Comentario de Marcos 1:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
1:9 — Aconteció en aquellos días — en que Juan bautizaba en el río Jordán.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que Jesús vino. Mat 3:13-15; Luc 3:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Puesto que no tenía pecados de los cuales arrepentirse, el bautismo de Jesús fue único. Muestra su identificación con la obra de Juan y con los pecadores por quienes Él moriría. También es anuncio de su propia muerte, sepultura y resurrección por los pecadores.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JESÚS… BAUTIZADO. Véase Mat 3:13, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
en aquellos días. Durante un tiempo inespecífico del ministerio bautismal de Juan en el Jordán. Nazaret. Una oscura villa (no mencionada en el AT, por Josefo, o en el Talmud) a unos 112 km al N de Jerusalén, que no disfrutaba de una buena reputación (cp. Jua 1:46). Jesús aparentemente vivó allí antes de su aparición pública a Israel. bautizado por Juan. Con la objeción de Juan (cp. Mat 3:14), quien no vio necesidad alguna en el Cordero sin mancha de Dios (Jua 1:29) de recibir el bautismo de arrepentimiento (vea las notas sobre los vv.Mar 1:4-5; para una explicación de por qué Jesús fue bautizado, vea la nota sobre Mat 3:15).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:9 — Aconteció en aquellos días – en que Juan bautizaba en el río Jordán.
— que Jesús vino de Nazaret de Galilea – Jesús ahora sale de la oscuridad (como hijo obediente en Nazaret – 6:3; Luc 2:39; Luc 2:51; Luc 4:16) para entrar en su ministerio público. Con este versículo Juan identifica al Jesús de Jesucristo (ver. 1). Véanse Jua 1:45; Mat 2:23. El gran Mesías no era de la capital ni de linaje influyente, como se hubiera esperado en una historia de origen humano. Compárese Jua 1:46
(Todo judío sabía que Nazaret era de Galilea. El hecho de que Marcos agrega “de Galilea” indica que escribió para no judíos).
— y fue bautizado por Juan en el Jordán – En lugar de “en el Jordán”, el texto griego dice eis, “para (entrar en), o hacia”, el río Jordán. Esto clarifica lo qué es la acción del bautismo bíblico; es inmersión en agua. Véase ver. 10, “subía del agua”.
Jesús no fue bautizado para perdón de pecados, pues no tenía pecado (1Pe 2:22), sino para “cumplir toda justicia“. Véanse Mat 3:13-17; Luc 3:21-22; Jua 1:31-34.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL DÍA DE LA DECISIÓN
Marcos 1:9-11
Por aquellos días llegó Jesús de Nazaret de Galilea, y Juan Le bautizó en el Jordán. Y tan pronto como salió Jesús del agua vio que los cielos se abrían, y el Espíritu descendía sobre Él como si fuera una paloma. Y vino una voz del Cielo:
-Tú eres Mi Hijo amado; en Ti me complazco plenamente.
Para cualquiera que piense un poco, el bautismo de Jesús presenta un problema. El bautismo de Juan era un bautismo de arrepentimiento, y concernía a los que eran consecuentes de sus pecados y deseaban expresar su decisión de acabar con ellos. ¿Qué tenía que ver tal bautismo con Jesús? ¿No estaba Él sin pecado, y no era tal bautismo innecesario y hasta irrelevante por lo que a Él se refería? Para Jesús el bautismo representaba cuatro cosas.
(i) Fue el momento de decisión. Había pasado treinta en Nazaret cumpliendo fielmente con Su trabajo cotidiano con Sus obligaciones familiares. Había comprendido que ha llegado Su hora de manifestarse, y estaba esperando una señal. El surgimiento de Juan fue esa señal. Este, reconoció Él, el momento en que tenía que lanzarse a cumplir Su misión.
En todas las vidas hay un momento decisivo que hay que aceptar o rechazar. Aceptarlo es realizarse; rechazarlo es fracasar. La vida que rehuye la decisión es la vi gastada, frustrada, fracasada, y a menudo trágica. La vida q se deja arrastrar a la deriva no es nunca la vida feliz. Jesús cuando surgió Juan que había llegado para Él el momento la decisión. Nazaret era tranquilo, y Su hogar dulce; pero Jesús acudió a la cita y al desafío de Dios.
