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Comentario de Lucas 6:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 6:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. “Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

6:21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. — Mat 5:6, “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Otra vez, al ver que Jesús pronuncia la misma bendición sobre los que tienen hambre (Luc 6:21) y los que tienen hambre y sed de justicia (Mat 5:6), tenemos que concluir que son los mismos.

Los que tienen hambre y sed de justicia

Introducción.

A. ¿Por qué dice Jesús que la puerta es estrecha y que el camino es angosto (Mat 7:13-14)? (1) Porque hay pocos que son pobres en espíritu (dispuestos a admitir faltas y buscar perdón), (2) porque hay pocos que lloran por sus pecados y por los de otros, (3) porque hay pocos mansos, y (4) porque hay pocos que tienen hambre y sed de justicia.

B. Esta bienaventuranza concuerda perfectamente con las que la preceden y con las que la siguen. Jesús describe una sola persona, un discípulo verdadero de El. Describe cierta clase de gente, el pueblo de Dios. El cuerpo necesita alimentación, y el alma también necesita alimentarse.

I. ¿Qué significa tener hambre y sed de justicia?

A. Pregúntese primero, ¿qué significa tener hambre y sed? Son dos de los apetitos más fuertes. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido verdadera hambre y sed? ¿Cuántos han estado en peligro de morir si no encontraran muy pronto la comida y agua? ¿Habrá entre los oyentes o lectores alguna persona que lo haya experimentado? Desde luego, hay muchas personas en la actualidad que sufren verdadera hambre y sed. No quieren un vaso de agua sino toda la jarra; no quieren dos o tres tortillas, sino todo el paquete. Muchos están muriendo de hambre.

B. Figuradamente tener hambre y sed significa tener deseo ferviente, desear intensamente, anhelar, añorar, o apetecer. Tener hambre y sed de justicia significa desear intensamente hacer toda la voluntad de Dios. Debemos tener hambre y sed de obtener el perdón de Dios, de ser transformados en la imagen de Cristo, de ser edificados en la fe santísima, de poder ganar muchas almas por Cristo. Mat 3:15, aunque Jesús no tenía pecado, quería ser bautizado: «Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia». Conviene obedecer los mandamientos de Dios. Véase Sal 119:172.

C. Mat 6:24-34, «No os afanéis por vuestra vida… Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Debemos «buscar» intensamente las cosas del reino de Dios. Debemos desear saber y hacer la voluntad (palabra) de Dios: más que el oro, Sal 119:72; Sal 119:127, «Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que el oro muy puro»; más que la miel, Sal 119:103, «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca»; más que la comida, Job 23:12, «Guardé las palabras de su boca más que mi comida (porción señalada)».

D. Mat 13:44-46, al descubrir el evangelio, debemos «vender todo» para «comprarlo» (poseerlo). «Compra la verdad, y no la vendas», Pro 23:23.

E. Estudiemos los Salmos para entender mejor lo que significa anhelar: Sal 42:1-2 » Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía»; Sal 63:1, «De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida»; Sal 84:2, «Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová». Léase todo el Sal 84:1-12; Sal 119:20, «Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo». El Sal 119:1-176, el capítulo más largo en la Biblia, alaba la Palabra de Dios. 1Pe 2:1-2, «Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación».

II. ¿De qué cosas tenía hambre y sed la mayoría de los judíos?

A. Cosas materiales. Luc 8:14, «las riquezas y los placeres de la vida». 1Ti 6:9, «los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición». Ecl 2:3-11, «Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría… engrandecí mis obras… me hice huertos y jardines… me amontoné también plata y oro… me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, etc.»

B. Poder político. Jua 6:15, «iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey», porque tenían «hambre y sed» de ser liberados de los romanos.

C. Panes y peces. Jua 6:26, «me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis».

D. La mayoría de la gente hoy en día tiene hambre y sed de las mismas cosas: toda clase de cosas materiales, placeres, y poder (político, comercial, y religioso, etcétera).

III. Algunos ejemplos de aquellos que tuvieron hambre y sed de justicia.

A. La mujer cananea. Mat 15:27, «Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». Jesús alaba la fe «grande» de esta mujer cananea.

