Biblia

Comentario de Mateo 19:27 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 19:27 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces respondió Pedro y le dijo: —He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué hay, pues, para nosotros?

19:27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? — Luc 18:1-43, “28 Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido”; por eso, en efecto los apóstoles hicieron lo que Jesús requería del joven rico. Tal vez el “todo” de los apóstoles (con la excepción de Mateo) no se pudiera comparar con las riquezas del joven príncipe, pero el todo de cualquiera es todo, y el dejar todo requiere la sumisión total a la voluntad del Señor. Innegablemente el sacrificio de los apóstoles era muy grande, y ¿qué les esperaba en el futuro ya que habían dejado su empleo? (Pedro dejó su oficio como pescador y dejó posesiones, pero no dejó a su esposa para seguir a Jesús como el clero romano afirma, 1Co 9:5).

Mar 10:1-52, “29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”. Su nueva familia son los hermanos y hermanas en Cristo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

nosotros hemos dejado todo. Mat 4:20-22; Mat 9:9; Deu 33:9; Mar 1:17-20; Mar 2:14; Mar 10:28; Luc 5:11, Luc 5:27, Luc 5:28; Luc 14:33; Luc 18:28; Flp 3:8.

¿qué, pues tendremos? Mat 20:10-12; Luc 15:29; 1Co 1:29; 1Co 4:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

lo hemos dejado todo: La instrucción que Jesús dio al hombre rico era precisamente lo que Pedro y los otros discípulos habían hecho (Mat 4:18-22). La pregunta natural entonces era ¿qué, pues, tendremos? Más bien que reprender a Pedro por lo que podría parecer una solicitud egoísta, Jesús le aseguró que la inversión de la vida que él y los otros discípulos habían hecho (Mat 16:24-28) tendría dividendos «cien veces» más (v. Mat 19:29).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Pedro pone de manifiesto que ellos ya habían hecho lo que Cristo había demandado del joven rico (v. Mat 19:21). Ellos se habían embarcado en una vida de fe con Cristo. Note que Jesús no reprendió a Pedro por esperar recibir una recompensa (cp. Apo 22:12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

19:27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? — Luc 18:1-43, “28 Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido”; por eso, en efecto los apóstoles hicieron lo que Jesús requería del joven rico. Tal vez el “todo” de los apóstoles (con la excepción de Mateo) no se pudiera comparar con las riquezas del joven príncipe, pero el todo de cualquiera es todo, y el dejar todo requiere la sumisión total a la voluntad del Señor. Innegablemente el sacrificio de los apóstoles era muy grande, y ¿qué les esperaba en el futuro ya que habían dejado su empleo? (Pedro dejó su oficio como pescador y dejó posesiones, pero no dejó a su esposa para seguir a Jesús como el clero romano afirma, 1Co 9:5).
Mar 10:1-52, “29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”. Su nueva familia son los hermanos y hermanas en Cristo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

RESPUESTA SABIA A PREGUNTA ERRÓNEA

Mateo 19:27-30

Entonces Pedro Le dijo a Jesús:

Fíjate: Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué vamos a sacar?

Jesús le contestó:

-Cuando se regeneren todas las cosas, y cuando el Hijo del Hombre Se siente en Su trono glorioso, vosotros también, los que Me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras por Mi nombre, recibirá el ciento por uno y entrará a poseer la vida eterna. Pero muchos que estaban los primeros estarán los últimos, y muchos que estaban los últimos estarán los primeros.

Habría sido natural, humanamente hablando, no hacer caso de la pregunta de Pedro, y hasta darse por ofendido. En cierto sentido, era una pregunta de lo más impertinente. Para decirlo claro, Pedro estaba preguntando: «¿Qué vamos a sacar por seguirte?» Jesús podría muy bien haber dicho que los que Le siguieran con esa actitud no tenían ni la menor idea de lo que era seguirle. Y sin embargo, era una pregunta natural. Es verdad que habría una reprensión implícita en la parábola que Jesús contó a continuación; pero no le echó la bronca a Pedro. Aceptó su pregunta, y de ella dedujo tres grandes leyes de la vida cristiana.
(i) Siempre es verdad que el que comparte la campaña de Cristo compartirá la victoria de Cristo. En las campañas humanas, muchas veces resulta que los soldados que pelearon en la batallas son olvidados en cuanto termina la guerra y se ha ganado la victoria, porque ya no se necesitan para nada. En las campañas humanas ha sido verdad muchas veces que los hombres que lucharon para hacer un país en el que los héroes pudieran vivir, encontraron que ese mismo país se había convertido en un lugar en el que los héroes se podían morir de hambre. Eso no pasa con Jesucristo. El que comparte la campaña de Cristo, compartirá el triunfo de Cristo; y el que lleva la Cruz, llevará la corona.
(ii) Es siempre cierto que el cristiano recibirá mucho más de lo que haya tenido que dejar; pero lo que reciba no serán posesiones materiales, sino una nueva compañía, humana y divina.
Cuando uno se hace cristiano, entra en una nueva comunidad humana. Mientras exista una iglesia cristiana, un cristiano no debe tener falta de amigos. Si su decisión por Cristo ha supuesto tener que renunciar a amigos, también debería querer decir que ha entrado en un círculo más amplio de amistad que el que conoció antes. Debería ser cierto que no hay apenas ningún pueblo o aldea o ciudad en ningún sitio en el que el cristiano se pueda sentir solo. Porque donde hay una iglesia, hay una comunidad en la que él tiene derecho a incorporarse. Puede que el cristiano que es forastero sea demasiado tímido para introducirse como es debido; puede que la iglesia del lugar al que ha llegado el forastero se haya convertido en un club privado más de la cuenta, para abrirle sus brazos y sus puertas. Pero, si el ideal cristiano se está haciendo realidad, no hay lugar en todo el mundo con una iglesia cristiana en el que el cristiano individual se pueda sentir solo o aislado. Simplemente por el hecho de ser cristiano ha entrado a formar parte de una compañía que se extiende hasta los últimos confines de la Tierra.

Además, cuando uno se hace cristiano entra en una nueva comunidad divina. Entra a poseer la vida eterna, la vida que es la misma vida de Dios. De otras cosas podrá verse separado un cristiano, pero nunca puede estar separado del amor de Dios en Cristo Jesús su Señor.

(iii) Por último, Jesús establece que habrá sorpresas en las asignaciones finales. Los baremos de Dios no son como los de los hombres, aunque no sea nada más que porque Dios ve los corazones de las personas. Hay un nuevo mundo en el que se han de enderezar los tuertos del antiguo; hay una eternidad para rectificar los malentendidos del tiempo. Y puede que los que fueron humildes en la Tierra sean grandes en el Cielo, y que los que fueron grandes en este mundo sean humildes en el mundo por venir.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Las recompensas del discipulado (ver Mar. 10:28-31; Luc. 18:28-30; cf. 22:28-30). Este pasaje describe el “tesoro en el cielo” que Jesús prometió en el v. 21 a aquellos cuyo discipulado los involucra en pérdidas económicas. Estos compartirán su gloria y autoridad reales, cuando él cumpla la visión de Dan. 7:13, 14 (28). También serán compensados cien veces más en esta vida (al compartir con la familia y los recursos materiales de la comunidad de los discípulos) y heredarán la vida eterna (29). Pero aun así, deben tener cuidado de asumir que su “sacrificio” les ha ganado un lugar de honor especial (30); el reino de los cielos está lleno de sorpresas, como lo ilustra la siguiente parábola.

Nota. 28 La regeneración sugiere los “cielos nuevos y la tierra nueva” de la edad mesiánica. Juzgar se ha de comprender en el sentido del AT de “gobernar”. Aquí está clara la idea de que la iglesia es el verdadero Israel de la era mesiánica (cf. 16:18).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

i 889 Mar 10:28; Luc 5:11; Luc 18:28; Flp 3:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

27 (a) Mat_4:20 , Mat_4:22

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Pedro debió de haber pensado. «Bueno, nosotros los discípulos, de seguro que no tenemos esos impedimentos de las riquezas».

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

MT140 Los verbos en aoristo ἀφήκαμεν en el v. 27 y ἀφῆκεν en el v. 29, se refieren sin duda al día del sacrificio: nosotros hemos dejado todo.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., habrá para nosotros

Fuente: La Biblia de las Américas