Comentario de Zacarías 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En el mes octavo del segundo año de Darío, vino la palabra de Jehovah al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Ido, diciendo:
En el octavo mes. Zac 1:7; Zac 7:1; Esd 4:24; Esd 6:15; Hag 1:1, Hag 1:15; Hag 2:1, Hag 2:10, Hag 2:20.
profeta Zacarías. Esd 5:1; Mat 23:35; Luc 11:51.
hijo de Iddo. Neh 12:4, Neh 12:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Zacarías exhorta al arrepentimiento, Zac 1:1-6.
La visión de los caballos, Zac 1:7-11.
Por la oración del ángel Dios hace promesas a Jerusalén, Zac 1:12-17.
La visión de los cuatro cuernos y de los cuatro carpinteros, Zac 1:18-21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
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EL ESTÍMULO Y LA ESPERANZA SON LOS TEMAS FUNDAMENTALES DE LAS profecías de Zacarías. El profeta Zacarías fue uno de los tres profetas, junto con Hageo y Malaquías, que ministraron a los exiliados que regresaron a Jerusalén. Estos exiliados se encontraron con las ruinas de lo que alguna vez fue una ciudad esplendorosa y un Templo glorioso. Habían muchas razones para estar triste, pero Zacarías motivó a los exiliados con visiones de juicio sobre los enemigos de Israel y de la completa restauración de la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, la visión más conmovedora de todas fue la predicción de la venida de un Rey, el Mesías, quien traería salvación eterna y el reino eterno prometido.
Zacarías vivió y profetizó durante el período que siguió al cautiverio de Babilonia (597-538 a.C. Jeremías había predicho que los israelitas volverían a la tierra prometida después de setenta años de disciplina en el cautiverio. Dios comenzó a cumplir esta promesa cuando levantó a Ciro el rey de Persia, cuyas proezas militares causaron la captura de Babilonia en el 539 a.C. Luego de su victoria, Ciro decretó que toda la gente exiliada podía volver a su lugar de origen. El pueblo de Judá estaba entre aquellos que se beneficiaron de esta revocación de la política de Babilonia. El primer grupo de israelitas regresó bajo el liderazgo de Sesbasar (Esd 1:8) en el 537 a.C. El altar para el Templo fue edificado durante el otoño de ese año, pero la construcción del Templo no comenzó sino hasta la primavera del 536 a.C.
La oposición a la reconstrucción del Templo por parte de los enemigos de los judíos que vivían en Judá y en sus alrededores resultó en el abandono de la obra hasta el 520 a.C. Durante estos dieciséis años de abandono el pueblo de Judá perdió su visión y su sentido de propósito espiritual. Su retraso trajo como consecuencia el castigo divino (Hag 1:11; Hag 2:17). Aunque las cosechas fracasaron y la gente se debilitó, no se arrepintieron hasta que Dios levantó dos profetas para hacerlos volver a Él. En el año 520 a.C. Hageo llamó a los israelitas a reconocer sus prioridades espirituales y a reconstruir el Templo. Zacarías inició su ministerio profético precisamente dos meses después de Hageo (cf. Zac 1:1 con Hag 1:1).
Los ministerios de Hageo y de Zacarías no cesaron cuando se inició la obra del Templo con seriedad. Los profetas continuaron motivando a la gente. Los mensajes de Hageo se entregaron en el año 520 a.C. la última profecía de Zacarías se pronunció en el año 518 a.C. (Zac 7:1). Con el pueblo comprometido a restaurar el Templo y el culto a Jehová, Dios derramó su bendición sobre un pueblo arrepentido y espiritualmente revitalizado. El Templo se terminó en el 515 a.C. y se dedicó nuevamente con gran regocijo.
Las profecías de Zacarías tenían dos propósitos. Primero, desafiaban a los exiliados que regresaban para que se volvieran a Dios, para ser limpios de sus pecados y para que experimentaran, una vez más, las bendiciones de Jehová (Zac 1:3). Segundo, las palabras de Zacarías consolaban y animaban al pueblo con respecto a la reconstrucción del Templo y a la futura obra de Dios en medio de su pueblo (Zac 1:16, Zac 1:17; Zac 2:12; Zac 3:2; Zac 4:9; Zac 6:14, Zac 6:15).
En los primeros capítulos, Zacarías alienta al pueblo enfocándose en la elección de Jerusalén por parte de Dios (Zac 1:17; Zac 2:12; Zac 3:2). Jehová no ha dejado de lado al pueblo de su antiguo su pacto. A través de Zacarías, Dios no sólo confirma la elección divina de Jerusalén, sino que también prometió que estaría con el pueblo que regresó y que moraría en medio de ellos (Zac 2:10, Zac 2:11; Zac 8:3, Zac 8:23). A través de su presencia Dios cumpliría una obra milagrosa. En la segunda mitad del libro, Zacarías detalla los futuros tratos de Dios con su pueblo escogido dando a conocer la derrota de los enemigos de Israel, la futura gloria de Sion y el reinado universal del Mesías. Este es el tema principal del libro: la completa restauración del pueblo de Dios ocurriría con la obra redentora y liberadora del Mesías que vendría.
Zacarías enseña bastante respecto a la primera y Segunda Venida de Jesús, el Mesías. Él se refiere al Mesías como el «Renuevo» (Zac 3:8), el «siervo» de Dios (Zac 3:8), y el «Pastor» de Dios (Zac 13:7). También hay una alusión al ministerio del Mesías como sumo sacerdote en el Zac 6:13 (Heb 6:20; Heb 7:1). Además, él profetizó la entrada del Mesías a Jerusalén sobre un pollino (Zac 9:9; Mat 21:4, Mat 21:5; Jua 12:14-16), la traición por treinta piezas de plata (Zac 11:12, Zac 11:13; Mat 27:9, Mat 27:10), la perforación de sus manos y pies (Zac 12:10; Jua 19:37) y la purificación del pecado provista por su muerte (Zac 13:1; Jua 1:29; Tit 3:5). En efecto, los capítulos Zac 9:1-17 al Zac 14:1-21 de Zacarías constituyen la sección más citada de los profetas en las narrativas de los Evangelios. Con respecto a la Segunda Venida del Mesías, Zacarías profetizó dicho evento futuro como la conversión de Israel (Zac 12:10-14; Zac 13:1, Zac 12:9; Rom 11:26), la destrucción de los enemigos de Israel (Zac 14:3, Zac 14:12-15; Apo 19:11-16) y el reinado de Cristo en una nueva Jerusalén (Zac 14:9, Zac 14:16; Apo 20:4-6).
Junto con su énfasis en el Mesías, Zacarías da, apropiadamente, un mensaje importante acerca del plan de Dios para la salvación. La importancia del arrepentimiento y de volverse a Jehová de los ejércitos se enfatiza en la introducción (Zac 1:3-6). Luego, en el Zac 3:1-5, Zacarías proporciona una ilustración impresionante de la remoción del pecado y de la atribución de la justicia. El hecho de quitar las vestiduras viles del sumo sacerdote y de proporcionarle ropas de gala ilustra la obra de Cristo. A través de su muerte expiatoria, Cristo nos despoja de nuestros viles pecados y nos viste con su justicia. De esta forma, nosotros podemos acercarnos a nuestro santo Dios.
La verdadera religión, según Zacarías, no se encuentra meramente en actos externos de piedad religiosa, sino que está basada en una relación personal con Dios (Zac 7:5-7). Dicha relación con Dios debería cambiar la actitud de cada cual para con su prójimo. Al igual que los profetas que lo precedieron, Zacarías condenó los actos de opresión a la viuda, al huérfano, al extranjero y al pobre (Zac 7:10). Como un predicador de la rectitud, él llamó al pueblo de Dios a volver a las virtudes de la justicia, bondad, compasión y verdad (Zac 7:9; Zac 8:16).
El nombre Zacarías significa: «Jehová recuerda». Esta frase poderosa comunica un mensaje de esperanza: el Dios de Israel se acordará de su pueblo misericordiosamente. El profeta se identifica como el «hijo de Berequías, hijo de Iddo». Iddo estaba entre los jefes de las familias sacerdotales que volvieron de Babilonia a Judá. Zacarías, entonces, era un miembro de la tribu de Leví y probablemente servía como sacerdote y como profeta. Él comenzó su ministerio profético dos meses después de que su contemporáneo Hageo había concluido su primer oráculo.
Aquellos que cuestionan la unidad y autoría singular de Zacarías, usualmente argumentan que los capítulos Zac 9:1-17 al Zac 14:1-21 datan del período helenístico (331-167 a.C. o del período de los macabeos (167-73 a.C. La referencia a «Grecia» en el Zac 9:13 se ha citado frecuentemente como evidencia para una fecha posterior, después de las conquistas de Alejandro Magno (alrededor del 330 a.C. Sin embargo, la influencia griega era marcada en el antiguo Medio Oriente tan temprano como en el siglo VII a.C. A Grecia la menciona el profeta Isaías del siglo VIII (Isa 66:19, en donde se hace referencia a Grecia como Javán) y el profeta Ezequiel del siglo VI (Eze 27:13, Eze 27:19 como Javán). Aquellos que se inclinan por la unidad del libro generalmente indican que este se terminó entre el 500 y el 470 a.C. Zacarías comienza su ministerio profético en el segundo año del rey persa Darío (522-486 a.C. y su última profecía con fecha se pronunció dos años después, en el 518 a.C.
Bosquejo
I. Llamado a arrepentirse Zac 1:1-6
II. Las visiones de Zacarías Zac 1:7-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-15
A. Una visión de caballos Zac 1:7-17
B. Una visión de cuernos Zac 1:18-21
C. Una visión de un inspector Zac 2:1-13
D. Una visión del sumo sacerdote Zac 3:1-10
E. Una visión de un candelabro y dos olivos Zac 4:1-14
F. Una visión de un rollo que vuela Zac 5:1-4
G. Una visión de una mujer en un efa Zac 5:5-11
H. Una visión de cuatro carros Zac 6:1-8
I. La coronación de Josué Zac 6:9-15
III. Una pregunta sobre el ayuno Zac 7:1-14; Zac 8:1-23
A. Una pregunta de un grupo de delegados de Bet-el Zac 7:1-3
B. La reprobación del ritualismo vacío por parte de Jehová Zac 7:4-14
C. La futura restauración de Sion Zac 8:1-23
IV. Una profecía concerniente a las naciones y a Israel Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17
A. Un himno del guerrero divino Zac 9:1-17
B. Un plan para la restauración Zac 10:1-12
C. El rechazo del buen pastor Zac 11:1-17
V. Una profecía con respecto al futuro de Israel Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21
A. La liberación física de la nación Zac 12:1-9
B. La renovación espiritual de la nación Zac 12:10-14; Zac 13:1-6
C. El destino del pastor y del rebaño Zac 13:7-9
D. La Segunda Venida del Mesías Zac 14:1-7
E. El reinado del Mesías Zac 14:8-11
F. El juicio de los enemigos de Israel Zac 14:12-15
G. La adoración en el Reino del Mesías Zac 14:16-21
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
La primera sección del libro presenta al profeta (Zacarías) y a su mensaje (una invitación a regresar a Jehová de los ejércitos).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El mes octavo corresponde a octubre-noviembre de nuestro calendario.
Darío gobernó Persia desde el 522 al 486 a.C. Por lo tanto, su año segundo fue el 520 a.C. El nombre Zacarías significa «Jehová recuerda», enfatizando la fidelidad de Dios a las promesas de su pacto y a su pueblo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EN EL OCTAVO MES… VINO PALABRA DE JEHOVÁ AL PROFETA ZACARÍAS. En noviembre de 520 a.C., alrededor de un mes después de la segunda profecía de Hageo (véase Hag 2:1), Dios levantó a Zacarías, un hombre más joven, para que ayudara a Hageo a alentar al pueblo para que reedificara el templo. Los primeros seis capítulos incluyen una serie de ocho visiones nocturnas dadas durante los primeros dos años de la reedificación. Esas visiones estimulaban al pueblo a considerar lo que estaba haciendo a la luz del plan de Dios de traer en el futuro una mayor restauración, que sería espiritual. Tanto la primera como la segunda venida de Cristo están a la vista en estas profecías.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Introducción a Zacarías
Bosquejo
I. Primera parte: Palabras proféticas en el contexto de la reconstrucción del templo (520-518 a.C.) (Zac 1:1-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-15; Zac 7:1-14; Zac 8:1-23)
A. Introducción (Zac 1:1-6)
B. Serie de ocho visiones nocturnas (Zac 1:7-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-8)
1. Visión del jinete entre los mirtos (Zac 1:7-17)
2. Visión de los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros (Zac 1:18-21)
3. Visión de un hombre midiendo a Jerusalén (Zac 2:1-13)
4. Visión de la limpieza de Josué, el sumo sacerdote (Zac 3:1-10)
5. Visión del candelabro de oro y los dos olivos (Zac 4:1-14)
6. Visión del rollo que volaba (Zac 5:1-4)
7. Visión de la mujer en un cesto (Zac 5:5-11)
8. Visión de los cuatro carros (Zac 6:1-8)
C. La coronación de Josué como sumo sacerdote, y su importancia profética (Zac 6:9-15)
D. Dos mensajes (Zac 7:1-14; Zac 8:1-23)
1. El ayuno y la justicia social (Zac 7:1-14)
2. La restauración de Sion (Zac 8:1-23)
II. Segunda parte: Palabras proféticas respecto a Israel y al Mesías venidero (sin fecha) (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21)
A. La primera profecía del Señor (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17)
1. La intervención triunfal del Señor (Zac 9:1-10)
2. El anuncio de la salvación mesiánica (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12)
3. El rechazo del Mesías (Zac 11:1-17)
B. La segunda profecía del Señor (Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21)
1. El lamento y la conversión de Israel (Zac 12:1-14; Zac 13:1-9)
2. La entronización del Mesías-Rey (Zac 14:1-21)
Autor : Zacarías
Tema : La terminación del templo y las promesas mesiánicas Fecha: 520-470 a.C.
