Comentario de Mateo 8:28 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Una vez llegado a la otra orilla, a la región de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que habían salido de los sepulcros. Eran violentos en extremo, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
8:28 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados (tenían espíritus inmundos) que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.-“nadie podía atarle, ni aun con cadenas” (Mar 5:2). Los endemoniados eran personas muy dignas de conmiseración y compasión. No estaban simplemente enfermos, sino que demonios o espíritus inmundos tomaban posesión y control de sus cuerpos para atormentarlos. A veces había varios demonios en una sola persona. Mar 16:9; Mat 12:43. Así fue en este caso como vemos en un texto paralelo (Mar 5:9, “Legión me llamo; porque somos muchos”). Marcos (Mar 5:3, Mar 5:4) describe la ferocidad de uno de estos endemoniados: “tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar”. Este endemoniado tenía fuerza sobrenatural. Nadie podía controlarlo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cuando llegó a la otra orilla. Mar 5:1; Luc 8:26; Hch 10:38.
la tierra de los gadarenos. Gén 10:16; Gén 15:21; Deu 7:1.
dos endemoniados que salían. Mar 5:2-5; Luc 8:27, Luc 8:29.
que nadie podía pasar. Jue 5:6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
la tierra de los gadarenos se puede referir a:
(1) el pueblo de Khersa, cerca de la ribera este del Mar de Galilea;
(2) Gerasa, unos cincuenta kilómetros al sureste del Mar de Galilea; o
(3) Gadara, aproximadamente a diez kilómetros. Este era territorio gentil.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ENDEMONIADOS. Véanse Mat 17:17, nota, y el ARTÍCULO PODER SOBRE SATANÁS Y LOS DEMONIOS, P. 1354. [Mar 3:27].
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
tierra de los gadarenos. Cp. Mar 5:1; Luc 8:26). Se refiere a un pequeño pueblo en la ribera opuesta del Tiber, quizás localizado donde se encuentra la moderna Khersa (Kursi). Se encuentran allí algunas tumbas y la ribera desciende empinadamente hasta el agua, coincidiendo exactamente con la descripción del terreno de esta narración. dos endemoniados. Mar 5:2 y Luc 8:27 mencionan solo uno de los dos hombres. Evidentemente, uno de ellos era más dominante que el otro.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
8:28 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados (tenían espíritus inmundos) que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.-“nadie podía atarle, ni aun con cadenas” (Mar 5:2). Los endemoniados eran personas muy dignas de conmiseración y compasión. No estaban simplemente enfermos, sino que demonios o espíritus inmundos tomaban posesión y control de sus cuerpos para atormentarlos. A veces había varios demonios en una sola persona. Mar 16:9; Mat 12:43. Así fue en este caso como vemos en un texto paralelo (Mar 5:9, “Legión me llamo; porque somos muchos”).
Marcos (Mar 5:3, Mar 5:4) describe la ferocidad de uno de estos endemoniados: “tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar”. Este endemoniado tenía fuerza sobrenatural. Nadie podía controlarlo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
UN UNIVERSO PLAGADO DE DEMONIOS
Mateo 8:28-34
Cuando llegaron al otro lado, al territorio de los gadarenos, Le salieron al encuentro dos hombres endemoniados que salieron de entre las tumbas. Eran muy fieros, tanto que nadie podía pasar por aquella carretera. Y fijaos, se pusieron a gritar:
-¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?
A una buena distancia de ellos había un hato de muchos cerdos que estaban pastando. Los diablos Le suplicaron a Jesús:
Si nos echas de aquí, déjanos que vayamos a ese hato de cerdos.
Id -les dijo Jesús.
Los demonios salieron de los hombres y fueron a meter se en el hato de los cerdos. Y fijaos: todo el hato se abalanzó al mar por los acantilados, y se ahogaron en el agua. Los que estaban apacentándolos salieron huyendo, y se fueron lejos al pueblo y contaron todo lo que había pasado con los endemoniados. Y fijaos: todo el pueblo salió al encuentro de Jesús; y cuando Le vieron, Le pidieron que Se fuera de su territorio.
Antes de empezar a estudiar este pasaje en detalle, trataremos de resolver una dificultad que acecha al estudiante de los evangelios. Se ve que había una cierta incertidumbre en las mentes de los evangelistas en cuanto al lugar donde sucedió este incidente. Esa incertidumbre se refleja en las diferencias que hay entre los tres evangelios sinópticos. La ReinaValera’95 de estudio ya hace constar las diferencias en el nombre de la región gergesenos o gadarenos o gerasenos.
La dificultad consiste en que no se ha logrado identificar este lugar con toda seguridad. Gerasa es difícil que sea correcto, porque la única Gerasa de que tenemos información estaba a más de cincuenta kilómetros tierra adentro, al Sudeste del lago, en Galaad; y es seguro que Jesús no recorrió esa distancia cuando desembarcó. Gadara es casi seguro que es el nombre correcto, porque era un pueblo a menos de diez kilómetros tierra adentro desde la orilla del lago, y es normal que el cementerio estuviera a esa distancia, así como los campos para apacentar los cerdos. Gergesa es probable que se deba a la conjetura de Orígenes, el gran erudito alejandrino del siglo III. Él sabía que Gerasa era imposible; dudaba también de la posibilidad de Gadara, y conocía una aldea llamada Gergesa, en la parte oriental del Mar de Galilea, y sugirió que ese debía de ser el lugar. Lo más probable es que las diferencias se deban al hecho de que los que copiaban los manuscritos antiguos no conocían Palestina lo suficiente como para estar seguros de dónde estaba ese lugar y cómo se llamaba.
Este milagro nos enfrenta con la idea de la posesión diabólica, que es tan corriente en los evangelios. El mundo antiguo creía incuestionable e intensamente en los malos espíritus. El aire estaba tan lleno dé estos espíritus que no era posible insertar en él la punta de una aguja sin encontrarse con alguno. Algunos decían que había siete millones y medio de ellos; había diez mil en la mano derecha de cada persona, y otros diez mil en su izquierda; y todos estaban esperando la oportunidad para hacerle daño. Vivían en lugares inmundos, como las tumbas, y en otros en los que no había agua para limpiar. Vivían en los desiertos, en los que se podían oír sus aullidos. Eran especialmente peligrosos para los viajeros solitarios, las mujeres de parto, la esposa y el esposo recién casados, los niños que salían por la noche y los que viajaban de noche. Eran especialmente peligrosos en el calor del mediodía, y entre la puesta y la salida del sol. Los demonios masculinos se llamaban sedim, y los femeninos lilin, de Lilit. Los demonios femeninos tenían pelo largo, y eran especialmente peligrosos para los niños; por eso tenían los niños ángeles de la guarda (cp. Mt 18:10 ).
En cuanto al origen de los demonios había diferentes opiniones. Algunos mantenían que existían desde el principio del mundo. Otros, que eran los espíritus de los malvados que habían muerto, y que hasta después de la muerte trataban de hacer daño. Lo más corriente de todo era relacionarlos con la extraña historia del Génesis b:1-8. Ese pasaje dice que los ángeles pecadores vinieron a la Tierra y sedujeron a mujeres mortales. Los demonios se creía que eran los descendientes de los que nacieron de aquellas malas uniones.
A estos demonios se les atribuían todas las enfermedades. Se los suponía responsables, no solo de enfermedades como la epilepsia y los trastornos mentales, sino también de las enfermedades corporales. Los egipcios mantenían que el cuerpo constaba de treinta y seis partes :diferentes, cada una de las cuales podía ser la guarida de un demonio. Una de sus maneras favoritas de conseguir introducirse en el cuerpo de una persona era acechar mientras estaba comiendo, y colarse con la comida.
A nosotros nos parecerá fantástico todo esto; pero los pueblos antiguos creían a pies-juntillas en los demonios. Si una persona estaba convencida de que estaba poseída por un demonio, se dedicaría a reproducir todos los síntomas de la posesión diabólica. Se podía convencer auténticamente de que tenía dentro un demonio. Hasta el día de hoy, uno se puede autosugestionar y convencer de qué tiene un dolor o ,está enfermo; eso podía suceder todavía más fácilmente cuando había tanto de lo que hoy llamamos supersticiones, y cuando el conocimiento humano era mucho más primitivo que ahora. Aunque no hubiera demonios, una persona que se creyera poseída sólo podía curarse si se admitía que, por lo menos para ella; los demonios eran la cosa más real del mundo.
LA DERROTA DE LOS DEMONIOS
Mateo 8:28-34 (conclusión)
Cuando Jesús llegó al otro lado del lago, se Le enfrentaron dos endemoniados que vivían entre las tumbas, porque las tumbas eran el lugar de residencia normal de los demonios. Eran tan feroces que constituían un peligro para los que pasaran por allí, y un viajero prudente evitaría un encuentro con ellos a toda costa.
W. M. Thonmson, en La Tierra y el Libro, nos cuenta que él mismo, en el siglo XIX, vio personas que estaban en exactamente la misma situación de aquellos dos endemoniados de las tumbas de Gadara:
Actualmente se , dan casos muy semejantes -locos furiosos y peligrosos que deambulan por las montañas y duermen en cuevas y en tumbas. Cuando tienen uno
de sus peores paroxismos no hay quien los domine, y son tremendamente fuertes… Y es uno de los rasgos más corrientes de esta locura que los que la padecen se niegan a usar ropa. Los he visto a menudo totalmente desnudos por las calles de Beirut y de Sidón. También hay casos que corren salvajemente por los despoblados y aterran a todos los de la vecindad.
Aparte de todo lo demás, Jesús dio muestras de un valor extraordinario al pararse a hablar con aquellos dos hombres.
Si de veras queremos saber los detalles de, esta historia tenemos que acudir a Marcos. El relato de Marcos (Mr 5:1-19 ) es mucho más largo, y lo que nos da Mateo no es más que un resumen. Esta es una historia de milagro que ha causado mucha discusión, y la discusión se ha centrado en torno a la destrucción del hato de cerdos. Muchos la han encontrado extraña, y han considerado cruel el que Jesús destruyera así una manada de animales. Pero es casi seguro que Jesús no destruyó deliberadamente los cerdos.
Debemos tratar de visualizar lo que sucedió. Los endemoniados estaban chillando y gritando (Mr 5:7 ; Lc 8:28 ). Debemos tener presente que estaban totalmente convencidos de que estaban invadidos de demonios. Ahora bien, era una creencia normal y ortodoxa que todos compartían que cuando viniera el Mesías y hubiera un juicio final, los demonios serían destruidos. Eso es lo que los hombres querían decir cuando le preguntaron a Jesús por qué había venido a atormentarlos antes del tiempo de terminar. Estaban tan convencidos de que estaban poseídos por demonios que nada los podía haber librado de su convicción que no fuera una demostración visible de que los demonios habían salido de ellos.
Había que hacer algo que fuera para ellos una prueba indubitable. Lo más seguro es que sus gritos y chillidos alarmaran el hato de los cerdos, que, en su terror, huyeron en desbandada y se cayeron al lago. El agua era fatal para los demonios. Ante eso, Jesús aprovechó la ocasión que se le presentaba.
«¡Fijaos! -les dijo-‘Fijaos en esos cerdos: se han hundido en el fondo del lago, y se han llevado vuestros demonios para siempre.» Jesús sabía que no había otra manera de convencer a esos dos hombres de que estaban definitivamente curados. Si fue así, Jesús no destruyó aposta la manada de cerdos; simplemente usó su estampida para ayudar a aquellos dos pobres pacientes a creer en su curación.
Pero aunque Jesús hubiera causado deliberadamente la destrucción de aquel hato de cerdos, no debería nunca habérsele culpado por ello. Hay tal cosa como pasarse de chinche. T. R. Glover hablaba de las personas que creen que son muy religiosas cuando lo que son es muy fastidiosas.
No podemos comparar el valor de un hato de cerdos con el de dos almas humanas inmortales. No es comente negarse a comer un bocadillo de jamón o chuletas de cerdo para la comida por motivos de conciencia. Nuestra simpatía hacia los cerdos no nos lleva tan lejos como para impedirnos comérnoslos; ¿y vamos a quejarnos de que Jesús devolviera la salud a dos mentes humanas a costa de un hato de cerdos? Esto no quiere decir, ni mucho menos que animemos, o ni siquiera disculpemos la crueldad con los animales. Es sencillamente que debemos conservar en la vida un sentido de la proporción.
La tragedia suprema de esta historia radica en su conclusión. Los que habían estado pastoreando a los cerdos volvieron corriendo al pueblo y dijeron lo que había sucedido; y el resultado fue que los del pueblo le pidieron a Jesús que saliera inmediatamente de su territorio.
Aquí encontramos el peor egoísmo humano. A esa gente no le importaba que dos personas hubieran recuperado la razón; lo único que les importaba era que se habían quedado sin sus cerdos. Eso es lo que sucede muchas veces cuando se dice: «Me importa un pito lo que les pase a los demás, siempre que no sufran mis ganancias y mi comodidad y mi tranquilidad.» Nos podemos alucinar ante la insensibilidad de aquella gente de Gadara, pero debemos tener cuidado de no objetar a que se ayude a otros para no perder nuestros privilegios.
CRECE LA OPOSICIÓN
Ya hemos visto repetidamente que en el evangelio de Mateo no aparece nada colocado al azar. Todo está planificado y diseñado cuidadosamente.
En el capítulo 9 vemos otro ejemplo de esta cuidadosa planificación, porque contiene las primeras sombras de la tormenta que se está fraguando. Vemos cómo empieza a crecer la oposición; oímos las primeras insinuaciones de las acusaciones que se van a urdir contra Jesús, y que acabarán finalmente por llevarle a la muerte. En este capítulo se Le hacen a Jesús cuatro acusaciones.
(i) Se Le acusaba de blasfemia. En Matea 91-8 vemos a Jesús curando al paralítico perdonándole sus pecados; y oímos a los escribas acusarle de blasfemia porque pretendía hacer lo que sólo Dios puede hacer. Acusaban a Jesús de blasfemia porque hablaba con la voz de Dios. Blasfémía quiere decir literalmente insulto o calumnia; y los enemigos de Jesús le acusaban de insultar a Dios porque Se arrogaba los poderes exclusivos de Dios.
(ii) Se Le acusaba de inmoralidad. En Mt 9:10-13 vemos a Jesús participando en una fiesta con publicanos y pecadores. Los fariseos se escandalizaban de que Él comiera con tal gentuza. La implicación era que Él era igual que ellos. «Dime con quién andas, y te diré quién eres.»
A Jesús Le acusaron de hecho de ser una persona inmoral porque se Le veía con gente inmoral. Una vez que una persona cae en desgracia es la cosa más fácil del mundo tergiversar y falsificar todo lo que hace.
Harold Nicolson cuenta una conversación que tuvo con Stanley Baldwin. Nicolson estaba por entonces empezando su carrera política, y fue a pedir a Baldwin, político veterano, el consejo que le pudiera dar. Baldwin le dijo algo así: «Vas a tratar de ser un estadista, y a manejar los asuntos del país. Bien, yo tengo una larga experiencia de ese tipo de vida, y te daré tres reglas que harás bien en seguir. La primera, si ya estás suscrito a una agencia de recortes de periódicos, cante la la suscripción inmediatamente. La segunda, no te ríase` nunca de los errores de tus oponentes. La tercera, ármate d paciencia cuando te atribuyan falsos motivos.» Una de las armas favoritas de los enemigos de cualquier hombre publica es atribuirle falsos motivos; eso es lo que Le hicieron a Jesúa Sus enemigos. ;
(iii) Se Le acusaba de laxitud en la piedad. En Mt 9:14 : 17, los discípulos de Juan les preguntaron a los de Jesús qué su Maestro no ayunaba. Jesús no observaba las prácticas ortodoxas de la religión, y por tanto los ortodoxos no se fiaban de Él. Cualquiera que se aparte de los convencionalismo sufrirá por ello; y cualquiera que quebrante los convencionalismos religiosos, más todavía. Jesús quebrantaba los convencionalismos ortodoxos de la piedad farisaica, y se le c ticaba por ello.
(iv) Se le acusa de actuar de acuerdo con el diablo. En Mt 9:31-34 Le vemos curando a un mudo, y Sus enemigos atribuyen la curación a Su asociación con el diablo. Siempre que entra un nuevo poder en la vida -se ha dicho, por ejemplo, del poder espiritual- hay quienes dicen: » Debemos tener cuidado; esto podría ser obra del diablo y no de Dios.» Es curioso que cuando la gente se encuentra con algo que no le gusta, o que no entiende, o que no está de acuerdo con sus: ideas preconcebidas, a menudo se lo atribuyen al diablo y no a Dios.
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Así que aquí tenemos el principio de la campaña contra Jesús. Sus calumniadores ya están actuando. Las lenguas chismosas están envenenando la verdad y atribuyendo falsos motivos. El movimiento para eliminar a este conflictivo Jesús ha comenzado.
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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— Gadara: Ciudad pagana situada en la región de la Decápolis, unos 10 km al sudeste del lago de Tiberíades. La ciudad daba nombre a una comarca que se extendía hasta las orillas del lago. Algunos mss. dicen: región de los gerasenos (o gergesenos).
— dos hombres: Mc y Lc hablan de un solo hombre.
— poseídos por demonios: Ver nota a Mat 8:16.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Un exorcismo espectacular (ver Mar. 5:1-20; Luc. 8:26-39). Aunque los exorcismos ya han sido mencionados en términos generales, esta primera mención específica de uno le agrega otra dimensión a la autoridad de Jesús: su dominio sobre los seres sobrenaturales. La versión abreviada drásticamente por Mateo omite la mayoría de los detalles personales y se concentra en el conflicto entre Jesús y los demonios. Dado su discernimiento sobrehumano éstos reconocen a Jesús como el Hijo de Dios, pero este testimonio, aunque verdadero, no es recibido bien de tal fuente.
Marcos y Lucas mencionan solamente a un hombre poseído de los demonios, pero Mateo aquí (como en 20:30; cf. 9:27) dice que había dos, posiblemente porque el relato se escribe como un testimonio al poder de Jesús, y en la ley judía hacía falta tener dos testigos.
Este era territorio gentil (por esto la presencia de cerdos). Mateo no menciona otra reacción que el deseo de la gente de ¡deshacerse de este visitante destructor! Tampoco se interesa en la muerte de los cerdos ni en la pérdida económica para sus dueños. Supuestamente, la liberación de dos hombres se consideraba de mayor importancia. Pero el relato se da primordialmente para mostrar a Jesús en un conflicto victorioso contra una fuerza demoníaca sumamente poderosa.
Notas. 28 Gadara era una población griega que controlaba el territorio del lado oriental del mar de Galilea.29 Antes de tiempo se refiere a la creencia de que los demonios serían castigados en el juicio final.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Al país de los gerasenos”, en Mar 5:1; Luc 8:26.
(2) O: “que salían de”.
REFERENCIAS CRUZADAS
d 354 Luc 8:26
e 355 Mar 5:2; Luc 8:27
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
tierra de los gadarenos. Algunos mss. griegos dicen gadarenos y otros guerasenos o guerguesenos (cp. notas del traductor en Marcos 5:1 y Lucas 8:26). Gadara estaba situada a unos 8 km al sudeste del Mar de Galilea, mientras que Guerasa estaba situada como a 48 km al sudeste del Mar. Los territorios de ambas ciudades se extendían hasta las costas del Mar de Galilea, y como ambas ciudades eran bien conocidas, era común referirse a una u otra ciudad como representante de todo el área donde el milagro tuvo lugar.
sepulcros. Los sepulcros en cuevas naturales o hechos en la roca generalmente tenían dos cámaras, y con frecuencia una permanecía vacía. Estas cámaras a veces eran usadas como morada por leprosos, atormentados mentales y aún por los muy pobres.
Fuente: La Biblia de las Américas
28 (a) vs.28-34: Mar_5:1-17 ; Luc_8:26-37
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
gadarenos. Vivían en la orilla E del mar de Galilea.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Convenzámonos de que el diablo existe. Esta es una verdad terrible, pero que á menudo se pasa por alto. Hay constantemente y cerca de nosotros un espíritu invisible, de inmenso poder y lleno de odio contra nuestras almas. Desde el principio de la creación se ha empeñado en causarle males al hombre. Hasta que el Señor venga por segunda vez y lo ate, no dejará de tentar y ejecutar iniquidades. Es bien claro que en los días en que nuestro Señor estuvo en el mundo ejercía un influjo especial sobre los cuerpos y almas de algunos individuos. Aun en nuestros días, puede ser que exista más de ese mal de lo que comúnmente se supone, aunque no de una manera tan grave como en tiempo de Jesús. Pero que el diablo se halla siempre cerca de nosotros en el espíritu y que á todas horas procura seducirnos con tentaciones, es un hecho que no debe olvidarse.
Más, el poder del demonio es limitado. Poderoso como es, hay un Ser que es más poderoso que él. Aunque está empeñado en causar males en el mundo, no puede obrar sin permiso. Estos mismos versículos están probando que los espíritus malignos saben que solo pueden ir de un lugar á otro devastando la tierra en tanto que se lo permita el Señor de los señores. «¿Has venido,» dijeron, «á molestarnos antes de tiempo?» Y la siguiente súplica deja conocer que no podían hacer nada á los cerdos, si Jesús, el Hijo de Dios, no los dejaba.
Nuestro Señor Jesucristo es quien libra al hombre del poder del demonio. Desde tiempos muy remotos se había profetizado que El quebrantaría la cabeza de la serpiente. Empezó á cumplir esa profecía cuando nació de la Virgen María, y triunfó sobre la serpiente cuando murió en la cruz. Mas sanando á todos los endemoniados manifestó su completo dominio sobre Satanás. Desdichados seriamos á la verdad si teniendo conocimiento de que el diablo está siempre cerca de nosotros no supiéramos también que Jesucristo » puede salvar perpetuamente á los que por él se allegan á Dios.» Heb. 7.25.
Antes de terminar este pasaje notemos cuan mundanos eran los Gergesenos, habitantes del país en que se obró el milagro. Suplicáronle á nuestro Señor que se fuera de sus términos. Lo único que parecieron sentir era la pérdida de sus cerdos. No se apercibieron siquiera de que dos de sus semejantes, que poseían almas inmortales, hubiesen sido libertados del yugo de Satanás ; ni se cuidaron de que delante de ellos estaba un Ser más grande que Satanás, Jesús el Hijo de Dios. Considerando á Jesús como un obstáculo para la prosecución de sus negocios, solo querían deshacerse de él.
Muchos son los que se parecen á los Gergesenos. Millares de personas hay que no se cuidan de Cristo ó de Satanás siempre que puedan adquirir más dinero ó más bienes. Velemos y oremos para que no vayamos á caer presa de semejantes ideas.
Recordemos todas las mañanas que tenemos almas responsables y que algún día moriremos, y después seremos juzgados.
Guardémonos de amar al mundo más que á Jesucristo. Guardémonos de impedir la salvación de los demás porque temamos que la difusión de la religión disminuya nuestras ganancias ó nos ocasione molestias.
Fuente: Los Evangelios Explicados
M141 Ὥστε con el infinitivo tiene un sentido consecutivo (que indica el resultado; puede ser potencial y no real).
BD291(3) El pronombre ἐκείνης designa algo antes mencionado; en este caso se refiere a la morada de los endemoniados, pues el camino en sí aún no había sido mencionado.