Biblia

Comentario de Marcos 3:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 3:31 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces fueron su madre y sus hermanos, y quedándose fuera enviaron a llamarle.

3:31 — Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle — Obviamente se hace a la familia inmediata de Jesús. Véase 6:3 y Mat 13:55. Éstos son hermanos uterinos de Jesús, y no tan sencillamente “hermanos” en sentido espiritual. Por no poder llegar por el gentío (ver. 20) a la presencia física de Jesús, procuran hacerle llegar un mensaje.

Si estas personas son los mismos que los “suyos” del ver. 21, se puede inferir cuál fue su mensaje.

La ausencia de mención de José, el marido de María y padre de los hermanos de Jesús, puede indicar que para ahora está muerto.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mat 12:46-48; Luc 8:19-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La oposición surge desde la propia familia de Jesús, sus hermanos y su madre. No se nos dice precisamente lo que querían decir, pero seguramente involucraba la preocupación por la seguridad y reputación de Jesús puesto que llegó a ser ampliamente conocido como un profeta predicador (Mar 1:14, Mar 1:15) y hacedor de milagros (Mar 1:31; Mar 2:12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

sus hermanos y su madre. La familia terrenal de Jesús (vea las notas sobre el v.Mar 3:21; Mat 12:46). La narrativa del v. Mar 3:21 es resumida aquí.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:31 — Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle — Obviamente se hace a la familia inmediata de Jesús. Véase 6:3 y Mat 13:55. Éstos son hermanos uterinos de Jesús, y no tan sencillamente “hermanos” en sentido espiritual. Por no poder llegar por el gentío (ver. 20) a la presencia física de Jesús, procuran hacerle llegar un mensaje.
Si estas personas son los mismos que los “suyos” del ver. 21, se puede inferir cuál fue su mensaje.
La ausencia de mención de José, el marido de María y padre de los hermanos de Jesús, puede indicar que para ahora está muerto.

Fuente: Notas Reeves-Partain

CONDICIONES DEL PARENTESCO

Marcos 3:31-35

Llegaron la madre y los hermanos de Jesús. Se quedaron fuera, y mandaron a alguien que entrara a darle un recado a Jesús. Toda la gente estaba sentada alrededor de Él.
-¡Mira! -Le dijeron- tu madre y tus hermanos están ahí fuera preguntando por Ti.
-¿Quiénes son Mi madre y Mis hermanos? -dijo Jesús; y mirando a los que estaban sentados en círculo alrededor de Él dijo-: ¡Mirad! ¡Mi madre y Mis hermanos! Todos los que hacen la voluntad de Dios son Mis hermanos y mis hermanas y Mi madre.

Aquí Jesús establece las condiciones del verdadero parentesco. No es cosa de carne y sangre exclusivamente. Puede suceder que una persona esté realmente más cerca de uno que no es pariente suyo que de los que están relacionados con ella por los lazos más estrechos de parentesco y de sangre. Entonces, ¿de qué depende, el verdadero parentesco?
(i) El verdadero parentesco depende de una experiencia común, especialmente cuando es una experiencia en la que dos o más personas han pasado por situaciones importantes juntas. Se ha dicho que dos personas llegan a ser realmente amigas cuando se pueden decir la una a la otra: » ¿Te acuerdas?» Y entonces siguen hablando acerca de cosas que han pasado juntas. Uno conoció una vez a una anciana negra. Se le había muerto una amiga. «Habrás sentido mucho -le dijo- que se haya muerto esa señora.» «Sí» -respondió ella, no dando señales de mucho dolor. «Os vi la semana pasada -le dijo el otro- hablando y riendo entre vosotras. Tenéis que haber sido grandes amigas.» «Sí -contentó ella-. Éramos amigas. Nos lo pasábamos bien juntas. Pero, para ser realmente amigas, las personas tienen que llorar juntas.» Eso es profundamente cierto. La base de un verdadero parentesco radica en una común experiencia; y los cristianos comparten la experiencia de ser pecadores perdonados.

(ii) El verdadero parentesco depende de un interés común. A. M. Chirgwin nos dice una cosa muy interesante en su La Biblia en el evangelismo internacional. Una de las mayores dificultades que tienen los colportores y los distribuidores de las escrituras no es tanto vender sus libros como hacer que la gente los lea. Y prosigue: «Un colportor en la China precomunista había mantenido por años la costumbre de ir de tienda en tienda y de casa en casa. Pero a menudo se llevaba un chasco, porque muchos de sus nuevos lectores de la Biblia perdían el interés; hasta que se le ocurrió un plan: ponerlos en contacto entre sí y formar con ellos un grupo de adoración y estudio, que a su tiempo llegaban a organizarse como iglesia.» Sólo cuando esas unidades aisladas llegaban a ser parte de un grupo unido por un interés común se daba entre ellas el verdadero parentesco. Los cristianos tenemos ese interés común, por ser personas que deseamos conocer a Jesucristo más íntimamente.

