Comentario de Zacarías 11:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Abre tus puertas, oh Líbano, y que el fuego consuma tus cedros!
Oh Líbano. Zac 10:10; Jer 22:6, Jer 22:7, Jer 22:23; Hab 2:8, Hab 2:17; Hag 1:8.
y consuma el fuego. Zac 14:1, Zac 14:2; Deu 32:22; Mat 24:1, Mat 24:2; Luc 19:41-44; Luc 21:23, Luc 21:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La destrucción de Jerusalén, Zac 11:1-2.
Los elegidos son cuidados, el resto son desechados, Zac 11:3-9.
Los callados Gracia y Ataduras son quebrados por el rechazo del Mesías, Zac 11:10-14.
El tipo y maldición de un pastor insensato, Zac 11:15-17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Zacarías registra proféticamente el rechazo del Buen Pastor y la aceptación de un pastor inútil que trae ruina.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Estos versículos introducen el capítulo Zac 11:1-17, exponiendo en forma vívida y con términos poéticos la devastación de la tierra de Israel debido al rechazo del Mesías, el Buen Pastor, por parte de Israel (Zac 11:4-14; Mat 23:37-39). El juicio anticipado aquí probablemente se ejecutó con la destrucción de Jerusalén por los romanos (a.C. 70).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El Líbano era conocido por sus bellos y aromáticos cedros, árboles que fueron utilizados por Salomón en la construcción de su palacio y del Templo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
11. Anuncios de Castigo.
El juicio vengador de Yahvé sobre las naciones paganas (1-3).
1 ¡Abre, Líbano, tus puertas, que el fuego devora tus cedros 2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque han sido abatidos los poderosos. ¡Gemid, encinas de Basan, porque es destruido el bosque impenetrable! 3¡Oyense lamentos de pastores por la ruina de sus riquezas! Oyense rugidos de leones por la ruina de la gloria del Jordán!
La ruina de los grandes imperios es dramatizada de modo solemne en este bellísimo oráculo punitivo. Ha llegado la hora del castigo divino sobre los opresores que parecían omnipotentes. El Líbano es símbolo de las grandes potencias x enemigas de Israel, porque con sus majestuosos cedros parecía simbolizar el orgullo y la insolencia entre los demás árboles modestos (pequeñas naciones). Ahora el profeta, en nombre de Yahvé, invita al llanto al Líbano, porque el fuego va a hacer presa de su colosal bosque. El mismo ciprés (hermano menor del cedro) debe sentirse amenazado al ver al rey de la selva (el cedro) caer abatido.
Las encinas de Basan (símbolo también de la robustez) deben sentirse amenazadas por el incendio que se va a declarar en el Líbano: Gemid, porque es destruido el bosque impenetrable (v.2). La ruina es general, y hasta la gloria del Jordán (v.3), la frondosidad exuberante que rodea al Jordán, sentirá el paso de la mano vengadora efe Yahvé. Como consecuencia, los pastores entonan lamentos desoladores al ver perdidas sus praderías, fuente de sus riquezas. Y hasta los leones que viven en la tupida maleza del Jordán (gloria del Jordán) lanzarán rugidos desesperados al perder sus habituales guaridas 2.
Con todos estos símbolos (cedros del Líbano, encinas de Basan y leones del Jordán) parece que el autor quiere dar a entender la ruina de las naciones enemigas de Israel. No obstante, algunos autores prefieren ver en este fragmento una alusión al castigo que espera a los dirigentes responsables de la ruina de Judá, los pastores y machos,Cabríos a que se alude en 10:3 3.
La alegoría del profeta pastor (4-14).
