Comentario de Zacarías 8:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah de los Ejércitos, diciendo:
Como resultado de la bendición de Dios sobre su pueblo obediente, los ayunos anteriores se convertirán en festividades. El ayuno del cuarto mes conmemoraba la brecha en los muros de Jerusalén (Jer 39:2). El ayuno del quinto conmemoraba la destrucción del Templo (2Re 25:8). El ayuno del séptimo conmemoraba el asesinato de Gedalías (2Re 25:25), y el ayuno del décimo conmemoraba el inicio del sitio de Jerusalén por parte de Nabucodonosor (2Re 25:1, 2Re 25:2).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
La cuarta y última respuesta a la delegación de Betel los hace darse cuenta de que los días nacionales de ayuno y lamento serán transformados en fiestas de júbilo y regocijo. En realidad esta fue la respuesta a la pregunta original en Zac 7:3, a saber, que se debían convertir los ayunos en fiestas gozosas a la luz de las bendiciones prometidas por Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Ayunando y festejando
La “contestación” de la pregunta sobre el ayuno (7:3) es que los ayunos llegarán a ser banquetes. Los eventos relacionados con la caída de Jerusalén serán totalmente transformados; serían ocasiones para inspirar el sentir de maravilla ante el perdón y la gracia de Dios. El profeta, inesperadamente, sigue con una promesa aun mayor: todas las naciones (23) buscarán a Dios en Jerusalén, reconociendo que él ha bendecido a su pueblo, los judíos (a saber, el pueblo de Judá). Habrá diez veces más gente de la que ya compone el pueblo de Dios (23). La sección llega a un tremendo clímax al notar el contraste entre la pequeña delegación del 7:2 y esta visión final.