Comentario de Mateo 21:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Volviendo a la ciudad por la mañana, él tuvo hambre.
21:18 Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre 19 Y viendo una higuera cerca del camino («viendo de lejos una higuera que tenía hojas», Mar 11:13), vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente («pues no era tiempo de higos», Mar 11:13). — Comúnmente la fruta aparece antes que las hojas. Aunque no era tiempo de higos, éste parecía ser un árbol excepcional, dando fruto más temprano que de ordinario. “No era tiempo de higos”, pero tampoco era tiempo de hojas. No era natural o normal. Tenía la apariencia de tener fruto. Prometió dar fruto, pero no podía hacerlo. Profesó ser excepcional, superior a las demás higueras. Esta higuera era como Jerusalén y los judíos que hacían mucha profesión de la piedad. Había mucha actividad religiosa, pero no había fruto para justicia. — y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. («Nunca jamás coma nadie fruto de ti», Mar 11:13). Jesús no solamente hizo milagros de misericordia, sino también de juicio (cf. Hch 13:10). Este es el Cristo desconocido aun por las religiones que profesan seguirlo. Hay muchas pinturas supuestamente de Jesús, pero nadie lo pinta maldiciendo la higuera, ni limpiando el templo. Nadie lo pinta reprendiendo a los que corrompieron el templo o a los hipócritas (Mat 23:1-39). Mat 3:1-17, “10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”. Mat 21:1-46, “43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. El acto de maldecir la higuera corresponde perfectamente con estos textos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y por la mañana. Mar 11:12, Mar 11:13.
tuvo hambre. Mat 4:2; Mat 12:1; Luc 4:2; Heb 4:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
tuvo hambre: Jesús deseaba comer del fruto de la higuera una vez más antes que muriera, pero no pudo hacerlo. La higuera no producía fruto durante la primavera, sino durante el otoño. Sin embargo, la higuera tiene un pequeño fruto comestible que aparece en la primavera antes que broten las hojas. Este árbol estaba lleno de hojas pero no tenía fruto. Parecía prometedor, pero estaba vacío, al igual que la ciudad de Jerusalén y sus bellos templos.
Nunca jamás nazca de ti fruto no necesariamente quiere decir instantáneamente; esto podría dar la idea de «muy pronto», como en Luc 19:11 (Mar 11:12-14, Mar 11:20-24). Este milagro —el único milagro registrado de Jesús que involucra juicio— ilustra el juicio de Dios sobre los Israelitas, quienes decían seguir a Dios pero no producían fruto.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
21:18 Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre 19 Y viendo una higuera cerca del camino («viendo de lejos una higuera que tenía hojas», Mar 11:13), vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente («pues no era tiempo de higos», Mar 11:13). — Comúnmente la fruta aparece antes que las hojas. Aunque no era tiempo de higos, éste parecía ser un árbol excepcional, dando fruto más temprano que de ordinario. “No era tiempo de higos”, pero tampoco era tiempo de hojas. No era natural o normal. Tenía la apariencia de tener fruto. Prometió dar fruto, pero no podía hacerlo. Profesó ser excepcional, superior a las demás higueras. Esta higuera era como Jerusalén y los judíos que hacían mucha profesión de la piedad. Había mucha actividad religiosa, pero no había fruto para justicia.
— y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. («Nunca jamás coma nadie fruto de ti», Mar 11:13). Jesús no solamente hizo milagros de misericordia, sino también de juicio (cf. Hch 13:10). Este es el Cristo desconocido aun por las religiones que profesan seguirlo. Hay muchas pinturas supuestamente de Jesús, pero nadie lo pinta maldiciendo la higuera, ni limpiando el templo. Nadie lo pinta reprendiendo a los que corrompieron el templo o a los hipócritas (Mat 23:1-39). Mat 3:1-17, “10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”. Mat 21:1-46, “43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. El acto de maldecir la higuera corresponde perfectamente con estos textos.
— Y luego se secó la higuera. 20 Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? – Los discípulos habían visto muchos milagros, y de distintas clases, pero no habían visto esta clase de milagro.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL CAMINO DE LA HIGUERA
Mateo 21:18-22
Cuando Jesús iba volviendo a la ciudad por la mañana temprano, sintió hambre. Entonces vio una higuera al borde del camino y se dirigió a ella, pero no encontró nada más que -hoSantiago Y le dijo:
-¡Que no produzcas fruto nunca más!
E inmediatamente la higuera se secó.
Cuando los discípulos lo vieron, se quedaron atónitos; y dijeron:
-¿Como es que se secó la higuera de pronto?
-Os digo la pura verdad -les contestó Jesús-: Si tenéis fe y no lo dudáis, no solo haréis lo qué le sucedió a la higuera; sino que hasta diréis a este monte: «¡Desarráigate y tírate al mar!,» y sucederá. Todo lo que pidáis en oración, si lo creéis, lo recibiréis.
Pocos sinceros lectores de la Biblia negarán que este es tal vez el pasaje que nos hace sentimos más incómodos de todo el Nuevo Testamento. Si lo tomamos literalmente, nos muestra a Jesús en una acción que es incompatible con todo lo que creemos de Él. Debemos, por tanto, acercarnos a este pasaje con un sincero deseo de descubrir la verdad que contiene y con el valor de pensar hasta resolverlo.
Marcos también nos cuenta esta historia Mr_11:1214; Mr_11:20 s), pero con una diferencia notable. En Mateo, la higuera se secó inmediatamente. En griego, parajréma, que la antigua Reina-Valera traducía por luego con el sentido clásico de inmediatamente. Por otra parte, en Marcos no le sucedió nada al árbol en seguida, y fue solo la mañana siguiente cuando iban pasando por allí, cuando los discípulos vieron que la higuera se había secado. De la existencia de estas dos versiones de la historia podemos concluir sin lugar a duda que el relato experimentó algunos cambios; y, puesto que Marcos es el evangelio más antiguo, es igualmente claro que su versión debe de estar más próxima a los Hechos históricos.
Es necesario entender los hábitos de crecimiento y producción de la higuera. La higuera es el favorito de todos los árboles. La descripción de la Tierra Prometida era cuna tierra de trigo y cebada, de viñas y de higueras» (Dt 8:8 ). Las granadas y los higos fueron parte de los tesoros que trajeron los exploradores para mostrar la maravillosa fertilidad de la tierra (Nm 13:23 ). El panorama de paz y prosperidad que es corriente en todo el Antiguo Testamento es la descripción de un tiempo en el que cada uno se sentará bajo su propia parra y bajo su propia higuera (1R 4:25 ; Mi 4:4 ; Zacarías :10). La descripción de la ira de Dios es la del día en que 1 herirá y destruirá las higueras (Sal 105:33 ; Jer 8:13 ; Oseas -2:12). La higuera, era el símbolo mismo de la fertilidad y la paz y la prosperidad:
La higuera misma es un árbol de aspecto agradable; su tronco puede tener hasta 1 metro de diámetro. Alcanza una altura de 5 a 8 metros; y la copa puede extenderse de 8 a 10 metros.
Su sombra era, por tanto, .muy apreciada: En Chipre, cómo en los otros países mediterráneos, se ven higueras a la puerta de las casas de. campo, y Tristram nos cuenta que a menudo se refugiaba a su sombra para encontrar alivio al calor. Es corriente que las higueras den sombra a los pozos, lo que hace que se encuentren agua y sombra en el mismo sitio. A menudo era a la sombra de una higuera donde uno buscaba tranquilidad para meditar y orar; por eso se sorprendió Natanael de que Jesús se hubiera fijado en él cuando estaba debajo de la higuera (Jn 1:48 ).
Pero es el hábito de la higuera de producir fruto lo que es pertinente aquí. La higuera es única en dar dos cosechas al año, las brevas y los higos. La primera la da en las ramas vieSantiago Muy al principio del año aparecen pequeños bultitos verdes al final de las ramas. Se llaman pagguim, que son los que llegarán a ser las brevas: Estos brotes de fruto aparecen en abril, pero no son comestibles. Poco a poco aparecen las hojas y se abren las flores; y otra cosa única acerca de la higuera es que está en la plenitud de fruto y hoja y flor todo al mismo tiempo; eso sucede en junio; ninguna higuera da nunca fruto en abril; eso sería demasiado pronto. El proceso se repite con las ramas nuevas, y la segunda cosecha está lista para el otoño.
Lo más raro de esta historia es doble. Primero, nos dice que una higuera estaba llena de hojas en abril. Jesús estaba en Jerusalén para la Pascua; la Pascua caía el 15 de abril; y este incidente tuvo lugar una semana antes. La segunda cosa es que Jesús esperaba encontrar higos en la higuera cuando no podía tenerlos; y Marcos especifica: «Porque no era tiempo de higos» (Mr 11:13 ).
La dificultad de esta historia no es tanto la de la posibilidad, sino una dificultad moral; y es doble. Primero, vemos a Jesús maldiciendo una higuera por no hacer lo que no podía hacer. El árbol no podía haber producido fruto la segunda semana de abril, y sin embargo vemos que Jesús lo maldijo por no tener fruto. Segundo, vemos a Jesús usando sus poderes milagrosos para sus propios fines. Eso es precisamente lo que decidió no hacer nunca en las tentaciones del desierto. Jesús se negó entonces a hacer que las piedras se convirtieran en pan para satisfacer Su propia hambre. La verdad escueta es esta: Si hubiéramos leído que alguien había maldecido una higuera por no dar higos en abril, hubiéramos dicho que era un gesto de petulancia malhumorada, que surgía de una desilusión personal. En Jesús, eso nos resulta inconcebible; por tanto debe de haber alguna explicación. ¿Cuál?. Algunos han encontrado la explicación en las siguientes líneas. En Lucas tenemos la parábola de la higuera estéril. Por dos veces, el hortelano pidió que se tuviera paciencia con ella; por dos veces se le concedieron misericordia y espera; por último, en vista de que seguía sin dar fruto, fue destruida Lc 13:6-9 ). Lo curioso es que Lucas tiene la parábola, pero no cuenta este incidente de la higuera que se secó. Mateo y Marcos tienen este incidente, pero no cuentan la parábola. Parece que los evangelistas se dieron cuenta de que si incluían la una no tenían por qué incluir la otra. Se sugiere que la parábola de la higuera estéril se malentendió y se convirtió en un incidente real. La confusión cambió una historia que Jesús contó en una acción que Jesús realizó. Eso no es imposible ni mucho menos; pero nos parece que la verdadera explicación se debe buscar en alguna otra parte. Y ahora vamos a buscarla.
PROMESA SIN CUMPLIMIENTO
Mateo 21:18-22 (continuación)
Cuando estábamos estudiando la entrada de Jesús en Jerusalén vimos que los profetas acostumbraban hacer acciones simbólicas; que, cuando presentían que las palabras no penetraban, hacían algo dramático que las hiciera penetrar en las conciencias. Supongamos que hubiera alguna acción simbólica en esta historia.
Jesús, supongamos, iba de camino a Jerusalén. Junto al camino vio un árbol frondoso. Era perfectamente legítimo coger higos, si hubiera habido algunos. La ley judía lo permitía Dt 23:34 s), y Thomson, en La Tierra y el Libro, nos dice que, aun en tiempos modernos, las higueras al borde del camino son propiedad común. Jesús se acercó a la higuera sabiendo muy bien que no podía tener fruto, y sabiendo muy bien que algo raro le pasaría para tener ese aspecto. Podría ser una de dos cosas. La higuera podría haber vuelto a su estado silvestre, como les sucede a los rosales que se vuelven a veces escaramujos. O podría ser un árbol enfermo de algo. Entonces Jesús dijo: «Este árbol nunca producirá fruto; de seguro que se secará.» Era el diagnóstico de Alguien que conocía la Naturaleza. Y al día siguiente se confirmó que el diagnóstico de la experta mirada de Jesús era perfectamente correcto.
Si esta fue una acción simbólica, tenía por finalidad enseñar algo. Lo que pretendía enseñar eran dos cosas acerca de la nación judía.
(i) Enseñaba que la inutilidad invita al desastre. Esa es una ley de vida. Cualquier cosa que es inútil lleva camino de ser eliminada; todas las cosas pueden justificar su existencia solamente cumpliendo el fin para el que fueron creadas. La higuera era inútil; por tanto, estaba condenada.
La nación de Israel había sido creada con un solo propósito: que de ella viniera el Ungido de Dios. Él había venido; la nación había fracasado al no reconocerle; más: estaba a punto de crucificarle. La nación había fracasado en su propósito, que era recibir y reconocer al Hijo de Dios; por tanto estaba condenada.
El fracasar en la realización del propósito de Dios trae como consecuencia el desastre. Cualquier persona es juzgada en el mundo en términos de utilidad. Aun si una persona está impedida en la cama, puede ser de la mayor utilidad por su paciente ejemplo y su oración.
Nadie tiene por qué ser inútil; y el que es inútil está abocado al desastre.
(ii) Enseñaba que la profesión sin práctica está condenada. El árbol tenía hoSantiago Las hojas eran el reclamo de tener higos; aquella higuera no tenía higos; su pretensión era falsa; por tanto fue condenada. La nación judía profesaba tener fe en el propósito de Dios, pero en la práctica estaba tras la vida del Hijo de Dios; por tanto, estaba condenada.
La profesión sin la práctica no era solamente la maldición de los judíos; ha sido a lo largo de los siglos la maldición de la Iglesia. Durante sus primeros días en África del Sur, en Pretoria, Gandhi hizo investigaciones con el Cristianismo. Fue a una iglesia cristiana varios domingos; pero nos dice: » La congregación no me hizo la impresión de ser especialmente religiosa, no era una asamblea de almas devotas, sino parecían más bien personas mundanas que iban a la iglesia para pasar el rato o para cumplir con una costumbre.» Por tanto Gandhi concluyó que no había nada en el Cristianismo que él no tuviera ya, y la Iglesia Cristiana se perdió a Gandhi, lo que tuvo consecuencias incalculables para la India y para el mundo.
La profesión sin la práctica es algo de lo que todos somos más o menos culpables. Produce un daño incalculable a la Iglesia Cristiana, y está condenado al desastre, porque produce una fe que no puede hacer más que secarse. Bien podemos creer que Jesús usó la lección de una higuera enferma y degenerada para decirles a los judíos -y a nosotros- que la inutilidad invita al desastre, y la profesión sin práctica está condenada. Eso es seguramente lo que quiere decir esta historia, porque no podemos pensar que Jesús, literal y físicamente, maldijera una higuera por no dar fruto en una estación en que no le era posible darlo.
LA DINÁMICA DE LA ORACIÓN
Mateo 21:18-22 (conclusión)
Este pasaje concluye con ciertas palabras de Jesús acerca de la dinámica de la oración. Si estas palabras se entienden mal, no pueden producir sino quebranto; pero si se entienden correctamente no pueden producir sino poder.
En ellas Jesús dice dos cosas: Que la oración puede eliminar montañas, y que, si pedimos con fe, recibiremos. Está abundantemente claro que estas promesas no se han de tomar física y literalmente. Ni Jesús mismo ni ningún otro trasladó jamás una montaña física, geográfica, mediante la oración. Más aún, muchas y muchas personas han pedido con fe apasionada que algo sucediera o que no sucediera, que algo les fuera concedido o que alguien no tuviera que morir; y aquellas oraciones no fueron contestadas afirmativamente. ¿Qué es entonces lo que Jesús nos promete acerca de la oración?
