Comentario de Mateo 6:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

Mat 6:22-24, EL OJO BUENO Y EL OJO MALO

Introducción.

A. En Mat 6:22-24, Jesús sigue hablando de las riquezas. Las palabras «bueno» y «malo» tienen que ver con la actitud del hombre hacia las riquezas.

B. Desde el ver 19 hasta el ver 24, Jesús nos enseña tres lecciones fuertes sobre la necesidad de confiar en Dios y no en las riquezas: (1) las posesiones terrenales no duran, y no es nada sensato poner la confianza en algo tan pasajero; (2) si ponemos la confianza en las riquezas, esto significa que nuestro ojo no es bueno (claro o singular) y toda la vida está llena de tinieblas; y (3) los que ponen su confianza en las riquezas en lugar de confiar de todo corazón en Dios son idólatras (se somete al dios «Mamón», el dios de riquezas).

I. La lámpara del cuerpo es el ojo.

A. La luz entra a través del ojo. El ojo no es el origen de la luz, sino la ventana por la cual la luz entra al cuerpo (la vida).

B. El «ojo» (ver 22) corresponde al «corazón» (ver 21). El ojo es al cuerpo lo que el corazón es al alma. El «ojo» tiene que ver con nuestro concepto de nuestra mayordomía de las cosas materiales.

II. El ojo bueno.

A. El ojo bueno es el ojo sano. El que tiene «ojo bueno» tiene visión espiritual 20/20. Ve claramente. No ve «doble». No ve dos imágenes del objeto

— como lo hace el avaro — sino solamente una; es decir, su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo del uso correcto de sus bienes materiales, es claro y correcto. Compárese una ventana limpia: si el vidrio es claro y limpio, deja entrar la luz y la casa queda iluminada.

B. Es interesante comparar otros textos que usan esta misma palabra (HAPLOUS): en Mat 6:22 se traduce «bueno»; en 2Co 8:2 se traduce «generosidad»; en 2Co 11:3 se traduce «sincera fidelidad»; y en Efe 6:5 se traduce «sencillez».

C. Se refiere, pues, al corazón generoso. Hay relación estrecha entre estos términos porque la idea básica es «sencillo» o «singular». Los que tienen ojo bueno tienen corazón singular y sincero; por lo tanto, son generosos, como el buen samaritano (Luc 10:33-35), y los de Mat 25:35-36; Hch 2:45; Hch 4:32-37; 2Co 8:1-5, etc. Cada uno de estos tenía «ojo bueno».

D. El que tiene ojo bueno tiene sus tesoros en el cielo. Tiene un solo propósito en esta vida. Busca primeramente el reino de Dios y su justicia (ver 33). Busca una sola cosa. Sal 27:4; Luc 10:42. Tiene su mira en las cosas de Dios (Col 3:1-3).

III. Todo tu cuerpo estará lleno de luz.

A. Por lo tanto, mira las cosas correctamente; sabe el camino y no tropieza. El hombre que tiene ojo bueno sabe distinguir entre las cosas más importantes y las cosas menos importantes. Da primer lugar a las cosas más importantes. Da prioridad a lo primero.

B. Somos peregrinos (viajeros) y, por eso, no queremos “comprar el hotel” porque «no puede el mundo ser mi hogar». Tampoco llevamos mucho equipaje. Solamente necesitamos dinero para gastos.

C. Sabe usar bien el dinero. Entiende que debe usar el dinero para la obra de Dios, para promover la obra de evangelizar el mundo. Está consciente de los multiplicados millones que no han oído el evangelio, y sabe que cuesta dinero enviar obreros, publicar literatura, etc. También se acuerda de los pobres y necesitados (Gál 2:9).

D. Gana amigos por medio de las riquezas (Luc 16:9-13), para que cuando falten aquí le recibirán en las moradas eternas. El que tiene ojo bueno tiene su corazón iluminado y reconoce que pronto faltarán las riquezas.

