Biblia

Comentario de Marcos 14:72 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Marcos 14:72 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y en seguida cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de la palabra, como Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, tú me negarás tres veces.” Y pensando en esto, lloraba.

14:72

— Y el gallo cantó la segunda vez — Algunos eruditos identifican la hora como de las tres de la mañana. Mateo y Lucas revelan lo mismo, sin mencionar dos cantos del gallo. El canto del gallo al cual ellos se refieren es este segundo que Marcos ahora detalla.

— Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba — Al oír al gallo cantar esta vez, Pedro se acuerda de las palabras del Señor y reconoce que ha cumplido esa profecía de Jesús. Contemplando su cobardía y conducta vergonzosa, comienza a llorar “amargamente” (Mat 26:75; Luc 22:62), y sigue llorando. Lo que contribuye también a este cambio de mente es la mirada que, en el momento de cantar el gallo, le dio el Señor (Luc 22:60). (Aparentemente en ese momento le llevaban a Jesús de la sala del juicio abajo por el patio, ya terminado el juicio).

Ya sale el miedo y entra el remordimiento en Pedro. Su conciencia le lastima fuertemente. Se arrepiente (Luc 22:32, “una vez vuelto”). Por contraste, Judas se suicidó.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

el gallo cantó la segunda vez. Mar 14:30, Mar 14:68; Mat 26:34, Mat 26:74.

y Pedro se acordó de las palabras de Jesús. 2Sa 24:10; Sal 119:59, Sal 119:60; Jer 31:18-20; Eze 16:63; Eze 36:31; Luc 15:17-19; Luc 22:60.

Y pensando en esto, lloraba. Eze 7:16; Mat 26:75; Luc 22:62; 2Co 7:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

14:72 — Y el gallo cantó la segunda vez — Algunos eruditos identifican la hora como de las tres de la mañana. Mateo y Lucas revelan lo mismo, sin mencionar dos cantos del gallo. El canto del gallo al cual ellos se refieren es este segundo que Marcos ahora detalla.
— Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba — Al oír al gallo cantar esta vez, Pedro se acuerda de las palabras del Señor y reconoce que ha cumplido esa profecía de Jesús. Contemplando su cobardía y conducta vergonzosa, comienza a llorar “amargamente” (Mat 26:75; Luc 22:62), y sigue llorando. Lo que contribuye también a este cambio de mente es la mirada que, en el momento de cantar el gallo, le dio el Señor (Luc 22:60). (Aparentemente en ese momento le llevaban a Jesús de la sala del juicio abajo por el patio, ya terminado el juicio).
Ya sale el miedo y entra el remordimiento en Pedro. Su conciencia le lastima fuertemente. Se arrepiente (Luc 22:32, “una vez vuelto”). Por contraste, Judas se suicidó.

Fuente: Notas Reeves-Partain

«En ese momento» (TLA) traduce la palabra griega euthus, “inmediatamente”, tan típica de Marcos y que, no obstante, RV95 omite por no encontrarse en el TR. Y pensando en esto, lloraba: Esta frase trata de traducir la expresión griega kai epibalōn eklaien, la cual podría traducirse también como “y cubriéndose la cara con las manos, lloraba”, o “cubriéndose con el manto, lloraba”, o “tirándose al suelo, lloraba”. TLA propone «se puso a llorar con mucha tristeza». Por nuestra parte, sugerimos: “Y se puso a llorar desconsoladamente”.

Reflexión bíblica y pastoral

Hablábamos anteriormente del instinto de conservación. Todos los seres humanos lo tenemos, unos más desarrollados que otros. Es un instinto reflejo cuya manifestación no podemos controlar, pues sólo sale a relucir cuando nuestra vida está en peligro. Sin embargo, cuando está en juego algo que consideramos mayor que nuestra vida, es posible dominarlo e ir en contra de sus dictados. Aquellos que somos padres o madres sabemos lo que esto significa. También lo saben los servidores públicos, los bomberos, policías, médicos, asistentes sociales, y otros tantos que ponen en juego su vida por el prójimo. Sólo un sentimiento profundo hacia otro ser humano puede anular el instinto de conservación, que es, por definición, un instinto egoísta.

