Comentario de Marcos 8:30 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El les mandó enérgicamente que no hablasen a nadie acerca de él.
8:30 — Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno — No era tiempo todavía de que los discípulos comenzaran una “gran comisión”. Todavía les faltaba comprensión adecuada acerca del reino de Dios. Véase por ejemplo 9:11. Esta restricción había de durar hasta el tiempo señalado (9:9; Luc 24:46-49; Hch 1:4; Hch 1:8). El salir ahora los discípulos a proclamar la deidad de Jesús de Nazaret solamente resultaría en que muchos trataran de tomarle por fuerza y hacerle un rey terrenal, y en que el enemigo precipitara su crucifixión. Faltaba todavía enseñanza (ver. 31) y preparación para los discípulos. Faltaba todavía el desarrollo del plan de Dios (Hch 2:22-24). Hay sufrimiento por delante, y Jesús comienza a preparar a sus discípulos para ello.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mar 8:26; Mar 7:36; Mar 9:9; Mat 16:20; Luc 9:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La advertencia de Jesús de que no dijesen esto de él puede parecer extraña. Su explicación se basa en el hecho de que los judíos esperaban que el Mesías fuera un libertador político. La primera venida de Jesús venía acompañada de otro tipo de liberación: liberación del pecado. Jesús fue cuidadoso en no usar el nombre Mesías públicamente porque era mal interpretado por los judíos, sus líderes y las autoridades romanas.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
que no dijesen … a ninguno. La misión mesiánica de Jesús no puede ser entendida separadamente de la cruz, que los discípulos aun no entendían (cp. los vv. Mar 8:31-33; Mar 9:30-32). Para ellos, haber proclamado a Jesús como el Mesías habría solo aumentado el error de que este sería un líder político / militar. La reacción inmediata sería que los judíos, deseosos de librarse del yugo romano, tratarían de hacer rey a Jesús por la fuerza (Jua 6:15; cp. Mar 12:12-19).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
8:30 — Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno — No era tiempo todavía de que los discípulos comenzaran una “gran comisión”. Todavía les faltaba comprensión adecuada acerca del reino de Dios. Véase por ejemplo 9:11. Esta restricción había de durar hasta el tiempo señalado (9:9; Luc 24:46-49; Hch 1:4; Hch 1:8). El salir ahora los discípulos a proclamar la deidad de Jesús de Nazaret solamente resultaría en que muchos trataran de tomarle por fuerza y hacerle un rey terrenal, y en que el enemigo precipitara su crucifixión. Faltaba todavía enseñanza (ver. 31) y preparación para los discípulos. Faltaba todavía el desarrollo del plan de Dios (Hch 2:22-24). Hay sufrimiento por delante, y Jesús comienza a preparar a sus discípulos para ello.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Les mandó no es tan categórico como «les ordenó» (TLA, NVI) o «les mandó enérgicamente» (BJ). Esta última traducción es preferible porque expresa mejor el sentido del verbo griego. Que no dijeran esto de él a nadie: Aquí coincidimos totalmente con nuestras dos versiones base, las cuales dejan bien claro que lo que Jesús ordena a los discípulos no es que no le cuenten a la gente acerca de él —ya que Jesús era bien conocido—, sino que no le cuenten a nadie que él era el Mesías. Cometen este error de interpretación BJ, BA, e incluso DHH y NVI, que proponen una traducción más literal y que da lugar a confusión. Por ejemplo, NVI propone: «Que no hablaran a nadie acerca de él».
Reflexión bíblica y pastoral
Por alguna razón, la gente de Palestina no veía a Jesús como un candidato al título de Mesías. Los romanos, en cambio, tenían otra opinión, ya que más tarde lo crucificarían precisamente por considerarlo un postulante para ese puesto. Se pensaba que Jesús era un profeta como Juan el Bautista, Elías o algún otro, quien anunciaba el pronto advenimiento de la era mesiánica, un rol que ya de por sí era desestabilizador para el poder político de entonces, tanto el de Herodes como el de César. Marcos describe a Jesús precisamente así en Mar 1:14-15, pero los discípulos tenían en mente otra idea. Pedro, tentativamente, expresa la opinión del grupo cuando dice: “Tú eres el Cristo (Mesías)”. Sin embargo, hay algo que todavía no encaja en el rompecabezas teológico de los discípulos. Si Jesús es el Mesías, ¿por qué tiene entonces que sufrir y morir? Como veremos en la próxima sección, esto resulta impensable para ellos. Por eso, Jesús no muestra demasiado entusiasmo al oír la declaración de Pedro, pero sí les pide a los discípulos que no divulguen su contenido, ya que ellos no entienden cabalmente qué tipo de Mesías llegaría a ser. Seguramente, Jesús no quería que la gente se confundiera y esperara de él lo que nunca iba a darles, esto es, una liberación política de Roma. Por eso, ordena enérgicamente a los discípulos que no se lo cuenten a nadie.
Podríamos preguntarnos si acaso todavía algunos cristianos no esperan demasiado de Jesús o esperan lo que éste nunca va a darles. El nombre de Jesús se ha utilizado, y aún se utiliza, para justificar todo tipo de proyectos históricos, desde la prosperidad económica hasta la revolución. Al igual que en la Palestina del primer siglo, hay hoy, sin lugar a dudas, teologías para todos los gustos. En nuestro contexto latinoamericano, caracterizado por la opresión y la dependencia económica, ha sido relativamente sencillo para algunos cristianos pasar de la militancia social a la revolución armada, todo en el nombre del Cristo liberador. Sin duda que el Jesús histórico denunció todo tipo de opresión, incluso oponiéndose de manera enérgica al sistema del templo. Así y todo, no debemos olvidar que los Evangelios presentan un Jesús que rechazó categóricamente la revolución armada. De ahí que la idea de un Mesías bélico, como el que Pedro tenía en mente, no cuajaba con el pensamiento de Jesús. Es importante, imperativo aún, que los cristianos se manifiesten en contra de todo tipo de opresión y militen, social y políticamente, para tratar de mejorar e incluso cambiar las condiciones imperantes en nuestra sociedad. Sin embargo, no se puede justificar bíblicamente el uso de la revolución armada o de la guerra para realizar estos cambios. Si así fuera, convertiríamos a Jesús y su causa en lo que él nunca quiso: un Mesías guerrero y un mesianismo bélico. La acción de los cristianos deberá ser siempre pacífica, una oposición no violenta, pero oposición al fin. Aceptar el statu quo en nombre de un Jesús pacífico tampoco cabe. Basta recordar la oposición de Jesús a las autoridades religiosas, a los fariseos, y, sobre todo, su acción de purificación del templo. Imagino que el Jesús histórico se sentiría igualmente turbado al escuchar lo que algunos de sus seguidores están diciendo hoy día sobre él.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— no hablaran a nadie sobre él: Ver nota a Mar 1:34.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
e 390 Mat 16:20; Mar 9:9; Luc 9:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
que no hablaran de El a nadie. Véase coment. en Mt 16:20.
Fuente: La Biblia de las Américas
30 super (1) El Salvador-Esclavo no quería promocionarse a Sí mismo.