(ii) Fue el momento de la identificación. Es verdad que Jesús no necesitaba arrepentirse del pecado; pero había en pueblo un movimiento de vuelta a Dios; y Él decidió identificarse con ese movimiento hacia Dios. Puede que uno tenga tranquilidad y comodidad y riqueza, y sin embargo se ¡den fique con un movimiento a favor de los marginados, los oprimidos, los explotados y los desafortunados. La identificación realmente grande es la del que se identifica con un movimiento no por lo que pueda sacar para sí mismo, sino para otros. El sueño de Juan Bunyan, Cristiano se unió con Intérprete en su viaje hacia el Palacio que estaba sumamente guardado y que requería luchas para entrar en él. Había un hombre sentado a la puerta, con una pluma y tinta, para escribir los nombres d los que se arriesgaran al asalto del Palacio. Todos se iban retirando, cuando Cristiano vio «a un hombre de firme rostro dirigirse al que estaba allí sentado para escribir, y decirle: «Señor, apunte mi nombre.»» Cuando se esperan grandes cosas; el cristiano está obligado a decir: «Señor, apunta mi nombre,» porque eso fue lo que, hizo Jesús cuando vino a bautizarse.
(iii) Fue el momento de la aprobación. Nadie deja a la ligera su hogar para embarcarse en una empresa desconocida. Tiene que estar muy seguro de que es lo que debe hacer. Jesús había decidido Su curso de acción, y entonces estaba buscando la señal de la aprobación de Dios. En los días de Jesús los judíos hablaban de lo que ellos llamaban Bat Qól, que quiere decir. la hija de una voz. Entonces creían en una serie de cielos, en él más elevado de los cuales moraba Dios en luz inaccesible para ningún ser humano. Había momentos especiales en los que los cielos se abrían y Dios hablaba; pero, para ellos, Dios estaba tan distante que lo único que se podía oír era un eco lejano de Su voz. Pero a Jesús Le llegó la voz directamente de Dios. Según nos lo cuenta Marcos, esta fue una experiencia personal que tuvo Jesús, y no una demostración para la multitud. La voz no dijo: «Este es Mi hijo amado,» como lo pone Mateo Mt 3:17 ), sino: «Tú eres M¡ Hijo amado,» hablándole directamente a Jesús. En Su bautismo, Jesús -Le sometió a Dios Su decisión, y Dios Se la aprobó sin dejarle lugar a dudas.
(iv) Fue el momento del equipamiento. En aquel momento, el Espíritu Santo descendió sobre Él. Hay aquí un gran simbolismo. El Espíritu descendió como una paloma. El símil no se escogió casualmente.- La paloma es el símbolo de la ternura. Tanto Mateo como Lucas nos hablan de la predicación de Juan Mt 3:7-12; Lc 3:7-13 ). El mensaje de Juan era el del hacha a la raíz de los árboles, de una criba terrible, de un fuego devorador. Era un mensaje de juicio y no de buenas noticias. Pero desde el mismo principio la imagen del Espíritu como una paloma es un cuadro de benevolencia. Él conquistará; pero la Suya será la conquista del amor.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Bautismo de Jesús (Mar 1:9-11)
Análisis de discurso
Temáticamente, las secciones Mar 1:9-11 y Mar 1:12-13 constituyen una sola. La presencia del Espíritu en ambas es lo que las une. En la primera parte, Mar 1:9-11, un mensajero (angelos) de Dios bautiza a Jesús en las aguas del Jordán. Acto seguido, Jesús tiene una visión de los cielos abiertos y del Espíritu que desciende sobre él y le habita completamente. La voz de Dios certifica esta epifanía con una afirmación del carácter divino de Jesús. Toda la escena reboza de vida: hay agua, tierra, cielos, y un ave que cruza éstos en ágil vuelo. La paloma, sea dicho de paso, es un pájaro que no vive más que en la proximidad del agua y de la vegetación. Tenemos así la descripción de un oasis en la inmensidad del desierto de Judea.
La segunda parte, o segunda escena, en Mar 1:12-13, es una descripción de una región desierta y desolada. Jesús es impulsado al desierto, donde habitan las fieras y las aves de rapiña. Hay una ausencia básica de agua. Es el hábitat de Satanás y los demonios. Allí es llevado Jesús por el Espíritu para ser probado. No obstante, mensajeros (angeloi) de Dios le sustentan. Sugerimos la siguiente estructura:
A. Un mensajero de Dios bautiza a Jesús
B. El Espíritu desciende sobre Jesús y le habita
C. La voz de Dios aprueba la elección de Jesús
B’. El Espíritu impulsa a Jesús al desierto
A’. Mensajeros de Dios atienden a Jesús
Dios, quien había hablado por medio de la profecía del Antiguo Testamento, en Mar 1:2-3, y por medio de Juan el Bautista, en Mar 1:7-8, habla ahora directamente, certificando que Jesús ha sido elegido para el ministerio de proclamar el evangelio. La voz de Dios se une a la voz profética, confirmándola y actualizándola.
TÍTULO: Un buen número de las versiones consultadas, reconociendo la unidad temática de Mar 1:9-11 y Mar 1:12-13, sugieren un solo título para ambas secciones: «Bautismo y tentación de Jesús» (NVI, BA, BDS, NVIP).
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Aconteció: Esta es una construcción semítica que no se encuentra en el griego extra bíblico (Marcus, 158). Se utiliza con un verbo, en este caso vino. RV95 transmite bien esta idea, mejor aún que TLA, aunque la expresión tiene sólo un valor conectivo y no agrega nada al significado del texto. Sin embargo, si algún idioma posee una forma de traducirla que conserve su fuerza semítica, deberá hacerlo (Bratcher y Nida, 26). Algunas posibles traducciones serían: “Y sucedió en aquellos días”, “por aquel tiempo”, etc.
Fue bautizado: Jesús no se bautiza a sí mismo, sino que es bautizado. Indica hasta cierto punto la subordinación del que es bautizado respecto al que bautiza. Por eso, BL prefiere traducir «se hizo bautizar por Juan», lo cual indicaría que, de alguna manera, Jesús está obligando a Juan a que lo bautice. Esta idea, sin embargo, no está presente en el texto de Marcos, aunque sí aparece en Mat 3:13-15 (cf. Jua 1:33). Algunas versiones prefieren traducir la idea en voz activa, es decir, afirmando que Juan bautizó a Jesús. Es el caso de TLA, DHH y CEV, entre otras.
En el Jordán: Hay dos preposiciones griegas, en y eis, que se utilizan intercambiadas en el Nuevo Testamento para expresar básicamente la misma idea: “en”, “dentro de”. Aquí se utiliza la segunda, eis, pero en Mar 1:5 se utiliza en. Algunos eruditos bíblicos que distinguen entre en (en) y eis (dentro) han hecho una diferencia entre el bautismo de los que venían de Judea y Jerusalén, en el versículo Mar 1:5, y el bautismo de Jesús. El bautismo de los primeros habría sido “en” el Jordán, mientras que el de Jesús habría sido “dentro” del Jordán. Se quiere establecer así que Jesús se sometió completamente al bautismo de Juan, que se dejó introducir totalmente en las aguas del río, demostrando de esta manera su intención de someterse completamente a la voluntad de Dios (Waetjen, 68). Si bien es cierto que la ambigüedad de estas preposiciones se presta para la especulación teológica, no hay una razón valedera desde el punto de vista del lenguaje para traducirlas de manera diferente. El traductor puede utilizar simplemente un modismo que exprese que Jesús fue bautizado en el río Jordán, sin tener que decidir, lingüísticamente, a qué profundidad fue introducido en las aguas. Aquellos que quieren defender el bautismo por inmersión encuentran aquí una buena base para sus presuposiciones, pero la verdad es que el bautismo en el primer siglo se administraba de diversas maneras, y la palabra “bautismo” no implica necesariamente una forma específica de practicar el rito.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— Nazaret: Ver nota a Mat 2:23.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Comprobación del rey (ver Mat. 3:13-4:11; Luc. 3:21-4:13). Los reyes y jueces de Israel del AT eran elegidos por Dios y ungidos. Las épocas de prueba harían ver que en verdad eran elegidos por Dios para la tarea. Así fue con Jesús. Vino a Juan para ser bautizado. Esto provocó problemas para algunos teólogos primitivos quienes preguntaron: ¿Por qué fue bautizado Jesús si no tenía pecado ni necesitaba arrepentirse? A Marcos esto no le causaba problema; él sencillamente escribía lo que pasaba, sin comentario. Dado que a veces el bautismo era señal de juicio, es posible que Mar. haya pensado que Jesús aceptaba voluntariamente la senda del sufrimiento que él tendría que atravesar como el Mesías (ver 10:38).
En el v. 10, lo más natural es entender él como aludiendo a Jesús, aunque Juan 1:33 parece indicar que el Bautista también vio la visión. La apertura de los cielos es parte del cuadro del AT de Dios des cendiendo, pero en esta oportunidad es el Espíritu que desciende, como paloma, símbolo de lo manso y pacífico. Además, es rememorativo del relato de la creación en Gén. 1:2. Algunos herejes primitivos decían que Jesús era solamente un hombre en quien descendió el Espíritu, pero Marcos ya ha proclamado que es el Hijo de Dios (1:1) y en la ocasión de su bautismo la voz de Dios dice lo mismo.
Algunos manuscritos omiten las palabras Hijo de Dios en 1:1, pero no hay lugar a duda de la presencia de éstas aquí. La voz del cielo declara que Jesús es el Hijo amado de Dios (en el gr. algunas veces se ha traducido como “único Hijo”) con quien Dios esta complacido. La voz de Dios estaba proclamando la palabra de Dios. Estas palabras combinan el Sal. 2:7 con Isa. 42:1. Vistas juntas, muestran que aunque Jesús era el Hijo de Dios, como siervo él tendría que sufrir y morir para cumplir la obra de Dios, lo que posiblemente refleja lo que Marcos comprendía por el bautismo de Jesús, la aceptación voluntaria de esta tarea. Veremos que sus seguidores no estaban dispuestos a aceptar es ta senda para Jesús, y menos aceptarla para ellos mismos. Sin embargo, como nos dice Pablo en Rom. 6:3, todos hemos sido bautizados en la muerte de Cristo, lo que también fue cierto lit. para muchos mártires romanos. No hay otra senda en el cristianismo excepto la muerte del yo; Jesús, nuestro precursor, la aceptó deliberadamente.
Jesús aprobó su primer examen aceptando su llamamiento con todo su precio, pero habría que ver si aprobaría su segundo examen. El mismo Espíritu que él había visto en la visión en la ocasión de su bautismo lo condujo a un lugar solitario, donde tuvo que enfrentar todos los ataques del “enemigo” o “el adversario” (significado del nombre de Satanás). Los demás Evangelios dan detalles de las maneras en que el enemigo probó a Jesús: para Marcos fue suficiente hacer ver que el enemigo no lo derrotó. En cierto sentido, esta primer victoria sobre el enemigo perdura a través de todo el ministerio de Jesús: echando demonios, sanando enfermos, y más que nada, rescatando a los aprisionados del enemigo por medio de la predicación de las buenas nuevas. En este sentido, el evangelismo de Jesús es verdaderamente un “evangelismo de po der” y ese poder es siempre el de la cruz y el de las buenas nuevas.
Como Hijo de Dios Jesús no tuvo que luchar solo; todos los poderes del cielo estaban de su lado, así como están del nuestro, aunque sean invisibles. Sabemos lo que es tener un feroz ataque espiritual después de alguna gran experiencia espiritual. Jesús comprende plenamente todo esto, ya que él mismo pasó por ello. En Heb. 5:7 se expresa teológicamente; aquí Marcos lo describe explícitamente. No se mencionan directamente otras pruebas de Jesús, pero podemos notar la reacción que tuvo a la sugerencia de Pedro de que debiera evitar la cruz (8:33), y luego su oración en el Getsemaní (14:33-36). El seguiría siendo tentado constantemente, al igual que nosotros, para apartarlo de la senda dada por Dios para él. Es posible que ésta sea la manera calmada que Marcos tuvo para mostrarnos la naturaleza de las pruebas de Jesús en el desierto. Para ver un relato más amplio de las tentaciones ver Mat. 4:1-11 y Luc. 4:1-13.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
j 9 Mat 3:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Nazaret de Galilea. Véase coment. Mt 2:23. Jesús se crió en la ciudad de Nazaret; por eso muchos le llamaban Jesús de Nazaret o el Nazareno (Mt 2:23; cp.. Lc 18:37; 24:19; Jn 1:45; Hch 2:22). Nazaret estaba situada al borde sur de las colinas de la baja Galilea, muy cerca de las principales rutas comerciales.
fue bautizado por Juan. Véase coment. en Mt 3:13.