El instinto de conservación estaba presente en Getsemaní mientras Jesús rezaba para no tener que beber, si fuera posible, el trago amargo de la muerte. Sin embargo, su amor por los discípulos, su solidaridad con los oprimidos y su deseo de hacer la voluntad de Dios prevalecieron. Siguió adelante y enfrentó la cruz, en lugar de huir al desierto de Judea y esconderse donde ni las autoridades romanas ni las del templo hubieran podido jamás encontrarlo.

Pedro también tuvo la oportunidad de vencer el instinto de conservación, pero en su caso éste prevaleció. Así, el mismo que alguna vez había sido capaz de decir “tú eres el Mesías”, ahora dice: “No lo conozco, no sé de qué me hablas”. Es posible que Pedro, como antes Judas, estuviera decepcionado por la manera en que los acontecimientos se iban sucediendo. Es obvio que él también tenía otra idea respecto a qué tipo de Mesías debía ser Jesús, y por eso esperaba una victoria rotunda y visible sobre las fuerzas del mal. No obstante, aquí parece estar sucediendo lo opuesto. Jesús es juzgado por un tribunal que ha decidido de antemano su suerte. ¿Dónde están ahora las promesas de Jesús de un nuevo mundo, del reino de Dios? Lo único que Pedro puede ver es el reino del mal. Por eso, en la noche previa a la crucifixión, decide que la causa no justifica los riesgos. Valora más su vida que la de su maestro y niega conocer a éste no sólo una, sino tres veces. Aquel sentimiento de amor y solidaridad que un día le llevaría a él también a recorrer el camino de la cruz no era todavía lo suficientemente fuerte como para vencer el innato instinto de conservación de su propio pellejo.

Sin duda, Pedro se comportó como un auténtico cobarde, pero ¿podemos culparlo? ¿Qué hubiéramos hecho nosotros en su lugar? Responder esta pregunta no es fácil. Es, más bien, imposible, puesto que la respuesta sólo es posible cuando nuestra fe es probada por una situación similar. Las teorías abstractas sobre el amor y la valentía, el coraje y la abnegación no sirven. Sólo sirve el amor que se materializa, no el que se piensa; la fe que se vive, no la que se imagina. Lo único que podemos hacer es pedirle a Dios que nos libre de situaciones semejantes, y si esto no es posible, que nos dé la fuerza necesaria para saber qué hacer en el momento en que la fe y la supervivencia entran en conflicto. Sabemos lo que hizo Jesús. También sabemos lo que hizo Pedro. Sólo Dios sabe qué haremos nosotros. Quizás muchos de nosotros tengamos que llorar como Pedro y reconocer nuestra falta de lealtad al Crucificado. Quizás, por la gracia de Dios, algunos podamos permanecer fieles a Jesús en medio de persecuciones, de hostigamientos, o, simplemente, de las complejidades de la vida moderna. En cualquier caso, será Dios quien nos levante del pozo de la negación o nos sostenga en el camino del compromiso. Es su presencia la que nos restaura o nos alienta. El fin de la historia, como el principio, pertenece a Dios.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mar 14:30 y par.; Jua 13:38.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

t 785 Luc 22:61; Jua 18:27

u 786 Mat 26:34; Mar 14:30; Luc 22:34; Jua 13:38

v 787 2Co 7:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

cantó… Lit. dio voces.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R885 Ἔκλαιεν se usa como un imperfecto de ingreso: comenzó a llorar.

TGr71 y sig. El participio ἐπιβάλων tiene un sentido intransitivo. Pedro se empujó (βάλλω) a sí mismo hacia adelante (ἐπί). Tal vez se tiró al piso (C. H. Turner); pero es más probable que se lanzara hacia afuera, porque así fue como Mateo decidió interpretar esto.

T137 Ὡς se usa aquí como ὅτι: que.

BD308 Teofilacto y Eutimio interpretan correctamente la palabra ἐπιβάλων como ἀρξάμενος; por tanto, comenzó a llorar. [Editor. El apoyo más fuerte de los manuscritos incluye a ἐπιβάλων en el texto. Los manuscritos posteriores incluyen a ἀρξάμενος y ἤξατο para tratar de simplificar el texto. Esto no es necesario, ya que ἐπιβάλων puede entenderse con un significado válido; comp. TGr71.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., la palabra

O, pensando en esto, lloraba; o, saliendo rápidamente, se echó a llorar

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. dio voces.

Fuente: La Biblia Textual III Edición