B. La mujer pecadora. Luc 7:38, «estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies».

C. Los casos de conversión en Hechos de los Apóstoles: (1). El día de Pentecostés tres mil personas obedecieron al evangelio el mismo día en que oyeron, Hch 2:37-41. Tenían hambre y sed de justicia. (2) Los samaritanos obedecieron «cuando creyeron», Hch 8:12. (3). Cuando el eunuco oyó el evangelio, dijo, «Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?» e inmediatamente obedeció, Hch 8:35-39. Este hombre es un ejemplo muy bueno de tener hambre y sed de justicia. «Había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías». (4). El carcelero y su casa fueron bautizados a media noche, y «se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios», Hch 16:25; Hch 16:33-34. Estos y otros demostraron mucha hambre y sed de justicia, oyendo el evangelio, arrepintiéndose de sus pecados, confesando a Cristo, y siendo bautizados sin demorar.

D. El apóstol Pablo siempre demostraba que tenía mucha hambre y sed de justicia. Léase Flp 3:7-8. Lo demostró a través de su vida entera y sus escritos.

IV. «Porque ellos serán saciados», Mat 7:7-11; Sal 53:5-6.

A. Sinónimos de la palabra «saciar» son llenar, hartar, hastiar, cumplir. De esto habla Jesús en Jua 4:13-14. Dijo que «Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás». Véanse Jua 7:37-38; Apo 22:17. Jua 6:27, «Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece».

B. Flp 4:6-7, No estar afanosos, hacer peticiones a Dios, con acción de gracias, «y la paz de Dios… guardará vuestros corazones». Flp 4:11-13, «he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».

Conclusión:

A. Luc 6:21, «Bienaventurados los que ahora tenéis hambre». Aquí se agrega la palabra ahora. En el ver. 25 se agrega otra vez: «¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! Porque tendréis hambre».

B. Pero si nuestra justicia es como la de los escribas y fariseos, no seremos «saciados». Si tenemos hambre y sed de justicia, buscaremos primeramente el reino de Dios y su justicia, Mat 6:33.

— Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. — Mat 5:4, Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Los que lloran

Introducción.

A. Jesús habla de «llorar» como se llora la muerte de un ser querido. Significa llorar intensamente. No se refiere al «llorar» por ambiciones fallidas, ni por haber perdido riquezas, ni por haber sido avergonzado, ni por haber sido castigado por alguna maldad. No hay bendiciones para los que lloran por estas causas, a menos que se arrepientan. Tampoco promete bendición para aquellas almas pesimistas que viven lloriqueando por su mala suerte, diciendo que todo el mundo está en contra suya.

C. Esta bendición se pronuncia sobre los que lloran (1) por los pecados propios, (2) por los pecados de otros, y (3) por el sufrimiento y la tristeza que hay en el mundo.

II. «La tristeza del mundo produce muerte».

A. Es importante distinguir entre «la tristeza que es según Dios» que produce arrepentimiento para salvación, y «la tristeza del mundo» que produce muerte (2Co 7:9-10). Los criminales lloran porque se descubren y se castigan. El borracho llora porque su hígado está arruinado, y el fumador llora por el cáncer de los pulmones. Muchos lloran porque se dan cuenta de que en su matrimonio están cometiendo adulterio, aunque estén «casados» legalmente. Pero el llorar de estos no produce la dicha a menos que se arrepientan.

B. Núm 14:40-45, el pueblo rebelde se enlutó, pero no fue bendecido. 1Sa 15:24-28, el rey rebelde se puso triste, pero ¿por qué? Porque fue rechazado por Dios por causa de su desobediencia. Mat 27:3-5, Judas estaba muy triste, aun desesperado, pero su tristeza era «la tristeza del mundo». En su desesperación cometió suicidio. 1Pe 4:15, «ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno». El pecado produce sufrimiento.

C. 1Ti 4:2, «teniendo cauterizada la conciencia», muchos no lloran por sus pecados. Véase también Efe 4:19. Muchos mundanos tratan de suprimir la miseria y tristeza de su vida con alcohol y otras drogas. Jesús no promete consolación para los que «lloran» por «la tristeza del mundo», porque esta tristeza no produce arrepentimiento.

III. «La tristeza que es según Dios» es la que nos trae muchas bendiciones.

A. «La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación». De esta tristeza Jesús habla (Mat 5:4). El llorar no es en sí una bendición, pero si produce arrepentimiento y obediencia, trae bendición. (1). Esta es la tristeza que sentía David, Sal 51:17; véanse Sal 34:18; Sal 38:18. (2). Es la tristeza demostrada por la mujer pecadora que «estando detrás de él (Jesús) a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume», Luc 7:38. Nosotros debemos imitar a esta mujer. Los pecados de nosotros no son mejores o más respetables que los de ella. No hay pecados «veniales y mortales» según la Biblia. Cada vez que pequemos debemos tener la misma actitud que ella demostró. Debemos sentir verdadera tristeza por el pecado, arrepentirnos inmediatamente y pedir perdón al ofendido y a Dios. (3). La tristeza de Pedro, Mat 26:75. Después de negar a Jesús tres veces, «saliendo fuera, lloró amargamente» y volvió al Señor (Luc 22:32). (4) La tristeza de Joe 2:12-13, «convertíos a mí… con lloro».