4 Así dice Yahvé, mi Dios: Apacienta las ovejas para el matadero, 5 las que matan los compradores impunemente, mientras sus vendedores dicen: ¡Bendito sea Yahvé, que me ha enriquecido ! sin que los pastores tengan piedad de ellas; 6 porque no tendré yo piedad de los moradores de la tierra, dice Yahvé, porque yo mismo entregaré a las gentes, cada uno en manos de su pastor y en las manos de su rey, y éstos devastarán la tierra, y yo no la libraré de sus manos. 7 Hícerrie, pues, pastor del rebaño de la matanza para los compradores del rebaño, y tomé dos cayados, dando al uno por nombre “benevolencia” y al otro “unión” y me puse a apacentar el rebaño. 8 En un mes hice desaparecer a tres pastores. Entonces tomé aversión del rebaño, el cual se hastió de mí, 9 y dije: No os apacentaré ya más; la que muera, que muera; la que se pierda, que se pierda, y las que queden, que se coman unas a otras. 10 Tomé luego mi cayado “benevolencia” y lo rompí, para deshacer el pacto que había concertado con todos los pueblos, 11 y quedó deshecho en ese día, y los mercaderes de ovejas que me observaban conocieron que aquello era cosa de Yahvé. 12 Yo les dije: Si queréis, dadme mi salario, y, si no, dejadlo; y me pesaron mi salario, treinta monedas de plata. 13 Y Yahvé me dijo: Tira al tesoro el rumboso precio en que te han apreciado. Y tomando las treinta monedas de plata, las tiré en la casa de Yahvé al tesoro 4. 14 Rompí luego el otro cayado, “unión,” para romper la hermandad entre Judá e Israel.
Esta profecía ha sido calificada por algún autor como la más “enigmática del A.T.” El profeta debe hacer el papel de buen pastort representando a Yahvé; pero, en realidad, su misión, en vez de ser de benevolencia, es de justicia. El pueblo israelita es comparado a un rebaño destinado al matadero, sin que nadie tenga piedad de él: los compradores matan sus ovejas impunemente; los vendedores se alegran de su ganancia, y los mismos pastores no sienten compasión por ellas (v.4-5). El profeta debe presentarse como pastor de este rebaño destinado al matadero.
Yahvé entregará a las gentes del país en manos de pastores y reyes, que los tratarán como reses destinadas al degüello, sin compasión alguna (v.6). Y Yahvé no les prestará auxilio: no los libraré de sus manos. El profeta, como emisario de Yahvé, se presenta como el pastor del rebaño de la matanza (es decir, del pueblo judío, destinado al sacrificio). Como pastor, tomó dos cayados 5, que con sus nombres simbolizan la misión de benevolencia hacia las ovejas y de unión entre ellas que debiera en principio mantener. Yahvé le había establecido para ser pastor cuidadoso de su rebaño, que debe mantener unido; pero las circunstancias exigen que su misión de benevolencia y unión sea cambiada en una misión justiciera de castigo, como a continuación se indica.
El v. 8 es sumamente enigmático y ha sido muy diversamente interpretado. Los tres pastores que desaparecen en un mes en virtud de la intervención del pastor-profeta, representante de Dios, al castigar a su pueblo, parecen ser los dirigentes indignos de Judá en general. El número tres sería, pues, meramente simbólico. Quizá el hagiógrafo, al redactar esta profecía, haya pensado en la narración de Jer 22:6s, donde se habla de pastores que serán aventados a la cautividad. Justamente en este capítulo de Jeremías aparecen los símiles del Líbano, Galaad y Basan 6 para designar a la clase directora, responsable de la catástrofe de Judá.
Por otra parte, se habla en este mismo capítulo de tres reyes de Judá que serán castigados por Yahvé: Joacaz, deportado a Egipto, donde morirá; Joaquim, que no tendrá sepultura real, y Jeconias, que será llevado en cautividad. Zacarías, pues, bien pudo calcar su profecía sobre la de Jeremías, de cuyo profeta depende frecuentemente en la formulación de sus oráculos7. En ese caso, los tres pastores serían, pues, los dirigentes depravados de Judá, que no se preocupan de su grey y venden sus ovejas para el matadero. El término de un mes dado para la desaparición de los pastores hay que tomarlo también simbólicamente por un breve lapso de tiempo 8.
Por la mala conducta, el profeta-pastor, representante de Yahvé, sintió aversión hacia el rebaño, y a su vez el rebaño se desentendió de su verdadero Pastor (v.8b). Consecuencia de ello es que el profeta-pastor abandona el cuidado de su grey, dejándola a su suerte: la que muera, que muera. (v.8), alusión a la ruina de Judá, que culminó en la cautividad babilónica. El autor está trabajando con datos históricos, adaptándolos a la situación presente. El profeta-pastor, que tenía por misión apacentar normalmente a su grey con los cayados de la benevolencia y de la unión para protegerla, los rompió (v.10), renunciando así a su misión de pastor, guardián, y convertirse en juez castigador de su grey.
Como profeta-pastor, debía atraer a sus ovejas (Judá e Israel) a Dios con la benevolencia y la unión o conciliación; pero ante la falta de correspondencia de los componentes de su grey, tan cuidadosamente guardada, se desentiende de ella y la abandona a su suerte, rompiendo el pacto sellado con los pueblos o naciones gentiles, en el que había concertado que 110 atacaran a Judá. Desde entonces el pastor se comporta como un mercenario, que pone en venta sus ovejas, diciendo a los mercaderes: si queréis, dadme mi salario, y si no, dejadlo (v.12). Es de notar el tono displicente del pastor-profeta. Sólo le interesa liquidar de cualquier modo para verse libre del oficio de pastor de su rebaño. Las deja a cualquier precio, sin apelar a estipulaciones anteriores.
Los mercaderes le dan lo equivalente al precio de un esclavo: treinta monedas de plata (v.12) 9. El evangelista San Mateo ve en este número una semejanza con las treinta piezas de plata, o siclos, por los que Judas vendió a Jesús, y ve en ello el cumplimiento de una antigua profecía, que cita libremente juntamente con otra de Jeremías, al que atribuye todo el vaticinio 10. El texto es clásico para ver la libertad con que los autores del ν. Τ. argumentan al aducir textos del A.T. En nuestro caso, la relación entre el texto de Zacarías y el del Evangelio puede establecerse apelando al sentido típico o al acomodaticio, que utiliza muchas veces San Mateo n. El evangelista relaciona el campo del alfarero, comprado con las treinta piezas de plata de Judas, con lo que se dice en Zac 11:13 : Tira al alfarero (según el TM) el rumboso precio en que te han apreciado. Es una mera relación de semejanza, basada en el nombre de alfarero, que en realidad en el contexto de Zacarías aparece totalmente extraño.
Creemos que debe adoptarse la lectura de tesoro, que encaja mejor con la casa de Yahvé del v.15b. El templo era también el depósito del peculio público y de los individuos en los tiempos posexílicos. En la frase de Yahvé al pastor-profeta hay un deje de ironía: Tira al tesoro (de la casa de Yahvé) el rumboso precio en que te han apreciado. La labor del pastor ha sido pagada con el bajo precio de un esclavo (treinta monedas de plata). No merece, pues, que conserve esa exigua e insultante cantidad, y, por tanto, debe entregarla al erario público. Naturalmente, todo esto es simbólico, y significa la ingratitud del pueblo israelita para con su pastor-profeta, que hacía las veces de su Dios.
Israel no ha querido ser gobernado con el cayado de la benevolencia, y lo será con el de la justicia. Por otra parte, la consecuencia de su defección de Yahvé ha sido la separación de las doce tribus en dos reinos, Israel y Judá. El pastor-profeta, para indicar esta separación, rompió su cayado llamado unión (v.14). Con esto se quiere decir contundentemente que Yahvé se desentiende de su pueblo como Pastor.
El pastor insensato (15-17).
15 Y Yahvé me dijo: Hazte también el pastor insensato, 16 pues he aquí que voy a suscitar un pastor en la tierra que no se cuidará de que desaparezcan, y no buscará a las descarriadas, ni curará a las heridas, ni alimentará a las fuertes, pero se comerá las gordas y les arrancará las uñas. 17 ¡Ay del pastor inútil, que abandona el rebaño! (Descargará) la espada sobre su brazo derecho, se secará del todo su brazo y quedará ciego totalmente su ojo derecho.
Como antes el profeta tuvo que hacer de pastor que quiso gobernar su grey con benevolencia y unión, pero al fin tuvo que abandonarla a la justicia y a la ruina por culpa de sus ovejas, así ahora el profeta debe encarnar simbólicamente al pastor insensato, que no se cuidará de sus ovejas, sino que se aprovechará de ellas, matando las más gordas.
¿Quién es este pastor insensato? Como para la identificación de los tres pastores que desaparecen Deu 11:8, también aquí se proponen diversos nombres históricos. Se ha propuesto algún jefe político infiel de los tiempos posexílicos, y parece que en su descripción el profeta – dependiente de Jeremías – utilizó como modelo la figura histórica del desgraciado rey Sedecías (598-586 a.C.), el cual llevó una política suicida al enfrentarse con Babilonia. Al entrar los caldeos en Jerusalén huyó cobardemente, y fue apresado por las tropas de Nabucodonosor y trasladado al cuartel general de Ribla, donde le sacaron los ojos a presencia del conquistador babilonio. El v.17 puede ser una alusión a este lastimoso hecho.
1 Cf. Isa 10:333; Ez c.31. – 2 La expresión orguíío o gloria del Jordán para significar la maleza espesa sus riberas aparece en Jer 12:5; Jer 12:44, Jer 12:191 50.44- – 3 Así Hoonacker, o.c., p.671. Supone que estos v.i-3 son la respuesta a 9:16b ; – selvática de 10.2-3ab. – 4 Tesoro, según el Siríaco y Targum, seguido por la Bib. de Jér. Los LXX: “al horno.” La palabra hebrea yoser (“alfarero”) del TM es semejante a Oser (“tesoro”), – 5 La sugerencia de los dos cayados puede depender de los dos bastones de Eze 37:15. – 6 Cf. Jer 22:6.20. – 7 En Jer 22:9 se habla también de la ruptura del pacto como en Zac 11:10. – 8 S. Bullough resume así las distintas identificaciones propuestas para los misteriosos tres pastores: “Se propone para antes de 722 a Zacarías, Sellum y Menajem (2 Re 15); para antes de 286, a Joaquim, Joaquín (Jeconías) y Sedecías, o a Joacaz (Sellum), Joaquim y Je-conías (2 Re 23-24; Jer 22). Para la época persa, tres sumos sacerdotes desconocidos (Driver); para el período macabeo, Jasón, Menelao y Lisfmaco (2 Mac 4), o los hijos de Tobías, o bien los satélites de Simón el benjaminita que lucharon contra Onías (2 Mac 3) (Kennett). Otros sugieren tres potencias extranjeras, tales como los asirios, los babilonios, los persas, o bien los persas, los griegos y los romanos, o bien tres reyes opresores, como los seléucidas Antío-co IV Epífancs, Antíoco Eupator y Demetrio I (Wright).” Cf. Verbum Dei II n.5510. – 9 Cf. Exo 21:32. Son treinta siclos, equivalentes a unos 20 dólares. – 10 Cf. Mat 27:8 : “Y tomaron treinta piezas de plata, el precio en que fue tasado aquel a quien pusieron precio los hijos de Israel, y las dieron por el campo del Alfarero, como el Señor me lo había ordenado.” – 11 Cf.
Fuente: Biblia Comentada
Como un incendio que arrasa toda la tierra de Israel, Zacarías describió el fuego del juicio que consumiría a los impíos como una conflagración que consume a los árboles. La devastación no está limitada solo al juicio espiritual, sino que incluye la muerte de muchos a medida que la tierra de Israel es juzgada. Aquí se presenta el lenguaje más poético del libro, porque «Líbano», «Basán» y «Jordán» representan a la tierra entera mientras recibe juicio total de un extremo al otro, desde la frontera norte y el valle del Jordán hasta el límite sur.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Jue 9:15; (ver 1Re 4:33-4); Sal 29:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Un llamamiento a lamentar. El Líbano ha sido mencionado en 10:10 como si fuera un destino para los exiliados que vuelven, de modo que podríamos pensar que ¡Abre tus puertas, oh Líbano … ! sería simplemente para dejarlos entrar. No es así. Es para que entre el fuego y queme los impresionantes cedros del Líbano. Estos frecuentemente se mencionan como símbolo de orgullo. Los robles de Basán, muy al norte de la tierra y al oriente del Jordán, son similares. Ambos se encuentran en Isa. 2:13 (cf. Eze. 27:5, 6). Es posible que las regiones del Líbano y Basán fueran culpables de algunos males particulares en contra de los israelitas, pero el principal propósito aquí es el de representar la oposición orgullosa a los propósitos de Dios.
Este tipo de “llamamiento a lamentar” se usa frecuentemente en pasajes proféticos como una manera gráfica para describir un desastre inminente (Isa. 13:6; 14:31; Jer. 25:34; Sof. 1:11). Los pastores y los cachorros de león señalan a los líderes que serán juzgados: se destruye su ambiente y ya no pueden funcionar.
