Comentario de Mateo 6:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mat 6:5-8, ORAR CON SINCERIDAD

Introducción.

A. Ahora sigue el segundo elemento de la amonestación de tener cuidado de no hacer nuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos.

B. No debemos ostentar la piedad. Este es el punto principal en los vers 1-18. Es otro ejemplo de la vanagloria que tanto se condena en toda la Biblia. Debemos evitar la ostentación en el servicio de Dios.

I. Mat 6:5, «Y cuando ores, no seas como los hipócritas». «Cuando oréis» (LBLA). El plural se emplea en los mandatos generales (vers 1, 5, 16), y el singular en las aplicaciones directas y personales (vers 2-4, 6, 17, 18).

A. Los discípulos de Cristo deben orar: con fe (Stg 1:5), sin desmayar (Luc 18:1); sin cesar (1Ts 5:17); y con confianza (Heb 4:15-16).

B. Los hipócritas son los que practican sus devociones privadas en lugares públicos, pero no lo hacen para agradar a Dios (como se supondría), sino para recibir la alabanza de los hombres. El orar debe ser acto religioso (culto a Dios), pero si es practicado con el propósito de recibir alabanza de los hombres, no es acto de culto para Dios, sino más bien un acto de hipocresía. La palabra «hipocresía» HUPOKRISIS significa «actuación dramática, referido al hablar de los actores en diálogo; de ahí pretensión» (WEV). El hipócrita es engañador. Engaña a los hombres, pero no engaña a Dios (Gál 6:7).

II. «Porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres».

A. Practican en público sus devociones privadas. Luc 18:11 hace claro este punto: «El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera». «Oraba consigo mismo», pero estuvo en el templo. No se minimiza en ningún sentido el orar en público. No era cuestión de dirigir la oración de la congregación en la sinagoga (ni tampoco en las esquinas de las calles), sino de ofrecer una oración privada en los lugares más públicos. ¿Oraban estos en privado o solamente en público?

B. Dice Jesús que éstos aman hacer esto. «Les gusta» (LBLA). Les da gusto. Les agrada. Lo que les gustaba era la alabanza de los hombres (ver 2).

C. Jesús no condena el orar de pie. Es probable que esa postura les sirviera para ser más «públicos» (para mejor llamar la atención de la gente a sus oraciones), pero no es malo orar de pie. (1). La Biblia habla de varias posturas del cuerpo para orar: de pie (1Sa 1:26, inglés, «stood»; Mar 11:23-25 (LBLA, margen, Lit., estéis de pie); Luc 18:11; Luc 18:13); de rodillas (2Cr 6:13; Dan 6:10; Luc 22:41; Hch 7:60; Hch 9:40; Hch 20:36; Hch 21:5); postrado sobre el rostro (Núm 16:22; Jos 5:14; Dan 8:17; Mat 26:39; Apo 11:16); y sentados (Mat 26:20; Mat 26:26-27). (2). Mar 11:25 es bien claro sobre el punto de orar de pie: Jesús dice, «Y siempre que estéis en pie orando» (VM); «Y cuando estéis de pie orando» (margen, LBLA; VHA).

D. ¿Es siempre malo ofrecer en público una oración personal? No; véase Dan 6:10; Dan 6:13. Era importante que todos se dieran cuenta de que Daniel no dejaba de orar a Dios cuando se le prohibió hacerlo. Pablo dice, «orad sin cesar» (1Ts 5:17). En cualquier momento el cristiano puede orar a Dios (por ejemplo, puede dar gracias por su comida en un restaurante). El problema no es el orar o no orar en público, sino el orar en público en lugar de orar en privado, y el orar en público para ser alabados de los hombres en lugar de agradar a Dios . Lo que se condena es el espíritu de ostentación, el deseo de exhibir la piedad.