B. Es imposible arrepentirse si no hay tristeza por los pecados. Es necesario sentir tristeza por haber ofendido a Dios.

IV. Los que lloran se preocupan por otros.

A. Los profetas se preocupaban por el pueblo de Israel, Isa 22:4; Jer 9:1; Jer 13:17; Jer 14:17; Lamentaciones. Se preocupaban por sus pecados, y por el castigo que iban a sufrir (matanza, cautiverio, esclavitud).

B. Jesús lloró sobre Jerusalén, Luc 19:41-44. Véanse Mat 9:36; Mat 23:37.

C. Debemos preocuparnos por la condición lamentable del mundo religioso, por los ciegos que siguen a otros ciegos (Mat 15:14). Debemos preocuparnos por los pecados de la iglesia (mundanalidad, indiferencia, liberalismo, apostasía), y por el castigo que espera a los infieles. 1Co 5:2; 2Co 2:4; Gál 4:19; Flp 3:18; 1Pe 4:17-18. Rom 12:15, «gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran».1Co 12:25-26, «que los miembros todos se preocupen los unos por los otros… si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él». Debemos estar preocupados por el sufrimiento que hay en el mundo. Los cristianos no pueden ser indiferentes hacia los demás.

V. Cristo consuela a los que lloran de esta manera.

A. ¡Qué felices, pues, los que lloran por sus pecados, y quieren el perdón de Dios! Serán consolados. Dios nos reprende por el pecado, luego nos sana si nos arrepentimos. 2Co 1:3; 2Ts 2:16 «nos dio consolación». Sal 30:5, «porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida».

B. Cristo se llama «la consolación de Israel», Luc 2:25. Mat 11:28-30, «venid a mí… yo os haré descansar». Isa 61:1-3, «a ordenar que a los afligidos… se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, alegría… espíritu angustiado». Luc 4:16-21, «enviado a sanar a los quebrantados de corazón». 1Pe 2:6, creyentes no serán avergonzados, no decepcionados.

C. Hch 2:37, los «compungidos» obedecieron al Señor, siendo bautizados para el perdón de sus pecados (vers. 38,41), recibieron el perdón y el don del Espíritu Santo. Isa 35:10, «y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido» (esta hermosa profecía se cumple en los que obedecen al evangelio y reciben toda bendición espiritual en Cristo, Efe 1:3). 1Ti 1:12-13, Pablo siempre estaba afligido por causa de su pecado. Obedeció al Señor y recibió misericordia (Hch 22:16; Hch 26:19). Entonces habló mucho de «gozo» y «regocijo» (véase carta a los filipenses).

D. Sal 126:5-6, «los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas». Apo 7:17; Apo 21:4, «Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos».

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

los que ahora tenéis hambre. Luc 6:25; Luc 1:53; Sal 42:1, Sal 42:2; Sal 143:6; Isa 55:1, Isa 55:2; 1Co 4:11; 2Co 11:27; 2Co 12:10.

porque seréis saciados. Sal 17:15; Sal 63:1-5; Sal 65:4; Sal 107:9; Isa 25:6; Isa 44:3, Isa 44:4; Isa 49:9, Isa 49:10; Isa 65:13; Isa 66:10; Jer 31:14, Jer 31:25; Mat 5:6; Jua 4:10; Jua 6:35; Jua 7:37, Jua 7:38; Apo 7:16.

los que ahora lloráis. Luc 6:25; Sal 6:6-8; Sal 42:3; Sal 119:136; Sal 126:5, Sal 126:6; Ecl 7:2, Ecl 7:3; Isa 30:19; Isa 57:17; Isa 57:18; Isa 61:1-3; Jer 9:1; Jer 13:17; Jer 31:9, Jer 31:13, Jer 31:18-20; Eze 7:16; Eze 9:4; Mat 5:4; Jua 11:35; Jua 16:20, Jua 16:21; Rom 9:1-3; 2Co 1:4-6; 2Co 6:10; 2Co 7:10, 2Co 7:11; Stg 1:2-4, Stg 1:12; 1Pe 1:6-8; Apo 21:3.

porque reiréis. Gén 17:17; Gén 21:6; Sal 28:7; Sal 30:11, Sal 30:12; Sal 126:1, Sal 126:2; Isa 12:1, Isa 12:2; Isa 65:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La razón del hambre y la pobreza se encuentra en el (v. Luc 6:22): la persecución. Jesús promete que los discípulos recibirán de Dios todo el sustento que necesiten.

lloráis … reiréis: Cualquier sufrimiento actual se transformará en gozo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS QUE AHORA LLORÁIS. Véase Mat 5:4, nota.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

tenéis hambre. No el simple apetito por la comida, sino hambre y sed de justicia (vea la nota sobre Mat 5:6).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. – Mat 5:6, “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Otra vez, al ver que Jesús pronuncia la misma bendición sobre los que tienen hambre (Luc 6:21) y los que tienen hambre y sed de justicia (Mat 5:6), tenemos que concluir que son los mismos.

Los que tienen hambre y sed de justicia
Introducción.
A. ¿Por qué dice Jesús que la puerta es estrecha y que el camino es angosto (Mat 7:13-14)? (1) Porque hay pocos que son pobres en espíritu (dispuestos a admitir faltas y buscar perdón), (2) porque hay pocos que lloran por sus pecados y por los de otros, (3) porque hay pocos mansos, y (4) porque hay pocos que tienen hambre y sed de justicia.
B. Esta bienaventuranza concuerda perfectamente con las que la preceden y con las que la siguen. Jesús describe una sola persona, un discípulo verdadero de El. Describe cierta clase de gente, el pueblo de Dios. El cuerpo necesita alimentación, y el alma también necesita alimentarse.
I. ¿Qué significa tener hambre y sed de justicia?
A. Pregúntese primero, ¿qué significa tener hambre y sed? Son dos de los apetitos más fuertes. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido verdadera hambre y sed? ¿Cuántos han estado en peligro de morir si no encontraran muy pronto la comida y agua? ¿Habrá entre los oyentes o lectores alguna persona que lo haya experimentado? Desde luego, hay muchas personas en la actualidad que sufren verdadera hambre y sed. No quieren un vaso de agua sino toda la jarra; no quieren dos o tres tortillas, sino todo el paquete. Muchos están muriendo de hambre.
B. Figuradamente tener hambre y sed significa tener deseo ferviente, desear intensamente, anhelar, añorar, o apetecer. Tener hambre y sed de justicia significa desear intensamente hacer toda la voluntad de Dios. Debemos tener hambre y sed de obtener el perdón de Dios, de ser transformados en la imagen de Cristo, de ser edificados en la fe santísima, de poder ganar muchas almas por Cristo. Mat 3:15, aunque Jesús no tenía pecado, quería ser bautizado: «Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia». Conviene obedecer los mandamientos de Dios. Véase Sal 119:172.
C. Mat 6:24-34, «No os afanéis por vuestra vida… Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Debemos «buscar» intensamente las cosas del reino de Dios. Debemos desear saber y hacer la voluntad (palabra) de Dios: más que el oro, Sal 119:72; Sal 119:127, «Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que el oro muy puro»; más que la miel, Sal 119:103, «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca»; más que la comida, Job 23:12, «Guardé las palabras de su boca más que mi comida (porción señalada)».
D. Mat 13:44-46, al descubrir el evangelio, debemos «vender todo» para «comprarlo» (poseerlo). «Compra la verdad, y no la vendas», Pro 23:23.
E. Estudiemos los Salmos para entender mejor lo que significa anhelar: Sal 42:1-2 » Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía»; Sal 63:1, «De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida»; Sal 84:2, «Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová». Léase todo el Sal 84:1-12; Sal 119:20, «Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo». El Sal 119:1-176, el capítulo más largo en la Biblia, alaba la Palabra de Dios. 1Pe 2:1-2, «Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación».
II. ¿De qué cosas tenía hambre y sed la mayoría de los judíos?
A. Cosas materiales. Luc 8:14, «las riquezas y los placeres de la vida». 1Ti 6:9, «los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición». Ecl 2:3-11, «Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría… engrandecí mis obras… me hice huertos y jardines… me amontoné también plata y oro… me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, etc.»
B. Poder político. Jua 6:15, «iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey», porque tenían «hambre y sed» de ser liberados de los romanos.
C. Panes y peces. Jua 6:26, «me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis».
D. La mayoría de la gente hoy en día tiene hambre y sed de las mismas cosas: toda clase de cosas materiales, placeres, y poder (político, comercial, y religioso, etcétera).
III. Algunos ejemplos de aquellos que tuvieron hambre y sed de justicia.
A. La mujer cananea. Mat 15:27, «Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». Jesús alaba la fe «grande» de esta mujer cananea.
B. La mujer pecadora. Luc 7:38, «estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies».
C. Los casos de conversión en Hechos de los Apóstoles: (1). El día de Pentecostés tres mil personas obedecieron al evangelio el mismo día en que oyeron, Hch 2:37-41. Tenían hambre y sed de justicia. (2) Los samaritanos obedecieron «cuando creyeron», Hch 8:12. (3). Cuando el eunuco oyó el evangelio, dijo, «Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?» e inmediatamente obedeció, Hch 8:35-39. Este hombre es un ejemplo muy bueno de tener hambre y sed de justicia. «Había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías». (4). El carcelero y su casa fueron bautizados a media noche, y «se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios», Hch 16:25; Hch 16:33-34. Estos y otros demostraron mucha hambre y sed de justicia, oyendo el evangelio, arrepintiéndose de sus pecados, confesando a Cristo, y siendo bautizados sin demorar.
D. El apóstol Pablo siempre demostraba que tenía mucha hambre y sed de justicia. Léase Flp 3:7-8. Lo demostró a través de su vida entera y sus escritos.
IV. «Porque ellos serán saciados», Mat 7:7-11; Sal 53:5-6.
A. Sinónimos de la palabra «saciar» son llenar, hartar, hastiar, cumplir. De esto habla Jesús en Jua 4:13-14. Dijo que «Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás». Véanse Jua 7:37-38; Apo 22:17. Jua 6:27, «Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece».
B. Flp 4:6-7, No estar afanosos, hacer peticiones a Dios, con acción de gracias, «y la paz de Dios… guardará vuestros corazones». Flp 4:11-13, «he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».
Conclusión:
A. Luc 6:21, «Bienaventurados los que ahora tenéis hambre». Aquí se agrega la palabra ahora. En el ver. 25 se agrega otra vez: «¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! Porque tendréis hambre».
B. Pero si nuestra justicia es como la de los escribas y fariseos, no seremos «saciados». Si tenemos hambre y sed de justicia, buscaremos primeramente el reino de Dios y su justicia, Mat 6:33.

— Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. – Mat 5:4, Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Los que lloran
Introducción.
A. Jesús habla de «llorar» como se llora la muerte de un ser querido. Significa llorar intensamente. No se refiere al «llorar» por ambiciones fallidas, ni por haber perdido riquezas, ni por haber sido avergonzado, ni por haber sido castigado por alguna maldad. No hay bendiciones para los que lloran por estas causas, a menos que se arrepientan. Tampoco promete bendición para aquellas almas pesimistas que viven lloriqueando por su mala suerte, diciendo que todo el mundo está en contra suya.
C. Esta bendición se pronuncia sobre los que lloran (1) por los pecados propios, (2) por los pecados de otros, y (3) por el sufrimiento y la tristeza que hay en el mundo.
II. «La tristeza del mundo produce muerte».
A. Es importante distinguir entre «la tristeza que es según Dios» que produce arrepentimiento para salvación, y «la tristeza del mundo» que produce muerte (2Co 7:9-10). Los criminales lloran porque se descubren y se castigan. El borracho llora porque su hígado está arruinado, y el fumador llora por el cáncer de los pulmones. Muchos lloran porque se dan cuenta de que en su matrimonio están cometiendo adulterio, aunque estén «casados» legalmente. Pero el llorar de estos no produce la dicha a menos que se arrepientan.
B. Núm 14:40-45, el pueblo rebelde se enlutó, pero no fue bendecido. 1Sa 15:24-28, el rey rebelde se puso triste, pero ¿por qué? Porque fue rechazado por Dios por causa de su desobediencia. Mat 27:3-5, Judas estaba muy triste, aun desesperado, pero su tristeza era «la tristeza del mundo». En su desesperación cometió suicidio. 1Pe 4:15, «ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno». El pecado produce sufrimiento.
C. 1Ti 4:2, «teniendo cauterizada la conciencia», muchos no lloran por sus pecados. Véase también Efe 4:19. Muchos mundanos tratan de suprimir la miseria y tristeza de su vida con alcohol y otras drogas. Jesús no promete consolación para los que «lloran» por «la tristeza del mundo», porque esta tristeza no produce arrepentimiento.
III. «La tristeza que es según Dios» es la que nos trae muchas bendiciones.
A. «La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación». De esta tristeza Jesús habla (Mat 5:4). El llorar no es en sí una bendición, pero si produce arrepentimiento y obediencia, trae bendición. (1). Esta es la tristeza que sentía David, Sal 51:17; véanse Sal 34:18; Sal 38:18. (2). Es la tristeza demostrada por la mujer pecadora que «estando detrás de él (Jesús) a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume», Luc 7:38. Nosotros debemos imitar a esta mujer. Los pecados de nosotros no son mejores o más respetables que los de ella. No hay pecados «veniales y mortales» según la Biblia. Cada vez que pequemos debemos tener la misma actitud que ella demostró. Debemos sentir verdadera tristeza por el pecado, arrepentirnos inmediatamente y pedir perdón al ofendido y a Dios. (3). La tristeza de Pedro, Mat 26:75. Después de negar a Jesús tres veces, «saliendo fuera, lloró amargamente» y volvió al Señor (Luc 22:32). (4) La tristeza de Joe 2:12-13, «convertíos a mí… con lloro».
B. Es imposible arrepentirse si no hay tristeza por los pecados. Es necesario sentir tristeza por haber ofendido a Dios.
IV. Los que lloran se preocupan por otros.
A. Los profetas se preocupaban por el pueblo de Israel, Isa 22:4; Jer 9:1; Jer 13:17; Jer 14:17; Lamentaciones. Se preocupaban por sus pecados, y por el castigo que iban a sufrir (matanza, cautiverio, esclavitud).
B. Jesús lloró sobre Jerusalén, Luc 19:41-44. Véanse Mat 9:36; Mat 23:37.
C. Debemos preocuparnos por la condición lamentable del mundo religioso, por los ciegos que siguen a otros ciegos (Mat 15:14). Debemos preocuparnos por los pecados de la iglesia (mundanalidad, indiferencia, liberalismo, apostasía), y por el castigo que espera a los infieles. 1Co 5:2; 2Co 2:4; Gál 4:19; Flp 3:18; 1Pe 4:17-18. Rom 12:15, «gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran».1Co 12:25-26, «que los miembros todos se preocupen los unos por los otros… si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él». Debemos estar preocupados por el sufrimiento que hay en el mundo. Los cristianos no pueden ser indiferentes hacia los demás.
V. Cristo consuela a los que lloran de esta manera.
A. ¡Qué felices, pues, los que lloran por sus pecados, y quieren el perdón de Dios! Serán consolados. Dios nos reprende por el pecado, luego nos sana si nos arrepentimos. 2Co 1:3; 2Ts 2:16 «nos dio consolación». Sal 30:5, «porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida».
B. Cristo se llama «la consolación de Israel», Luc 2:25. Mat 11:28-30, «venid a mí… yo os haré descansar». Isa 61:1-3, «a ordenar que a los afligidos… se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, alegría… espíritu angustiado». Luc 4:16-21, «enviado a sanar a los quebrantados de corazón». 1Pe 2:6, creyentes no serán avergonzados, no decepcionados.
C. Hch 2:37, los «compungidos» obedecieron al Señor, siendo bautizados para el perdón de sus pecados (vers. 38,41), recibieron el perdón y el don del Espíritu Santo. Isa 35:10, «y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido» (esta hermosa profecía se cumple en los que obedecen al evangelio y reciben toda bendición espiritual en Cristo, Efe 1:3). 1Ti 1:12-13, Pablo siempre estaba afligido por causa de su pecado. Obedeció al Señor y recibió misericordia (Hch 22:16; Hch 26:19). Entonces habló mucho de «gozo» y «regocijo» (véase carta a los filipenses).
D. Sal 126:5-6, «los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas». Apo 7:17; Apo 21:4, «Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos».

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 16:20-25; Isa 49:10; Jer 31:25; Apo 7:16.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Dios los saciará: Ver nota a Luc 6:37-38 y Mat 7:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

h 382 Isa 55:1; Mat 5:6

i 383 Sal 107:9; Jer 31:25

j 384 Isa 61:3; Mat 5:11; Rev 21:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

TGr39 Este versículo tiene el mismo estilo que Luc 1:22 , donde Jesús dice: bienaventurados ustedes que ahora tienen hambre; (Yo sé esto) porque serán saciados. No se puede interpretar: Ustedes tienen hambre ahora, porque serán saciados.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego