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Comentario de Lucas 6:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 6:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

a Judas hijo de Jacobo, y a Judas Iscariote, que también llegó a ser el traidor.

6:16 Judas hermano de Jacobo, — Mat 10:3, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, corresponde a Judas hijo o hermano de Jacobo. De algunos de estos apóstoles muy poco se escribe de sus actividades, pero muchos textos hablan de “los apóstoles” (o “los doce”). Luc 22:14; Luc 24:10; Hch 1:2; Hch 4:35; Hch 5:12; Hch 5:18; Hch 5:29; Hch 6:6; Hch 8:1; Hch 8:18; Hch 9:27; Hch 11:1; Hch 15:2; Hch 15:22; Hch 16:4; Efe 2:20; Efe 3:5; Efe 4:11; 2Pe 3:2; Apo 21:14, “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero”.

— y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor. — (hijo de un Simón, Jua 6:71; Iscariote probablemente indica que él era del pueblo de Queriot, Jos 15:25). Este Judas “era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio” (Hch 1:17). “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos” (Mat 10:1). Siendo uno de los doce, Judas recibió autoridad sobre los espíritus inmundos, etc. Los que enseñan que es imposible caer de la gracia no pueden aceptar que en realidad Judas era un verdadero discípulo, pero si no lo era, entonces Jesús dio poder a un hijo de Satanás para echar fuera a Satanás. La verdad es que Judas es uno de los ejemplos sobresalientes de que los discípulos de Cristo sí pueden caer de la gracia. Mateo le describe como “el que también le entregó”, una inscripción apropiada para la tumba de Judas. De él Jesús dijo, “Bueno le fuera no haber nacido” (Mat 26:24).

Jesús sabía de antemano que Judas le iba a entregar, pero Judas era completamente responsable de sus acciones. Tenía libre albedrío. No fue forzado a hacer nada. Luc 22:22, “A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!” Hch 2:23, “A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole”. Todo era según el plan de Dios pero los que mataron a Jesús eran responsables de sus acciones y tuvieron que arrepentirse y ser bautizados para el perdón de sus pecados (Hch 2:38).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Judas hermano de Jacobo. Mat 10:3; Jua 14:22; Jud 1:1.

Lebeo, Tadeo. Mar 3:18.

Judas Iscariote. Mat 26:14-16; Mat 27:3-5; Jua 6:70, Jua 6:71; Hch 1:16-20, Hch 1:25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Judas hermano de Jacobo es probablemente Tadeo (Mat 10:3; Mar 3:18). No es el medio hermano del Señor.

 PARA VIVIRLO

La pobreza del Reino

«Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios». Como un comunicador consagrado, Jesús comenzó su sermón con una oración que ciertamente caló muy profundo en su audiencia. Es muy probable que la mayoría de ellos fueran pobres. Sus vidas no eran para nada sencillas. Sus manos toscas y maltrechas hablaban de ello. Las dificultades y penurias de sus vidas les habían hecho viajar por caminos polvorientos y calurosos para escuchar a este profeta llamado Jesús. Tal vez, Él les hablaría más sobre el Reino de Dios. La mayoría de ellos habría puesto sus esperanzas en la venida de un reino glorioso. Anhelaban el día en que el Mesías, y no el cruel gobernador romano, reinara en sus vidas.

Jesús comienza su sermón con una serie de bienaventuranzas llenas de ironía pero que llamaban poderosamente la atención, y que han dejado intrigados y confundidos tanto a los eruditos bíblicos como a los hombres comunes durante siglos. Conocidas a menudo como Las Bienaventuranzas, estas afirmaciones contrastan los bienes y valores terrenales con la estimación celestial sobre los asuntos personales. Las bienaventuranzas nos dan una perspectiva celestial al evaluar el presente a la luz de la eternidad. Nos recuerdan que las cosas no siempre son lo que parecen ser, y ciertamente, no lo que serán algún día.

De primera instancia, parece que Jesús hace una promesa amplia de salvación y bendición para todos los que están debajo de la línea de la pobreza (Luc 6:20). Algunos han hecho suya esta interpretación y han sentido el llamado especial para ayudar en sus ministerios a los oprimidos. En esta perspectiva, se ve a los pobres como los elegidos de Dios. Aunque ellos sufren en el mundo, y tal vez porque aún siguen sufriendo, pueden esperar la gloriosa bendición de Dios en el mundo venidero. Además, los que se adhieren a esta perspectiva creen que, mientras permanezca en este mundo, el pueblo de Dios debe hacer todo lo posible parar aliviar el sufrimiento del pobre. De esta forma, se extiende el Reino de Dios.

Pero muchos interpretan que la palabra pobre se refiere a la «pobreza de espíritu» de la que Jesús habló en un sermón similar, el Sermón del Monte (Mat 5:3). En otras palabras, Jesús le estaba ofreciendo esperanza y gozo a los que reconocen libremente su pobreza espiritual frente a Dios. Se bendice a estos individuos porque van hacia Dios sin nada que ofrecerle además de su gran necesidad. De este modo, el que Jesús ofrezca el Reino de Dios no es una promesa para todas las personas pobres. En vez de eso, es una afirmación sobre la condición futura de aquellos que humildemente prefieren seguirlo a Él. Cuando una persona rechaza los valores mundanos y abraza las enseñanzas de Jesús, puede comenzar a vivir el reinado de Cristo en su vida. Así es como disfrutamos del Reino de Dios ahora en este mundo caído. Un día experimentaremos el gozo de este Reino de una manera más completa y más gloriosa.

Para resumir, todo el mundo, rico o pobre (y en el sentido espiritual todos somos pobres) puede sentir el profundo gozo del gobierno de Dios y la bendición de su Reino. Pero para eso hay que renunciar a las formas del mundo y someternos humildemente a Dios (Isa 66:2). Este tipo de pobreza, el despojarnos de nosotros mismos y de nuestros deseos egoístas, es lo que el Señor espera de todos nosotros.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

6:16 Judas hermano de Jacobo, — Mat 10:3, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, corresponde a Judas hijo o hermano de Jacobo. De algunos de estos apóstoles muy poco se escribe de sus actividades, pero muchos textos hablan de “los apóstoles” (o “los doce”). Luc 22:14; Luc 24:10; Hch 1:2; Hch 4:35; Hch 5:12; Hch 5:18; Hch 5:29; Hch 6:6; Hch 8:1; Hch 8:18; Hch 9:27; Hch 11:1; Hch 15:2; Hch 15:22; Hch 16:4; Efe 2:20; Efe 3:5; Efe 4:11; 2Pe 3:2; Apo 21:14, “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero”.
— y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor. — (hijo de un Simón, Jua 6:71; Iscariote probablemente indica que él era del pueblo de Queriot, Jos 15:25). Este Judas “era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio” (Hch 1:17). “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos” (Mat 10:1). Siendo uno de los doce, Judas recibió autoridad sobre los espíritus inmundos, etc. Los que enseñan que es imposible caer de la gracia no pueden aceptar que en realidad Judas era un verdadero discípulo, pero si no lo era, entonces Jesús dio poder a un hijo de Satanás para echar fuera a Satanás. La verdad es que Judas es uno de los ejemplos sobresalientes de que los discípulos de Cristo sí pueden caer de la gracia. Mateo le describe como “el que también le entregó”, una inscripción apropiada para la tumba de Judas. De él Jesús dijo, “Bueno le fuera no haber nacido” (Mat 26:24).
Jesús sabía de antemano que Judas le iba a entregar, pero Judas era completamente responsable de sus acciones. Tenía libre albedrío. No fue forzado a hacer nada. Luc 22:22, “A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!” Hch 2:23, “A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole”. Todo era según el plan de Dios pero los que mataron a Jesús eran responsables de sus acciones y tuvieron que arrepentirse y ser bautizados para el perdón de sus pecados (Hch 2:38).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

a 375 Mar 3:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Judas, hijo de Jacobo. Posiblemente es el Tadeo que se menciona en Mt 10:3 y Mr 3:18.

Iscariote. Véase coment. en Mt 10:4.

Fuente: La Biblia de las Américas

16 super (1) O, hijo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R501 El genitivo de relación Ἰακώβου probablemente signifique: el hermano, y no el hijo de, en vista de Jud 1:1 (aunque usualmente, hijo de es la relación que debe entenderse).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, Santiago

Fuente: La Biblia de las Américas