Trasfondo
El primer versículo identifica al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Iddo (Zac 1:1), como el autor del libro. El libro de Nehemías declara además que Zacarías era el jefe de la familia sacerdotal de Iddo (Neh 12:16), indicando que era de la tribu de Levi y sirvió en Jerusalén después del exilio como sacerdote y profeta.
Zacarías fue un contemporáneo más joven del profeta Hageo. Esdras Esd 5:1 afirma que ambos fueron profetas que animaron a los judíos en Judá y Jerusalén a continuar la reconstrucción del templo en los días de Zorobabel (el gobernador) y Josué (el sumo sacerdote). Así que el ambiente histórico para los caps. Zac 1:1-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-15; Zac 7:1-14; Zac 8:1-23 (fechados en 520-518 a.C.) es idéntico al de Hageo (véase introducción a Hageo). Como resultado del ministerio profético de Zacarías y Hageo, se completó y se dedicó el templo en 516/515 a.C.
Aunque Zacarías era joven (cf. Zac 2:4) cuando profetizó con Hageo, parece que ya era anciano cuando escribió los caps. Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21 (fechado por la mayoría de los eruditos entre 480-470 a.C.). Toda la profecía de Zacarías se proclamó en Jerusalén a los 50.000 judíos exiliados que habían regresado a Judá en la primera etapa de la restauración. El NT indica que al fin, Zacarías el hijo de Berequías fue asesinado «entre el templo y el altar» (i.e., el lugar de intercesión) por funcionarios del templo hostiles (Mat 23:35), de modo semejante a la muerte de un hombre de Dios anterior que tenía el mismo nombre (véase 2Cr 24:20-21).
Propósito
El doble propósito de Zacarías al escribir corresponde a las dos partes principales del libro:
(1) Los caps. 1-8 se dieron para animar al remanente judío en Judá a continuar la construcción del templo sin dejarla hasta que se completara la tarea.
(2) Los caps. 9-14 se dieron para animar al mismo pueblo que, después de completar el templo, se sintieron desanimados cuando el Mesías no apareció de inmediato, y para revelar lo que significará cuando el Mesías sí venga.
Visión panorámica
El libro se divide en dos partes principales:
(1) La primera parte (caps. 1-8) comienza con la exhortación a los judíos a que se vuelvan al Señor para que Él se pueda volver a ellos (Zac 1:1-6). Mientras animaba al pueblo a terminar la reconstrucción del templo, el profeta Zacarías recibió una serie de ocho visiones (Zac 1:7-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-8), que aseguraron a la comunidad judía de Judá y Jerusalén que Dios se interesaba en su pueblo y era soberano sobre su destino. Las primeras cinco visiones comunicaban esperanza y consuelo; las últimas tres visiones trataban del juicio. La cuarta visión contiene una importante profecía mesiánica (Zac 3:8-9). La escena de la coronación en Zac 6:9-15 es una profecía mesiánica típica del AT. Dos mensajes (caps. Zac 7:1-14; Zac 8:1-23) proveían perspectivas presentes y futuras a los lectores originales.
(2) La segunda parte (caps. 9-14) contiene dos grupos de profecías apocalípticas, cada uno de los cuales se introduce con la frase «profecía de la palabra de Jehová» (Zac 9:1; Zac 12:1).
La primera profecía (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17) incluye promesas de la salvación mesiánica para Israel, revelando que el futuro Mesías-Pastor, que realizaría esa salvación, primero sería repudiado y herido (Zac 11:4-17; cf. Zac 13:7).
La segunda profecía (Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21) enfocaba la restauración y la conversión de Israel. En una profecía asombrosa, Dios predijo que Israel se lamentaría de Dios mismo «a quien traspasaron» (Zac 12:10). En aquel día se abriría una fuente para limpieza del pecado para la casa de David (Zac 13:1); Israel diría: «Jehová es mi Dios» (Zac 13:9), y el Mesías reinaría como rey sobre Jerusalén (cap. Zac 14:1-21).
Características especiales
Seis aspectos o énfasis especiales caracterizan el libro de Zacarías:
(1) Es el más mesiánico de todos los libros del AT en el sentido de que sus muchas referencias claras al Mesías ocurren en catorce capítulos. Sólo Isaías (en sesenta y seis capítulos) contiene más profecías acerca del Mesías que Zacarías.
(2) Entre los profetas menores, contiene las profecías más detalladas y completas respecto a los sucesos del tiempo del fin.
(3) Representa la combinación más bien lograda de los papeles de sacerdote y profeta de la historia de Israel.
(4) Más que ningún otro libro del AT, sus visiones y su lenguaje muy simbólico lo asemejan a los libros apocalípticos de Daniel y Apocalipsis.
(5) Registra un ejemplo atrevido de sarcasmo divino en la profecía acerca de la traición del Mesías por treinta piezas de plata, refiriéndose a ella como el «¡hermoso precio con que me han apreciado!» (Zac 11:13).
(6) La profecía de Zacarías del Mesías en el cap. Zac 14:1-21 como el gran Guerrero-Rey que gobierna a Jerusalén es una de las más majestuosas del AT.
Cumplimiento en el Nuevo Testamento
Hay aplicaciones profundas de Zacarías en el NT. La combinación en la vida de Zacarías del sacerdote y el profeta puede haber contribuido a la interpretación neotestamentaria de Cristo como sacerdote y profeta. Zacarías también profetizó acerca de la muerte expiatoria de Jesús a manos de los judíos, que en el tiempo del fin hará que Israel se aflija, se arrepienta y sea salvo (Zac 12:10-14; Zac 13:1-9; Rom 11:25-27). Sin embargo, la contribución más evidente de Zacarías tiene que ver con sus numerosas profecías acerca del Mesías, que los escritores del NT citan como cumplidas en Jesucristo. Entre ellas están:
(1) Vendrá de manera humilde (Zac 9:9; Zac 13:7; Mat 21:5; Mat 26:31; Mat 26:56).
(2) Restaurará a Israel por la sangre de su pacto (Zac 9:11; Mar 14:24).
(3) Será Pastor de las ovejas descarriadas y vagabundas de Dios (Zac 10:2; Mat 9:36).
(4) Será traicionado y repudiado (Zac 11:12-13; Mat 26:15; Mat 27:9-10).
(5) Será traspasado y herido (Zac 12:10; Zac 13:7; Mat 24:30; Mat 26:31; Mat 26:56).
(6) Regresará en gloria para librar a Israel de sus enemigos (Zac 14:1-6; Mat 25:31; Apo 19:15).
(7) Gobernará como rey en paz y justicia (Zac 9:9-10; Zac 14:9; Zac 14:16; Rom 14:17; Apo 11:15).
(8) Establecerá su reino glorioso para siempre sobre todas las naciones (Zac 14:6-19; Apo 11:15; Apo 21:24-26; Apo 22:1-5).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
1. Visiones simbólicas.
Los c.1-6 presentan una serie de visiones simbólicas en las que se encarece la salvación del pueblo judío y la humillación de sus enemigos. La Providencia divina prepara misteriosamente la glorificación de los suyos. El profeta con estas visiones no quiere sino levantar los ánimos de sus compatriotas, haciéndoles pensar en el glorioso futuro que espera al pueblo elegido después de tantas pruebas.
Exhortación a la penitencia (1-6).
1 El octavo mes del año segundo de Darío llegó la palabra de Yahvé a Zacarías, hijo de Baraquías, hijo de Iddo, el profeta, diciendo: 2 Yahvé se irritó fuertemente contra vuestros padres. 3 Diles, pues: Así dice Yahvé de los ejércitos: Volveos a mí, dice Yahvé de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice Yahvé de los ejércitos. 4 No seáis como vuestros padres, a quienes vocearon los primeros profetas, diciendo: Así dice Yahvé de los ejércitos: ¡Convertios de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras! Pero ellos no atendieron, no me escucharon, dice Yahvé de los ejércitos. 5 Vuestros padres, ¿dónde están? Y los profetas, ¿viven siempre? 6 Pero mis palabras y mis mandatos, lo que mandé yo a mis siervos los profetas, ¿no alcanzó acaso a vuestros padres? Por eso se convirtieron y se dijeron: Ha hecho Yahvé de los ejércitos con nosotros tal como, según nuestros caminos, decretó tratarnos.
Este primer oráculo, o exhortación a la penitencia, tuvo lugar entre octubre-noviembre del 520 a.C. (octavo mes del segundo año de Darío, v.1). Luego la iniciación del ministerio profético comenzó unos meses después de la de Ageo. Las circunstancias históricas son las mismas: Judá está bajo el dominio persa, y la vida de la comunidad se desenvuelve en la mayor penuria económica y política, pues los enemigos circunvecinos hacen todo lo posible por evitar que la comunidad de repatriados se organice con vigor. Zacarías es de la clase sacerdotal1, pero se le llama enfáticamente el profeta por su misión excepcional de mensajero de Dios.
El discurso de exhortación a la penitencia (v.2-6) es como una introducción teológica a la colección de oráculos visionarios que contiene el libro. El profeta insiste en el castigo infligido a los antepasados como lección para los presentes. Para ello recalca que la sociedad organizada y aparentemente gloriosa antigua ha desaparecido: Vuestros padres, ¿donde están? (v.6). La situación ahora es bien triste, pues toda la grandeza, orgullo de las generaciones pasadas, ya no existe.
Por otra parte, no deben hacerse ilusiones, pues puede llegar el momento en que Dios abandone a su pueblo y le retire sus enviados los profetas: y los profetas, ¿viven siempre? Ciertamente que sus predicciones se cumplen infaliblemente, porque son mensajes de Dios; pero ellos mismos no son eternos. Zacarías recuerda que los antepasados reconocieron la mano de Dios en los castigos enviados, y ahora pide a sus contemporáneos que saquen las mismas consecuencias para que Yahvé vuelva a ellos.
Visión de los caballos y los caballeros (7-17).
7 A veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, del año segundo de Darío, fue la palabra de Yahvé a Zacarías, profeta, hijo de Baraquías, hijo de Iddo, diciendo: 8 Vi de noche a un varón que cabalgaba en un caballo rojo y estaba entre los montes en el valle 2; detrás de él había caballos rojos, alazanes y blancos. 9 Yo entonces pregunté: ¿Qué son éstos, mi señor? Y el ángel que me hablaba me dijo: Voy a darte a saber quiénes son éstos; 10 pero el que estaba entre los montes 3 tomó la palabra y dijo: Estos son los que Yahvé ha mandado a recorrer la tierra. 11 Luego hablaron ellos al ángel de Yahvé que estaba entre los montes 4 y le dijeron: Hemos recorrido la tierra, y toda está quieta y tranquila. 12 Y habló el ángel de Yahvé, diciendo: ¡Oh Yahvé de los ejércitos! ¿hasta cuándo no vas a tener piedad de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las que estás irritado desde hace setenta años? 13 Y Yahvé dirigió al ángel que conmigo hablaba palabras amables, palabras consoladoras. 14 El ángel que hablaba conmigo me dijo: Clama diciendo: Así dice Yahvé de los ejércitos: Siento gran amor hacia Jerusalén y hacia Sión, 15 y estoy muy airado contra las naciones que ahora están tranquilas, porque yo estaba un poco airado, pero ellas agravaron el mal. 16 Por tanto, así dice Yahvé: Yo me he vuelto misericordioso hacia Jerusalén, y mi casa será allí reedificada, dice Yahvé de los ejércitos, y sobre Jerusalén se tenderá el cordel. 17 Clama también diciendo: Así dice Yahvé de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades de abundancia de bienes, y Yahvé consolará a Sión y elegirá a Jerusalén.
La visión es complicada y oscura, pues parece retocada en el texto 5. El profeta en esta visión se hace eco de las inquietudes de sus contemporáneos, que están ansiosos de la manifestación de la anunciada era mesiáníca, que debía ser precedida, según las profecías, de una gran conmoción de las naciones. Zacarías quiere salir al paso del desánimo general, y en esta serie de visiones anuncia la futura gloria de Jerusalén y del pueblo elegido después de un juicio punitivo sobre las naciones.
En la primera visión intervienen varios personajes, que complican la escena para después explicar el simbolismo de cada uno. Aparecen claramente en la escena el profeta que recibe la visión; el ángel intérprete, que explica al profeta el sentido de la visión (v.9.13.14), y Yahvé. Pero, además, aparece un ángel de Yahvé, que en los v. 11-12 se identifica con el caballero que está entre los montes. Detrás de él aparecen, según el texto hebreo, tres caballos: rojos, alazanes y blancos (v.8). Según los LXX, son cuatro caballos: rojos, alazanes, manchados y blancos. Y parece mejor este número cuádruple en paralelismo a los cuatro carros del c.6 que deben recorrer la tierra. Por otra parte, Zacarías en su simbolismo tiene preferencia por el número cuatro6. También en nuestro capítulo los caballos deben recorrer la tierra (v.10).
En este supuesto, los cuatro caballos corresponderían a los cuatro puntos cardinales, que debían ser visitados por los emisarios de Dios para que se enterasen de la situación de toda la tierra y lo comunicaran al ángel de Yahvé que estaba entre los montes (v.11). Supuesta esta distribución, el simbolismo es fácil de captar. El ángel de Yahvé, o caballero entre los montes, es el valedor o ángel tutelar de los intereses del pueblo elegido. Los cuatro caballeros son cuatro mensajeros anónimos, que son una dramatización ideal de la Providencia divina, que alcanza a los cuatro confines del orbe (los colores de los caballos son convencionales, para distinguirlos entre sí. Los cuatro mensajeros divinos están a las órdenes del ángel tutelar (ángel de Yahvé o caballero entre los montes) para trasladarse a los cuatro confines del orbe c informarse de su situación y después entregar la información a su jefe ángel de Yahvé; y, en efecto, le dan cuenta de su misión (v.11).
La noticia que traen es poco confortadora para el ángel tutelar de los intereses de la comunidad judía: la tierra está quieta y tranquila; lo que equivalía a decir que las cosas continuarían como hasta ahora, e.d., no se vislumbraba la conmoción deseada entre las naciones como preludio de la era mesiánica. De ahí la angustiosa interrogación del ángel de Yahvé (encarnación de los intereses del pueblo elegido): ¿Hasta cuándo no vas a tener piedad de Jerusalén y de las ciudades de Judá? (v.12). La tranquilidad reinante bajo Darío parece indicar que la situación actual, en plan de inferioridad, de Jerusalén y de Judá va a continuar indefinidamente a pesar de las antiguas promesas de restauración gloriosa después del juicio sobre los pueblos paganos.
En realidad, el castigo sobre Judá sobrepasa ya la antigua profecía de Jeremías, que hablaba de setenta años de opresión y cautividad7, pues Yahvé sigue airado contra Judá desde hace setenta años (v.12). El número setenta indica una amplia generación como en la profecía de Jeremías; pero los años pasan y la restauración gloriosa de Judá no se vislumbra cercana. Esta es la preocupación angustiosa del ángel de Yahvé (caballero entre las montañas), que representa los intereses de Judá. La respuesta de Yahvé es consoladora, y es dirigida directamente al ángel intérprete del profeta: Yahvé dirigió al ángel que conmigo hablaba palabras amables y consoladoras (v.13).
El mensaje de éste es en extremo esperanzador, pues Yahvé declara que siente un amor especial por Jerusalén (v.14), y, por otra parte, va a exigir justicia de las naciones que ahora están tranquilas en razón del enojo transitorio de Yahvé contra su pueblo, permitiendo dominen sobre ella por algún tiempo; pero se han excedido en su papel de instrumentos de su justicia (pero ellas agravaron el mal decretado por Dios contra Judá), y por eso llega la hora de la revancha. Se acerca la hora de la rehabilitación gloriosa de Judá como colectividad. El templo de Yahvé, símbolo de la protección a su pueblo, volverá a reedificarse (v.16), y en Jerusalén se tenderá el cordel para reconstruirla como en los tiempos gloriosos pasados. Y de nuevo rebosarán las ciudades (de Judá) de abundancia de bienes en una nueva teocracia gloriosa 8.
Visión de los cuatro cuernos y de los cuatro. artesanos (18/1-21/4)
18 (1) Luego alcé mis ojos y miré, y vi cuatro cuernos, 19 (2) y pregunté al ángel que hablaba conmigo: Y éstos, ¿qué son? El me respondió: Estos son los cuernos que dispersaron a Judá. 20 (3) Mostróme luego Yahvé cuatro artesanos, 21 (4) y yo pregunté: ¿Qué van a hacer éstos? Me respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá de modo tal, que no pudo ya levantar cabeza, y éstos vienen para rodear9 a aquéllos y destruir los cuernos de las gentes que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.
Estos dos pequeños oráculos desarrollan las ideas de la anterior visión sobre el castigo de las naciones y la resurrección de Judá 10. La ilación con la visión anterior es artificial, pues el profeta las presenta simplemente como un espectador que ve desfilar ante sus ojos diversos cuadros simbólicos. Naturalmente, en la concepción de estas visiones hay mucho de puro artificio literario. El sentido de ambas visiones es claro: el profeta ve primero cuatro cuernos o potencias, que simbolizan el conjunto de poderes o reinos que históricamente han oprimido a Judá. El número cuatro no tiene más misterio que designar los cuatro puntos cardinales, la totalidad de los reinos paganos opuestos al pueblo de Dios 11.
A ellos Dios les opone cuatro artesanos (o trabajadores en piedra, metal o madera) que van a destruir los cuatro cuernos, o potencias paganas opresoras de Judá. Estos cuatro artesanos son cuatro instrumentos de la justicia divina, que bien pueden ser angeles o personificación de fuerzas naturales o sobrenaturales utilizadas por Dios para cumplir su justicia sobre las naciones opresoras paganas.
1 Sobre los nombres que aquí aparecen véase Neh 5:16; Neh 10:35; Neh 12:14. – 2 El TM dice: “entre los mirtos que había en una hondonada o valle.” Así la Bib. de Jér. Los LXX: “entre los montes.” – 3 TM: “mirtos.” – 4 TM: “mirtos.” – 5 La fecha veinticuatro del mes undécimo, que es el de Sebat, puede ser indicación cro-nológica^que afectaba a las seis primeras visiones. El mes Sebat era el undécimo según el calendario asiro-babilónico aceptado, que se distribuía del modo siguiente: i, Nisán; 2, Ijjw, 3, Siwan; 4, Tammuz; 5, Ab; 6, Elul; 7, Tishri; 8, Marjessahwan; 9, Kislew; 10, Tebet; n, Sebat; 12, Adar. – 6 Cf. Zac2,i.3; 6:5. – 7 Cf. Jer 25:12. – 8 Sobre la interpretación de estos símbolos véase el libro de D. buzy Les symboles dans
Fuente: Biblia Comentada
El libro de Zacarías
TítuloLa tradición universal tanto de judíos como de cristianos apoya al profeta Zacarías como autor. Su nombre, común en más de veintinueve hombres del AT, quiere decir «Jehová recuerda». Este libro es el segundo únicamente después de Isaías en la amplitud de los escritos proféticos acerca del Mesías.
Autor y fecha
Al igual que Jeremías y Ezequiel, Zacarías era también un sacerdote (Neh 12:12-16). De acuerdo con la tradición, él era un miembro de la Gran Sinagoga, un concilio de ciento veinte originado por Nehemías y presidido por Esdras. Este concilio más tarde se desarrolló en los ancianos gobernantes de la nación, llamado el sanedrín. Él nació en Babilonia y se unió a su abuelo, Ido, en el grupo de exiliados que regresaron por primera vez a Jerusalén bajo el liderazgo de Zorobabel y Josué el sumo sacerdote (cp. Neh 12:4). Debido a que ocasionalmente es mencionado como el hijo de su abuelo (cp. Esd 5:1; Esd 6:14; Neh 12:16), se piensa que su padre, Berequías, murió a una edad temprana antes que pudiera suceder a su padre en el sacerdocio.
Las palabras de apertura de Zacarías son fechadas desde el 520 a.C., el segundo año de Darío I (cp. Zac 1:1). El emperador persa Ciro había muerto y fue sucedido por Cambises (ca. 530 521 a.C.) quien conquistó Egipto. Él no tenía hijo, se suicidó, y Darío emergió al trono al subyugar una revolución. Era un contemporáneo de Hageo y comenzó a profetizar dos meses después de él (cp. Introducción a Hageo). Es llamado un joven en el Zac 2:4, sugiriendo que Zacarías era más joven que Hageo. El tiempo que duró su ministerio es incierto; la última profecía fechada (Zac 7:1) vino aproximadamente dos años después de la primera, haciéndolas idénticas en tiempo que la profecía de Hageo (520 518 a.C.). Generalmente se piensa que los caps. Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21 vinieron de un período que se llevó a cabo más tarde en su ministerio. Diferencias en estilo y referencias a Grecia indican una fecha de ca. 480 470 a.C., después de Darío I (ca. 521 486 a.C.) y durante el reinado de Jerjes (ca. 486 464 a.C.), el rey que hizo de Ester reina de Persia. De acuerdo a Mat 23:35, él fue asesinado entre el templo y el altar, un destino semejante a un Zacarías que vino antes (cp. 2Cr 24:20-21), quien había sido apedreado hasta la muerte.
Contexto histórico
El contexto histórico de Zacarías es el mismo del de su contemporáneo, Hageo (cp. Introducción a Hageo). En el 538 a.C., Ciro el persa liberó a los cautivos de Israel para reestablecer su tierra (cp. Esd 1:1-4) y alrededor de cincuenta mil regresaron de Babilonia. Ellos inmediatamente comenzaron a reedificar el templo (cp. Esd 3:1-13; Esd 4:1-5), pero la oposición de vecinos, seguida por indiferencia desde adentro, hizo que la obra fuera abandonada (cp. Esd 4:24). Dieciséis años más tarde (cp. Esd 5:1-2), Zacarías y Hageo fueron comisionados por el Señor para motivar al pueblo a reconstruir el templo. Como resultado, el templo fue terminado cuatro años más tarde en el 516 a.C. (Esd 6:15).
Temas históricos y teológicos
Zacarías se unió a Hageo para despertar al pueblo de su indiferencia, retándolos a volver a comenzar la reconstrucción del templo. El propósito primordial de Hageo fue reconstruir el templo; su predicación tiene un tono de reprensión por la indiferencia del pueblo, el pecado y la falta de confianza en Dios. Él fue usado para comenzar el avivamiento, mientras que Zacarías fue usado para que lo mantuviera fuerte con un énfasis más positivo, llamando al pueblo al arrepentimiento y reafirmándole bendiciones futuras. Zacarías buscó alentar al pueblo a edificar el templo a la luz de la promesa de que algún día el Mesías vendría a habitarlo. El pueblo no solo estaba edificando para el presente, sino con la esperanza futura del Mesías en mente. Él alentó al pueblo, aún oprimidos por potencias gentiles (Zac 1:8-12), con la realidad de que el Señor recuerda sus promesas de pacto con ellos y que Él los restauraría y los bendeciría. De esta manera el nombre del libro (el cual quiere decir «Jehová recuerda») contiene en ciernes el tema de la profecía.
Este «Apocalipsis del AT» como se le llama con frecuencia, se relaciona tanto a la audiencia inmediata de Zacarías como también al futuro. Esto emana en la estructura de la profecía misma, debido a que en cada una de las tres secciones principales (caps. Zac 1:1-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-15; Zac 7:1-14; Zac 8:1-23; Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21), el profeta comienza históricamente y después avanza al tiempo del Segundo Advenimiento, cuando el Mesías regrese a su templo para establecer su reino terrenal. El profeta le recordó al pueblo que el Mesías tenía un compromiso tanto a corto como a largo plazo con su pueblo. De esta manera las palabras del profeta eran «buenas palabras, palabras consoladoras» (Zac 1:13) tanto para los exiliados del día de Zacarías como también para el remanente del pueblo escogido de Dios en ese día futuro.
Este libro es el más mesiánico, apocalíptico y escatológico en el AT. Primordialmente, es una profecía de Jesucristo, enfocándose en su gloria vendiera como un medio para consolar a Israel (cp. Zac 1:13; Zac 1:17). Mientras que el libro está lleno de visiones, profecías, señales, visitantes celestiales y la voz de Dios, también es práctico, lidiando con asuntos tales como el arrepentimiento, cuidado divino, salvación y vida santa. La profecía estaba pronta a estar en silencio por más de cuatrocientos años hasta Juan el Bautista, entonces Dios usó a Zacarías para traer un brote rico y abundante de promesa para el futuro para sustentar al remanente fiel a través de esos años de silencio.
Retos de interpretación
Mientras que no hay retos numerosos de interpretación para el lector, dos pasajes dentro de la profecía presentan notable dificultad de interpretación. En el Zac 11:8, el Buen pastor destruyó «a tres pastores en un mes». La presencia del artículo definido apunta a familiaridad, de tal manera que los judíos habrían entendido la identidad de estos pastores sin mayor referencia. No es tan fácil para los lectores modernos entenderlo. Numerosas opciones con respecto a su identidad han sido sugeridas. Una de las más antiguas, y probablemente la posición correcta, los identifica como tres órdenes de líderes: los sacerdotes, ancianos y escribas de Israel. Durante su ministerio terrenal, Jesús también confrontó la hipocresía de los líderes religiosos de Israel (cp. Mat 23:1-39), despojándolos con fuertes denuncias, seguidas por la destrucción de la nación entera en el 70 d.C. Desde su venida, el pueblo judío no ha tenido otro profeta, sacerdote o rey.
Bastante discusión también rodea la identidad del individuo que poseía «heridas en tus manos» (Zac 13:6). Algunos lo han identificado con Cristo, las heridas supuestamente se refieren a su crucifixión. Pero Cristo no podía haber negado que era un profeta, ni pudo haber dicho que era un granjero, o que fue herido en la casa de sus amigos. Obviamente, esta es una referencia a un falso profeta (cp. vv. Zac 13:4-5) quien fue herido en su adoración idólatra. El celo por el Señor será tan grande en el reino del Mesías que los idólatras harán todo intento por esconder su verdadera identidad, pero sus cicatrices serán la evidencia obvia de su iniquidad.
Bosquejo
I) Llamado al arrepentimiento (Zac 1:1-6)
II) Ocho visiones de noche de Zacarías (Zac 1:7 – Zac 6:15)
A) Hombre entre los árboles de mirra (Zac 1:7-17)
B) Cuatro cuernos y cuatro carpinteros (Zac 1:18-21)
C) Hombre con cordel de medir (Zac 2:1-13)
D) Limpieza del sumo sacerdote (Zac 3:1-10)
E) Candelabro de oro y dos árboles de olivo (Zac 4:1-14)
F) Rollo volante (Zac 5:1-4)
G) Mujer en el efa (Zac 5:5-11)
H) Cuatro carros (Zac 6:1-8)
I) Apéndice: Coronación de Josué el sumo sacerdote (Zac 6:9-15)
III) Cuatro mensajes de Zacarías (Zac 7:1 – Zac 8:23)
A) Pregunta del ayuno (Zac 7:1-3)
B) Cuatro respuestas (Zac 7:4 – Zac 8:23)
1. Reprensión por motivos equivocados (Zac 7:4-7)
2. Arrepentimiento requerido (Zac 7:8-14)
3. Restauración de favor (Zac 8:1-17)
4. Ayunos se vuelven fiestas (Zac 8:18-23)
IV) Dos cargas de Zacarías (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21)
A) El rechazo del Mesías en el primer advenimiento (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17)
B) La aceptación del Mesías en el segundo advenimiento (Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21)
ANEXOS
Otros nombres para Jerusalén |
Lit. «La ciudad de paz» La ciudad de nuestro Dios (Sal 48:1) La ciudad del gran Rey (Sal 48:2) La ciudad de Jehová de los ejércitos (Sal 48:8) Salem (Sal 76:2) Sión (Sal 76:2) Ciudad de justicia (Isa 1:26) Ciudad fiel (Isa 1:26) Ariel, esto es, León de Dios (Isa 29:1) La ciudad santa (Isa 52:1) Ciudad de Jehová (Isa 60:14) Hefzi-bá («Mi deleite está en ella») (Isa 62:4) Trono de Jehová (Jer 3:17) Jehová, justicia nuestra (Jer 33:16) Ciudad de perfecta hermosura (Lam 2:15) El gozo de toda la tierra (Lam 2:15) Jehová-sama (Jehová allí) (Eze 48:35) Ciudad de la Verdad (Zac 8:3) Monte de Santidad (Zac 8:3) |
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
octavo mes del año segundo de Darío. Entre octubre y noviembre de 520 a.C. Vea la Introducción: Autor y fecha. Zacarías comenzó su ministerio dos meses después de haberse iniciado el ministerio de Hageo (cp. Hag 1:1) y la reanudación de las labores de reconstrucción del templo (cp. Hag 1:12-15). Los profetas del AT que mencionaban la fecha de sus profecías lo hacían con referencia al dominio de un rey en Israel, Judá o ambas. Hageo y Zacarías son los únicos que colocan fecha a sus profecías de acuerdo con el mandato de un rey gentil, para indicar que había comenzado el tiempo de los gentiles (Luc 21:24). Zacarías. Vea la Introducción: Autor y fecha.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Los primeros seis versículos suministran una introducción a toda la profecía, en la que el profeta llama al pueblo a arrepentirse y nunca más repetir los pecados del pasado cometidos por sus ancestros (cp. 1Co 10:11).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
(520 a.C.)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL RETORNO (Esdras, Ester, Nehemías, Hageo, Zacarías, Malaquías).
INTRODUCCIÓN
1. El nombre Zacarías significa «Jehová recuerda». Era de descendencia sacerdotal (como lo fueron Jeremías y Ezequiel).
2. Josefo nos dice que le mataron más tarde en el templo, por lo que se convirtió en un mártir de Cristo.
3. Fue un contemporáneo de Hageo más joven que él (véase Zac 2:4).
4. Los escritos de Zacarías se asemejan a los de Daniel. Notemos también que:
a. Daniel había nacido en Palestina, pero escribió su profecía en Babilonia.
b. Zacarías había nacido en Babilonia, pero escribió su profecía en Palestina.
5. Zacarías nos recuerda el libro de Apocalipsis.
6. Su libro contiene más pasajes mesiánicos que cualquier otro de los profetas menores. Habla de lo siguiente:
a. Cristo como el Renuevo (Zac 3:8).
b. Cristo como el siervo de Dios (Zac 3:8).
c. Cristo como el pastor herido (Zac 13:7).
d. La entrada triunfal (Zac 9:9).
e. La traición por treinta piezas de plata (Zac 11:12-13).
f. Las manos y pies traspasados de Jesús (Zac 12:10).
g. Su retorno sobre el monte de los Olivos (Zac 14:3-8).
I. Las visiones del profeta (caps. Zac 1:1-21 – Zac 6:1-15). Zacarías recibió diez visiones, todas aparentemente durante la misma noche.
A. El jinete sobre un caballo rojo (Zac 1:7-17).
1. Zacarías ve a un jinete celestial montando un caballo alazán, rodeado de otros jinetes, todos montados sobre caballos de varios colores.
2. Este jinete singular montado sobre el caballo rojo es probablemente Cristo.
3. Los demás jinetes son ángeles «que Jehová ha enviado a recorrer la tierra» (Zac 1:10). Es confortante saber que Dios también tiene a sus «espías espirituales» recorriendo esta tierra pecadora, como lo hace Satanás (véanse Job 1:7; Job 2:2; 1Pe 5:8).
4. El ángel del Señor (Jesús) ora entonces por la atribulada ciudad de Jerusalén y el Padre le asegura que «aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén» (Zac 1:17).
B. Los cuatro cuernos (Zac 1:18-19). Zacarías ve cuatro cuernos de animales y le informan que representan los cuatro poderes mundiales que han dispersado a Judá, Israel y Jerusalén. Estos cuatro cuernos pueden simbolizar lo siguiente:
1. Asiría: que había capturado a Israel, el reino del norte (2Re 17:1-41).
2. Babilonia: que había capturado a Judá, el reino del sur (2Re 24:1-20).
3. Persia: que había planeado en una ocasión destruir a todos los judíos (libro de Ester).
4. Roma: que controlaba la ciudad de Jerusalén y le impuso fuertes impuestos en los días de Cristo.
Estos cuatro cuernos podían, por supuesto, simbolizar los cuatro poderes mundiales mencionados por Daniel. (Véanse Dan 2:37-45; Dan 7:2-8, Dan 7:17-28) Aquí los identificaríamos como Babilonia, Persia, Grecia y Roma.
C. Los cuatro artesanos (Zac 1:20-21). Un artesano es un obrero que trabaja la madera, la piedra o el hierro. Notemos que unas versiones de la Biblia en castellano traducen carpintero y otras herrero.
1. La identidad de estos artesanos. Se han dado dos posibles explicaciones:
a. Que se refieren a los cuatro juicios de que hablan tanto Ezequiel (Zac 14:21) como Juan (Apo 6:1-8). Estos juicios son guerra, hambre, fieras y pestilencia.
b. Que se refieren a los poderes que derrotaron a esas cuatro naciones.
(1) Ciro sería uno, pues él derrotó a Babilonia (Deu 5:1-33).
(2) Alejandro el Grande sería otro, pues él derrotó a Persia (Deu 8:1-20).
(3) Varios generales romanos serían otro, pues ellos subyugaron a Grecia.
(4) Cristo es el otro, pues él destruirá por completo al reavivado Imperio Romano (Apo 19:1-21).
2. El propósito de los artesanos: «Estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla » (Zac 1:21).
D. El agrimensor (Zac 2:1-13).
1. Zacarías ve a un hombre que lleva en su mano una cinta de medir y va camino de Jerusalén. Esta es la segunda de cuatro veces en la Biblia que bien Jerusalén o el templo son medidos.
Notemos:
a. El templo es medido en Jerusalén durante la tribulación (Apo 11:1-2).
b. El templo y la ciudad son medidos durante el milenio (véanse Eze 40:1-49 :).
c. La nueva Jerusalén eterna es medida después del milenio (Apo 21:15).
2. Le dan seguridades a Zacarías en relación con los siguientes emocionantes hechos concernientes a la Jerusalén milenaria:
a. Que la ciudad estará un día tan llena de gente que algunos tendrán que vivir fuera de sus muros, aunque morando en perfecta seguridad.
b. Que Dios mismo sería como un muro de fuego protector.
c. Que él será la gloria de la ciudad.
d. Que cualquiera que los tocare sería como si tocase a la niña de sus ojos. (Véanse también Deu 32:7-10; Sal 17:8.)
3. En los versículos Zac 2:8 y Zac 2:9 de este capítulo tenemos una prueba notable en el Antiguo Testamento concerniente a la Trinidad. Aquí encontramos como Jehová y el Señor hablan separadamente.
4. El versículo Zac 2:12 habla de Palestina como la tierra santa. Este es el único lugar de las Escrituras en que se la llama así.
E. La confrontación en el cielo (Zac 3:1-10). Las vestiduras de Josué el sumo sacerdote. Este es sin duda el capítulo más importante sobre el tema de la salvación en todo el Antiguo Testamento. En esta visión Zacarías ve al sumo sacerdote Josué en la presencia de Dios vestido con ropas muy sucias. Está siendo acusado por Satanás a causa de sus vestiduras sucias. Pero Cristo reprende a Satanás, le quita a Josué sus ropas sucias, y le hace vestir de ropas de gala. Josué es retado entonces a servir a Dios con todo su corazón. Se le promete que un día el Renuevo de Jehová aparecerá para limpiar la tierra de pecado.
Aquí encontramos los siguientes hechos relativos a la salvación:
1. El enemigo de la salvación. Satanás no se halla en el infierno hoy, como popularmente se piensa, sino que tiene acceso a la misma presencia de Dios, donde acusa constantemente a los creyentes. (Véanse también Job 1:1-22; Job 2:1-13; Apo 12:1-18).
2. El agente de la salvación. Es, por supuesto, Cristo Jesús. En el versículo Zac 3:2 tenemos otra prueba de la Trinidad, porque el Señor (Jesús) pide al Padre (Jehová) que reprenda a Satanás.
a. Sus nombres: el Renuevo (Zac 3:8). Es llamado así en cuatro pasajes del Antiguo Testamento.
(1) El retoño de David (Isa 11:1; Jer 23:5; Jer 33:15). Esto corresponde con Mateo, quien le presenta como el Rey de los judíos.
(2) Mi siervo el Renuevo (Zac 3:8). Esto corresponde con Marcos, quien le presenta como un siervo humilde.
(3) El varón cuyo nombre es el Renuevo (Zac 6:12-13). Aquí se relaciona con Lucas, quien le presenta como el hombre perfecto.
(4) El renuevo de Jehová (Isa 4:2). Este tiene que ver con Juan, quien le presenta como Dios Todopoderoso.
(5) La piedra angular (Zac 3:9). (Véanse Isa 28:16; Sal 118:22; Mat 21:42; Hch 4:11; Efe 2:20-21.) Es decir:
(a) Para los gentiles él es la piedra desmenuzadora (Dan 2:34-35; Dan 2:44-45).
(b) Para Israel es piedra de tropiezo (Rom 9:31-33).
(c) Para los creyentes la principal piedra del ángulo (Efe 2:19-22).
b. Su ministerio:
(1) Vestir a los creyentes con ropas de justicia. (Véanse Pro 30:12; Isa 64:6; Isa 4:3-4; Rom 10:1-4; Flp 3:9)
(2) Interceder por todos los creyentes contra las mentiras de Satanás. (Véanse Lev 22:31; Rom 8:34; Hch 7:25; Hch 9:24; 1Jn 2:1)
(3) Iniciar el milenio y reinar durante ese período (véase Apo 11:15-19).
3. El propósito de la salvación (Zac 3:6-7). Estos versículos podríamos parafrasearlos de la siguiente manera: «Si anduvieres en mis caminos y cumplieres el ministerio que te he encargado, tú (Josué) no sólo tendrás el honor de cuidar de mi casa y de mis atrios, sino que cuando termines tu carrera en la tierra, serás promovido a un servicio mayor en los cielos entre los ángeles puros que están en mi presencia, y obedecen mi voz.» (Véanse también Sal 103:20-21; Efe 2:4-10.