Fuente: La Biblia de las Américas
9 (1) Galilea era llamada «Galilea dé los gentiles» y era una región sin honra y, por ende, una región menospreciada ( Jua_7:52 ; véase la nota 15 (1) de Mt 4), y Nazaret era una ciudad menospreciada que estaba ubicada en aquella región despreciada ( Jua_1:46). El humilde Esclavo de Dios fue criado allí y ése era Su origen.
9 (2) Como Esclavo de Dios, el Salvador-Esclavo también fue bautizado, lo cual significa que estaba dispuesto a servir a Dios y que lo haría por medio de la muerte y la resurrección y no según la manera natural del hombre (véanse las notas 13 (1) y 16 (1) de Mt 3). Tal bautismo era la iniciación de Su servicio.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Este pasaje está lleno de materias importantes, y es una muestra notable de la concisión de estilo que distingue el Evangelio de San Marcos. El bautismo de nuestro Señor, su tentación en el desierto, el principio de su predicación, y el llamamiento de sus primeros discípulos se relatan aquí en once versículos.
Notemos en primer lugar, la voz del cielo que se oyó en el bautismo de nuestro Señor. Leemos que «una voz vino de los cielos, que decía, Tú eres mi Hijo amado, en quien me estoy complaciendo.
Esa voz era la de Dios Padre. Proclamaba el amor inefable y maravilloso que ha existido entre el Padre y el Hijo por toda la eternidad. «El Padre ama al Hijo, y ha puesto todas las cosas en su mano» Juan 3.35. Anunciaba que el Padre aprobaba completa y plenamente la misión de Cristo de buscar y salvar a los que estaban perdidos; y que aceptaba al Hijo como el Mediador, el Sustituto, y el Fiador de la nueva alianza.
Que tesoro de consuelos hay en esas palabras para todos los que creen en Cristo. Nada ven en si mismos ni en sus obras, que pueda agradar a Dios; están convencidos de su debilidad, de sus faltas, de sus imperfecciones. Pero recuerdan que el Padre los contempla como miembros de su amado hijo Jesucristo. No ve mancha ninguna en ellos. Cantar 4.7 Los ve «en Cristo», revestidos de la justicia y cubiertos con los méritos de Cristo; son «aceptados en el Hijo amado», y cuando Dios fija en ellos sus ojos santísimos queda «complacido».
Notemos, en segundo lugar, la naturaleza de la predicación de Cristo. Leemos que vino diciendo, «Arrepentíos y creed el Evangelio».
Este es el mismo antiguo sermón que todos los testigos fieles de Dios han venido predicando desde el principio del mundo. Desde Noe hasta el día presente el tema principal ha sido siempre el mismo, «Arrepentíos y creed.
El apóstol Pablo dijo a los presbíteros de Efeso cuando se separó de ellos la última vez, que la sustancia de lo que les había enseñado era «arrepentimiento respecto a Dios, y fe en nuestro Señor Jesucristo». Hechos 20.21. Su enseñanza se fundaba en el mejor de los precedentes, en el ejemplo que le había dado la cabeza de la iglesia. Arrepentimiento y fe eran los puntos cardinales del ministerio de Cristo, y arrepentimiento y fe tienen que ser los puntos principales sobre que deber girar la enseñanza de todo fiel ministro.
No hay por que admirarse, si meditamos en las necesidades de la naturaleza humana. Todos por naturaleza nacemos en pecado, y todo necesitamos arrepentirnos, convertirnos y nacer de nuevo, si es que queremos ver el reino de Dios. Todos somos por naturaleza culpables y estamos condenados ante Dios, y tenemos que acudir a la esperaza que el Evangelio nos presenta y creer en el, si deseamos salvarnos. Todos nosotros, aunque arrepentidos, necesitamos ejercitarnos diariamente a mayor arrepentimiento; y aunque creyentes, necesitamos constantes exhortaciones para aumentar nuestra fe.
Preguntémonos si sentimos ese arrepentimiento y experimentamos esa fe. ¿Hemos reconocido nuestros pecados y los hemos abandonado? ¿Nos hemos asido de Cristo y creído en El? Podemos alcanzar el cielo sin saber, sin riqueza, sin salud ni grandezas mundanas; pero no si morimos impenitentes e incrédulos.
Para salvarse son indispensables nuevo corazón y fe viva en un Redentor. Ser miembro de la iglesia tan solo y recibir la absolución de un sacerdote a nadie salvan. Aquellos mueren en el Señor «que se arrepienten y creen.
Notemos en tercer lugar, cual era la ocupación de los primeros que fueron llamados a ser discípulos de Cristo. Leemos que nuestro Señor llamó a Simón y a Andrés, cuando «estaban echando una red al mar» y a Santiago y a Juan cuando «estaban remendando sus redes».
Claro es entonces que los primeros que siguieron a nuestro Señor no fueron los grandes de este mundo, sino hombres que no tenían ni riquezas, ni rango, ni poder; pues que el reino de Cristo no depende de cosas tales. Se extiende por el mundo «no en virtud de la fuerza, ni del poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los ejércitos» Zac. 4.6. Se encontrarán siempre verdaderas las palabras de Pablo: «No muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles habéis sido llamados. Sino que Dios ha escogido lo necio, según el mundo, para confundir a los sabios; y Dios ha escogido lo flaco del mundo, para confundir a los fuertes» 1 Cor. 1.26-27. La iglesia que empezó con uno pocos pescadores, y se extendió sin embargo por la mitad del mundo, debe haber sido fundada por Dios.
Debemos guardarnos de dar curso a la idea tan general de que hay algo de vergonzoso en ser pobre y trabajar con nuestras manos. La Biblia contiene muchos ejemplos de privilegios especiales conferidos a trabajadores. Moisés guardaba un rebaño cuando Dios le apareció en la zarza ardiente. Gedeon trillaba, cuando el ángel le comunicó un mensaje del cielo. Eliseo estaba arando cuando Elías lo llamó para que fuese profeta en su lugar. Los apóstoles estaban pescando cuando Jesús los llamó para que lo siguieran. Es deshonroso se codicioso, vano, defraudador, borracho, glotón, impuro o jugador, pero no ser pobre. El trabajador que sirve con fidelidad a Cristo tiene mucho más honor a los ojos de Dios, que el noble que sirve al pecado.
Observemos, en último lugar, a que oficio llamó nuestro Señor a sus primeros discípulos. Leemos que dijo, «Venid en pos de mí, que Yo os haré pescadores de hombres.
El significado de estas palabras es calara e inequívoca. Los discípulos iban a ser pescadores de almas. Debían trabajar en sacar a los hombres de las tinieblas a la luz, y arrancarlos del poder de Satanás para conducirlos a Dios. Habían de esforzarse en cogerlos en la red de la iglesia de Cristo, para que fuesen salvados vivos, y no pereciesen eternamente.
Marquemos bien esas expresiones, porque están llenas de enseñanza. Es el nombre más antiguo con que en el Nuevo Testamento se describe el ministerio evangélico; es más significativo que el nombre del obispo, presbítero o diácono; es lo que un ministro debe tener siempre presente. No ha de ser un mero lector de formularios, ni dispensador de ceremonias; tiene que ser «pescador» de almas. El ministro que no se empeña en merecer ese nombre, se ha equivocado en su vocación.
¿Se esfuerza el pescador por coger peces? ¿Emplea todos los medios para conseguirlo y se lamenta si fracasa en su empresa? Pues lo mismo debe de hacer un ministro del Evangelio. ¿No se reviste de paciencia el pescador? ¿No se afana día tras día, y espera y trabaja lleno siempre de esperanza? Haga el ministro lo mismo. Feliz el hombre en que se hallen reunidas la destreza, la diligencia y la paciencia del pescador.
Oremos por los ministros, pues no es fácil su misión si quieren cumplir con su deber. No solo tienen que cuidar de sus almas, sino de las almas de otros. Por eso no debemos admirarnos si Pablo exclama ¿Quién es suficiente para eso? 2 Cor. 2.16
Fuente: Los Evangelios Explicados
se inserta que para suplir elipsis del original.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
M68 La preposición εἰς parece que se usa en vez de ἐν con un sentido local (comp. BD205), quizá con el siguiente significado: El vino al Jordán y fue bautizado en él.
T166 y sig. Ἰησοῦς sin artículo debe tomarse en relación cercana con la frase que sigue: Jesús de Nazaret en Galilea. Si significara: Jesús vino de Nazaret en Galilea, tendría que escribirse ὁ Ἰησοῦς, según la práctica de Marcos.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
. que.
1.9 La preposicion griega indica entrar en el río.