No les hablaba sin parábolas, pero en privado les explicaba todo a sus discípulos.
4:34 — Y sin parábolas no les hablaba — Nótese ver. 2. Consúltese Mat 13:34-35. El uso de este medio de enseñanza cumplió cierta profecía, Sal 78:2.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
mas a sus discípulos en particular les declaraba todo. Mar 4:10; Mar 7:17-23; Mat 13:36; Mat 15:15; Luc 8:9; Luc 24:27, Luc 24:44-46.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Y sin parábolas no les hablaba. Aquel día en particular, Jesús habló a la gran multitud solo mediante parábolas. Este método de enseñanza dejaba a los incrédulos con enigmas evitándoles tener que decidir si creían en Él o no, podían permanecer sin tomar la decisión de seguirlo puesto que no habían entendido lo que les enseñaba.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:34 — Y sin parábolas no les hablaba — Nótese ver. 2. Consúltese Mat 13:34-35. El uso de este medio de enseñanza cumplió cierta profecía, Sal 78:2.
— aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo — Véanse ver. 10 y sig.; Mat 13:36 y sig. ; Luc 8:9 y sig.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Sin parábolas no les hablaba: Esta oración está estructurada en forma negativa, mediante el uso de sin y no. También podría expresarse en forma positiva: “Les hablaba solamente mediante parábolas”. TLA opta por esta modalidad: «Sólo hablaba por medio de comparaciones».
Reflexión bíblica y pastoral
En estas dos parábolas, el reino de Dios es presentado como algo inesperado, incontrolable e irreversible. El crecimiento del reino de Dios sobre la tierra no depende del ser humano, sino de Dios. ¿Cuál es, entonces, nuestra responsabilidad? Pues, sembrar la semilla del reino —semilla de paz, de amor y de justicia—, sabiendo que el crecimiento lo dará Dios. ¡Y qué crecimiento que será éste! Al igual que la semilla de mostaza, el reino comenzará como algo insignificante y crecerá hasta convertirse en un árbol gigantesco, capaz de albergar a toda la humanidad. Es probable que Jesús tenga en mente aquí la parábola del cedro, de Eze 17:22-24, la cual dice que Yavé plantaría un retoño, un brote del cedro, sobre el cerro más alto de Israel, el cual se convertiría en un magnifico cedro que llegaría a cobijar a las aves del cielo. Esta parábola, que seguramente se refería a personajes históricos concretos del tiempo del profeta Ezequiel, se leerá posteriormente como esperanza mesiánica. Jesús la utiliza como un tipo del reino de Dios. Los lectores originales de este Evangelio, que vivían bajo la sombra del Imperio Romano (a menudo los grandes imperios son descritos mediante la imagen del árbol; ver Dan 4:20-22 y Eze 31:1-18), sabían que un día esta realidad opresiva sería sustituida por el reino de Dios, el cual abarcaría toda la tierra.
El paradigma del crecimiento del reino como árbol magnífico se comienza a ver en el ministerio de Jesús. En realidad, Jesús dijo esta parábola pensando en el impacto que produciría su mensaje. Hechos de los Apóstoles confirmará luego la intuición profética de Jesús, pues el evangelio llega, en este libro, a los cuatro puntos cardinales del Imperio Romano.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
o 179 Mat 13:11; Mat 13:35; Mar 4:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
hablaba… → Sal 78:1-2.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., sin una parábola
Fuente: La Biblia de las Américas
g Sal 78:1-2.