E. «para ser vistos de los hombres». Lo que Jesús condena es el propósito malo. Vuelve al tema de Mat 5:8, «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios». El corazón de ellos no era limpio, porque el propósito de su servicio no era sano. Jua 5:44, «¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?» No querían creer y no podían creer porque solamente buscaban la gloria unos de otros, y no buscaban la gloria que viene de Dios. Rom 2:29, la alabanza del verdadero judío «no viene de los hombres, sino de Dios».

III. «De cierto os digo que ya tienen su recompensa».

A. ¡Qué pensamiento más alarmante! «Ya tienen su recompensa». Ya no habrá recompensa de Dios. Ya han recibido toda la recompensa, y la única recompensa, que recibirán tanto en el mundo venidero como en este mundo. Ya están pagados en total.

B. Mat 25:21, El Señor dirá a los fieles, «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor», pero los hipócritas que hacen su justicia para ser vistos de los hombres no oirán estas palabras. Mat 25:34, «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo». Los hipócritas no oirán esta bienvenida.

E. ¿Qué oirán en aquel día? «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» (Mat 25:41).

IV. Orar en privado a Dios, solamente para los oídos de Dios.

A. Mat 6:6 «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público».

B. No basta con condenar el mal. Jesús no solamente condena el error de los hipócritas, sino que también enseña lo correcto con respecto a la oración.

C. «Aposento, TAMEION, denota, en primer lugar, una cámara de almacenamiento, y después cualquier estancia privada o reservada» (WEV). «Tu aposento» será el lugar más privado disponible para que a solas puedas orar a Dios, excluyendo el mundo entero. ¿Dónde estaba el «aposento» de Jesús? Mar 1:35, «Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba» (la palabra «desierto» significa lugar solitario, retirado y apartado de las ciudades, ver 45). Véanse también Mat 14:23; Mar 6:46; Mar 14:32. «Cerrada la puerta», como en el caso de Eliseo (2Re 4:32-33). Cuando oramos en casa

— aun dando gracias por los alimentos — conviene apagar el radio, el estéreo, el televisor y aun descolgar el teléfono para evitar estorbos e interrupciones.

D. «Ora a tu Padre que está en secreto». Si nuestra oración es en verdad solamente para los oídos de nuestro Padre Celestial, no usaremos palabras grandes, ni lenguaje floreciente, ni voz elocuente, para tratar de impresionar a Dios. En la forma más natural (aunque bien respetuosa) presentaremos nuestra plegaria a El, con mucha acción de gracias.

E. Dios recompensará. No recompensa a los que oran para ser oídos y alabados por los hombres (ya tienen su recompensa), pero a los sinceros sí. Efe 3:20-21, «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros… «.

F. «En público». La Biblia de las Américas omite estas palabras y en el margen dice, «Algunos manuscritos posteriores agregan: en público, y así en los vers 6 y 18».

V. No usar vanas repeticiones como los gentiles.

A. Mat 6:7, «Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos».

B. «Como los gentiles». (1). 1Re 18:25-29, «invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¿Baal, respóndenos!» Es decir, toda la mañana repetían las mismas palabras, creyendo que por la mucha repetición de lo que decían su dios les escucharía. Clamaban a grandes voces, saltaban cerca del altar y aun «se sajaban con cuchillos y con lancetas… hasta chorrear la sangre sobre ellos». Siguieron «gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecer el sacrificio». Esta conducta era apropiada para ellos, porque oraban a dioses que tenían ojos que no veían y oídos que no oían, pero para orar al Dios Vivo, no es apropiada. (2). Hch 19:34, «Todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!» Los paganos creían que por «su palabrería» serían oídos. De esta manera implicaban consciente o inconscientemente que los dioses eran estúpidos, que tenían que decirles las mismas cosas docenas de veces, o de otro modo que estaban del todo indiferentes hacia ellos, y que tenían que moverles (fatigarles y aburrirles) por sus gritos y repeticiones hasta que les concedieran lo que pedían. (3). En la actualidad los budistas y mahometanos usan vanas repeticiones. También esta enseñanza de Jesús es violada por la repetición del rosario. Los católicos creen que serán oídos por su mucha repetición del «Padre Nuestro». Jesús nos enseña como orar (Mat 6:9-13; Luc 11:1) para evitar vanas repeticiones. ¡Pero tanto evangélicos como católicos creen que con repetir esta oración serán oídos! (5). Algunos judíos habían caído en el mismo error de creer que Dios les escucharían por sus vanas repeticiones de las mismas palabras. Dice el ver 8, «No os hagáis, pues, semejantes a ellos».

C. Jesús no condena la oración larga. Luc 6:12, «En aquellos días fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios». Véanse también 2Cr 6:14-42; Neh 9:1-38; y varios salmos son oraciones largas, pero muchas oraciones en la Biblia son cortas: la de Moisés, Éxo 32:31, Éxo 32:32; la de Salomón, 1Re 3:6-9; la de Elías, 1Re 18:36-37; la de Ezequías, 2Re 19:14-19; la de Esteban, Hch 7:60.

VI. «Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis» (ver 8).

A. Dios no es como los dioses paganos que no saben nada, mucho menos de qué cosas tenemos necesidad. ¡Cuántas veces los profetas les recordaban a los israelitas de esta verdad! Era uno de los mensajes principales de ellos.

B. El propósito de orar no es para informar a Dios de nuestras necesidades. El ya sabe y, además, El está muy dispuesto a ayudarnos (7:11; Luc 11:13; Luc 18:7; 1Pe 3:12, etc.). (Un hermano ancianito de Texas, al dirigir la oración en una congregación, quería orar por cierto predicador pero se le olvidó su nombre. Interrumpió la oración para preguntar a otro hermano y luego continuó con la oración. Tal vez creía que Dios ignoraba el nombre del hermano).

C. Las vanas repeticiones insultan el conocimiento y el amor de Dios, y su buena disposición de ayudarnos.

D. ¿Por qué orar si Dios ya sabe todo? Algunos dicen que es para el «beneficio sicolígico». No, esto no es el propósito de la oración. Oramos porque somos hijos de Dios, y los hijos se comunican con sus padres. Dios nos habla a través de su palabra, y hablamos con El en oración. Es acto de amor filial. El orar es un ejercicio de fe. Nuestra fe en Dios se expresa. Una fe que no actúa es fe muerta (Stg 2:26). Expresamos nuestra plena confianza de que El es nuestro Proveedor y Protector. El orar no es solamente para pedir. Hay muchos textos que nos enseñan cómo orar: 6:9-13; 1Ti 2:1-2, etc. En la oración honramos y alabamos a Dios, expresamos la gratitud, gozamos de comunión con El, expresamos nuestra dependencia y nuestra sumisión, intercedemos por otros, etc.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y cuando ores. Mat 7:7, Mat 7:8; Mat 9:38; Mat 21:22; Sal 5:2; Sal 55:17; Pro 15:8; Isa 55:6, Isa 55:7; Jer 29:12; Dan 6:10; Dan 9:4; Luc 18:1; Jua 16:24; Efe 6:18; Col 4:2, Col 4:3; 1Ts 5:17; Stg 5:15, Stg 5:16.

no seas como los hipócritas. Mat 6:2; Mat 23:14; Job 27:8-10; Isa 1:15; Luc 18:10, Luc 18:11; Luc 20:47.

porque ellos aman el orar en pie. Mat 23:6; Mar 12:38; Luc 11:43.

