Comentario de Marcos 4:33 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír.

4:33 — Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oir — El evangelio según Marcos contiene menos parábolas que los libros de Mateo y Lucas, pero aquí Marcos alude a las otras muchas que Jesús habló en su ministerio personal.

Las hablaba conforme a la medida de capacidad de los oyentes para recibir instrucciones y entenderlas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y con muchas tales parábolas. Mat 13:34, Mat 13:35.

conforme a lo que podían oír. Jua 16:12; 1Co 3:1, 1Co 3:2; Heb 5:11-14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las parábolas eran la principal herramienta de enseñanza de Jesús.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Esta conclusión del recuento de Marcos de las parábolas de Jesús presenta a Marcos recopilando solo los ejemplos más representativos de todas las parábolas que Jesús enseñó.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:33 — Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oir — El evangelio según Marcos contiene menos parábolas que los libros de Mateo y Lucas, pero aquí Marcos alude a las otras muchas que Jesús habló en su ministerio personal.
Las hablaba conforme a la medida de capacidad de los oyentes para recibir instrucciones y entenderlas.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL SABIO MAESTRO Y
EL ALUMNO APROVECHADO

Marcos 4:33-34

Era con muchas parábolas así como Jesús seguía comunicándoles la Palabra, acomodando Su enseñanza a la capacidad que ellos tenían. Tenía la costumbre de no hablarles sin una parábola; y cuando estaban en privado, les descubría a Sus discípulos lo que quería decir todo.

Aquí tenemos una definición breve pero perfecta tanto del sabio maestro como del alumno sabio. Jesús acomodaba Su enseñanza a la capacidad de Su audiencia. Esa es la primera necesidad de la enseñanza sabia.
Hay dos peligros que un maestro sabio debe evitar a toda costa.

(a) Debe evitar todo exhibicionismo. El deber de un maestro no es llamar la atención, sino dirigir la atención a su tema. El deseo que exhibirse puede hacer que uño intente alucinar a expensas de la verdad. Puede hacerle pensar más en las maneras sorprendentes de decir una cosa que en la cosa misma. O puede hacerle desear desplegar su propia erudición hasta tal punto que se hace tan oscuro y elaborado y rebuscado que las personas normales no le pueden entender en absoluto. No hay ninguna virtud en hablar por encima de las cabezas de la audiencia. Como ha dicho alguien: «El tirar por encima del blanco sólo demuestra que se es mal tirador.» Un buen maestro debe estar enamorado de su asignatura, y de sus alumnos, pero no de sí mismo.

(b) Debe evitar un sentimiento de superioridad. La verdadera enseñanza no consiste en decirle cosas a la gente, sino en aprender juntamente. La idea de Platón era que la enseñanza quería decir sencillamente extraer de la mente y la memoria de los alumnos lo que ya sabían. El maestro que se pone en un pedestal y habla de arriba abajo no tendrá nunca éxito. La verdadera enseñanza consiste en compartir y en descubrir la verdad juntos. Es una exploración en equipo de los paisajes de la mente. Bien lo dijo Antonio Machado:

¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.

Hay ciertas cualidades que siempre debe tratar de adquirir el que desea enseñar.

(a) El maestro debe tener comprensión. Una de las grandes dificultades del experto es comprender por qué el no experto encuentra una cosa tan difícil de entender o de hacer. Al maestro le es necesario pensar con la mente del alumno, y ver con los ojos del alumno antes de poder realmente explicar o impartir ninguna clase de conocimiento.

(b) El maestro debe tener paciencia. El rabino judío Hillel establecía: «Un hombre irascible no puede ser maestro,» e insistía en que la primera cualidad esencial de un maestro es la tranquilidad. Los judíos establecían que si un maestro se daba cuenta de que sus alumnos no comprendían una cosa tenía que empezar otra vez desde el principio sin rencor ni irritación, y explicarlo todo de nuevo. Eso era precisamente lo que hacía Jesús siempre.

(c) El maestro debe tener amabilidad. Las reglas de la enseñanza judía prohibían los castigos excesivos, especialmente los que humillaran al estudiante. El deber del maestro era siempre animar, y nunca desaniMarcos Anna Buchan cuenta que su anciana abuela tenía una frase favorita: «Nunca desanimes a un joven.» Al maestro le es fácil usar el látigo de la lengua con un discípulo de mente saltarina. A menudo es una tentación a apuntarse un tanto haciendo de ese alumno la meta de sarcasmos y agudezas que le convierten en el hazmerreír de la clase. El maestro que es amable nunca lo haría.

Este pasaje también nos muestra al alumno sabio. Nos pinta el cuadro del círculo íntimo al que Jesús podía explicar las cosas real y verdaderamente.

(a) El alumno sabio no se olvida cuando se marcha de la clase. Cuando se va, piensa en lo que ha oído. Lo rumia hasta digerirlo y asimilarlo. Epicteto, el sabio maestro estoico, solía molestarse con algunos de sus alumnos. Decía que las personas deberían usarla filosofía que aprendían, no para discutir, sino para vivir. En una metáfora cruda, decía que las ovejas no vomitan la hierba para que vea el pastor cuánto han comido, sino la digieren y la convierten en lana y leche. El alumno sabio se va, no para olvidar lo que ha aprendido, ni para presumir de ello, sino para meditarlo reposadamente hasta descubrir lo que quiere decir en su caso y en su vida.

(b) Por encima de todo, el alumno sabio busca la compañía de su maestro. Después de oír a Jesús, las muchedumbres se dispersaban; pero había una pequeña compañía que se quedaba con Él y no tenía prisa en marcharse. Era a ellos a los que Jesús desarrollaba el sentido de cada cosa. En último análisis, si uno es de veras un gran maestro no es tanto su enseñanza lo que se quiere conocer, sino a él mismo. Su mensaje siempre consistirá, no tanto en lo que dice sino en cómo es. Él que quiere aprender de Cristo debe buscarle y estar en Su compañía. Si lo hace ganará, no sólo conocimientos, sino la vida misma.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír: La audiencia que tiene en mente el texto es la multitud de Mar 4:4. Jesús parece adaptarse a la capacidad intelectual de la gente, pues les hablaba «según podían entender[le]» (BJ, DHH). Otra posible traducción sería «adaptándose a la capacidad de la gente» (BL).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

ñ 178 Sal 78:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

según podían oírla. La razón de la limitación en la percepción se debía a que aún no se les había dado el Espíritu Santo (Jn 7:39; 16:12– 15). Este evento prometido (Mt 3:11; Jn 7:37– 39; Hch 1:4, 5) tuvo lugar por primera vez en el Pentecostés (Hch 2:1– 4; 11:15– 17). Sin embargo, el Señor ayudó a los discípulos a comprender las parábolas, explicándoselas en privado (vers. 34).

Fuente: La Biblia de las Américas

33 (1) Estas parábolas exhiben la sabiduría y el conocimiento divinos del Salvador-Esclavo ( Mat_13:34-35).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

podían… Es decir, según la capacidad que tenían para entender.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R884 Ἐλάλει se usa como un imperfecto reiterativo: el habló repetidamente.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Es decir, según la capacidad que tenían para entender.

Fuente: La Biblia Textual III Edición