También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para que sea puesta debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta sobre el candelero?
4:21 — También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? — Con esta parábola Jesús continúa presentando el “mis terio” (véase ver. 11, comentarios) del reino y como se relaciona a los oyentes de la predicación del evangelio. (En la otra parábola la palabra de Dios es semilla; aquí es luz). La primera pregunta, según la gramática griega, demanda una respuesta de “no”. La lámpara es encendida y puesta en el lugar apropiado (el candelero) para que dé luz a la gente. No es puesta debajo del almud (cesto, celemín, cajón) donde no puede llevar a cabo su propósito de alumbrar a las personas. Las personas representadas en este versículo por el pronombre “les” son los apóstoles y otros discípulos cerca de Jesús (véanse versículos 10,11). No han de esconder la luz del evangelio, sino anunciarlo por todas partes. Son responsables por esta función importante del reino. Compárense Mat 5:15-16; Mat 10:26; Luc 8:16-18; Luc 12:2-3.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
se trae la luz. Isa 60:1-3; Mat 5:15; Luc 8:16; Luc 11:33; 1Co 12:7; Efe 5:3-15; Flp 2:15, Flp 2:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La lección de Jesús del candil, una pequeña vasija de barro que quema una mecha encendida en aceite de olivo, es que la luz revela aquello a lo que alumbra. Como el candil, las enseñanzas de Jesús revelan las motivaciones del corazón humano. El tiempo mostrará la realidad de sus enseñanzas y sacará a la luz las cosas secretas y escondidas de los hombres.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
la luz. Se refiere a un pequeño tazón de arcilla, hecho con un pico para sostener una mecha y contiene unos cuantos mililitros de aceite que servía de combustible. el candelero. En casas comunes, este era simplemente un anaquel saliente de la pared. En las casas pudientes podían tener bases ornamentadas y separadas (cp. Apo 1:12).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:21 — También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? — Con esta parábola Jesús continúa presentando el “mis terio” (véase ver. 11, comentarios) del reino y como se relaciona a los oyentes de la predicación del evangelio. (En la otra parábola la palabra de Dios es semilla; aquí es luz). La primera pregunta, según la gramática griega, demanda una respuesta de “no”. La lámpara es encendida y puesta en el lugar apropiado (el candelero) para que dé luz a la gente. No es puesta debajo del almud (cesto, celemín, cajón) donde no puede llevar a cabo su propósito de alumbrar a las personas.
Las personas representadas en este versículo por el pronombre “les” son los apóstoles y otros discípulos cerca de Jesús (véanse versículos 10,11). No han de esconder la luz del evangelio, sino anunciarlo por todas partes. Son responsables por esta función importante del reino. Compárense Mat 5:15-16; Mat 10:26; Luc 8:16-18; Luc 12:2-3.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA LUZ ESTÁ PARA QUE SE VEA
Marcos 4:21
Este era uno de los dichos de Jesús: «¿Verdad que no se trae una lámpara para meterla debajo de un cajón de medir o debajo de la cama? ¿Es que no se trae más bien para ponerla en el candelero?»
Los versículos 21-25 son interesantes porque muestran los problemas con los que se enfrentaban los evangelistas. Estos versículos contienen cuatro dichos diferentes de Jesús. En el versículo 21 tenemos el dicho acerca de la lámpara; en el 22 hay un dicho sobre revelar cosas secretas; en el 24 hay un dicho que establece que recibiremos conforme a la medida que hayamos usado para dar, y en el 25 está el dicho acerca de que al que tiene se le dará todavía más. En Marcos, estos versículos vienen seguidos uno detrás de otro; pero el versículo 21 aparece en Mt 5:15 ; el 22, en Mt 10:26 ; el 24, en Mt 7:2 ; y el 25, en Mt 13:12 , y también en Mt 25:29 . Los cuatro versículos consecutivos de Marcos están desperdigados por todo: Mateo. Aquí surge una cuestión práctica para nuestro estudio. No debemos tratar de encontrar ninguna conexión entre estos versículos. Está claro que no tienen ninguna reía= ción entre sí, así es que vamos a tomarlos uno por uno.
