Comentario de Lucas 3:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo,
3:15 Como el pueblo estaba en expectativa, — del advenimiento del Mesías. El yugo de Roma era muy pesada, y la corrupción de los fariseos, escribas, saduceos, sacerdotes y herodianos producían en el pueblo un fuerte deseo y anhelo por la venida del Mesías. Al observar que tan sinceramente anhelaban la venida de Cristo, debemos preguntarnos qué tan ansiosamente estamos esperando la segunda venida de Cristo. ¿Estamos “en expectativa” como aquellos judíos del primer siglo antes de venir Cristo la primera vez? 2Ti 4:8; Apo 22:20. Jesús describe la condición de los que no aman su venida. Mat 24:37-39. Pablo dice que la venida de Cristo será para los no preparados como los dolores de parto. 1Ts 5:1-5. Los hijos de luz están “en expectativa” de la venida del Señor y cuando venga no estarán llenos de terror; más bien, anhelan su venida. Están listos, preparados, sabiendo que les espera la corona de vida.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el pueblo estaba con expectativa. Jua 10:24.
y preguntándose todos en sus corazones. Jua 1:19; Jua 3:28, Jua 3:29.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
uno más poderoso que yo: Esta es la primera mención directa que Juan hace de Jesús. El bautismo de Juan era menor comparado con el que vendría de Jesús, que traería al Espíritu Santo y fuego (Mat 3:11). Estas dos facetas de la obra de Cristo se relacionan con la primera y la Segunda Venida. Se habla del bautismo en el Espíritu Santo en siete ocasiones en el NT. cuatro de ellas en los Evangelios (Mat 3:11; Mar 1:8; Jua 1:33), dos en Hechos (Hch 1:5; Hch 11:16) y una en las epístolas (1Co 12:13). Como resultado de la obra de Cristo en la primera venida, se pone a los creyentes en una familia (1Co 12:13) y se los encomienda al cuidado del Espíritu Santo. Cuando Cristo venga por segunda vez, vendrá con el fuego del juicio. Nótese que, en los Evangelios, dos de los cuatro pasajes que hablan de la hipocresía también mencionan el fuego del juicio. La paja se refiere a cáscara inútil del grano que se separaba del trigo con el aventador, una pala de madera en forma de tridente utilizada para levantar al trigo hacia el viento. La paja se quema, lo que representa a los que sufren el juicio. El fuego que nunca se apagará indica la naturaleza total del juicio.
EN COMPARACIÓN
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De la derrota a la victoria: Adán y Jesús enfrentan la tentación
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1Jn 2:16
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Primer Adán Génesis Gén 3:6
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Segundo Adán—Cristo Luc 4:1-13
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«deseos de la carne»
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«el árbol era bueno para comer»
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«di a esta piedra que se convierta en pan»
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«deseos de los ojos»
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«era agradable a los ojos»
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«el diablo … le mostró … todos los reinos de la tierra»
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«vanagloria de la vida»
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«árbol codiciable para alcanzar la sabiduría»
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«échate de aquí abajo»
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
3:15 Como el pueblo estaba en expectativa, – del advenimiento del Mesías. El yugo de Roma era muy pesada, y la corrupción de los fariseos, escribas, saduceos, sacerdotes y herodianos producían en el pueblo un fuerte deseo y anhelo por la venida del Mesías. Al observar que tan sinceramente anhelaban la venida de Cristo, debemos preguntarnos qué tan ansiosamente estamos esperando la segunda venida de Cristo. ¿Estamos “en expectativa” como aquellos judíos del primer siglo antes de venir Cristo la primera vez? 2Ti 4:8; Apo 22:20.
Jesús describe la condición de los que no aman su venida. Mat 24:37-39. Pablo dice que la venida de Cristo será para los no preparados como los dolores de parto. 1Ts 5:1-5. Los hijos de luz están “en expectativa” de la venida del Señor y cuando venga no estarán llenos de terror; más bien, anhelan su venida. Están listos, preparados, sabiendo que les espera la corona de vida.
Todos pueden medir su fe y esperanza por medio de este pensamiento: ¿En verdad amamos la venida del Señor y estamos “en expectativa” de su retorno? ¿o estamos pensando “ojalá que no venga ahora porque todavía no estoy preparado”?
— preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, — Compárese Jua 1:19-34. Juan llevaba a cabo una gran reformación. Llevaba una vida consagrada y predicaba un mensaje fuerte y exigente. Por eso, algunos creían que aunque no hacía milagros tal vez él era el Cristo. Jesús habló de la “restauración” efectuada por Juan. Mat 17:11-13.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 2:11; Luc 2:26; Luc 4:41; Mat 1:16-17; Mat 2:4; Mat 16:16; Mar 1:1; Mar 8:29; Jua 1:19-20; Jua 3:28.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
r 191 Jua 1:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
si no sería él el Cristo. Había muchas y variadas expectaciones del Mesías entre los judíos en el siglo I a.C. Algunos esperaban dos Mesías. Otros esperaban nuevamente a Elías o a un líder como Moisés, como antecesores del Mesías (cp. Mal 4:5). La confusión expresada aquí estaba bien fundamentada (Jn 1:19– 25). La predicación profética de Juan el Bautista, lógicamente hizo que muchos especularan, ya que la aparición de un profeta era asociada con la llegada del Mesías.
Fuente: La Biblia de las Américas
15 (1) Esperaban saber si Juan sería el Cristo, el Mesías ( Jua_1:19-27).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
en expectativa de la venida del Mesías.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Aprendemos en estos versículos, en primer lugar, que uno de los dos de las tareas del buen ministro es hacer que los hombres se dediquen más á la meditación. Leemos acerca de los oyentes de Juan el Bautista, que «estaban esperando y pensando todos de Juan en sus corazones si él fuese el Cristo..
La causa de la religión verdadera habrá dado un gran paso hacia adelante en la parroquia, congregación ó familia, si los miembros de estas empiezan tan solo á pensar. La indiferencia en las materias espirituales es uno de los distintivos del impenitente. No puede decirse de este muchas veces que le agrade ó le desagrade el Evangelio; más no le da lugar en sus pensamientos: nunca examina.
Debemos siempre dar gracias á Dios cuando vemos que la reflexión empieza á ocupar la mente de algún impenitente. La investigación es el camino real que conduce á la conversión. La verdad de Cristo nada tiene que temer del examen concienzudo. El que esto escribe patrocina la investigación y desea ocupe el lugar que merece. El sabe bien que ella basta para satisfacer todas las exigencias del corazón y de la conciencia del hombre, y que los que no reconocen esto, no la entienden. Pensar, sin duda, no es tener fe o arrepentimiento. Más siempre es un síntoma favorable cuando los oyentes del Evangelio empiezan á «pensar en sus corazones» debemos bendecir á Dios y llenarnos de esperanza.
Se nos enseña en segundo lugar, en estos versículos, que el ministro fiel ensalza siempre á Cristo. Leemos que cuando Juan percibió el estado mental en que se hallaban sus oyentes, les habló de la venida de un Maestro mucho más poderoso que él. Rehusó el que el pueblo estaba inclinado á tributarle, y los encaminó á que tenia el «aventador en su mano,» el Cordero de Dios, al Mesías. Esta debe ser siempre la conducta del verdadero «hombre de Dios.» El no puede jamás permitir que se le de, por ningún motivo, el honor que corresponde á su divino Maestro. Está dispuesto á decir como S. Pablo: «No me predico á mí mismo, sino á Jesucristo el Señor, y yo siervo vuestro por amor de Jesús.» 2Co 4:5. Dar loor á Jesucristo por haber muerto y resucitado por el impío; hacer conocer su amor para con los pecadores y su poder para salvarlos, he aquí el objeto principal del ministro del Evangelio. «Á El conviene crecer más á mí decrecer» es el principio que debe guiarlo en todos sus sermones. No importa que su nombre sea arrojado al olvido con tal que Cristo crucificado sea ensalzado.
¿Deseamos saber si algún ministro es puro en la fe, y merece nuestra confianza como guía espiritual? Solo tenemos que hacer esta sencilla pregunta: ¿Qué dice de Cristo? ¿Deseamos saber si nosotros mismos estamos recibiendo provecho de los sermones que oímos? Preguntémonos si su efecto es engrandecer á Cristo en nuestra estimación. El ministro que predica en edificación nuestra nos hará pensar más y más en Jesús.
Estos versículos nos enseñan, en tercer lugar, que hay una diferencia esencial entre él Señor Jesús y aun los mejores y más justos de Sus ministros.
Percibírnosla en las palabras solemnes de Juan el Bautista: «Yo, á la verdad, os bautizo con agua: él os bautizará con el Espíritu Santo..