F. El candelabro de oro y los dos olivos (Zac 4:1-14). Aquí Zacarías tiene la visión de un candelabro de oro de siete lámparas, alimentadas por una reserva de aceite. A cada lado del candelabro se hallaba un olivo tallado.
1. El candelabro en la Biblia representa el testimonio de Dios en el mundo.
a. Se puede referir a Israel, como lo hace aquí.
b. Se puede referir a la Iglesia, como lo hace en Apo 1:1-20; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22.
2. El aceite de oliva es, por supuesto, un símbolo del Espíritu Santo. (Véanse Lev 4:18; Hch 10:38; Heb 1:9; 1Jn 2:20.) Notemos aquí las palabras de Dios en Zac 4:6 «… No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.»
3. Los olivos se refieren a dos famosos equipos:
a. El equipo histórico de Zorobabel y de Josué.
b. El equipo profético de Elías y Moisés. (Véase Apo 11:1-19.)
G. El rollo que volaba (Zac 5:1-4). Zacarías ve un rollo escrito que volaba de 30 pies (9 m) de largo por 15 pies (4,5 m) de ancho. Representaba la maldición de Dios que alcanzaba a toda la tierra de Israel.
1. El alcance de este juicio. Aunque sólo se mencionan aquí dos de los mandamientos originales, el de jurar en falso (el tercero, Éxo 20:7) y el de hurtar, (el octavo Éxo 20:15), cubren, no obstante, todo el código moral de Dios.
a. El pecado de jurar en falso (usar el nombre de Dios mintiendo) representa todos los pecados contra Dios y es vertical en su naturaleza.
b. El pecado de robar representa todos los pecados contra el hombre y es horizontal en su naturaleza.
2. Los acusados en este juicio. Todos los israelitas que no han sido salvos a lo largo de la historia. (Véanse Rom 9:6; Mat 23:1-39; 1Ts 2:15-16; Eze 11:21; Eze 20:38.)
3. El tiempo del juicio. Después de la tribulación y antes del milenio. (Véase Mat 25:1-30.)
4. El castigo de este juicio. Incluye aparentemente la muerte física y espiritual.
H. La mujer en el efa (Zac 5:5-11). El profeta ve ahora una medida de medir áridos (efa) cubierta por una pesada tapa de plomo. Cuando levantan la tapa ve a una mujer sentada dentro del efa, y le dicen:
1. La mujer dentro del efa representa el pecado y la maldad. La maldad es frecuentemente simbolizada en la Biblia por una mujer (véanse Mat 13:33; Apo 2:20; Apo 17:1-7).
2. La pesada tapa de plomo probablemente simboliza el poder de Dios que frena el mal.
3. Se indica que su destino es Babilonia, donde se dice que (el pecado y la maldad) «le será edificada casa … y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base» (Zac 5:11). Esta declaración puede contener implicaciones históricas y proféticas. Es decir:
a. Histórica: la torre de Babel, donde empezó la rebelión organizada contra Dios (véase Gén 11:1-9).
b. Profética: la ciudad de Babilonia, que puede ser en realidad reedificada durante la tribulación (véase Apo 18:1-24).
I. Los cuatro carros de guerra (Zac 6:1-8). Zacarías ve cuatro carros de guerra manejados por cuatro seres celestiales que salen de entre dos montañas de bronce. Cada carro iba tirado por caballos de diferente color.
Los colores eran rojo, o blanco, negro o gris. Los diferentes símbolos que encontramos aquí pueden significar lo siguiente:
1. Las dos montañas de bronce hablan del juicio de Dios. (Véanse Núm 21:9; Jua 3:14.)
2. Los carros manejados por ángeles representan a los agentes de Dios llevando a cabo varios juicios sobre las naciones gentiles. (Véanse Apo 7:1-3; Apo 8:2, Apo 8:7, Apo 8:10, Apo 8:12; Apo 9:14-15; Apo 11:15, Apo 15:1; Apo 16:1-3.)
3. Los caballos de diferentes colores se relacionan sin duda con aquellos que se mencionan en Apo 6:1-17 :
a. El rojo habla de guerra y derramamiento de sangre (Apo 6:4).
b. El negro habla de hambre (Apo 6:5-6).
c. El blanco nos recuerda a la falsa paz (Apo 6:2).
d. El gris representa a la muerte (Apo 6:8). Nota: Se nos dice que aquellos que «… salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu…» (Apo 6:8). Esto puede referirse al futuro juicio divino sobre Rusia durante la tribulación. (Véase Eze 38:1-23; Eze 39:1-29.)
J. La coronación de Josué (Zac 6:9-15).
1. El Señor le dice a Zacarías que tres expatriados judíos van a regresar pronto a Jerusalén desde Babilonia, llevando ofrendas de oro y plata del remanente que queda allí. Le instruye para que haga una corona de oro con estas donaciones y la ciña sobre las sienes de Josué, explicándole que él representa al futuro Renuevo de Israel, al mismo Mesías.
2. Este bendito Mesías funcionará un día como Sacerdote y Rey, y edificará también el templo de Dios.
3. Se le dice también que estos tres exiliados que regresan representan a otros muchos que un día volverán a Palestina de lejanas tierras. (Véase también Isa 56:6-8.)
II. Las vanidades del pueblo (caps. Zac 7:1-14; Zac 8:1-23).
A. Un grupo de judíos había subido a Jerusalén des de Betel para preguntar a los sacerdotes si podían abandonar la costumbre tradicional de ayunar y afligirse cada año durante el mes de agosto. La Biblia Anotada de Scofield, dice en una nota al pie de la página 931: «La misión de estos judíos del cautiverio tenía que ver con un día de ayuno que el pueblo judío había instituido en memoria de la destrucción de Jerusalén. Ellos lo habían hecho de su propia voluntad, sin un mandamiento expreso de la Palabra de Dios. Al principio es indudable que había sincera contrición en la observancia de dicho ayuno, pero después llegó a ser una mera ceremonia. Los judíos de la dispersión estaban dispuestos a abolirlo, pero para ello querían tener la autorización de los sacerdotes. Todo el asunto, al igual que muchas cosas en el seudocristianismo de nuestros días, era extrabíblico, formalista y fútil.»
B. Dios les dice por medio de los sacerdotes que no importa gran cosa lo que hagan, porque sus corazones no eran sinceros. Les amonesta a que sean honrados en sus tratos con Dios y con sus vecinos.
C. Les promete que, a causa de su gracia, sus días de ayuno llegarán a ser un día celebraciones festivas, y su aflicción se tomará en canto. (Véanse Zac 8:3-5, Zac 8:8, Zac 8:22-23.)
III. La visitación del Príncipe (caps. Zac 9:1-17 — Zac 14:1-21).
A. La primera venida del Príncipe.
1. Él vino cuidar de las ovejas como el Padre le había instruido que lo hiciera (Zac 11:7).
2. Los falsos pastores de Israel, sin embargo, le rechazaron (Zac 11:8).
3. Él después rompió uno de sus cayados y se olvidó de Israel por un tiempo (Zac 11:10). (Véanse también Mat 21:19, Mat 21:42-46, Mat 23:37-39)
4. Terminó su ministerio mediante la entrada triunfal en Jerusalén. «Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna» (Zac 9:9). Esto fue cumplido dramáticamente, por supuesto, en Mat 21:1-11.
5. Fue vendido por treinta piezas de plata (Zac 11:12), el precio que se pagaba por un siervo que hubiera sido acorneado por un buey (Éxo 21:32). Esto fue cumplido en Mat 26:15.
6. Este precio, dado con menosprecio, fue después desechado con mayor desprecio, porque la expresión «échalo» aquí (Zac 11:13) indica un gesto de disgusto (como lo podemos ver por Éxo 22:31; Isa 14:19; 2Sa 18:17; 2Re 23:12). Esta profecía fue cumplida en Mat 27:3-10).
7. A continuación rompió su segundo bastón, significando con ello quizá la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 70 d.C. Esta tragedia terminó con toda la unidad que existía en Israel
8. Él fue finalmente crucificado (Zac 12:10).
B. La Segunda Venida del Príncipe:
1. La sangría del falso pastor.
a. A causa de que rechazaron al buen Pastor en su primera venida, Israel sería entregado por un tiempo a la crueldad del pastor anticristo poco antes de la segunda aparición de su glorioso pastor (Zac 11:15-17).
b. Dos de cada tres perecerán en esta horrible purga (Zac 13:8).
2. El duelo de Israel (Zac 12:10-14). Cuando él vuelva otra vez, Israel finalmente le reconocerá y hará duelo por su horrible crimen de regicidio, por haber matado a su propio Rey. «… Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zac 12:10).
3. La batalla del Armagedón (Zac 12:1-9; Zac 14:1-3, Zac 14:12-15).
4. El arco de la victoria (Zac 10:4). Este arco es, por supuesto, el Hijo de Dios. Estamos seguros de su deidad por la declaración del Padre en Zac 13:7 : «… el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos….» Podemos traducirlo literalmente por «el hombre que es mi igual». Del arco de Dios viene a la tierra esta flecha vengadora.
a. Castiga a aquellas naciones que han perseguido a Israel. (Véanse Zac 9:1-8; Zac 9:12-16)
b. Fortalecerá la casa de Judá y «los llamaré con un silbido, y los reuniré» (Zac 10:8). Nota: Dios había dicho anteriormente que él convocaría a sus enemigos contra ellos silbando (Isa 7:18-19). Ahora convoca a su pueblo de la misma manera para que vuelva a su propia tierra.
c. Finalmente, «hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra» (Zac 9:10).
d. El llevará a cabo todo esto en forma personal y visible (Zac 14:4-8).
5. Las bendiciones de Dios (Zac 9:16-17; Zac 13:1-9; Zac 14:9-11, Zac 14:16, Zac 14:20-21).
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
(520 a.C.)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL RETORNO (Esdras, Ester, Nehemías, Hageo, Zacarías, Malaquías).
INTRODUCCIÓN
1. El nombre Zacarías significa «Jehová recuerda». Era de descendencia sacerdotal (como lo fueron Jeremías y Ezequiel).
2. Josefo nos dice que le mataron más tarde en el templo, por lo que se convirtió en un mártir de Cristo.
3. Fue un contemporáneo de Hageo más joven que él (véase Zac 2:4).
4. Los escritos de Zacarías se asemejan a los de Daniel. Notemos también que:
a. Daniel había nacido en Palestina, pero escribió su profecía en Babilonia.
b. Zacarías había nacido en Babilonia, pero escribió su profecía en Palestina.
5. Zacarías nos recuerda el libro de Apocalipsis.
6. Su libro contiene más pasajes mesiánicos que cualquier otro de los profetas menores. Habla de lo siguiente:
a. Cristo como el Renuevo (Zac 3:8).
b. Cristo como el siervo de Dios (Zac 3:8).
c. Cristo como el pastor herido (Zac 13:7).
d. La entrada triunfal (Zac 9:9).
e. La traición por treinta piezas de plata (Zac 11:12-13).
f. Las manos y pies traspasados de Jesús (Zac 12:10).
g. Su retorno sobre el monte de los Olivos (Zac 14:3-8).
I. Las visiones del profeta (caps. Zac 1:1-21 – Zac 6:1-15). Zacarías recibió diez visiones, todas aparentemente durante la misma noche.
A. El jinete sobre un caballo rojo (Zac 1:7-17).
1. Zacarías ve a un jinete celestial montando un caballo alazán, rodeado de otros jinetes, todos montados sobre caballos de varios colores.
2. Este jinete singular montado sobre el caballo rojo es probablemente Cristo.
3. Los demás jinetes son ángeles «que Jehová ha enviado a recorrer la tierra» (Zac 1:10). Es confortante saber que Dios también tiene a sus «espías espirituales» recorriendo esta tierra pecadora, como lo hace Satanás (véanse Job 1:7; Job 2:2; 1Pe 5:8).
4. El ángel del Señor (Jesús) ora entonces por la atribulada ciudad de Jerusalén y el Padre le asegura que «aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén» (Zac 1:17).
B. Los cuatro cuernos (Zac 1:18-19). Zacarías ve cuatro cuernos de animales y le informan que representan los cuatro poderes mundiales que han dispersado a Judá, Israel y Jerusalén. Estos cuatro cuernos pueden simbolizar lo siguiente:
1. Asiría: que había capturado a Israel, el reino del norte (2Re 17:1-41).
2. Babilonia: que había capturado a Judá, el reino del sur (2Re 24:1-20).
3. Persia: que había planeado en una ocasión destruir a todos los judíos (libro de Ester).
4. Roma: que controlaba la ciudad de Jerusalén y le impuso fuertes impuestos en los días de Cristo.
Estos cuatro cuernos podían, por supuesto, simbolizar los cuatro poderes mundiales mencionados por Daniel. (Véanse Dan 2:37-45; Dan 7:2-8, Dan 7:17-28) Aquí los identificaríamos como Babilonia, Persia, Grecia y Roma.
