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Comentario de Marcos 1:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 1:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entraron en Capernaúm. Y en seguida, entrando él en la sinagoga los sábados, enseñaba.

1:21 — Y entraron en Capernaum — Esta ciudad estaba ubicada sobre la ribera noroeste del lago de Galilea, cerca de donde se emboca el río Jordán en el lago, y vino a ser la ciudad de residencia de Jesús (Mat 4:13; Mat 9:1).

— y los días de reposo — Nuestra versión omite la palabra “luego”, o “inmediatamente”, la que se halla en el texto griego.

La forma plural de la frase, “los días de reposos”, aquí equivale a “sábado”. Todas las versiones buenas dicen: “luego, el sábado”. La revisión de Valera, año 1977, dice: “tan pronto como llegó el sábado”.

Después de seis días de creación, Dios descansó el día séptimo (Gén 2:3), y legisló la observancia del séptimo día como día de reposo (cesación de trabajo diario) a los judíos que acabaron de ser libertados de Egipto (Éxo 16:5-30; Éxo 20:8-11; Deu 5:12-15).

— entrando en la sinagoga — La palabra griega por transliteración es sinagoga, y corresponde a la palabra de origen latino, congregación. Parece que tuvo su origen después de la destrucción del templo por Nabucadonosor y durante el tiempo de cautiverio de los judíos que siguió. Considérense 5:22; Mat 4:23; Luc 4:16-20; Luc 7:5; Hch 13:5; Hch 13:14-16; Hch 14:1; Hch 17:10; Hch 18:8.

— enseñaba — o predicaba (ver. 39; Mat 4:23; Mat 9:35). Los dos términos se emplean alternativamente en las Escrituras. Jesús explicaba el significado de las profecías del Antiguo Testamento referentes a su persona, y proclamaba la realidad y los términos de su reino venidero.

(Hoy en día hay quienes afirman que los dos términos, enseñar y predicar, son términos “mutuamente exclusivos”. Lo hacen para tener una base para comulgar con los sectarios de diferentes enseñanzas pero que supuestamente creen el mismo evangelio predicado. Su afirmación y aplicación es una fabricación humana y falsa; no concuerda con el uso bíblico de los dos términos).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

fueron a Capernaum. Mar 2:1; Mat 4:13; Luc 4:31; Luc 10:15.

entrando en la sinagoga. Mar 1:39; Mar 6:2; Mat 4:23; Luc 4:16; Luc 13:10; Hch 13:14; Hch 17:2; Hch 18:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Capernaum está situada en la costa norte del Mar de Galilea, un lago de agua dulce con aproximadamente trece km de ancho y unos veinte de largo. Era un cruce de rutas comerciales entre Egipto y Siria (Cairo y Damasco), localizado en el Mar de Galilea en la ruta principal comercial entre Egipto y Damasco y apunta hacia el oriente. El nombre del poblado quiere decir «pueblo de Nahum». En Capernaum estaba la «oficina principal» del ministerio de Cristo y se menciona dieciséis veces en los Evangelios. En comparación, hay solamente un evento registrado durante el ministerio de Cristo que ocurrió en Nazaret (Luc 4:16). Las ruinas de una sinagoga en Capernaum, a unos treinta metros del borde del agua, datan del siglo II al IV d.C