¿Cómo fue eso de que Marcos pusiera estos dichos de Jesús uno detrás de otro y Mateo los desperdigara por todo su evangelio? La razón es bien sencilla. Jesús tenía un dominio único del lenguaje. Podía decir las cosas más pintorescas y las cosas más jugosas. Podía decir las cosas de tal manera que se grabaran en la memoria y se resistieran a ser olvidadas. Además, Él tiene que haber dicho muchas de estas cosas más de una vez. Iba pasando de un lugar a otro y de una audiencia a otra, y tiene que haber repetido mucho de Su enseñanza por dondequiera que iba. En consecuencia, la gente recordaba las cosas que había dicho Jesús -las decía de tal manera que no se podían olvidar-, pero olvidaba la ocasión en que las había dicho. El resultado fue que hubo muchos de los dichos de Jesús que se quedaron, como si dijéramos, «huérfanos». Un dicho echaba raíces en la memoria de las personas y era recordado para siempre, pero el contexto y la ocasión se olvidaban. Así es que tenemos que tomar estos dichos gráficos y examinarlos independientemente.
El primero era que no se enciende una lámpara y se pone debajo de.,an cajón de medir, que sería como ponerle una caja encima, ni se pone debajo de la cama. La lámpara está para que se ponga a la vista y para que se vea. De este dicho podemos aprender dos cosas.
(i) La verdad es para que se vea. No está para que se la oculte. Puede que haya veces cuando sea peligroso decir la verdad; cuando sea la manera más rápida de atraerse la persecución y los problemas. Pero la persona veraz, y el verdadero cristiano, estarán de parte de la verdad frente a todo.
Cuando Lutero decidió adoptar su postura frente a la Iglesia Católica Romana, en primer lugar atacó las indulgencias. Las indulgencias eran para todos los efectos remisiones de pecados que uno podía comprar de un sacerdote por un precio. Lutero trazó noventa y cinco tesis contra las indulgencias. ¿Y qué hizo con aquellas noventa y cinco tesis? Había una iglesia en Wittenberg que se llamaba la Iglesia de Todos los Santos. Estaba íntimamente relacionada con la universidad donde Lutero era profesor. Los anuncios de la universidad se solían poner en las puertas de aquella iglesia, entre ellos los de los debates académicos. No había otro tablón de anuncios en la ciudad. En aquella puerta fijó Lutero sus tesis. ¿Cuándo? El día que iba a aquella iglesia más gente, que era el día de Todos los Santos, el 1 de noviembre. Resultaba ser el aniversario de aquella iglesia, y había varios oficios religiosos a los que acudía mucha gente. Fue en la víspera del día de Todos los Santos cuando Lutero clavó sus noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia. Si hubiera sido un hombre cauteloso, en primer lugar no habría escrito sus noventa y cinco tesis. Si hubiera sido un hombre preocupado por su propia seguridad, nunca las habría clavado a la puerta de la iglesia. Y, si tenía que clavarlas allí, cualquier idea de seguridad propia le habría aconsejado no escoger el día de Todos los Santos para hacer su declaración. Pero Lutero tenía el sentimiento de que había descubierto la verdad; y lo único que le interesaba era exponerla y ofrecer su vida por ella.
En cualquier circunstancia de la vida hay veces que sabemos perfectamente lo que exige la verdad, lo que se debe hacer y lo que un cristiano tiene obligación de hacer. En cualquier nivel de vida hay veces que dejamos de actuar como debiéramos porque sería arriesgar nuestra popularidad, y aun cosas peores. Deberíamos recordar que la lámpara de la verdad se ha de poner bien alta y no ocultarse por los intereses de una seguridad cobarde.
(ii) Nuestro Cristianismo se ha de ver. En la Iglesia Primitiva, algunas veces el mostrarse cristiano suponía la muerte. El imperio romano era tan extenso como el mundo civilizado. Para conseguir alguna clase de unidad vinculante en aquel vasto imperio se inició el culto al emperador. El emperador era la personificación del estado, y se le daba culto como a un dios. Ciertos días señalados se exigía que cada ciudadano fuera e hiciera un sacrificio a la deidad del emperador. Era realmente una prueba de lealtad política. Después le daban a uno un certificado en el que se decía que había cumplido con aquel deber, y entonces podía ir a dar culto al dios que quisiera.
Se conservan muchos de aquellos certificados. Decían lo que sigue:
A los que están a cargo de los sacrificios de Inareus Akeus del pueblo de Theoxenis, juntamente con sus hijos Ajax y Hera, que viven en el pueblo de Theadelpheia. Nosotros sacrificamos regularmente a los dioses; y ahora en tu presencia, como está mandado, hemos sacrificado y derramado nuestra libación y probado las ofrendas, y te pedimos que nos des el certificado correspondiente. Que te vaya bien.
Y aquí seguía la atestación:
Nosotros, Serenas y Hermás, damos fe de que habéis sacrificado.
Todo lo que un cristiano tenía que hacer era prestarse a cumplir aquel acto formal, recibir el certificado, y ya estaba a salvo. Y el hecho de la Historia es que miles de cristianos murieron antes que hacerlo. Podían haber ocultado el hecho de que eran cristianos con la mayor facilidad; podían haber seguido siendo cristianos privadamente sin ninguna dificultad. Pero para ellos su Cristianismo era algo de lo que tenían que dar fe y testificar en presencia del mundo. Estaban orgullosos de que todos supieran lo que eran. A los tales les debemos que el Cristianismo haya llegado hasta nosotros.
A menudo es más fácil no decir que pertenecemos a Cristo y a Su Iglesia; pero nuestro Cristianismo debe ser siempre como la lámpara que todos pueden ver.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Lo oculto será manifestado (Mar 4:21-25)
Análisis de discurso
Nos encontramos aquí con un par de dichos o aforismos de Jesús que se asemejan a los proverbios del Antiguo Testamento o a los dichos de la tradición sapiencial. Obviamente, están relacionados con la sección Mar 4:11-12, donde se habla del reino de Dios como un misterio dado a conocer a los discípulos, y de las parábolas, cuya función es confundir a quienes han determinado con anticipación no prestar oído al mensaje. Nuevamente, vemos aquí el estilo marcano de intercalar secciones con el propósito de dar énfasis. En este caso, la sección que se intercala es la explicación de la parábola del sembrador (vv. Mar 4:13-20). Se dice que el reino, que en el presente es algo misterioso y oculto (Mar 4:11), un día ha de manifestarse plenamente (Mar 4:21-22), y por esa razón es tan importante saber escuchar (Mar 4:23-24), ya que no todo el que escucha le da la importancia debida a lo que está escuchando (Mar 4:12, Mar 4:25).
TÍTULO: Podríamos ponerle el siguiente título a esta sección: “Lo oculto será manifestado”.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
«Una lámpara» (TLA, BJ, BA, NVI, DHH) es mucho mejor que la luz, ya que la palabra lujnos significa “lámpara”.
Una vasija: La gran variedad de traducciones sugiere que no existe un equivalente preciso para este objeto, que posiblemente era una especie de recipiente grande para medir y almacenar el grano. Las posibles traducciones son «almud» (BA), «celemín» (BJ), «tiesto» (BL), «cajón» (NVI, DHH, TLA), «vasija de barro» (CEV). El traductor podrá elegir una palabra que sea familiar para su audiencia y que signifique algo similar a las opciones enumeradas arriba.
Candelero: Desafortunadamente, esta no es una buena traducción de la palabra lujnian, que representa el lugar donde se apoya la lámpara, una «repisa», por ejemplo. Así la traduce NVI. Candelero da la idea de que la luz viene de una vela, pero no es así. La luz viene de una lámpara de aceite, de esas que se utilizaban mucho en el mundo antiguo. Por tanto, será mejor traducirla como «repisa» o «un lugar alto» (TLA).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— con una vasija: Lit. con una medida, o más concretamente, con un “modio”, que era una especie de recipiente de unos nueve litros de capacidad utilizado como medida de cereales y productos semejantes; a veces se ha traducido por “celemín” o “almud”.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Lámparas y candelabros (ver Luc. 8:16-18; cf. Mar. 5:14-16). Esta sección atiende el asunto de si el reino de Dios será siempre un secreto, escondido de los muchos y revelado a sólo unos pocos. (¿Podría parecer así aun a algunos de nosotros en nuestro día?) Jesús dijo que un día el reino de Dios sería entendido por todos. Las lámparas sirven para alumbrar, no para ser escondidas. De la misma manera, el propósito principal de las parábolas es revelar la verdad y no esconderla. Sin embargo, llega el momento cuando las parábolas re sultan ser la mejor manera de revelar la verdad, ya que sirven de “colador o filtro” para los que escuchan, como filtraríamos un líquido por una tela muy fina para purificarlo. Primeramente, los discípulos deben absorber la verdad que Jesús enseñó por medio de parábolas, para que puedan absorber más verdad más adelante. Como cualquier buen maestro, Jesús enseña sólo lo que po demos comprender y estamos dispuestos a obedecer. No hay tal cosa como detenerse en la vida espiritual; si dejamos de crecer, nos encogemos. Esta verdad es una promesa o una advertencia, dependiendo de nuestra actitud espiritual.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
a 164 Mat 5:15; Luc 11:33
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
una lámpara. Cristo es la luz del mundo (Jn 8:12); sin embargo, en este contexto la función de los creyentes es ser vidas que reflejan la luz de Cristo (Mt 5:14– 16; 2 Co 4:6).
Fuente: La Biblia de las Américas
21 (1) La lámpara que se menciona aquí, la cual irradia luz, indica que el servicio evangélico del Salvador-Esclavo no sólo siembra la vida en aquellos a quienes sirve, sino que también les trae la luz. Así que, el servicio divino hace que los creyentes sean luminares ( Flp_2:15) y que las iglesias sean candeleras ( Rev_1:20) que resplandecen como testimonio de Cristo en esta edad oscura y que tienen su consumación en la Nueva Jerusalén, cuyas características sobresalientes son vida y luz ( Rev_22:1-2 ; Rev_21:11 , Rev_21:23-24).
21 (2) Véase la nota 15 (1) de Mt 5.
21 (3) Véase la nota 15 (2) de Mt 5.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
luz. Mejor, lámpara.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Parece que el objeto de estos versículos era grabar profundamente en el espíritu de los que la oyeron la parábola del sembrador. Son notables por la sucesión de frases cortas, sentenciosas y proverbiales que contienen. Sentencias de esa clase son muy apropiadas para fijar la atención de un oyente ignorante; pues se fijan en la memoria por la impresión que han producido, y se recuerdan aún después de haberse olvidado, el asunto principal del sermón.
Aprendemos, en estos versículos, no solamente que debemos adquirir conocimientos, sino comunicárselos a los demás.
No se enciende la vela para esconderla y ocultarla, sino para ponerla en un candelero y usarla. No se le ha dado al hombre la ilustración en religión para que se la guarde para sí solo, sino para beneficio de todos. Debemos empeñarnos en esparcir y difundir nuestros conocimientos, y manifestar a los demás los preciosos tesoros que hemos encontrado, para decidirlos a que ellos también los busquen. Debemos comunicarles las buenas nuevas que hemos recibido, y procurar hacérselas creer y apreciar en su verdadero valor.
Todos tendremos que dar cuenta un día del uso que hemos hecho de nuestros conocimientos. Los Libros de Dios mostrarán el día del juicio lo que hemos hecho. Si hemos sepultado nuestro talento en la tierra, si nos hemos contentado con practicar un cristianismo perezoso, inserte, si no nos cuidamos de la suerte de los demás, con tal que nosotros vayamos al cielo, oiremos al fin terribles revelaciones: «No hay nada oculto que no se manifieste.
Propio es de cristianos atesorar estos principios en sus corazones. Ya es más que tiempo que la antigua tradición se refute y se rechace, respecto a que solo el clero era el que debía enseñar y esparcir los conocimientos religiosos. Deber es de todos los miembros de la iglesia de Cristo difundir la luz, sean ministros o seglares y de ello se les tomará cuenta. Así como los vecinos en tiempo de epidemia deben comunicarse los específicos que hayan descubierto para curarla: del mismo los cristianos deben comunicarse la medicina que han encontrado para sus almas, si ven que otros la ignorar y que van a morir por no tenerla ¿Qué dice el apóstol Pedro? «Cada uno según sea el don que ha recibido, adminístreselo a los demás» 1 Pedro 4.10 Aprendemos, en segundo lugar, en estos versículos, lo importante que es oír y meditar bien lo que oímos.
