Comentario de Mateo 10:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y cuando os persigan en una ciudad, huid a la otra. Porque de cierto os digo que de ningún modo acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
10:23 — Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. — Es probable que esta expresión se refiera a la venida del Señor en la persona del Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hch 2:1-47), porque El habla de “recorrer todas las ciudades de Israel”. El vino para la destrucción de Jerusalén en el año 70 (24:27), pero no es razonable decir que los apóstoles no podían recorrer todas las ciudades de Palestina antes de esa fecha. Jesús había dicho (Jua 14:18; Jua 14:28, “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros … Voy, y vengo a vosotros”) con referencia a la venida del Espíritu Santo (Jua 14:16; Jua 14:26). Esto ocurrió el día de Pentecostés. Por lo tanto, no deberían perder tiempo en ningún pueblo que no los quería, porque difícilmente terminarían su obra de predicar en todos los pueblos de Palestina durante el tiempo corto designado para esa obra.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cuando os persigan en esta ciudad. Mat 2:13; Mat 4:12; Mat 12:14, Mat 12:15; Luc 4:29-31; Jua 7:1; Jua 10:39-42; Jua 11:53, Jua 11:54; Hch 8:1; Hch 9:24, Hch 9:25; Hch 13:50, Hch 13:51; Hch 14:6, Hch 14:7, Hch 14:19, Hch 14:20; Hch 17:10, Hch 17:14; Hch 20:1.
antes que venga el Hijo del Hombre. Mat 16:28; Mat 24:27, Mat 24:30, Mat 24:48; Mat 25:13; Mat 26:64; Mar 13:26; Luc 18:8; Luc 21:27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este versículo ha causado no pequeñas discusiones. Algunos han dicho que el Señor Jesús cometió un error aquí. La única interpretación consecuente es hablar de los comentarios sobre el Mat 10:17 que indican que la era de la Iglesia todavía no había sido revelada y la gran tribulación (Dan 9:27; Mat 24:15-31) parece estar en el futuro cercano. El modo que Cristo presenta los inminentes eventos, los cuales podrían ser mucho más alargados en el tiempo, es consistente con los profetas del AT. Esto es como mirar a dos cordilleras, no observando el gran valle sino entre ellas (cf. Isa 61:1, Isa 61:2 con Luc 4:16-21). La era de la Iglesia es un valle entre la primera y Segunda Venida de Cristo. Este era un misterio escondido en Dios y no revelado en el AT. (Efe 3:1-12.)
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CIUDADES DE ISRAEL. Es posible que con esto Cristo estaba diciéndoles a sus discípulos que se seguiría proclamando el evangelio a los judíos hasta que Él volviera.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
10:23 — Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. – Es probable que esta expresión se refiera a la venida del Señor en la persona del Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hch 2:1-47), porque El habla de “recorrer todas las ciudades de Israel”. El vino para la destrucción de Jerusalén en el año 70 (24:27), pero no es razonable decir que los apóstoles no podían recorrer todas las ciudades de Palestina antes de esa fecha. Jesús había dicho (Jua 14:18; Jua 14:28, “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros … Voy, y vengo a vosotros”) con referencia a la venida del Espíritu Santo (Jua 14:16; Jua 14:26). Esto ocurrió el día de Pentecostés. Por lo tanto, no deberían perder tiempo en ningún pueblo que no los quería, porque difícilmente terminarían su obra de predicar en todos los pueblos de Palestina durante el tiempo corto designado para esa obra.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA PRUDENCIA DEL MENSAJERO DEL REY
Mateo 10:23
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Os
aseguro que no completaréis vuestro recorrido a las
ciudades de Israel antes que llegue el Hijo del Hombre.
Este pasaje aconseja una prudencia cristiana y sabia. En los días de persecución siempre amenazaba al testigo cristiano un cierto peligro. Siempre hubo algunos que cortejaban el mar tirio; habían llegado a tal intensidad de entusiasmo fanático e histérico que hacían lo que fuera para convertirse en mártires de la fe. Jesús era sabio. Les dijo a Sus hombres que no tenía que haber un desperdicio caprichoso de vidas cristianas; que no debían malgastar sus vidas sin necesidad ni sentido. Como ha dicho alguien, la vida de todo testigo cristiano es preciosa, y no hay que tirarla por la borda. » La bravata no es el martirio.» A menudo los cristianos tenían que morir por su fe, pero no debían perder sus vidas de una manera que no ayudaba realmente a la fe. Como se dijo en tiempo posterior uno debe contender legalmente por la fe.
Cuando Jesús decía esto, estaba hablando de una manera que los judíos reconocerían y entenderían. No ha habido nunca ningún pueblo que haya sido más perseguido que los judíos; y ningún pueblo ha tenido nunca más claro en qué consistían los deberes del mártir. La enseñanza de los grandes rabinos era muy clara. Cuando era una cuestión de santificación pública o profanación abierta del nombre de Dios, la obligación estaba clara: había que estar dispuesto a dar la vida. Pero cuando esa declaración pública no estaba en cuestión; uno podía salvar la vida quebrantando la Ley; pero no había justificación posible para cometer idolatría, adulterio o asesinato.
El caso que los rabinos citaban era el siguiente: Supongamos que a un judío le detiene un soldado romano que se pone a decirle burlonamente y sin otra intención que la de humillar y dejar por tonto a un judío: «Come de este cerdo.» En tal caso el judío puede comer, porque «las leyes de Dios se dan para la vida y no para la muerte.» Pero supongamos que el romano dice: «Come de este cerdo en señal de que abjuras del judaísmo; come de este cerdo en señal de que estás dispuesto a dar culto a Júpiter y al emperador,» entonces el judío debe morir antes que comer. En cualquier tiempo de persecución oficial. el judío debe morir antes que abjurar de su fe. Como decían los rabinos: «Las palabras de la Ley son solamente firmes para el hombre que está dispuesto a morir por ellas.»
Al judío se le prohibía perder la vida en un acto innecesario de martirio; pero cuando era cuestión de verdadero testimonio, tenía que estar preparado a morir.
Haremos bien en recordar que, aunque estamos obligados a aceptar el martirio por nuestra fe, se nos prohíbe cortejar el martirio. Si el sufrir por la fe nos llega en el cumplimiento de nuestro deber, hay que aceptarlo; pero no hay que invitarlo innecesariamente; el invitarlo causa más daño que bien a la fe que confesamos. El constituirse a uno mismo como mártir es muy corriente en todos los asuntos humanos.
Se ha dicho que hay a veces más heroísmo en atreverse a huir del peligro que en esperarlo. Requiere verdadera sabiduría el reconocer cuándo hay que escapar. André Maurois, en Por qué cayó Francia, cuenta una conversación que tuvo con Winston Churchill. Hubo un tiempo al principio de la II Guerra Mundial cuando Gran Bretaña parecía extrañamente inactiva e indispuesta a actuar. Churchill le dijo a Maurois: «¿Ha observado usted los hábitos de las langostas?» «No,» respondió Maurois a esta sorprendente pregunta. Churchill prosiguió: «Bueno, pues si tiene usted oportunidad, estúdielas. En ciertos períodos de su vida la langosta pierde su caparazón protector. Cuando está mudando el caparazón hasta el más bravo crustáceo se retira a una grieta de la roca y espera pacientemente hasta que el nuevo caparazón haya tenido tiempo de salirle. Tan pronto como esta nueva armadura está fuerte, sale de su escondite y vuelve a ser el luchador dueño de los mares. Inglaterra, por culpa de ministros imprevisores, ha perdido su caparazón; debemos esperar en nuestra gruta hasta que esté fuerte de nuevo.» Ese era un tiempo en el que la inacción era más sabia que la acción; y cuando el huir era más sabio que el atacar.
Si uno es débil en la fe, hará bien en evitar las discusiones acerca de cosas dudosas, y no lanzarse a ellas. Si uno sabe que es vulnerable a cierta tentación, hará bien en evitar los lugares en que puede esperar que se le presente, y no frecuentarlos. Si uno sabe que hay personas que le ponen nervioso y le fastidian y que le provocan a lo que no debe hacer, será sabio evitar esa compañía en vez de buscarla. El valor no es la temeridad; no es nada bueno correr riesgos innecesarios; la gracia de Dios no está para proteger a los temerarios sino a los prudentes.
LA LLEGADA DEL REY
Mateo 10:23 (conclusión)
Este pasaje contiene un extraño dicho que honradamente no podemos pasar por alto. Mateo nos describe a Jesús enviando a Sus hombres y diciéndoles: «No completaréis vuestro recorrido de las ciudades de Israel antes de que llegue el Hijo del Hombre.» A primera vista esto parece querer decir que antes de qué Sus hombres hubieran completado su campaña de evangelización, llegaría Su día de gloria y Su vuelta al poder. La dificultad está precisamente en que eso no sucedió; y, sí Jesús lo esperaba, se equivocó. Si dijo esto en ese sentido, predijo algo que no sucedió. Pero hay una explicación perfectamente buena y suficiente de esta aparente dificultad.
La Iglesia Primitiva creía intensamente en la Segunda Venida de Jesús, y creía que iba a suceder pronto, en su misma generación. No podía haber nada más natural que, como estaban viviendo días de salvaje persecución, anhelaran el día de su liberación y su gloria. El resultado era que se aferraban a cualquier posible dicho de Jesús que se pudiera interpretar como alusión a Su vuelta triunfante y gloriosa; y a veces y con toda naturalidad usaron cosas que Jesús había dicho, leyendo en ellas algo distinto de lo que decían originalmente.
Podemos observar cómo tuvo lugar este proceso en las páginas del Nuevo Testamento. Hay tres versiones de un único dicho de Jesús. Vamos a colocarlas una detrás de otra:
Os aseguro que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte antes de ver al Hijo del Hombre que viene en Su Reino (Mt 16:28 ). Os aseguro que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte antes de ver el Reino de Dios venir con poder (Mr 9:1 ). Os digo de seguro que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte antes de ver el Reino de Dios (Lc 9:27 ).
Está bien claro qué .-éstas son tres versiones del mismo dicho. Marcos es el -más primitiva de los tres, y por tanto la versión de Marcos es la que tiene más probabilidades de ser estrictamente exacta. Marcos dice que había algunos de los que estaban escuchando a Jesús que no morirían antes de ver el Reino de Dios viniendo con poder. Eso fue gloriosamente cierto, porque a los treinta años de la Cruz el mensaje del Cristo Crucificado y Resucitado se había extendido por todas partes y había llegado a Roma, la capital dei mundo. Era cierto que muchos estaban entrando en el Reino; era cierto que el Reino estaba viniendo con poder. Lucas transmite el dicho en la misma forma que Marcos.
Ahora fijaos en Mateo. Su versión es ligeramente diferente: dice que hay algunos que no morirán hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo con poder. Eso, literalmente, no sucedió. La explicación es que Mateo estaba escribiendo entre los años 80 d.C. y 90 d.C., cuando estaba teniendo lugar una terrible persecución. Los cristianos se aferraban a todo lo que recordara la prometida liberación de la agonía; y él tomó el dicho que anunciaba la difusión del Reino y lo expresó de una manera que anunciaba la Segunda Venida de Cristo en la vida de una persona… ¿Y quién se lo reprocharía?
Eso es lo que ha hecho aquí Mateo. Tomad este dicho de nuestro pasaje y escribidlo como lo habrían escrito Marcos y Lucas: «No completaréis vuestro recorrido de las ciudades de Israel antes que venga el Reino de Dios.» Esa fue una verdad bendita; porque a medida que iban avanzando en su misión, los corazones se iban abriendo a Jesucristo y recibiéndole como Maestro y Señor.
En un pasaje como este no debemos pensar que Jesús se equivocó, sino más bien que Mateo interpretó la promesa de la venida del Reino como una promesa de la Segunda Venida de Jesucristo. Y lo hizo porque en días de terror los creyentes se aferraban a la esperanza de Cristo; y Cristo vino para ellos en el Espíritu, porque nadie sufrió jamás por Cristo a solas.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Mat 16:27; Mat 25:31 (ver Mat 24:3).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— Hijo del hombre: Ver nota a Mat 8:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
n 456 2Sa 15:14; Mat 23:34; Hch 8:1
ñ 457 Mar 6:6
o 458 Mat 16:28; Mat 24:14; Rom 10:18; Col 1:23
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
No terminaréis. La persecución persistirá hasta el regreso de Cristo.
Fuente: La Biblia de las Américas
23 (1) Esta palabra no se cumplió por la predicación de los doce apóstoles antes de la crucifixión de Cristo. No se cumplirá sino hasta la gran tribulación (24:21). La predicción que se describe en los vs. 17-23 es muy semejante a la de 24:9-13. Aquí el Rey celestial envió a los apóstoles a predicar el evangelio del reino a los judíos. Después de Su resurrección, El envió a Sus apóstoles a predicar el evangelio a los gentiles. Después de la plenitud de la salvación de los gentiles, El enviará a Sus apóstoles a predicar otra vez el evangelio del reino a los judíos. En aquel entonces, esta palabra se cumplirá, y el Señor vendrá.
23 (a) Mat_23:34
23 (b) Mat_2:13 ; Hch_14:6
23 (c) Mat_8:20
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
hasta que venga… Solo puede entenderse respecto a la segunda venida → Mat 26:64.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R776 Εἰς τὴν ἑτέραν significa: la próxima (forma incorrecta).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit. De ningu250?n modo completaréis.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
Biblia Peshitta 2006 Notas:
[17] 10.23 Literalmente, No terminaru225?n todas las ciudades…
Fuente: Peshitta en Español