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Capernaum. Una próspera villa pesquera en la costa NO del Mar de Galilea, Capernaum era una ciudad más importante que Nazaret, poseía una guarnición romana y estaba localizada en un camino principal. Jesús hizo de esta ciudad su base (cp. Mar 2:1) después de ser rechazado en Nazaret (Mat 4:13; Luc 4:16-31). sinagoga. El lugar donde los judíos se reunían para rendir culto («sinagoga» es la traducción del término griego «reunir junto»). Las sinagogas se originaron durante la cautividad en Babilonia, después de la destrucción del templo en el 586 a. C. a manos de Nabuconodosor. Las sinagogas sirvieron como lugares de culto e instrucción. A menudo Jesús enseñó en las sinagogas (cp. v. Mar 1:39; Mar 3:1; Mar 6:2); así como Pablo (cp. Hch 13:5; Hch 14:1; Hch 17:1). enseñaba. Marcos menciona frecuentemente el ministerio de enseñanza de Jesús (cp. Mar 2:13; Mar 4:1-2; Mar 6:2; Mar 6:6; Mar 6:34; Mar 10:1; Mar 11:17; Mar 12:35; Mar 14:49).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:21 — Y entraron en Capernaum – Esta ciudad estaba ubicada sobre la ribera noroeste del lago de Galilea, cerca de donde se emboca el río Jordán en el lago, y vino a ser la ciudad de residencia de Jesús (Mat 4:13; Mat 9:1).
— y los días de reposo – Nuestra versión omite la palabra “luego”, o “inmediatamente”, la que se halla en el texto griego.
La forma plural de la frase, “los días de reposos”, aquí equivale a “sábado”. Todas las versiones buenas dicen: “luego, el sábado”. La revisión de Valera, año 1977, dice: “tan pronto como llegó el sábado”.
Después de seis días de creación, Dios descansó el día séptimo (Gén 2:3), y legisló la observancia del séptimo día como día de reposo (cesación de trabajo diario) a los judíos que acabaron de ser libertados de Egipto (Éxo 16:5-30; Éxo 20:8-11; Deu 5:12-15).
— entrando en la sinagoga – La palabra griega por transliteración es sinagoga, y corresponde a la palabra de origen latino, congregación. Parece que tuvo su origen después de la destrucción del templo por Nabucadonosor y durante el tiempo de cautiverio de los judíos que siguió. Considérense 5:22; Mat 4:23; Luc 4:16-20; Luc 7:5; Hch 13:5; Hch 13:14-16; Hch 14:1; Hch 17:10; Hch 18:8.
— enseñaba – o predicaba (ver. 39; Mat 4:23; Mat 9:35). Los dos términos se emplean alternativamente en las Escrituras. Jesús explicaba el significado de las profecías del Antiguo Testamento referentes a su persona, y proclamaba la realidad y los términos de su reino venidero.
(Hoy en día hay quienes afirman que los dos términos, enseñar y predicar, son términos “mutuamente exclusivos”. Lo hacen para tener una base para comulgar con los sectarios de diferentes enseñanzas pero que supuestamente creen el mismo evangelio predicado. Su afirmación y aplicación es una fabricación humana y falsa; no concuerda con el uso bíblico de los dos términos).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Jesús cura a un endemoniado (Mar 1:21-28)

Análisis de discurso

Esta sección es un típico caso de exorcismo en el que el diálogo se limita a lo absolutamente necesario; lo más importante es la acción de Jesús, la cual se ubica en el versículo Mar 1:25, el centro de una estructura concéntrica del tipo ABCDC’B’A’:

A. Jesús entra en la sinagoga (v. Mar 1:21)

B. La gente se admira de su doctrina y autoridad (v. Mar 1:22)

C. Un hombre con espíritu impuro (vv. Mar 1:23-24)

D. Exorcismo (v. Mar 1:25)

C’. El espíritu impuro deja al hombre (v. Mar 1:26)

B’. La gente se asombra de su doctrina y autoridad (v. Mar 1:27)

A’. Jesús sale de la sinagoga (v. Mar 1:29)

Esta es la historia de un milagro que la tradición preservó, quizás ya con esta forma concéntrica, lo cual ayudaba en el proceso de memorización y transmisión.

TÍTULO: «Jesús enseña en Cafarnaúm y cura a un endemoniado» (BJ), Un hombre que tenía un espíritu impuro, «Jesús expulsa a un espíritu maligno» (NVI). También podría titularse “Jesús cura a un endemoniado en la sinagoga de Capernaúm”.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Capernaúm (RV95) o «Cafarnaúm» (TLA) era un pequeño pueblo de pescadores situado en el extremo norte del Lago de Galilea. Había allí una sinagoga, el lugar donde los judíos se congregaban para adorar a Dios, estudiar las Escrituras, orar y realizar otras actividades sociales y religiosas. Todavía hoy se puede ver en la moderna ciudad de Capernaúm las ruinas de una sinagoga del siglo 4 d.C., que fue edificada sobre los restos de una sinagoga del siglo 1, posiblemente la que Jesús visitó en esta ocasión. Jesús entra en la sinagoga el sábado, es decir, el día de reposo de los israelitas. Esta palabra, sabbaton, se presta a mucha confusión, puesto que en castellano el sábado es un día de la semana, no necesariamente un día de descanso, excepto para ciertos grupos religiosos. Sería mejor traducirla, entonces, como «día de reposo», tal cual lo expresa BA.

Jesús comenzó a enseñar: Esto se refiere a una exposición del texto de la ley o de los profetas, en la que se recalcaba las implicaciones contemporáneas del pasaje en cuestión. Era una especie de sermón. En el tiempo de Jesús eran los escribas, un grupo laico, experto en las tradiciones del pueblo, quienes se dedicaban a esta actividad. Más adelante, los rabinos, un grupo de clérigos judíos que surgieron luego de la destrucción del templo por los romanos, en el año 70 d.C, monopolizaron la enseñanza en las sinagogas.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mar 6:2; Luc 4:16; Luc 6:6; Luc 13:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Cafarnaún: Ver segunda nota a Mat 4:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jesús echa a un espíritu maligno (ver Luc. 4:31-37; cf. Mat. 7:28, 29). En una sinagoga de Capernaúm, los presentes estaban maravillados de la confianza con la que hablaba Jesús; él era muy diferente a los demás maestros y en sus palabras había una nota de autoridad. Mar. frecuen temente hace notar que las personas quedaban admiradas de lo que Jesús decía o hacía, pero de igual manera hacía ver, como en este caso, que esto no los llevaba necesariamente a la fe en él. Podríamos decir que entraba a sus ca bezas, pero no bajaba al corazón. No solamente los adoradores en la sinagoga se dieron cuenta de la autoridad de Jesús; también se dio cuenta un hombre poseído por un espíritu inmundo. Esta persona estaba totalmente bajo el poder del enemigo.

Bien se ha dicho que existen dos peligros igualmente grandes al pensar en Satanás. El primero es ignorarlo, o procurar desacreditarlo científicamente. El segundo es concentrarse en él de una ma nera insana, en vez de concentrarse en el Espíritu Santo. Las personas del Occidente han tenido la tendencia de hacer lo primero, pero también puede ser que la experiencia de las guerras mundiales y el derrumbe de la sociedad están obligando a los psicólogos a volver a mirar más profundamente para hallar las causas del mal. La concentración en los espíritus inmundos tradicionalmente ha sido el peligro del Tercer Mundo. Ninguno de los dos extremos es bíblico, y debemos procurar mantener un equilibrio entre los dos.

Puede ser que tratemos de explicar o anular las referencias en la Biblia de aquellos que están bajo el poder del enemigo diciendo que así era como hablaban las gentes en una edad no científica ante las en fermedades corporales o mentales. Aquellos que trabajan en tierras no cristianas o en las que se consideran “poscristianas”, saben muy bien que existe tal cosa como posesión demoníaca. En el NT se hace una clara distinción entre lo que es la posesión demoníaca y una enfermedad ordinaria, o aun locura. Por lo general, la Biblia restringe la “posesión demoníaca” a los casos donde existe alguna resistencia a Dios, por quien la sanidad podría ocurrir. Tenemos que tener mucha cautela de no usar la expresión demasiado amplia o livianamente, pero de igual manera no debemos rechazarla del todo.

