Comentario de Habacuc 2:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero, ¿no han de levantar todos éstos la voz contra él con refranes y sarcasmos? Le dirán: “¡Ay del que multiplica lo que no es suyo! ¿Hasta cuándo ha de amontonar sobre sí las prendas empeñadas?”
No han de levantar. Núm 23:7, Núm 23:18; Isa 14:4-19; Jer 29:22; Jer 50:13; Eze 32:21; Miq 2:4.
¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! Hab 1:9, Hab 1:10, Hab 1:15; Job 20:15-29; Job 22:6-10; Pro 22:16; Jer 51:34, Jer 51:35; Stg 5:1-4.
hasta cuándo. Sal 94:3; Luc 12:20; 1Co 7:29-31; 1Pe 4:7.
había de acumular sobre sí. Hab 2:13; Isa 44:20; Isa 55:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Esta mofa profética (uso del sarcasmo en el discurso profético) viene en la forma de cinco «lamentos proféticos». Su propósito es asegurar a los que escuchan la «visión» (vv. Hab 2:2, Hab 2:3) que Dios juzgará la avaricia y la opresión, que Él intervendrá en favor de los justos (v. Hab 2:20) y que establecerá su reino glorioso (v. Hab 2:14). Aunque la visión está centrada en la caída de Babilonia (539 a.C el alcance de esto corresponde a la caída de todos los reinos humanos. Babilonia la Grande caerá para nunca más levantarse otra vez (Apo 17:1-18; Apo 18:1-24; Apo 19:1-4). La visión tiene cinco partes. Cada una contiene o es introducida por la traducción de la palabra hebrea «lamento». Estas son las cinco secciones:
(1) la insensatez de la extorsión y el saqueo (vv. Hab 2:6-8);
(2) la insensatez de la explotación y la injusticia (vv. Hab 2:9, Hab 2:10);
(3) la insensatez del asesinato (vv. Hab 2:11-14);
(4) la insensatez de la embriaguez y la inmoralidad (vv. Hab 2:15-17); y
(5) la insensatez de la idolatría (vv. Hab 2:18-20).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Una predicción de lamento (ay del que) es una predicción del juicio consistente en dos partes: una declaración del agravio y una notificación del juicio inminente. El juicio aplica usualmente el principio de la ley de la represalia: un agravio se volverá de nuevo a perseguir al agraviante.
multiplicó … no era suyo: la Ley prohíbe prestar con el propósito de cobrar intereses (Deu 23:19).
prenda: La práctica de empeñar cosas a modo de garantía de reembolso es permitida por la Ley, pero con limitaciones para asegurar el trato humanitario al pueblo (Éxo 22:26, Éxo 22:27; Deu 24:10-13).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¡AY DEL QUE…! Estos versículos pronuncian ayes de juicio sobre cualquiera «cuya alma no es recta» (v. Hab 2:4). Tales personas serán juzgadas por causa de su agresión (vv. Hab 2:6-8), injusticia (vv. Hab 2:9-11), violencia y delito (vv. Hab 2:12-14), inmoralidad (vv. Hab 2:15-17) e idolatría (vv. Hab 2:18-20).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
todos éstos. Una referencia a todas las naciones que sufrieron a manos de los babilonios. ¡Ay … ! Esta interjección se empleaba con frecuencia en la literatura profética para introducir una demanda judicial que se había entablado, así como en el contexto de una sentencia de juicio (Isa 5:8; Isa 5:11; Isa 5:18; Isa 5:20-22; Jer 22:13; Jer 23:1; Amó 5:18; Amó 6:1). prenda tras prenda. Los babilonios impusieron gravámenes onerosos a todas las naciones que conquistaron. Esto incluía la práctica de hacer préstamos a los pobres con altas tasas de interés (cp. Deu 24:10-13; 2Re 4:1-7; Neh 5:1-13).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El primer lamento era una acusación de extorsión, i.e. el saqueo de naciones enteras bajo la amenaza de daños corporales con el fin de hacerse ricos. Como resultado, se convertirían en despojos para las naciones que quedaran.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Cinco ayes, en forma de un cántico burlesco, fueron pronunciados sobre los caldeos en anticipación de su juicio pendiente. Presentados en cinco estrofas de tres versos cada una, los cinco ayes iban dirigidos a cinco clases diferentes de malhechores.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 5:8.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Cinco burlas contra Babilonia. 6-8 Los ayes a menudo caracterizan las endechas fúnebres (cf. 1 Rey. 13:30), pero aquí la forma se usa irónicamente, puesto que un profeta israelita no estaría terriblemente preocupado por la inminente caída de un enemigo opresor de su pueblo. La fe de Habacuc en Dios es evidente por su creencia de que Dios prevalecerá. El propósito exacto de las profecías es incierto. Los babilonios cabrían en el contexto literario inmediato y los asirios en el contexto histórico del tiempo en que fueron escritas las profecías. Cualquiera de los dos era en su apogeo un poder mundial aparentemente invencible. Asi ria fue derrotada totalmente por Babilonia en 605 a. de J.C., mientras que Babilonia misma llegó a su fin en 539 a. de J.C., derrotada por los persas. El profeta no está solo al levantar estas burlas, sino que se le unen todos aquellos a los cuales los agresores habían explotado en el pasado (cf. v. 5).
En una parodia de una endecha fúnebre (cf. Jer. 22:18) Habacuc se burla de los caldeos por sus ganancias mal obtenidas. En cuanto al individuo que toma bienes por medio del robo, que malversa las prendas recibidas para garantizar el pago de deudas o que chupa sangre (ya sea literal o metafóricamente en la explotación), el sufrimiento rebotará sobre la cabeza del opresor. En una respuesta de ojo por ojo, el despojador será despojado por sus víctimas anteriores. La malversación de fondos todavía es común entre los que están en puestos de confianza. Su exposición y condenación por los tribunales y la prensa muestran que esta clase de conducta no solamente es inaceptable para el Dios santo, sino hasta para las sensibilidades de la humanidad caída.
9-11 Este ay se dirige hacia la ganancia nacional mediante injusticia y perversidad. La ganancia en sí misma es moralmente neutral, así que no es condenada. Estos la adquieren mediante traición, sin em bargo, buscando seguridad de la codicia de otros al colocarse en alto por encima de las amenazas de otros. Ellos sufrirán una muerte vergonzosa. Hasta el material inanimado de construcción de las ciudades capturadas clamará contra los explotadores malvados. La política nacional, tanto como la conducta individual, deben estar sujetas constantemente a las demandas de la palabra de Dios.
12-14 La crueldad habitual, el derramamiento de sangre y la iniquidad que tenían el propósito de conseguir posesiones territoriales permanentes no lograrán su meta propuesta. No habrá beneficios du raderos porque se desvanecerán con el humo. Esos que todavía están comprometidos en el auto-engrandecimiento nacionalista y en la “limpieza étnica” deben recordar el aborrecimiento invariable de Dios por esta conducta (cf. Amós 1:13). La búsqueda de territorio adicional o de recursos tales como petróleo u otros minerales estratégicos, sin tomar en cuenta la vida humana o los derechos territoriales, finalmente resultarán inútiles cuando la justicia divina enmiende los errores nacionalistas.
Jeremías, contemporáneo de Habacuc, usa las mismas palabras de juicio profético (Jer. 51:58), aunque no es claro cuál de los dos profetas las usó originalmente. El autor primario, y también autor del juicio punitivo, es Jehovah de los Ejércitos mismo, quien, como el guerrero divino, toma la causa de su pueblo (3:8-15).
En medio de la oscuridad de los ayes viene un versículo de luz y de esperanza para los que confían en Dios en vez de en sus propias adquisiciones perversas. En vez de una profecía de derrota atada al tiempo para una nación histórica, esta adaptación libre de Isa. 11:9 pone la esperanza futura en el contexto del fin de los tiempos. El conocimiento de Dios, una relación íntima y experimentada con él, bañará toda la tierra. La manifestación ex terna del poder asombroso de Dios, su gloria (Exo. 40:34; Isa. 6:3), será perceptible no solamente para los opresores asirios y babilonios, sino para toda la creación.
15-17 El perverso no solamente se compromete en la perversión, sino que guía a otros a hacer lo mismo, proveyendo a su compañero bebida para explotar su embriagada falta de decencia. Uno piensa hoy en los proveedores de pornografía, del juego y de las drogas. Ellos no buscan una gratificación personal, sino explotar a otros enredándolos. El extendido poder de la perversión continúa cru zando límites nacionales e internacionales, amenazando no solamente a los individuos sino también a los gobiernos mediante su corrupción. Parece que el juicio divino sería el único medio de romper esas cadenas siempre más constrictoras.
El castigo infringido de nuevo está de acuerdo con el mal cometido. En este caso, el embriagador se volverá borracho y licencioso. En esta ocasión la copa es una metáfora de la ira del juicio de Dios (cf. Sal. 75:8; Eze. 23:33; Luc. 22:42). La violencia del malvado se ve como marchando más allá de la frontera de Israel hasta el vecino Líbano, posiblemente en referencia a la batalla en Carquemis en 605 a. de J.C. Este torbellino no solamente daña a la gente, sino que resulta en la matanza de fieras, que también es condenada. Este es un correctivo necesario para el entendimiento equivocado de que la humanidad es el único interés del Creador. Más bien, toda la creación sufre por causa del pecado, y espera su restauración (Rom. 8:20-22; cf. Gén. 6:5-7).
18-20 Las prácticas de adoración pagana de Babilonia, mencionadas antes (1:16), ahora son pronunciadas con mayor detalle en esta profecía. En este pasaje se declara la vanidad de buscar consejo de una muda creación de manos humanas, en el que el típico Ay … está en un lugar diferente al de los ejemplos anteriores. Algunos han sugerido que corresponde al principio de 2:18, pero no hay evidencia de ms. de esto, ni hay evidencia suficiente de que un autor bíblico estuviera servilmente atado a las normas de esta forma literaria escogida.
En contraste con el ídolo silencioso, la verdadera revelación puede venir solamente de Jehovah mis mo, en cuya presencia todos deben inclinarse en silencio. Este silencio no es de objetos inanimados sino de adoradores llenos de temor reverencial ante el Dios vivo y verdadero (cf. Sal. 46:10; Isa. 41:1) en vez de ante ídolos falsos, muertos y que traen muerte. No solamente Israel, sino toda la creación se quedará muda en la presencia de el Unico.
Este versículo sirve como transición de las obras pecaminosas de los opresores de Israel a los hechos poderosos de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
o 46 Isa 14:4; Miq 2:4
p 47 Pro 22:16; Stg 5:4
q 48 Sal 94:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
¡Ay. Este término de condenación era usado también en los lamentos de los funerales (v. coment. en Nah 3:1). Con esta expresión se da comienzo a cinco condenaciones contra los babilonios (vers. 9, 12, 15, 19).
Fuente: La Biblia de las Américas
todos éstos. Todas las víctimas de las injusticias descritas en el canto de los vv. Hab 2:6-20. Los ¡ayes! son dirigidos contra cinco diferentes clases de inicuos: usureros ambiciosos (vv. Hab 2:6-8); extorsionadores que se creían seguros (vv. Hab 2:9-11); reyes que edifican ciudades con la sangre y el sudor de los desafortunados (vv. Hab 2:12-14; Joacim malgastó los fondos del estado y usó a esclavos para construir un nuevo palacio para sí); personas concupiscentes que usaban el alcohol como preludio para la perversión (vv. Hab 2:15-17); e idólatras que adoraban objetos mudos (vv. Hab 2:18-20). Estos ¡ayes! no son pronunciados sólo contra los babilonios, sino también contra los israelitas que practicaban esas abominaciones.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., dirá
Lit., pesado