(iii) El verdadero parentesco depende de una obediencia común. Los discípulos eran un grupo muy heterogéneo. Entre ellos se daban toda clase de creencias y opiniones. Un cobrador de impuestos como Mateo y un nacionalista fanático como Simón el Celota tendrían que haberse odiado mutuamente a muerte, y probablemente se habrían odiado antes. Pero ahora estaban vinculados, porque habían aceptado a Jesucristo como su Maestro y Señor. Cualquier pelotón de soldados estará formado por hombres de diferentes trasfondos y profesiones y convicciones; sin embargo, si están un tiempo suficiente juntos, formarán un grupo de camaradas a causa de la obediencia que comparten. Las personas pueden llegar a ser amigas cuando comparten un jefe en común. Las personas pueden amarse solamente cuando aman a Jesucristo.

(iv) El verdadero parentesco consiste en una meta común. No hay nada que una tanto a las personas como una finalidad común. Aquí hay una gran lección para la Iglesia. A. M. Chirgwin, hablando de un interés renovado en la Iglesia, pregunta: «¿Señala esto la posibilidad de un nuevo enfoque al problema ecuménico, basado más bien en consideraciones bíblicas que en cuestiones eclesiásticas?» Las iglesias nunca se aproximarán entre sí mientras discutan acerca de la ordenación de sus ministros, la forma de gobierno eclesiástico, la administración de los sacramentos y todo lo demás. La única cosa en la que se pueden encontrar es el hecho de que todas están tratando de ganar almas para Jesucristo. Si el parentesco viene de una finalidad común, entonces los cristianos poseemos el secreto por encima de todos los demás seres humanos, porque todos nos estamos esforzando por conocer mejor a Jesucristo e introducir a otros en Su Reino. Aunque no estemos de acuerdo en otras cosas, en eso podemos encontrar y reconocer nuestra unidad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mar 6:3; Mat 13:55-56; Jua 2:12; Jua 7:2; Jua 5:10; Hch 1:14.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La familia de Jesús (ver Mat. 12:46-50; Luc. 8:19-21). Los malentendidos del reino de Dios y sus demandas continúan. En el v. 21 aun su propia familia había pensado que Jesús había perdido la cordura y querían llevarlo al hogar. En esta ocasión, su madre y sus hermanos vinieron a buscarlo; ¿sería por la misma razón? Tanto éstos como la multitud hubieran asumido que Jesús interrumpiría su enseñanza de inmediato y saldría a verlos, por el respeto a los padres que era uno de los diez mandamientos. En cambio, Jesús señaló a una lealtad y a un orden mucho más básico, un reclamo por parte de Dios que era mucho más profundo que los reclamos de una familia terrenal. Las prioridades del reino de Dios son diferentes, y han de resultar como piedra de tropiezo ante el mundo. Jesús dijo que aquel que hace la voluntad de Dios (notemos el contraste entre lo meramente “oído” y lo “hecho”) es de mayor intimidad para él que cualquier familiar de relación sanguínea. Recordemos que aun sus familiares no creían en él, y aun María no lo comprendía completamente, o ella no hubiera hecho este viaje. Esta palabra dará consuelo grande a algunos de nosotros que fuimos rechazados por el hogar y la familia cuando llegamos a ser cristianos, pero quienes encontramos en esta “familia de Cristo” amor y apoyo. No significa que Jesús abandonó el amor y el cuidado de su madre, o que los cristianos no tienen responsa bilidades con sus propias familias que no aceptan a Cristo. Lo único es que Jesús debe siempre ser primero, sin importar cuánto dolor nos cause a nosotros o a otros. Sólo los que aman a Cristo más que a sus familiares más cercanos y queridos pueden ser sus discípulos.

