Comentario de Marcos 12:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

David mismo le llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su hijo? Y la gran multitud le escuchaba con gusto.

12:37 — David mismo le llama Señor; ¿cómo (o, de dónde) , pues, es su hijo? — Jesús repite la pregunta del ver. 35, nada más que allí emplea el adverbio “cómo” y aquí el adverbio que literalmente significa “de dónde” (ASV, VPB, LAC — margen, VHA, etc.). Su pregunta ruega que los escribas expliquen el origen del Mesías; ¿de dónde es que sea tanto el Señor como el hijo de David? Los escribas (como los modernistas de hoy) no pueden contestar la pregunta sin la comprensión de que el Mesías es el eterno y poderoso Señor que viene al mundo por conducto de una virgen del linaje de David. El Mesías creó a David, siendo el Señor de David; es el hijo de David por descendencia en la carne. El Mesías es a la vez superior e inferior, Soberano e hijo. Es de naturaleza dual: divino y humano (Jua 1:14; Flp 2:6-7; Heb 10:5).

Según Mateo (22:46), “nadie le podía responder palabra”. No podían porque su concepto del Mesías se limitaba al hecho de que el Mesías sería el hijo de David en descendencia, y por eso solamente humano. Omitían la verdad adicional de que él sería el Señor de David (El Mesías vivía en el tiempo de David y era su Señor). El mismo problema lo tienen los racionalistas o modernistas de hoy.

— Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana — De momento la gente en el templo siente gozo al oír las explicaciones de Jesús como también su trato con los líderes políticos y religiosos de la nación. (Pronto muchos de ellos estarán gritando, “crucifíquele”. Véase 15:8-14).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pues, es su hijo. Mat 1:23; Rom 1:3, Rom 1:4; Rom 9:5; 1Ti 3:16; Apo 22:16.

gran multitud del pueblo le oía. Mat 11:5, Mat 11:25; Mat 21:46; Luc 19:48; Luc 21:38; Jua 7:46-49; Stg 2:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David mismo le llama Señor. Jesús interpretó para los fariseos el Sal 110:1. David jamás habría llamado Señor a uno de sus descendientes. Por esto podemos decir que el Mesías es algo más que el «Hijo de David». Él es también el «Hijo de Dios». Jesús estaba proclamando la deidad del Mesías y, por consiguiente, la suya misma (cp. Rom 1:3; 2Ti 2:8; vea la nota sobre Mat 22:45). pueblo. La multitud que observaba esta confrontación entre Jesús y los líderes religiosos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:37 — David mismo le llama Señor; ¿cómo (o, de dónde) , pues, es su hijo? – Jesús repite la pregunta del ver. 35, nada más que allí emplea el adverbio “cómo” y aquí el adverbio que literalmente significa “de dónde” (ASV, VPB, LAC – margen, VHA, etc.). Su pregunta ruega que los escribas expliquen el origen del Mesías; ¿de dónde es que sea tanto el Señor como el hijo de David? Los escribas (como los modernistas de hoy) no pueden contestar la pregunta sin la comprensión de que el Mesías es el eterno y poderoso Señor que viene al mundo por conducto de una virgen del linaje de David. El Mesías creó a David, siendo el Señor de David; es el hijo de David por descendencia en la carne. El Mesías es a la vez superior e inferior, Soberano e hijo. Es de naturaleza dual: divino y humano (Jua 1:14; Flp 2:6-7; Heb 10:5).
Según Mateo (22:46), “nadie le podía responder palabra”. No podían porque su concepto del Mesías se limitaba al hecho de que el Mesías sería el hijo de David en descendencia, y por eso solamente humano. Omitían la verdad adicional de que él sería el Señor de David (El Mesías vivía en el tiempo de David y era su Señor). El mismo problema lo tienen los racionalistas o modernistas de hoy.
— Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana – De momento la gente en el templo siente gozo al oír las explicaciones de Jesús como también su trato con los líderes políticos y religiosos de la nación. (Pronto muchos de ellos estarán gritando, “crucifíquele”. Véase 15:8-14).

Fuente: Notas Reeves-Partain

IDEA EQUIVOCADA DE LA RELIGIÓN

Marcos 12:37b-40

Toda la gente sencilla que había allí Le escuchaba deleitada. Y en Su enseñanza les decía:
-Cuidado con los maestros de la Ley, que se pirran por ir por ahí con ropajes solemnes, y les encantan los saludos en los mercados y los asientos delanteros en la sinagoga, y los sitios de más honor en las comidas; hombres que devoran las casas de las viudas, y que, ostentosamente, hacen oraciones interminables. Estos serán los que reciban una condenación más severa.

La primera frase de este pasaje, lo más probable es que vaya con lo que la sigue, y no con el pasaje anterior, como aparece en la Reina-Valera. Las divisiones en versículos del Nuevo Testamento las introdujo en primer lugar Stephanus en el siglo XVI. Se dice que las puso mientras iba cabalgando desde su casa a su imprenta. No son siempre las divisiones más convenientes ni mucho menos, y este parece ser uno de los cambios que se hacen necesarios. Es mucho más probable que la masa de gente Le escuchara con deleite una denuncia de los escribas que un argumento teológico. Hay algunas mentes para las que lo más divertido es que se metan con los de arriba.

En este pasaje Jesús hace una serie de acusaciones contra los escribas. Les gustaba andar por ahí con ropas solemnes. Un ropaje largo, que se mecía al andar, era una señal de dignidad. Era la clase de atuendo en que uno no podía ni correr ni trabajar, y era la señal del ocioso honorable. Puede ser que la frase tenga otro significado. Obedeciendo Nm 15:38 , los judíos usaban pompones en los bordes de sus túnicas exteriores, que tenían por objeto recordarles que pertenecían al pueblo de Dios. Posiblemente estos expertos legales llevaban borlas externas de un tamaño desmesurado (Cf. Mt 23:5 ). En todo caso, les gustaba llamar la atención.

Les encantaban los saludos en el mercado. Les encantaba que los saludaran con respeto y admiración. El mismo título rabbí quiere decir «mi grande.» El que se dirigieran a ellos de esa manera satisfacía su vanidad.

Les encantaban los asientos delanteros de las sinagogas. En la sinagoga, delante del arca donde se guardaban los volúmenes sagrados, había un banco mirando a la congregación en el que se sentaban personas especialmente distinguidas. Tenía la ventaja de que ninguno de los que se sentaran allí pasaría inadvertido, sino que estaba bien a la vista de la admirada congregación.
Les encantaban los lugares más honorables en las fiestas. Los asientos en los banquetes se fijaban rigurosamente. El primer lugar estaba a la mano derecha del anfitrión; el segundo, a su izquierda, y así, alternativamente, a derecha y a izquierda alrededor de la mesa. Era muy fácil decir el honor en que se tenía al hombre por el lugar que ocupaba.
Devoraban las casa de las viudas. Esa era una acusación imponente. Josefo, que era fariseo, dice de algunos tiempos de intriga en la historia judía que «los fariseos se valoraban altamente por su habilidad extraordinaria en lo referente a la ley de sus antepasados, y hacían creer a la gente que ellos, los fariseos, eran especialmente apreciados por Dios,» y que «engatusaban» a ciertas mujeres en sus maquinaciones y conjuras. La idea que hay detrás de esto parece ser que un maestro de la Ley no podía recibir ninguna paga por su enseñanza. Se suponía que tenía una profesión secular en la que se ganaba la vida. Pero estos expertos legales se las arreglaban para convencer a la gente de que no había obligación ni privilegio más altos que el mantener a un rabino cómodamente, y que de hecho tal sostenimiento les granjeaba un puesto más elevado en la academia celestial. Es un hecho lamentable que muchas veces se han aprovechado de las mujeres los charlatanes religiosos, y parecería que estos escribas y fariseos le’ exigían a la gente sencilla que los mantuviera.

Las oraciones interminables de los escribas y fariseos eran célebres. Se ha dicho que las oraciones no se Le ofrecían tanto a Dios como a la audiencia. Se hacían en lugares y maneras que nadie pudiera por menos de ver, constatando lo piadosos que eran los orantes.
Estas palabras, entre las más serias de todas las de Jesús, advierten de tres cosas.
(i) Advierten contra el deseo de la prominencia. Sigue siendo verdad que muchas personas aceptan un puesto en la iglesia porque creen que se lo han ganado, más bien que porque deseen prestar un servicio desinteresado a la casa y al servicio de Dios. Algunos puede que todavía consideren una posición en la iglesia como un privilegio más que como una responsabilidad.
(ii) Advierten contra el deseo de deferencia. A casi todo el mundo le gusta que se le trate con respeto. Y, sin embargo, uno de los Hechos fundamentales del Cristianismo es que debería hacer que una persona pasara inadvertida más bien que admirada. Se cuenta una historia de un monje de la antigüedad, un santo varón al que enviaron como abad a un monasterio. Parecía una persona tan humilde que, cuando llegó, le mandaron a trabajar en la cocina como pinche, porque no le habían reconocido. Sin proferir ninguna palabra de protesta ni hacer el menor intento para que se le reconociera su posición, fue a fregar los cacharros y a hacer los trabajos más humildes. Fue solamente cuando llegó el obispo, considerablemente después, cuando el humilde monje pudo asumir su posición. El que se incorpora a un puesto por el respeto que se le tendrá empieza equivocadamente, y no puede, a menos que cambie, ser en ningún sentido, el siervo de Cristo y de sus semejantes.

(iii) Advierten contra el peligro de convertir la religión en un negocio. Todavía es posible usar las relaciones religiosas para aprovecharse y elevarse. Pero esta es una advertencia para todos los que están en la iglesia por lo que puedan sacar y no por lo que puedan aportar.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Luc 19:48.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

u 607 Rom 1:3; Rev 22:16

v 608 Luc 19:48; Luc 21:38

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

37 (1) En el tipo, el cordero pascual era examinado cuatro días antes de ser inmolado (Éxo_12:3-6). El Salvador-Esclavo también, como el verdadero Cordero pascual ( 1Co_5:7), fue examinado cuatro días antes de ser muerto. Llegó a Betania seis días antes de la Pascua ( Jua_12:1 ; Mar_11:1). Al día siguiente entró en Jerusalén y regresó a Betania ( Jua_12:12 ; Mar_11:11). El tercer día fue otra vez a Jerusalén (11:12-15) y comenzó a ser examinado por los líderes de los judíos, según la ley judía (11:27-12:37; 14:53-65; Jua_18:13 , Jua_18:19-24) y por Pilato, el gobernador romano, según la ley romana ( Jua_18:28 -19:6; véase la nota 1 (2) de Mr 15). Fue examinado hasta el día de la Pascua, cuando fue crucificado (14:12; Jua_18:28 ; véase la nota 12 (2) de Mr 14). Esta examinación insidiosa y capciosa, que provino de muchas direcciones, duró exactamente cuatro días, y El pasó la prueba, lo cual comprobó que El llenaba todos los requisitos para ser el Cordero que Dios requirió para cumplir Su redención, y sobre esta base El pasó por encima de los pecadores, tanto los judíos como los gentiles. Véanse las notas 1 (2) del cap.15, 2 (1) de Mt 26, y 13 (1) de Jn 18.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro