Comentario de Miqueas 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
La palabra de Jehovah que vino a Miqueas de Moréset en los días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, sobre lo que vio acerca de Samaria y de Jerusalén.
Miqueas de Moreset. Miq 1:14, Miq 1:15; Jer 26:18.
en días de Jotám. 2Cr 27:1-9; 2Cr 28:1-27; 2Cr 29:1-36; 2Cr 30:1-27; 2Cr 31:1-21; 2Cr 32:1-33; Isa 1:1; Ose 1:1.
lo que vio. Amó 1:1; Hab 1:1.
sobre Samaria y Jerusalén. Miq 1:5; Ose 4:15; Ose 5:5-14; Ose 6:10, Ose 6:11; Ose 8:14; Ose 12:1, Ose 12:2; Amó 2:4-8; Amó 3:1, Amó 3:2; Amó 6:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El tiempo en el que Miqueas profetizó, Miq 1:1.
Muestra la ira de Dios contra Jacob por la idolatría, Miq 1:2-9.
Y llama a lamentar, Miq 1:10-16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
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LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO FRECUENTEMENTE se aprecian como entregando no mucho más que predicciones de «condena y desaliento», pero el Libro de Miqueas presenta una apasionada y artística alternancia entre oráculos de juicios inminentes y promesas de bendiciones futuras para Israel y Judá. Las personas de ambas naciones habían quebrado el pacto con su Señor. A través de su mensajero Miqueas, Jehová confrontó a su pueblo, pero también prometió brindarles bendiciones futuras a través de aquel que vendría. Este que vendría sería el verdadero pastor del rebaño de Dios.
El ministerio de Miqueas se extendió desde el último tercio del siglo VIII a.C. durante los reinados de Jotam (752-736 a.C. Acaz (736-720 a.C. y Ezequías (729-699 a.C. El libro de Miqueas se centró en la amenaza de la invasión Asiria que ocurrió durante este período, comenzando alrededor del 730 a.C. contra Israel, y terminando en el 701 a.C. contra Judá. Muchos de los sermones de Miqueas avisaban a Judá de un inminente desastre nacional. Sin embargo, los líderes religiosos de Jerusalén confiaron falsamente en que el mal no llegaría a ellos a causa de la invaluable presencia del santo Templo entre ellos. Miqueas, severamente, confrontó su arrogancia y su errónea noción de Dios: ni siquiera el Templo en el monte de Sion se libraría de la arremetida violenta de la ira de Dios.
La dilatación prolongada de las profecías de Miqueas contra Jerusalén puede ser atribuida a diversas causas. Primero, puede que Dios haya decidido perdonar a la ciudad, aunque era Él quien la había condenado (Jer 26:16-19; cf. con el juicio de Dios sobre Nínive en el libro de Jonás). La demora significativa del juicio contra Jerusalén puede ser atribuida a la misericordia del Señor, así como el retraso del juicio de Dios contra Nínive se atribuye a la misericordia del Señor por el profeta Jonás (Jon 4:1-3). Segundo, aunque el juicio de Jerusalén fue pospuesto, fue finalmente ejecutado en la destrucción de la ciudad por los babilonios en el 586 a.C.
La alternancia de los textos de furia y clemencia en el libro de Miqueas reflejan el carácter de Dios, ya que aun en su ira Él se acuerda de su misericordia. En los oscuros días del inminente juicio a las naciones de Israel y Judá, siempre había la posibilidad de un remanente perdonado. Aunque el Señor estaba determinado a mantener su santidad, tenía igualmente la intención de cumplir sus bondadosas promesas hechas a Abraham (Gén 12:1-20; Gén 15:1-21; Gén 22:1-24). El Señor equilibraría sus juicios con benevolencia. Como consecuencia, Miqueas también equilibró sus oráculos de juicios con los oráculos de promesa.
Al hacerlo así, Miqueas les indica los pactos y también anuncia al que vendrá. El libro comienza con el lenguaje de una corte. Miqueas llama a los pueblos de la tierra a que vengan a oír el juicio de Dios contra Israel, porque la nación había quebrantado el pacto (Miq 3:1; Miq 6:1-3). El lenguaje recuerda el lenguaje de los pactos o contratos que Jehová estableció con su pueblo. El Señor estaba juzgando a su pueblo de acuerdo a los términos del pacto. Pero en medio de los oráculos de juicio, Miqueas reveló las maravillosas promesas de Dios de un futuro glorioso.
Habrá un momento cuando el rey venidero reunirá a su pueblo (Miq 2:12, Miq 2:13), cuando Él establezca la paz (Miq 4:3) y cuando traiga la justicia a la tierra (Miq 4:2, Miq 4:3). Extraordinariamente, Miqueas profetizó que el Mesías esperado nacería en Belén (Miq 5:2). El cumplimiento de esta profecía con el nacimiento de Jesús en Belén nos da la confianza de que las profecías de un futuro glorioso en Jesús también serán cumplidas (Mat 2:1).
Poco sabemos acerca del profeta Miqueas, fuera de su nombre, su lugar de origen y el estilo personal de su libro. Miqueas nació en la villa rural de Moreset en Gat, en las tierras bajas de Judá, cercana a la región de Filistea, ubicándose lejos de su más ilustre contemporáneo, Isaías, quien era de Jerusalén.
El libro de Miqueas tiene numerosos puntos similares al mucho más extenso libro de Isaías. En efecto, virtualmente se encuentra el mismo pasaje en ambos libros (cf. Miq 4:1-3 con Isa 2:2-4). Algunos atribuyen este fenómeno poco común a que un profeta tomó prestado del otro, pero es difícil argumentar la autoría de este texto entre Miqueas o Isaías. Lo más probable es que ambos profetas la tomaran de la misma fuente, tal vez un salmo de confianza.
Frecuentemente, se sostiene que el libro de Miqueas fue escrito por sus discípulos y seguidores muchos años después de su ministerio. No obstante, el tono de las profecías de Miqueas contra Jerusalén indica que estas todavía no habían sucedido. Parece que Miqueas profetizó que los Asirios destruirían a Jerusalén de la misma forma que ellos anteriormente destruyeron la ciudad de Samaria (cf. Miq 1:6 con Miq 3:12). Mientras los Asirios bajo Senaquerib sitiaron a Jerusalén en la campaña del año 701 a.C. ellos finalmente no destruyeron la ciudad. Jerusalén no fue destruida hasta más de un siglo después por los babilonios (586 a.C. Es casi inconcebible que discípulos de Miqueas recopilaran, registraran y promovieran sus profecías mucho después del hecho si tales profecías no sucedieron como se anticipó. Es mucho más probable que las profecías de Miqueas fueran compiladas por el profeta como una antología de su largo ministerio de predicación.
Bosquejo
I. El primer ciclo de oráculos Miq 1:1-16; Miq 2:1-13
A. El primer conjunto de oráculos de juicio Miq 1:1-16; Miq 2:1-11
B. La primera promesa de bendición: Jehová restaurará a su remanente Miq 2:12, Miq 2:13
II. El segundo ciclo de oráculos Miq 3:1-12; Miq 4:1-13; Miq 5:1-15
A. El segundo conjunto de oráculos de juicio Miq 3:1-12
B. El segundo conjunto de promesas de bendición Miq 4:1-13; Miq 5:1-15
III. El tercer ciclo de oráculos Miq 6:1-16; Miq 7:1-20
A. El tercer conjunto de oráculos de juicio Miq 6:1-16; Miq 7:1-7
B. El tercer conjunto de promesas de bendición Miq 7:8-20
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Miqueas significa: «¿quién es como Jehová?». La pregunta presenta un tema bíblico importante, la idea de que Dios es incomparable (Miq 7:18; Deu 4:32-40; Sal 113:4-6).
Jotam, Acas y Ezequías: Las amenazas militares asirias afectaron particularmente los reinados de estos reyes. En tres campañas sucesivas (743, 733, 732 a.C el ejército asirio al mando de Tiglat-Pileser III tuvo bajo su control gran parte de Fenicia, Filistea, Israel, Siria y grandes extensiones de Judá. El ministerio de Miqueas estaba centrado en las amenazas asirias a Samaria, la capital de Israel que fue destruida en 722 a.C y a Jerusalén, la capital de Judá.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
MIQUEAS. Miqueas, del sur de Judá, profetizó en algún momento entre 750-687 a.C. Fue contemporáneo de Isaías (cf. Isa 1:1) y de Oseas (cf. Ose 1:1; véase introducción a este libro). Su mensaje estaba dirigido principalmente a Judá (el reino del sur), aunque también tuvo revelación en cuanto a Israel (el reino del norte). Aunque el tema predominante de Miqueas era el juicio, también dio énfasis a la restauración del pueblo de Dios.
