Comentario de Marcos 4:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“¡Oíd! He aquí un sembrador salió a sembrar.
4:3 — Oíd — El primer paso en la conversión de uno a Cristo es el oír; de otra manera la doctrina no le puede beneficiar. Compárense ver. 9; Luc 8:18; Rom 10:17; Hch 3:23; Hch 13:7; Efe 1:13; Apo 2:7Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Oíd. Mar 4:9, Mar 4:23; Mar 7:14, Mar 7:16; Deu 4:1; Sal 34:11; Sal 45:10; Pro 7:24; Pro 8:32; Isa 46:3, Isa 46:12; Isa 55:1, Isa 55:2; Hch 2:14; Heb 2:1-3; Stg 2:5; Apo 2:7, Apo 2:11, Apo 2:29.
el sembrador salió a sembrar. Mar 4:14, Mar 4:26-29; Ecl 11:6; Isa 28:23-26; Mat 13:3, Mat 13:24, Mat 13:26; Luc 8:5-8; Jua 4:35-38; 1Co 3:6-9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La historia contada por Jesús era fácil de comprender. Durante la estación de la siembra, era común ver hombres esparciendo semillas a mano sobre sus pequeños campos. Echaban las semillas sobre los diversos tipos de suelos que Jesús describe: junto al camino llano, en terreno áspero que esconde piedras grandes bajo la superficie, en campos llenos de espinos y en terreno excelente y fértil. El punto de la parábola es que la condición del suelo determina el potencial de crecimiento. Los principios son reales para cristianos y no cristianos por igual. Quienes se han transformado en personas complacientes e indolentes no están dispuestos a recibir la Palabra con beneficio (Stg 1:22-25).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
UN SEMBRADOR SALIÓ A SEMBRAR. Jesús emplea esta parábola para ¡lustrar cómo será recibido el evangelio en el mundo. Pueden aprenderse tres verdades:
(1) La conversión y la capacidad para dar fruto dependen de cómo uno reaccione a la Palabra de Dios (v. Mar 4:14; cf. Jua 15:1-10).
(2) En el mundo habrá una reacción variada al evangelio. Algunos que oigan no entenderán (v. Mar 4:15); otros creerán y se salvarán, pero después se apartarán (vv. Mar 4:16-19); otros creerán, se salvarán, perseverarán y llevarán fruto en diversas proporciones (v. Mar 4:20).
(3) Los enemigos de la Palabra de Dios son Satanás, las preocupaciones mundanas, las riquezas y los placeres (vv. Mar 4:15; Mar 4:19).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Esta parábola ilustra la enseñanza del evangelio a lo largo del mundo y las diferentes respuestas de las personas hacia él. Algunos lo rechazarán; otros lo aceptarán por un período breve de tiempo y luego se apartarán; pero otros creerán y llevarán a otros también a creer.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:3 — Oíd — El primer paso en la conversión de uno a Cristo es el oír; de otra manera la doctrina no le puede beneficiar. Compárense ver. 9; Luc 8:18; Rom 10:17; Hch 3:23; Hch 13:7; Efe 1:13; Apo 2:7
— He aquí, el sembrador salió a sembrar — Esta parábola enseña que Dios reina por el evangelio sembrado en corazones receptivos que producen el fruto que el Señor desea.
Fuente: Notas Reeves-Partain
DE LA TIERRA AL CIELO
Marcos 4:3-9
-¡Escuchad! ¡Fijaos! El sembrador salió a sembrar. Cuando estaba sembrando, una parte de la semilla cayó a lo largo del sendero, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte de la semilla cayó en terreno rocoso, donde no había mucha tierra; y brotó en seguida, porque no tenía profundidad de tierra, pero cuando salió el sol se agostó y se secó completamente porque no tenía raíz. Otra parte de la semilla cayó entre espinos; y los espinos la ahogaron hasta el punto de quitarle la vida, y no produjo nada. Y otra parte cayó en buena tierra; y como creció y se desarrolló bien produjo fruto, dando treinta, sesenta y ciento por uno. -Y añadió Jesús-: El que tenga oídos para oír, que oiga.
Dejamos la interpretación de esta parábola para cuando lleguemos a la interpretación que nos da Marcos, y de momento la consideramos sólo como un ejemplo de la enseñanza parabólica de Jesús en acción. La escena es a la orilla del lago; Jesús está sentado en la barca, un poco separada de la orilla. La costa desciende suavemente hasta el borde del agua, y forma un anfiteatro natural para la multitud. Mientras está hablando, Jesús ve a un sembrador trabajando en su campo cerca del lago. «¡Fijaos! -dijo-. El sembrador ha salido a sembrar.» Aquí encontramos toda la esencia del método parabólico.
(i) Jesús partió del aquí y ahora para llegar al allí y entonces. Partió de algo que estaba sucediendo en aquel preciso momento en la tierra a fin de conducir los pensamientos de Sus oyentes al Cielo. Partió de algo que todos podían ver para llegar a cosas que no eran visibles; partió de algo que todos conocían para llegar a algo que no se figuraban. Esa era la misma esencia de la enseñanza de Jesús. El no alucinaba a la gente empezando con cosas que fueran extrañas y abstrusas y rebuscadas; empezaba por cosas tan sencillas que hasta un niño las podía entender.
(ii) Al hacerlo así, Jesús mostraba que creía que hay un parentesco real entre la Tierra y el Cielo. Jesús no habría estado de acuerdo en que «La tierra es un valle de lágrimas.» Jesús creía que en las cosas normales y corrientes de cada día se podía ver a Dios. Como decía William Temple: «Jesús enseñó a la gente a ver la obra de Dios en lo regular y en lo normal -en la salida del sol y en la caída de la lluvia y en el crecimiento de la planta.» Hace mucho ya Pablo tuvo la misma idea cuando dijo que el mundo visible está diseñado para darnos a conocer las cosas invisibles de Dios (Rm 1:20 ). Para Jesús este mundo no era un lugar malo y perdido, sino la vestidura del Dios viviente. Sir Christopher Wren fue enterrado en la catedral de San Pablo, la gran iglesia que su propio genio había planificado y construido. En su tumba hay una sencilla inscripción en latín que quiere decir: «Si quieres ver su monumento, mira a tu alrededor.» Jesús habría dicho: «Si quieres ver a Dios, mira a tu alrededor.» Jesús encuentra en las cosas normales de la vida una mina inagotable de señales que conducen a las personas a Dios si quieren leerlas como es debido.
(iii) La verdadera esencia de las parábolas consiste en que eran espontáneas, improvisadas y no ensayadas. Jesús mira a Su alrededor buscando un punto de contacto con la multitud. Ve al sembrador, y al instante lo toma como su texto de predicación. Las parábolas no eran historias elaboradas en la tranquilidad de un estudio; no eran cuidadosamente pensadas y pulimentadas y ensayadas. Su suprema grandeza consiste en que Jesús compuso estas breves historias inmortales en un instante, ante la demanda de la ocasión y en el fragor del debate.
C. J. Cadoux dijo de las parábolas: «Una parábola es arte enjaezado para el servicio y el conflicto. Aquí tenemos la razón de que las parábolas sean tan poco frecuentes. Requiere un grado considerable de arte, pero de arte ejercitado en condiciones difíciles. En tres parábolas típicas de la Biblia, el que las dijo se estaba jugando la vida. Jotam (Jue 9:8-15 ) refirió su parábola de Los Árboles a los hombres de Siquem, e inmediatamente después salió huyendo. Natán (2S 12:1-7 ) con la parábola de La Corderita le declaró a un déspota oriental su pecado. Jesús, en la parábola de Los Viñadores Malvados usó Su propia sentencia de muerte como un argumento a Su favor …. En su utilización más característica, la parábola es un arma de controversia, no pulida como un soneto en la ininterrumpida concentración del despacho, sino improvisada en el conflicto para salir al paso de una situación imprevista. En su uso más elevado, muestra la sensibilidad del poeta; la iniciativa, rapidez e imaginación del protagonista, y el valor que permite a tal mente obrar, sin .trabas en la refriega y el peligro de los conflictos mortales.»
Cuando tenemos presente que las parábolas de Jesús son repentinas o, improvisadas, su encanto se multiplica por cien.
(iv) Esto nos trae a un punto que debemos recordar siempre en nuestros intentos de interpretar las parábolas. No eran, en primera instancia, para ser leídas, sino para ser escuchadas. Es decir: en primera instancia nadie se podía sentar a estudiarlas frase por frase y palabra por palabra. Se dijeron, no para ser estudiadas extensa y tranquilamente, sino para producir un impacto y una reacción inmediatos. Es decir: las parábolas no se deben tratar nunca como alegorías. En una alegoría, cada escena y personaje y detalle de la historia encierra un significado. El Peregrino de Juan Bunyan es una alegoría; en él, todos los acontecimientos y las personas tienen un sentido simbólico. Una alegoría es para ser leída y estudiada y examinada; pero una parábola es algo que se oye una vez y sólo una vez. Por tanto, lo que debemos buscar en una parábola no es una situación en la que todos los detalles representan algo, sino una situación en la que se presenta una gran idea que reluce como un relámpago. Siempre es erróneo intentar hacer que todos los detalles de una parábola quieran decir algo. Siempre es correcto decir: «¿Qué idea única resaltaría en la mente de una persona que oyera esta historia por primera vez?»
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Oíd traduce el imperativo akuete, que transmite la idea de escuchar con atención. NIV capta muy bien el concepto cuando traduce: «¡Pongan atención!». También lo hace TLA: «Escuchen bien esto». El sembrador salió a sembrar: TLA sugiere «agricultor», lo cual nos parece una traducción posible y hasta preferible para algunas audiencias. Sin embargo, el texto no dice que el grano sea «trigo» (TLA). El traductor puede aquí suplir el tipo de grano que sea más conocido para su audiencia: maíz, cebada, lino, u otros.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
e 141 Mar 4:14; Luc 8:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Para la parábola del sembrador, véanse coments. en Mt 13:3– 9. Jesús la interpreta en los vers. 10– 20.
Fuente: La Biblia de las Américas
3 (1) Representa al Salvador-Esclavo ( Mat_13:37), quien era el Hijo de Dios que vino para sembrarse como la semilla de vida (véase la nota 26 (3)) en Su palabra (v. 14) en el corazón de los hombres para crecer y vivir en ellos a fin de ser expresado desde su interior.
3 (2) Esta siembra era la proclamación del evangelio de Dios llevada a cabo por el Salvador-Esclavo, lo cual trajo el reino de Dios (1:14-15). Era, como en el v. 26, la siembra de la semilla de vida por la palabra (v.14) que habló el Salvador-Esclavo, lo cual indica que Su servicio evangélico consistía en sembrar la vida divina en el pueblo al que servía. El crecimiento de esta vida depende de la condición de aquellos a quienes servía, y el producto de esta vida difiere según las varias condiciones de ellos, como se describe en esta parábola.