En el comienzo del Evangelio de Mar. se ve a Jesús luchando en un conflicto con el enemigo y que ha de continuar a través de su ministerio. La Biblia aclara que hasta que Cristo no nos liberte estamos to dos bajo el poder del enemigo en grado mayor o menor, al igual que los cristianos están en grado mayor o menor bajo el control del Espíritu Santo. En ocasiones hay quienes (como bien lo saben los cristianos del Tercer Mundo) están tan entregados al enemigo que puede decirse que están “poseídos”. Al otro extremo está la “llenura” del Espíritu Santo (Ef. 5:18). El hombre de la sinagoga de Capernaúm estaba totalmente controlado por el espíritu maligno, quien reconoció de inmediato la autoridad de las enseñanzas de Jesús y reaccionó violentamente. Hemos de notar que en la Biblia el echar espíritus malignos no es algún rito de magia, requiriendo encantamientos y nombres (como en otras religiones), sino que es la presentación de las buenas nuevas de Jesús a la persona interesada. Este es el significado de echar demonios “en el nombre de Jesús”, no una mera repetición mecánica del nombre mismo. Por eso la palabra “exorcismo” no es buena porque hace pensar en algún encantamiento. La única clase de exorcismo que es duradera es reemplazar al enemigo poniendo a Jesús en el centro de nuestras vidas. Algo menos que esto conducirá sólo a tener problemas mayores (Mat. 12:45).

La interrupción violenta de aquel hombre en el v. 24 llegó en respuesta a la predicación de las buenas nuevas por Jesús en la sinagoga ese día. El enemigo en su interior reconoció de inmediato a Jesús como el Santo de Dios (que, por lo menos, era un título mesiánico, si no uno divino). Jesús no aceptaba tal testimonio forzado contra la voluntad del hombre; no era el testimonio del Espíritu Santo. De manera que reprendió y echó fuera al espíritu (25). Aun esta exhibición de poder sólo produjo asombro a los que lo presenciaron, que no eran seguidores. Es posible que el hombre mismo llegara a ser seguidor de Jesús después de su sanidad.

El testimonio del espíritu inmundo como el que hemos visto aquí está en marcado contraste con la confesión de Pedro (8:29), que de muchas maneras sirve de punto culminante de todo el Evangelio.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

y 25 Mat 4:13; Luc 4:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Capernaúm. Véase coment. en Mt. 4:13.

entrando…en la sinagoga comenzó a enseñar. La sinagoga era el centro de reunión de la comunidad judía, y poseía funciones significativas en lo religioso, educacional y social.

Fuente: La Biblia de las Américas

21 (1) Una sinagoga es un lugar de reunión donde los judíos leen y aprenden las santas Escrituras ( Luc_4:16-17 ; Hch_13:14-15).

21 (2) Puesto que el hombre cayó en pecado, la comunión que tenía con Dios se rompió, lo cual dio por resultado que los hombres no tuviesen el conocimiento de Dios. Tal ignorancia primeramente produjo las tinieblas y luego la muerte. El Salvador-Esclavo, como luz del mundo ( Jua_8:12 ; Jua_9:5), vino como gran luz para Galilea, tierra de las tinieblas, a fin de alumbrar al pueblo asentado en sombra de muerte ( Mat_4:12-16). Su enseñanza liberó la palabra de luz para alumbrar a los que estaban en la oscuridad de la muerte, a fin de que recibieran la luz de vida ( Jua_1:4). Lo segundo que hizo el Esclavo de Dios en Su servicio a los hombres caídos como Salvador-Esclavo fue llevar a cabo tal enseñanza (2:13; 4:1; 6:2, 6,30,34; 10:1; 11:17; 12:35; 14:49) para hacer que el pueblo saliera de las tinieblas satánicas y entrara en la luz divina ( Hch_26:18).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Capernaum. Situada en la costa NO del mar de Galilea, era ésta una ciudad importante en la ruta de las caravanas hacia Damasco. Tenía una aduana (Mar 2:14), contaba con una guarnición romana (Mat 8:5-13), y era la residencia de Pedro, Andrés, Jacobo y Juan.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

En estos versículos comienza la larga serie de milagros que contiene el Evangelio de S. marcos. En ellos se nos relata como nuestro Señor lanzó demonios en Capernaúm, y curó de una fiebre a la suegra de Pedro.
En estos versículos se nos enseña primeramente, lo inútil que es conocer la religión tan solo intelectualmente. Por dos veces se nos dice muy especialmente que los espíritus inmundos conocen a nuestro Señor. Conocían a Cristo, cuando los escribas no se ocupaban de El, y los fariseos no querían aceptarlo; y sin embargo ese conocimiento no les servía para salvarse.
El creer en los hechos y en las doctrinas del cristianismo no basta para salvar nuestras almas; pues esa creencia suele no ser más eficiente que la de los demonios. Todos estos creen y saben que Jesús es el Cristo; que vendrá un día a juzgar al mundo, y arrojarlos a los tormentos eternos del infierno: muy grave es y triste pensar que sobre estos particulares algunos que se llaman cristianos tienen menos fe aún que el diablo. Algunos hay que dudan de la realidad del infierno y de la eternidad de los castigos. Tales dudas no tienen entrada sino en los corazones de los obstinados. Entre los diablos no hay incredulidad. «Creen y tiemblan» Santiago 2.19 Cuidemos de que nuestra fe sea tanto del corazón como de la cabeza. Tratemos de que nuestro conocimiento tenga una influencia santificante en nuestros afectos y en nuestras vidas. No conozcamos tan solo a Cristo, sino amémoslo reconociendo todos los beneficios que de El hemos recibido, no creamos solamente que es Hijo de Dios y Salvador del mundo, sino regocijémonos en él, y adhirámonos a El de corazón. No lo conozcamos tan solo de oídas, sino porque nos dirijamos a El todos los días personalmente demandándole gracia y misericordia. «La vida del cristianismo», dice Lutero, «consiste en pronombres posesivos». Una cosa es decir, «Cristo es un Salvador» y otra muy distinta decir, «El es mi Salvador y mi Señor». El diablo puede decir lo primero; solo el verdadero cristiano puede decir lo segundo.
Aprendamos, en segundo lugar, cuál es el primer remedio a que debe recurrir un cristiano en sus angustias. Debe seguir el ejemplo de los amigos de la suegra de Pedro: vemos que cuando «estuvo en cama con fiebre», ellos «se lo participaron a Jesús.
No hay remedio como este. No hay duda que en nuestros apuros debemos emplear con diligencia todos los medios de salir de ellos. En caso de enfermedad se debe enviar por los doctores y abogados consultarse cuando la propiedad o la reputación están amenazadas; es de buscarse también el socorro de los amigos.
Pero no obstante, lo primero que debe hacerse es clamar al Señor Jesucristo por ayuda, pues nadie puede remediarnos tan eficazmente como El; ni nadie es tan compasivo, ni está tan dispuesto a socorrernos. Cuando Jacob se vio angustiado, a Dios se volvió primero diciéndole: «Líbrame, te lo suplico, de las manos de Esaú» Génesis 32.11. Cuando Ezequías se encontró atribulado, abrió ante el Señor la epístola de Senaquerib, y exclamó: «Ruegote que nos salves de su mano». 2 Reyes 19.19. Cuando Lázaro cayó enfermo sus hermanas enviaron inmediatamente a decir a Jesús, «Señor, el que tú amas está enfermo». Juan 11.2 hagamos lo mismo. «Descarga el peso que te abruma sobre el Señor, y El te sostendrá». «Descargando todos tus cuidados sobre El.» «En todo dense a conocer lustras peticiones delante de Dios, por la oración y el ruego con hacimiento de gracias». Salmo 55.22; 1 Pe. 5.7; Fil. 4.6 N nos acordemos tan solo de esta regla, sino practiquémosla. Vivimos en un mundo de pecado y de dolor, y en la vida de un h9ombre muchos son los días nublados. No se necesita ser profeta para prever que todos tendremos que derramar muchas lágrimas y sentir muchas angustias de corazón, antes de llegar al término de la muerte. Armémonos contra la desesperación antes que comiencen nuestras luchas; sepamos que hemos de hacer, cuando las enfermedades, los duelos, las pruebas, las pérdidas o los desengaños caigan sobre nosotros de improviso. Hagamos lo que hicieron los que estaban en la casa de Simón en Capernaúm. «Digámoselo inmediatamente a Jesús.
Aprendamos, por último, en estos versículos, que completa y perfecta es la salud que nos da el Señor Jesús, cuando nos cura. Toma por la mano a la mujer enferma, la levanta y «la fiebre la deja instantáneamente». Pero no es esto todo; otro milagro más grande viene en pos; se nos dice también «que ella los servía». La debilidad y postración de fuerzas que deja la fiebre cuando p asa, desaparecieron enteramente en este caso. La mujer calenturienta no solamente quedó buena en un momento, sino que de súbito adquirió fuerzas y pudo ponerse a trabajar.
Podemos ver, en este caso un emblema vivo de la manera con que Cristo obra en las almas que el pecado aflige. Ese bendito Salvador no da tan solo merced y perdón, sino además la gracia que renueva. A todos los que lo aceptan como su Médico les da poder para transformarse en hijos de Dios; los limpia con Su Espíritu y los lava en Su preciosa sangre; a los que justifica también los santifica, y a los que absuelve, les da también un corazón nuevo. Cuando concede un perdón dado por todo lo pasado, da también fuerza para servirlo en el tiempo venidero. El alma que adolecía del mal del pecado no es meramente curada, quedando abandonada y sola; se le suministra además un nuevo corazón y un espíritu recto que le permitan vivir complaciendo a Dios.
Cuan consolador es este pensamiento para todos los que experimentan el deseo de servir a Cristo, pero que tienen miedo de empezar. Muchos son los que se encuentran en esa condición espiritual. Temen volverse a extraviar o quedarse rezagados, después de haber marchado animosamente al frente y tomando la cruz; y que esa falta de perseverancia cubra de descrédito su profesión. Abandonen, pues, todo temor; sepan que Jesucristo es su Salvador omnipotente, que no abandonó jamás a los que una vez se confían en El. Así que se vean levantados por Su mano poderosa de la muerte del pecado, y que se laven en Su preciosa sangre, continuarán sirviéndolo hasta el fin de su vida, capaces de vencer el mundo, crucificar la carne y resistir al diablo. Hagan por principiar que después continuarán. Jesús no deja las enfermedades curadas a medias ni obra ninguna incompleta. Confíen pues en Jesús y avancen con intrepidez que el alma perdonada podrá siempre servir a Cristo.
Consuelo deben también sentir los que realmente están sirviendo a Cristo y se hallan sin embargo agonizados con la idea de su debilidad. Muchos se encuentran en ese caso. Dudas y ansiedades los angustian, y algunas veces se imaginan que no llegarán nunca a alcanzar el cielo. Que no teman, su fuerza estará a la altura de sus pruebas. Las dificultades que ahora los asustan desaparecerán de su camino, y el león que los cerraba encontrarán que está encadenado. La misma mano misericordiosa que primero los tocó y curó, los sostendrá, robustecerá y guiará hasta el fin de su carrera. El Señor Jesús no perderá ninguna de sus ovejas, pues que a los que ama y perdona, los ama sin término. El alma curada continuará siempre sirviendo al Señor». La gracia conduce siempre a la Gloria.

Fuente: Los Evangelios Explicados

M7 Εἰσπορεύονται se usa como un presente histórico (muy frecuente en Marcos): ellos fueron a.

M9 Ἐδίδασκεν se usa como un imperfecto incoativo: comenzó a enseñar.

T27 El plural σάββασιν se usa en vez del singular: en el día de reposo.

H446 Εὐθύς (εὐθέως) no sólo es sumamente frecuente en Marcos, sino que algunas veces es una conjunción de inferencia, que significa: así pues (como en los vv. 21, 23, 29 y 30).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego