Comentario de Habacuc 1:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
—¿Hasta cuándo, oh Jehovah, clamaré, y no oirás? ¿Hasta cuándo daré voces a ti diciendo: “¡Violencia!,” sin que tú libres?
¿hasta cuándo, oh Jehová? Sal 13:1, Sal 13:2; Sal 74:9, Sal 74:10; Sal 94:3; Apo 6:10.
y no salvarás. Sal 22:1, Sal 22:2; Jer 14:9; Lam 3:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El profeta observó cuán corrupta se había tornado la sociedad judía y cuán lejos el pueblo se había desviado de su Señor. Se oprimían unos a otros y en su sociedad los ricos y los famosos, quebrantando la ley, conseguían el éxito y poder. Habacuc se preguntó cuánto tiempo toleraría el Señor semejante maldad. La respuesta de Dios fue clara: enviaría a los babilonios a encargarse de la apostasía de su pueblo. Esta sección tiene dos partes:
(1) La queja del profeta (vv. Hab 1:2-4), y
(2) la respuesta de Dios a su profeta (vv. Hab 1:5-11).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
En estos versículos, el profeta acusa a su pueblo de la gravedad de su pecado y pregunta a Dios por qué permanece tan paciente mientras el justo sufre.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Habacuc se dirige a Dios con el nombre de su pacto, Jehová (Éxo 3:14, Éxo 3:15).
Hasta cuándo: Esta pregunta es expresada como una reclamación formal (Sal 13:1, Sal 13:2).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¿HASTA CUÁNDO, OH JEHOVÁ, CLAMARÉ…? Habacuc había estado pidiéndole a Dios que detuviera la iniquidad que él veía entre el pueblo del pacto. Pero Dios parecía no estar haciendo otra cosa que tolerando la violencia, la injusticia y la destrucción de los justos. Sus preguntas versaban sobre el antiquísimo tema: «¿Por qué Dios espera tanto para castigar el mal?» y «¿Por qué por lo general no responde con prontitud las oraciones?» Nótese, sin embargo, que esas quejas salían de un corazón de fe en un Dios justo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
¿Hasta cuándo … clamaré … ? Esta frase refleja la impaciencia del profeta y es usada con frecuencia por los salmistas para expresar pensamientos similares de perplejidad (cp. Sal 13:1-2; Sal 62:3; Jer 14:9; Mat 27:46).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
y no salvarás. El profeta deseaba que se diera una limpieza, una purificación, un escarmiento y un avivamiento entre el pueblo, para que volvieran a andar en justicia y rectitud.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
violencia … iniquidad … molestia … Destrucción. La sociedad de Judá se define con cuatro términos que denotan la maldad y la malicia con la que se oprime al prójimo tanto en sentido moral como ético, lo cual trae como resultado pleitos y contiendas.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
En el primer clamor de Habacuc, el profeta percibió que Dios parecía indiferente al pecado de Judá. Como era celoso de la justicia de Dios y sabía que una violación del pacto requería juicio (cp. Deu 28:1-68), Habacuc cuestionó la sabiduría de Dios al expresar su asombro ante la aparente inactividad divina ante las transgresiones flagrantes contra su ley. Los judíos habían pecado con violencia e injusticia, por lo cual debían ser castigados.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Job 10:7; Sal 10:1-18; Sal 94:1-4.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Problema: ¿Por qué queda sin castigo la maldad?
En una forma tradicional de lamento, el profeta pregunta a Dios hasta cuándo debe rogar por su causa antes de que él responda (cf. Sal. 13:1, 2). ¿Es Dios capaz o está dispuesto a librarlo de la violencia opresiva? Habacuc, como Job, no vacila en preguntarle a Dios si su comprensión teológica de él y de su forma de obrar no corresponden con la realidad experimentada.
La desgracia golpea severamente al siervo de Dios en una cadena de sinónimos desagradables. Lo que es particularmente molesto para el escritor no es la desgracia, sino su fuente. Por lo general los enemigos externos, enemigos personales o nacionales, son la fuente de la aflicción, pero aquí el pro blema es interno, la iniquidad, elemento sin arrepentimiento dentro del mismo Israel. Aunque algunos proponen a los asirios como los inicuos, ajustándose al contexto histórico de la profecía, una alternativa explica la parálisis de la ley que es desenfrenada. Esta influencia reguladora vino al propio pueblo de Dios para ordenar la sociedad (Exo. 18:16, 20; Isa. 2:3), y Asiria no estaba sujeta a su dirección. Ahora en la justicia de Israel, en lugar de ser un sello distintivo de un vivir piadoso (Amós 5:24), está notablemente ausente o, todavía más serio, está pervertida.
En el tiempo de Habacuc, como lo es hoy, se pueden encontrar grandes problemas de injusticia entre el pueblo de Dios. En vez de condonar el pecado, o de pedir que sea ignorado, el profeta clama por el castigo, como es requerido por el propio pac to de Dios. Aunque la maldad de los vecinos paganos necesita ser confrontada, el pueblo de Dios hoy, como en el tiempo de Habacuc, es demasiado tolerante de cosas entre ellos mismos que son explícitamente contrarias a la voluntad de Dios como se revela en las Escrituras y en la creación. Al procurar restaurar al pecador demasiado a menudo condonamos el pecado, o cuando menos procuramos reducir la severidad de sus consecuencias ne gativas. Una falta de confrontación, en lugar de restaurar al malhechor, tácitamente da permiso de continuar en el pecado (cf. 1 Cor. 5). Un hijo de Dios es llamado a oponerse a la injusticia pública, sea colectiva, social o política, pero la confrontación es en vano si el mal es desenfrenado dentro de la comunidad de creyentes. Aun ahora hay necesidad de profetas que no defiendan el “pecado seguro”, sino insistan más bien en que el pecado sea erradicado.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 Sal 13:1; Rev 6:10
b 1 Sal 22:1; Sal 74:10; Ecl 5:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
¿Hasta cuándo. Este grito del profeta no indica una total desesperación o falta de fe en Dios. Expresa más bien angustia por la aparente contradicción entre su creencia en un Dios justo y poderoso y el estado presente de sucesos (v. Sal 3:1, 5). Aunque algunos han interpretado que el profeta se lamentaba de la opresión extranjera, la referencia a que no se cumple la ley (vers. 4) da a entender que lo que a él le perturbaba era la injusticia que veía a su alrededor en la sociedad judía.