SAMARIA Y JERUSALÉN. Samaria era la capital de Israel; Jerusalén era la capital de Judá. Ambas representaban naciones apóstatas que serían juzgadas por Dios (vv. Miq 1:5-7).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Introducción a Miqueas
Bosquejo
I. El juicio contra Israel y Judá (Miq 1:1-16; Miq 2:1-13; Miq 3:1-12)
A. Introducción (Miq 1:1)
B. La destrucción predicha para Samaria (Miq 1:2-7)
C. La destrucción predicha para Judá (Miq 1:8-16)
D. Pecados específicos del pueblo de Dios que requieren el juicio (Miq 2:1-11)
1. La avaricia y el orgullo (Miq 2:1-5)
2. Los falsos profetas (Miq 2:6-11)
E. Primeras luces de la liberación prometida (Miq 2:12-13)
F. Pecados específicos de los líderes del pueblo de Dios (Miq 3:1-12)
1. La injusticia y la opresión (Miq 3:1-4)
2. La profecía falsa (Miq 3:5-7)
3. Miqueas, profeta verdadero (Miq 3:8)
4. Compendio de los pecados de los líderes (Miq 3:9-12)
II. Mensaje profetico de esperanza (Miq 4:1-13; Miq 5:1-15)
A. La promesa del reino futuro (Miq 4:1-8)
B. Derrota de los enemigos de Israel (Miq 4:9-13)
C. El venidero Rey de Belén (Miq 5:1-5)
D. La naturaleza del nuevo reino (Miq 5:6-15)
III. Pleito de Dios contra Israel y su misericordia final (Miq 6:1-16; Miq 7:1-20)
A. La causa de Dios contra su pueblo (Miq 6:1-8)
B. La culpa de Israel y el juicio de Dios (Miq 6:9-16)
C. El lamento doloroso del profeta (Miq 7:1-6)
D. La esperanza personal del profeta (Miq 7:7)
E. Israel se levantará otra vez (Miq 7:8-13)
F. Bendiciones finales de Dios para su pueblo (Miq 7:14-20)
Autor : Miqueas
Tema : El juicio y la salvación mesiánica Fecha: ca. 740-710 a.C.
Trasfondo
El profeta Miqueas era del pueblo de Moreset-gat (Miq 1:14) en el sur de Judá, una zona agrícola productiva a unos cuarenta kilómetros al suroeste de Jerusalén. Como Amos, Miqueas era del campo y probablemente descendía de una familia de condición humilde. Isaías, su contemporáneo de Jerusalén, se dirigía al rey y a las situaciones internacionales, mientras que Miqueas era un profeta campesino que condenaba a los gobernantes corruptos, a los falsos profetas, a los sacerdotes impíos, a los mercaderes ladrones y a los jueces sobornados de Judá. Predicó contra los pecados de injusticia, la opresión de los campesinos y aldeanos, la avaricia, la inmoralidad y la idolatría, y advirtió sobre las severas consecuencias si el pueblo y sus líderes persistían en su mala conducta. Predijo la caída de Israel y su capital, Samaria (Miq 1:6-7), y también la de Judá y su capital, Jerusalén (Miq 1:9-16; Miq 3:9-12).
El ministerio profético de Miqueas ocurrió durante el reinado de tres reyes de Judá: Jotam (751-736 a.C.), Acaz (736-716) y Ezequías (715-687). Aunque Miqueas proclamó algunas profecías durante el tiempo del rey Ezequías (cf. Jer 26:18), la mayoría de ellas reflejan la condición de Judá durante los reinados de Jotam y Acaz antes de las reformas religiosas de Ezequías. Sin duda, su ministerio, junto con el de Isaías, ayudó a producir el avivamiento y las reformas durante el reinado del justo rey Ezequías.
Propósito
Miqueas escribió para advertir a su nación de la certeza del juicio divino, para mencionar los pecados que provocaban el enojo de Dios, y para resumir la palabra profética de Dios para Samaria y Jerusalén (Miq 1:1). Predijo con precisión la caída de Israel antes de que ocurriera en 722 a.C.; profetizó que una destrucción semejante les sobrevendría a Judá y a Jerusalén debido a su pecado y su rebeldía notorios. Así que este libro conserva el grave mensaje profético de Miqueas para las últimas generaciones de Judá antes de que los babilonios vinieran contra la nación; también hace una importante contribución a la revelación total del AT acerca del Mesías venidero.
Visión panorámica
El libro de Miqueas consta de un mensaje en tres partes:
(1) Acusa a Israel (Samaria) y a Judá (Jerusalén) de pecados específicos, incluso idolatría, orgullo, opresión de los pobres, soborno entre líderes, codicia y avaricia, inmoralidad y religión vacía;
(2) advierte que el juicio de Dios viene debido a esos pecados; y
(3) promete que la paz verdadera, el juicio y la justicia prevalecerán en el futuro cuando reine el Mesías. Se da una atención aproximadamente igual a cada uno de esos tres temas a través del libro.
Considerados de otro modo, los caps. Miq 1:1-16; Miq 2:1-13; Miq 3:1-12 registran la denuncia del Señor de los pecados de Israel, Judá y de sus líderes corruptos, y anuncian el juicio inminente que les espera a esas naciones y sus capitales. Los caps. Miq 4:1-13; Miq 5:1-15 ofrecen esperanza y consuelo al remanente en cuanto a los días venideros en que se establecerá la casa de Dios en paz y justicia, y se purgarán de la tierra la idolatría y la opresión. Los caps. Miq 6:1-16; Miq 7:1-20 describen la irritación de Dios con su pueblo en términos de una gran escena en un tribunal: Dios presenta su causa contra Israel; sigue la confesión de culpabilidad de Israel y una oración y una promesa proféticas. Miqueas concluye con un juego de palabras sobre el significado de su propio nombre: «¿Qué Dios como tú?» (Miq 7:18). Respuesta: El solo es misericordioso y puede dar el veredicto final de «perdonado» (Miq 7:18-20).
Características especiales
Cinco aspectos o énfasis principales caracterizan el libro de Miqueas:
(1) Representa la causa de los humildes campesinos que encaran la explotación de los ricos arrogantes, en lo cual es semejante al mensaje de Santiago en el NT (cf. Miq 6:6-8 y Stg 1:27). Al respecto, Miqueas da su exhortación más memorable del requisito del Señor para su pueblo: «Hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios» (Miq 6:8).
(2) A veces el lenguaje de Miqueas es áspero y directo; otras veces es elocuente y poético, con el uso intrincado de juegos de palabras (como en Miq 1:10-15).
(3) Como el profeta Isaías (cf. Isa 48:16; Isa 59:21), Miqueas expresa un discernimiento claro del llamado de Dios y su unción profética por el Espíritu Santo: «Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado» (Miq 3:8).
(4) El libro contiene una de las expresiones más grandiosas de la Biblia acerca de la misericordia y la gracia perdonadora de Dios (Miq 7:18-20).
(5) Tiene tres profecías importantes citadas en otras partes de la Biblia: una que le salvó la vida a Jeremías (Miq 3:12; Jer 26:18); otra acerca del lugar de nacimiento del Mesías (Miq 5:2; Mat 2:5-6), y otra más que usó Jesús mismo (Miq 7:6; Mat 10:35-36).
Cumplimiento en el Nuevo Testamento
Como otros profetas del AT, Miqueas vio más allá del juicio de Dios a Israel y Judá al Mesías que vendría y su reinado justo sobre la tierra. Setecientos años antes de la encamación de Cristo, Miqueas profetizó que nacería en Belén (Miq 5:2). Mat 2:4-6 dice que los sacerdotes y escribas citaron ese versículo al responder a la pregunta de Herodes acerca del lugar de nacimiento del Mesías. Miqueas también reveló que el reino mesiánico sería un reino de paz (Miq 5:5; cf. Efe 2:14-18), y que el Mesías pastorearía al pueblo de Dios con justicia (Miq 5:4; cf. Jua 10:1-16; Heb 13:20). Las referencias frecuentes de Miqueas a la redención futura revelan que el deseo y el propósito constantes de Dios para su pueblo es la salvación, no el juicio; esta verdad se amplía en el NT (e.g., Jua 3:16).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
1. Vaticinios contra Israel y Juda.
Yahvé va a descargar su ira sobre su pueblo elegido. Primeramente el reino del norte, simbolizado en su capital, Samaría, sufrirá las consecuencias del enojo divino. Después Jerusalén, por haber imitado la conducta perversa del reino del norte, sufrirá también la destrucción y la ruina. El estilo es solemne e impresionante, como el de Isaías.
El día de la cólera de Yahvé está próximo (1-4).
1 Palabra de Yahvé, que fue dirigida a Miqueas, de Morasti, en los días de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, lo que vio sobre Samaría y sobre Jerusalén: 2 ¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende tu tierra y cuanto en ella se contiene! Que el Señor, Yahvé, va a litigar con vosotros; el Señor, desde su santo templo. 3 Pues he aquí que Yahvé va a salir de su lugar, va a descender para caminar sobre las cumbres de la tierra, 4 y bajo él se fundirán los montes y se hendirán los valles, como al fuego se derrite la cera, como aguas que se precipitan por un despeñadero.
Miqueas es del reino de Judá, de una localidad (Morasti) que es localizada por San Jerónimo cerca de la actual Bet-Gebrin, entre Jerusalén y Gaza. En la Biblia aparece otro Miqueas hijo de Jimia. Sin duda que el compilador de los escritos de nuestro profeta quiere distinguirlo de éste al decir que era de Morasti, que los LXX interpretan en sentido étnico, no geográfico.
La época en que se desarrolló su actividad profética es bien concreta, y coincide en general con la de Isaías, es decir, en el siglo VIII a.C., bajo los reinados de Jotam (740/39 – 736/35), Acaz (736/5 – 727) y Ezequías (727 – 698/7). Al dar estos tres nombres, el compilador muestra que la actividad profética de Miqueas duró largo tiempo. Son los años en que el antiguo Oriente vivía bajo la obsesión del peligro asirio, en los tiempos de Teglatfalasar III (745-727), Salmanasar V (727-722), Sargón (722-705) y Senaquerib (705-681).
Los oráculos de Miqueas se refieren tanto al reino del norte (Samaría) como al reino del sur (Jerusalén). Enfáticamente invita el profeta a todos los pueblos a ser testigos del juicio que Yahvé va a decretar contra su pueblo. El Dios de Israel, que mora en su santo templo (de Jerusalén), tiene un litigio pendiente con su pueblo y lo quiere ventilar a las luces de todos los pueblos para escarmiento general. Ha llegado la hora de la cólera divina, pues Yahvé va a salir de su lugar (la morada de los cielos), caminando sobre las nubes o cumbres de la tierra. Como un gigante, va atravesando las cordilleras, envueltas en nubes, para hacer justicia en la tierra l. Ante su avance majestuoso se fundirán los montes y se hendirán los valles, incapaces de soportar tanta grandeza, como al fuego se derrítela cera. No podía el profeta escoger una introducción más solemne e impresionante a sus oráculos que esta descripción de la majestad de Yahvé avanzando en medio de las conmociones cósmicas de una naturaleza que se asocia a su Creador para dar a entender a los hombres su grandeza y omnipotencia, que se va a manifestar en el juicio sobre su pueblo escogido.
La ruina de Samaría y de Jerusalén (5-9).
5 Todo por la prevaricación de Jacob, todo por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la prevaricación de Jacob? ¿Acaso no es Samaría? ¿Y cuáles los excelsos de Judá? ¿Acaso no es Jerusalén? 6 Pues yo convertiré a Samaría en majano campestre, en plantaciones de viñas, y arrojaré sus piedras en el valle, y pondré al desnudo sus cimientos. 7Y todas sus esculturas serán abatidas, y todos sus salarios serán abrasados por el fuego, todos sus ídolos serán arruinados, porque son mercedes de prostitución, y en salario de prostitución se convertirán. 8 Por eso yo gimo y me lamento, y voy descalzo y desnudo, y aúllo como chacal, y gimo como avestruz. 9 Porque su desastre es irremediable y ha invadido a Judá, llegando hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.
La prevaricación de Jacob está resumida en la prevaricación de su capital, Samaría. Sin duda que el profeta alude a los cultos idolátricos y cismáticos del reino del norte. La prevaricación de Judá está resumida en sus lugares excelsos o bamot, en los que se daba culto a Yahvé, pero con fuertes infiltraciones paganas cananeas. Los profetas de Judá siempre lucharon contra estas prácticas, y de hecho la reforma de Ezequías (contemporáneo de Miqueas) tuvo por objetivo principal centralizar el culto en el templo, acabando con los cultos en los bamot, fuente de muchas idolatrías 2. Miqueas, pues, declara que el pecado específico de Judá son los bamot o lugares excelsos, sobre las colinas que rodeaban Jerusalén.
Yahvé castigará al reino del norte, simbolizado en su capital, Samaría, a la que convertirá en majano campestre (v.6), o montón de ruinas. Será totalmente derruida, y sus piedras serán lanzadas en el valle (Samaría estaba asentada sobre una elevada colina). Las esculturas de sus lugares de culto serán abatidas, y todos sus salarios o ganancias conseguidas con el culto idolátrico (mercedes de prostitución, v-7) serán pasto de las llamas, como cosas viles y despreciables.
Después de anunciar el terrible castigo sobre Samaría, el profeta se siente profundamente conmovido, entregándose al duelo más sincero: gimo., voy descalzo. (v.8). Miqueas simboliza en este duelo sin consuelo a la nación desolada 3. El aullido lúgubre de los chacales y el gemido doloroso del avestruz son un tópico literario 3*, que expresa bien el estado de ánimo triste del profeta.
En la destrucción de Samaría ve una amenaza inminente del reino de Judá (v.9). En efecto, las tropas asirías ocuparán pronto Samaría bajo Sargón II en 721 a.C.; pero en el 705 a.C. el ejército de Senaquerib pondrá sitio a Jerusalén. La amenaza, pues, afectaba a los dos reinos por igual.
La inminencia de la invasión asiría sobre Judá (10.-16)
10 No vayáis a pregonarlo en Gat ni a llorarlo en Acco 4. Revolveos en el polvo en Bet-le-Afrá. 11Os han traicionado los de Safir, las ciudades de la vergüenza 5. No salieron a campaña los habitantes de Saanán 6; la casa vecina os traicionó 7, os negó su apoyo. 12 Los habitantes de Marot esperan sacar bien, porque ha descendido de Yahvé el mal a las puertas de Jerusalén. 13 Uncid al carro los corceles, habitantes de Lakis. Es el comienzo del castigo para la hija de Sión, pues en ti se han hallado las prevaricaciones de Israel. 14 Por eso habrás de aportar la dote de Moreset-Gat; las casas de Akzib serán un engaño para los reyes de Israel. 15 Aún os traeré un poseedor, moradores de Maresá, y la gloria de Israel emigrará a Elam 8. 16Motílate y ráete por los hijos queridos, ensancha tu calvicie como la del buitre, porque fueron deportados lejos de ti.
En este fragmento se describe con estilo nervioso la inminencia de la invasión: abundan los juegos de las palabras en hebreo y son intraducibies. Muchas de las localidades son citadas sólo para hacer juegos de palabras con la idea a expresar. Así, Miqueas pide a sus compatriotas que no vayan a llorar su situación, en demanda de ayuda, a los filisteos y a los fenicios (no vayáis a pregonarlo en Gat ni a llorarlo en Acco) 9, sino que hagan públicas manifestaciones de penitencia y duelo en Bet-le-Afrá 10.
Israel se siente aislado y abandonado de sus supuestos aliados: Os han traicionado los de Safir n. El profeta parece aludir a defecciones de ciudades que estaban obligadas a defenderse mutuamente. Cuando Salmanasar V (728-21) atacó Tiro y Samaría, muchas ciudades fenicias abandonaron aquélla a su suerte 12. Quizá la frase ciudades de la vergüenza (v.11) aludan a este hecho. Tampoco los egipcios cumplieron su palabra de subir en epoyo de Israel: No salieron a campaña los habitantes de Saanán o de Soan (Tanis, en el delta egipcio). La casa vecina puede ser Fenicia en general, región fronteriza con Israel, que les traicionó y negó su apoyo. Es más, los aprovechados fenicios se han alegrado del infortunio de Israel, pues esperaban, llevados de su espíritu mercantil innato, sacar bien de la situación.
Los habitantes de Marot (v.12) parecen ser los habitantes de la ciudad fenicia Marat, entre Arad y Simyra 13. El profeta les echa en cara el haberse alegrado porque ha descendido de Yahvé el mal a las puertas de Jerusalén. Es el anuncio de la invasión asiría, que amenaza ya a la Ciudad Santa. El profeta ve tan inminente la incursión del ejército asirio sobre el reino de Judá, que invita a una de las ciudades fortificadas de éste, Lakis, situada al sudoeste de Jerusalén, a hacer los preparativos de defensa: Uncid al carro los corceles, habitantes de Lakis (v.13) 14. Es la hora del castigo de la hija de Sión, Jerusalén, porque ha imitado las prevaricaciones de Israel, el reino cismático del norte. El reino de Judá, simbolizado en Jerusalén, su capital, va a tener que ceder parte de su territorio como dote al invasor, y esta dote será Moreshet-Gat, localidad cercana a la filistea Gat. El profeta está jugando con nombres geográficos en consonancia con las ideas que quiere expresar 15.
Los reyes de Israel han confiado en sus aliados fenicios, pero las casas de Akzib serán un engaño para ellos 16. La invasión se realizará porque Yahvé lo ha determinado así: Os traeré un poseedor (conquistador), moradores de Maresa (v.15), localidad del reino de Judá, al sudoeste de Jerusalén, que también aquí simboliza a Judá, y que es nombrada para hacer juego de palabra con poseedor 17. La consecuencia de la invasión asiría será la deportación de Israel a Mesopotamia: y la gloria de Israel emigrará a Elam (v.16) 18. Por eso, el profeta invita al duelo general con las tradicionales manifestaciones externas de dolor: motílate y ráete., ensancha tu calvicie como la del buitre (v.16). Es la suerte de la nación la que está en juego; sus hijos queridos serán llevados al exilio. Ya en tiempos de Teglatfalasar III (745-727) empezó el desplazamiento de poblaciones israelitas a Mesopotamia y a las montañas contiguas de Elam. En el 721, con la caída de Samaría, la deportación de la población israelita del reino del norte al destierro fue masiva.
1 Cf. Amo 4:13. – 2 Cf. 2Re 18:4.22. – 3 Cf. Isa 20:2. 3 Cf. Job 30:29. – 4 E. TM: “llorar” (bacó). El paralelismo exige un lugar geográfico: Acco. – 5 El TM: “en desnudez vergonzosa.” Una ligera combinación de consonantes da nuestra versión, propuesta por Hoonacker. – 6 Hoonacker propone leer Sidón en vez de Saanán; pero este nombre debe de estar por Soan (Tanis). – 7 Lit. el TM: “lamentación de Bet-Esel.” Por razones de paralelismo hemos preferido ia corrección de Hoonacker. – 8 Lit. el TM: Adullam, que resulta extraño. Hoonacker propone Elam, lugar de deportación de los judíos. – 9 Acco, la San Juan de Acre de los cruzados, junto al actual Haifa, en la frontera con Fenicia. – 10 El profeta juega con la palabra Afra (quizá la ciudad Ofra del territorio de Manases: Jue 8:27) y la palabra hebrea Hafar (polvo): “revolcaos en el polvo.” – 11 Safir, que algunos han querido identificar con Sharmr de Jos 15:48 o de Jue 10:1; quizá sea la ciudad fenicia Symyra, al sur de Arad. – 12 Cf. 2Re 17:5. – 13 Algunos leen Berut (Berytus: Beyrut). – 14 Lakis era lugar de concentración de carros de combate (1Re 10:26; 2Cr 1:14; 1Re 8:6). – 15 El nombre de la localidad geográfica Moreshet juega con la palabra hebrea Me’orashah (“desposada”), de cuya dote se habla aquí. – 16 La localidad de Akzib juega con la palabra akzab (<engañoso”), que se suele aplicar al wady que no lleva agua, y así decepciona al caminante sediento que esperaba saciar su sed (cf. Jer 15:18). – 17 Juego de palabras entre yoresh (poseedor) y Mershah, localidad. – 18 Los que mantienen el Adullam del TM interpretan esto en el sentido de que Israel se verá obligado a llevar una vida errante como David, huyendo de Saúl en la región de Adullam (desierto de Judá).
Fuente: Biblia Comentada
El libro de Miqueas
TítuloEl nombre del libro es derivado del profeta quien, habiendo recibido la palabra del Señor, fue comisionado a proclamarla. Miqueas, cuyo nombre es compartido por otros en el AT (p. ej. Jue 17:1; 2Cr 13:2; Jer 36:11), es una forma acortada de Micaías y quiere decir: «¿Quién es como Jehová?» En el Miq 7:18, Miqueas usa un juego de palabras con su propio nombre, diciendo: «¿Quién es un Dios como tú?»
Autor y fecha
El primer versículo establece a Miqueas como el autor. Más allá de eso, poco se sabe de él. No se dice nada de sus padres, pero su nombre puede indicar un legado piadoso. Él rastrea sus raíces al pueblo de Moreset (Miq 1:1; Miq 1:14), localizado en las faldas de los montes de Judá, aproximadamente 40 km SO de Jerusalén, en la frontera de Judá y Filistea, cerca de Gat. De un área productivamente agrícola, él era como Amós, un residente del campo lejos de la política nacional y la religión, pero escogido por Dios (Miq 3:8) para entregar un mensaje de juicio a los príncipes y pueblo de Jerusalén.
Miqueas coloca su profecía durante los reinados de Jotam (750-731 a.C.), Acaz (731-715 a.C.) y Ezequías (715-686 a.C.). Su condena a las injusticias sociales y corrupción religiosa renueva el tema de Amós (mitad del siglo octavo a.C.) y sus contemporáneos, Oseas en el N (ca. 755-710 a.C.) y en el S, Isaías (ca. 739-690 a.C.). Esto encaja con lo que se conoce de la identidad de Acaz (2Re 16:10-18) y su hijo Ezequías antes de sus amplias reformas espirituales (2Cr 29:1-36; 2Cr 31:1). Sus referencias a la caída inminente de Samaria (Miq 1:6) claramente lo colocan antes del 722 a.C., aproximadamente en el 735-710 a.C.
Contexto histórico
Debido a que el reino del norte estaba a punto de caer ante Asiria durante el ministerio de Miqueas en el 722 a.C., Miqueas fecha su mensaje con la mención de reyes de Judá únicamente. Mientras que Israel era un destinatario ocasional de sus palabras (cp. Miq 1:5-7), su atención primordial fue dirigida hacia el reino del sur en el que él vivió. La prosperidad económica y la ausencia de crisis internacionales que marcaban los días de Jeroboam II (793-753 a.C.), durante los cuales las fronteras de Judá e Israel fueron rivales de las de David y Salomón (cp. 2Re 14:23-27), estaban deslizándose. Siria e Israel invadieron Judá, tomando al impío Acaz temporalmente cautivo (cp. 2Cr 28:5-16; Isa 7:1-2). Después que Asiria había derrotado a Siria e Israel, el buen rey Ezequías retiró su lealtad a Asiria, haciendo que Senaquerib sitiara a Jerusalén en el 701 a.C. (cp. 2Re 18:1-37; 2Re 19:1-37; 2Cr 32:1-33). El Señor entonces envió a su Ángel para librar a Judá (2Cr 32:21). Ezequías fue usado por Dios para guiar a Judá de regreso a la verdadera adoración.
