Comentario de Mateo 12:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces dijo a aquel hombre: —Extiende tu mano. El la extendió, y su mano fue restaurada sana como la otra.
12:13 — Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. — Que sepamos Jesús no hizo nada y no dijo más; le sanó sin palabra. “La extendió”. Tuvo fe en Jesús y le obedeció. Recuérdese que era muy peligroso confesar o en alguna manera manifestar fe en Jesús. Los judíos echaban de la sinagoga a los que confesaban a Jesús (Jua 9:22; Jua 12:42). Al obedecer a Jesús este hombre corrió el riesgo de sufrir lo mismo. «Le fue restaurada sana como la otra». No era necesario ningún tratamiento subsecuente. No era necesaria otra cita con el Médico para que examinara la mano. Fue una sanidad completa, perfecta e instantánea. Los «curanderos» modernos nunca intentan esta clase de obra maravillosa, porque en ella no hay manera de engañar al pueblo. Dicen que sanan enfermos, pero a ¿cuáles? A los que tienen ciertos dolores, que no pueden oír o ver bien, que usan muletas, etc., pero los mancos, los paralíticos y los muertos no reciben ayuda de los falsos «sanadores» modernos. Ahora este hombre podía trabajar normalmente. ¡Que bendición más grande! El trabajo es una gran bendición de Dios. El primer hombre trabajó aun en el paraíso de Edén (Gén 2:17) antes de pecar. (Véanse Ecl 4:18; 1Ts 4:11).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y le fue restaurada sano como la otra. Luc 13:13; Hch 3:7, Hch 3:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
12:13 — Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. — Que sepamos Jesús no hizo nada y no dijo más; le sanó sin palabra. “La extendió”. Tuvo fe en Jesús y le obedeció. Recuérdese que era muy peligroso confesar o en alguna manera manifestar fe en Jesús. Los judíos echaban de la sinagoga a los que confesaban a Jesús (Jua 9:22; Jua 12:42). Al obedecer a Jesús este hombre corrió el riesgo de sufrir lo mismo. «Le fue restaurada sana como la otra». No era necesario ningún tratamiento subsecuente. No era necesaria otra cita con el Médico para que examinara la mano. Fue una sanidad completa, perfecta e instantánea. Los «curanderos» modernos nunca intentan esta clase de obra maravillosa, porque en ella no hay manera de engañar al pueblo. Dicen que sanan enfermos, pero a ¿cuáles? A los que tienen ciertos dolores, que no pueden oír o ver bien, que usan muletas, etc., pero los mancos, los paralíticos y los muertos no reciben ayuda de los falsos «sanadores» modernos.
Ahora este hombre podía trabajar normalmente. ¡Que bendición más grande! El trabajo es una gran bendición de Dios. El primer hombre trabajó aun en el paraíso de Edén (Gén 2:17) antes de pecar. (Véanse Ecl 4:18; 1Ts 4:11).
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
t 549 Luc 6:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
él la extendió. Este acto de obediencia al mando de Cristo fue una manifestación de la fe del hombre.
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (1) El Señor le dijo al hombre: «Extiende tu mano». En la palabra del Señor estaba la vida vivificante. Al extender el hombre su mano, recibió la palabra vivificante del Señor, y su mano seca fue restaurada por la vida contenida en la palabra del Señor.