Estando él sentado en el monte de los Olivos, sus discípulos se acercaron a él aparte, y le dijeron: —Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?
24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Según Mar 13:3, «Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?» Luc 21:7, «Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?» Aunque los discípulos tenían mucho aprecio por el templo y, sin duda, estaban confusos y perplejos, eran hombres sinceros y querían entender lo que Jesús les enseñaba; es decir, querían entender aunque la verdad estuviera en conflicto con sus ideas y deseos. No dijeron, «No nos gusta lo que dijiste y no queremos saber más»; aparentemente así eran los «discípulos» descritos en Jua 6:60; Jua 6:66. — ¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? — Ellos querían saber «¿cuándo serán estas cosas?» (¿cuándo será destruido el templo?) pero ¿qué significa la pregunta acerca de la «venida» de Cristo (Mat 23:39) y el «fin del siglo»? Probablemente estas dos preguntas son una sola pregunta. En los vers 6 y 14 el «fin» se refiere a la destrucción de Jerusalén; por lo tanto, la «venida» de Cristo mencionada en este texto no necesariamente se refiere a la «segunda venida» de Cristo para destruir el universo (quemar la tierra) y juzgar al mundo, sino su «venida» en juicio para la destrucción de Jerusalén (Mat 23:38-39). La expresión «fin del siglo» (o edad) no tiene nada que ver con la destrucción del universo, sino solamente con la consumación y terminación delpresente orden o estado de las cosas ( es decir, el judaísmo). Los judíos creían que el Mesías vendría para poner fin a «este siglo» para inaugurar el «siglo venidero». Estas expresiones se encuentran frecuentemente en el Talmud y otros escritos judaicos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
estando él sentado. Mat 21:1; Mar 13:3, Mar 13:4.
los discípulos se le acercaron. Mat 13:10, Mat 13:11, Mat 13:36; Mat 15:12; Mat 17:19.
Dinos. Dan 12:6-8; Luc 21:7; Jua 21:21, Jua 21:22; Hch 1:7; 1Ts 5:1.
qué señal habrá de tu venida. Mat 24:32, Mat 24:33, Mat 24:43.
y del fin del siglo. Mat 13:39, Mat 13:40, Mat 13:49; Mat 28:20; Heb 9:26.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Indudablemente los discípulos quedaron inmediatamente confundidos por la profecía del Señor; sin embargo, callaron hasta que dejaron el Templo, cruzaron el Valle de Cedrón, y llegaron al monte de los Olivos. Estando Jesús sentado a la manera de los maestros (Mat 5:1) vinieron los discípulos y finalmente le preguntaron sobre la destrucción del Templo. Algunos dicen que el versículo contiene dos preguntas. «¿Cuándo será destruido el Templo?» y ¿qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Otros perciben una pregunta básica en la mente de los discípulos. Según Zac 14:1-9, la destrucción de Jerusalén, la libertad por medio del Mesías, y el fin de los tiempos ocurrirán en orden y muy rápido. Para los discípulos, la devastación de la ciudad y la venida del Mesías eran parte de un sólo gran evento. Las preguntas deberían ser tomadas por lo tanto como una sola, aunque el cumplimiento se llevará a cabo por etapas. Sin embargo, cabe aclarar un importante asunto que a menudo es mal interpretado por los maestros laicos de la Biblia de que las enseñanzas y señales de Mat 24:1-51 no conciernen al arrebatamiento de la Iglesia, verdad aún no revelada (1Ts 4:14-17; 1Co 15:51, 1Co 15:52). En cambio, generalmente se refieren a hechos que ocurrirán durante la septuagésima semana de Daniel, especialmente la gran tribulación. Los lectores occidentales modernos esperan de Jesús una presentación en estricto orden secuencial, pero a la manera del oriente (vea la introducción del libro de Job); la presentación es más cíclica con un amplio panorama que introduce detalles específicos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL DISCURSO EN EL MONTE DE LOS OLIVOS. La profecía de Jesús fue primordialmente una respuesta a la pregunta de los discípulos; «¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?» Cristo les dio:
(1) señales generales de la historia del mundo hasta los últimos días (Mat 24:42);
(2) señales especiales que indican los días finales del mundo, la gran tribulación (Mat 24:15-28);
(3) señales espectaculares que ocurren en su venida triunfante con poder y gran gloria (Mat 24:29-31);
(4) advertencia a los santos de la tribulación para que estén alerta a las señales que indicarán la esperada venida de Cristo inmediatamente después de la tribulación (Mat 24:32-35);
(5) advertencia a los creyentes que vivan antes de la tribulación para que estén espiritualmente preparados para el momento inesperado y desconocido de la venida de Cristo por sus fieles (Mat 24:36-51; Mat 25:1-30; véanse Jua 14:3, nota, y el ARTÍCULO EL ARREBATAMIENTO, P. 1724. [1Ts 4:16-17]);
(6) una descripción del juicio de las naciones después de su regreso a la tierra (Mat 25:31-46). Debe observarse que muchos detalles de la venida de Cristo no se revelan en Mat 24:1-51. Además, hasta ahora nadie ha descifrado con absoluta certeza todas las profecías con respecto al fin del mundo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
monte de los Olivos. La colina opuesta directamente al templo, siguiendo el torrente de Cedrón al E (vea la nota sobre Luc 19:29). Este lugar tiene el privilegio de brindar la mejor vista panorámica de Jerusalén. En la base de esta montaña se encuentra Getsemaní (vea la nota sobre Mat 26:36). qué señal habrá de tu venida. Luc 19:11 relata que los discípulos aun pensaban que el reino de Dios aparecería inmediatamente. La destrucción del templo (v. Mat 24:2) no se adecuaba al esquema escatológico que habían previsto, por lo que pidieron mayor claridad. Jesús dirigió sus preguntas en orden inverso, describiendo la señal profética de su venida (de hecho, una serie de señales) en los vv. Mat 24:4-35, y luego dirigiendo sus preguntas sobre el momento en el que ocurrirían estos sucesos comenzando en el v. Mat 24:36. Cuando ellos preguntaron sobre su venida (gr. parousia, lit. «presencia»), ellos no preveían una Segunda Venida en el futuro lejano. Ellos se referían a la venida triunfal de Jesús como Mesías, un acontecimiento que no dudaron en anticipar que sucedería en el presente. Incluso si estaban conscientes de su muerte cercana, la cual les había profetizado llanamente en repetidas ocasiones (vea la nota sobre Mat 20:19), ellos no podían anticipar su ascensión al cielo y la larga era intermedia de la Iglesia. Sin embargo, cuando Jesús usó el término parousia en su discurso, la usó en sentido técnico como una referencia a su Segunda Venida.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Según Mar 13:3, «Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?» Luc 21:7, «Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?» Aunque los discípulos tenían mucho aprecio por el templo y, sin duda, estaban confusos y perplejos, eran hombres sinceros y querían entender lo que Jesús les enseñaba; es decir, querían entender aunque la verdad estuviera en conflicto con sus ideas y deseos. No dijeron, «No nos gusta lo que dijiste y no queremos saber más»; aparentemente así eran los «discípulos» descritos en Jua 6:60; Jua 6:66.
— ¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? — Ellos querían saber «¿cuándo serán estas cosas?» (¿cuándo será destruido el templo?) pero ¿qué significa la pregunta acerca de la «venida» de Cristo (Mat 23:39) y el «fin del siglo»? Probablemente estas dos preguntas son una sola pregunta. En los vers 6 y 14 el «fin» se refiere a la destrucción de Jerusalén; por lo tanto, la «venida» de Cristo mencionada en este texto no necesariamente se refiere a la «segunda venida» de Cristo para destruir el universo (quemar la tierra) y juzgar al mundo, sino su «venida» en juicio para la destrucción de Jerusalén (Mat 23:38-39). La expresión «fin del siglo» (o edad) no tiene nada que ver con la destrucción del universo, sino solamente con la consumación y terminación delpresente orden o estado de las cosas ( es decir, el judaísmo). Los judíos creían que el Mesías vendría para poner fin a «este siglo» para inaugurar el «siglo venidero». Estas expresiones se encuentran frecuentemente en el Talmud y otros escritos judaicos.
Recuérdese que aunque Jesús había dicho a sus apóstoles que era necesario que El muriera en Jerusalén y que resucitaría al tercer día, ellos no le entendían. Aun cuando El resucitó, todavía no creyeron (Mar 16:14).
Es cierto que Jesús había dicho que pronto iría al Padre (Jua 7:33; Jua 8:21), pero ¿qué sabían los apóstoles de la segunda venida de Cristo?