C. Los cuatro artesanos (Zac 1:20-21). Un artesano es un obrero que trabaja la madera, la piedra o el hierro. Notemos que unas versiones de la Biblia en castellano traducen carpintero y otras herrero.
1. La identidad de estos artesanos. Se han dado dos posibles explicaciones:
a. Que se refieren a los cuatro juicios de que hablan tanto Ezequiel (Zac 14:21) como Juan (Apo 6:1-8). Estos juicios son guerra, hambre, fieras y pestilencia.
b. Que se refieren a los poderes que derrotaron a esas cuatro naciones.
(1) Ciro sería uno, pues él derrotó a Babilonia (Deu 5:1-33).
(2) Alejandro el Grande sería otro, pues él derrotó a Persia (Deu 8:1-20).
(3) Varios generales romanos serían otro, pues ellos subyugaron a Grecia.
(4) Cristo es el otro, pues él destruirá por completo al reavivado Imperio Romano (Apo 19:1-21).
2. El propósito de los artesanos: «Estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla » (Zac 1:21).
D. El agrimensor (Zac 2:1-13).
1. Zacarías ve a un hombre que lleva en su mano una cinta de medir y va camino de Jerusalén. Esta es la segunda de cuatro veces en la Biblia que bien Jerusalén o el templo son medidos.
Notemos:
a. El templo es medido en Jerusalén durante la tribulación (Apo 11:1-2).
b. El templo y la ciudad son medidos durante el milenio (véanse Eze 40:1-49 :).
c. La nueva Jerusalén eterna es medida después del milenio (Apo 21:15).
2. Le dan seguridades a Zacarías en relación con los siguientes emocionantes hechos concernientes a la Jerusalén milenaria:
a. Que la ciudad estará un día tan llena de gente que algunos tendrán que vivir fuera de sus muros, aunque morando en perfecta seguridad.
b. Que Dios mismo sería como un muro de fuego protector.
c. Que él será la gloria de la ciudad.
d. Que cualquiera que los tocare sería como si tocase a la niña de sus ojos. (Véanse también Deu 32:7-10; Sal 17:8.)
3. En los versículos Zac 2:8 y Zac 2:9 de este capítulo tenemos una prueba notable en el Antiguo Testamento concerniente a la Trinidad. Aquí encontramos como Jehová y el Señor hablan separadamente.
4. El versículo Zac 2:12 habla de Palestina como la tierra santa. Este es el único lugar de las Escrituras en que se la llama así.
E. La confrontación en el cielo (Zac 3:1-10). Las vestiduras de Josué el sumo sacerdote. Este es sin duda el capítulo más importante sobre el tema de la salvación en todo el Antiguo Testamento. En esta visión Zacarías ve al sumo sacerdote Josué en la presencia de Dios vestido con ropas muy sucias. Está siendo acusado por Satanás a causa de sus vestiduras sucias. Pero Cristo reprende a Satanás, le quita a Josué sus ropas sucias, y le hace vestir de ropas de gala. Josué es retado entonces a servir a Dios con todo su corazón. Se le promete que un día el Renuevo de Jehová aparecerá para limpiar la tierra de pecado.
Aquí encontramos los siguientes hechos relativos a la salvación:
1. El enemigo de la salvación. Satanás no se halla en el infierno hoy, como popularmente se piensa, sino que tiene acceso a la misma presencia de Dios, donde acusa constantemente a los creyentes. (Véanse también Job 1:1-22; Job 2:1-13; Apo 12:1-18).
2. El agente de la salvación. Es, por supuesto, Cristo Jesús. En el versículo Zac 3:2 tenemos otra prueba de la Trinidad, porque el Señor (Jesús) pide al Padre (Jehová) que reprenda a Satanás.
a. Sus nombres: el Renuevo (Zac 3:8). Es llamado así en cuatro pasajes del Antiguo Testamento.
(1) El retoño de David (Isa 11:1; Jer 23:5; Jer 33:15). Esto corresponde con Mateo, quien le presenta como el Rey de los judíos.
(2) Mi siervo el Renuevo (Zac 3:8). Esto corresponde con Marcos, quien le presenta como un siervo humilde.
(3) El varón cuyo nombre es el Renuevo (Zac 6:12-13). Aquí se relaciona con Lucas, quien le presenta como el hombre perfecto.
(4) El renuevo de Jehová (Isa 4:2). Este tiene que ver con Juan, quien le presenta como Dios Todopoderoso.
(5) La piedra angular (Zac 3:9). (Véanse Isa 28:16; Sal 118:22; Mat 21:42; Hch 4:11; Efe 2:20-21.) Es decir:
(a) Para los gentiles él es la piedra desmenuzadora (Dan 2:34-35; Dan 2:44-45).
(b) Para Israel es piedra de tropiezo (Rom 9:31-33).
(c) Para los creyentes la principal piedra del ángulo (Efe 2:19-22).
b. Su ministerio:
(1) Vestir a los creyentes con ropas de justicia. (Véanse Pro 30:12; Isa 64:6; Isa 4:3-4; Rom 10:1-4; Flp 3:9)
(2) Interceder por todos los creyentes contra las mentiras de Satanás. (Véanse Lev 22:31; Rom 8:34; Hch 7:25; Hch 9:24; 1Jn 2:1)
(3) Iniciar el milenio y reinar durante ese período (véase Apo 11:15-19).
3. El propósito de la salvación (Zac 3:6-7). Estos versículos podríamos parafrasearlos de la siguiente manera: «Si anduvieres en mis caminos y cumplieres el ministerio que te he encargado, tú (Josué) no sólo tendrás el honor de cuidar de mi casa y de mis atrios, sino que cuando termines tu carrera en la tierra, serás promovido a un servicio mayor en los cielos entre los ángeles puros que están en mi presencia, y obedecen mi voz.» (Véanse también Sal 103:20-21; Efe 2:4-10.
F. El candelabro de oro y los dos olivos (Zac 4:1-14). Aquí Zacarías tiene la visión de un candelabro de oro de siete lámparas, alimentadas por una reserva de aceite. A cada lado del candelabro se hallaba un olivo tallado.
1. El candelabro en la Biblia representa el testimonio de Dios en el mundo.
a. Se puede referir a Israel, como lo hace aquí.
b. Se puede referir a la Iglesia, como lo hace en Apo 1:1-20; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22.
2. El aceite de oliva es, por supuesto, un símbolo del Espíritu Santo. (Véanse Lev 4:18; Hch 10:38; Heb 1:9; 1Jn 2:20.) Notemos aquí las palabras de Dios en Zac 4:6 «… No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.»
3. Los olivos se refieren a dos famosos equipos:
a. El equipo histórico de Zorobabel y de Josué.
b. El equipo profético de Elías y Moisés. (Véase Apo 11:1-19.)
G. El rollo que volaba (Zac 5:1-4). Zacarías ve un rollo escrito que volaba de 30 pies (9 m) de largo por 15 pies (4,5 m) de ancho. Representaba la maldición de Dios que alcanzaba a toda la tierra de Israel.
1. El alcance de este juicio. Aunque sólo se mencionan aquí dos de los mandamientos originales, el de jurar en falso (el tercero, Éxo 20:7) y el de hurtar, (el octavo Éxo 20:15), cubren, no obstante, todo el código moral de Dios.
a. El pecado de jurar en falso (usar el nombre de Dios mintiendo) representa todos los pecados contra Dios y es vertical en su naturaleza.
b. El pecado de robar representa todos los pecados contra el hombre y es horizontal en su naturaleza.
2. Los acusados en este juicio. Todos los israelitas que no han sido salvos a lo largo de la historia. (Véanse Rom 9:6; Mat 23:1-39; 1Ts 2:15-16; Eze 11:21; Eze 20:38.)
3. El tiempo del juicio. Después de la tribulación y antes del milenio. (Véase Mat 25:1-30.)
4. El castigo de este juicio. Incluye aparentemente la muerte física y espiritual.
H. La mujer en el efa (Zac 5:5-11). El profeta ve ahora una medida de medir áridos (efa) cubierta por una pesada tapa de plomo. Cuando levantan la tapa ve a una mujer sentada dentro del efa, y le dicen:
1. La mujer dentro del efa representa el pecado y la maldad. La maldad es frecuentemente simbolizada en la Biblia por una mujer (véanse Mat 13:33; Apo 2:20; Apo 17:1-7).
2. La pesada tapa de plomo probablemente simboliza el poder de Dios que frena el mal.
3. Se indica que su destino es Babilonia, donde se dice que (el pecado y la maldad) «le será edificada casa … y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base» (Zac 5:11). Esta declaración puede contener implicaciones históricas y proféticas. Es decir:
a. Histórica: la torre de Babel, donde empezó la rebelión organizada contra Dios (véase Gén 11:1-9).
b. Profética: la ciudad de Babilonia, que puede ser en realidad reedificada durante la tribulación (véase Apo 18:1-24).
I. Los cuatro carros de guerra (Zac 6:1-8). Zacarías ve cuatro carros de guerra manejados por cuatro seres celestiales que salen de entre dos montañas de bronce. Cada carro iba tirado por caballos de diferente color.
Los colores eran rojo, o blanco, negro o gris. Los diferentes símbolos que encontramos aquí pueden significar lo siguiente:
1. Las dos montañas de bronce hablan del juicio de Dios. (Véanse Núm 21:9; Jua 3:14.)
2. Los carros manejados por ángeles representan a los agentes de Dios llevando a cabo varios juicios sobre las naciones gentiles. (Véanse Apo 7:1-3; Apo 8:2, Apo 8:7, Apo 8:10, Apo 8:12; Apo 9:14-15; Apo 11:15, Apo 15:1; Apo 16:1-3.)
3. Los caballos de diferentes colores se relacionan sin duda con aquellos que se mencionan en Apo 6:1-17 :
a. El rojo habla de guerra y derramamiento de sangre (Apo 6:4).
b. El negro habla de hambre (Apo 6:5-6).
c. El blanco nos recuerda a la falsa paz (Apo 6:2).
d. El gris representa a la muerte (Apo 6:8). Nota: Se nos dice que aquellos que «… salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu…» (Apo 6:8). Esto puede referirse al futuro juicio divino sobre Rusia durante la tribulación. (Véase Eze 38:1-23; Eze 39:1-29.)
J. La coronación de Josué (Zac 6:9-15).
1. El Señor le dice a Zacarías que tres expatriados judíos van a regresar pronto a Jerusalén desde Babilonia, llevando ofrendas de oro y plata del remanente que queda allí. Le instruye para que haga una corona de oro con estas donaciones y la ciña sobre las sienes de Josué, explicándole que él representa al futuro Renuevo de Israel, al mismo Mesías.
2. Este bendito Mesías funcionará un día como Sacerdote y Rey, y edificará también el templo de Dios.
3. Se le dice también que estos tres exiliados que regresan representan a otros muchos que un día volverán a Palestina de lejanas tierras. (Véase también Isa 56:6-8.)
II. Las vanidades del pueblo (caps. Zac 7:1-14; Zac 8:1-23).
A. Un grupo de judíos había subido a Jerusalén des de Betel para preguntar a los sacerdotes si podían abandonar la costumbre tradicional de ayunar y afligirse cada año durante el mes de agosto. La Biblia Anotada de Scofield, dice en una nota al pie de la página 931: «La misión de estos judíos del cautiverio tenía que ver con un día de ayuno que el pueblo judío había instituido en memoria de la destrucción de Jerusalén. Ellos lo habían hecho de su propia voluntad, sin un mandamiento expreso de la Palabra de Dios. Al principio es indudable que había sincera contrición en la observancia de dicho ayuno, pero después llegó a ser una mera ceremonia. Los judíos de la dispersión estaban dispuestos a abolirlo, pero para ello querían tener la autorización de los sacerdotes. Todo el asunto, al igual que muchas cosas en el seudocristianismo de nuestros días, era extrabíblico, formalista y fútil.»
B. Dios les dice por medio de los sacerdotes que no importa gran cosa lo que hagan, porque sus corazones no eran sinceros. Les amonesta a que sean honrados en sus tratos con Dios y con sus vecinos.
C. Les promete que, a causa de su gracia, sus días de ayuno llegarán a ser un día celebraciones festivas, y su aflicción se tomará en canto. (Véanse Zac 8:3-5, Zac 8:8, Zac 8:22-23.)
III. La visitación del Príncipe (caps. Zac 9:1-17 — Zac 14:1-21).
A. La primera venida del Príncipe.
1. Él vino cuidar de las ovejas como el Padre le había instruido que lo hiciera (Zac 11:7).
2. Los falsos pastores de Israel, sin embargo, le rechazaron (Zac 11:8).
3. Él después rompió uno de sus cayados y se olvidó de Israel por un tiempo (Zac 11:10). (Véanse también Mat 21:19, Mat 21:42-46, Mat 23:37-39)
4. Terminó su ministerio mediante la entrada triunfal en Jerusalén. «Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna» (Zac 9:9). Esto fue cumplido dramáticamente, por supuesto, en Mat 21:1-11.
5. Fue vendido por treinta piezas de plata (Zac 11:12), el precio que se pagaba por un siervo que hubiera sido acorneado por un buey (Éxo 21:32). Esto fue cumplido en Mat 26:15.
6. Este precio, dado con menosprecio, fue después desechado con mayor desprecio, porque la expresión «échalo» aquí (Zac 11:13) indica un gesto de disgusto (como lo podemos ver por Éxo 22:31; Isa 14:19; 2Sa 18:17; 2Re 23:12). Esta profecía fue cumplida en Mat 27:3-10).
7. A continuación rompió su segundo bastón, significando con ello quizá la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 70 d.C. Esta tragedia terminó con toda la unidad que existía en Israel
8. Él fue finalmente crucificado (Zac 12:10).
B. La Segunda Venida del Príncipe:
1. La sangría del falso pastor.
a. A causa de que rechazaron al buen Pastor en su primera venida, Israel sería entregado por un tiempo a la crueldad del pastor anticristo poco antes de la segunda aparición de su glorioso pastor (Zac 11:15-17).
b. Dos de cada tres perecerán en esta horrible purga (Zac 13:8).
2. El duelo de Israel (Zac 12:10-14). Cuando él vuelva otra vez, Israel finalmente le reconocerá y hará duelo por su horrible crimen de regicidio, por haber matado a su propio Rey. «… Y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zac 12:10).
3. La batalla del Armagedón (Zac 12:1-9; Zac 14:1-3, Zac 14:12-15).
4. El arco de la victoria (Zac 10:4). Este arco es, por supuesto, el Hijo de Dios. Estamos seguros de su deidad por la declaración del Padre en Zac 13:7 : «… el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos….» Podemos traducirlo literalmente por «el hombre que es mi igual». Del arco de Dios viene a la tierra esta flecha vengadora.
a. Castiga a aquellas naciones que han perseguido a Israel. (Véanse Zac 9:1-8; Zac 9:12-16)
b. Fortalecerá la casa de Judá y «los llamaré con un silbido, y los reuniré» (Zac 10:8). Nota: Dios había dicho anteriormente que él convocaría a sus enemigos contra ellos silbando (Isa 7:18-19). Ahora convoca a su pueblo de la misma manera para que vuelva a su propia tierra.
c. Finalmente, «hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra» (Zac 9:10).
d. El llevará a cabo todo esto en forma personal y visible (Zac 14:4-8).
5. Las bendiciones de Dios (Zac 9:16-17; Zac 13:1-9; Zac 14:9-11, Zac 14:16, Zac 14:20-21).
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
Con el nombre de Zacarías nos transmite la Biblia un libro profético de catorce capítulos. Puede decirse, sin embargo, que los comentaristas actuales se manifiestan unánimes en un punto: la diferencia entre los ocho primeros capítulos y el resto de la obra es tan grande en lo que se refiere a situaciones históricas de fondo, estilo, vocabulario y temática, que debemos hablar propiamente de dos libros. A falta de conocer el nombre concreto del profeta autor del que sería el segundo libro (Zac 9:1-17; Zac 10:1-12; Zac 11:1-17; Zac 12:1-14; Zac 13:1-9; Zac 14:1-21), se le empieza a conocer como “Segundo Zacarías”
PRIMER ZACARÍAS (Zac 1:1-21 — Zac 8:1-23)
1. Trasfondo histórico-cultural
a) La historia. En el reinado de Darío I, dos profetas se pisan los talones: a los dos meses de finalizar la profecía de Ageo, comienza la de Zacarías, que prolonga su actividad por dos años, del 520 al 518 a. C. Zacarías refleja, como Ageo, las dos grandes preocupaciones de los judíos de la época: la reconstrucción del Templo y la restauración escatológica.
Comparados con los profetas preexílicos y sus denuncias contra el Templo y contra la actividad desarrollada en él, puede parecer extraña la importancia que Ageo y Zacarías le conceden. Pero es que los tiempos y las circunstancias han cambiado. El problema fundamental de los desterrados que vuelven de Babilonia es reencontrar su propia identidad y reconstruir la comunidad. En este contexto se inserta la preocupación de estos dos profetas por la reconstrucción del Templo. La comunidad de los retornados es débil, pues el destierro había jugado en contra de la cohesión. Por otra parte, la profecía de Ezequiel había impreso a la fe durante el destierro una fuerte dimensión cultual que ahora era difícil de abandonar, so pena de abandonar también la fe.
Pero aun siendo casi idénticos el contexto histórico y las preocupaciones fundamentales, es diversa la sensibilidad de Ageo y Zacarías, y diversos, por tanto, los matices de sus respectivas profecías. La esperanza mesiánica reviste en Zacarías un aliento y una dimensión a más largo plazo. El tema de la reconstrucción del Templo le preocupa, como a Ageo (ver Esd 4:1; Esd 6:14), pero en Zacarías prevalece el de la restauración escatológica; la reconstrucción del Templo pasa a un segundo término.
Zacarías escribe cuando Darío I, una vez sofocadas (no sin violencia) una serie de revueltas, consolida su reinado y, hacia el año 520 a. C., restaura la paz en todo el imperio persa. En cuanto al tema de la repatriación, Darío sigue la misma política tolerante que su antecesor Ciro. Pero la situación anímica de los judíos repatriados ha cambiado: después del primer intento de reconstruir el Templo en el año 537 a. C., desaparece el entusiasmo inicial, cunde el desánimo y los repatriados, ante un cúmulo casi insuperable de dificultades, dejan para tiempos mejores la reconstrucción del Templo y cada uno se dedicó a reconstruir y cuidar lo suyo: su vivienda y sus campos. Así las cosas, era preciso revitalizar aquella comunidad desalentada, infundiéndole esperanza.
b) La persona. El nombre de Zacarías significa en hebreo “el Señor se ha acordado”. Según el encabezamiento del libro (Zac 1:1), Zacarías sería hijo de Berequías y nieto de Idó. Pero si hay que identificarlo (como así parece) con el Zacarías mencionado junto con Ageo en Esd 5:1 y Esd 6:14 como uno de los principales artífices de la reconstrucción del Templo, sería directamente hijo de Idó (Berequías habría entrado aquí de soslayo, por influencia de Isa 8:2). Otros son más concordativos e interpretan el ben Idó de los textos de Esdras como nieto de Idó. La cosa cuadraría perfectamente, quizás demasiado perfectamente.
Si además se trata del mismo Zacarías que aparece en Neh 12:16 como jefe de la familia sacerdotal de Idó, estaríamos ante un profeta de estirpe sacerdotal. Esta procedencia podría ayudar a explicar más y mejor su interés por el culto y el Templo.
2. Aspectos literarios
Los primeros capítulos (Zac 1:1-21 — Zac 6:1-15) de esta parte del libro se estructuran en torno a ocho visiones (o siete, si se admite como añadido posterior la de Zac 3:1-7, que tiene como finalidad la rehabilitación del sacerdocio, y literariamente está compuesta de modo diferente al resto). Son todas ellas visiones de reconstrucción no siempre fáciles de interpretar.
La primera (Zac 1:8-16), la de los caballeros montados en caballos de diferentes colores, describe el castigo de las naciones y la bendición de Jerusalén.
La segunda (Zac 1:18-21), la de los cuatro cuernos y los cuatro herreros, se refiere al castigo de los paganos.
La tercera (Zac 2:1-3), la del hombre cordel en mano para medir Jerusalén va acompañada de una vibrante invitación a que los exiliados retornen del destierro de Babilonia.
La cuarta (Zac 3:1-10) — para algunos de dudosa autenticidad — , la del cambio de las vestiduras sucias del sacerdote Josué por vestiduras limpias, evoca la restauración del sacerdocio en sus funciones institucionales.
La quinta (Zac 4:1-14), la del candelabro de oro, las siete lámparas y los dos olivos, se refiere a la exaltación de Zorobabel (gobernador) y de Josué (sumo sacerdote).
La sexta (Zac 5:1-4), la del rollo lleno de maldades que vuela sobre toda Judá, constituye el anuncio de la eliminación de todo pecador antes de que llegue la salvación.
La séptima (Zac 5:5-11), la de la mujer en el recipiente, simboliza la maldad que emigra hacia un país enemigo, donde se convertirá en falsa divinidad.
La octava (Zac 6:1-8), la de los cuatro carros arrastrados por caballos de distintos colores, significa el cumplimiento universal del programa mesiánico.
El resto de texto (cps. Zac 7:1-14 — Zac 8:1-23) está enmarcado entre una pregunta acerca del ayuno en recuerdo de la destrucción del Templo (Zac 7:3) y la correspondiente respuesta (Zac 8:18-19). En medio de la pregunta y la respuesta hay una crítica al ayuno (Zac 7:4-7) al mejor estilo de Isaías, una exhortación a la justicia acompañada de una lectura religiosa del exilio provocado por los pecados de injusticia (Zac 7:8-14), y una serie de promesas referidas a la prosperidad de Jerusalén (Zac 8:1-17). El texto del Primer Zacarías culmina con cuatro versículos de un especial alcance universalista: la llamada “fórmula del mensajero” — así dice el Señor — anuncia la peregrinación de todos los pueblos al Señor (Zac 8:20-23).
3. Contenido y dimensión religiosa
El estilo del Primer Zacarías puede despistar. Jerónimo, el traductor de la Vulgata, definió el conjunto como “oscurísimo libro del profeta Zacarías”. Tampoco nosotros nos sentimos del todo a gusto con unas formas tan visionarias y, a veces, apocalípticas. Pero en medio de estos géneros proféticos, se contienen interesantes y hermosas dimensiones religiosas:
— Un nuevo acercamiento profético a la realidad del Templo. La situación es nueva, y nueva es la actitud del profeta respecto al Templo. Zacarías ve en la reconstrucción del Templo una ocasión y un símbolo de la reconstrucción de la comunidad. Ocasión, por lo que significa de tarea común, más allá de los intereses particulares (las propias casas y campos); símbolo, por la importancia emblemática del Templo reconstruido.
Por lo demás, Zacarías no lo cifra todo en la simple reconstrucción material del Templo. Su denuncia social, al mejor estilo profético clásico, exige una religión interior con profundas raíces en el espíritu y no se conforma con las manifestaciones externas de puros ritos y cultos (Zac 1:4; Zac 5:3-4; Zac 7:5-10; Zac 8:16-19).
— La presencia de Dios, a pesar de las dificultades. Es verdad que narrativamente se pasa, de una presencia divina más directamente percibida y comunicada, propia de los profetas preexílicos, a una presencia con más intermediarios e intérpretes. Pero, aun así, se percibe vivamente en Zacarías un fuerte sentido de un Dios providente que no abandona ni a su pueblo ni a las naciones.
— Un servidor de la esperanza. Zacarías se presenta como el paladín de una “esperanza activa”. Anuncia para un futuro más o menos lejano una era mesiánica, pero pide que se actúe ya: hay que reconstruir el Templo y hay que reconstruir la comunidad de culto. En cuanto a la esperanza mesiánica, una vez desaparecido el gobernador Zorobabel, se concentra en el sumo sacerdote. Es una esperanza que más tarde encontrará nuevas formas en textos extrabíblicos (el libro de los Jubileos y los escritos de Qumrán) y que la carta a los Hebreos, en el NT, proclama cumplida en Jesús (Heb 3:1-19).
SEGUNDO ZACARÍAS (Zac 9:1-17 — Zac 14:1-21)
La crítica es unánime: esta parte ofrece características tan distintas con relación a la anterior, que no puede ser atribuida a un mismo autor. El trasfondo histórico-cultural no es el mismo: ya no estamos frente al problema de la reconstrucción de la comunidad, de la ciudad y del Templo. El mesianismo se ha desplazado de las personas concretas de Zorobabel y del sacerdote Josué (en la primera parte) a un personaje sin identificar: un rey justo y victorioso, pero al mismo tiempo pobre, cabalgando sobre un asno (Zac 9:9); un rey que en el día del Señor — día de triunfo y de luz — (Zac 14:1; Zac 14:4; Zac 14:6-7; Zac 14:13; Zac 14:20) va a inaugurar un reino mesiánico universal (Zac 14:3; Zac 4:9).
La crítica no se pone de acuerdo, sin embargo, en la fecha de composición, dándose hipótesis extremas: desde quienes defienden una datación preexílica, hasta quienes lo colocan en el siglo II a. C. La opinión que parece más acertada es la que sitúa estos oráculos a finales del siglo IV o principios del III a. C. Y esto, por la referencia concreta al apogeo y caída de la potencia greco-macedónica (Zac 9:1 — Zac 11:3), y porque estos capítulos reflejan disensiones crecientes en el seno de la comunidad judía, que coinciden con las que se dieron en la comunidad postexílica.
