Comentario de Marcos 4:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Luego les dijo: “¿No comprendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
4:13 — Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? — Estas dos preguntas son presentadas a los apóstoles y a los demás discípulos de cerca (ver. 10), pero no en forma de reprensión. Según el ver. 10 los discípulos ya habían confesado su falta de comprensión en el asunto. Lucas nos informa que sus discípulos le habían preguntado: “¿Qué significa esta parábola?” (Luc 8:9). Por ser como el “padre” de las demás parábolas, la comprensión de esta parábola del sembrador era clave para la comprensión correcta de las demás. Las dos preguntas de Jesús dirigen la atención de los discípulos a la necesidad de ver, por medio de esta parábola “padre”, el carácter esencial del reino de Dios y de esta manera habrá para ellos comprensión correcta al oír las otras parábolas que sigan. Esta primera parábola les va a servir de base de las demás, y la comprensión correcta de ella será la clave para la comprensión correcta de las otras. Jesús les explica esta parábola (versículos 14-20) y la explicación entonces servirá de ejemplo para guiar a los discípulos en las parábolas que seguirán.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¿No sabéis esta parábola? Mar 7:17, Mar 7:18; Mat 13:51, Mat 13:52; Mat 15:15-17; Mat 16:8, Mat 16:9; Luc 24:25; 1Co 3:1, 1Co 3:2; Heb 5:11-14; Apo 3:19.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En respuesta a los requerimientos de los discípulos, Jesús explica la parábola del sembrador y los cuatro suelos (o corazones, véase v. Mar 4:15). El número cuatro no es importante. Jesús podría haber usado tres o cinco o seis tipos de suelo para ilustrar el hecho de que la gente recibiría de distintas formas la verdad de la palabra (v. Mar 4:14), el mensaje de Jesús sobre el Reino venidero.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
todas las parábolas. Comprender la parábola del sembrador era clave en la habilidad de los discípulos para discernir el significado de las demás parábolas de Jesús sobre el reino (vv. Mar 4:21-34).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:13 — Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? — Estas dos preguntas son presentadas a los apóstoles y a los demás discípulos de cerca (ver. 10), pero no en forma de reprensión. Según el ver. 10 los discípulos ya habían confesado su falta de comprensión en el asunto. Lucas nos informa que sus discípulos le habían preguntado: “¿Qué significa esta parábola?” (Luc 8:9). Por ser como el “padre” de las demás parábolas, la comprensión de esta parábola del sembrador era clave para la comprensión correcta de las demás. Las dos preguntas de Jesús dirigen la atención de los discípulos a la necesidad de ver, por medio de esta parábola “padre”, el carácter esencial del reino de Dios y de esta manera habrá para ellos comprensión correcta al oír las otras parábolas que sigan. Esta primera parábola les va a servir de base de las demás, y la comprensión correcta de ella será la clave para la comprensión correcta de las otras. Jesús les explica esta parábola (versículos 14-20) y la explicación entonces servirá de ejemplo para guiar a los discípulos en las parábolas que seguirán.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA COSECHA ES SEGURA
Marcos 4:13-20
-¿No entendéis esta parábola? -les dijo Jesús-. Entonces, ¿cómo vais a entender todas las parábolas? Lo que está sembrando el sembrador es la Palabra. La clase de personas que representa la semilla que cayó al borde del camino son aquellas en las que se siembra la Palabra; pero en cuanto la oyen, inmediatamente llega Satanás y arrebata la Palabra que se ha sembrado en ellos. Así también, las personas representadas por la semilla que se sembró en terreno rocoso son las que, en cuanto oyen la Palabra, acto seguido la reciben con alegría; pero no tienen raíz en sí, por lo que son completamente inestables; y después, cuando se les presentan problemas y persecuciones a causa de la Palabra, en seguida tropiezan y caen. También hay algunos que están representados por la semilla que se siembra entre espinos. Estas son las personas que oyen la Palabra, pero las ansiedades de este mundo y la atracción engañosa de la riquezas y los deseos de otras cosas penetran en ellas y ahogan la vida de la Palabra, que no tiene ninguna oportunidad de producir fruto. La clase de personas que están representadas por la semilla que cayó en buena tierra son los que oyen la Palabra, y la reciben, y llevan fruto, treinta, sesenta y ciento por uno.