Después del reinado próspero de Uzías, quien murió en el 739 a.C., su hijo Jotam continuó con las mismas políticas, pero no quitó los centros de idolatría. La prosperidad externa solo era una fachada que disfrazaba la corrupción social desenfrenada y el sincretismo religioso. La adoración del dios cananeo de la fertilidad Baal estaba integrándose más y más con el sistema de sacrificios del AT, alcanzando proporciones epidémicas bajo el reinado de Acaz (cp. 2Cr 28:1-4). Cuando Samaria cayó, miles de refugiados llegaron a Judá, trayendo su sincretismo religioso con ellos. Pero mientras que Miqueas (al igual que Oseas) se dirigió a este asunto, fue la desintegración de valores personales y sociales en contra de los cuales él dirigió sus reprensiones más incisivas y advertencias fuertes (p. ej. Miq 7:5-6). Asiria era la potencia dominante y una amenaza constante para Judá, y entonces la predicción de Miqueas de que Babilonia, en ese entonces bajo dominio Asirio, conquistaría a Judá (Miq 4:10) parecía remota. De esta manera, así como fue Amós a Israel, Miqueas lo fue a Judá.
Temas históricos y teológicos
Primordialmente, Miqueas proclamó un mensaje de juicio a un pueblo que con persistencia buscaba el mal. De manera semejante a otros profetas (cp. Ose 4:1; Amó 3:1), Miqueas presentó su mensaje en terminología de demanda / corte (Miq 1:2; Miq 6:1-2). La profecía está ordenada en tres oráculos o ciclos, cada uno de ellos comenzando con la amonestación a «oír» (Miq 1:2; Miq 3:1; Miq 6:1). Dentro de cada oráculo, él pasa de la condenación a la esperanza. Condenación porque han quebrantado la ley de Dios dada en Sinaí; esperanza por el pacto incambiable de Dios con sus ancestros (Miq 7:20). Un tercio del libro se enfoca en los pecados de su pueblo; otro tercio se enfoca en el castigo de Dios por venir y otro tercio promete esperanza para los fieles después del juicio. De esta manera, el tema de lo inevitable del juicio divino por el pecado se une al compromiso inmutable por parte de Dios con sus promesas de pacto. La combinación de 1) la coherencia absoluta de Dios al juzgar el pecado y 2) el compromiso inflexible a su pacto a través del remanente de su pueblo, provee a los oyentes una clara revelación de la persona del Soberano del universo. A través de intervención divina, Él traerá tanto juicio sobre los pecadores como bendición sobre aquellos que se arrepienten.
Retos de interpretación
La semejanza verbal entre Miq 4:1-3 e Isa 2:2-4 da lugar a la pregunta de quién citó a quién. Los intérpretes están divididos, sin respuestas claras en ninguno de los dos lados. Debido a que los dos profetas vivieron en proximidad cercana el uno del otro, profetizando durante el mismo período, esta semejanza es comprensible. Dios dio el mismo mensaje a través de dos predicadores. La frase de introducción, «en los postreros días» (Miq 4:1), aleja estos versículos de cualquier cumplimiento postexílico y requiere un marco de tiempo escatológico cercano al segundo advenimiento de Cristo y el principio del milenio.
Aparte de Isa 2:2-4, otros tres pasajes de Miqueas son citados en otras partes en las Escrituras. Miq 3:12 es citado en Jer 26:18, donde salva la vida de Jeremías de la sentencia de muerte del rey Joaquín. Miq 5:2 es citado por los principales sacerdotes y los escribas (Mat 2:6) en respuesta a la pregunta de Herodes del lugar de nacimiento del Mesías. Miq 7:6 es empleado por Jesús en Mat 10:35-36 cuando comisionó a sus discípulos.
Bosquejo
I) Reflexión inicial (Miq 1:1)
II) Dios congrega para juzgar y librar (Miq 1:2 – Miq 2:13)
A) Samaria y Judá castigadas (Miq 1:2-16)
B) Opresores juzgados (Miq 2:1-5)
C) Falsos profetas renuncian (Miq 2:6-11) D. Promesa de liberación (Miq 2:12-13)
III) Dios juzga a gobernantes y viene para librar (Miq 3:1 – Miq 5:15)
A) Los líderes contemporáneos son culpables (Miq 3:1-12)
B) El Líder venidero liberará y restaurará (Miq 4:1 – Miq 5:15)
IV) Dios trae condenaciones y liberación definitiva (Miq 6:1 – Miq 7:20)
A) Mensajes de reprensión y lamento (Miq 6:1 – Miq 7:6)
B) Mensajes de confianza y victoria (Miq 7:7-20)
ANEXOS
| El perdón de Dios por el pecado |
| 1. Dios aleja nuestros pecados tan lejos como el oriente está del occidente (Sal 103:12) 2. Dios nos limpia completamente de la mancha de nuestros pecados (Isa 1:18) 3. Dios echa tras sus espaldas nuestros pecados (Isa 38:17) 4. Dios no se acuerda más de nuestros pecados (Jer 31:34) 5. Dios sepulta nuestros pecados (Miq 7:19) 6. Dios echa nuestros pecados en lo profundo del mar (Miq 7:19) |
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Moreset. Ubicada al SO de Jerusalén, cerca a la ciudad filistea de Gat (cp. Miq 1:14).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
(740-690 a.C)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)
INTRODUCCIÓN
1. Miqueas procedía de un pueblo llamado Moreset, en la frontera con Filistea, a unas 25 millas (unos 40 km) al suroeste de Jerusalén.
2. Fue contemporáneo de Isaías. Miqueas predicó al pueblo mientras que Isaías lo hizo en la corte.
3. Miqueas fue el último profeta de Dios para el reino del norte.
4. Fue el único profeta comisionado para predicar en ambos reinos. Ministró especialmente en las capitales de ambos reinos, esto es, Jerusalén y Samaria.
5. Incluyó en su pequeño libro una sorprendente cantidad de profecías.
a. La caída de Samaria (Miq 1:6-7).
b. La invasión de Judá por los asirios (Miq 1:9-16).
c. La caída de Jerusalén y la destrucción del templo (Miq 3:12; Miq 7:13).
d. El exilio en Babilonia (Miq 4:10).
e. El retomo de la cautividad y la futura restauración de Israel (Miq 4:1-8; Miq 4:13; Miq 7:11; Miq 7:14).
f. El nacimiento de Cristo en Belén (Miq 5:2).
g. El futuro reinado de Cristo (Miq 2:12-13; Miq 4:1; Miq 4:7).
6. Miqueas es citado tres veces:
a. Por los ancianos de Judá (Jer 26:18 citan Miq 3:12).
b. Por los escribas cuando los magos llegaron a Jerusalén (Mat 2:5-6, citan a Miq 5:2).
c. Por Jesús cuando envió a los doce (Mat 10:35-36, citan Miq 7:6).
I. La mirada exterior: los sermones públicos de Miqueas (caps. Miq 1:1-16; Miq 2:1-13; Miq 3:1-12; Miq 4:1-13; Miq 5:1-15; Miq 6:1-16).
A. Proclamación del castigo de Israel (Miq 1:3).
1. Primer sermón (cap. Miq 1:1-16):
a. Dios mismo respondería pronto con juicio a causa de los pecados de Samaria y Jerusalén (Miq 1:1-5).
b. Samaria sería completamente destruida (Miq 1:6). Esto sucedió, por supuesto, durante la invasión asiria. (Véase 2Re 17:1-18.)
c. El enemigo llegaría hasta las mismas puertas de Jerusalén (Miq 1:9). Pero Dios perdonaría a su amada ciudad por otros 115 años antes de permitir a los babilonios que la destruyeran. (Véase 2Re 19:35.)
2. Segundo sermón (cap. Miq 2:1-13):
a. Dios condena a aquellos que piensan el mal durante la noche y en la mañana lo llevan a cabo (Miq 2:1).
b. Dios promete que les pagará el mal con mal para ellos (Miq 2:3).
c. Israel rechaza a sus verdaderos profetas diciéndoles que Dios no hará tales cosas (Miq 2:6).
d. Su castigo terminará solamente cuando el Mesías (el que abre el camino y el Rey de Miq 2:13) les saque del exilio por las puertas de las ciudades de su cautividad para llevarlos de vuelta a su casa.
3. Tercer sermón (cap. Miq 3:1-12):
a. Dios reprende especialmente a los líderes de Israel. Se suponía que ellos discernían lo bueno de lo malo, pero eran los peores pecadores (Miq 3:1-5).
b. Sus falsos mensajes, dados solamente para agradar a la gente, llevarían a la destrucción del pueblo (Miq 3:6-7).
c. Miqueas era el único de los profetas de aquel tiempo «lleno del poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado» (Miq 3:8).
d. Por culpa de estos falsos profetas, Jerusalén sería arada como un campo y quedaría convertida en un montón de ruinas. El lugar en el monte Moriah donde estaba ubicado el templo se cubriría de maleza (Miq 3:12).
B. Profecía de la restauración de Israel (caps. Miq 4:1-13; Miq 5:1-15). A pesar de sus terribles pecados, Dios un día, después que se hubiera consumado su pecado, les restauraría otra vez en la tierra de Palestina.
1. Cronología que llevaría a esta restauración:
a. Judá deberá sufrir primero los setenta años de cautividad babilónica (Miq 4:10). Este es verdaderamente un pasaje extraordinario, porque en el tiempo que Miqueas lo escribió, Babilonia era una nación fuerte, pero no era la primera potencia mundial, sino Asiria.
b. El Mesías de Judá nacería en Belén (Miq 5:2).
c. El Señor los dejará por un tiempo como nación hasta su renacimiento espiritual durante la tribulación (Miq 5:3).
d. Las naciones se unirán entonces contra Israel en el Armagedón (Miq 4:11). (Véanse también Apo 16:13-16; Apo 19:17.)
e. Estas naciones quedarán completamente destruidas (Miq 5:15).
2. Los resultados finales de la restauración (Miq 4:1-6).
C. Abogando por el arrepentimiento de Israel (Miq 6:1-16). (Véase Miq 6:3-8.)
II. La mirada interior: las contemplaciones personales de Miqueas (Miq 7:1-6).
«¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos» (Miq 7:1).
III. La mirada a lo alto: las peticiones de Miqueas en oración (Miq 7:7-20).
A. Su decisión por Dios: «Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá» (Miq 7:7). «La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia» (Miq 7:9).
B. Su descripción de Dios (Miq 7:18-20): «¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.»
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
(740-690 a.C)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)
INTRODUCCIÓN
1. Miqueas procedía de un pueblo llamado Moreset, en la frontera con Filistea, a unas 25 millas (unos 40 km) al suroeste de Jerusalén.
2. Fue contemporáneo de Isaías. Miqueas predicó al pueblo mientras que Isaías lo hizo en la corte.
3. Miqueas fue el último profeta de Dios para el reino del norte.
4. Fue el único profeta comisionado para predicar en ambos reinos. Ministró especialmente en las capitales de ambos reinos, esto es, Jerusalén y Samaria.
5. Incluyó en su pequeño libro una sorprendente cantidad de profecías.
a. La caída de Samaria (Miq 1:6-7).
b. La invasión de Judá por los asirios (Miq 1:9-16).
c. La caída de Jerusalén y la destrucción del templo (Miq 3:12; Miq 7:13).
d. El exilio en Babilonia (Miq 4:10).
e. El retomo de la cautividad y la futura restauración de Israel (Miq 4:1-8; Miq 4:13; Miq 7:11; Miq 7:14).
f. El nacimiento de Cristo en Belén (Miq 5:2).
g. El futuro reinado de Cristo (Miq 2:12-13; Miq 4:1; Miq 4:7).
6. Miqueas es citado tres veces:
a. Por los ancianos de Judá (Jer 26:18 citan Miq 3:12).
b. Por los escribas cuando los magos llegaron a Jerusalén (Mat 2:5-6, citan a Miq 5:2).
c. Por Jesús cuando envió a los doce (Mat 10:35-36, citan Miq 7:6).
I. La mirada exterior: los sermones públicos de Miqueas (caps. Miq 1:1-16; Miq 2:1-13; Miq 3:1-12; Miq 4:1-13; Miq 5:1-15; Miq 6:1-16).
A. Proclamación del castigo de Israel (Miq 1:3).
1. Primer sermón (cap. Miq 1:1-16):
a. Dios mismo respondería pronto con juicio a causa de los pecados de Samaria y Jerusalén (Miq 1:1-5).
b. Samaria sería completamente destruida (Miq 1:6). Esto sucedió, por supuesto, durante la invasión asiria. (Véase 2Re 17:1-18.)
c. El enemigo llegaría hasta las mismas puertas de Jerusalén (Miq 1:9). Pero Dios perdonaría a su amada ciudad por otros 115 años antes de permitir a los babilonios que la destruyeran. (Véase 2Re 19:35.)
2. Segundo sermón (cap. Miq 2:1-13):
a. Dios condena a aquellos que piensan el mal durante la noche y en la mañana lo llevan a cabo (Miq 2:1).
b. Dios promete que les pagará el mal con mal para ellos (Miq 2:3).
c. Israel rechaza a sus verdaderos profetas diciéndoles que Dios no hará tales cosas (Miq 2:6).
d. Su castigo terminará solamente cuando el Mesías (el que abre el camino y el Rey de Miq 2:13) les saque del exilio por las puertas de las ciudades de su cautividad para llevarlos de vuelta a su casa.
3. Tercer sermón (cap. Miq 3:1-12):
a. Dios reprende especialmente a los líderes de Israel. Se suponía que ellos discernían lo bueno de lo malo, pero eran los peores pecadores (Miq 3:1-5).
b. Sus falsos mensajes, dados solamente para agradar a la gente, llevarían a la destrucción del pueblo (Miq 3:6-7).
c. Miqueas era el único de los profetas de aquel tiempo «lleno del poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado» (Miq 3:8).
d. Por culpa de estos falsos profetas, Jerusalén sería arada como un campo y quedaría convertida en un montón de ruinas. El lugar en el monte Moriah donde estaba ubicado el templo se cubriría de maleza (Miq 3:12).
B. Profecía de la restauración de Israel (caps. Miq 4:1-13; Miq 5:1-15). A pesar de sus terribles pecados, Dios un día, después que se hubiera consumado su pecado, les restauraría otra vez en la tierra de Palestina.
1. Cronología que llevaría a esta restauración:
a. Judá deberá sufrir primero los setenta años de cautividad babilónica (Miq 4:10). Este es verdaderamente un pasaje extraordinario, porque en el tiempo que Miqueas lo escribió, Babilonia era una nación fuerte, pero no era la primera potencia mundial, sino Asiria.
b. El Mesías de Judá nacería en Belén (Miq 5:2).
c. El Señor los dejará por un tiempo como nación hasta su renacimiento espiritual durante la tribulación (Miq 5:3).
d. Las naciones se unirán entonces contra Israel en el Armagedón (Miq 4:11). (Véanse también Apo 16:13-16; Apo 19:17.)
e. Estas naciones quedarán completamente destruidas (Miq 5:15).
2. Los resultados finales de la restauración (Miq 4:1-6).
C. Abogando por el arrepentimiento de Israel (Miq 6:1-16). (Véase Miq 6:3-8.)
II. La mirada interior: las contemplaciones personales de Miqueas (Miq 7:1-6).
«¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos» (Miq 7:1).
III. La mirada a lo alto: las peticiones de Miqueas en oración (Miq 7:7-20).
A. Su decisión por Dios: «Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá» (Miq 7:7). «La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia» (Miq 7:9).
B. Su descripción de Dios (Miq 7:18-20): «¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.»
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
1. Trasfondo histórico-cultural
a) Situación política: Estamos en el último tercio del s. VIII a. C., en Judá, el Reino del Sur. El problema principal del momento lo constituye la política internacional, que afecta tanto a Israel como a Judá. Desde aproximadamente el año 743 a. C. Israel pagaba tributo a Tiglapileser III, rey de Asiria. El último rey de Israel (Oseas) se rebela en tiempos de Salmanasar V y Asiria responde conquistando Samaría (721/722 a. C.) y haciendo desaparecer el Reino del Norte.
Miqueas profetiza en tiempos de Jotán (740-736 a. C.), de Ajaz (736-716 a. C.) y de Ezequías (771-687 a. C.). A partir, sobre todo, de Ezequías, rey piadoso y reformador religioso, comienzan a soplar aires de liberación. Y es que tampoco Judá había quedado al margen de los deseos expansionistas de Asiria. En el año 734 a. C. el rey Ajab de Judá había pedido ayuda a Tiglapileser III de Asiria, con motivo de la guerra siro-efraimita. Aquella ayuda no fue gratuita: supuso el pago de un tributo que, al hacerse insoportable, dio lugar a la revuelta del año 705 a. C. cuyo resultado fue catastrófico: la invasión de Senaquerib (701 a. C.). En Miq 1:16; Miq 2:12-13; Miq 4:9-13; Miq 5:5-9 encontramos vestigios de esta situación.
b) Situación social: No menos grave que la situación política es la situación social. Como en otros profetas, es la misma profecía de Miqueas la que nos proporciona algunos datos. Los poderosos y notables — autoridades y jueces — son el blanco de su crítica social. El texto de Miqueas revela la tensión entre poderosos y débiles, y constata los atropellos frecuentes de los primeros contra los segundos (Miq 2:1-11). La denuncia social que hace el profeta en Miq 3:1-3 constituye, sin duda, uno de los pasajes proféticos más vibrantes al respecto. Si la denuncia está hecha antes de la reforma de Ezequías, se percibe a las claras la necesidad de la reforma; si está hecha después (las dos cosas son posibles) indicaría lo superficial de la misma, porque todos los denunciados son a la vez acusados de creerse apoyados por Dios (ver Miq 2:7; Miq 3:4; Miq 3:11).
c) La persona del profeta: De Miqueas sabemos poco. Su nombre es una forma abreviada de Mikayahu, que significa “¿quién es como el Señor?” (cercano a Mikael = “quién es como El”, es decir, como Dios). Era natural de Moréset, a unos 40 km al sudoeste de Jerusalén. En la profecía se presenta como un campesino que visita la ciudad; una visita que no es precisamente de negocios o de turismo. Los asirios han devastado ya el sur de Judá por lo que Miqueas, junto con otros campesinos, se encamina hacia Jerusalén, que aún no ha sucumbido al desastre. Su origen y talante campesino hacen que contemple las ciudades (Samaría y sobre todo Jerusalén) con una mirada enormemente crítica.
2. Aspectos literarios
Tal como nos ha llegado, el libro de Miqueas es el resultado de una compleja actividad redaccional, posterior al profeta, que se concreta en la organización temática del material, en la incorporación de añadidos (Miq 2:12-13; Miq 7:8-20), y en posibles relecturas tardías (incluso del tiempo del exilio en Babilonia), incorporadas al texto definitivo. Tan diverso es el material que se ha pensado en la posibilidad de dos autores distintos: uno del siglo VIII a. C. y otro del tiempo del exilio. Los que así piensan atribuyen al Miqueas del siglo VIII los cps. Miq 1:1-16 — Miq 3:1-12 y gran parte de los cps. Miq 6:1-16 — Miq 7:1-20. Los cps. Miq 4:1-13 — Miq 5:2-15 (a excepción de Miq 5:10-15) les parece que exigen un autor distinto más tardío. Otros, sin embargo, ven la diferencia no en el tiempo, sino en la procedencia. Habría, en efecto, dos autores, pero los dos del siglo VIII: uno oriundo del Reino del Sur (autor de los cps. Miq 1:1-16 — Miq 5:2-15) y otro oriundo del Reino del Norte (autor de los cps. Miq 6:1-16; Miq 7:1-20). Aunque no se admita esta hipótesis de dos autores, sí da idea del largo camino recorrido por el libro de Miqueas hasta llegar a la presente redacción.
En su conjunto presenta una amplia gama de géneros proféticos: advertencias y amenazas, oráculos de juicio y condena, requisitorias o pleitos judiciales, anuncios de salvación, composiciones litúrgicas… En el estilo se emparenta con Oseas y Amós por su frescura y sencillez, apasionamiento y crudeza. Sin embargo, la utilización frecuente de los juegos de palabras hace, a veces, difícil la comprensión del texto.
La estructura general del libro puede enunciarse así:
– Proceso contra Israel (con un elocuente mensaje social) (Miq 1:1-16 — Miq 3:1-12)
– Promesas a Sión (con esperanzada mirada al futuro) (Miq 4:1-13 — Miq 5:2-15)
– Nuevo proceso contra Israel (con amargas “quejas” por la ingratitud del pueblo) (Miq 6:1 — Miq 7:7)
– Liturgia de esperanza (Miq 7:8-20)
3. Contenido y dimensión religiosa
El nombre de Miqueas — quién como el Señor — es ya todo un símbolo. Se revela en él la personalidad de un fiel yavista profundamente preocupado por la situación de Jerusalén. Le hieren las injusticias de los poderosos, la complicidad de los jueces, el engaño de los profetas profesionales, la falsa piedad que intenta encubrir la injusticia con un culto puramente exterior y que provoca una falsa seguridad ante el juicio de Dios. De su mensaje podríamos destacar:
— La insistencia en el pecado social. Sea anterior o posterior a la reforma de Ezequías, la denuncia de Miqueas señala con fuerza que las cláusulas de la alianza son del todo incompatibles con una sistemática violación de la justicia interhumana.
— La serena mirada hacia el futuro. Propio del profeta es no rendirse; mantener viva la esperanza, incluso en medio de las situaciones más críticas. Jerusalén tiene aún futuro, y ese futuro es el de ser la meta en la peregrinación de los pueblos. La esperanza se mesianiza concentrándose geográfica y personalmente en un singular personaje — el Mesías — oriundo de Belén de Judá (Miq 5:2). Habrá liberación de opresores, alejamiento de toda forma de idolatría y de soberbia humana, y la paz mesiánica reinará por doquier (Miq 4:2-5; Miq 5:3-6).
— La queja de Dios ante la conducta del pueblo. La última parte del libro comienza con una apasionada requisitoria de Dios contra Israel. Es la queja de un Dios dolido por la infidelidad del pueblo (Miq 6:3). Una queja que busca el arrepentimiento. Pero cuando el arrepentimiento tiene lugar, no vale cifrarlo todo únicamente en el culto; implica también y necesariamente un comportamiento ético correcto (Miq 6:8).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 1:1; Jer 26:18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— Moréset: Ciudad a unos 40 km al sudoeste de Jerusalén. En Miq 1:4 se la llama Moréset-Gat. Ver nota a Jer 26:18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Encabezamiento
Para más detalles acerca de Miqueas, su mensaje y su escenario histórico, ver la Introducción.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
MIQUEAS profetiza para Judá en 742-687 a.C.Ambiente de la época: El rey Acaz colocó ídolos paganos en el templo y finalmente clausuró sus puertas. cuatro naciones diferentes arrasaron Judá. Cuando Ezequías subió al trono, la nación comenzó un lento camino hacia la recuperación y el vigor económico. Ezequías probablemente escuchó mucho del consejo de Miqueas.Mensaje principal: Predijo la caída tanto del reino del norte de Israel como del sur de Judá. Esta fue la disciplina de Dios sobre el pueblo, en realidad una demostración de lo mucho que se preocupaba por ellos. El buen gobierno de Ezequías ayudó a posponer el castigo sobre Judá.Importancia del mensaje: Decidir vivir una vida separada de Dios es hacer un compromiso con el pecado. El pecado lleva al castigo y a la muerte. Unicamente Dios nos conduce a su paz eterna. Su disciplina a menudo los mantiene en el camino correcto.Profetas contemporáneos: Oseas (753-715) Isaías (740-681)1.1 Miqueas e Isaías vivieron en la misma época, aproximadamente del año 750 al 680 a.C. Sin duda alguna se conocieron. Miqueas dirigió su mensaje principalmente a Judá, el reino del sur, pero también tuvo algunas palabras para Israel, el reino del norte. Judá disfrutó de gran prosperidad en esta época. De los tres reyes mencionados, Jotam (750-735) y Ezequías (715-686) trataron de seguir a Dios (2Ki 15:32-38; 2Ki 15:18-20); pero Acaz fue uno de los reyes más perversos que reinara en Judá (ver 2 Reyes 16).1.3-6 Jerusalén era la capital de Judá (el Reino del Sur); Samaria era la ciudad capital de Israel (el reino del norte). La destrucción de Samaria se cumplió literalmente durante la vida de Miqueas, en 722 a.C. (2Ki 17:1-18), tal y como él lo había predicho.1.5 Existen dos pecados identificados en el mensaje de Miqueas: la perversión de la adoración (1.7, 3.5-7, 11; 55.12, 13) y la injusticia hacia los demás (2.1, 2, 8, 9; 3.2, 3, 9-11; 7.2-6). Estos pecados se infiltraron de forma flagrante en las ciudades capitales e infectaron la nación entera.1.9 Los pecados de Samaria ya eran incurables; y el castigo de Dios sobre ella ya había comenzado. Su pecado no era como un rasguño en la piel, sino como una puñalada en un órgano vital. El pecado había ocasionado una herida que pronto se tornaría mortal. (En realidad Samaria fue destruida a principios del ministerio de Miqueas). En forma trágica, el pecado de Samaria influyó en Jerusalén y el castigo llegó a sus propias puertas. Esto probablemente se refiere al sitio de Senaquerib en el año 701 a.C. (ver 2 Reyes 18, 19).1.10-16 Existe un juego de palabras, en hebreo, de estos versículos. Miqueas denuncia con amargura cada pueblo utilizando las palabras Shafir que suena como la palabra hebrea «belleza», Zaanan suena como el verbo «marchar hacia adelante» y Betesel suena como la palabra «cimiento». Lea 1.11 en voz alta, sustituyendo el significado del nombre de cada ciudad, y usted notará el efecto que provocan la elección de vocablos que hizo Miqueas.1.13 El pueblo de Laquis influyó a muchos para que siguieran su ejemplo de maldad. A menudo hacemos lo mismo cuando pecamos. Sea usted un líder o no, los demás observan sus acciones y sus palabras diarias más de lo que usted cree. Y ellos pueden decidir imitar su conducta, ya sea que usted lo sepa o no.1.14 Moreset era la tierra natal de Miqueas (1.1).1.15 Este versículo también puede traducirse, «la gloria de Israel entrará a Adulam». El terreno que rodeaba a Adulam tenía numerosas cuevas. Miqueas estaba advirtiendo que cuando el enemigo se acercara, los príncipes soberbios de Judá se verían forzados a huir y esconderse en estas cuevas.1.16 Miqueas describió el dolor devastador de los padres al ver que sus hijos serían llevados como esclavos a una tierra lejana. Esto sucedía con frecuencia, tanto en Israel como en Judá, pero sería de una forma mucho más terrible cuando las dos naciones fueran completamente conquistadas. Sucedió así: Israel fue conquistada en el año 722 a.C. y Judá en el año 586 a.C.Un sinnúmero de personas son víctimas en la actualidad de intentos carentes de ética por quitarles lo poco que tienen y dárselo a otros que son más poderosos. Algunas de estas acciones pueden estar legalmente permitidas, pero no son moralmente aceptables ante Dios. El hecho de ser legales no significa que son correctas.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Título “Miqueas.” Heb.: Mi·kjáh; forma abreviada de “Micaya” (heb.: Mi·kjá·yehu, que significa: “¿Quién Es Como Jehová?”), como en 2Cr 18:13 en M; gr.: Mi·kjái·as; lat.: Mí·cha.
(2) Véase Ap. 1C, sec. 2.
(3) O: “el morastita”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 Jer 26:18
b 1 2Re 15:7; 2Re 15:32; 1Cr 3:12; 2Cr 27:1
c 2 2Re 16:2; 2Cr 28:1; Isa 7:1; Ose 1:1
d 3 2Re 18:1; 2Cr 29:1; Isa 36:1
e 4 Isa 1:1
f 5 1Re 16:24; Amó 4:1
g 6 Miq 3:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Palabra del S eñor que vino a. Un comienzo idéntico se encuentra en Os 1:1; Joel 1:1; Sof 1:1.
Miqueas de Moréset. Véase Vista Panorámica.
reyes de Judá. En Os 1:1 y Amós 1:1 se dan los nombres de los reyes del Reino del Norte y del Sur. Aquí, como en Is 1:1, sólo los monarcas del Reino del Sur, Judá, son mencionados.
lo que vio. Miqueas era un profeta (o vidente; cp. coment. en 3:7) que recibió el mensaje del Señor por medio de una visión.
Samaria y Jerusalén. Estas son las capitales de los reinos de Israel y de Judá respectivamente. Esto no implica que el resto de la población de estas naciones iban a escapar el castigo, sino que pone poner el peso de la condenación sobre los líderes a quienes se les había dado cargos que debían haber desempeñado con fidelidad. La destrucción de Samaria es mencionada brevemente (1:6, 7) pero la caída de Jerusalén es descrita con más amplitud (v. 1:8– 16; 3:1– 12).
Fuente: La Biblia de las Américas
INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE MIQUEAS
AUTOR: MiqueasFecha: 700 a.C.
El profeta Mientras Oseas profetizaba para las tribus del norte de Israel e Isaías lo hacía en el palacio real en Jerusalén, Miqueas, un judío de Moreset en el suroeste de Palestina, predicaba a la gente común de Judá. Su nombre significa «¿Quién es como Jehová?».
Su época Miqueas sirvió durante los reinados de Jotam (750-732), Acaz (736-716), y Ezequías (716-687) (Miq 1:1). Si bien Jotam fue, por lo general, un buen rey, aún así no quitó de su reino los lugares altos usados para la idolatría. Acaz, un rey malvado (véase 2Re 16:2-4), adoptó una política externa favorable a Asiría y durante su reinado tuvo lugar el cautiverio de las tribus del norte. Ezequías, uno de los mejores reyes de Judá, era contrarío a Asiría y resistió el asedio de Jerusalén cuando Senaqueríb intentó capturarla en el año 701 a.C. (2Re 18:13 – 2Re 19:36). Aquellos fueron días de angustia tanto para los labradores como para los habitantes de las ciudades a causa de los ejércitos enemigos; también eran días difíciles debido a la explotación hecha por los ricos (Miq 2:1-13) y la opresión tanto por el gobierno como por los falsos profetas (Miq 3:5-8). Miqueas, como Amós, clamaba por la justicia social.
Contenido Tres citas importantes tomadas de Miqueas aparecen en otros libros de la Biblia. Una de ellas salvó la vida del profeta Jeremías (Jer 26:18, una cita de Miq 3:12). Los sacerdotes y escribas citaron a Miq 5:2 en respuesta a la pregunta de Herodes respecto al lugar del nacimiento del Mesías (Mat 2:5-6). Cristo citó a Miq 7:6 cuando encomendó a los discípulos por primera vez (Mat 10:35-36). El capítulo Miq 4:1-13 de Miqueas es una de las descripciones más importantes en toda la Biblia tocante a la gloría futura de Israel y Miq 6:8 es uno de los versículos favoritos. Las secciones principales del libro comienzan con la palabra «oíd» (Miq 1:2; Miq 3:1; Miq 6:1).
BOSQUEJO DE MIQUEAS
I) La sobrescritura, Miq 1:1
II) Un mensaje de destrucción para Samaria y Judá, Miq 1:2 – Miq 2:13
A) La revelación del juicio venidero, Miq 1:2-6
B) Las razones del juicio venidero, Miq 2:1-13
III) Un mensaje de ruina y liberación, Miq 3:1 – Miq 5:15
A) Ruina: El juicio venidero, Miq 3:1-12
1. Juicio sobre los reyes, Miq 3:1-4
2. Juicio sobre los falsos profetas, Miq 3:5-8
3. juicio sobre Jerusalén, Miq 3:9-12
B) Liberación: El reino venidero, Miq 4:1 – Miq 5:1
1. Las glorias del reino, Miq 4:1-8
2. Los sufrimientos que preceden al reino, Miq 4:9 – Miq 5:1
C) Liberación: La venida del rey, Miq 5:2-15
1. Su primera venida, Miq 5:2-3
2. Su segunda venida, Miq 5:4-15
IV) Un mensaje de denuncia, Miq 6:1 – Miq 7:10
A) La primera acusación de Dios, Miq 6:1-5
B) La primera respuesta de Israel, Miq 6:6-8
C) La segunda acusación de Dios, Miq 6:9-16
D) La segunda respuesta de Israel, Miq 7:1-10
V) Epilogo: Las bendiciones para Israel, Miq 7:11-20
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
morastita… Habitante de Moreset-Gat. Aldea al SO de Jerusalén; reyes de Judá… El espacio de los tres reinados va desde el 740 al 698 a.C.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Habitante de Moreset-Gat. Aldea al SO de Jerusalem.
1.1 El espacio de los tres reinados va desde el 740 al 698 a.C.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[3] Metáfora para denotar la inminente visita del Señor.[5] Por Jacob se entiende Israel olas diez tribus.[7] La suerte trágica es una advertencia para Judá.[14] A los filisteos.[15] San Jerónimo cree que la voz gloria indica en este verso infamia o ignominia.