Biblia

Comentario de Mateo 23:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Mateo 23:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero habéis omitido lo más importante de la ley, a saber, el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquéllas.

23:23 — ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, Lev 27:30. y dejáis lo más importante (de más peso, LBLA) de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. — Los escribas y fariseos eran escrupulosos con respecto al diezmar pero descuidaban “lo más importante de la ley”. «Diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios» (Luc 11:42).

— diezmáis — La palabra diezmar significa pagar la décima parte. Gén 14:20, «le dio Abram (a Melquisedec) los diezmos de todo»; 28:22, Jacobo dice, «de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti».

— la menta, el eneldo y el comino — plantas aromáticas. La menta, de dulce olor, el eneldo y el comino (con semillas aromáticas) se usaban tanto como medicina como condimento. Las semillas del comino se usa, desde luego, para dar sabor a la comida. Para los escribas y fariseos todos los actos externos eran muy importantes y, por eso, obedecían la ley del diezmo en las cosas más pequeñas.

— la justicia, la misericordia y la fe. — El diezmar para sostener a los levitas (Núm 18:20-21) era importante, pero la ley de diezmo era ley provisional, necesaria para un tiempo limitado y para ciertas personas en particular, pero “la justicia, la misericordia y la fe” son de más peso porque siempre han afectado a toda la familia humana, y lo harán hasta el fin. La justicia tiene que ver con el tratamiento correcto del prójimo; la misericordia significa la disposición de mostrar compasión y ayudar al prójimo, siendo paciente y tolerante en imitación de Cristo, y la fe en este contexto no sólo se refiere a la fe en Dios, sino también a la expresión de esa fe en la vida diaria (fidelidad, véase Gál 5:22). Estas cualidades no tenían importancia para los fariseos (como se ve principalmente en su actitud hacia Jesús).

¡Compárense las tres cosas que eran tan importantes para los escribas y fariseos con las tres cosas que son tan importantes para Cristo! Hoy en día, ¡cuántos de los que asisten cumplidamente a los servicios religiosos son deshonestos, egoístas y duros en su trato de la gente! Véanse Sal 82:3; Isa 1:17-23; Ose 6:6; Miq 2:2; Miq 2:9; Miq 3:2-3; Miq 6:6-8; Mat 5:7). Los Proverbios hablan mucho sobre la justicia (Pro 31:8-9; el peso falso, etcétera). Cristo practicaba la misericordia sanando a los enfermos, dando la vista a los ciegos, etc. («Ten misericordia» significaba «ayúdame»). Col 3:12-13 y otros textos enfatizan la necesidad de la misericordia entre hermanos.

Dios es el Amigo y Protector de los oprimidos. Los escribas y fariseos condenaban a los discípulos por no lavar las manos antes de comer, pero su corazón estaba endurecido hacia los pobres, enfermos, ciegos, leprosos y pecadores. El Nuevo Testamento habla mucho del amor fraternal, pero los escribas y fariseos no sabían nada de esta virtud. Muchos religiosos entienden y practican los actos externos mejor que «la justicia, la misericordia y la fe». Cristo dice claramente que «lo más importante de la ley» son estas cualidades internas, las características de un corazón convertido al Señor.

El diezmar correctamente

— de acuerdo al plan y propósito de Dios — era practicar la justicia hacia Dios (Lev 27:30; Núm 18:21), la misericordia hacia los pobres (Deu 14:28) y la fe o fidelidad hacia sus semejantes (y, desde luego, tener completa confianza en Dios, compárese 2Co 9:8-10). Pero al diezmar los escribas y fariseos solamente cumplían con un requisito externo sin tomar en cuenta el significado del acto.

Parece que no se daban cuenta de su inconsecuencia. Profesaban estar dedicados a la ley de Moisés (Jua 8:1-5), pero la quebrantaban para apoyar sus tradiciones (Mat 15:3). Los cristianos deben ser consecuentes (1Ti 5:21) y no dar preferencia a ciertas leyes al descuidar otras (Stg 2:1-13). Deu 5:1-33, «31 te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesión. 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra”; 6:24, «Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos»; 8:1, «Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis»; 11:22, 23, «si guardaréis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo… Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones». Existe el peligro de que tengamos mucho celo por algunos requisitos más fáciles y poco celo por otros mandamientos que no nos conviene.

La ley de Moisés requería que los israelitas pagaran el diezmo de los frutos de la tierra y del ganado (Lev 27:30-33). El diezmo era entregado a los levitas para el sostén de ellos y el culto (Núm 18:21-32; Deu 12:17-19; Deu 14:22; Deu 14:27; Heb 7:5). El pueblo descuidaba la práctica en los días del profeta Malaquías (Mal 3:7-11). Los levitas también tenían que diezmar (Núm 18:26-29; Neh 10:38).

Aparte de diezmar los israelitas habían de observar las siguientes leyes: (1) Lev 19:9-10; Lev 23:22; Deu 24:19-22, habían de dejar una parte de la cosecha para los pobres; (2) los primogénitos del pueblo, como también del ganado, eran posesión peculiar de Dios; el pueblo podía redimirlos dando dinero a los levitas (Éxo 13:12-13; Núm 3:46-48; Núm 18:15-16); (3) hacían votos de pagar ofrendas voluntarias (Deu 23:21-23); (4) cualquiera podía arrancar espigas de la cosecha del prójimo, sólo que no aplicara hoz (Deu 23:25); (5) el pueblo hacía muchas ofrendas voluntarias para el tabernáculo y el templo (y a veces daban de más; véase Éxo 36:1-6, «Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba»; 1Cr 29:9; 1Cr 29:14; Neh 12:43).

Luc 18:12, «doy diezmos de todo lo que gano». Los judíos se sentían muy piadosos por ser cumplidos en diezmar.

¿Prohibió Jesús el diezmar? No, por el contrario, dijo que no dejaran de hacerlo (Mat 23:23). ¿Es parte del evangelio, pues? No lo es, sino que Jesús enseñaba el diezmo para los judíos, porque les enseñaba a guardar toda la ley, incluyendo el guardar el sábado y diezmar (Mat 5:18-20).

¿No enseña Mat 5:20 que debemos dar más que los judíos? («Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos»). En primer lugar, el diezmar no era “ofrendar”; aparte de pagar el diezmo para sostener a los levitas (Núm 18:20-21), los israelitas ofrendaban voluntariamente. En segundo lugar, Jesús no hablaba aquí del diezmar, sino de la sinceridad. Eran hipócritas los escribas y fariseos (Mat 6:1-18; Mat 23:13-29). Nuestra justicia tiene que ser mayor que la «justicia» de ellos (es decir, la «justicia» que Jesús describe en estos textos). Sin embargo, es bueno comparar el ofrendar del cristiano con las ofrendas de los judíos, porque a veces éstos eran muy generosos bajo una ley imperfecta. Nos conviene ser aun más generosos porque vivimos bajo la perfecta ley de libertad. Debemos estar sumamente agradecidos por la gracia de Dios demostrada en la muerte de Cristo.

La ley del Nuevo Testamento con respecto a ofrendar se halla en tales textos como Hch 11:27-30; 1Co 16:1-4; 2Co 8:1-9; 2Co 9:6-10, etc. Los que imponen el diezmo ahora imponen un mandamiento de hombres (Mat 15:9; Col 2:14-17), porque no es una ley de Cristo. Dios no especifica un porcentaje que debiéramos ofrendar, sino que quiere el corazón y, por eso, dice, «Cada uno dé como propuso en su corazón» (2Co 9:7). El caso de los macedonios es un buen ejemplo de esto (2Co 8:4-5). El cristiano pertenece al Señor cuerpo y alma (1Co 6:19-20). ¿Qué porcentaje debemos ofrendarle, pues? La única respuesta correcta es: ¡Ciento por ciento! ¡Qué triste es cuando los que profesan ser cristianos abusan de la libertad en Cristo! ¡Qué triste caso es cuando los que profesan ser cristianos son menos generosos que los israelitas!

El diezmar estas pequeñas semillas mostraba «la escrupulosa conciencia de los fariseos, siendo bienes susceptibles de comercialización» (ATR). «El Talmud habla del asno de un cierto Rabí que había sido tan bien instruido que rehusaba grano que no hubiera sido aún diezmado» (MRV).

Por último, ¡tengamos mucho cuidado de no usar mal este texto! Algunos hermanos que promueven la llamada “unidad en la diversidad” están citando este texto para minimizar los mandamientos y requisitos del evangelio con respecto a la organización y obra de la iglesia, el divorcio y nuevas nupcias y otras doctrinas que ellos no quieren respetar y practicar. Si se cita este texto para tal propósito, pregúntese “¿se refiere a un mandamiento o un ejemplo apostólico o una inferencia necesaria? ¿Tiene que ver con la “forma (patrón) de las sanas palabras” (2Ti 1:13)? Si alguien quiere aplicar Mat 23:23 a tales cosas, será obvio que tiene concepto sectario y que ya no ama la verdad, sino que busca su propia conveniencia.

Si alguien aplica Mat 23:23 a las opiniones de Rom 14:1-23, está bien, pero si se aplica al plan de salvación, pregúntese cuál de los pasos de obediencia se puede clasificar como de menos peso? O si se aplica este texto a la doctrina del Nuevo Testamento sobre la iglesia (el culto, la naturaleza, organización, obra, disciplina, etc.), ¿cuál de estas cosas no tiene importancia? ¿Qué doctrinas son más importantes o de más peso? Tengamos mucho, pero mucho cuidado con la mala aplicación de este texto.

Queremos unidad, sí, pero unidad basada en la palabra de Cristo (Jua 17:8; Jua 17:14; Jua 17:21; Jua 17:23; 1Co 1:10; Efe 4:4-6).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

porque diezmáis. Luc 11:42.

y dejáis lo más importante de la ley. Mat 9:13; Mat 12:7; Mat 22:37-40; 1Sa 15:22; Pro 21:3; Jer 22:15, Jer 22:16; Ose 6:6; Miq 6:8; Gál 5:22, Gál 5:23.

esto era necesario hacer. Mat 5:19, Mat 5:20.

eneldo: Gr. ανηθον [G432], eneldo. El eneldo es una especie de planta de la clase pentandria digynia, que crece nativa en Espa�a y Portugal. La ra�z es fusiforme y larga; tallos, erguidos, articulados, ramificados, y de aproximadamente dos pies de altura; hojas, doblemente pinnadas, dulces y olorosas; flores, umbelas planas y terminales; corola, cinco p�talos ovalados, c�ncavos, amarillos, con los �pices inflexos; germen, como el de hinojo; semillas, apenas la longitud de una semilla de carraway, pero m�s amplias y m�s planas, de un color marr�n, olor arom�tico, dulz�n y sabor c�lido y picante.

comino: Gr. ������� [G2951] Comino es una planta de la misma clase que el eneldo. Se eleva ocho o diez pulgadas en un esbelto tallo ramificado, procumbente; hojas, verde oscuro, estrecho, lineal y puntiagudo; flores, púrpura, en numerosas cuatro umbelas rayadas; corola, cinco pétalos desiguales, inflexos y con muescas en el ápice; semillas, oblongas, estriadas, de un color marrón, fuerte, fuerte olor y sabor cálido y amargo.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

la menta y el eneldo y el comino eran especias. Los escribas y los fariseos eran meticulosos para diezmar las semillas, pero les faltaba ser obedientes en materias más importantes, como asegurarse que todas sus acciones estuvieran gobernadas por la justicia, la misericordia y la fe (Miq 6:8). Jesús no dice que el diezmo no tiene importancia; sólo señala que los escribas y fariseos ponían énfasis en un aspecto a costa de otro. Similarmente, nosotros podemos llegar a estar tan preocupados de las normas y regulaciones externas en la iglesia que olvidamos los principios que están tras ella.

 PERSPECTIVA

Sepulcros blanqueados

Jesús recurre a una imagen grave, en su denuncia contra los fariseos hipócritas (Mat 23:27, Mat 23:28). Al final de la procesión de un funeral judío, en que todos estaban obligados a participar, el cuerpo era dejado sobre una plataforma de roca dentro del sepulcro. Una vez descompuesta la carne, se sacaban los huesos, permitiendo que la plataforma pudiera ser usada nuevamente. Puesto que los judíos quedaban ritualmente inmundos al tocar el sepulcro (Núm 19:16), las rocas que usaban para sellar las tumbas eran blanqueadas como advertencia para mantenerse a una distancia prudente. El resplandor daba a las tumbas una imagen de limpieza hacia el exterior, aun cuando los cadáveres se estaban descomponiendo en su interior.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

diezmáis la menta y el eneldo y el comino. Hierbas del jardín y no productos de la granja sobre los cuales se debía diezmar (Lev 27:30). Pero los fariseos fastidiosamente tasaban un diez por ciento de cada hierba, contando quizás cada semilla de anís (eneldo). Sin embargo, la intención de Jesús no era condenar la observación de los mínimos detalles de la ley. El problema era que ellos habían descuidado los asuntos más importantes relacionados con la justicia, la misericordia y la fe, es decir, los principios morales que subyacen en las leyes. Ellos se conformaron con dar su atención a los aspectos incidentales y externos, e intencionalmente obviaron el significado espiritual de la ley. Jesús les dijo que debían haberse concentrado en estas cosas sin dejar de hacer las otras.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