(i) Promete que la oración nos da la capacidad para hacer. La oración nunca fue una evasión fácil; no consistió nunca en dejarle a Dios las cosas para que Él las haga por nosotros. La oración es poder. No es pedirle a Dios que haga algo; es pedirle que nos capacite para hacerlo nosotros. La Oración no es seguir el camino más fácil; es la manera de recibir poder para seguir el camino difícil. Es el canal por el que nos llega el poder para asumir y arrostrar y eliminar montañas de dificultad por nosotros mismos con la ayuda de Dios. Si fuera simplemente un método para que las cosas se nos hagan, la oración nos sería muy perjudicial, porque nos volvería blandos, perezosos e ineficaces. La oración es el medio por el que recibimos poder para hacer cosas por nosotros mismos. Por tanto, nadie debe orar y luego sentarse y esperar; debe orar, y levantarse y obrar; pero descubrirá que, cuando lo haga así, una nueva dinámica entrará en su vida, y que es cierto que con Dios todas las cosas son posibles, y lo imposible se convierte en algo que se puede hacer.
(ii) La oración es capacidad para aceptar, y al aceptar, transforMarcos No está diseñada para traer liberación de una situación; sí para capacitar para aceptarla y transformarla: Hay dos grandes ejemplos de esto en el Nuevo Testamento.
Uno es el ejemplo de Pablo. Desesperadamente pidió ser librado del aguijón que tenía en su carne. No fue librado de esa situación; fue capacitado para aceptarla; y en aquella misma situación descubrió la fortaleza que se hacía perfecta en su necesidad y la gracia que era suficiente para asumir todas las cosas. En esa fuerza y gracia la situación fue no solamente aceptada sino transformada en gloria (2Co 12:1-10 ).
El otro es el de Jesús mismo. En Getsemaní oró que pasara de Él aquel cáliz, y ser librado de la situación agónica en que se encontraba; esa petición no podía serle concedida, pero en aquella oración Jesús encontró la capacidad para aceptar la situación; y al ser aceptada, la situación fue transformada, y la agonía de la Cruz condujo directamente a la gloria de la Resurrección. Debemos recordar siempre que la oración no trae liberación de una situación; trae su conquista. La oración no es una manera de huir de una situación, sino el medio por el que podemos arrostrarla caballerosamente.
(iii) La oración trae la capacidad para soportar. Es natural e inevitable que, en nuestra necesidad humana y con nuestros corazones y debilidades, haya cosas que temamos no poder soportar. Vemos alguna situación desarrollarse; vemos algún suceso trágico aproximarse con un fatalismo sombrío; vemos alguna tarea acechándonos de frente que obviamente va a demandar más de lo que nosotros podemos aportar. En tales momentos, nuestro sentir inevitable es que no podemos soportar aquello. La oración no elimina la tragedia, ni nos proporciona una evasión, ni la exención de la tarea; nos hace capaces de soportar lo insoportable; de arrostrar lo inaceptable; de llegar más allá de nuevas posibilidades sin sucumbir.
Mientas la oración sea una evasión, no cosecharemos más que desilusiones; pero cuando la consideremos el medio para conquistar y la dinámica divina, sucederán cosas.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
La higuera seca (ver Mar. 11:12-14, 20-24). Esta acción poderosa, aparentemente sin propósito, se comprende generalmente de su contexto (y de la manera que Marcos la entreteje con el relato del incidente en el templo) como teniendo un propósito simbólico. La higuera que produce hojas y, por lo tanto, promete fruto sin ofrecer nada para comer es el cuadro del culto sin contenido del templo (cf. Miq. 7:1; Jer. 8:13). La sequedad del árbol es la señal visible de la suerte que habría de correr el templo que Jesús predijo en 23:38; 24:2.
Fue el vivo poder de la palabra de Jesús que impresionó a los discípulos, y Jesús usó el incidente como un modelo del poder disponible a la fe, como en 17:20.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
w 954 Mar 11:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Por la mañana. O sea, el lunes de la semana en que Jesús fue crucificado.
tuvo hambre. Véase coment. en 4:2.
Fuente: La Biblia de las Américas
18 (1) Esto significa que el Señor deseaba recibir fruto de los hijos de Israel, para que Dios fuera satisfecho.
18 (a) vs.18-22: Mar_11:12-14 , Mar_11:20-24
18 (b) Mat_4:2
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Por la mañana. I.e., el lunes de la Semana Santa.