Es este un punto a que nuestro Señor da evidentemente mucha importancia. Ya lo hemos visto presentado en la parábola del sembrador, y aquí lo vemos esforzado en dos frases muy notables: «El que tenga oídos para oír, oiga», «Considerad lo que oís.
Oír la verdad es abrir la principal avenida por donde la gracia es conducida al alma humana. «La fe viene oyendo» Romanos 10.17. Uno de los primeros pasos hacia la conversión es recibir como don del Espíritu un oído que sepa oír. Rara vez se arrepienten los hombres y sienten fe en Cristo sin «haber oído». La regla general es la que s. Pablo recuerda a los Efesios: «Vosotros también confiasteis, así que oísteis la palabra de verdad» Evangelio.1.13 Tengamos esto siempre presente cuando oigamos desacreditar la predicación como canal de gracia. No faltan personas que tratan de derribarla del lugar eminente que la Biblia le asigna. Hay muchos que proclaman que es de mucha más importancia para las almas oír leer la liturgia, y recibir la cena del Señor, que oír comentar la palabra divina. Guardémonos de semejantes ideas; sea para nosotros un principio inconcuso que «oír la palabra» es uno de los medios principales de gracia que Dios nos ha concedido. Apreciemos en el valor real que tienen todos los otros medios y todas las otras ordenanzas; pero no olvidemos nunca estas palabras de Pablo, «no despreciéis las profecías» así como tampoco su encargo a Timoteo cuando estaba próximo a morir, «Predica la palabra» 1 Tesalonicenses 5.20; Timoteo 4.2 Aprendamos, por último, en estos versículos, lo importante que es el uso diligente de los privilegios religiosos. ¿Qué dice nuestro Señor? «A vosotros los que oís más os será dado. Al que tiene, a ese se le dará; y al que no tiene, le será quitado aún lo mismo que tiene.
Este es un principio que la Escritura presenta siempre en relieve. No hay duda que todo lo que los creyentes tienen lo han recibido por gracia; su arrepentimiento, su fe y su santidad, son dones de Dios. Pero el grado de gracia que el creyente obtiene, se nos presenta íntimamente enlazado con su propia diligencia en el uso de los medios, y su fidelidad en vivir en completa conformidad con la luz y el conocimiento que posee. La palabra de Dios reprocha siempre la indolencia y la pereza, y presenta al contrario el afán y la fatiga por oír, leer y orar recibiendo una recompensa. «El alma de los laboriosos ser engrosada» Prov. 13.4. «El alma floja tendrá hambre» Prov. 19.15 El principal secreto del progreso espiritual es prestar atención a este principio. Se hallará siempre que fue diligente el hombre que crece visiblemente en gracia, conocimiento, fuerza y utilidad. No dejará una piedra sin mover para conseguir el bienestar de su alma. Es diligente en leer su Biblia, diligente en sus devociones privadas, diligente en oír sermones, y diligente en asistir a la mesa del Señor. Recoge lo que siembra; pues así como los músculos del cuerpo se robustecen con un ejercicio regular, así las gracias del alma se aumentan en proporción a la diligencia con que se usan.
¿Deseamos crecer en gracia? ¿Deseamos tener fe más firme, esperanzas más brillantes y conocimiento más claro? Indudable es que lo deseamos, si somos verdaderos cristianos. Aprovechemos pues, la luz que nos ilumina, y las oportunidades que se nos presentan. No olvidemos las palabras de nuestro Señor en este pasaje. «Con la medida con que medimos» nuestras almas, «seremos también medidos». Cuanto más hagamos por nuestras almas, más veremos que Dios hace por ellas.
Fuente: Los Evangelios Explicados
almud… Gr. módios. Vasija que servía para medir áridos y a veces líquidos, con una capacidad de 8.7 litros aproximadamente → Mat 5:15; Luc 11:33.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Mat 5:15; Luc 11:33.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
Biblia Peshitta 2006 Notas:
[3] 4.21 Ver nota a Mat 5:15.
Fuente: Peshitta en Español