E. No está engañado por las riquezas, Mat 13:22.

F. No vive afanoso, vers 25-34; Flp 4:6; Heb 13:5-6.

G. Entiende cuáles son las riquezas verdaderas: la vida, la salud, el cuerpo, la mente, el alma, la conciencia, la familia, la iglesia, el tiempo que Dios nos da para prepararnos, la verdad, la influencia, y toda bendición de Dios tanto material como espiritual; es decir, el que tiene ojo bueno tiene un concepto claro de todas estas cosas. Sabe apreciar el valor de cada bendición de Dios y aprovecha cada una de ellas.

H. Por lo tanto, su vida está llena de luz. ¡Su camino está bien iluminado!

IV. El ojo malo (maligno, avariento).

A. El ojo malo es el ojo enfermo. Es el opuesto del ojo bueno. El que tiene ojo malo no ve claramente. Ve «doble». Por ser avaro ve dos imágenes. Su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo su concepto del uso correcto de sus bienes materiales es confuso y chueco (por lo tanto «malo»).

B. Recuérdese la ilustración de la ventana: si está sucia y opaca, no deja entrar la luz. Lo que opaca la ventana es el amor al dinero. La ventana mala tergiversa y tuerce la imagen y causa confusión.

C. Tal persona tiene «doble ánimo» (Stg 1:8; Stg 4:8). Tiene dos «ánimos» (dos corazones, dos afectos). Es como el hombre que ama a dos mujeres; siempre tiene problemas. Así eran algunos corintios (2Co 11:2-3). Dice Santiago que «El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos». Quiere ir al cielo, pero quiere acumular riquezas «para sí» aquí en la tierra (Luc 12:15-21). ¡Una mano se extiende hacia los cielos y la otra se mete en lodo!

D. Todo tu cuerpo estará en tinieblas, todo lo contrario de la bendición de tener el cuerpo lleno de luz. (Véase bajo número III arriba). Es hombre ciego. El egoísta (el avaro) piensa solamente en sí mismo y no en otros. Es materialista y mundano. Ama el dinero. Los fariseos eran avaros (Luc 16:14). No podían objetivamente escuchar la enseñanza de Jesús y, por lo tanto, seguían en las tinieblas.

V. Ninguno puede servir a dos señores.

A. Porque la palabra «servir» significa «ser esclavo de», y el esclavo tenía un solo amo. Jesús habla de dos servicios conflictivos: el uno de luz y el otro de tinieblas, el uno de humildad y el otro de orgullo, el uno por fe y el otro por vista, el uno con la mira en el cielo y el otro con la mira aquí en la tierra.

B. «o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro». Cuando los efesios se convirtieron, quemaron sus libros sobre la magia (Hch 19:19). Pablo se refiere a lo que él personalmente había dejado como «basura» (Flp 3:8). Judas amó al dinero; por eso aborreció a Jesús. Si servimos a Mamón, descuidaremos la obra de Dios. Satanás acepta con todo gusto una parte de nuestro servicio, porque sabe que si le damos una parte de nuestro servicio, Dios nos rechazará. Por lo tanto, el servicio parcial para Satanás es servicio total para él.

C. Es necesario, pues, escoger. Jos 24:15; 1Re 18:21; Mat 12:30.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

la lámpara del cuerpo. Luc 11:34-36.

si tu ojo es bueno, o está sano. Hch 2:46; 2Co 11:3; Efe 6:5; Col 3:22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Uno de los más famosos arquitectos del mundo dijo: «Ningún músculo de tu cuerpo puede relajarse si tu ojo está incómodo». Nótese el juego de palabras de Pablo en Gál 3:1 : «¿quién os fascinó (ojeó doblemente)…ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente?» El concepto aquí se basa en la antigua idea de que los ojos eran las ventanas a través de las que entraba la luz al cuerpo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Este es un argumento que va de lo particular a lo general. La analogía es simple. Si tu ojo es malo, ninguna luz puede entrar y te encuentras en oscuridad a causa de la enfermedad. Mucho peor cuando el problema no se limita a la percepción física externa, sino que abarca también la corrupción interna de su propia naturaleza. En este caso, la oscuridad emana desde adentro afectando todo su ser. Jesús estaba acusándolos por su religión terrenal superficial que dejó en oscuridad el corazón de cada uno de ellos. Vea la nota sobre Luc 11:34.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Mat 6:22-24, EL OJO BUENO Y EL OJO MALO
Introducción.
A. En Mat 6:22-24, Jesús sigue hablando de las riquezas. Las palabras «bueno» y «malo» tienen que ver con la actitud del hombre hacia las riquezas.
B. Desde el ver 19 hasta el ver 24, Jesús nos enseña tres lecciones fuertes sobre la necesidad de confiar en Dios y no en las riquezas: (1) las posesiones terrenales no duran, y no es nada sensato poner la confianza en algo tan pasajero; (2) si ponemos la confianza en las riquezas, esto significa que nuestro ojo no es bueno (claro o singular) y toda la vida está llena de tinieblas; y (3) los que ponen su confianza en las riquezas en lugar de confiar de todo corazón en Dios son idólatras (se somete al dios «Mamón», el dios de riquezas).
I. La lámpara del cuerpo es el ojo.
A. La luz entra a través del ojo. El ojo no es el origen de la luz, sino la ventana por la cual la luz entra al cuerpo (la vida).
B. El «ojo» (ver 22) corresponde al «corazón» (ver 21). El ojo es al cuerpo lo que el corazón es al alma. El «ojo» tiene que ver con nuestro concepto de nuestra mayordomía de las cosas materiales.
II. El ojo bueno.
A. El ojo bueno es el ojo sano. El que tiene «ojo bueno» tiene visión espiritual 20/20. Ve claramente. No ve «doble». No ve dos imágenes del objeto — como lo hace el avaro — sino solamente una; es decir, su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo del uso correcto de sus bienes materiales, es claro y correcto. Compárese una ventana limpia: si el vidrio es claro y limpio, deja entrar la luz y la casa queda iluminada.
B. Es interesante comparar otros textos que usan esta misma palabra (HAPLOUS): en Mat 6:22 se traduce «bueno»; en 2Co 8:2 se traduce «generosidad»; en 2Co 11:3 se traduce «sincera fidelidad»; y en Efe 6:5 se traduce «sencillez».
C. Se refiere, pues, al corazón generoso. Hay relación estrecha entre estos términos porque la idea básica es «sencillo» o «singular». Los que tienen ojo bueno tienen corazón singular y sincero; por lo tanto, son generosos, como el buen samaritano (Luc 10:33-35), y los de Mat 25:35-36; Hch 2:45; Hch 4:32-37; 2Co 8:1-5, etc. Cada uno de estos tenía «ojo bueno».
D. El que tiene ojo bueno tiene sus tesoros en el cielo. Tiene un solo propósito en esta vida. Busca primeramente el reino de Dios y su justicia (ver 33). Busca una sola cosa. Sal 27:4; Luc 10:42. Tiene su mira en las cosas de Dios (Col 3:1-3).
III. Todo tu cuerpo estará lleno de luz.
A. Por lo tanto, mira las cosas correctamente; sabe el camino y no tropieza. El hombre que tiene ojo bueno sabe distinguir entre las cosas más importantes y las cosas menos importantes. Da primer lugar a las cosas más importantes. Da prioridad a lo primero.
B. Somos peregrinos (viajeros) y, por eso, no queremos “comprar el hotel” porque «no puede el mundo ser mi hogar». Tampoco llevamos mucho equipaje. Solamente necesitamos dinero para gastos.
C. Sabe usar bien el dinero. Entiende que debe usar el dinero para la obra de Dios, para promover la obra de evangelizar el mundo. Está consciente de los multiplicados millones que no han oído el evangelio, y sabe que cuesta dinero enviar obreros, publicar literatura, etc. También se acuerda de los pobres y necesitados (Gál 2:9).
D. Gana amigos por medio de las riquezas (Luc 16:9-13), para que cuando falten aquí le recibirán en las moradas eternas. El que tiene ojo bueno tiene su corazón iluminado y reconoce que pronto faltarán las riquezas.
E. No está engañado por las riquezas, Mat 13:22.
F. No vive afanoso, vers 25-34; Flp 4:6; Heb 13:5-6.
G. Entiende cuáles son las riquezas verdaderas: la vida, la salud, el cuerpo, la mente, el alma, la conciencia, la familia, la iglesia, el tiempo que Dios nos da para prepararnos, la verdad, la influencia, y toda bendición de Dios tanto material como espiritual; es decir, el que tiene ojo bueno tiene un concepto claro de todas estas cosas. Sabe apreciar el valor de cada bendición de Dios y aprovecha cada una de ellas.
H. Por lo tanto, su vida está llena de luz. ¡Su camino está bien iluminado!
IV. El ojo malo (maligno, avariento).
A. El ojo malo es el ojo enfermo. Es el opuesto del ojo bueno. El que tiene ojo malo no ve claramente. Ve «doble». Por ser avaro ve dos imágenes. Su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo su concepto del uso correcto de sus bienes materiales es confuso y chueco (por lo tanto «malo»).
B. Recuérdese la ilustración de la ventana: si está sucia y opaca, no deja entrar la luz. Lo que opaca la ventana es el amor al dinero. La ventana mala tergiversa y tuerce la imagen y causa confusión.
C. Tal persona tiene «doble ánimo» (Stg 1:8; Stg 4:8). Tiene dos «ánimos» (dos corazones, dos afectos). Es como el hombre que ama a dos mujeres; siempre tiene problemas. Así eran algunos corintios (2Co 11:2-3). Dice Santiago que «El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos». Quiere ir al cielo, pero quiere acumular riquezas «para sí» aquí en la tierra (Luc 12:15-21). ¡Una mano se extiende hacia los cielos y la otra se mete en lodo!
D. Todo tu cuerpo estará en tinieblas, todo lo contrario de la bendición de tener el cuerpo lleno de luz. (Véase bajo número III arriba). Es hombre ciego. El egoísta (el avaro) piensa solamente en sí mismo y no en otros. Es materialista y mundano. Ama el dinero. Los fariseos eran avaros (Luc 16:14). No podían objetivamente escuchar la enseñanza de Jesús y, por lo tanto, seguían en las tinieblas.
V. Ninguno puede servir a dos señores.
A. Porque la palabra «servir» significa «ser esclavo de», y el esclavo tenía un solo amo. Jesús habla de dos servicios conflictivos: el uno de luz y el otro de tinieblas, el uno de humildad y el otro de orgullo, el uno por fe y el otro por vista, el uno con la mira en el cielo y el otro con la mira aquí en la tierra.
B. «o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro». Cuando los efesios se convirtieron, quemaron sus libros sobre la magia (Hch 19:19). Pablo se refiere a lo que él personalmente había dejado como «basura» (Flp 3:8). Judas amó al dinero; por eso aborreció a Jesús. Si servimos a Mamón, descuidaremos la obra de Dios. Satanás acepta con todo gusto una parte de nuestro servicio, porque sabe que si le damos una parte de nuestro servicio, Dios nos rechazará. Por lo tanto, el servicio parcial para Satanás es servicio total para él.
C. Es necesario, pues, escoger. Jos 24:15; 1Re 18:21; Mat 12:30.

Fuente: Notas Reeves-Partain

NOTAS

(1) O: “es sincero; está todo en una sola dirección; está enfocado; es generoso”.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 267 Pro 4:25; Luc 11:34; Efe 1:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ojo. El ojo es descrito aquí como una lámpara que ilumina toda la persona.

Fuente: La Biblia de las Américas

22 (1) Nuestros ojos no pueden enfocar más de un objeto a la vez. Si tratamos de ver dos cosas a la vez, nuestra visión será borrosa. Si fijamos nuestros ojos en una sola cosa, nuestra visión será singular, y todo nuestro cuerpo estará lleno de luz. Si acumulamos tesoros en los cielos y también en la tierra, nuestra visión espiritual será borrosa. Para tener una visión singular, debemos guardar nuestro tesoro en un solo lugar.

22 (a) vs.22-23: Luc_11:34-36

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R768 Cuando el artículo aparece con el sujeto y el predicado nominal, ambos son definidos, se tratan como idénticos, son intercambiables, como ocurre en este caso (el predicado nominal [ὀφθαλμός] tiene el artículo por cuanto es un ejemplo notable: Sólo el ojo es la luz del cuerpo -T183).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, claro

Fuente: La Biblia de las Américas

‡ O, “bueno, inocente.”

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento