Comentario de Mateo 16:19 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos.

16:19 — Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; — Aquí Jesús emplea intercambiablemente los términos iglesia y reino. La iglesia y el reino tienen el mismo Fundador; fueron establecidos el mismo día (día de Pentecostés); los requisitos para entrar en el reino son los mismos requisitos para entrar en la iglesia; la cena del Señor está en la iglesia y está en el reino; la palabra iglesia significa los llamados y dice, 1Ts 2:1-20, “12 Dios, que os llamó a su reino y gloria”. Los llamados (la iglesia) están en el reino.

Basándose en este texto muchos suponen que al dar a Pedro las llaves del reino Jesús le dio poder ilimitado, la carta blanca, para admitir o no admitir a los que lleguen a las puertas de perla, pero este es un concepto totalmente errado. Mat 28:1-20, “18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Toda potestad no fue dada a Pedro, sino a Jesucristo. Las llaves representan la autoridad para abrir la puerta del reino, la iglesia. Pedro empleó esta autoridad que el Señor le dio cuando predicó el evangelio a los judíos (Hch 2:14-36) y a los gentiles (Hch 10:1-48). Pedro mismo dijo, Hch 15:1-41, “Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen”.

— y todo lo que atares (atar = prohibir) en la tierra será (habrá sido, FL) atado en los cielos; y todo lo que desatares (desatar = permitir) en la tierra será (habrá sido, FL) desatado en los cielos. — El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español por Francisco Lacueva traduce estos verbos correctamente. Cristo dice literalmente, “todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en los cielos y todo lo que sueltes en la tierra habrá sido soltado en los cielos”. Dice lo mismo A. T. Robertson (Imágenes verbales en el Nuevo Testamento): “Nótese el futuro perfecto de indicativo (estai dedemenon, estai lelumenon), un estado de cumplimiento. Todo esto da por supuesto, naturalmente, que el empleo de las llaves por parte de Pedro estará de acuerdo con la enseñanza de la mente de Cristo” (ATR). Por lo tanto, ni Pedro ni los otros apóstoles tenían autoridad para entregar enseñanzas de ellos mismos, sino que simplemente revelaban lo que ya estaba establecido en el cielo.

Según el clero romano, cuando Jesús dijo esto, El dio a Pedro el derecho de enseñar y gobernar con autoridad, pero en esto están muy equivocados. En primer lugar, Jesús no dijo esto solamente a Pedro, sino también a todos los apóstoles, Mat 18:18-20, y en segundo lugar, ellos solamente enseñaban y predicaban lo que Jesús les había enseñado y lo que el Espíritu Santo les revelaba. Los apóstoles, siendo inspirados por el Espíritu Santo (Jua 14:26; Jua 16:13; Luc 24:49; Hch 1:5; Hch 1:8; Hch 2:1-4) predicaban lo que ya estaba atado y desatado en el cielo. Por eso, en nombre de Cristo, entregaron mandamientos y prohibiciones.

Lo que habían de enseñar era (1) lo que Jesús ya había enseñado: p. ej., ya había enseñado la necesidad de creer (Mar 16:16); arrepentirse (Luc 13:3); confesar a Cristo (Mat 10:32); ser bautizado para ser salvo (Mar 16:16); y muchas otras cosas (p. ej., sobre el matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias; sobre la disciplina, etc.). También (2) todo lo que el Espíritu Santo les iba a revelar, recordándoles lo que Jesús había enseñado (Jua 14:26), y guiándoles a toda la verdad (Jua 16:13).

Después de su resurrección, Jesús dijo a los apóstoles, Jua 20:1-31, “23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos”. En este texto Jesús emplea otras palabras para decir la misma cosa que había dicho en Mat 16:19; Mat 18:18. Basándose en este texto (Jua 20:23) el clero romano afirma que puede perdonar (absolver) pecados, porque pretenden ser sucesores de los apóstoles, pero este texto significa que los apóstoles podrían remitir y retener pecados al predicar los mandamientos nombrados por Jesús para obtener el perdón de pecados (Mat 28:19; Mar 16:16; Hch 2:38; Hch 22:16, etc.).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y a ti te daré. Hch 2:14; Hch 10:34; Hch 15:7.

las llaves del reino. Isa 22:22; Apo 1:18; Apo 3:7; Apo 9:1; Apo 20:1-3.

y todo lo que desatares en la tierra. Mat 18:18; Jua 20:23; 1Co 5:4, 1Co 5:5; 2Co 2:10; 1Ts 4:8; Apo 11:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

las llaves del reino podrían tener un doble significado. Podría referirse al acceso al Reino dado por Pedro a diversos grupos de personas (judíos en Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; samaritanos en Hch 8:14-17; gentiles en Hch 10:1-48). Las llaves abrirían puertas a los perdidos. Sin embargo, este término podría tener un segundo significado. Las llaves parecen ser explicadas a través del atar y desatar expresado aquí. En la literatura rabínica los términos «atar» y «desatar» se refieren a lo que estaba permitido y lo que no estaba. En el contexto de Mat 16:19 son judiciales (Mat 18:18). Esto explica la expresión neutra todo lo que; no dice: «a quienquiera que». En otras palabras esto se refiere a juicios que Pedro hará en cuanto a las acciones permitidas y las prohibidas. También se adapta a la idea de llaves, que sencillamente se refiere a autoridad. El tiempo de será atado y será desatado es importante. Está escrito de tal manera que quiere decir: «habrá sido atado» y «habrá sido desatado». En otras palabras está la promesa de dirección divina en la determinación de los juicios de Pedro. ¿Cuándo se cumplirá esto? La expresión reino de los cielos se refiere al Reino futuro. A Pedro se le entrega la promesa de autoridad en el Reino futuro; esta bendición será extendida a los doce apóstoles en Mat 19:28.

 PARA VIVIRLO

Vivir dentro de sus propios límites

Hay ocasiones en que la gente se precipita a avanzar con un plan de acción. Como muestra la conversación entre Pedro y el Señor en Mat 16:22, Mat 16:23, hubo momentos cuando Pedro quería encargarse rápidamente de todo y fijar su propia agenda y la de los demás.

Cuando Jesús fue caminando sobre el agua hacia la barca azotada por la tormenta que tenía aterrorizados a sus discípulos, Pedro pidió a Jesús que demostrara que era Él, permitiendo que él también caminara sobre el agua. Después de unos pocos pasos sobre el agua, Pedro miró el viento y las olas y luego se hundió, y Jesús tuvo que rescatarlo nuevamente (Mat 14:22-32).

Pedro exageró su compromiso hacia Cristo, diciendo que «aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré» (Mat 26:35). Pero solo unas horas más tarde negó tener alguna asociación con el Señor (Mat 26:69-75).

Quiso defender a Jesús contra los soldados Romanos cuando vinieron a arrestarlo, aun cuando no había logrado «velar y orar» con Cristo, cuando Él lo pidió (Mat 26:36-46; Jua 18:1-11).

No quiso permitir que Jesús lavara sus pies en la última cena, pero luego quería que le lavara además las manos y la cabeza también (Mat 13:5-11).

A la larga, las aptitudes de liderazgo de Pedro fueron capturadas en un espíritu más controlado y llegó a ser una figura importante en la iglesia antigua. Como muchos de nosotros, a pesar de muchas partidas falsas como resultado de la naturaleza impetuosa de Pedro, Jesús reclutó a este seguidor impulsivo pero fiel para alimentar a sus ovejas (Mat 21:17).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LAS LLAVES DEL REINO. «Las llaves» representan la autoridad que Dios les delegó a Pedro y a la iglesia. Mediante esas llaves los creyentes

(1) reprenden el pecado y ponen en práctica la disciplina eclesial (Mat 18:15-18);

(2) oran eficazmente por la causa de Dios en la tierra (Mat 18:19-20);

(3) atan a los demonios y liberan a los cautivos (véase el ARTÍCULO PODER SOBRE SATANÁS Y LOS DEMONIOS, P. 1354. [Mar 3:27]).

(4) anuncian la culpa del pecado, la norma de justicia de Dios y el juicio que vendrá (Hch 2:23; Hch 5:3; Hch 5:9);

(5) proclaman la salvación y el perdón de pecados para todos los que se arrepienten y creen en Cristo (Jua 20:23; Hch 2:37-40; Hch 15:7-9).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

las llaves del reino de los cielos. Esto representa autoridad. Aquí Cristo da a Pedro (y por extensión, a todos los creyentes) autoridad para declarar lo que será sujetado y desatado en los cielos. Esto reafirma la promesa de Jua 20:23, donde Cristo da a sus discípulos autoridad para perdonar o retener los pecados de las personas. Todo esto debe ser entendido en el contexto de Mat 18:15-17, donde Cristo da instrucciones específicas para tratar con el pecado dentro de la Iglesia (vea la nota sobre Mat 18:15). Todo esto significa que todo cuerpo debidamente constituido de creyentes, actuando de acuerdo con la Palabra de Dios, tiene la autoridad para declarar si alguien es perdonado o no. La autoridad de la Iglesia no está en determinar estas cosas, sino en declarar el juicio divino basado en los principios de la Palabra de Dios. Cuando ellos, los creyentes, hacen este tipo de juicios basándose en la Palabra de Dios, pueden estar seguros de que Dios está de acuerdo también. En otras palabras, cualquier cosa que ellos «sujeten» o «desaten» en la tierra será también «sujeto» y «desatado» en los cielos. Cuando la Iglesia dice a la persona impenitente que es atada en sus pecados, la Iglesia dice lo que Dios dice sobre esa persona. Cuando la Iglesia reconoce que una persona arrepentida ha sido desatada de sus pecados, Dios está de acuerdo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

16:19 — Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; – Aquí Jesús emplea intercambiablemente los términos iglesia y reino. La iglesia y el reino tienen el mismo Fundador; fueron establecidos el mismo día (día de Pentecostés); los requisitos para entrar en el reino son los mismos requisitos para entrar en la iglesia; la cena del Señor está en la iglesia y está en el reino; la palabra iglesia significa los llamados y dice, 1Ts 2:1-20, “12 Dios, que os llamó a su reino y gloria”. Los llamados (la iglesia) están en el reino.
Basándose en este texto muchos suponen que al dar a Pedro las llaves del reino Jesús le dio poder ilimitado, la carta blanca, para admitir o no admitir a los que lleguen a las puertas de perla, pero este es un concepto totalmente errado. Mat 28:1-20, “18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Toda potestad no fue dada a Pedro, sino a Jesucristo. Las llaves representan la autoridad para abrir la puerta del reino, la iglesia. Pedro empleó esta autoridad que el Señor le dio cuando predicó el evangelio a los judíos (Hch 2:14-36) y a los gentiles (Hch 10:1-48). Pedro mismo dijo, Hch 15:1-41, “Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen”.
— y todo lo que atares (atar = prohibir) en la tierra será (habrá sido, FL) atado en los cielos; y todo lo que desatares (desatar = permitir) en la tierra será (habrá sido, FL) desatado en los cielos. – El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español por Francisco Lacueva traduce estos verbos correctamente. Cristo dice literalmente, “todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en los cielos y todo lo que sueltes en la tierra habrá sido soltado en los cielos”. Dice lo mismo A. T. Robertson (Imágenes verbales en el Nuevo Testamento): “Nótese el futuro perfecto de indicativo (estai dedemenon, estai lelumenon), un estado de cumplimiento. Todo esto da por supuesto, naturalmente, que el empleo de las llaves por parte de Pedro estará de acuerdo con la enseñanza de la mente de Cristo” (ATR). Por lo tanto, ni Pedro ni los otros apóstoles tenían autoridad para entregar enseñanzas de ellos mismos, sino que simplemente revelaban lo que ya estaba establecido en el cielo.
Según el clero romano, cuando Jesús dijo esto, El dio a Pedro el derecho de enseñar y gobernar con autoridad, pero en esto están muy equivocados. En primer lugar, Jesús no dijo esto solamente a Pedro, sino también a todos los apóstoles, Mat 18:18-20, y en segundo lugar, ellos solamente enseñaban y predicaban lo que Jesús les había enseñado y lo que el Espíritu Santo les revelaba. Los apóstoles, siendo inspirados por el Espíritu Santo (Jua 14:26; Jua 16:13; Luc 24:49; Hch 1:5; Hch 1:8; Hch 2:1-4) predicaban lo que ya estaba atado y desatado en el cielo. Por eso, en nombre de Cristo, entregaron mandamientos y prohibiciones.
Lo que habían de enseñar era (1) lo que Jesús ya había enseñado: p. ej., ya había enseñado la necesidad de creer (Mar 16:16); arrepentirse (Luc 13:3); confesar a Cristo (Mat 10:32); ser bautizado para ser salvo (Mar 16:16); y muchas otras cosas (p. ej., sobre el matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias; sobre la disciplina, etc.). También (2) todo lo que el Espíritu Santo les iba a revelar, recordándoles lo que Jesús había enseñado (Jua 14:26), y guiándoles a toda la verdad (Jua 16:13).
Después de su resurrección, Jesús dijo a los apóstoles, Jua 20:1-31, “23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos”. En este texto Jesús emplea otras palabras para decir la misma cosa que había dicho en Mat 16:19; Mat 18:18. Basándose en este texto (Jua 20:23) el clero romano afirma que puede perdonar (absolver) pecados, porque pretenden ser sucesores de los apóstoles, pero este texto significa que los apóstoles podrían remitir y retener pecados al predicar los mandamientos nombrados por Jesús para obtener el perdón de pecados (Mat 28:19; Mar 16:16; Hch 2:38; Hch 22:16, etc.).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Mat 18:18; (ver Jua 20:23).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— las llaves del reino de los cielos: Ver nota a Mat 3:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “la cosa ya atada”, el participio pasivo perfecto.

(2) O: “la cosa ya desatada”, el participio pasivo perfecto.

REFERENCIAS CRUZADAS

x 768 Mat 18:18; Jua 20:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

las llaves del reino. En las Escrituras, el término llaves a veces simboliza acceso a un conocimiento y autoridad privilegiados (cp. Is 22:22; Mt 13:16– 17; 23:13; Ap 3:7). El dueño confiaba las llaves de su casa a personas de confianza. Pedro y los apóstoles tendrían la autoridad de abrir la puerta del evangelio, y por tanto del reino, primero a los judíos en Pentecostés (Hechos 2) y luego a los gentiles (Hch 10:1– 11:18; 14:27; 15:7, 14).

ates…desates. Es decir, la autoridad de prohibir y permitir. Pedro y los discípulos, al proclamar el conocimiento del Mesías, anuncian, con la autoridad delegada por El, tanto juicio como salvación. « Atar» y « desatar» eran términos que indicaban autoridad judicial y legislativa de los rabinos. Posteriormente, en dos ocasiones esta autoridad fue conferida a todos los apóstoles: Mt 18:18 y Jn 20:23.

será atado…desatado. En griego, esta construcción gramatical es « habrá sido atado…desatado» , lo que indica que el inicio de la voluntad de Dios es previo a las decisiones humanas; es decir, las decisiones de los apóstoles están de acuerdo con lo que Dios ya ha determinado.

Fuente: La Biblia de las Américas

19 (1) Según la historia había dos llaves. Pedro usó una de ellas el día de Pentecostés para abrirles la puerta del reino de los cielos a los creyentes judíos ( Hch_2:38-42), y Pedro mismo usó la otra en la casa de Cornelio para abrirles la puerta a los creyentes gentiles ( Hch_10:34-48).

19 (2) Aquí el reino de los cielos e iglesia en el versículo anterior, se usan de modo intercambiable. Esto es una evidencia clara de que la iglesia genuina es el reino de los cielos en esta edad. Esto es confirmado en Rom_14:17 , donde se menciona el reino de Dios como referencia obvia a la vida apropiada de la iglesia.

19 (3) Este evangelio trata del reino de los cielos, el cual tiene que ver con la autoridad. La iglesia revelada en este libro representa el reino y su gobierno. Así que, la autoridad de atar y desatar no sólo fue dada a Pedro, el apóstol de la iglesia, sino también a la iglesia misma (18:17-18).

19 (4) Todo lo que los miembros de la iglesia aten o desaten en la tierra, debe ser algo que ya haya sido atado o desatado en los, cielos. Sólo podemos atar o desatar lo que ya ha sido atado o desatado en los cielos.

19 (a) cfr. Isa_22:22 ; Rev_1:18 ; Rev_3:7

19 (b) Mat_18:18 ; cfr. Jua_20:23

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

las llaves. La autoridad para abrir las puertas de la cristiandad fue dada a Pedro, quien usó dicha autoridad para los judíos el día de Pentecostés, y para los gentiles en casa de Cornelio (Hch 10:1-48).

será atado…será desatado. El cielo, no los apóstoles, inicia todo atar y desatar, mientras que los apóstoles anuncian estas cosas. En Jua 20:22-23, se refiere a pecados; aquí a cosas (i.e., prácticas). Un ejemplo de las prácticas apostólicas de atar lo tenemos en Hch 15:20.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

habrá sido atado… desatado… Esto es, lo atado, lo prohibido… lo desatado, lo permitidoMat 18:18; Jua 20:23; §049.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

B94 Ἔσται δεδεμένον es una construcción perifrástica en futuro perfecto (el participio virtualmente es un adjetivo, y es más natural que signifique: será atado, que habrá sido atado [aunque puede significar: se hallará atado] -M18. Toda la cláusula debe traducirse: Lo que tú ates ya habrá sido atado permanentemente -TGr80. Se usa como un futuro perfecto perifrástico -T89). [Editor. Hay un pequeño desacuerdo aquí, en cuanto a si debe preferirse la traducción alterna de Moule, lo cual parece mejor (se hallará atado).]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, habrá sido

Fuente: La Biblia de las Américas

cielos g §049. g 18.18; Jua 20:23.

Fuente: La Biblia Textual III Edición