Comentario de Marcos 7:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón. Y entró en una casa y no quería que nadie lo supiese, pero no pudo esconderse.
7:24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón — Estas dos ciudades eran de Fenicia, por la costa del Mar Mediterráneo, al noroeste de Palestina. Jesús “salió de allí” (Mat 15:21), probablemente de la “tierra de Genesaret” o Capernaum (6:53-56). Fue a la región entre Galilea y Fenicia, y aun entró en Fenicia (ver. 31, Sidón al norte de Tiro). Sus discípulos estaban con él (Mat 15:23; véase 3:14, comentarios). — entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese — Jesús se retiró a esas partes (región), al parecer para hallar soledad y relajamiento. No fue allí para obra pública. Pero sus deseos personales no fueron premiados.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
levantándose de allí. Mat 15:21.
a la región de Tiro. Mar 3:8; Gén 10:15, Gén 10:19; Gén 49:13; Jos 19:28, Jos 19:29; Isa 23:1-4, Isa 23:12; Eze 28:2, Eze 28:21, Eze 28:22.
no quiso que nadie lo supiese. Mar 2:1; Mar 3:7; Mar 6:31, Mar 6:32; Isa 42:2; Mat 9:28; 1Ti 5:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Mar 8:1-26
Después de una confrontación pública con las autoridades judías, Jesús se retiró a descansar e instruyó a sus discípulos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Los viajes de Jesús hacia la región de Tiro y Sidón fueron los más lejanos que se reportaron durante su ministerio público. Por supuesto, durante su infancia, Él viajó a más de 480 km de su pueblo natal hacia Egipto. Sidón se encuentra a 80 km al noreste de Capernaum.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Tiro … Sidón. Vea la nota sobre Mar 3:8. no quiso que nadie lo supiese. Jesús no deseaba un ministerio público en el área. Probablemente quería un tiempo para descansar de la presión de los líderes judíos y una oportunidad para preparar a los discípulos para su cercana crucifixión y el ministerio que recibirían.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
7:24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón — Estas dos ciudades eran de Fenicia, por la costa del Mar Mediterráneo, al noroeste de Palestina. Jesús “salió de allí” (Mat 15:21), probablemente de la “tierra de Genesaret” o Capernaum (6:53-56). Fue a la región entre Galilea y Fenicia, y aun entró en Fenicia (ver. 31, Sidón al norte de Tiro). Sus discípulos estaban con él (Mat 15:23; véase 3:14, comentarios).
— entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese – Jesús se retiró a esas partes (región), al parecer para hallar soledad y relajamiento. No fue allí para obra pública. Pero sus deseos personales no fueron premiados.
Jesús había encendido la ira de los fariseos y escribas con su denuncia de ellos (versículos 6,7) y ahora se acerca el fin de su ministerio en la tierra. Parece que en esta ocasión busca soledad con sus discípulos, para descansar y enseñarles por un tiempo breve.
— pero no pudo esconderse — La fama de él ya había llegado a esas partes. Véase 3:8, comentarios. La prueba de que no pudo esconderse es dada en el versículo siguiente.
Fuente: Notas Reeves-Partain
El ANUNCIO DE UN MUNDO PARA CRISTO
Marcos 7:24-30
Jesús Se marchó de allí, y Se fue a las regiones de Tirc y de Sidón. Se alojó en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo evitar que la gente se enterara de que estaba allí.
Cuando lo supo una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu inmundo, fue inmediatamente y se arrojó a Sus pies, y Le pidió que expulsara de su hija al demonio. Era griega, siriofenicia de nacimiento. Jesús le dijo:
–Primero tienes que dejar que se sacien los hijos; no está bien quitarles a ellos el pan que les corresponde paro, echárselo a los perros.
–Es verdad- contestó ella-; pero también los perros comen debajo de la mesa las migajas de pan que tiran los niños.
Jesús entonces le dijo:
–Por lo que has dicho, ¡vuélvete en paz! ¡Ya ha salido de tu hija el demonio!
La mujer se marchó, y encontró a la niña acostada en la cama, ya libre del demonio.
Cuando este incidente se coloca en su debido trasfondo se aprecia corno uno de los más extraordinarios y conmovedores de la vida de Jesús.
En primer lugar, veamos la geografía de la historia. Tiro y Sidón eran ciudades de Fenicia, que era parte de Siria. Fenicia se extendía hacia el Norte desde el monte Carmelo, por toda la llanura costera. Estaba entre Galilea y la costa. Fenicia, como expresaba Josefo, » rodeaba Galilea.»
Tiro se, encontraba a 65 kilómetros al Noroeste de Cafarnaum, Su nombre quería decir La Roca. Se llamaba así porque había en la costa dos peñascos unidos por un acantilado de mil metros de longitud. Esto formaba un rompeolas natural, y Tiro era uno de los grandes puertos naturales del mundo antiguo. Las rocas no eran simplemente un rompeolas, sino también una defensa; y Tiro era famosa, no sólo como puerto, sino también como fortaleza. Fue de Tiro y de Sidón de donde salieron los primeros marinos que navegaron mirando a las estrellas. Hasta que se aprendió a encontrar el camino en la mar mirando a las estrellas, los barcos tenían que mantenerse a la vista de la costa, y detenerse por las noches; pero los marineros fenicios recorrieron el Mediterráneo y pasaron las Columnas de Hércules, el Estrecho de Gibraltar, y llegaron a Gran Bretaña y a las minas de estaño de Comwall. Puede ser que hasta se aventuraran a circunnavegar África.
Sidón estaba a 45 kilómetros al Nordeste de Tiro, y a 100 kilómetros al Norte de Cafarnaum. Tenía, lo mismo que Tiro, un rompeolas natural que lo convertía en otro puerto extraordinario. Su origen como puerto y ciudad era tan antiguo que no se recordaba quién había sido su fundador.
Aunque las ciudades fenicias eran parte de Siria, eran independientes y rivales. Tenían sus propios reyes, sus propios dioses y su propia moneda. En un radio de 25 ó 30 kilómetros eran supremas. Hacia fuera miraban al mar; tierra adentro, a Damasco; y los barcos del mar y las caravanas de muchas tierras fluían a través de ellas. Sidón acabó por perder su comercio y grandeza frente a Tiro, y su sumergió en una degeneración desmoralizada; pero los marineros fenicios siempre serán recordados como los primeros que encontraron su camino en el mar siguiendo a las estrellas.
(i) Así que la primera cosa extraordinaria que nos encontramos aquí es que Jesús estaba en territorio gentil. ¿Fue por accidente el que este incidente tuviera lugar aquí? La escena anterior nos mostraba a Jesús borrando la diferencia entre los alimentos limpios y los inmundos. ¿Podrá ser que aquí, simbólicamente, Le contemplemos borrando las diferencias entre personas limpias e inmundas? Del mismo modo que los judíos no se ensuciaban los labios con alimentos prohibidos, tampoco ensuciaban sus vidas con el contacto con los gentiles inmundos.
Bien puede ser que aquí Jesús esté diciendo por implicación que los gentiles no son inmundos, sino que tienen también un lugar en el Reino.
Jesús tiene que haber ido hacia el Norte a esta región buscando un escape temporal. En Su propio país Le atacaban por todas partes. Hacía tiempo que los escribas y los fariseos Le habían marcado como pecador porque quebrantaba sus reglas y normas. Herodes Le consideraba un peligro público. La gente de Nazaret había reaccionado en contra de Él con un disgusto de escándalo. Llegaría la hora en que tendría que enfrentarse con Sus enemigos en un desafío abierto, pero no había sonado todavía. Antes de que llegara esa hora Jesús buscaría la paz y la tranquilidad del retiro, y en esa retirada de la enemistad de los judíos puso los cimientos para el Reino entre los gentiles. Es el anuncio de toda la historia del Cristianismo. El rechazamiento de los judíos se convirtió en la oportunidad para los gentiles.
(ii) Pero aquí hay más que eso. Estas ciudades fenicias habían sido idealmente parte del reino de Israel. Cuando, bajo Josué, se repartió la tierra, a la tribu de Aser se le asignó la tierra «hasta la gran Sidón … y hasta la ciudad fortificada de Tiro» (Jos 19:28 s). Israel nunca había conseguido conquistarlas ni entrar en ellas. ¿Habrá aquí algo simbólico? Donde el poder de las armas había resultado inútil, el amor conquistador de Jesucristo fue victorioso. El pueblo de Israel terrenal no había logrado nunca incluir como propio el territorio de los fenicios; ahora, el verdadero Israel los había visitado. No era a una tierra extraña a la que Se dirigía Jesús, sino a una tierra que Dios Le había asignado como propia mucho tiempo antes. No estaba introduciéndose en territorio extranjero, sino entrando en su herencia.
(iii) Hay que leer esta historia con intuición. La mujer acudió a Jesús para pedirle por su hija. Jesús le respondió que no estaba bien quitarles el pan a los hijos para dárselo a los perros. En principio esta parece una respuesta de lo más descorazonadora.
El perro no era el querido guardián de la casa que es ahora para muchos; más corrientemente, sobre todo en Oriente, era un símbolo del deshonor. Para los griegos, la palabra perra se aplicaba a las mujeres livianas y desvergonzadas, como todavía se conserva en español. Para los judíos era también un calificativo despectivo. «No deis lo santo a los perros» (Mt 7:6 ; cp. Fil 3:2 ; Ap 22:15 ).
Los judíos llamaban corrientemente perros a los gentiles. Rabí Yoshúa ben Leví tiene una parábola. Vio las bendiciones de Dios que disfrutan los gentiles, y preguntó: «Si los gentiles sin Ley disfrutan tales bendiciones, ¡cuántas más disfrutará Israel, el pueblo de Dios!» «Es como un rey que hizo una fiesta, y trajo a sus invitados a la puerta de su palacio. Estos vieron salir a los perros con faisanes y cabezas de aves engordadas y de terneras en la boca. Entonces los invitados empezaron a decir: «Si así se ha tratado a los perros, ¡cuánto mejores manjares nos estarán reservados a nosotros!» Las naciones del mundo se comparan con los perros, como está escrito (Isa 56:11 ): «Estos perros voraces son insaciables.»»
No importa cómo lo veamos, pero el término perro es un insulto. ¿Cómo vamos a explicar entonces el que Jesús usara esa palabra aquí?
(a) No usó la palabra corriente, sino un diminutivo. que describía, no a los perros callejeros y salvajes, sino a los perrillos domésticos. En griego, como en español, los diminutivos tienen a menudo cariñosos. Jesús le quitó la amargura a la palabra.
(b) Sin duda el tono de Su voz mostraba claramente la diferencia. La misma palabra puede ser un insulto de muerte o un apelativo cariñoso según el tono de la voz, como sucede también en español. El tono de Jesús despojó la palabra de todo su veneno.