Un hombre que ha sido ordenado, puede administrar los ritos externos del Cristianismo, con la esperanza de que Dios bendecirá benignamente aquellas formas que él mismo ha ordenado; más ese hombre no puede leer los corazones. Puede predicar lealmente el Evangelio á los oídos exteriores, pero no puede hacer que el corazón lo acepte. Puede aplicar al cuerpo el agua del bautismo, más no puede purificar el interior. Puede poner en los labios el pan y el vino de la cena del Señor, más no puede hacer á nadie digno según la fe de comer el cuerpo, y de beber la sangre de Cristo. Puede llegar hasta cierto punto, pero no más allá. Ninguna ordenación, por sagrada que se considere, puede dar á nadie la facultad de cambiar el corazón. Solamente Cristo, gran Cabeza de la Iglesia, puede hacer esto por medio del Espíritu Santo; y el no ha delegado su poder á ningún hombre.
¡Quiera Dios que nunca nos sintamos tranquilos hasta tanto hayamos experimentado el poder de la gracia de Cristo! Bien que hayamos sido bautizados con agua; ¿lo hemos sido también con el Espíritu Santo? Bien que nuestros nombres aparezcan en el registro de bautismo; ¿aparecen también en el libro de la vida? Bien que seamos miembros de la iglesia visible; ¿lo somos también de aquel cuerpo místico, del cual solo Cristo es la cabeza? Todas estas son mercedes que solo Cristo otorga, y por las cuales, preciso es que todos los que quisieren salvarse acudan en persona a El. El hombre no puede concederlas. Son tesoros depositados en manos de Cristo: es preciso que de él las solicitemos con fe y oración.
Aprendamos, en cuarto lugar, en estos versículos, el cambio que Cristo hará en Su iglesia visible, cuando aparezca la segunda vez. Según las palabras figuradas de su precursor, «él limpiará su era, y, trigo en su alfolí; y quemará la paja en fuego que nunca se apagará..
La iglesia visible es al presente en cuerpo heterogéneo. Creyentes y no creyentes, justos é injustos, convertidos é impenitentes, todos están mezclados en cada congregación; y muchas veces se sientan juntos. El hombre no tiene la facultad de distinguirlos, las falsas protestas son á menudo tan semejantes á las verdaderas, y la fe es a menudo tan débil, que la distinción es en muchos casos imposible. El trigo y la paja continuarán juntos hasta que el Señor venga.
Más en el último día habrá una separación solemne. El infalible rey de reyes separará el trigo de la paja, y la separación será eterna. Los justos serán congregados en un lugar de gloria y felicidad. Los impíos serán condenados á la deshonra y al oprobio sempiternos. En el gran día de la separación, cada uno irá al lugar que le corresponde. ¡Pluguiese á Dios que dirigiésemos nuestras miradas hacia ese día, y nos juzgásemos á nosotros mismos para no ser juzgados por el Señor! Hagamos cuanto esté á nuestro alcance para que nuestra vocación y elección sean seguras, y para saber si somos el » trigo » de Dios.
Estos versículos nos enseñan, finalmente, que muchas veces los siervos de Dios no reciben su recompensa en este mundo. San Lucas concluye la reseña de los servicios de Juan el Bautista con su prisión por orden de Herodes. Otros pasajes del Nuevo Testamento nos dicen como terminó esa prisión: Juan fue decapitado.
Todos los verdaderos siervos de Dios deben contentarse con la esperanza de la recompensa. El mejor galardón les está reservado para la otra vida. Es menester no extrañen si reciben mal trato de los hombres. El mundo que persiguió á Cristo, nunca vacilará en perseguir á los cristianos. «No os maravilléis si el mundo os aborrece.» 1Jo 3:13.
Consolémonos con la idea de que el gran Maestro nos tiene atesoradas en el cielo mayores cosas de las que nosotros podemos imaginar. De la sangre que Sus santos han derramado á causa de Su nombre se tomará cuenta en aquel gran día; y las lágrimas derramadas abundantemente á consecuencia de la crueldad de los malvados, serán enjugadas. Y cuando Juan el Bautista y todos los que han sufrido por la verdad sean al fin congregados, verán que es cierto que el cielo indemniza por todo.
Fuente: Los Evangelios Explicados
B111 Aquí aparece un verbo en modo optativo, en una pregunta indirecta, donde la pregunta directa hubiera exigido uno en indicativo (comp. R1044 y Luc 1:29 ; lo que en realidad se pregunta ban se puede expresar por medio del optativo -T123; el tono de lejanía e incertidumbre dado por el optativo aquí se ve bien en la pregunta indirecta -MT199). [Editor. Parece raro considerar que originalmente el verbo fue un indicativo, ya que se usa la partícula subjetiva μήποτε.]
BD370(3) Μήποτε significa: si quizá, o si sería posible que (no tiene ninguna idea negativa).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, pensaban
I.e., el Mesías