Comentario de Malaquías 4:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Acordaos de la ley de mi siervo Moisés, a quien encargué en Horeb leyes y decretos para todo Israel.
acordaos de la ley de Moisés. Éxo 20:3-21; Deu 4:5, Deu 4:6; Sal 147:19, Sal 147:20; Isa 8:20; Isa 42:21; Mat 5:17-20; Mat 19:16-22; Mat 22:36-40; Mar 12:28-34; Luc 10:25-28; Luc 16:29-31; Jua 5:39-47; Rom 3:31; Rom 13:1-10; Gál 5:13, Gál 5:14, Gál 5:24, Gál 5:25; Stg 2:9-13.
en Horeb. Deu 4:10.
ordenanzas y leyes. Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:1-30; Lev 7:1-38; Sal 147:19.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Acordaos: Esta palabra significa más que simplemente «recordar». El mandamiento es actuar bajo las enseñanzas que provinieron del Dios vivo.
la ley de Moisés: La ley tuvo sus orígenes en Jehová, y Moisés fue el transmisor, divinamente nombrado, de la voluntad y de la Palabra de Dios al pueblo (Jua 1:17).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ACORDAOS DE LA LEY DE MOISÉS. Malaquías le dice al pueblo de Dios que para sobrevivir al día del Señor deben observar sus leyes. La fe en Dios siempre incluye una actitud de obediencia sincera al Señor. Todavía a los creyentes en Cristo se les exige que observen las exigencias morales de la ley del AT así como también los mandamientos de Cristo (véanse Mat 5:17, nota, y el ARTÍCULO LA LEY DEL ANTIGUO TESTAMENTO, P. 109. [Éxo 20:1-2]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Tanto la ley como los profetas cumplen una función importante en la preparación para la llegada del Día del Señor. En primer lugar, el pueblo debía recordar lo que fue dado en Sinaí (Horeb), es decir, la ley de Moisés que se enfoca ante todo en la obligación de obedecerla una vez que se ha entrado en ese pacto (Éxo 24:1 ss; Jos 8:32; Jos 23:6; 1Re 2:3).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Conclusion
Las apelaciones del cierre de Mal. (4:4-6) parecen resumir los puntos principales de su profecía: recuerda la ley de Moisés y la promesa de Elías y el día venidero del Señor. La dependencia minuciosa en la ley de Moisés por parte de Malaquías y las muchas alusiones a pasajes tomados del Pentateuco a través de toda su obra preparan al lector para la primera acusación de clímax. La razón para dar la identificación del profeta que vendría como Elías en la segunda acusación es menos obvia. Posiblemente, la necesidad de tener un ministerio como el de Elías se sugería por el problema de una sequía prolongada en 3:10 (1 Rey. 17:1; cf. Stg. 5:17). Por otro lado, el interés de Malaquías con los efectos corrosivos de matrimonios entre diferentes religiones (2:10-12) puede haberle he cho recordar el casamiento notorio de Acab con Jezabel, que llegó a ser tan problemático para Elías y desastroso para Israel (1 Rey. 16:31; 18:4, 19; 19:2). Sin duda Malaquías hubiera deseado una confrontación como la de Elías con el compromiso y la complacencia religiosos de su propio día. Parece más probable, sin embargo, que Malaquías reconociera que de todos los profetas del AT, ninguno se ajustaba al cuadro del profeta mesiánico “como Moisés”, según lo predicho en Deut. 18:15, más exactamente que Elías (cf. Deut. 34:10-12). Como tal, Elías está a la par con Moisés en 4:4-6 como representativo de toda la línea de profetas del AT, algo que se ve operando sobre el monte de la transfiguración (Mat. 17:3; Mar. 9:4; Luc. 9:30; cf. además Apoc. 11:3, donde los dos testigos se asemejan a Moisés y Elías).
La promesa de enviar a Elías antes de que venga el día de Jehovah confirma la interpretación de 3:1 de que el mensajero prometido no es Malaquías propiamente, pero algún profeta futuro (la figura en ambos textos es “enviada” por el Señor y precede el día venidero del Señor). Es probable que este profeta futuro era identificado con Elías no porque Elías fuera librado de la muerte, como que esto le permitiría lit. volver a esta vida, sino porque el futuro mensajero sería llamado a llevar un ministerio profético similar al del histórico Elías. Uno podría comparar las muchas predicciones de la venida de un futuro “David” que no por eso implicaría un regreso lit. del segundo rey de Israel (Jer. 30:9; Eze. 34:23-25; 37:24).
El NT identifica a Juan el Bautista como el cumplimiento de esta predicción (Mat. 11:10-14; 17:10-13; Mar. 9:11-13; Luc. 1:17; pero cf. Juan 1:21, 25). Aunque separado por más de 400 años, Juan fue el siguiente profeta canónico que siguió a Malaquías a través de la historia de la redención. Vistiendo las mismas vestimentas de pelo de camello y un cinturón de cuero como Elías (2 Rey. 1:8; Mat. 3:4; Mar. 1:6), Juan funcionó como Elías en su osada denuncia del pecado sin lugar a acomodo. En un ministerio que lo colocó en contraposición con el rey y su malvada esposa (1 Rey. 19; Mar. 6:17, 18), Juan mismo siguió “delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos … para preparar al Señor un pueblo apercibido” (Luc. 1:17).
Gordon P. Hugenberger
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) En LXX se pone Mal 4:4 después de Mal 4:6, y así se hace que la profecía termine con una nota de esperanza.
REFERENCIAS CRUZADAS
h 149 Deu 4:5; Sal 119:4; Sal 147:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
la ley…de Moisés. La ley dada en el monte Horeb (i.e., el monte Sinaí; cp. Ex 3:1, 12; 19:1– 6; Dt 5:1– 21) todavía formaba la base de la relación de Israel con Dios.
Fuente: La Biblia de las Américas
Horeb. Sinaí (Deu 5:2).