23:23 – ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, Lev 27:30. y dejáis lo más importante (de más peso, LBLA) de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. — Los escribas y fariseos eran escrupulosos con respecto al diezmar pero descuidaban “lo más importante de la ley”. «Diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios» (Luc 11:42).
— diezmáis — La palabra diezmar significa pagar la décima parte. Gén 14:20, «le dio Abram (a Melquisedec) los diezmos de todo»; 28:22, Jacobo dice, «de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti».
— la menta, el eneldo y el comino — plantas aromáticas. La menta, de dulce olor, el eneldo y el comino (con semillas aromáticas) se usaban tanto como medicina como condimento. Las semillas del comino se usa, desde luego, para dar sabor a la comida. Para los escribas y fariseos todos los actos externos eran muy importantes y, por eso, obedecían la ley del diezmo en las cosas más pequeñas.
— la justicia, la misericordia y la fe. – El diezmar para sostener a los levitas (Núm 18:20-21) era importante, pero la ley de diezmo era ley provisional, necesaria para un tiempo limitado y para ciertas personas en particular, pero “la justicia, la misericordia y la fe” son de más peso porque siempre han afectado a toda la familia humana, y lo harán hasta el fin. La justicia tiene que ver con el tratamiento correcto del prójimo; la misericordia significa la disposición de mostrar compasión y ayudar al prójimo, siendo paciente y tolerante en imitación de Cristo, y la fe en este contexto no sólo se refiere a la fe en Dios, sino también a la expresión de esa fe en la vida diaria (fidelidad, véase Gál 5:22). Estas cualidades no tenían importancia para los fariseos (como se ve principalmente en su actitud hacia Jesús).
¡Compárense las tres cosas que eran tan importantes para los escribas y fariseos con las tres cosas que son tan importantes para Cristo! Hoy en día, ¡cuántos de los que asisten cumplidamente a los servicios religiosos son deshonestos, egoístas y duros en su trato de la gente! Véanse Sal 82:3; Isa 1:17-23; Ose 6:6; Miq 2:2; Miq 2:9; Miq 3:2-3; Miq 6:6-8; Mat 5:7). Los Proverbios hablan mucho sobre la justicia (Pro 31:8-9; el peso falso, etcétera). Cristo practicaba la misericordia sanando a los enfermos, dando la vista a los ciegos, etc. («Ten misericordia» significaba «ayúdame»). Col 3:12-13 y otros textos enfatizan la necesidad de la misericordia entre hermanos.
Dios es el Amigo y Protector de los oprimidos. Los escribas y fariseos condenaban a los discípulos por no lavar las manos antes de comer, pero su corazón estaba endurecido hacia los pobres, enfermos, ciegos, leprosos y pecadores. El Nuevo Testamento habla mucho del amor fraternal, pero los escribas y fariseos no sabían nada de esta virtud. Muchos religiosos entienden y practican los actos externos mejor que «la justicia, la misericordia y la fe». Cristo dice claramente que «lo más importante de la ley» son estas cualidades internas, las características de un corazón convertido al Señor.
El diezmar correctamente — de acuerdo al plan y propósito de Dios — era practicar la justicia hacia Dios (Lev 27:30; Núm 18:21), la misericordia hacia los pobres (Deu 14:28) y la fe o fidelidad hacia sus semejantes (y, desde luego, tener completa confianza en Dios, compárese 2Co 9:8-10). Pero al diezmar los escribas y fariseos solamente cumplían con un requisito externo sin tomar en cuenta el significado del acto.
Parece que no se daban cuenta de su inconsecuencia. Profesaban estar dedicados a la ley de Moisés (Jua 8:1-5), pero la quebrantaban para apoyar sus tradiciones (Mat 15:3). Los cristianos deben ser consecuentes (1Ti 5:21) y no dar preferencia a ciertas leyes al descuidar otras (Stg 2:1-13). Deu 5:1-33, «31 te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesión. 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra”; 6:24, «Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos»; 8:1, «Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis»; 11:22, 23, «si guardaréis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo… Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones». Existe el peligro de que tengamos mucho celo por algunos requisitos más fáciles y poco celo por otros mandamientos que no nos conviene.
La ley de Moisés requería que los israelitas pagaran el diezmo de los frutos de la tierra y del ganado (Lev 27:30-33). El diezmo era entregado a los levitas para el sostén de ellos y el culto (Núm 18:21-32; Deu 12:17-19; Deu 14:22; Deu 14:27; Heb 7:5). El pueblo descuidaba la práctica en los días del profeta Malaquías (Mal 3:7-11). Los levitas también tenían que diezmar (Núm 18:26-29; Neh 10:38).
Aparte de diezmar los israelitas habían de observar las siguientes leyes: (1) Lev 19:9-10; Lev 23:22; Deu 24:19-22, habían de dejar una parte de la cosecha para los pobres; (2) los primogénitos del pueblo, como también del ganado, eran posesión peculiar de Dios; el pueblo podía redimirlos dando dinero a los levitas (Éxo 13:12-13; Núm 3:46-48; Núm 18:15-16); (3) hacían votos de pagar ofrendas voluntarias (Deu 23:21-23); (4) cualquiera podía arrancar espigas de la cosecha del prójimo, sólo que no aplicara hoz (Deu 23:25); (5) el pueblo hacía muchas ofrendas voluntarias para el tabernáculo y el templo (y a veces daban de más; véase Éxo 36:1-6, «Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba»; 1Cr 29:9; 1Cr 29:14; Neh 12:43).
Luc 18:12, «doy diezmos de todo lo que gano». Los judíos se sentían muy piadosos por ser cumplidos en diezmar.
¿Prohibió Jesús el diezmar? No, por el contrario, dijo que no dejaran de hacerlo (Mat 23:23). ¿Es parte del evangelio, pues? No lo es, sino que Jesús enseñaba el diezmo para los judíos, porque les enseñaba a guardar toda la ley, incluyendo el guardar el sábado y diezmar (Mat 5:18-20).
¿No enseña Mat 5:20 que debemos dar más que los judíos? («Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos»). En primer lugar, el diezmar no era “ofrendar”; aparte de pagar el diezmo para sostener a los levitas (Núm 18:20-21), los israelitas ofrendaban voluntariamente. En segundo lugar, Jesús no hablaba aquí del diezmar, sino de la sinceridad. Eran hipócritas los escribas y fariseos (Mat 6:1-18; Mat 23:13-29). Nuestra justicia tiene que ser mayor que la «justicia» de ellos (es decir, la «justicia» que Jesús describe en estos textos). Sin embargo, es bueno comparar el ofrendar del cristiano con las ofrendas de los judíos, porque a veces éstos eran muy generosos bajo una ley imperfecta. Nos conviene ser aun más generosos porque vivimos bajo la perfecta ley de libertad. Debemos estar sumamente agradecidos por la gracia de Dios demostrada en la muerte de Cristo.
La ley del Nuevo Testamento con respecto a ofrendar se halla en tales textos como Hch 11:27-30; 1Co 16:1-4; 2Co 8:1-9; 2Co 9:6-10, etc. Los que imponen el diezmo ahora imponen un mandamiento de hombres (Mat 15:9; Col 2:14-17), porque no es una ley de Cristo. Dios no especifica un porcentaje que debiéramos ofrendar, sino que quiere el corazón y, por eso, dice, «Cada uno dé como propuso en su corazón» (2Co 9:7). El caso de los macedonios es un buen ejemplo de esto (2Co 8:4-5). El cristiano pertenece al Señor cuerpo y alma (1Co 6:19-20). ¿Qué porcentaje debemos ofrendarle, pues? La única respuesta correcta es: ¡Ciento por ciento! ¡Qué triste es cuando los que profesan ser cristianos abusan de la libertad en Cristo! ¡Qué triste caso es cuando los que profesan ser cristianos son menos generosos que los israelitas!
El diezmar estas pequeñas semillas mostraba «la escrupulosa conciencia de los fariseos, siendo bienes susceptibles de comercialización» (ATR). «El Talmud habla del asno de un cierto Rabí que había sido tan bien instruido que rehusaba grano que no hubiera sido aún diezmado» (MRV).
Por último, ¡tengamos mucho cuidado de no usar mal este texto! Algunos hermanos que promueven la llamada “unidad en la diversidad” están citando este texto para minimizar los mandamientos y requisitos del evangelio con respecto a la organización y obra de la iglesia, el divorcio y nuevas nupcias y otras doctrinas que ellos no quieren respetar y practicar. Si se cita este texto para tal propósito, pregúntese “¿se refiere a un mandamiento o un ejemplo apostólico o una inferencia necesaria? ¿Tiene que ver con la “forma (patrón) de las sanas palabras” (2Ti 1:13)? Si alguien quiere aplicar Mat 23:23 a tales cosas, será obvio que tiene concepto sectario y que ya no ama la verdad, sino que busca su propia conveniencia.
Si alguien aplica Mat 23:23 a las opiniones de Rom 14:1-23, está bien, pero si se aplica al plan de salvación, pregúntese cuál de los pasos de obediencia se puede clasificar como de menos peso? O si se aplica este texto a la doctrina del Nuevo Testamento sobre la iglesia (el culto, la naturaleza, organización, obra, disciplina, etc.), ¿cuál de estas cosas no tiene importancia? ¿Qué doctrinas son más importantes o de más peso? Tengamos mucho, pero mucho cuidado con la mala aplicación de este texto.
Queremos unidad, sí, pero unidad basada en la palabra de Cristo (Jua 17:8; Jua 17:14; Jua 17:21; Jua 17:23; 1Co 1:10; Efe 4:4-6).

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL SENTIDO PERDIDO DE LA PROPORCIÓN

Mateo 23:23-24

-¡Pobres de vosotros, escribas y fariseos farsantes! Porque vosotros diezmáis la menta y el anís y el comino, y pasáis de los asuntos. más importantes de la Ley: la justicia y la misericordia y la fidelidad. Estas son las casas que deberíais poner por obra; sin olvidar las otras. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!

El diezmo era una parte importante de las leyes judías. » Indefectiblemente diezmarás todo el producto -del grano que rinda tu campo todo el año» (Dt 14:22 ). «El diezmo de la tierra, tanto de la simiente de la tierra corno del fruto de los árboles, es del Señor; es cosa dedicada al Señor» Lv 27:30 ). Este diezmo se dedicaba especialmente al sostenimiento de los levitas, cuya misión consistía en hacer todo el trabajo material del templo. Las cosas que habían de diezmarse estaban especificadas en la ley: «Todo lo que es comestible, y se conserva, y se alimenta del suelo, está sujeto al diezmo.» Se establecía: «Del anís, uno debe diezmar las semillas, las hojas y los tallos.» Así que estaba establecido que todos debían apartar el diezmo de todos los productos de su tierra y de su trabajo para Dios.

El sentido de lo que Jesús dijo es el siguiente. Se aceptaba universalmente que los diezmos de las principales cosechas se debían dar; pero la menta y el anís y el comino eran hierbas del huerto que no se cultivaban en cantidad; cada campesino tendría unas pocas matas de cada. Las tres se usaban como condimentos, y el anís y el comino se usaban también en medicina. El diezmarlas suponía diezmar una parte infinitesimal de la cosecha, puede que nada más que el producto de una planta. Solo los que fueran superlativamente meticulosos diezmarían las plantas aisladas de la huerta.

Así eran precisamente los fariseos. Eran tan absolutamente meticulosos acerca del diezmo que diezmaban hasta un manojo de menta. Y sin embargo estos mismos hombres culpables de injusticia, podían ser duros y arrogantes y crueles, olvidando las demandas de la misericordia; podían hacer juramentos y, promesas con 1a intención de no cumplirlos, olvidando la fidelidad. En otras palabras: muchos de ellos observaban las minucias de la ley, y olvidaban las cosas verdaderamente importantes.

Ese espíritu no ha muerto; no morirá hasta que Cristo gobierne en los corazones. Hay muchos hombres que van bien vestidas a la iglesia, que echan religiosamente ala colecta; adoptan las posturas debidas en las diferentes partes del culto; no faltan nunca ala comunión, y sin embargo no cumplen en su trabajo; y tienen mal genio, y son tacaños con su dinero las mujeres que siempre están ocupadas en buenas obras y que forman parte de muchos comités, pero cuyos hijos están solos y tristes por la noche en casa. No hay nada más fácil que cumplir todo lo externo de la religión, y sin embargo ser completamente irreligioso.
No hay nada que haga más falta que un sentido de proporción que nos salve de confundir las prácticas religiosas con la verdadera devoción.

Jesús usa una ilustración graciosa en el versículo 24. Como dice una nota de la versión Reina-Valera’95, de los animales mencionados en la ley mosaica como inmundos el mosquito era el más pequeño (Lv 11:20-23 ) y el camello el más grande (Lv 11:4 ). Para evitar el riesgo de tragarse algo inmundo, las bebidas se colaban con una gasa de muselina para que no pasaran posibles impurezas. Esta es una ilustración que debe de haber provocado la risa: un hombre colaba cuidadosamente el vino para no tragarse ningún mosquito, y sin embargo se trababa un ello como quien no quiere la cosa. Es la caricatura de una persona que ha perdido todo sentido de proporción.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— menta, anís, comino: productos de escaso valor sobre los cuales, sin embargo, se pagaba religiosamente el diezmo; (ver Lev 27:30, Deu 14:22).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Miq 6:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “fe”.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 1069 Lev 27:30; Luc 11:42

d 1070 Jer 22:15; Jua 7:24

e 1071 Ose 6:6; Miq 6:8; Mat 9:13; Mat 12:7

f 1072 1Ti 1:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el diezmo. O sea, la décima parte del total de los ingresos. La ley mosaica incluía también el ganado, el grano y los frutos (Lv 27:30– 33; Dt 12:17).

Fuente: La Biblia de las Américas

23 (1) O, juicio.

23 (2) Aunque el Señor puso énfasis en los asuntos más importantes, nos exhortó a no dejar a un lado los asuntos de menor importancia.

23 (a) Luc_11:42

23 (b) Deu_14:22 ; Luc_18:12

23 (c) Jer_5:1 ; Miq_6:8

23 (d) Pro_16:6 ; Zac_7:9 ; Rom_12:8

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

diezmáis. El diezmo de varias hierbas estaba basado en Lev 27:30. Aunque se exigía el diezmo de cereales, frutas, vino y aceite (véase también Núm 18:12; Deu 14:22-23), los escribas habían ampliado el número de los artículos que debía ser diezmado, para incluir hasta las hierbas más pequeñas.

comino. Una semilla parecida a la alcaravea.

sin dejar de hacer aquello. I.e., sin descuidar el diezmo propio y normal.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

diezmáis…Lev 27:30; fidelidad… Lit. fe.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T90 El verbo de obligación en el imperfecto, ἔδει, significa: era necesario (no está ocurriendo, aunque es una obligación).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Lev 27:30.

23.23 Aquí se refiere a la fidelidad.

Fuente: La Biblia Textual III Edición