Biblia

Comentario de Mateo 10:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 10:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas.

10:16 — He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos (7:15; Luc 10:3; Jua 10:12; Hch 20:29; los apóstoles siempre estaban rodeados de lobos); sed, pues, prudentes como serpientes (prudentes, sabios, cautelosos, conscientes del ambiente y de peligros, reconocer cuando alguien es lobo [enemigo del rebaño] aunque sea familiar o “amigo”, “guardaos” para no ser sorprendidos sabiendo que los lobos de dos patas quieren atrapar [12:10; 22:15; Jua 8:6], Jua 2:24-25; “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios”, Efe 5:15); y sencillos (inocentes, ingenuos, Rom 16:18; Flp 2:15; carente de sospechas, libre de mezcla con mal, Heb 7:26, del carácter de Cristo, WEV) como palomas. Esto es difícil en medio de persecuciones, pero recordemos el ejemplo de Jesús (1Pe 2:20, “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”. Los apóstoles imitaron a Cristo en esto.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

como a ovejas en medio de lobos. Luc 10:3; Hch 20:29.

sed, pues prudentes como serpientes. Gén 3:1, Gén 3:13; Luc 21:15; Rom 16:19; 1Co 14:20; 2Co 11:3, 2Co 11:14; Efe 5:15-17; Col 1:9; Col 4:5.

y sencillos como palomas. Rom 16:18, Rom 16:19; 2Co 1:12; 2Co 8:20; 2Co 11:3; Flp 2:15; 1Ts 2:10; 1Ts 5:22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las serpientes son consideradas comúnmente como prudentes, quizás porque son silenciosas y peligrosas, o por la forma en que se mueven (Gén 3:1).

en medio de lobos significa que los apóstoles estarán expuestos al odio y a la violencia de los hombres.

sencillos literalmente significa: «sin mezcla», lo cual también puede indicar pureza e inocencia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

lobos. Expresión usada para describir a los falsos profetas quienes perseguían a los verdaderos creyentes y buscaban la destrucción de la Iglesia (cp. Mat 7:15; Luc 10:3; Hch 20:29). Vea la nota sobre Luc 10:3.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:16 — He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos (7:15; Luc 10:3; Jua 10:12; Hch 20:29; los apóstoles siempre estaban rodeados de lobos); sed, pues, prudentes como serpientes (prudentes, sabios, cautelosos, conscientes del ambiente y de peligros, reconocer cuando alguien es lobo [enemigo del rebaño] aunque sea familiar o “amigo”, “guardaos” para no ser sorprendidos sabiendo que los lobos de dos patas quieren atrapar [12:10; 22:15; Jua 8:6], Jua 2:24-25; “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios”, Efe 5:15); y sencillos (inocentes, ingenuos, Rom 16:18; Flp 2:15; carente de sospechas, libre de mezcla con mal, Heb 7:26, del carácter de Cristo, WEV) como palomas. Esto es difícil en medio de persecuciones, pero recordemos el ejemplo de Jesús (1Pe 2:20, “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”. Los apóstoles imitaron a Cristo en esto.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL DESAFÍO DEL REY A SUS MENSAJEROS

Mateo 10:16-22

Fijaos: Soy Yo Quien os envía como ovejas en medio de lobos. Demostrad que sois tan prudentes como las

serpientes, y tan inocentes como las palomas. ¡Cuidado con la gente! Porque os entregarán a los concilios, y os azotarán en sus sinagogas. Os llevarán ante los gobernadores y los reyes por causa de Mí para que podáis darles vuestro testimonio a ellos y a los gentiles. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo habéis de hablar o de lo que habéis de decir. Lo que hayáis de hablar os será dado en aquel momento; porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino que será el Espíritu de vuestro Padre el Que hablará por vosotros. El hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre a su propio hijo. Los hijos se levantarán contra los padres,
y los matarán; y os odiarán todos por causa de Mi nombre. Pero el que resista hasta lo último, ese estará a salvo.