(c) En cualquier caso, Jesús no cerró la puerta. Primero, dijo, los hijos deben recibir su alimento; pero sólo primero; queda comida para los perrillos caseros. Es cierto que la invitación del Evangelio se dirigió primero a Israel, pero sólo
primero; había otros que vendrían después. La mujer era griega, y los griegos estaban acostumbrados a discernir matices; se dio cuenta en seguida de que Jesús le estaba hablando con una sonrisa. Sabía que la puerta estaba entreabierta. En aquellos días no se usaban cuchillos ni tenedores ni servilletas. Se comía con las manos. Se restregaban las manos sucias con trozos de pan que se tiraban después a los perrillos de la casa. Así que la mujer dijo: » Ya sé que a los hijos se les da de comer primero; pero, ¿no se me va a dejar a mí alguna migaja de las sobras de los hijos?» A Jesús Le encantó aquello. Ahí se veía una fe luminosa, que no aceptaba la negativa como respuesta; ahí estaba una mujer con la tragedia de una hija desdichada en casa, pero que tenía suficiente luz en el corazón para replicar con una sonrisa. Su fe había sido sometida a prueba, y había salido triunfante, y su oración había sido contestada afirmativamente. Simbólicamente esta mujer representa al mundo gentil que recibió tan ansiosamente el Pan del Cielo que los judíos rechazaron y arrojaron.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Una mujer sirofenicia convence a Jesús (Mar 7:24-30)
Análisis de discurso
En términos de la estructura del discurso, notamos que este pasaje comienza con una introducción que nos dice dónde está Jesús y cuál es su intención, es decir, que no quiere ver a nadie (v. Mar 7:24). Luego, se hace una descripción del predicamento de la mujer (vv. Mar 7:25-26). A continuación, se desarrolla un diálogo o discusión entre Jesús y la mujer (vv. Mar 7:27-29). Y, finalmente, tenemos el resultado del encuentro: la hija de la mujer es liberada del demonio (v. Mar 7:30). De modo que se nos ofrece un pasaje que combina dos géneros: una historia de milagros y una narración de controversia (Marcus, 466).
En cuanto a la relación de este pasaje con el resto del Evangelio, notamos que hay cierta similitud entre esta mujer y la mujer que tocó el manto de Jesús, en Mar 5:25-34. Ambas mujeres eran ritualmente impuras, una por tener una hemorragia constante, y la otra por ser gentil. En el capítulo Mar 6:1-56, Jesús alimenta a una multitud de judíos, y en el capítulo Mar 7:1-37, justo antes de la historia de la mujer sirofenicia, Jesús declara que sus seguidores no tienen que adherirse a la dieta kosher de los fariseos. Luego, Jesús sana a la hija de la mujer, y en el capítulo Mar 8:1-38, alimenta a una multitud de gentiles. Si la comida funciona en Marcos como un símbolo de gente pura e impura, esto es judía y gentil (ver Hch 10:1-48), tenemos aquí un claro ejemplo de la nueva era que Jesús vino a inaugurar, cuando el mensaje del reino de Dios sería proclamado también entre los gentiles. Esta historia funciona en el discurso como una cuña insertada entre el ministerio orientado a los judíos y el ministerio orientado a los gentiles, a la vez que prepara la narración para la gran afirmación de Mar 13:10 : «Pero primero tendrá que predicarse el evangelio a todas las naciones» (NVI).
TÍTULO: El título de RV95, La fe de la mujer sirofenicia, se apoya en Mat 15:28 y por eso mismo no es una buena descripción de lo que sucede en este pasaje de Marcos. Lo mismo sucede con TLA, «Una mujer no judía confía en Dios», y con NVI, «La fe de una mujer sirofenicia». Proponemos, entonces, un título que sea fiel al contenido de la historia que se cuenta en el Evangelio de Marcos. Por ejemplo: “Una mujer sirofenicia convence a Jesús de que libere a su hija de un demonio”.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Sidón: Esta palabra debe ser omitida porque representa una variante que no ha tenido demasiada aceptación. Todas las versiones consultadas la omiten.
Entró en una casa: Sería conveniente decir, como TLA, que Jesús «se quedó unos días en una casa», pues eso significa aquí el verbo “entrar”. Pero no pudo esconderse: Se puede traducir aquí, como hace la mayoría de las versiones consultadas, «no pudo pasar inadvertido».
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— Tiro: ver segunda nota a Mat 11:21.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La fe de una extranjera (ver Mat. 15:21-28). Mar. continúa con el tema de la “impureza” con el relato de un gentil (por lo tanto “impuro”). En un sentido es un relato misionero. Parece que Jesús estaba buscando un lugar de quietud en una región gentil, pero no podía evitar ser reconocido. Esta vez no fue una muchedumbre, sino una mujer griega de la localidad que se acercó y le rogó que echara un espíritu maligno de su hija. En su contestación (27) Jesús probablemente le citó un refrán popular, y sin duda no daba la misma impresión áspera que parece. Sea como sea, el énfasis recae sobre la primera parte de la frase. Durante el tiempo que Jesús estuvo sobre la tierra, su misión en primer lugar era hacia Israel (Mat. 15:24). Después de la cruz le llegaría el turno a los gentiles en la misión universal tan querida para Marcos. Sin embargo, la fe de esta mujer era grande, al igual que su persistencia, ya que su necesidad también era grande. Ella aceptó de buen humor el hecho de que no tenía derecho, a esas alturas, a la gracia de Dios, sino que sencillamente se acogió a su misericordia, devolviéndose a Jesús el significado de la parábola. ¿Estaba Jesús sólo probándola para ver si su fe era lo suficientemente fuerte? Esa fe fue premiada. Es un milagro de gracia que los gentiles comparten de todas las promesas de Dios hechas a Israel (Rom. 11:18). Nos es fácil abusar de nuestra situación.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
d 339 Mat 11:21; Mat 15:21
e 340 Mar 2:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
se fue a la región de Tiro. Véase coment. en Mt 15:21.
Fuente: La Biblia de las Américas
24 (1) Con respecto a los vs.24-30, véanse las notas de Mat_15:21-28 .
24 (2) Algunos mss. omiten: y de Sidón.
24 (3) El Señor nunca quiso publicidad.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Nada sabemos de la mujer que aquí se menciona, excepto los hechos que se refieren. Su nombre, su historia anterior, la causa que la movió a dirigirse a Nuevo Testamento Señor, siendo gentil y viviendo en las fronteras de Tiro y Sidón, son misterios ocultos para nosotros. Pero los hechos que de ella se narran están llenos de preciosas enseñanzas. Estudiémoslas para aprender.
En primer lugar, este pasaje tiene por objeto estimularnos a orar por otros. No hay duda, que debió estar profundamente afligida la mujer que, personaje principal de esta historia, se dirigió a nuestro Señor. Veía a una hija amada poseída de un espíritu inmundo, y en una condición tal, que así como la enseñanza no podía penetrar en su espíritu, ninguna medicina podía sanar su cuerpo, condición apenas menos mala que la muerte misma. Oye hablar de Jesús, y le suplica, «que lance el demonio del cuerpote su hija» Le dirige esa plegaria a favor de una persona que no podía orar, y no cesa hasta que no le concede su petición. Obtiene por medio de la oración una cura que no podía obtenerse por ningún medio humano, y la hija queda curada por la plegaria de la madre. La hija no podía decir una palabra, pero la madre habla por ella al Señor, y no lo hizo en vano. Desahuciada y desesperada como al parecer era su condición, tenía una madre que sabía orar y cuando se tiene tal madre hay siempre esperanza.
La verdad que aquí se nos enseña es de gran importancia. Pocos deberes son recomendados con más fuerza en los ejemplos que nos presenta la Escritura, como el deber de las plegarias intercesoras. Hay un largo catálogo de ejemplos en las Escrituras, que muestran las bendiciones que podemos conferir a otras personas orando por ellas. El hijo del noble en Capernaúm, el siervo del centurión, la hija de Jairo, son todos casos muy notables. Por admirable que nos parezca, no hay duda que Dios se complace en hacer grandes cosas a favor de almas, por las que amigos y parientes se deciden a orar. «La oración eficaz del justo puede mucho». Santiago 5.16 Los padres son los que están especialmente obligados a recordar el caso de esta mujer. No pueden dar un nuevo corazón a sus hijos; pueden, si, darles educación cristiana y mostrarles la senda de la vida. No pueden darles voluntad para escoger el servicio de Cristo, ni disposición para amar a Dios, pero pueden hacer una cosa, y es orar por ellos. Pueden orar por la conversión de hijos libertinos, que se empeñan en dar rienda a sus pasiones y se hunden desatentadamente en el pecado. Pueden orar por la conversión de hijas mundanas, que concentran sus afectos en las cosas de la tierra y aman el placer más que a Dios. Esas plegarias son oídas en el cielo y hacen descender de el mis bendiciones. Nunca, nunca nos olvidemos que rara vez se pierden por completo los hijos por quienes se han hecho muchas oraciones. Oremos por nuestros hijos; aún cuando no nos permitan hablarles de religión, no pueden impedirnos que nos dirijamos a Dios a favor suyo.
En segundo lugar, este pasaje tiene por objeto enseñarnos a perseverar en nuestras oraciones a favor de otras personas. La mujer, cuya historia leemos, al parecer no obtuvo nada primero con haberse dirigido a nuestro Señor; al contrario, la respuesta de nuestro Señor fue para desanimarla. Sin embargo, no abandonó desesperanzada su demanda; continuó orando sin flaquear; apoyó su súplica con argumentos ingeniosos; no se dio por vencida al ver que rehusaba acceder; impetró unas pocas «migajas» de misericordia, antes que no recibir nada; y su santa importunidad tuvo al fin buen éxito, pues oyó estas palabras placenteras: «Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija».
Es un punto de gran momento la perseverancia en la oración. Tenemos demasiada propensión a refriarnos y ser indiferentes, y a imaginarnos que es inútil acercarnos a Dios; dejamos muy pronto caer nuestras manos cansadas y nuestras rodillas se debilitan. Satanás está trabajando de continuo en hacernos cesar en nuestras oraciones, y suministrarnos razones para ello. Si esto es cierto en referencia a toda plegaria en general, lo es aún más respecto a las plegarias intercesoras. Son siempre más escasas y pobres de lo que debieran ser; se hacen por un corto período, y luego se suspenden, porque no recibimos una respuesta inmediata, porque vemos que las personas por quienes oramos continúan en sus pecados y de ahí sacamos la consecuencia, que es inútil orar por ellas, y suspendemos nuestra intercesión.
Para armarnos con argumentos que nos animen a perseverar nuestras plegarias intercesoras, meditemos con frecuencia en la historia de esta mujer.
Recordemos que oró y no flaqueó a pesar de los motivos tan grandes que tuvo para desalentarse, y fijémonos en la circunstancia que al fin se fue a su casa regocijada, resolviéndonos, con el favor de Dios, a seguir su ejemplo.
¿Sabemos orar por nosotros? Esta es la primera cuestión y la más importante que debemos dirigirnos. El hombre que nunca habla a Dios de su propia alma, mal puede orar por otros; está sin Dios, sin Cristo, y sin esperanza y tiene que aprender los primeros rudimentos de la religión; que despierte y clame a Dios.
Pero si oramos por nosotros, ocupémonos también de orar por otros. Guardémonos de ser egoístas en nuestras oraciones; que no sean raciones que se refieran tan solo a nuestros intereses personales, y en las que no dejemos lugar para otras almas. Mencionemos continuamente ante Dios a todos los que amemos; oremos por todos, por los más malos, por los más endurecidos, por los más incrédulos. Oremos por ellos un año y otro, a pesar de su continuada incredulidad. Quizás el tiempo de la misericordia de Dios sea remoto; quizás no veamos respuesta a nuestra intercesión; puede que la respuesta se dilate diez, quince o veinte años; quizás no venga hasta que no hayamos cambiado las oraciones en himnos de alabanza y estemos muy lejos de este mundo, pero mientras vivamos, oremos por los demás. El más grande favor que podemos hacer a una persona, es hablar de ella a Nuevo Testamento Señor Jesucristo. Veremos el día del juicio que uno de los vínculos más fuertes para enlazar algunas almas a Dios han sido las plegarias intercesoras de los amigos.
Fuente: Los Evangelios Explicados
Tiro… Las palabras y de Sidón, parecen ser una asimilación de → Mat 15:21 y Mar 7:31; supiera… Lit. conocer.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Algunos mss. antiguos agregan: y de Sidón
Lit., y
Fuente: La Biblia de las Américas
Tiro. Las palabras y de Sidón. parecen ser una asimilación de g Mat 15:21 y Mar 7:31.
7.24 Lit. conocer
Fuente: La Biblia Textual III Edición