En Mat 16:27-28, cuando El habló de «venir» no se refirió a la segunda venida sino a una venida en esos días: «Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino». Este texto es paralelo con Mar 9:1 y obviamente se refiere al establecimiento de su reino (su iglesia).
En Mat 10:22-23 Jesús dice, «Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra, porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre». Obviamente esta venida no se refiere a la segunda venida de Cristo para quemar la tierra y juzgar al mundo, porque tuvo que suceder en esos mismos días, antes de que los apóstoles acabaran de recorrer todas las ciudades de Israel. Jesús habla de perseverar hasta el fin pero no se refiere al fin del mundo sino hasta el fin (la destrucción) de Jerusalén.
En esta misma ocasión (23:39) — inmediatamente antes de la pregunta de los apóstoles — Jesús había dicho, «He aquí vuestra casa os es dejada desierta» (23:38). Por lo tanto, probablemente para los discípulos todos estos eventos vendrían al mismo tiempo, porque creían que el templo iba a durar hasta el fin del mundo. Sal 78:69 dice, «Edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre», y todo el libro de Zacarías habla de Jerusalén y el templo como la residencia permanente de Dios. No entendían la naturaleza espiritual de estas profecías; por eso, es posible que al saber que el templo sería destruido concluyeran que sería el fin del mundo.
Los juicios de Dios aquí en la tierra apuntan hacia el juicio final. Muchos textos se refieren al diluvio (Mat 24:37-39; Luc 17:26-27), a Sodoma y Gomorra (véase Jud 1:7) a los juicios sobre las naciones (incluyendo a Israel), etc., como ejemplos del juicio de Dios. Por eso, sin duda alguna el juicio sobre Jerusalén era tipo del juicio final de Dios. Sin embargo, es necesario observar el contexto de Mat 24:1-51 y entender que aunque Jesús usó lenguaje general de juicio, habla en particular de la destrucción de Jerusalén. Habla del «fin» (ver 6, 14), pero habla del fin de Jerusalén. Además, El dice en el ver 34, «que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca»; es decir, el lenguaje apocalíptico de juicio de este capítulo (como en los vers 27-31) no se refiere en su sentido primario al fin del universo (2Pe 3:10), sino al fin de Jerusalén. El no pensaba venir en ese tiempo para acabar con la tierra, sino solamente con Jerusalén. Por lo contrario, Pablo dice que Cristo no iba a venir en ese tiempo (2Ts 2:1-3), pero El sí venía en juicio sobre Jerusalén durante esa misma generación, y no quería que sus discípulos se destruyeran junto con los demás judíos. Por lo tanto, Mat 24:1-51 no solamente tiene que ver con la preocupación de Jesús por la seguridad espiritual de sus discípulos, sino también por su seguridad física.
El discurso de Jesús que comienza en Mat 23:1-39 y continúa hasta terminar el cap 25 (Mateo no puso capítulos y versículos) comienza con las señales que precedieron la destrucción de Jerusalén y termina con la venida de Jesús para el juicio final y es difícil fijar un punto exacto y definido de división entre los dos temas, porque el Señor conecta estos dos temas, dando a entender que el juicio sobre Jerusalén es tipo del juicio final, y que las advertencias y exhortaciones referentes al primero también son apropiadas para el segundo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA LLEGADA DEL REY
Mateo 24:3, 14, 27-28
Sus discípulos se Le acercaron en privado cuando estaba sentado en el Monte de los Olivos, y Le dijeron:
Dinos cuando sucederán estas cosas; y dinos también cuál será la señal de Tu venida y de la consumación de esta edad. Y el Evangelio del Reino se. proclamará en todo el mundo habitado para testimonio a las naciones, y entonces llegará el final.
Porque como. relumbra , el . relámpago yendo desde el Este hasta el Oeste, así será la venida del Hijo del Hombre. Donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres.
Aquí habla Jesús directamente de Su Segunda Venida. El Nuevo Testamento no usa nunca la frase la Segunda Venida. La palabra que usa para describir la vuelta de Cristo, en gloria es Parusía; esta palabra ha pasado al castellano y a otras lenguas como un sinónimo de la Segunda Venida; es muy corriente en el resto del Nuevo Testamento, pero en los evangelios este es el único lugar en que aparece (versículos 3, 27, 37, 39). Lo interesante es que es la palabra corriente para la llegada de un gobernador a su provincia, o de un rey a sus súbditos. Describe una llegada en autoridad y en poder.
El resto de este capítulo tiene mucho que decirnos acerca de este tema; pero de momento notamos que, cualquier otra cosa que sea verdad acerca de la doctrina de la Segunda Venida, es cierto que conserva dos grandes Hechos.
(i) Conserva el hecho del triunfo definitivo de Cristo. Aquel a Quien los hombres crucificaron será un día el Señor de toda la humanidad. Para Jesucristo, el final estaba seguro -y era Su soberanía universal.
(ii) Conserva el hecho de que la Historia se dirige a alguna parte. Algunas veces se ha supuesto que la Historia se iba precipitando a un caos cada vez más salvaje, y que no es nada más que «la historia de los pecados y las locuras humanas.» Algunas veces se ha supuesto que la Historia era cíclica, y que el mismo ciclo de cosas sucedía una y otra vez. Los estoicos creían que hay ciertos períodos fijos, y que al final de cada uno se destruye el mundo en una gran conflagración, y que entonces la misma historia tiene lugar de nuevo hasta en sus más mínimos detalles.
Como decía Crisipo: «Entonces el mundo es restaurado de nuevo otra vez, y con una organización precisamente igual a la anterior. Las estrellas se mueves otra vez en sus órbitas, cada una siguiendo su curso como en el período anterior, sin ninguna variación. Sócrates y Platón y cada persona individual vivirán de nuevo con los mismos amigos y compatriotas. Pasarán las mismas experiencias y realizarán las mismas actividades. Todas las ciudades y las aldeas y los campos serán restaurados exactamente como fueron. Y esta restauración del universo tiene lugar, no una vez, sino una y otra y otra veces -de cierto, por toda eternidad, sin fin.» Este es un pensamiento lúgubre, el de que las gentes están abocadas a un eterno molino en el que no hay progreso ni posibilidad de escapar.
Pero la Segunda Venida contiene en sí esta verdad esencial: Que hay «un acontecimiento divino en lontananza, al que toda la creación se dirige,» y ese acontecimiento no es la disolución general, sino el gobierno universal y eterno de Dios.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Mat 24:27; 1Co 15:23; 1Ts 2:19; Stg 5:7-8; 2Pe 3:4; 2Pe 3:12.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— monte de los Olivos: Ver nota a Mat 21:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Cuidado con expectaciones prematuras (cf. Mar. 13:3-13; Luc. 21:7-19). Mientras muchos lectores buscan afanosamente en este capítulo las “señales del fin”, el tema de gran parte del pasaje, y en especial de esta sección, es el peligro de saltar a conclusiones precipitadas de que “el fin” (en cualquier sentido) es inminente.
Antes del 70 d. de J.C., muchos rebeldes nacionalistas se denominaron a sí mismos líderes del pueblo de Dios (4, 5), usurpando así el lugar de Jesús como el Mesías (en mi nombre). De igual manera (6-8), hubo guerras y desastres naturales durante ese período, como los ha habido en todos los tiempos de la historia. Aunque estas cosas serían principio de dolores, no debían ser interpretadas como señales precisas de que el fin había llegado.
En el ínterin los discípulos debían esperar que serían perseguidos, como Jesús ya había advertido en 10:17-23; pero mientras que en el cap.10 el enfoque de la persecución sería por parte de los judíos, hay ahora uno más amplio, incluyendo a todas las naciones. Los vv. 10-14 dibujan un cuadro de crisis entre el pueblo de Dios como también el caos entre los pueblos del mundo. Estas cosas no deben incitar a hacer cálculos de fechas, sino de fidelidad. Los verdaderos discípulos no permitirán que las condiciones adversas afecten su amor (12), su perseverancia (13) y su predicación fiel de este evangelio del reino (14).
El v. 14 no especifica a cuál de los dos aspectos de la pregunta de los discípulos se refiere el fin. En el período antes del año 70 d. de J.C. el evangelio, en realidad, fue predicado en gran parte del Mediterráneo (lo que la mayoría de los que hablaban gr. hubiera entendido por en todo el mundo de ese día). (Cf. Rom. 15:19, escrito a mediados de la década del 50, después de lo cual la misión de Pablo continuó extendiéndose, sin mencionar la de los otros apóstoles.) Antes de que fuera destruido el templo, la iglesia cristiana ya había llegado a ser una comunidad verdaderamente internacional. Desde ese entonces, por supuesto, el evangelio ha sido predicado mucho más ampliamente, a medida que el mundo conocido ha aumentado, aunque resulta cuestionable la extensión a la que el testimonio está disponible lit. a todas las razas aun hoy.
Nota. 3 La parousía (“llegada”) se usa principalmente para designar visitas formales de aquellos en autoridad. En el NT, generalmente (pero no siempre) se refiere a la predicha segunda venida de Jesús. Para lo del fin del mundo cf. 13:39, 40, 49.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) Gr.: pa·rou·sí·as. Véase Ap. 5B.
(2) O: “el fin conjunto; el fin en combinación; el finalizar juntamente”. Gr.: syn·te·léi·as; lat.: con·sum·ma·ti·ó·nis.
(3) O: “del orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J1-14,16-18,22(heb.): ha·‛oh·lám.
REFERENCIAS CRUZADAS
c 1109 Mat 24:27; Mat 24:37; Mat 24:39
d 1110 Mat 13:39; Mat 28:20; Mar 13:4; Luc 21:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Dinos. Los discípulos querían saber el tiempo de la destrucción del templo y las señales que indicarían la segunda venida de Cristo.
venida. Este término (gr. parousía) se encuentra 4 veces en Mateo (vers. 3, 27, 37, 39) y 20 veces más en el resto del N. T. Generalmente se refiere a la segunda venida de Cristo que pone fin a la historia del mundo con un juicio que inaugura el milenio.
consumación de este siglo. Si esta expresión se refiere a la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., describe la terminación del pacto de Dios con Israel (cp. 21:43). Pero la consumación o el fin puede referirse también al final de la historia del mundo antes del milenio.
Fuente: La Biblia de las Américas
3 (1) Para recibir la visión de la profecía del Señor con respecto a esta era, necesitamos subir a un monte alto para entrar en Su presencia.
3 (2) Los discípulos le preguntaron por tres asuntos: (1) el tiempo en que estas cosas ocurrirían, incluyendo no sólo la destrucción del templo (v. 2) sino también los eventos mencionados en 23:32-39; (2) la señal de la venida de Cristo; y (3) la señal de la consumación del siglo. La palabra del Señor contenida en 24:4-25:46 contesta la pregunta de los discípulos acerca de estos tres asuntos.
3 (3) Gr. parousía , que significa presencia . La venida de Cristo será Su presencia con Su pueblo. Esta presencia (parusía) comenzará con el arrebatamiento del hijo varón ( Rev_12:5) y el arrebatamiento de las primicias ( Rev_14:1-4) y terminará en la aparición de Cristo en la tierra junto con los santos. Durante el período de Su parusía, vendrá la gran tribulación (v. 21; Rev_9:1-21 ; Rev_11:14 ; Rev_16:1-21), comenzando con las calamidades sobrenaturales ( Rev_6:12-17 ; Rev_8:7-12); Cristo descenderá a los aires ( Rev_14:14); la mayoría de los creyentes serán arrebatados y llevados a los aires ( 1Ts_4:15-17); compareceremos ante el tribunal de Cristo ( 2Co_5:10), y las bodas del Cordero ( Rev_19:7-9). (Véase el diagrama de «Las setenta semanas y la venida de Cristo, y el arrebatamiento de los santos» al final del Nuevo Testamento.)
3 (a) vs.3-13: Mar_13:3-13 ; Luc_21:7-19
3 (b) Mat_21:1 ; Mat_26:30 ; Luc_22:39 ; Jua_8:1 ; Hch_1:12
3 (c) Mat_24:30
3 (d) Mat_24:27 , Mat_24:37 , Mat_24:39
3 (e) Mat_13:39 , Mat_13:40
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
el monte de los Olivos. Justamente al E de Jerusalén, al otro lado del valle del Cedrón. En este discurso, Jesús respondió a dos de las tres preguntas que le hicieron los discípulos. No respondió a lo de: «¿cuándo serán estas cosas?» Responde a lo de: «¿qué señal habrá de tu venida?» en vv. Mat 24:29-31, y habla de las señales del fin del siglo en vv. Mat 24:4-28. En los vv. Mat 24:4-14 hallamos una serie de características de la primera mitad del período de la Gran Tribulación, mientras que los vv. Mat 24:15-28 tratan de la segunda mitad de dicho período.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
cuál… Es decir, cuál será; venida… Gr. parousía = presencia; del siglo… → §193.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., será
O, presencia
O, del fin
Fuente: La Biblia de las Américas
Es decir, cuál será.
24.3 O presencia.