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] 2 Re 3, 27.[9] Num 21, 24; Deut 2, 24.