Al atardecer, él estaba sentado a la mesa con los doce,
26:20 Cuando llegó la noche, se sentó (lit., reclinado) a la mesa con los doce (incluyendo a Judas. ¿Cuántos siguen como miembros de la iglesia cuando saben que no son fieles?) — La preparación se hizo en la tarde del jueves. ¿Por qué no imitaban el ejemplo original en todo detalle? Había detalles incidentales relacionados con las circunstancias de aquella ocasión. Por ejemplo, la iglesia partió el pan el primer día en el tercer piso. El detalle acerca del lugar donde celebraron la cena no tiene significado para nosotros, pero el primer día sí tiene significado universal.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cuando llegó la noche. Mar 14:17-21; Luc 22:14-16; Jua 13:21.
se sentó a la mesa. Éxo 12:11; Cnt 1:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
uno de vosotros me va a entregar indica la omnisciencia del Señor. Repetidamente —en sumisión al Padre— Cristo dejó ver evidencias de su deidad a sus discípulos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
se sentó. Lit. «se reclinó» (vea la nota sobre Mar 14:18; cp. Jua 13:25).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
26:20 Cuando llegó la noche, se sentó (lit., reclinado) a la mesa con los doce (incluyendo a Judas. ¿Cuántos siguen como miembros de la iglesia cuando saben que no son fieles?) — La preparación se hizo en la tarde del jueves. ¿Por qué no imitaban el ejemplo original en todo detalle? Había detalles incidentales relacionados con las circunstancias de aquella ocasión. Por ejemplo, la iglesia partió el pan el primer día en el tercer piso. El detalle acerca del lugar donde celebraron la cena no tiene significado para nosotros, pero el primer día sí tiene significado universal.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA ULTIMA INVITACIÓN DEL AMOR
Mateo 26:20-25
Cuando anocheció, Jesús estaba reclinado a la mesa con los doce discípulos. Mientras estaban comiendo, Jesús les dijo:
-Os digo la pura verdad: Uno de vosotros Me va a traicionar.
Ellos se inquietaron terriblemente, y empezaron a preguntarle a Jesús uno tras otro:
-Señor, no seré yo, ¿verdad?
-Uno que mete la mano conmigo en la fuente es el que Me va a traicionar -les contestó Jesús-. El Hijo del Hombre va a desaparecer, como está escrito acerca de Él; ¡pero ay de aquel hombre por quien es traicionado el Hijo del Hombre! Le habría sido mejor no haber nacido.
Judas, el que Le traicionó, Le dijo:
Maestro, ¿es posible que sea yo?
-Tú eres el que lo has dicho,-le contestó Jesús.
Hay momentos en estas últimas escenas de la historia evangélica en que Jesús y Judas parecen encontrarse en un mundo aparte, en el que no hay nadie más. Una cosa es segura: Judas tiene que haber estado planificando su horrible negocio con un secreto total. Tiene que haber hecho sus idas y venidas, o bien a escondidas, o como parte de sus quehaceres normales; porque, si el resto de los discípulos hubieran sabido lo que se traía entre manos, no le habrían dejado salir con vida de la habitación.
Sin duda les había ocultado sus planes a sus condiscípulos -pero no podía ocultárselos a Cristo. Eso es lo que pasa siempre: una persona puede ocultarles sus pecados a sus semejantes, pero no los puede ocultar nunca de los ojos de Cristo, que ve los secretos del corazón. Jesús sabía, aunque nadie más lo supiera, lo que Judas se traía entre manos.
Y ahora podemos ver el método de Jesús con el pecador. Podría haber usado Su poder para aterrar a Judas, para paralizarle, hasta para matarle. Pero la única arma que Jesús usará nunca es la de la invitación amorosa. Uno de los grandes misterios de la vida es lanera que tiene Dios de respetar la iniciativa humana. Dios no obliga nunca; solo invita.
Cuando Jesús trata de hacer que una persona deje de pecar, hace dos cosas.
La primera, le pone cara a cara con su pecado. Trata de hacerle que se detenga y piense en lo que está haciendo. Es como si le dijera: «Mira lo que estás pensando hacer: ¿Puedes tú realmente hacer algo así?» Se ha dicho que nuestra mayor seguridad frente al pecado está en el horror que nos causa. Y una y otra vez Jesús invita a cada persona a detenerse y mirar y darse cuenta, para que el mismo horror de su pecado la haga volver a sus cabales.
La segunda, le pone cara a cara consigo mismo, con el mismo Cristo. Invita a la persona a que Le mire, como si dijera: «¿Puedes mirarme? ¿Puedes enfrentarte con Mis ojos y marcharte a hacer lo que te habías propuesto?» Jesús trata de hacer que la persona se dé cuenta del horror de lo que estaba a punto de hacer, y del amor que anhela impedírselo.
Es precisamente aquí donde vemos lo terrible que es el pecado, por su terrible libertad. A pesar de la última llamada del amor, Judas siguió adelante. Aun cuando se encontró cara a cara con su pecado y con el rostro de Cristo, no quiso dar marcha atrás. Hay pecados y pecados. Existe el pecado del corazón apasionado, de la persona que, en el impulso del momento, se ve arrastrada a hacer lo que no debe. Que nadie tome a la ligera tal pecado; sus consecuencias pueden ser muy terribles; pero mucho peor es el pecado decidido, calculado, insensible,. que sabe lo que está haciendo a sangre fría, que se enfrenta con lo terrible de la acción y con el amor de los ojos de Jesús, y sin embargo todavía sigue con su plan. El corazón se nos revuelve contra el hijo o la hija que quebranta a sangre fría el corazón paternal -que es lo que Judas hizo con Jesús-, y la tragedia es que esto es lo que todos hacemos muchas veces.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— se sentó a la mesa: Lit., se recostó. Ver nota a Jua 13:23.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
y 1283 Deu 16:6
z 1284 Mar 14:17; Luc 22:14
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
sentado. Conforme a la costumbre de los tiempos del N.T., los judíos cenaban estando reclinados. La mesa era baja y en forma de « V.» El anfitrión se reclinaba donde se unían las dos líneas de sillas. Jesús ocupó el puesto del anfitrión. Juan estaba a su derecha y Judas a su izquierda, que eran los lugares de los invitados principales.
Fuente: La Biblia de las Américas
20 (a) vs.20-25: Mar_14:17-21 ; Luc_22:14-18 , Luc_22:21-23 ; Jua_13:21-30
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
se sentó a la mesa. El orden de los acontecimientos de aquella noche fue: comida de la pascua; lavamiento de los pies de los discípulos (Jua 13:1-20); identificación de Judas como el traidor (Mat 26:21-25); partida de éste (Jua 13:30); institución de la Cena del Señor (Mat 26:26-29); los discursos del Aposento Alto (Jua 14:1-31) y de camino hacia Getsemaní (Jua 15:16); gran oración de Cristo por los Suyos (Jua 17:1-26); Su agonía en Getsemaní (Mat 26:36-46); la traición y el arresto (Mat 26:47-56).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., reclinado