de cierto os digo, que ya tienen su recompensa. Mat 6:2; Pro 16:5; Luc 14:12-14; Stg 4:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Aquellos que oran con motivos inapropiados tienen su recompensa; al igual que los que hacen obras de caridad con motivos inapropiados (v. Mat 6:2).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Mat 6:5-8, ORAR CON SINCERIDAD
Introducción.
A. Ahora sigue el segundo elemento de la amonestación de tener cuidado de no hacer nuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos.
B. No debemos ostentar la piedad. Este es el punto principal en los vers 1-18. Es otro ejemplo de la vanagloria que tanto se condena en toda la Biblia. Debemos evitar la ostentación en el servicio de Dios.
I. Mat 6:5, «Y cuando ores, no seas como los hipócritas». «Cuando oréis» (LBLA). El plural se emplea en los mandatos generales (vers 1, 5, 16), y el singular en las aplicaciones directas y personales (vers 2-4, 6, 17, 18).
A. Los discípulos de Cristo deben orar: con fe (Stg 1:5), sin desmayar (Luc 18:1); sin cesar (1Ts 5:17); y con confianza (Heb 4:15-16).
B. Los hipócritas son los que practican sus devociones privadas en lugares públicos, pero no lo hacen para agradar a Dios (como se supondría), sino para recibir la alabanza de los hombres. El orar debe ser acto religioso (culto a Dios), pero si es practicado con el propósito de recibir alabanza de los hombres, no es acto de culto para Dios, sino más bien un acto de hipocresía. La palabra «hipocresía» HUPOKRISIS significa «actuación dramática, referido al hablar de los actores en diálogo; de ahí pretensión» (WEV). El hipócrita es engañador. Engaña a los hombres, pero no engaña a Dios (Gál 6:7).
II. «Porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres».
A. Practican en público sus devociones privadas. Luc 18:11 hace claro este punto: «El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera». «Oraba consigo mismo», pero estuvo en el templo. No se minimiza en ningún sentido el orar en público. No era cuestión de dirigir la oración de la congregación en la sinagoga (ni tampoco en las esquinas de las calles), sino de ofrecer una oración privada en los lugares más públicos. ¿Oraban estos en privado o solamente en público?
B. Dice Jesús que éstos aman hacer esto. «Les gusta» (LBLA). Les da gusto. Les agrada. Lo que les gustaba era la alabanza de los hombres (ver 2).
C. Jesús no condena el orar de pie. Es probable que esa postura les sirviera para ser más «públicos» (para mejor llamar la atención de la gente a sus oraciones), pero no es malo orar de pie. (1). La Biblia habla de varias posturas del cuerpo para orar: de pie (1Sa 1:26, inglés, «stood»; Mar 11:23-25 (LBLA, margen, Lit., estéis de pie); Luc 18:11; Luc 18:13); de rodillas (2Cr 6:13; Dan 6:10; Luc 22:41; Hch 7:60; Hch 9:40; Hch 20:36; Hch 21:5); postrado sobre el rostro (Núm 16:22; Jos 5:14; Dan 8:17; Mat 26:39; Apo 11:16); y sentados (Mat 26:20; Mat 26:26-27). (2). Mar 11:25 es bien claro sobre el punto de orar de pie: Jesús dice, «Y siempre que estéis en pie orando» (VM); «Y cuando estéis de pie orando» (margen, LBLA; VHA).
D. ¿Es siempre malo ofrecer en público una oración personal? No; véase Dan 6:10; Dan 6:13. Era importante que todos se dieran cuenta de que Daniel no dejaba de orar a Dios cuando se le prohibió hacerlo. Pablo dice, «orad sin cesar» (1Ts 5:17). En cualquier momento el cristiano puede orar a Dios (por ejemplo, puede dar gracias por su comida en un restaurante). El problema no es el orar o no orar en público, sino el orar en público en lugar de orar en privado, y el orar en público para ser alabados de los hombres en lugar de agradar a Dios . Lo que se condena es el espíritu de ostentación, el deseo de exhibir la piedad.
E. «para ser vistos de los hombres». Lo que Jesús condena es el propósito malo. Vuelve al tema de Mat 5:8, «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios». El corazón de ellos no era limpio, porque el propósito de su servicio no era sano. Jua 5:44, «¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?» No querían creer y no podían creer porque solamente buscaban la gloria unos de otros, y no buscaban la gloria que viene de Dios. Rom 2:29, la alabanza del verdadero judío «no viene de los hombres, sino de Dios».
III. «De cierto os digo que ya tienen su recompensa».
A. ¡Qué pensamiento más alarmante! «Ya tienen su recompensa». Ya no habrá recompensa de Dios. Ya han recibido toda la recompensa, y la única recompensa, que recibirán tanto en el mundo venidero como en este mundo. Ya están pagados en total.
B. Mat 25:21, El Señor dirá a los fieles, «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor», pero los hipócritas que hacen su justicia para ser vistos de los hombres no oirán estas palabras. Mat 25:34, «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo». Los hipócritas no oirán esta bienvenida.
E. ¿Qué oirán en aquel día? «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» (Mat 25:41).
IV. Orar en privado a Dios, solamente para los oídos de Dios.
A. Mat 6:6 «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público».
B. No basta con condenar el mal. Jesús no solamente condena el error de los hipócritas, sino que también enseña lo correcto con respecto a la oración.
C. «Aposento, TAMEION, denota, en primer lugar, una cámara de almacenamiento, y después cualquier estancia privada o reservada» (WEV). «Tu aposento» será el lugar más privado disponible para que a solas puedas orar a Dios, excluyendo el mundo entero. ¿Dónde estaba el «aposento» de Jesús? Mar 1:35, «Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba» (la palabra «desierto» significa lugar solitario, retirado y apartado de las ciudades, ver 45). Véanse también Mat 14:23; Mar 6:46; Mar 14:32. «Cerrada la puerta», como en el caso de Eliseo (2Re 4:32-33). Cuando oramos en casa — aun dando gracias por los alimentos — conviene apagar el radio, el estéreo, el televisor y aun descolgar el teléfono para evitar estorbos e interrupciones.
D. «Ora a tu Padre que está en secreto». Si nuestra oración es en verdad solamente para los oídos de nuestro Padre Celestial, no usaremos palabras grandes, ni lenguaje floreciente, ni voz elocuente, para tratar de impresionar a Dios. En la forma más natural (aunque bien respetuosa) presentaremos nuestra plegaria a El, con mucha acción de gracias.
E. Dios recompensará. No recompensa a los que oran para ser oídos y alabados por los hombres (ya tienen su recompensa), pero a los sinceros sí. Efe 3:20-21, «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros… «.
F. «En público». La Biblia de las Américas omite estas palabras y en el margen dice, «Algunos manuscritos posteriores agregan: en público, y así en los vers 6 y 18».
V. No usar vanas repeticiones como los gentiles.
A. Mat 6:7, «Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos».
B. «Como los gentiles». (1). 1Re 18:25-29, «invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¿Baal, respóndenos!» Es decir, toda la mañana repetían las mismas palabras, creyendo que por la mucha repetición de lo que decían su dios les escucharía. Clamaban a grandes voces, saltaban cerca del altar y aun «se sajaban con cuchillos y con lancetas… hasta chorrear la sangre sobre ellos». Siguieron «gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecer el sacrificio». Esta conducta era apropiada para ellos, porque oraban a dioses que tenían ojos que no veían y oídos que no oían, pero para orar al Dios Vivo, no es apropiada. (2). Hch 19:34, «Todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!» Los paganos creían que por «su palabrería» serían oídos. De esta manera implicaban consciente o inconscientemente que los dioses eran estúpidos, que tenían que decirles las mismas cosas docenas de veces, o de otro modo que estaban del todo indiferentes hacia ellos, y que tenían que moverles (fatigarles y aburrirles) por sus gritos y repeticiones hasta que les concedieran lo que pedían. (3). En la actualidad los budistas y mahometanos usan vanas repeticiones. También esta enseñanza de Jesús es violada por la repetición del rosario. Los católicos creen que serán oídos por su mucha repetición del «Padre Nuestro». Jesús nos enseña como orar (Mat 6:9-13; Luc 11:1) para evitar vanas repeticiones. ¡Pero tanto evangélicos como católicos creen que con repetir esta oración serán oídos! (5). Algunos judíos habían caído en el mismo error de creer que Dios les escucharían por sus vanas repeticiones de las mismas palabras. Dice el ver 8, «No os hagáis, pues, semejantes a ellos».
C. Jesús no condena la oración larga. Luc 6:12, «En aquellos días fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios». Véanse también 2Cr 6:14-42; Neh 9:1-38; y varios salmos son oraciones largas, pero muchas oraciones en la Biblia son cortas: la de Moisés, Éxo 32:31, Éxo 32:32; la de Salomón, 1Re 3:6-9; la de Elías, 1Re 18:36-37; la de Ezequías, 2Re 19:14-19; la de Esteban, Hch 7:60.
VI. «Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis» (ver 8).
A. Dios no es como los dioses paganos que no saben nada, mucho menos de qué cosas tenemos necesidad. ¡Cuántas veces los profetas les recordaban a los israelitas de esta verdad! Era uno de los mensajes principales de ellos.
B. El propósito de orar no es para informar a Dios de nuestras necesidades. El ya sabe y, además, El está muy dispuesto a ayudarnos (7:11; Luc 11:13; Luc 18:7; 1Pe 3:12, etc.). (Un hermano ancianito de Texas, al dirigir la oración en una congregación, quería orar por cierto predicador pero se le olvidó su nombre. Interrumpió la oración para preguntar a otro hermano y luego continuó con la oración. Tal vez creía que Dios ignoraba el nombre del hermano).
C. Las vanas repeticiones insultan el conocimiento y el amor de Dios, y su buena disposición de ayudarnos.
D. ¿Por qué orar si Dios ya sabe todo? Algunos dicen que es para el «beneficio sicolígico». No, esto no es el propósito de la oración. Oramos porque somos hijos de Dios, y los hijos se comunican con sus padres. Dios nos habla a través de su palabra, y hablamos con El en oración. Es acto de amor filial. El orar es un ejercicio de fe. Nuestra fe en Dios se expresa. Una fe que no actúa es fe muerta (Stg 2:26). Expresamos nuestra plena confianza de que El es nuestro Proveedor y Protector. El orar no es solamente para pedir. Hay muchos textos que nos enseñan cómo orar: 6:9-13; 1Ti 2:1-2, etc. En la oración honramos y alabamos a Dios, expresamos la gratitud, gozamos de comunión con El, expresamos nuestra dependencia y nuestra sumisión, intercedemos por otros, etc.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

e 242 Luc 18:11

f 243 Mat 6:16; Mat 23:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

cuando oréis. Habitualmente los judíos oraban a las 9 de la mañana y a las 3 de la tarde (cp. Hch 3:1).

en las sinagogas. Las sinagogas fuera de Jerusalén eran conocidas como « casas de oración.» Se creía que en las sinagogas, las oraciones tenían más poder cuando se hacían en compañía de otros.

Fuente: La Biblia de las Américas

5 (1) La oración que procura obtener la alabanza del hombre tal vez gane una recompensa de los hombres, pero no recibirá respuesta del Padre; por eso, es una oración vana.

5 (a) Mat_6:2

5 (b) Luc_18:11 ; Luc_20:47

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

orar…Luc 18:10-14.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R552 Algunos gramáticos consideran que en φιλοῦσιν … προσεύχεθαι, podemos traducir: orar alegremente. ¿Pero qué ventaja tiene esto sobre aman el orar, son aficionados a orar?

R874 Ἔσεσθε se usa como un futuro volitivo (comp. Mat 1:21): ustedes serán.

R963 La oración causal con ὅτι es coordinada (y cuando tú oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman estar en pie y orar en las sinagogas y … [comp. el v. 16, donde en una oración similar, se usa γάρ en vez de ὅτι] -B231; comp. Luc 11:32).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., para ser evidentes a los hombres

Fuente: La Biblia de las Américas

g Luc 18:10-14.

Fuente: La Biblia Textual III Edición