Todos los detalles de esta parábola les sonarían a la audiencia de Jesús, porque estaban tomados de la vida diaria. Se mencionan cuatro clases de terreno.
(i) Había un suelo duro al borde del camino. La semilla podría ser que cayera en esta clase de suelo por dos razones. Los campos de Palestina tenían la forma de tiras largas y estrechas. Estas tiras estaban divididas por senderillos de tierra que permitían el paso. El resultado era que se habían puesto duros de tanto pasar la gente por allí. Cuando el sembrador echaba la semilla, una parte era inevitable que cayera allí; y no tenía posibilidad de crecer.
Pero había otra manera de sembrar. Algunas veces se ponía un saco de semilla en un burro, se le abría un agujerito en el extremo del saco, y cuando el animal iba arriba y abajo la semilla se iba cayendo. Inevitablemente, cuando el burro llegaba cerca del camino del campo, algo de la semilla caía en el camino; y no se podía evitar que los pájaros vinieran y se la comieran.
Hay algunas personasen cuyos corazones no puede penetrar la verdad cristiana. Esto es debido a la falta de interés del oyente; y esa falta de interés es debida a la incapacidad de darse cuenta de lo importante que es la decisión cristiana. El Evangelio no consigue hacer un impacto en tales personas, no porque sean hostiles, sino porque son indiferentes. Creen que es irrelevante para la vida, y que se pueden pasar sin él perfectamente. Eso podría ser verdad si la vida fuera siempre un camino fácil en el que no hubiera ni tensiones ni lágrimas; pero de hecho le viene a toda persona un tiempo cuando necesita un poder que no tiene. La tragedia es que muchos se dan cuenta de esto demasiado tarde.
(ii) Había un terreno rocoso. No es que estuviera lleno de piedras; era más bien una capita de tierra que cubría una lancha de roca caliza. Gran parte de Galilea era así. En muchos terrenos se podía ver aflorar la roca. La semilla que caía allí germinaba pronto; pero, como el suelo era tan superficial y contenía tan pocos nutrientes y humedad, el calor del sol pronto secaba las plantitas que brotaban.
Siempre es más fácil empezar una cosa que acabarla. Cierto famoso evangelista decía: » Hemos aprendido que requiere algo así como el cinco por cierto del esfuerzo el ganar a una persona para Cristo, y el noventa y cinco por ciento el mantenerle en Cristo hasta que alcanza la madurez.» Muchas personas empiezan la vida cristiana para quedarse poco después en la cuneta.
Hay dos problemas que causan este colapso. Uno es el no conseguir pensar la cosa del todo y a fondo, no llegar a darse cuenta de lo que quiere decir y de lo que cuesta, antes de empezar. El otro es el hecho de que hay miles de personas que se sienten atraídas por el Cristianismo, pero que nunca penetra más allá de la superficie de sus vidas. Es un hecho que el Evangelio es una cuestión de todo o nada. Uno está a salvo solamente cuando se ha entregado totalmente a Cristo.
Efímera es la vida y sus placeres, los goces huyen, la ilusión fenece; mas quien está a Tu lado no perece, y nada teme, porque espera en Ti.
(iii) Había un terreno que estaba lleno de espinos. Los campesinos palestinos eran perezosos. Cortaban lo que sobresalía de las malas plantas; a veces hasta quemaban lo de fuera, y el campo puede que pareciera limpio; pero las raíces seguían allí por debajo de la superficie; y a su debido tiempo brotaban con toda su fuerza. Y crecían con tal rapidez y virulencia que ahogaban la vida de la buena semilla.
Es fácil llenar la vida con tantos intereses que no queda tiempo para Cristo. Como dijo un poeta, los cuidados de la vida pueden ser como el polvo que atasca hasta tal punto que «nos olvidamos porque nos vemos obligados, no porque queremos.» Cuanto más complicada se hace la vida más necesario es tener las prioridades en su sitio; porque hay muchas cosas que tratan de desplazar a Cristo del lugar supremo que Le corresponde.
(iv) Había un terreno bueno, limpio y profundo en el que la semilla germinaba y llevaba fruto.
Si hemos de beneficiarnos del mensaje cristiano, la parábola nos dice que debemos hacer tres cosas.
(a) Debemos oírla, y no podemos oírla si no escuchamos. Es característico de muchos de nosotros que estamos tan ocupados hablando, que no tenemos tiempo para oír; tan ocupados discutiendo, que no tenemos tiempo para escuchar; tan ocupados exponiendo nuestras propias opiniones, que no tenemos tiempo para prestar atención a las opiniones de Cristo; tan ajetreados, que no tenemos tiempo para la calma esencial.
(b) Hemos de recibirla. Cuando oímos el mensaje cristiano debemos realmente darle entrada en nuestra vida. La mente humana es una máquina extraña y peligrosa. Estamos Hechos de tal manera, en la sabia providencia de la creación, que siempre que un cuerpo extraño amenaza con metérsenos en un ojo, se nos cierra automáticamente. Esa es una acción instintiva, refleja. Siempre que la mente oye algo que no quiere oír, automáticamente le cierra la puerta. Hay veces que la verdad puede hacer daño; pero otras hay que aceptar una medicina que no nos gusta o un tratamiento desagradable para conservar la salud. El cerrar la mente a la verdad que no queremos oír puede que sea escoger un camino que conduce al fracaso y a la tragedia.
(c) Hemos de ponerla en acción. El producto en la parábola era del treinta, sesenta o ciento por uno, lo cual era verdaderamente provechoso; pero el suelo volcánico de Galilea era famoso por sus cosechas. La verdad cristiana siempre debe manifestarse en acción. En último análisis, el cristiano recibe el desafío, no a especular, sino a actuar.
Todo esto es el significado de esta parábola cuando nos sentamos a estudiarla tranquilamente. Pero es totalmente imposible el que todo eso surja instantáneamente en la mente humana cuando se oye por primera vez. Entonces, ¿cuál sería la única cosa que le sugeriría a la multitud que la oía por primera vez junto al mar de Galilea? Sin duda esta: Que, aunque parte de la semilla nunca crezca, el hecho es que al final se recoge una cosecha espléndida. Esta es la parábola que acaba con la desesperación. Puede que parezca que mucho de nuestro esfuerzo no produce resultados; puede que parezca que una gran parte de nuestra labor se pierde. Ese sería el sentir de los discípulos cuando veían a Jesús desterrado de la sinagoga y tenido por sospechoso. En muchos lugares, Su mensaje parecía haber fracasado, y estaban desanimados y deprimidos. Pero esta parábola les decía, y nos dice a nosotros: «¡Paciencia! Haz tu labor. Siembra la semilla. Déjale a Dios el resto. La cosecha es segura.»
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
¿No entendéis esta parábola? Se trata de una pregunta retórica, ya que es obvio que los discípulos no la habían entendido (ver Mar 4:12). Se podría traducir, como hace TLA, «si no entienden el ejemplo de las semillas», o, si se quiere conservar la palabra parábola, “si no entienden esta parábola”. CEV sugiere «si no entienden esta historia».
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mar 6:52; Mar 7:18; Mar 8:17-21; Mar 9:32.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
13 (1) En el griego, la palabra aquí traducida sabéis indica una comprensión interna y subjetiva; la palabra entenderéis, conocimiento externo y objetivo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
T200 Πάσας τὰς παραβολάς significa: Cualesquiera parábolas, no todas las parábolas (comp. BD275[3]).