Comentario de Mateo 14:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y en seguida Jesús obligó a sus discípulos a entrar en la barca e ir delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes.

14:22 — En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. — No la despidió cuando los apóstoles dijeron “despide a la multitud” (v 15). Ahora sí la despide después de alimentarles. 14:23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. — Jesús frecuentemente oraba al Padre y El es nuestro ejemplo. Véanse Mar 1:35; Luc 5:16; Mat 26:39; Luc 3:21, “orando, el cielo se abrió”; Luc 9:18, “mientras Jesús oraba aparte …”; Luc 11:1, “estaba Jesús orando”.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Jesús. Mar 6:45.

entre tanto que él despedía a la multitud. Mat 13:36; Mat 15:39.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

a la cuarta vigilia sería entre las 3 a.m. y las 6 a.m.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

14:22 — En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. – No la despidió cuando los apóstoles dijeron “despide a la multitud” (v 15). Ahora sí la despide después de alimentarles. 14:23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. – Jesús frecuentemente oraba al Padre y El es nuestro ejemplo. Véanse Mar 1:35; Luc 5:16; Mat 26:39; Luc 3:21, “orando, el cielo se abrió”; Luc 9:18, “mientras Jesús oraba aparte …”; Luc 11:1, “estaba Jesús orando”.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EN LA HORA DE LA PRUEBA,

Mateo 14:22-27

Acto seguido Jesús hizo que Sus discípulos se metieran en la barca y se Le adelantaran hacia el otro lado del lago dejándole tiempo para despedir a toda la gente. Cuando lo hubo hecho, se subió al monte a solas pace orar. Cuando ya era tarde, se encontraba allí Él solo La barca estaba por entonces en medio del mar, combatida por las olas, con el viento en contra. PexA a eso de las tres de la madrugada Jesús se dirigió hacia ellos andando sobre el Marcos Cuando los discípulos 4 vieron andando sobre el mar, les entró mucho miedo.

-¡Es un fantasma! -dijeron, gritando de miedo. Pero Jesús les dijo en seguida:¡Tranquilos, que soy Yo! No tengáis miedo.

La lección de este pasaje está suficientemente clara, pero no así lo que realmente sucedió. En primer lugar, vamos a reconstruir la escena.
Después de darle de comer a aquella multitud, Jesús envió por delante a Sus discípulos. Mateo dice que los obligó ,a meterse en la barca e ir por delante de Él al otro lado del Mar de Galilea. A primera vista, la palabra obligar nos resulta extraña; pero si comparamos este relato con el de Juan, seguramente encontraremos la explicación. Juan nos dice que después de alimentar a la multitud, esta quería hacerle rey a la fuerza (Jn 6:15 ). Había peligro de que se produjera una aclamación popular, y en la inflamable Galilea podía iniciarse allí y entonces mismo una revolución. Era una situación peligrosa, y bien pudiera ser que los discípulos la complicaran más todavía, porque también ellos pensaban todavía en Jesús en términos de poder terrenal. Jesús envió a Sus discípulos por delante porque había surgido una situación que Jesús podía manejar mejor solo, y no quería que ellos se involucraran.

Cuando se quedó solo, subió a orar a un cerro; para entonces ya se había hecho de noche. Los discípulos habían iniciado la travesía de vuelta. Se había producido una de las tormentas repentinas que son características del Mar de Galilea, y los discípulos estaban en serios apuros peleando con el viento y las olas y avanzando escasamente.
Ya entrada la noche Jesús se puso a rodear el lago por el Norte para llegar al otro lado. Mateo ya nos ha dicho que, cuando Jesús alimentó a la multitud, hizo que se sentaran todos en la hierba verde. De ahí deducimos que estarían en primavera. Es muy probable que fuera cerca de la Pascua, que caía a mediados de abril. En ese caso habría luna llena. En la antigüedad la noche se dividía en cuatro vigilias: desde las 6 de la tarde hasta las 9; desde las 9 hasta la medianoche; desde la medianoche hasta las 3 de la madrugada, y desde las 3 hasta las 6 de la mañana. Así que, a eso de las 3 de la madrugada, Jesús, andando por los terrenos elevados al Norte del lago, vio claramente la barca combatida por las olas, y bajó a la orilla a prestar ayuda.

Aquí es donde aparece una dificultad para saber lo que sucedió realmente. En los versículos 25 y 26 leemos dos veces que Jesús iba andando sobre el mar, y lo curioso es que en el original las dos frases en el mar son diferentes. En el versículo 25 es epi tén thalassan, que puede querer decir tanto por encima del mar como hacia el Marcos En el versículo 26 es epi tés thalassés, que puede querer decir sobre el mar, y que es de hecho la misma frase que se usa en Jn 21:1 con el sentido incuestionable de a la orilla del mar de Tiberíades. Y además, la palabra que se usa para andando es en los dos versículos 25 y 26 peripatein, que quiere decir pasearse.

La verdad es que hay dos interpretaciones perfectamente posibles de este pasaje por lo que se refiere al original. Puede tratarse de un milagro en el que Jesús anduvo sobre el agua; o puede querer decir igualmente que la tempestad había llevado la barca de los discípulos a la orilla septentrional del lago, que Jesús bajó de la colina a ayudarlos porque los había visto a la luz de la luna luchando con la tempestad, y que vino andando a través de la espuma y las olas hacia la barca, y llegó inesperadamente que se llenaron de miedo porque creían que era un fantasma. Ambas interpretaciones son igualmente y validas; unos prefieren una, y otros la otra.
Pero, sea cual sea la interpretación que escojamos del original, el sentido está perfectamente claro. Cuando los discípulos se encontraban en una necesidad perentoria, Jesús acudió en su ayuda. Cuando el viento les era contrario y la vida e una lucha a muerte, Jesús estaba allí para ayudarlos. Cuan d parecía que la situación era irremediable, Jesús estaba allí pare ayudar y para salvar.

En la vida tenemos que arrostrar a menudo vientos contra, ríos. A veces nos encontramos entre la espada y la pared, y la vida es una lucha desesperada con nosotros mismos, con las circunstancias, con las tentaciones, con el dolor y con largas decisiones. En tales casos, nadie tiene que pelear solo, porque Jesús acude a través de las tormentas de la vida con Su brazo; extendido para salvar, y con Su clara y tranquila voz animándonos a tener ánimo y a no tener miedo.

No importa demasiado cómo nos figuremos este incidente;. en cualquier caso, es mucho más que la historia de algo que Jesús hizo una vez en una tormenta de la lejana Palestina; es, una señal y un símbolo de lo que Él hace siempre por los Suyos cuando el viento nos es contrario y estamos en peligro de que nos traguen las tormentas de la vida.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Caminando sobre el agua (véase Mar. 6:45-52). El milagro público de los panes fue seguido por otro visto sólo por los discípulos, el que también reveló la autoridad de Jesús sobre las cosas materiales. El efecto combinado fue el de conducirlos a tener una nueva apreciación del poder más que humano de Jesús (33).

En el temporal sobre el lago en las horas antes del amanecer (la cuarta vigilia es de las 3 a las 6 de la mañana) no es de sorprender que la reacción de los discípulos ante la repentina aparición de Jesús a su lado causó terror y se oyó el grito: ¡Un fantasma! Lo que es aun mucho más extraordinario es la propuesta de Pedro de llegar a Jesús caminando sobre las aguas.

Pedro aparece algunas veces en los Evangelios como una persona impulsiva, dada a reacciones poco consideradas. Es posible que en esto la intención sea que veamos un ejemplo, no de gran fe, sino de fatuidad, presuntuosamente deseando compartir el poder de Jesús sobre la naturaleza. Pero el hecho de que Jesús animara el intento, y que al principio haya tenido éxito, sugiere que Mateo lo ve como un genuino acto de fe, aunque no fue suficiente para sobrevivir la crisis.

Sea como fuere, al terminar el relato Pedro había llegado a ser un ejemplo de poca fe y de duda, como lección objetiva para los discípulos que eran tentados a quitar sus ojos de Jesús y prestar más atención a las circunstancias que les rodeaban.

Notas. 22 Puede ser que el sentido de urgencia se deba al peligro de que tanto los discípulos como las multitudes intentarían obligar a Jesús a alguna acción política (Juan 6:14, 15). 33 Esta reacción instintiva ante una experiencia mística preparó el camino para la deliberada declaración teológica de Pedro en 16:16.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

u 693 Mar 6:45; Jua 6:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

fueran…a la otra orilla. Jesús mandó que los discípulos fueran desde la costa nordeste del mar de Galilea hasta la costa noroeste, o sea desde Betsaida hasta Genesaret.

Fuente: La Biblia de las Américas

22 (1) El Señor obligó a los discípulos a que lo dejaran a solas a fin de tener más tiempo para orar al Padre en privado (v.23).

22 (a) vs.22-23: Mar_6:45-52 ; Jua_6:15-21

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

En este milagro se nos enseña primeramente cuan absoluto es el dominio que nuestro Señor Jesucristo tiene sobre todas las cosas creadas. Caminó en el mar como en tierra seca. Las embravecidas olas que habían arrojado aquí y allí la nave de sus discípulos le obedecieron á él y se volvieron sólidas bajo sus plantas.
La superficie líquida que había sido agitada por el menor soplo de viento, resistió como una roca los pies del Redentor. A nuestra limitada inteligencia el suceso parece incomprensible. Según lo dice Doddridge, los egipcios simbolizaban un imposible por medio de los pies caminando en el mar; y los hombres científicos nos dicen que es imposible que un cuerpo humano camine sobre el agua. Bástanos saber que así se hizo, y que á Aquel que en el principio creó los cielos y la tierra le debe de haber sido perfectamente fácil andar sobre las olas siempre que así fuese su voluntad.
No hay cosa alguna creada que no esté bajo el dominio de Jesucristo. Todo le sirve á El. A menudo permite que su pueblo sea por algún tiempo sometido á prueba y se vea agitado de las borrascas del dolor. A menudo también se abstiene de acudir á su socorro tan pronto como ellos desearan, aguardándose hasta la cuarta vela de la noche; mas preciso es que recuerden que los vientos, las olas y las borrascas están bajo el poder de Cristo.
«Más que sonidos de muchas aguas, de fuertes ondas de la mar. Fuerte es Jehová en lo alto.» Salmo 93 En este milagro se nos enseña, en seguida, cuan grande es el poder que Jesús puede conceder á los que creen en El. Simón Pedro descendió del barco y caminó en el agua como su Maestro. ¡Qué prueba tan admirable de la divinidad de nuestro Señor no fue esta! Que El mismo caminara en el agua fue un gran milagro. Pero mayor aun lo fue que otorgase la misma facultad á un débil discípulo.
En este milagro se nos enseña, también, cuántas desazones se acarrean los discípulos con su incredulidad, Pedro caminó en el agua con valor por un corto rato; mas bien luego, al soplar del viento, teme y empieza á hundirse. El espíritu estaba pronto mas la débil carne lo dominó; y se olvidó de las maravillosas pruebas de la bondad del Señor que había acabado de recibir. No reflexionó que el mismo Salvador que le había ayudado á dar un paso lo sostendría siempre.
No pensó en que al caminar sobre el agua se encontraba más cerca de Cristo que cuando estaba en el barco. El temor le arrebató la memoria: la alarma lo aturdió. No pensando en otra cosa que en los vientos, las olas y el peligro inminente en que se encontraba, le faltó la fe. «Señor,» exclamó, «sálvame..
Esto es lo que á menudo acontece con los creyentes. Cuántos no hay que tienen la fe suficiente para dar el primer paso en seguimiento de Cristo, pero no para continuar de la misma manera que empezaron. Sobrecógense de temor ante las pruebas y peligros que les obstruyen el paso; y arrojan miradas recelosas á los enemigos que los rodean, fijándose más en ellos que en Jesús. El resultado es que al punto empiezan á hundirse; su corazón desfallece; sus esperanzas se desvanecen; y su contento se acaba. Y ¿por qué es esto? Es porque, á semejanza de Pedro, dejan de confiar en Jesús, y empiezan á abandonarse á la incredulidad.
En este milagro se nos enseña, por último, cuan misericordioso es nuestro Señor Jesucristo con los creyentes débiles. Tan pronto como Pedro lo llamó, extendió su brazo para salvarlo. No dejó que cosechase el fruto de su propia incredulidad y se hundiese en las aguas. No tomó en consideración sino su apuro, y solo pensó en librarlo de él; y lo único que pronunció fue esta suave reconvención: » Hombre de poca fe, ¿por que dudaste?.
¡Cuan tierno y benigno es Jesús! El tolera y sobrelleva mucho cuando percibe la gracia verdadera en el corazón de un hombre. Así como la madre no desecha de sí á su tierno niño porque á veces sea desobediente y se extravíe, así nuestro Señor trata con benignidad á su pueblo. Antes de convertirse lo ama y compadece, y después de la conversión lo ama y compadece más. El quiso enseñarnos que las dudas no prueban incredulidad absoluta, sino escasez de fe. Y aun cuando nuestra fe es pequeña el Señor está pronto á auxiliarnos. Tengamos presentes las palabras: «Mi pié resbala; tu misericordia, oh! Jehová, me sustentaba.» Psa 94:18.

Fuente: Los Evangelios Explicados

R857 El aoristo de infinitivo ἐμβῆναι se usa con el sentido de una acción realizada, durante un tiempo, pero expresada como un solo hecho; mientras que el presente de infinitivo προάγειν tiene un sentido de duración: ir delante de El.

R976 Ἕως con el aoristo de subjuntivo significa: mientras, en vez de hasta.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., obligó a los discípulos que

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. forzó.

Fuente: La Biblia Textual III Edición