El pasaje tiene varios nexos con los versículos precedentes (especialmente 9:4 “consumida por fuego”; 10:2, 3, “pastores”; 10:10, “Líbano”; 10:11, “soberbia” [de Asiria], traducido espesura en 11:3). Así que sirve de pasaje transicional, preparando el camino para la siguiente alegoría de los pastores.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
11.4-17 En este mensaje, Dios pide a Zacarías que interprete el papel de dos tipos diferentes de pastores. El primero tenía que demostrar cómo Dios rechazaría a su pueblo (las ovejas) debido a que lo rechazaron a El (el pastor). El segundo pastor tenía que demostrar cómo Dios entregaría a su pueblo a pastores malvados (véase Ezequiel 34).11.4 Dios dijo a Zacarías que realizara el trabajo de pastor de un rebaño engordado para matadero. El rebaño representaba al pueblo alimentado de su propia codicia y deseos malvados hasta que estuvieran listos para el juicio de Dios.11.7 Zacarías tomó dos cayados y los llamó Gracia y Ataduras; partió en dos el primero («Gracia») para mostrar que el pacto misericordioso de Dios con su pueblo estaba roto y luego rompió el segundo («Ataduras») para mostrar que «el lazo de unión entre Judá e Israel quedaba roto» (11.14).11.8 La identidad de los tres pastores malvados se desconoce, pero Dios sabía que no eran capaces para pastorear a su pueblo y por lo tanto El los quitó.11.12 Pagarle a este pastor treinta piezas de plata era un insulto, este era el precio que el dueño de un buey pagaba si un animal acorneaba a un esclavo (Exo 21:32). Además, por esta cantidad Judas traicionó a Jesús (Mat 27:3-9). Al precioso Mesías lo vendieron por el precio de un esclavo.11.14 Debido a que rechazaron al Mesías, Dios los rechazaría, y esto simbolizó Zacarías rompiendo el cayado llamado Ataduras. No pasó mucho tiempo después de los días de Zacarías, cuando los judíos comenzaron a dividirse en numerosas facciones: fariseos, saduceos, esenios, herodianos, zelotes. La discordia entre estos grupos fue un factor determinante en la destrucción de Jerusalén en 70 d.C.11.15-17 Israel no solo rechazaría al verdadero Pastor; sino que aceptaría en su lugar a un pastor impío (insensato). Este pastor serviría solo a sus intereses en lugar de preocuparse por las necesidades de su rebaño y lo destruiría en vez de defenderlo (Rev 13:7). «Ay» es su condenación merecida. Debido a que confió en su brazo (poder militar) y en su ojo (intelecto), Dios destruiría ambas áreas.11.17 Es una gran tragedia para el pueblo de Dios cuando sus líderes no lo cuidaba como debían. Dios hace a los líderes responsables en forma particular por la condición de su pueblo. El Nuevo Testamento nos habla de los líderes de las iglesias: «Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación» (Jam 3:1). Si Dios lo coloca a usted en un puesto de liderazgo, recuerde que también es un lugar de gran responsabilidad.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 363 Jer 22:23
b 364 Jer 22:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Este intervalo enfoca la atención sobre el duro juicio que caerá sobre la nación judía: un rebaño condenado a la matanza (vers. 4). También se encuentra profetizado el buen Pastor, que será rechazado por su rebaño por treinta piezas de plata (vers. 13).
Fuente: La Biblia de las Américas
Una continuación de la sátira en forma de lamentación sobre la caída de poderíos no identificados (cedros… encinas; cp. Isa 2:13) que atacaban a Israel.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[1] Líbano y Jordán son los límites de la tierra santa. Cedros y abetos o encinas simbolizan a los soberbios y poderosos. Ez 17, 3; Jer 22, 23.[6] Anuncia el profeta la ruina de Jerusalén.[7] El primer cayado simboliza la dulzura y paciencia con que Dios gobernó al pueblo judaico. El otro cayado indica el castigo que sufre la nación.[12] Dios abandona la nación judía, que era su grey, porque ella no lo quiere por pastor. La paga oprecio de su vida se reduce a treinta monedas. Mat 27, 9.