Desde el punto de vista literario, el bloque tiene dos partes tan bien definidas que incluso algunos han pensado en un “tercer” Zacarías que sería el autor de Zac 12:1 — Zac 14:21.
a) La primera parte (Zac 9:1 — Zac 11:17) anuncia la intervención definitiva de Dios, una intervención que supone la integración de los pueblos vecinos, una vez vencidos y purificados (Zac 9:1-8). En este contexto surge el rey-mesías que, desde la humildad, instaura el reino ideal (Zac 9:10-17; Zac 10:3 — Zac 11:3), aunque quien de veras realiza la tarea es Dios; todo otro apoyo es falaz (Zac 10:1-2).
b) La segunda parte es una ventana abierta a la esperanza: el pueblo será liberado de los enemigos exteriores y se le dará un espíritu nuevo (Zac 12:1 — Zac 13:9). Todo arrancará de un resto que terminará por acoger de nuevo la alianza (Zac 13:7). Desde ahí, la salvación alcanzará al mundo entero: todos los pueblos se unirán a Israel para confesar el reinado de Dios.
Es claro que el mensaje clave del Segundo Zacarías se centra en el mesianismo. A través de un mesías “no nombrado” el Señor llevará a cabo la salvación, abriéndola a todos los pueblos, si bien con la condición de observar las prescripciones rituales y cultuales judías. Se trata, por tanto, de un “universalismo limitado”.
El mesías “no nombrado”, sí es, sin embargo, tipificado como:
– Mesías-rey, con la particularidad de ser un rey al modo de los “pobres del Señor”.
– Mesías-buen pastor, con claras referencias a los pastores de Eze 34:1-31, abriendo la perspectiva al pastoreo que realiza Dios mismo.
– Mesías-traspasado, cercano a la figura sufriente del Siervo del Señor, presente en los célebres poemas del Segundo Isaías.
Esta rica perspectiva mesiánica hace lógico el uso abundante del Segundo Zacarías en el NT, específicamente en los Evangelios.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— Darío: Se trata de Darío I, rey de los persas. Reinó del año 522 al 486 a. C., por lo que el dato cronológico del texto bíblico coincidiría con nuestros meses de octubre-noviembre del año 520 a. C.
— hijo de Berequías y nieto de Idó: En Esd 5:1 y Zac 6:14 el profeta Zacarías es presentado directamente como hijo de Idó. Probablemente esto sea lo correcto, por lo que el inciso hijo de Berequías constituiría una glosa con origen en Isa 8:2 y que se repite en Mat 23:35.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
el Prologo a Los Capitulos 1-8
Esta pequeña sección nos da las características importantes de la situación en que profetizó Zacarías: sus oyentes son descendientes del pueblo que fue desobediente a las advertencias expresamente dadas por Dios y, por lo tanto, fueron juzgados.
Los eventos ocurrieron en el segundo año del rey Darío I (a saber, octubre-noviembre de 520 a. de J.C.), a 18 años de la llegada de los exiliados de Babilonia. Esta profecía cabe entre las de Hag. 2:1-9 y 2:10-23.
El v. 2 tiene sólo cinco palabras en heb., pero tiene un efecto muy poderoso. Lit. dice: “Enojado con enojo estaba Jehovah con vuestros antepasados.” El énfasis de la palabra “enojo” es inequívoco. Este tema se toma en el v. 15 donde aparece un realce similar sobre el enojo (lit. “Y [con] gran enojo estoy enojado”), pero esta vez el enojo se desvía de Judá hacia las naciones. La Biblia con frecuencia habla del enojo de Dios; no es mal temperamento, sino un enojo justo en contra del pecado. Recordemos a Jesús en el templo (Mar. 11:15-17; cf. Mar. 3:5).
Las palabras de Dios habladas en el pasado no serán contradichas; han perdurado más que vuestros padres (antepasados) desobedientes y aun más que los profetas que pronunciaron las palabras (5). El juicio profetizado cayó sobre el pueblo de Dios (6a). El v. 6b puede ser la continuación del informe de lo que pasó en el pasado (BA), o podríamos concluir la cita después del v. 6a. Por lo tanto, deberíamos comprender que los oyentes de Zacarías se arrepintieron y reconocieron que el juicio de Dios había sido justo.
Nótese cómo el profeta usa la repetición con el fin de recalcar varios aspectos del mensaje: Jehovah de los Ejércitos (o “de las huestes”; es decir, el Señor que conquista a todos los adversarios) ocurre tres veces en el v. 3 solamente; “volverse” ocurre tres veces en los vv. 3 y 4 y se volvieron (“se arrepintieron”) en algunas versiones del v. 6 representa la misma palabra heb. Zacarías es un gran artista y un estudio cuidadoso de su lenguaje es de mucho provecho.
Nota. La RVA traduce “Yahweh de los ejércitos” con la expresión Jehovah de los Ejércitos, que es la que se usa en el comentario. Es apropiado especialmente para el libro de Zacarías, donde los ejér citos juegan una gran parte en las profecías. Este título significa que Dios tiene recursos ilimitados a su disposición.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
ZACARIAS profetizó en Judá aproximadamente en 520 a.C., después del regreso del cautiverio.Ambiente de la época: Los cautivos regresaron de su cautiverio para reconstruir el templo. Pero la obra en el templo se detuvo y el pueblo comenzó a olvidar el servicio a Dios.Mensaje principal: Zacarías, al igual que Hageo, alentó al pueblo para que terminara la reconstrucción del templo. Sus visiones dieron esperanza al pueblo. Le habló al pueblo de un futuro rey que algún día establecería un reino eterno.Importancia del mensaje: Aun en momentos de desilusión y desesperación, Dios está llevando a cabo su plan. Dios nos protege y nos guía; debemos confiar en El y seguirlo.Profeta contemporáneo: Hageo (aproximadamente en 520 a.C.)1.15 Aunque las naciones paganas afligieron al pueblo de Dios más allá de sus intenciones, Dios era capaz de detenerlos. Usó estas naciones para castigar a su pueblo pecador. Cuando las naciones transgredieron su plan y trataron de destruir a Israel como nación, El intervino.1.18-21 Los cuernos eran cuatro potencias mundiales que oprimieron a Israel: Egipto, Asiria, Babilonia y Medo-Persia. Los carpinteros (1.20) eran las naciones utilizadas para derrotar a los enemigos de Israel. Dios las levantó para juzgar a los opresores de su pueblo.1.1 Zacarías nació en Babilonia durante el cautiverio y era muy joven cuando regresó a Jerusalén en 538 a.C. El rey Ciro de Persia derrotó a Babilonia en 539 y decretó que los cautivos podían regresar a su tierra natal. Zacarías y Hageo estaban entre los primeros en regresar. Zacarías, profeta y sacerdote, comenzó su ministerio en la misma época que el profeta Hageo (520-518 a.C.). Su primera profecía la dio dos meses después de la primera profecía de Hageo.1.2-6 De la conocida frase: «De tal palo, tal astilla», se desprende que los hijos salen iguales a los padres. Sin embargo, Dios advirtió a Israel que no fuera como sus antepasados, que lo desobedecieron y cosecharon las consecuencias: juicio. Somos responsables ante Dios por nuestros actos. Ni la herencia ni el ambiente nos pueden atrapar y no podemos utilizar esas excusas para disculpar nuestros pecados. Podemos decidir e ir personalmente a Dios y seguir su camino.1.5, 6 Las palabras que Dios habló, un siglo antes del cautiverio, a través de sus profetas, también eran relevantes para la generación de Zacarías y aun hoy lo son para nosotros. Debemos leer, estudiar y practicar la Palabra de Dios, porque esta prevalece. Aprendamos la lección de la Palabra de Dios y evitemos los errores que otros cometieron.1.7-17 El hombre entre los mirtos era el ángel de Jehová (1.11). Los caballos y sus colores simbolizaban la participación de Dios en los gobiernos del mundo. El significado completo de los colores se desconoce, a pesar de que el alazán (rojizo) a menudo se asocia con la guerra y el blanco con una victoria final.1.11 El ángel de Jehová vio que todas las naciones estaban seguras y en paz mientras que Israel seguía oprimida y despreciada. Pero Dios planeaba un cambio. Liberó a su pueblo y ahora le permitiría volver y reconstruir el templo.1.12 Dios decretó que su pueblo permaneciera cautivo setenta años (Jer 25:11; Jer 29:10). El tiempo se cumplió y el ángel le pidió a Dios que actuara pronto para cumplir lo prometido y que el pueblo regresara a Jerusalén.1.13 El pueblo de Dios vivió setenta años bajo este juicio, durante el cautiverio en Babilonia. Pero ahora Dios habla palabras de consuelo y aliento. Promete sanidad cuando nos volvemos a El (6.1). Si se siente herido y molesto por los acontecimientos de su vida, vuélvase a Dios, El puede sanarlo y consolarlo.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Título Que significa: “Jah Ha Recordado”. Heb.: Zekjar·yáh; Vgc(lat.): Za·cha·rí·as.
(2) “Berekías.” Heb.: Be·rekj·yáh, como en 1Cr 3:20; 1Cr 9:16; Neh 3:4, Neh 3:30; Neh 6:18.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 Esd 4:24; Hag 1:1; Hag 2:10
b 1 Esd 5:1; Zac 1:7
c 2 Neh 12:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
El octavo mes. Este período se encuentra entre el segundo y el tercer mensaje de Hageo.
profeta Zacarías, hijo de Berequías…Iddo. Véase la Vista Panorámica.
Fuente: La Biblia de las Américas
En la primera exhortación se le dice al remanente de Judá que no siga el ejemplo de sus padres, que no se sometieron a la Palabra de Dios que fue entregada por sus mensajeros.
Fuente: La Biblia de las Américas
INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ZACARÍAS
AUTOR: ZacaríasFecha: 520-518 a.C.
Autor El padre de Zacarías, Berequías, probablemente murió cuando joven, lo cual hizo de Zacarías el sucesor inmediato de su abuelo, Iddo (Neh 12:4). Iddo era un sacerdote que había regresado de Babilonia con Zorobabel y Josué y, según la tradición, era miembro de la Gran Sinagoga (el concilio de gobierno de los judíos antes de que se organizase el sanedrín). El nombre Zacarías (usado en el AT por 27 personas) significa «Jehová recuerda». Este Zacarías fue contemporáneo del profeta Hageo (Esd 5:1; Esd 6:14).
Transfondo y propósito Durante el reinado de Ciro, más de 50.000 judíos volvieron a Palestina desde Babilonia en el año 538 a.C. Colocaron los cimientos del Templo en el año 536, pero la oposición detuvo el trabajo por unos 15 años (Esd 1:1-4; Esd 4:1-5). Darío Histaspes (Zac 1:1), coronado en el año 521m confirmo el decreto de Ciro y Zacarías, al igual que Hageo, exhortó al pueblo a terminar el Templo (lo cual hicieron en el año 516).
Cristología del libro Zacarías predijo más tocante al Mesías que ningún otro profeta con la excepción de Isaías. Entre las profecías respecto a la primera venida del Mesías se cuentan: Zac 3:8; Zac 9:9; Zac 9:16; Zac 11:11-13; Zac 12:10; Zac 13:1; Zac 13:6; y las profecías que se cumplirán con la segunda venida incluyen Zac 6:12; Zac 14:1-21.
Contenido Este es un libro de consolación y esperanza: comienza con un llamado al arrepentimiento y concluye con las profecías tocante a la segunda venida y el reinado de Cristo.
BOSQUEJO DE ZACARÍAS
I) El llamado al arrepentimiento, Zac 1:1-6
II) Las visiones de Zacarías, Zac 1:7 – Zac 6:15
A) La visión de los caballos y los jinetes, Zac 1:7-17
B) La visión de los cuatro cuernos y los carpinteros, Zac 1:18-21
C) La visión del cartógrafo, Zac 2:1-13
D) La visión de Josué el sumo sacerdote, Zac 3:1-10
E) La visión del candelero de oro, Zac 4:1-14
F) La visión del rollo volante, Zac 5:1-4
G) La visión de la mujer en el efa, Zac 5:5-11
H) La visión de los cuatro carros, Zac 6:1-8
I) La coronación de Josué, Zac 6:9-15
III) Las preguntas respecto a los ayunos, Zac 7:1 – Zac 8:23
A) Los ayunos, Zac 7:1-3
B) El fracaso del pueblo, Zac 7:4-14
C) El futuro de Jerusalén, Zac 8:1-23
IV) Las profecías tocante al futuro, Zac 9:1 – Zac 14:21
A) La primera profecía, Zac 9:1 – Zac 11:17
1. Las victorias de Alejandro el Magno, Zac 9:1-8
2. Las venidas del Rey, Zac 9:9-10
3. Las victorias de los macabeos, Zac 9:11-17
4. Las bendiciones del Mesías, Zac 10:1-12
5. El rechazo del Pastor, Zac 11:1-17
B) La segunda profecía, Zac 12:1 – Zac 14:21
1. El cuidado de Jehová por Jerusalén, Zac 12:1-14
2. La purificación de Jerusalén, Zac 13:1-9
3. La segunda venida del Señor a Jerusalén, Zac 14:1-21
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
él octavo mes del año segundo. Oct.-nov. de 520 a.C.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
mes octavo… Corresponde a octubre/noviembre.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Esto es, Octubre-Noviembre del 520 a.C.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[3] Is 21, 12; 31, 6.[8] Sobre estos caballos se veían otros tantos personajes, que eran los ángeles protectores de otras naciones y que ejecutan las órdenes de Dios.[12] San Miguel, protector de los judíos.