Antes de estudiar este pasaje en detalle debemos notar dos cosas acerca de él en general.
Cuando estábamos estudiando el Sermón del Monte (páginas 102-332), ya vimos que una de las grandes características de Mateo era su interés en la disposición ordenada de su material. Vimos que Mateo tenía la costumbre de reunir en un lugar todo el material referente a un tema, aunque Jesús lo hubiera dicho en diferentes ocasiones. Mateo era sistematizador. Este pasaje es uno de los ejemplos en que Mateo reúne su material de diferentes tiempos. Aquí recoge las cosas que dijo Jesús en distintas ocasiones acerca de la persecución.
No cabe duda que, hasta cuando Jesús envió a Sus hombres por primera vez, les dijo lo que podían esperar. Pero al principio Mateo relata que Jesús les dijo a Sus hombres que no fueran esa vez a los gentiles o a los samaritanos; y sin embargo en este pasaje Mateo nos presenta a Jesús anunciando persecución y proceso ante gobernadores y reyes, es decir, muy lejos de Palestina. La explicación es que Mateo recoge las referencias de Jesús a la persecución y reúne tanto lo que Jesús dijo cuando envió a Sus hombres en su primera expedición como lo que Jesús les dijo después de Su resurrección, cuando los estaba enviando por todo el mundo. Aquí tenemos las palabras, no sólo de Jesús en Galilea, sino también del Cristo Resucitado.
Además, debemos notar que en estas palabras Jesús estaba haciendo uso de ideas e imágenes que formaban parte del pensamiento judío. Ya hemos visto una y otra vez que era la costumbre de los judíos en sus descripciones del futuro el dividir el tiempo en dos edades. Estaba la edad presente, totalmente mala, y la edad por venir, que sería la edad de oro de Dios; y entre las dos estaría el Día del Señor, que sería un tiempo terrible de caos y destrucción y juicio. Ahora bien, uno de los rasgos que aparecían frecuentemente en el pensamiento judío acerca del Día del Señor era que dividiría a los amigos y a los familiares en dos bandos, y que los vínculos más estrechos de la Tierra se destruirían en amargas enemistades.

«Todos los amigos se destruirán entre sí» (2 Esd 5:9 ). «En ese tiempo los amigos se harán la guerra unos contra otros como enemigos» (2 Esd 6:24 ). «Y se pelearán entre sí, los jóvenes con los viejos, y los viejos con los jóvenes, los pobres con los ricos, y los humildes con los grandes, y los mendigos con los príncipes» (Jubileos 23:19). «Y se aborrecerán unos a otros, y se provocarán para luchar; y los miserables gobernarán sobre los honorables, y los de baja estofa serán alabados más que los famosos» (Apocalipsis de Baruc 70:3). «Y empezarán a pelear entre ellos, y su mano derecha será fuerte contra ellos, y ninguno reconocerá a su hermano, ni un hijo a su padre o a su madre, hasta que sean innumerables los cadáveres de sus matanzas» (Enoc 56:7). «Y en aquellos días los marginados se irán y se llevarán a sus niños y los abandonarán, de forma que sus niños perecerán por su culpa; sí, abandonarán a sus niños todavía de pecho y no volverán a ellos; y no tendrán lástima de sus seres queridos» (Enoc 99:5). «Y en aquellos días, en un mismo lugar, los padres juntamente con sus hijos serán heridos, y los hermanos unos con otros caerán muertos hasta que fluyan arroyos con su sangre. Porque un hombre no retendrá su mano de matar a sus hijos y a los hijos de sus hijos, y el pecador no retendrá su mano de su hermano respetable; desde el amanecer hasta el ocaso se matarán unos a otros» (Enoc 100: 1 s).

Todas estas citas se han tomado de los libros que los judíos escribían y conocían y amaban, y con los que alimentaban sus corazones y sus esperanzas en los días entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Jesús conocía estos libros; Sus hombres también los conocían; y cuando Jesús hablaba de los terrores por venir, y de las divisiones que rasgarían los lazos más íntimos de la Tierra, estaba diciéndoles en efecto: «El Día del Señor ha llegado.» Y Sus hombres sabrían lo que les estaba diciendo, y saldrían convencidos de que estaban viviendo los días más grandes de la Historia.

LA HONESTIDAD DEL REY
CON SUS MENSAJEROS

Mateo 10:16-22 (continuación)

No podemos leer este pasaje sin quedar profundamente impresionados con la honestidad de Jesús. Él nunca se resistió a decirles a las personas lo que podrían esperar si Le seguían. Es como si dijera: «Tengo una tarea para vosotros -es de lo más horrible y de lo peor- ¿la aceptáis?» Plummer comenta: «Ésta no es la manera que tiene el mundo de ganar adeptos.» El mundo le ofrece a una persona un sendero de rosas, comodidad, tranquilidad, progreso, el cumplimiento de sus ambiciones mundanas. Jesús les ofreció a los Suyos tribulación y muerte. Y sin embargo la Historia demuestra que Jesús estaba en lo cierto. En lo más íntimo de nuestro corazón a todos nos encanta una invitación a la aventura.
Después del sitio de Roma, en 1849, Garibaldi hizo la siguiente proclamación a sus seguidores: «Soldados, todos nuestros esfuerzos contra fuerzas superiores han sido inútiles. No tengo para ofreceros más que hambre y sed, sufrimiento y muerte; pero llamo a todos los que aman su país a que se me unan.» Y se le unieron a millares.
Después de Dunkerque, Churchill le ofreció a su país «sangre, brega, sudor y lágrimas.» Prescott cuenta que. Pizarro, aquel inveterado aventurero ofreció a su pequeña banda la tremenda elección entre la seguridad conocida de Panamá y el esplendor todavía desconocido del Perú. Echó mano a su espada y trazó con ella una raya en la arena de Este a Oeste: «¡Amigos y camaradas! -les dijo- A ese lado está la brega, el hambre, la falta de ropa, las tormentas que calan hasta los huesos, la destitución y la muerte; a este lado, la facilidad y el placer. Ahí está Perú con sus riquezas aquí Panamá con su pobreza. Que escoja cada hombre lo que le corresponde mejor a un bravo castellano. Por mi parte, yo voy al Sur.» Y cruzó la línea. Trece hombres escogieron la aventura con él.

Cuando Shackleton propuso dirigirse al Polo Sur, pidió voluntarios para la marcha entre ventiscas a través del hielo polar. Esperaba tenerlo difícil; pero le inundaron con cartas, de jóvenes y viejos, ricos y pobres, los de más arriba y los de más abajo, todos deseando participar en esa gran aventura.

Puede que la Iglesia tenga que aprender otra vez que no atraeremos nunca a las personas a una vida fácil; es la llamada de lo heroico la que habla a fin de cuentas al corazón.

Jesús ofreció a sus hombres tres clases de adversidades:

(i) El Estado los perseguiría; los llevarían a los consejos, y a los reyes y a los gobernadores. Mucho antes de esto Aristóteles se había preguntado si un hombre bueno podía ser realmente un buen ciudadano; porque, decía, el deber de un ciudadano es dar su apoyo y obediencia al Estado, y hay veces en que a un hombre bueno eso le resultaría imposible. Cuando llevaran a los hombres de Cristo a tribunales y a juicios no tendrían que preocuparse por lo que habían de decir; porque Dios les daría las palabras. «Yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar,» le prometió Diosa Moisés (Ex 4:12 ). No era la humillación lo que los primeros cristianos temían; ni tampoco los dolores crueles y la agonía. Pero muchos de ellos temían que su falta de habilidad en el uso de las palabras y la defensa dejara en mal lugar su fe. La promesa de Dios es que cuando uno de los Suyos está enjuicio por su fe, le vendrán las palabras que deba usar.

(ii) La Iglesia los perseguiría; los azotarían en las sinagogas. A la Iglesia no le gusta que la inquieten, y tiene su forma de lidiar a los que alteran la tranquilidad. Los cristianos eran, y somos, los que ponen el mundo patas arriba (Hch 17:6 ). Ha sucedido muchas veces que uno que venía con un mensaje de Dios tuviera que arrostrar el odio y la enemistad de una ortodoxia fosilizada.

(iii) La familia los perseguiría; los que tenían más cerca y les eran más queridos los tomarían por locos, y les cerrarían la puerta de su casa en la cara. En todos los tiempos se da a veces el caso de que el cristiano tiene que enfrentarse con la disyuntiva más terrible: la de escoger entre su lealtad a Cristo, y su lealtad a su familia y amigos.
Jesús les advirtió a Sus hombres que en los días por venir podría ser que se confabularan contra ellos el Estado y la Iglesia y la familia.

LAS RAZONES PARA LA PERSECUCIÓN
DE LOS MENSAJEROS DEL REY

Mateo 10:16-22 (conclusión)

Mirando las cosas desde nuestro punto de vista encontramos difícil de entender por qué cualquier gobierno podría querer perseguir a los cristianos, cuyo único propósito era vivir en pureza, en caridad y en respeto. Pero en días posteriores el gobierno romano tuvo lo que consideraba buenas razones para perseguir a los cristianos (ver sobre esto páginas 135-138).
(i) Corrían algunas calumnias sobre los cristianos. Los acusaban de ser caníbales por las palabras de la Santa Cena que hablan de comer el cuerpo de Cristo y beber Su sangre. Los acusaban de inmoralidad, porque el nombre que le daban a su fiesta semanal era agapé, la fiesta del amor. Los acusaban de incendiarios, por el cuadro que los predicadores cristianos pintaban del fin del mundo. Los acusaban de ser ciudadanos desleales y desafectos al régimen porque se negaban a confesar la divinidad del emperador.

(ii) Es dudoso que los mismos paganos creyeran realmente estas acusaciones calumniosas. Pero había otras que eran más serias. Se acusaba a los cristianos de deshacer los vínculos familiares. Era verdad que el cristianismo a veces dividía familias, como ya hemos visto; y a los paganos les parecía que era algo que enfrentaba a los padres con los hijos y a los maridos con sus mujeres.

(iii) Una dificultad auténtica la presentaba la posición de los esclavos en la Iglesia Cristiana. En el imperio romano había 60,000,000 de esclavos. Siempre era uno de los temores del imperio el que se rebelaran los esclavos. Si la estructura del imperio había de permanecer intacta, había que mantener a los esclavos en su lugar; no se debía hacer nada para animarlos a rebelarse, o las consecuencias serían más terribles de lo que se podía imaginar.

Ahora bien: la Iglesia Cristiana no trataba de liberar a los esclavos, o de condenar la esclavitud; pero sí trataba a los esclavos como iguales dentro de la Iglesia. Clemente de Alejandría mantenía que «los esclavos son como nosotros,» y a ellos también se les aplicaba la – regla de oro. Lactancio escribió: «Los esclavos no son esclavos para nosotros. Los consideramos hermanos en el Espíritu, consiervos en la fe.» Es un hecho notable que, aunque había millares de esclavos en la Iglesia Cristiana, la palabra esclavo nunca aparece en las inscripciones de las tumbas cristianas romanas.

Y peor todavía: Era perfectamente posible que un esclavo tuviera cargos en la Iglesia Cristiana. Dos obispos de Roma de principios del siglo II, Calixto y Pío, habían sido esclavos. Y no era raro encontrar ancianos y diáconos que eran esclavos.
Y todavía peor: En el año 220 d.C. Calixto, que como ya hemos visto había sido esclavo, decidió que a partir de entonces la Iglesia Cristiana consentiría el matrimonio de una joven de la clase alta con un liberto, un matrimonio que era de hecho ilegal bajo la ley romana, y por tanto no era considerado matrimonio.
Por su manera de tratar a los esclavos, la Iglesia Cristiana debe de haber parecido a las autoridades romanas una fuerza que estaba resquebrajando las bases mismas de la civilización y amenazando la misma existencia del imperio al dar a los esclavos una posición que no debieran haber tenido nunca según la ley romana.
(iv) No cabe duda que el Cristianismo afectó seriamente algunos intereses creados en relación con la religión pagana. Cuando el Cristianismo llegó a Éfeso la industria de los plateros recibió un golpe mortal, porque cada vez eran menos los que deseaban comprar las imágenes que ellos fabricaban (Hch 19:24-27 ). Plinio fue gobernador de Bitinia en el reinado de Trajano, y en una carta al emperador (Plinio: Cartas 10:96) le dice que había tomado medidas para arrestar el rápido crecimiento del Cristianismo para que «los templos que habían sido desertados cierto tiempo volvieran a ser frecuentados; los festivales sagrados, interrumpidos hacía tiempo, revivieran; mientras que hay una demanda general de sacrificios animales que hacía algún tiempo que tenían pocos compradores.» Está claro que la extensión del Cristianismo suponía la abolición de algunas industrias y actividades;* y los que perdían su negocio y su dinero no es extraño que se quejaran.

El Cristianismo predica una visión de la persona que no puede aceptar un Estado totalitario. El Cristianismo se proponía deliberadamente obliterar algunos negocios y profesiones y maneras de hacer dinero. Todavía sigue siendo así; y por tanto es probable que el cristiano sufra persecución por su fe.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Jua 10:12; Hch 20:29.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

y 441 Sof 3:3; Hch 20:29

z 442 Gén 3:1; Rom 16:19

a 443 Flp 2:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ovejas…lobos. Los discípulos, y por extensión los creyentes en Cristo, son las ovejas, y los lobos son los que se oponen a Cristo y a su mensaje. Este símil señala los peligros y la hostilidad que experimentarán los discípulos en su misión.

serpientes…palomas. La serpiente representa la astucia del diablo para engañar (Gn 3:1). La paloma es un símbolo universal de la paz, la pureza y la inocencia.

Fuente: La Biblia de las Américas

16 (1) Como ovejas en medio de lobos, los apóstoles del Señor necesitan ser prudentes como serpientes, aunque no son serpientes, para no ser heridos por los lobos, y ser sencillos como palomas, sin ninguna intención maligna y sin hacer daño a los demás.

16 (a) Luc_10:3

16 (b) Hch_20:29

16 (c) Gén_3:1

16 (d) Cnt_2:14 ; cfr. Jua_1:32

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Estos versículos contienen verdades sobre las cuales debieran meditar todos los que deseen hacer algún bien en el mundo. Al egoísta, al que solo se cuida de sus propias comodidades, tal vez le parezca que ellos no contienen nada de particular. Para el ministro del Evangelio y para los que deseen la salvación de las almas, están llenos de interés. Desde luego se comprende que se refieren con especialidad á los días de los apóstoles; mas, también es cierto que contienen muchas cosas que en todo tiempo tienen aplicación.
Se nos enseña, por una parte, que los que quieren hacer bien á las almas han de contentarse con esperar módicos resultados. No deben figurarse que sus esfuerzos han de tener necesariamente un éxito brillante y universal. Antes bien, deben resignarse á ser aborrecidos, perseguidos y ultrajados, y eso hasta por sus parientes más íntimos. Á menudo se verán como ovejas en medio de lobos Tengamos esto presente constantemente. La naturaleza humana es peor de lo que se cree. El influjo del mal es más poderoso de lo que comúnmente se supone.
Vano es pensar que todos comprenderán al punto lo que es para su bien y creerán lo que les digamos. ¡Feliz el cristiano que se penetra de esta verdad desde el principio y no tiene que aprenderla por medio de una amarga experiencia! Enséñasenos, por otra parte, que los que desearen hacer bien á sus semejantes necesitan pedir á Dios que los dé sabiduría, sensatez y sanas ideas. Nuestro Señor les recomendó á sus discípulos que fuesen prudentes como serpientes y sencillos como palomas; y les dijo que cuando fuesen perseguidos en un lugar podían lícitamente ir á otro.
Hay pocos preceptos de Jesucristo que sean más difíciles de obedecer con acierto que éste. El camino que se nos señala media entre dos extremos; y se necesita de mucho tino para determinarlo. El un extremo consiste en guardar silencio y mantener secretas nuestras convicciones religiosas á fin de evitar toda persecución. El otro consiste en cortejar la persecución y querer imponer nuestras convicciones religiosas á todo el que encontramos, sin tomar en consideración el lugar, la hora ni las circunstancias. De ambos extremos debemos precavernos. ¿Alcanzaremos á hacerlo? Para ello debemos implorar el auxilio divino. Mas el extremo á que más expuestos están hoy los hombres es al primero. Lo que ellos llaman prudencia degenera en el silencio, la cobardía, la indiferencia, la infidelidad; y se disculpan su falta de interés en hacer bien á las almas de los demás diciendo que aquello seria indiscreción ó importunidad, y que causaría molestias innecesarias. Guardémonos de dar cabida á semejantes ideas.
Por otra parte, imposible seria negar que á menudo se ejerce un celo recto y santo que no se armoniza con la prudencia.
Pueden causarse muchas molestias, incurrir en graves errores y despertar mucha oposición, cuando todo eso podría haberse evitado con un poco de tino, cordura y. discreción. Cuidemos pues de no pecar tampoco por esa parte, y recordemos que existe una virtud muy distinta de la astucia jesuítica ó la sagacidad mundana, que se llama prudencia cristiana.

Fuente: Los Evangelios Explicados

lobos…Luc 10:3; cautos… Gr. frónimos. No confundir con la panourguia (astucia) del ofidio → 2Co 11:3.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, mostraos

Fuente: La Biblia de las Américas

g Luc 10:3.

10.16 gr. frónimos = prudente, precavido. No ha de confundirse con la astucia (panourguia) de la serpiente.

Fuente: La Biblia Textual III Edición