Sin embargo, esto es totalmente diferente de las enseñanzas de diversos grupos religiosos que insisten en una separación física total de los miembros de sus familias quienes no se unen a dicha secta. Hay algunos grupos cristianos extremos que también sostienen este concepto erróneo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

f 131 Mat 13:55; Jua 2:12; Hch 1:14

g 132 Mat 12:46; Luc 8:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

31 super (1) Después de la blasfemia de los opositores, que fue instigada por Satanás, los parientes del Salvador-Esclavo vinieron otra vez a perturbarlo con su preocupación natural por El. Sin duda, esto también fue motivado por el maligno.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

En los versículos que preceden inmediatamente a este pasaje, vemos a nuestro bendito Salvador acusado por los escribas de estar en liga con el diablo.
Dijeron: «tiene a Belcebú, y por el príncipe de los demonios lanza los demonios».
En los que ahora hemos leído, encontramos que este cargo absurdo que le hacen los escribas no fue todo lo que Jesús tuvo que sufrir entonces. Se nos dice que «sus hermanos y su madre llegaron, y quedándose fuera, enviaron a llamarlo. No podían comprender aún la belleza ni la utilidad de la vida que nuestro Señor llevaba. Aunque, sin duda, lo amaban mucho, hubieran querido persuadirlo a que cesase en su obra y «se conservase». No sabían lo que estaban haciendo.
¡Qué poco habían meditado en las palabras de nuestro Señor y cuna lejos estaban de comprenderlas, cuando dijo, «¿No queréis que me ocupe de los negocios de mi Padre? Lucas.2.49 Es muy interesante contemplar la perseverancia firme y tranquila de nuestro Señor a pesar de tantos motivos de desaliento. Nada lo alteraba; ni las calumniosas sugestiones de sus enemigos, ni las bien intencionadas observaciones de sus ignorantes amigos, eran parte a desviarlo del camino que se había trazado. Firme como una roca marchaba con los ojos fijos en la cruz y en la corona. Bien conocía la obra que había venido a realizar a este mundo. Se fijaba en recibir el bautismo con que tenía que ser bautizado. Lucas. 12.50 Todos los verdaderos siervos de Cristo deben de obrar de esa manera. Que nada los desvíe de la senda estrecha en que caminan, ni los detenga, ni los haga mirar hacia atrás. Que no se cuiden de las malévolas insinuaciones de sus enemigos, ni cedan a las súplicas bien intencionadas pero erróneas de sus parientes y amigos inconversos. Contestarles deben con las palabras de Nehemías «Estoy ocupado de una gran obra, y no puedo ir» Neh.6.3: Deben decir «Me he cargado con la cruz, y no puedo lanzarla lejos de mi.
Aprendemos una gran lección en estos versículos: a quienes debemos considerar como parientes de Jesucristo. Lo son aquellos que son sus discípulos y «hacen la voluntad de Dios». El gran jefe de la iglesia dice de ellos, «esos son mi hermano, y mi hermana y mi madre..
¡Cuánto no encierra esa expresión! ¡Qué tesoro tan rico en consuelo no abre a los verdaderos creyentes! ¿Quién puede concebir la profundidad del amor de nuestro Señor a María la madre que lo llevó en su seno, y que lo alimentó en su regazo? ¿Quién puede imaginarse la intensidad de su amor a sus hermanos según la carne, con quienes había pasado los años dulces y tranquilos de su infancia? Imposible que ningún corazón haya encerrado los manantiales de amor que brotaban del corazón de Cristo; y sin embargo, dice que «los que hacen la voluntad de Dios», esos «son sus hermanos, sus hermanas y su madre.
Que en esas palabras beban su consuelo todos los cristianos verdaderos; sepan que hay Uno al menos que los conoce, que los ama, que se cuida de ellos, y que los mira como miembros de su familia. ¿Qué importa que sean pobres en este mundo? No tienen que avergonzarse de ello, cuando recuerden que son hermanos del Hijo de Dios. ¿Qué importa que sean perseguidos y maltratados en sus propias casas con motivo de su religión? Pueden recordar las palabras de David, y aplicarlas a su situación especial, «Cuando mi padre y madre me abandonaron, entonces el Señor me recogió» Salmo 27.10 Finalmente, que todos los que persiguen y ridiculizan a otros con motivo de su religión, vean el apercibimiento que encierran estas palabras, y se arrepientan.
¿A quien persiguen y ridiculizan? A los parientes de Jesús, Hijo de Dios; a la familia del Rey de reyes y del Señor de señores. No hay duda que obrarán como prudentes si guardan silencio y consideran bien lo que están haciendo. Esos que persiguen tienen un Amigo poderoso: «Su redentor es poderoso; abogará por ellos» Prov. 23.11

Fuente: Los Evangelios Explicados

R991 El participio de presente καλοῦντες implica la idea de propósito, y significa: ellos enviaron a llamarlo.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego