Biblia

Comentario de Marcos 10:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 10:32 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Estaban asombrados, y los que le seguían tenían miedo. Entonces, volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a declarar las cosas que le estaban por acontecer:

10:32 — Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo — Desde el Jordán, no muy lejos de Jericó (ver. 45), situado a unos 1200 pies debajo del nivel del mar, tuvieron que subir a Jerusalén, a unos 2500 pies sobre el nivel del mar, y todo esto dentro de unos 25 kilómetros.

Jesús lleva la delantera de esta marcha a su muerte en la cruz. Esto causa asombro de parte de los discípulos que siguen con miedo por él y por sí mismos, al contemplar la fuerte oposición de los judíos incrédulos que buscan la muerte del Señor (compárese Jua 11:8).

— Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer — Lo hace para seguir preparando a los doce para su mejor comprensión y su ministerio que les queda delante. Ciertas cosas han de acontecer porque Dios tiene el control (Luc 18:31; Hch 2:23; Hch 3:18). Los apóstoles necesitan saber de ello de antemano.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Y estaban en el camino. Mat 20:17; Luc 18:31.

y ellos se asombraron. Zac 3:8; Luc 9:51; Jua 11:8, Jua 11:16.

volviendo a tomar a los doce aparte. Mar 4:34; Mat 11:25; Mat 13:11; Luc 10:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jesús reveló por tercera vez su inminente muerte y resurrección cuando los discípulos caminaban por el camino hacia Jerusalén para la Pascua (véanse Mar 8:31; Mar 9:31 para sus enseñanzas anteriores sobre este tema). Como Jerusalén está en la colina, uno siempre va subiendo a Jerusalén al acercarse allí (Hch 11:2; Hch 21:4; Hch 25:1) y bajando al alejarse.

 PARA VIVIRLO

«Una cosa te falta»

Él era joven, tenía buenos modales, era bien educado y de buena posición. Era sincero, honesto e irreprochable. Quizás también tenía una gran personalidad y una hermosa sonrisa. Ciertamente Jesús lo encontró agradable; hasta trató de reclutarlo (Mar 10:21). Era el hombre que lo tenía todo, excepto la vida eterna. Y él podría haberla tenido. Todo lo que tenía que hacer era deshacerse de su dinero y seguir a Jesús.

Pero eso no pudo ser. En otra parte, Jesús había dicho que nadie puede servir a Dios y al dinero (Mat 6:24). Aquí estaba la clara demostración de este principio. Al venir a Jesús, el joven rico encontró una encrucijada en el camino. Tenía que escoger a quién seguir: al dinero o a Jesús. Aparentemente, escogió el dinero.

Jesús nunca condenó a la gente por tener riquezas. Tampoco las Escrituras condenan las posesiones o la acumulación de dinero. Pero Jesús advirtió a la gente sobre lo que Él llamó «el engaño de las riquezas» (Mar 4:19). Él comprendía la poderosa pero fatal atracción del dinero como un sustituto de Dios.

Jesús percibió esa tendencia en el joven rico. El joven ponía demasiado valor a sus riquezas. Así que Jesús le dijo que las repartiera, que fuera libre de sus ataduras. Cabe señalar que Jesús no le dio ese mismo consejo a cada persona rica que encontró en el camino. Pero fue un requerimiento para este joven rico.

Hay muchos jóvenes ricos hoy en día, personas que tienen o están por tener un buen caudal de dinero. Algunos son cristianos y algunos no lo son. Pero tarde o temprano, ellos deben responder la pregunta que este hombre hizo a Jesús: «¿qué haré para heredar la vida eterna?» (Mar 10:17.)

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

subiendo a Jerusalén. Desde Perea (vea la nota sobre el v.Mar 10:1), vía Jericó (v. Mar 10:46). Esta es la primera mención de Jerusalén como lugar de destino de Jesús. Debido a la elevación de Jerusalén (cerca de 777 metros sobre el nivel del mar), los viajeros siempre hablaban de subir a Jerusalén, sin importar desde que lugar en Israel hubieran partido. asombraron. De la absoluta determinación de Jesús de ir a Jerusalén (cp. Luc 9:51) a pesar de la muerte cruel que le esperaba allí (cp. los vv. Mar 10:32-34). le seguían. La sintaxis griega claramente sugiere que se trataba de un grupo distinto a los doce, probablemente peregrinos rumbo a Jerusalén por la Pascua. Sentían miedo porque se daban cuenta de que algo significante que ellos no entendían estaba a punto de suceder. los doce. Vea la nota sobre Mar 3:14.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La tercera y última predicación de su muerte y resurrección que Jesús dio a sus discípulos (cp. Mar 8:31; Mar 9:31). Esta es también la más detallada de las tres predicciones, mencionando específicamente que sería humillado (Mar 15:17-20; Luc 11:35-39), azotado (Mar 15:15) y contradicho (Mar 14:65; Mar 15:19).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:32 — Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo — Desde el Jordán, no muy lejos de Jericó (ver. 45), situado a unos 1200 pies debajo del nivel del mar, tuvieron que subir a Jerusalén, a unos 2500 pies sobre el nivel del mar, y todo esto dentro de unos 25 kilómetros.
Jesús lleva la delantera de esta marcha a su muerte en la cruz. Esto causa asombro de parte de los discípulos que siguen con miedo por él y por sí mismos, al contemplar la fuerte oposición de los judíos incrédulos que buscan la muerte del Señor (compárese Jua 11:8).
— Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer — Lo hace para seguir preparando a los doce para su mejor comprensión y su ministerio que les queda delante. Ciertas cosas han de acontecer porque Dios tiene el control (Luc 18:31; Hch 2:23; Hch 3:18). Los apóstoles necesitan saber de ello de antemano.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL DESENLACE INMINENTE

Marcos 10:32-34

Iban de camino hacia Jerusalén, y Jesús iba andando por delante de ellos. Los discípulos estaban sorprendidos y perplejos, y, conforme Le iban siguiendo, tenían miedo. Una vez más tomó consigo a los Doce, y empezó a decirles lo que Le iba a suceder.
-¡Fijaos! -les dijo-. Vamos subiendo hacia Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y maestros de la Ley, quienes Le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles, y harán burla de Él, y Le escupirán, y Le azotarán, y Le matarán. Y después de tres días resucitará.

Aquí tenemos un pasaje gráfico, tanto más gráfico cuanto es parco en palabras. Jesús y Sus hombres iban a entrar en la última escena. Jesús había decidido definitiva e irrevocablemente dirigirse a Jerusalén y a la Cruz. Marcos marca las etapas muy definidamente. Atrás quedó la retirada al Norte, al territorio en torno a Cesarea de Filipo. Luego había venido el viaje hacia el Sur, y la breve parada en Galilea. Después, el camino a Judasa, y el tiempo en las montañas y en Transjordania. Y ahora nos presenta la etapa final, el camino a Jerusalén.

Este pasaje nos dice algo acerca de Jesús.

(i) Nos presenta la soledad de Jesús. Iban recorriendo el camino, y El iba delante de Sus discípulos -solo. Y ellos estaban tan apesadumbrados y perplejos, tan sensibilizados por el ambiente de tragedia inminente, que tenían miedo de acercársele. Hay ciertas decisiones que una persona debe tomar a solas. Si Jesús hubiera tratado de compartir esta decisión con los Doce, su única aportación posible habría sido tratar de impedírselo. Hay ciertas cosas que uno ha de encarar a solas. Hay ciertas decisiones que se han de tomar, y ciertos caminos que se han de recorrer en la terrible soledad de la propia alma de la persona. Y sin embargo, en el sentido más profundo, hasta en estos momentos, o especialmente en estos momentos, uno no está totalmente solo, porque es cuando Dios está más cerca de él.
Aquí vemos la soledad esencial de Jesús, una soledad confortada por Dios.
(ii) Nos presenta el coraje de Jesús. Jesús les había predicho a Sus discípulos las cosas que habían de sucederle en Jerusalén; y, según nos cuenta Marcos estas advertencias, cada vez se hacían más abrumadoras y se les añadía algún detalle terrible más. La primera (Mr 8:31 ) fue un anuncio escueto. La segunda vez se presentaba la perspectiva de la traición (Mr 9:31 ). Y ahora, en la tercera, aparecen las burlas, las mofas y los azotes. Parecería que la escena se iba presentando cada vez más clara en la mente de Jesús conforme se iba adentrando en la conciencia del costo de la redención.

Hay dos clases de coraje. Está el coraje que es una especie de reacción instintiva, casi un acto reflejo: el valor de una persona que se enfrenta inesperadamente con una crisis frente a la que reacciona instintivamente con gallardía, sin tiempo apenas para pensar. Bastantes personas se han convertido en héroes en el albur y el ardor de un momento. También está el coraje del que ve el conflicto terrible que se le aproxima desde lejos, que tiene tiempo de sobra para retirarse y volverse atrás, que podría, si quisiera, evitar el conflicto, y que, sin embargo, sigue adelante. No hay duda cuál es el coraje superior -este consciente y deliberado encarar el futuro. Ese fue el coraje que mostró Jesús. Si no fuera posible otro veredicto superior, siempre sería verdad decir de El que figura a la cabeza de los héroes del mundo.

(iii) Nos presenta el magnetismo personal de Jesús. Está claro que hasta aquel tiempo los discípulos no sabían lo que estaba pasando. Estaban seguros de que Jesús era el Mesías. Estaban igualmente seguros de que El iba a morir. Para ellos estos dos Hechos no tenían sentido juntos. Estaban totalmente desconcertados, y sin embargo seguían a Jesús. Para ellos todo estaba oscuro, excepto una cosa: que amaban a Jesús y que, aunque quisieran, no Le podían dejar. Habían aprendido algo que pertenece a la misma esencia de la vida y de la fe: amaban tanto que estaban dispuestos a aceptar lo que no podían entender.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Jesús anuncia su muerte por tercera vez (Mar 10:32-34)

Análisis de discurso

Esta es la tercera vez que Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, luego de hacerlo en Mar 8:31 y Mar 9:31. Ahora se describe los sufrimientos de Jesús con más en detalle, casi diríamos que se le proporciona al lector una especie de bosquejo de lo que sucederá en los próximos capítulos. Por ejemplo, se nos dice que el Hijo del hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas. Más adelante, Judas cumple este rol de “entregador” (Mar 14:10, Mar 14:44). Luego se dice que será condenado a muerte, lo cual sucede en Mar 14:64. La entrega a los gentiles es la entrega a los romanos, que sucede en Mar 15:1. Luego siguen los detalles del juicio y de la crucifixión, cuando Jesús es humillado, azotado, escupido y, finalmente, muerto. Todo esto está perfectamente descrito en los capítulos Mar 14:1-72 y Mar 15:1-47. Y, por supuesto, también su resurrección, en el capítulo Mar 16:1-20.

Jesús recopila aquí —de manera similar a Mar 8:17-21, cuando hizo una especie de recopilación de las dos multiplicaciones de los panes y los pescados—lo que había anunciado antes, pero ahora con más detalles. La reacción de los discípulos ante este nuevo anuncio es similar a la reacción de ellos en Mar 8:21 : una total falta de comprensión. Jesús, claramente y con lujo de detalles, anuncia su muerte y resurrección. Sin embargo, Santiago y Juan tienen su vista puesta en sus propios privilegios y poder en el reino futuro, como se ve en los versículos Mar 10:35-45.

TÍTULO: El título más lógico y más coherente con los otros dos anuncios previos es “Jesús anuncia su muerte por tercera vez.”

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Subiendo: La mayor altura de Jerusalén respecto al resto del país demandaba a la gente subir cuando se dirigía hacia allí. La expresión también connotaba el carácter sagrado de la ciudad, por ser el lugar donde se encontraba el templo de Yavé, al que sólo era posible “subir” para rendir culto. En este versículo encontramos dos grupos de personas. Uno está formado por Jesús y sus discípulos, y el otro, por la gente que les seguía. Sin embargo, RV95, apoyándose en el TR, sólo menciona un grupo, el de Jesús y sus discípulos, quienes en esta versión son sujeto de los verbos que se traducen asombrados y con miedo. Sin embargo, el texto del GNT identifica claramente a los discípulos como sujeto del verbo “asombrar”, y a la gente que les seguía, como sujeto del verbo efobunto, “estar llenos de miedo”, que, significativamente, volverá a aparecer en Mar 16:8. TLA realiza una buena traducción que tiene en cuenta esta diferencia, la cual todas las demás versiones también notan.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

j 494 Mar 8:31; Mar 9:31; Luc 9:22; Luc 18:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

subiendo a Jerusalén. Salieron de Perea, que estaba bajo el nivel del mar, y subieron a Jerusalén que se encuentra a más de 757 m sobre el nivel del mar.

estaban perplejos…tenían miedo. Así estaban los seguidores de Jesús al pensar que tendrían que enfrentarse a los enemigos del Señor en Jerusalén (Jn 11:8).

Fuente: La Biblia de las Américas

subiendo a Jerusalén. Jerusalén está a más de 800 m. sobre el nivel del mar. La ruta probable que seguían era el valle del Jordán, más bajo que el nivel del mar, y desde allí iban subiendo a Jerusalén.

se asombraron. De la determinación de Jesús de ir a Jerusalén.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

iba… Lit. estaba yendo; seguían… Lit. siguen; a los doce… M↓ añaden aparte.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T37 En este versículo, donde οἱ δέ no indica un cambio de sujeto (la variante con οἱ δέ tal vez deba ser rechazada en favor de καί). [Editor. En verdad, el artículo οἱ parece necesario para indicar que el participio ἀκολουθοῦντες es atributivo.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. estaba yendo.

10.32 Lit. siguen.

10.32 M i añaden aparte.

10.32 Lit. están.

Fuente: La Biblia Textual III Edición