Por esto les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni tampoco entienden.
Mat 13:16; Deu 29:3, Deu 29:4; Isa 42:18-20; Isa 44:18; Jer 5:21; Eze 12:2; Mar 8:17, Mar 8:18; Jua 3:19, Jua 3:20; Jua 9:39-41; 2Co 4:3, 2Co 4:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
porque viendo no ven. Aquí Mateo parece sugerir que su propia incredulidad se debe a su ceguera espiritual. Luc 8:10, sin embargo, enfatiza la iniciativa de Dios de oscurecer la verdad ante los incrédulos («A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan», cp. Isa 6:9). Ambas cosas son verdad, por supuesto. No debemos pensar que Dios los encegueció porque de alguna forma se deleita en la destrucción de ellos (cp. Eze 33:11; vea la nota sobre Mat 23:27). Esta ceguera debe ser vista como un acto de misericordia pues impide que su condenación sea mayor (vea la nota sobre el v.Mat 13:3).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 613 Isa 6:10; Jer 5:21; Eze 12:2; Mar 4:12; Mar 8:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
viendo no ven, y oyendo no oyen. Es decir, los no creyentes, o los de afuera (Mr 4:11), que rechazaron a Cristo y su mensaje acerca del reino, pudieron ver y escuchar físicamente, pero no pudieron percibirlo o comprenderlo espiritualmente (vers. 14, 15; Is 6:9, 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
13 (a) Deu_29:4 ; Isa_29:10 ; Jer_5:21 ; Eze_12:2 ; Rom_11:8
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
BD369(2) La partícula ὅτι en este contexto es causal.